1. Introducción Las competencias deportivas actuales exigen que la preparación física, técnica, y táctica no es suficiente para obtener resultados deportivos de envergadura. Por lo que se hace indispensable la necesidad de un cuarto tipo de preparación del deportista: La Psicológica. La preparación psicológica para la competencia concreta comienza por lo general 2 o 3 semanas antes de la competencia y el entrenador se dedica a: • Obtener información acerca de la competencia, las condiciones y los contrarios. • Hacer diagnóstico del deportista (psicológico). • Determinar junto al deportista los fines de la participación. • Elaborar junto al deportista el programa de preparación psicológica a seguir. • Estimular los motivos positivos para la participación en la competencia. • Organizar el entrenamiento en base a la superación de dificultades. • Crear condiciones que ayuden a eliminar la tensión psíquica excesiva del deportista. Esta preparación psicológica busca lograr el estado de disposición psíquica para la competencia. El estado de disposición psíquica del deportista para la competencia en los deportes por equipos, tiene la particularidad de que depende directamente del estado general de disposición psíquica del equipo como colectivo deportivo, por un lado el estado de disposición psíquica de cada uno de los miembros del equipo depende en gran medida del estado de disposición general del equipo, mientras que por otro lado este último en medida considerable condiciona el mencionado estado de cada deportista. Esta relación es compleja y se subordina a las leyes de la psicología de grupo. Precisamente, en un deporte por equipos, y ya en plena competencia deportiva es que desarrollamos esta experiencia en la preparación psicológica con el objetivo, a solicitud del Director Técnico del equipo, de contribuir a la elevación del estado de disposición psíquica de los deportistas y el equipo, afectados por la influencia de factores externos desestabilizadores surgidos de forma inesperada. 2. Desarrollo El equipo de fútbol de la provincia que participa en el Campeonato Nacional Cubano viene desarrollando una meritoria actuación considerando sus resultados históricos. A mediados del campeonato recibe en sus terrenos al equipo campeón nacional. Desarrolla un excelente juego que le permite un empate durante todo el juego, que por demás se caracteriza por imprecisiones arbitrales siempre en contra de los locales y que a la postre dieron al traste con la decisión del juego y lo ocurrido. A escasos minutos del final se decide una jugada que pone delante a los visitantes. El público se lanza al terreno de juego, siendo imposible su continuación y de esta forma pierde el equipo local. A partir de este hecho el clima psicológico del equipo se vio afectado perdiendo sus dos siguientes compromisos. Es en este momento que el Director Técnico del equipo solicita los servicios de un especialista en Psicología, responsabilidad que asumimos por orientación del Director del Centro de Medicina Deportiva de la Provincia. Inmediatamente contactamos con el Director Técnico del equipo y escuchado su parecer trazamos nuestra estrategia ce intervención. Consideraciones iniciales en la estrategia 1. La intervención se realizaría ya estando el equipo en plena competencia y sin experiencia previa de preparación psicológica por parte de un especialista. 2. El fútbol, como cualquier otro deporte que se practique en equipo, reclama forzosamente un tratamiento social o de grupo humano. 3. El futbolista es siempre un hombre, mientras está jugando y mientras permanece sin jugar, cuando está en casa con familiares y amigos, cuando espera en el banco su oportunidad, cuando sufre en silencio el largo período de una lesión, cuando agacha la cabeza expulsado de un terreno de juego. Pero al mismo tiempo es un hombre distinto de cualquiera de los otros que integran el equipo, que posee su propia personalidad y calidad técnica. La estrategia en si Partiendo de las consideraciones o principios iniciales decidimos no hacer caracterización psicológica del equipo y sus integrantes por entender que cualquier medición psicométrica podría añadir una tensión adicional a las propias de la competencia y del mal momento que atraviesa el equipo. Así las cosas dirigimos nuestra intervención al trabajo en dinámicas de grupo con el objetivo de elevar la combatividad del equipo y rescatar la confianza en sus propias fuerzas. En el primer contacto con el equipo debatimos ampliamente el rol de la preparación psicológica, la importancia de considerar los aspectos psicológicos si se aspira con objetividad a obtener buenos resultados en el deporte de alto rendimiento. La presencia de siete Licenciados de Cultura Física y dos estudiantes en el