Introducción Boris Becker y Wimbledon 001-105 (2015).indd 21 8/10/15 11:49 Boris Becker y Wimbledon 22 Boris Becker y Wimbledon 001-105 (2015).indd 22 8/10/15 11:49 Introducción «A Wimbledon, por favor,» le dije al taxista, luego de salir de la aduana del aeropuerto Heathrow de Londres. El conductor me reconoció. «Sí señor», dijo asintiendo, como diciendo ¿a dónde más podría ir Boris Becker sino a Wimbledon? Pero no voy al All England Lawn Tennis Club. Voy a mi casa. Sí, ahora vivo en Wimbledon con mi esposa Lilly y mi hijo Amadeus. Para algunos esto puede parecer el cumplimiento de un sueño, el de un chico de un pequeño pueblo rural del sur de Alemania que gana Wimbledon con solo 17 años y termina viviendo a poca distancia del escenario de sus más grandes triunfos. Pero no fue necesariamente así. Cuando terminé mi carrera de tenista en 1999, me fui a vivir a Zúrich, luego de haber vivido en Mónaco y Múnich. Aún vivía en Zúrich cuando conocí a Lilly, que es holandesa pero que en ese momento vivía en Miami. Cuando quedó embarazada de Amadeus tuvimos que decidir dónde asentarnos, pero no teníamos claro el lugar. Por entonces, una parte del año la tenía que pasar en Londres, ya que desde el año 2002 venía trabajando como comentarista de la BBC como parte del equipo de Wimbledon, por lo que Londres era una elección obvia (hasta su alcalde se llama Boris) y decidimos afincarnos en el barrio de Wimbledon, que conserva un toque pueblerino, para formar nuestra familia. 23 Boris Becker y Wimbledon 001-105 (2015).indd 23 8/10/15 11:49 Boris Becker y Wimbledon Arriba: Gané Wimbledon por primera vez en 1985, con 17 años. Así, Wimbledon se convirtió en mi hogar, y lo siento como tal en muchos de los sentidos de la palabra. Dos de mis cuatro hijos nacieron en Londres, y en casa se habla inglés. Tengo mi empresa en el centro de Londres y soy socio de mi club de tenis local, que no es otro que el All England Lawn Tennis and Croquet Club, aunque hoy en día no juego mucho. Soy socio gracias a que he ganado su torneo, lo que me ha ahorrado 20 años de lista de espera. Más allá de eso, me gusta mucho Wimbledon como ciudad y aunque las cosas pueden cambiar, estaría feliz de pasar el resto de mi vida aquí. Muchas cosas se han dicho sobre mí. Eso es inevitable, viene con el oficio y es parte del trato que me ha permitido tener una Derecha: El público se prepara para ver otro gran partido en la Centre Court. 24 Boris Becker y Wimbledon 001-105 (2015).indd 24 8/10/15 11:49 Boris Becker y Wimbledon 001-105 (2015).indd 25 8/10/15 11:49 Boris Becker y Wimbledon 001-105 (2015).indd 26 8/10/15 11:49 Introducción buena vida. Pero, puesto que demasiadas cosas que no son verdad se han escrito por muchas personas, y porque Wimbledon es tan especial para mí, creo que tengo derecho, si no la obligación, de explicar desde mi perspectiva qué es Wimbledon, qué ha significado y qué papel juega para mí en el futuro. Este libro es, entonces, un homenaje a Wimbledon. No carece de ciertas críticas, pero busca ser una reflexión con cariño acerca de mi relación con Wimbledon y, tal vez, también un poco de la relación de Wimbledon conmigo, y no es solo una coincidencia que se publique justo 30 años después de mi primer triunfo en este lugar cuando solo tenía 17 años, sino que escribo este libro porque creo que ahora he cerrado el círculo. Desde que soy el entrenador de Novak Djokovic, he regresado a los vestuarios de Wimbledon. El lugar que ha sido mi casa durante tantos años lejos de mi hogar. Cuando Novak se acercó a mí a finales de 2013 muchas personas cuestionaron qué es lo que yo podría ofrecerle a uno de los mejores jugadores del mundo. Tienen derecho a cuestionar si soy el hombre indicado para el puesto, pero algunos llegaron a cuestionar si sabía lo suficiente de tenis, lo cual es un poco ridículo a la vez que insultante. El hecho de que en la primera oportunidad como entrenador de Novak en Wimbledon, él se alzara con el trofeo ha logrado silenciar algunas dudas. Izquierda: Me convertí en entrenador de Novak a fines de 2013. Seis meses más tarde alzó el trofeo de individuales masculino en la Centre Court. 