Naturaleza y utilidad de los indicadores de calidad del suelo Armando Navarrete Segueda*, Gilberto Vela Correa** , *** Jorge López Blanco, Ma. de Lourdes Rodrı́guez Gamiño**** Recibido: 12 de enero de 2011 Aceptado: 10 de marzo de 2011. Resumen Se realizó una revisión del concepto de calidad de suelo (CS) y los principios teóricos que fundamentan la utilización de sus indicadores. Se presentan aspectos conceptuales de ese término y se consideran diferentes aproximaciones planteadas por varios autores, a partir de una perspectiva ecológica y agronómica, principalmente. Para el establecimiento de los indicadores de CS se debe considerar que sean fáciles de medir, que tomen en cuenta propiedades fı́sicas, quı́micas, biológicas y cualitativas, ser accesibles, aplicables en condiciones de campo, sensibles a las variaciones del clima y manejo del suelo. Un enfoque de uso de indicadores de CS, no busca tener un grupo único de ellos, ya que cada ecosistema y agro-ecosistema responde a condiciones particulares. Se muestran referencias de trabajos que se han realizado a nivel gubernamental y académico en México y abordan los indicadores ambientales y de CS. Éstos indicadores permitirán que se apliquen polı́ticas para la conservación del suelo, mejorar su calidad y revertir sus procesos de degradación, asimismo considerar su funcionalidad especifica. Los indicadores de CS son una fuente de conocimiento importante porque facilitan la formulación de estrategias y acciones para la planeación territorial, el establecimiento de polı́ticas, en la toma de decisiones, y para el aprovechamiento y conservación del recurso suelo. Abstract A review of the soil quality (SQ) concept and the theoretical principles underlying the use of indicators was performed. We present the conceptual subjects of that term and considered different approaches raised by several authors mainly from ecological to agronomic point of view. To establish indicators of SQ should be considered to be easily measured, taking into account physical, chemical, biological and qualitative concerns, be accessible and applicable in field conditions, sensitive to changes in climate and soil management. An approach of using SQ indicators not looking to have a unique group of them due each ecosystem and agro-ecosystem responds to specific conditions. We show paper references of works made in Mexico at government and research fields where they address environmental and SQ indicators. These indicators will allow policy implementation for soil conservation, improve quality and reverse degradation processes also considering specific functionality. SQ indicators are an important knowledge source because they help strategies formulation and actions for land management, establishing policies, taking decision, and for using and conservation of soil resource. Key words: soil quality, indicators, conservation of soil. Palabras clave: calidad de suelo, indicadores, conservación del suelo. * Instituto de Ecologı́a, UNAM. Circuito Exterior s/n. Ciudad Universitaria. 04510. México, Distrito Federal. E-mail: [email protected] ** Universidad Autónoma Metropolitana-Xochimilco. Departamento El Hombre y su Ambiente. Calzada del Hueso 1100. Col. Villa Quietud. 04960. Coyoacán, México, Distrito Federal. E-mail: [email protected]. *** Instituto de Geografı́a, UNAM. Circuito Exterior, Ciudad Universitaria. 04510. Coyoacán, México Distrito Federal. Email: [email protected]. **** Facultad de Filosofı́a y Letras, UNAM Avenida de los Insurgentes 3000. Ciudad Universitaria. 04510 Coyoacán, México, Distrito Federal. E-mail: [email protected]. Introducción En años recientes diversos autores han escrito acerca de la calidad del suelo, poniendo particular atención en la identificación de las caracterı́sticas de los suelos que reflejen de mejor forma los cambios en su calidad, ası́ como las diferentes formas de medición y aplicación de ellas como indicadores (GilStores et al., 2005). Recientemente se han propuesto diferentes definiciones para el concepto de calidad del suelo, partiendo desde un punto de vista pura29 30 mente agronómico, hasta algunas con una perspectiva ambiental biofı́sica integrada. Sin embargo el concepto sigue sin estar completamente definido (Bastida et al., 2008). Es por ello que la utilización y aplicación del concepto de calidad del suelo es un proceso que ha estado en constante evolución (AstierCalderón et al., 2002). Existen algunos análisis acerca de las contradicciones conceptuales que existen sobre lo que se ha considerado el paradigma de la calidad del suelo (Bautista et al., 2004), en ellos se han planteado dos posiciones diferenciadas que en ambos casos pretenden dar operatividad a este concepto. Primero