equipo ayudaron a crear la motivación necesaria por la intervención psicológica planificada. Previo al siguiente juego, en su preparación, reforzamos los aspectos que reafirman la confianza en sus posibilidades. El juego fue muy diferente a los dos anteriores y culminó en victoria. A partir de este momento en el entrenamiento se trabajaron las dificultades detectadas en los juegos a causa de factores psicológicos. Las dinámicas grupales se continuaron al analizarse el resultado de cada juego y en la preparación del siguiente. Fueron debatidos temas tales como la motivación y su papel en el logro de las metas propuestas, revisándose y estimulándose, a propósito, los motivos positivos para la participación en la competencia; los estados emocionales y su influencia en el rendimiento deportivo; la esfera volitiva de la personalidad y mecanismos para desarrollar los esfuerzos volitivos en pro del buen resultado; y los aspectos del fútbol como equipo y el clima psicológico. En este último aspecto hemos hecho más énfasis y nos detendremos en él, ya que ante dos fracasos sufridos por el equipo se evidenciaron actitudes y aspectos que dañan el clima psicológico y el accionar del equipo como colectivo. Sin olvidar que cada futbolista es un hombre con su propio YO, trabajamos por lograr su integración al equipo, ir del YO al NOSOTROS. Porque fútbol es asociación, es grupo deportivo en su doble dimensión, humana y técnica; y el futbolista se pierde y se encuentra al mismo tiempo entre los demás sin poder definirse de otra manera que relacionado con su equipo. Para lograr esto trabajamos tres aspectos fundamentales: 1. La autoempatía: capacidad de verse como se es, de atreverse a llevar adelante su autocrítica. Llevarlos a la autorreflexión de sus cualidades y experiencias positivas y negativas que le dan un lugar en el equipo. 2. Los conflictos humanos: valoramos su dimensión negativa de incompatibilidad y rechazo y su dimensión positiva de evolución y de perfeccionamiento. 3. La conciencia de los demás: como se entienden como grupo los jugadores, que conclusiones son capaces de adoptar en equipo y de lograr un comportamiento de grupo que permita: • que todos sientan las mismas sensaciones de grupo, y que sean tan intensas como para crear un grupo cohesionado. • que los jugadores sientan al equipo como una realidad que no constriñe a nadie, sino, que ayuda a todos. • que los jugadores entiendan que lo más importante para ellos es lo que realiza el equipo, no su lucimiento personal. Todas estas reflexiones van encaminadas a que se interiorice que el fútbol es equipo y: El equipo significa un apoyo sin tregua defendiendo y atacando. No sirven los hombres aislados. El fútbol se entiende en equipo, que es más que una suma de esfuerzos, es una multiplicación de posibilidades para así atender a todos los aspectos del juego. Cada futbolista se siente seguro al lado de quien corre el mismo riesgo que él y la misma inquietud por alcanzar lo mejor, quien le presta ayuda cuando ha agotado su repertorio de soluciones. Precisamente una de las grandezas del fútbol reside ahí, en su dimensión de responsabilidad colectiva, compartida, que alcanza a todos por igual. Las divisiones, las excentricidades de los que personalizan el fútbol en su beneficio, el individualismo que se recrea olvidando a los demás, no tienen sentido en un deporte que está concebido en plural. El balón es de todos, y hacia él convergen las miradas de todos. Simultáneamente a estas intervenciones grupales se realizaron intervenciones individuales a aquellos jugadores que la Dirección del equipo entendió necesario. Esta estrategia de intervención aun está en desarrollo, pues la competencia no ha concluido. Siguiendo sus principios iniciales se enriquece con el análisis de los acontecimientos que se presenten en el terreno de juego y el comportamiento de sus jugadores. 3. Conclusiones 1. La Estrategia de intervención psicológica que se emplea ha permitido rescatar el adecuado estado de disposición psíquica del equipo para la competencia. 2. Se ha interiorizado la necesidad de considerar los aspectos psicológicos en la preparación del futbolista y trabajar desde las etapas iniciales del entrenamiento por lograr la integración plena de cada atleta al equipo en la justa valoración del fútbol como asociación, como grupo cohesionado en su accionar común. Bibliografía • Coca, S. Hombres para el fútbol. (1985) Una aproximación al estudio psicológico del futbolista en competición. España. • Dzhamgarov, E.T y Puni, A.T. (1990) Psicología de la Educación Física y el Deporte. La Habana. • Puni, A.Y. (1969) La preparación psicológica para las competencias deportivas. Moscú. • Marrero Rodríguez, G. 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