27 Boris Becker y Wimbledon 001-105 (2015).indd 27 8/10/15 11:50 Boris Becker y Wimbledon Creo que ahora esos críticos ven que el tenis en general, y Wimbledon en particular, son parte de mi ADN. Cuando has puesto tanto corazón como jugador, siempre hay algo que puedes ofrecer. A pesar de que han pasado más de 15 años desde que dejé de jugar, aún me considero un jugador porque aún tengo la mentalidad de jugador. Por eso me siento tan a gusto nuevamente en el vestuario. Porque entiendo perfectamente los retos a los que se enfrentan Novak y los demás, ya que yo he tenido los mismos problemas. Parece que mientras más hablo del tema, más surgen los paralelismos. Ha sido tan importante en mi vida que siempre lo será. Espero que este libro sirva no solo como un viaje acerca de mi experiencia en Wimbledon, sino también como para ver cuánto ha cambiado el tenis en los últimos 30 años. En algunos aspectos es mejor hoy en día, pero en otros no. Yo tengo mis propias opiniones y no las oculto. Pero a veces solo les dejaré material para discutir en el bar del club después de un partido, o para comentar con los amigos. Se pueden debatir muchas cosas en el tenis sobre temas en los cuales hay varios caminos posibles a tomar. Tenía 17 años cuando gané Wimbledon, ahora tengo 47. En el intermedio, el niño que jugaba con un instinto agresivo se ha convertido en el hombre que debe cuidar a una familia internacional. El chico descarado que desconocía el miedo se ha convertido en la celebridad que siempre tiene que estar cuidándose de quienes quieren conseguir un titular de Becker. Wimbledon también ha evolucionado y ha pasado de ser un torneo organizado al estilo «Papá lo sabe todo» de la década de 1980, a ser un evento gestionado profesionalmente, convirtiéndose en un espectáculo que logra mantener su carácter distintivo pero que está constantemente modernizándose. Estoy orgulloso de que gran parte de mi crecimiento haya sucedido en Wimbledon y en ser parte de su gloriosa historia. Boris Becker, Junio de 2015 Derecha: Mi vida ha estado siempre relacionada con el Grand Slam más importante de todos: Wimbledon. 28 Boris Becker y Wimbledon 001-105 (2015).indd 28 8/10/15 11:50 29 Boris Becker y Wimbledon 001-105 (2015).indd 29 8/10/15 11:50 Capítulo 1 Boris Becker y Wimbledon 001-105 (2015).indd 30 8/10/15 11:50 Primera vez sobre hierba, primera vez en Wimbledon «No puedes romper ni un huevo con ese servicio.» Boris Becker y Wimbledon 001-105 (2015).indd 31 8/10/15 11:50 Boris Becker y Wimbledon Vivimos en la era de los medios sociales. Todo lo que hacemos aparece online, ya sea porque nosotros mismos lo hayamos subido o porque otro lo hace. El tenis es un deporte muy popular, así que atrae mucho interés por parte de la prensa mundial. Además, los mejores tenistas ganan fortunas y hay muchos tiburones dando vueltas buscando a la próxima estrella. Así que si con 15 o 16 años ganas un par de partidos en un torneo de Grand Slam, todo cambia desproporcionadamente y lo más probable es que el jugador comience a creerse todo lo que se dice de él, y eso afectará su rendimiento. Menciono esto porque la gente, a menudo, me pregunta