están los que consideran necesario el establecimiento unificado de criterios generales para evaluar la calidad del suelo y sus cambios (Arshad y Coen, 1992), en el cual dichos indicadores no podrı́an ser un grupo seleccionado ad hoc para cada situación particular, sino que deben ser los mismos en todos los casos. Esto con el propósito de facilitar y hacer válidas las comparaciones a nivel nacional e internacional. Una segunda posición está a favor de que en la evaluación de la calidad del suelo no se debe determinar un grupo único de indicadores básicos, ya que cada circunstancia dentro del paisaje biofı́sico responde a condiciones particulares (Bautista et al., 2004; Astier-Calderón et al., 2002). En este trabajo se comparte esta última visión, por lo que se planteó como objetivo realizar una revisión de los conceptos de calidad y conocer los principios teóricos que fundamentan la selección de los indicadores de calidad del suelo. Fundamentos teóricos sobre el concepto de calidad del suelo Los suelos difieren del aire y el agua, ya que estos dos tienen un estado “puro”, que se puede considerar como un estándar de referencia. Las condiciones quı́micas, fı́sicas y biológicas del aire y del agua se pueden cuantificar con relativa facilidad para determinar la desviación con respecto a su estado puro, lo que permite generar inferencias para usos especı́ficos. Por otro lado, la composición fı́sica, quı́mica y biológica del suelo varı́a ampliamente, y no es posible establecer un valor estándar para todos los suelos. Como resultado de ello, los especialistas han tratado de definir y cuantificar la calidad del suelo a partir de algunos indicadores. ContactoS 80, 29–37 (2011) La calidad del suelo y sus parámetros de referencia se pueden ligar al concepto de funcionalidad del ecosistema, ya que integra e interconecta los componentes y procesos biológicos, quı́micos y fı́sicos de un suelo, en una situación determinada (Astier-Calderón et al., 2002). Desde una perspectiva ecológica, este concepto refleja la capacidad especifica que tiene un suelo para funcionar dentro de los lı́mites del ecosistema, para sostener o mejorar la productividad de plantas y animales, mantener o mejorar la calidad del aire y del agua, y sostener la salud humana y el hábitat (USDA-NRSC-SQI, 2001). La calidad del suelo es dinámica y puede cambiar en el corto plazo, de acuerdo con el uso y prácticas de manejo, y para conservarla es necesario implementar prácticas sustentables en el tiempo. La evaluación de la calidad del suelo permite entender y revertir el deterioro en dicha funcionalidad ecosistémica, como sucede con: la pérdida de suelos por erosión, depositación de sedimento por viento e inundaciones, reducción de la infiltración, compactación de la capa superficial, pérdida de nutrimentos, efecto de la presencia de pesticidas, cambios en el pH, aumento de la solubilidad de metales pesados, pérdida de materia orgánica, reducción de la actividad biológica, infestación de organismos patógenos y reducción de la calidad de agua. La habilidad que tiene el suelo de sostener la productividad biológica, soportar las funcionalidad ecosistémica y mantener el balance ambiental biofı́sico (Figura 1), está ı́ntimamente relacionada con la calidad del suelo . Por otra parte, sostienen que la calidad del suelo debe ser evaluada basándose en su funcionalidad especı́fica, dentro de las cuales destacan: el mantenimiento de la productividad y biodiversidad, la regulación de los flujos hidrológicos, la filtración y amortiguamiento de contaminantes, la regulación de los ciclos biogeoquı́micos, el soporte estructural y la resistencia a la degradación y erosión, etc. (Doran y Parkin, 1994). Agrupando las funciones anteriores, Nortcliff, (2002) y Karlen et al., (2003) incluyen tres principios importantes en la definición de la calidad del suelo: 1. La productividad del suelo, que se refiere a la habilidad del mismo para promover la productividad del ecosistema, sin perder o alterar sus propiedades fı́sicas, quı́micas y biológicas; 2. La calidad del ambiente biofı́sico, entendida como la capacidad de un suelo para atenuar los con- Naturaleza y utilidad de los indicadores. . . A. Navarrete, G. Vela, J. López, Ma. de L. Rodrı́guez. 31 Para evaluar la calidad del suelo, resalta la importancia de los atributos que controlen o sean influenciados por algunas de las funciones del suelo. Sin embargo, se ha sostenido que los indicadores de calidad deben reflejar las principales restricciones del suelo, en congruencia con la función o las funciones principales que se evalúan (Bautista et al., 2004). Debido a lo anterior, los indicadores que se pueden determinar en un sitio, podrı́an no ser tan