Los siete reyes de Roma Desde el año 753 a.C. (concretamente, desde el 21 de abril de 753 a.C., que es la fecha de la fundación de Roma) hasta el 509 a.C., en Roma hubo una monarquía. En la historia de Roma se sucedieron siete reyes: 1Rómulo (753-716 a.C.): Fundó Roma. Abrió las puertas a gentes de las regiones aledañas. Después de hacerse con las mujeres sabinas, a ellos se unieron personas provenientes de Etruria. 2Numa Pompilio (715-672 a.C.): organizó la religión del Estado. Dotó a la ciudad de un espíritu de civilización y concordia; promovió la ley y el orden, creó el colegio de los pontífices y mandó construir el templo dedicado a Jano. Ordenó que este templo estuviera abierto en tiempo de guerra y cerrado en tiempo de paz. 3Tulo Hostilio (672-640 a.C.): Destruyó Alba Longa y los enclaves etruscos de Veyes y Fidenas. También trasladó la capital a Roma. 4Anco Marcio (640-616 a.C.): De origen sabino. Nieto de Numa. Abrió el Aventino a varias etnias del Lacio que iban siendo sometidas, mandó construir el primer puente sobre el río Tíber y fundó Ostia, el gran puerto cercano a Roma. 5Tarquinio el Antiguo (616-579 a.C.): Bajo su reinado, Roma se embelleció y se modernizó de forma notable. Hizo edificar el Circo Máximo y organizó un sistema de canalización y drenaje para absorber las aguas pantanosas estancadas. La arteria clave de esa canalización era la Cloaca Máxima. 6Servio Tulio (578-535 a.C.): Realizó la primera constitución de Roma, organizó la sociedad, el censo, el fisco y el servicio militar. Realizó la primera reforma constitucional de la historia de Roma. Todo ello fue muy importante para establecer y regular los derechos y los deberes de los ciudadanos. Delimitó el perímetro de la ciudad con murallas. Dentro de las murallas quedaban las siete colinas: Aventino, Palatino, Capitolio, Esquilino, Celio, Viminal y Quirinal. 7Tarquinio el Soberbio (535-509 a.C.): Abolió la constitución y luchó contra los latinos y otros pueblos cercanos. Gobernó al margen del Senado de forma despótica y tiránica. Eso le hizo granjearse muy pronto la antipatía de su pueblo y, tras un episodio escabroso protagonizado por uno de sus hijos, le llevó al exilio y a la abolición de la Monarquía en Roma.