si puede ganar Wimbledon un chico de 17 años, y mi respuesta es: «Sí, por supuesto, pero es muy difícil que suceda». Algunos dicen que el tenis actual es mucho más físico, y que, por eso, no se puede ganar un torneo de Grand Slam hasta que tengas al menos 20 años. Yo no lo comparto. Yo creo que un chico de 17 años está físicamente habilitado para ganarlo, pero ¿podrá tener la madurez necesaria para soportar el circo mediático que ello acarrea? Esa es la pregunta. Cuando yo tenía 17 años estábamos más protegidos. Los medios se interesaban por mí, así como se interesaron por Mats Wilander que ganó el Abierto de Francia con 17 en 1982 o Michael Chang que lo ganó también con 17 en 1989, pero no eran noticias tan importantes. Entonces los grandes titulares se los llevaba un asesinato o un terremoto o una revolución en algún lugar. Hoy en día cualquier cosa que le Derecha: Fui el ganador más joven de un Grand Slam cuando gané Wimbledon en 1985. 32 Boris Becker y Wimbledon 001-105 (2015).indd 32 8/10/15 11:50 Primera vez sobre hierba, primera vez en Wimbledon Michael Chang (debajo a la derecha) le ganó a mi eterno rival Stefan Edberg en la final del Abierto de Francia de 1989, batiendo mi record como el ganador más joven de un Grand Slam, que yo le había arrebatado a Mats Wilander (debajo). 33 Boris Becker y Wimbledon 001-105 (2015).indd 33 8/10/15 11:50 Boris Becker y Wimbledon dé a los medios más rating o cuota de mercado justifica un titular y, por eso, historias menores terminan siendo grandes titulares, sin importar su verdadera relevancia. Si yo tuviese 17 años hoy en día, sería capaz de ganar Wimbledon, pero se le hubiera exigido mucho más a mi madurez. En la era de los teléfonos inteligentes, las redes sociales e Internet, la capa protectora que tuve cuando gané el título en 1985, no hubiera funcionado. Mi representante Ion Ţiriac y mi entrenador Günther Bosch me mantuvieron en una burbuja durante ese Wimbledon. Me daba cuenta del cambio de actitud hacia mí en los vestuarios pero estaba afortunadamente aislado de todo el ruido exterior. Mientras iba avanzando en el cuadro, había más peticiones de entrevistas. No era solo que un niño de 17 años hubiese llegado a la segunda semana, sino que estaba ganando partidos que debía haber perdido. Tuve dos victorias en partidos a cinco sets que debí haber perdido, en uno inclusive tiré la toalla, pero ni el árbitro ni mi oponente se dieron cuenta por lo que tuve la oportunidad de cambiar de idea. Ţiriac mantuvo a raya la mayoría de peticiones de entrevistas, lo que me permitió estar enfocado. Mi familia inclusive me ocultó que mi abuelo había fallecido la víspera del campeonato, porque lo quería muchísimo y sabían que me afectaría. No puedes hacer eso hoy en día. Derecha: Mi historia de amor con Wimbledon comenzó en 1976 cuando vi a Björn Borg ganar el primero de sus cinco trofeos de Wimbledon. 34 Boris Becker y Wimbledon 001-105 (2015).indd 34 8/10/15 11:50 Boris Becker y Wimbledon 001-105 (2015).indd 35 8/10/15 11:50 Boris Becker y Wimbledon 36 Boris Becker y Wimbledon 001-105 (2015).indd 36 8/10/15 11:50 Primera vez sobre hierba, primera vez en Wimbledon Alguien te habría enviado un mensaje o se hubiera filtrado a través de Facebook o Twitter. Ese tipo de cosas son las que han cambiado en estos 30 años. Cuando era adolescente, con mis amigos no sentíamos que estuviésemos viviendo en tiempos prehistóricos. No tendríamos correo electrónico, móviles, ni siquiera faxes, pero en todas las casas había teléfono. También teníamos televisión, el invento cultural que hacía pensar a nuestros padres que nos dejaría a todos con los ojos cuadrados. Y fue