importantes al ser evaluados en otro sitio. Los indicadores que se utilizan comúnmente corresponden con las propiedades fı́sicas, quı́micas y biológicas del suelo (Tabla 1, pag. 34). De acuerdo con ello, los indicadores de calidad del suelo deben cumplir con las siguientes condiciones (NRCS, 2004; Etchevers et al. 2009): Figura 1. Componentes de la calidad de suelo (Doran y Parkin, 1994). taminantes ambientales, los patógenos, y cualquier posible daño hacia el exterior del sistema, incluyendo también los servicios ecosistémicos que ofrece (reservorio de carbono, mantenimiento de la biodiversidad, recarga de acuı́feros, etc.); y, 3. La salud del suelo, que se refiere a la capacidad de un suelo para producir alimentos sanos y nutritivos para los seres humanos y otros organismos Que sean fáciles de medir. Que midan los cambios en las funciones del suelo. Que abarquen las propiedades fı́sicas, quı́micas y biológicas del suelo. Que sean accesibles a los evaluadores y aplicables en condiciones de campo. Que sean sensibles a las variaciones climáticas y de manejo. Asimismo, los indicadores de calidad del suelo deben permitir (Etchevers et al., 2009): Analizar la situación actual del suelo con respecto a la funcionalidad especı́fica que se evalúa. Identificar los puntos crı́ticos respecto de su sustentabilidad. Prever los impactos de una intervención y minimizarlos. Ayudar en la toma de decisiones. ¿Por qué evaluar la calidad del suelo? La evaluación de la calidad del suelo es un proceso de conocimiento de la dinámica que presentan las propiedades edáficas que existen en los suelos. Dicho conocimiento es eficaz para evaluar la sustentabilidad de las prácticas de manejo del suelo. Esta evaluación debe considerar una estructura de metas prioritarias e identificar las funciones crı́ticas del suelo, necesarias para lograr esas metas y además seleccionar indicadores que provean información útil para dar seguimiento a los efectos del manejo sobre la funcionalidad del suelo durante un perı́odo de tiempo (Gil-Stores et al., 2005). Se ha señalado que dependiendo del tipo de funcionalidad que está bajo estudio, las propiedades seleccionadas para medir la calidad del suelo pueden variar (Nortcliff, 2002; Etchevers et al. (2009). Se han reunido en cuatro grupos los atributos que pueden ser usados como indicadores de calidad de suelo en indicadores: fı́sicos, quı́micos, biológicos y cualitativos. El mantenimiento de la calidad del suelo es crı́tico para un ambiente sostenible, por lo que es necesario una apropiada selección de indicadores de calidad que ofrezcan una rápida respuesta al cambio, clara discriminación entre los sistemas de manejo, mayor sensibilidad al estrés y a la restauración ambiental, y reflejo de la variabilidad espacial y temporal (GilStores et al., 2005). Indicadores fı́sicos de la calidad del suelo La calidad fı́sica del suelo se manifiesta de varias formas. Ejemplos de una pobre calidad fı́sica del suelo es cuando presenta una o más de los siguientes sı́ntomas: deficiente o baja infiltración de agua, pérdida neta de partı́culas por escorrentı́a, compactación, colmatación de poros del suelo y una aireación deficiente. El suelo puede presentar varios pro- 32 blemas simultáneamente y el conjunto de estos sı́ntomas es la causa común, p.ej. de agregados poco estables (Dexter, 2004) (Figura 2). La estructura influye en el tamaño y continuidad de los poros, ası́ como su capacidad de retener y transmitir fluidos y sustancias orgánicas e inorgánicas que derivan en la habilidad de mantener un desarrollo vigoroso de las raı́ces de las plantas. Los indicadores fı́sicos que se han empleado en las evaluaciones de la calidad del suelo están relacionados, por un lado, con propiedades que reflejen cómo el suelo acepta, retiene y proporciona agua a las plantas y por otro lado, a las condiciones que limitan el crecimiento de las raı́ces, la emergencia de las plántulas, la infiltración y el movimiento del agua dentro del perfil y promover el intercambio optimo de gases (Etchevers et al., 2009). Existe una amplia variedad de indicadores fı́sicos de la calidad del suelo, éstos varı́an de acuerdo con las caracterı́sticas predominantes del lugar en estudio. Doran y Parkin (1994), seleccionaron como indicadores la textura, profundidad, conductividad hidráulica, densidad aparente y capacidad de retención de agua. Por otra parte Nortcliff (2002), sugirió la textura, porosidad, densidad aparente y profundidad, del suelo. Indicadores quı́micos de la calidad del suelo A menudo se dificulta separar claramente las funciones del suelo en fı́sicas, quı́micas y los procesos biológicos, debido a la naturaleza dinámica e interactiva de estos procesos. Esta interconexión