gracias a la televisión que mi relación de amor con Wimbledon comenzó. Comencé a jugar tenis con tres años, y a los seis ya gané mi primer campeonato, por lo que fui bastante precoz, pero en esos días no pasaban tenis en la televisión alemana. Solo teníamos tres canales: dos nacionales y uno regional. El fútbol tenía su espacio regular los sábados y a mitad de semana, pero difícilmente se veía un partido de tenis en televisión. Pero un día apareció un torneo que se retransmitía, la final de Wimbledon. El primer partido que recuerdo fue cuando tenía ocho años, cuando Bjorn Borg ganó el primero de sus cinco títulos de Wimbledon. Eso fue en 1976 y ha sido la primera vez que la palabra Wimbledon entró en mi conciencia. Lo que más me fascinaba era que jugaban sobre hierba. Algunas de las pistas en las que jugábamos eran verdes con líneas blancas. Se trataba de las pistas (sintéticas) cubiertas del TC Blau-Weiss Leimen (literalmente «Club de tenis azul y blanco). Allí era donde jugábamos en los meses de invierno, mientras Izquierda: Comencé a jugar tenis a los tres años y gané mi primer torneo con seis. que en los de verano jugábamos en pistas de tierra batida (polvo de ladrillo). Mi padre era arquitecto; de hecho él había diseñado el edificio del Blau-Weiss Leimen, así como el centro nacional de entrenamiento cercano al club, en donde jugadores como Steffi Graf y Anke Huber se entrenaron. ¿Y qué hacía la gente como él con sus hijos los fines de semana? Iban al club de tenis, así que aprendí a jugar. Mi hermana Sabine, que es cuatro años mayor que yo, me dio mis primeras lecciones de tenis. He regresado al TC Blau-Weiss unas cuantas veces desde entonces. Está exactamente igual, y me parece bien, es un pequeño club que sirve a su propósito. Lo considero una parte importante de mi vida ya que me dio las bases para mantenerme alejado de la ostentación y el glamur, así que me gusta que permanezca intacto. Lo que encuentro triste es que el centro nacional tampoco haya cambiado: aún están los mismos entrenadores que hace 25 años. Eso muestra que la orientación de la DTB, la federación alemana de tenis, es errónea. Estamos desfasados, y el tenis profesional actual aún no ha llegado a Alemania. Si han seguido algo mi carrera les sonará el nombre «Leimen», que no es una metrópolis sino un pueblo semiindustrial que mientras yo crecía tenía menos de 20.000 habitantes. La ciudad más cercana es Heidelberg, a siete kilómetros o 20 minutos en autobús. Iba allí con mis amigos los sábados por la noche, o con mi madre si necesitaba ropa. Al ser tan pequeño, Leimen podría no haber tenido siquiera una pista de tenis, o solo un pequeño club con dos o tres pistas de arcilla que podías usar unos siete meses al año hasta que llegaran las primeras heladas. Así que 37 Boris Becker y Wimbledon 001-105 (2015).indd 37 8/10/15 11:50 Boris Becker y Wimbledon tener un club con pistas cubiertas al lado de casa fue toda una suerte para mí. Al ser un entusiasta del tenis, y siendo Wimbledon la única competencia televisada, se convirtió en algo importante para mí y creció mi fascinación por poder jugar en hierba. Aunque solo fuera entrenar en una pista de césped, o jugar un partido, se convirtió en una de mis metas. La única pista de hierba que había en Alemania estaba en Grünwald, un suburbio de Múnich, pero era privada, pertenecía a una familia y nadie más podía jugar allí. En retrospectiva, el trabajo que hice durante el invierno en las pistas cubiertas sentaron las bases de mi posterior juego en hierba. La superficie era una moqueta rugosa; en la cual se jugaba con zapatillas con suela totalmente lisa, y era muy rápida. En esa superficie tenías que jugar con un estilo muy similar al que se jugaba por entonces en hierba. Tenías que sacar e ir a buscar la volea, la devolución del servicio era muy importante, y básicamente el primer golpe era el que valía. El bote de la pelota era bastante bajo y los puntos no duraban mucho. La hierba es más suave que la moqueta rugosa, pero el movimiento y estilo de juego es muy similar, así que aunque no tenía idea de cómo era jugar sobre hierba, lo que veía de los partidos de Wimbledon era similar al tipo de tenis que practicábamos en el club de Leimen. Lo único que parecía que no se hacía en Wimbledon era zambullirse, pero yo si lo hacía. Nadie me enseñó, simplemente lo hacía. Tienes que hacerlo bien porque sobre moqueta te puedes raspar las rodillas. Yo lo hacía inocentemente. Supongo que la gente me veía y pensaba que tenía una actitud «nunca te rindas», pero yo no era consciente de ello. Simplemente era una reacción rápida e instintiva de mi parte, si no podía llegar utilizando mis pies, instintivamente volaba a por la bola. No era algo que pensara, aunque, por supuesto, cuando salía bien te daba grandes satisfacciones. La rotación para levantarme luego de la zambullida también es algo que fui desarrollando. Jugaba bastante al fútbol y era un buen portero, así que sabía cómo caer para no lastimarme y lo hacía de forma natural. El que era entonces mi entrenador, Boris Breskvar, luego introdujo colchonetas blandas para practicar la zambullida como la hacía yo, pero nunca lo hizo mientras yo entrené con él. Breskvar era una persona muy interesante, y algunas cosas de él resuenan en mí ahora que entreno a Novak Djokovic. Él era de Eslovenia, que por entonces formaba parte de Yugoslavia y era un apasionado del tenis. Más tarde escribió un libro sobre la forma en la que entrenaba, de la cual muchas asociaciones nacionales de tenis podrían aprender hoy en día. Él estaba más interesado en conseguir que el jugador tuviera la mentalidad adecuada, antes que enfocarse en los golpes. Tenía pasión por competir y ganar ya sea en tenis, fútbol o en cualquier otro deporte. No se trataba de tener una derecha perfecta, sino de concentrarse en lo físico y mental, y eso marcó la diferencia en mi vida profesional. Él apostaba por jugar ocho horas diarias solo para acostumbrarse a competir. La atmósfera en sus centros Derecha: Lo único que parecía que no se hacía en Wimbledon era zambullirse… 38 Boris Becker y Wimbledon 001-105 (2015).indd 38 8/10/15 11:50 39 Boris Becker y Wimbledon 001-105 (2015).indd 39 8/10/15 11:50 40 Boris Becker y Wimbledon 001-105 (2015).indd 40 8/10/15 11:50 Primera vez sobre hierba, primera vez en Wimbledon de entrenamiento durante las tardes era genial. Había mucha gente jugando y había mucha acción y ruido; no se trataba únicamente de pegarle a la bola, había que hacerlo con ruido, con pasión y todo el mundo amaba lo que hacía y quería volver al día siguiente. Creo que la pasión que tenía Breskvar es una de las razones por la cual los ciudadanos de la ex Yugoslavia son tan buenos deportistas. Hay una gran pasión por el deporte y una gran comprensión del mismo en esa parte de Europa, que se extiende a Bulgaria y Rumanía también. Físicamente son todos grandes atletas y todos son grandes luchadores. Goran Ivanišević era un luchador y Marin Čilić lo es. Y no creo que sea una coincidencia que mi primer gran entrenador fuese un ex yugoslavo y que el jugador que ahora entreno lo sea. Me siento cómodo con esa mentalidad. Lo más importante que hizo Breskvar por mí, fue remodelar completamente mi servicio. Cuando tenía 10 u 11 años estaba muy descontento con mi saque y un fin de semana me dijo: «¡No romperás ni un huevo con ese servicio!», así que nos pasamos todo el fin de semana modificándolo. El lunes ni siquiera podía sacar, pero me dijo que siguiera trabajando los cambios. Más tarde pude descubrir qué posición tenía que adoptar, qué forma del cuerpo y qué ritmo, pero los primeros días, tenía demasiadas cosas en las que pensar del movimiento como para pegarle bien a la bola. Fue Izquierda: Mi entrenador Boris Breskvar me enseñó a aprender desde cero el servicio. Fue tal vez el mejor consejo que he recibido durante mi carrera. toda esa preparación física y mental las que hicieron que luego tuviera el movimiento especial de servicio por el cual se me conocía, y que gente como Mansour Bahrami y Novak Djokovic imitan cuando sirven. Tenía que pensar si estaba en el lugar correcto y si mis pies y hombros estaban alineados. Tenía que pensar muchas cosas hasta que se convirtió en algo natural para mí. No hace falta que diga lo importante que fue ese fin de semana de cambios para mi carrera profesional. Mi servicio era la clave de mi juego y cuando funcionaba bien, el resto de mi juego también lo hacía. A fines de 2014, en una conferencia de prensa, al anunciar la formación de un nuevo consejo asesor de cinco personas de la ATP, John McEnroe dijo que los tres mejores servicios de la historia fueron el de Pete Sampras, el de Goran Ivanišević y el mío. Creo que rompí unos cuantos huevos con el saque que Boris Breskvar me enseñó. Mi sueño de jugar sobre hierba se cumplió cuando tenía 14 años y lo aproveché como un pato al agua. ¡Me encantó! Sí, la bola botaba mal, probablemente mucho más entonces que ahora. Decían que una de cada cinco bolas botaba en forma extraña. Las pistas donde jugué estaban en tan mal estado que probablemente fueran una de cada tres y en algunas pistas nunca botaba dos veces de la misma forma. Pero la gente no entiende que lo importante en la hierba es tu movimiento, esa es la clave. Los que juegan bien en Wimbledon por supuesto que tienen que servir y restar bien, pero sobre todo deben moverse bien. Y desde la primera vez que la pisé, me sentí muy cómodo en esa superficie. 41 Boris Becker y Wimbledon 001-105 (2015).indd 41 8/10/15 11:50 Boris Becker y Wimbledon La primera vez que jugué sobre hierba fue en 1982, en un torneo juvenil en Thames Ditton, un club privado del sudoeste de Londres. Yo era el mejor juvenil de Alemania (en torneos bajo techo ya era el campeón nacional masculino) así que viajé con otros talentosos jugadores como Tore Meinecke, Christian Schmidt, Eric Jelen y Charly Steeb, algunos de ellos llegaron a tener una buena carrera profesional. No nos quedábamos en hoteles sino en albergues de la juventud o en pensiones, pero era bonito porque estábamos de gira como jugadores profesionales. Tenía muchas ganas de jugar sobre hierba. Había visto tantas finales de Wimbledon y había escuchado tantas historias al respecto que estaba deseoso de descubrir qué se sentía al jugar en esa superficie. Practicamos un poco el día anterior a nuestros primeros partidos e inmediatamente me enamoré de la hierba. Desde los primeros pasos sobre la pista, parecía que era lo único que hubiese hecho en toda mi vida. Nunca fui de deslizarme mucho en ninguna superficie, me gustaba plantar firmemente los pies y tener un buen punto de apoyo antes de golpear mis tiros, y eso era muy bueno sobre hierba. Tenía piernas bastante musculosas, podía agacharme y llegar bien abajo sin caerme. Ese es también un secreto sobre hierba. Gané mi partido de primera ronda y recuerdo lo excitado que estaba por haber jugado por primera vez sobre hierba. Creo que llegué a semifinales en ese torneo. No era mi primera vez en Londres, ya había estado a los 10, cuando el mejor jugador de la categoría de menos de 12 años de Alemania (Udo Riglewski) y yo jugamos contra los mejores de esa categoría de Gran Bretaña (Richard Whichello y Jason Goodall). ¡No me preguntéis el resultado, a los ingleses no les gusta que les recuerden las derrotas frente a Alemania! Ese fue también mi primer vuelo en avión, de Frankfurt a Londres. No recuerdo mucho de Londres porque estábamos alojados en un hotel barato y pasábamos todo el tiempo jugando tenis, pero sí recuerdo que sobrevolamos la ciudad y me sorprendió lo grande que era, especialmente comparada con donde vivía. La primera vez que atravesé las puertas de Wimbledon fue en 1983, cuando jugué el campeonato júnior. Tenía 15 años, nos hospedábamos en una pensión en algún lugar de Londres. El equipo alemán tenía un autobús y todos viajábamos juntos hasta las pistas. Mientras atravesaba las puertas, me sorprendió lo verde que era todo, y la gran cantidad de blanco. Caminé por el césped de la Centre Court y toqué la hierba. Pensé en lo tranquilo que parecía todo, había 100.000 personas alrededor pero aun así parecía todo muy quieto. En esos tiempos no había teléfonos móviles ni gadgets electrónicos, así que no era como ahora, era un sentimiento sobrecogedor. A pesar de tener 15 años, jugaba con los menores de 18 porque era suficientemente bueno para ello. Había un chico que había dominado todo el año y resultó que me tocó cruzármelo en el primer partido. Yo no estaba sembrado ni había jugado muchos torneos (aún estaba en el colegio) y este chico, Stefan Edberg, tenía 22 meses de edad más que yo. Había jugado antes contra él pero nunca le había ganado (casi dos años es una brecha muy importante cuando tienes 15 y 17) y él llegaba a Wimbledon acabando de ganar el Abierto de Francia juvenil. 42 Boris Becker y Wimbledon 001-105 (2015).indd 42 8/10/15 11:50 Primera vez sobre hierba, primera vez en Wimbledon Dos grandes campeones ex yugoslavos: Goran Ivanišević (debajo, derecha) y Marin Čilić (debajo). 43 Boris Becker y Wimbledon 001-105 (2015).indd 43 8/10/15 11:50 Boris Becker y Wimbledon 001-105 (2015).indd 44 8/10/15 11:50 Primera vez sobre hierba, primera vez en Wimbledon A él tampoco le gustaba tener que enfrentarse conmigo, pero 6-4, 6-4 más tarde, yo estaba fuera del torneo y él siguió su camino hasta ganarlo. Ganó los cuatro Grand Slam júniors de ese año. La única vez que alguien lo consiguió, así que en retrospectiva no fue una mala derrota. Al perder en primera vuelta, estuve en Wimbledon solo dos días, pero estaba determinado a ver un partido en la Centre Court así que un día un grupo de jugadores del equipo alemán fuimos a ver el último partido a la tarde. Mientras entraba, no podía resistir pensar lo bonito que era, parecía entrar en una iglesia. Estaba verdaderamente conectado a ese lugar, este era el lugar que había albergado tantos grandes partidos, muchos de los cuales había visto por televisión, y finalmente me encontraba allí. Me quedé sin palabras. En directo parece un poco más pequeño de lo que se ve por TV, los ángulos de la cámara lo hacen verse más grande, pero es más sobrecogedor en vivo. Mientras me iba de Wimbledon y de Londres pensé que había conseguido algo bueno, había jugado en hierba, había jugado en Wimbledon y había estado en la Centre Court. Aun cuando no pudiera hacerlo nunca más, al menos lo había hecho una vez en la vida. Izquierda: Entrar a la Centre Court es como entrar en una iglesia. Te conectas con el lugar. 45 Boris Becker y Wimbledon 001-105 (2015).indd 45 8/10/15 11:50