es especialmente importante entre las propiedades quı́micas y los indicadores biológicos de calidad del suelo, de tal manera que algunos autores pueden considerar la misma propiedad (por ejemplo el N mineralizable), en ambas categorı́as. Entre las propiedades quı́micas propuestas como indicadores, se señalan aquellas que inciden en la relación suelo-planta como: la calidad del agua, la capacidad amortiguadora del suelo y la disponibilidad de nutrimentos para las plantas, entre otros (Etchevers et al., 2009). Propiedades quı́micas como la capacidad de intercambio catiónico (CIC) reducen la presencia de cambios drásticos en el pH y la disminución en la disponibilidad de nutrimentos en el suelo (Astier-Calderón et al., 2002). Doran y Parkin (1994), propusieron como indicadores quı́micos el contenido de materia orgánica (MO), ContactoS 80, 29–37 (2011) carbono y nitrógeno orgánico, pH, conductividad eléctrica (CE), y N, P y K, disponibles. Los indicadores que reflejan estándares de fertilidad (pH, MO, N, P y K) son importantes en términos de producción de cultivos. Por su parte Nortcliff (2002), propuso al pH, la conductividad eléctrica, el contenido de materia orgánica, la capacidad de intercambio catiónico y las concentraciones de elementos potencialmente tóxicos como el Al y Mn. Es importante considerar que uno de los problemas que presenta la utilización de las propiedades quı́micas como indicadores de la calidad del suelo es su alta variabilidad estacional. Indicadores biológicos de la calidad del suelo La importancia de la evaluación de las propiedades biológicas del suelo, se relaciona estrechamente con la descomposición de la materia orgánica derivada de los residuos vegetales y animales, ası́ como del reciclaje de la misma, ya que los subproductos de su acción influyen de forma directa en las propiedades fı́sicas y quı́micas de los suelos (Astier-Calderón et al., 2002). Generalmente se refieren a la abundancia y subproductos de los organismos, incluidos bacterias, hongos, nemátodos, lombrices, anélidos y artrópodos. Las propiedades biológicas del suelo son muy dinámicas por lo que tienen la ventaja de servir de señales tempranas de degradación o de mejorı́a del suelo. Doran y Parkin (1994), seleccionaron como indicadores biológicos al carbono y nitrógeno de la biomasa microbiana, el nitrógeno potencialmente mineralizable y la respiración del suelo. Además consideran como indicadores biológicos a la población de lombrices y el rendimiento de los cultivos. Las propiedades biológicas y bioquı́micas (respiración del suelo, biomasa microbiana, microorganismos y otros) son más sensibles y son parámetros valiosos en la interpretación de la dinámica de la materia orgánica y los procesos de transformación de los residuos orgánicos. Además, dan rápida respuesta a los cambios en el manejo del suelo, son sensibles al estrés ambiental y fáciles de medir. Otro indicador del balance de la actividad metabólica de los microorganismos en los suelos es la actividad enzimática; la estimación de las enzimas implicadas en los ciclos del C, N y P permite el cálculo de la diversidad funcional de las comunidades microbianas en el suelo. Esto debido a que la biomasa microbiana expresa la cantidad de organismos que vi- Naturaleza y utilidad de los indicadores. . . A. Navarrete, G. Vela, J. López, Ma. de L. Rodrı́guez. 33 Figura 2. Figura 2 Impacto de la pérdida de la estructura en la calidad fı́sica del suelo (Lal y Shukla, 2004). ven en el suelo generalmente más pequeños a 10µm, principalmente hongos y bacterias que tienen una relación con el flujo de energı́a y transferencia de nutrimentos en los ecosistemas terrestres. centrada, la pérdida de los horizontes superficiales, ası́ como un pobre desarrollo de la vegetación, derivado de deficiencias nutrimentales, entre otras (Nortcliff, 2002). A pesar de sus limitaciones, la respiración continúa siendo el parámetro más utilizado como indicador de la actividad microbiana y de la descomposición de sustratos especı́ficos del suelo. Estos parámetros indican de manera fehaciente la mineralización que ocurre en el sustrato orgánico del suelo y son indicadores de la calidad de la materia orgánica y salud del suelo. Ası́, los parámetros biológicos aportan información relacionada con la actividad metabólica que existe en el suelo, pues son los que mantienen una mayor sensibilidad frente a los procesos no deseables como la contaminación o el manejo inadecuado del mismo. Etchevers et al. (2009), proponen como indicadores cualitativos: la formación de costras, la cobertura y vigor de la vegetación, la pendiente, los colores oscuros en el suelo, la profundidad del horizonte superficial, la presencia de rocas en la superficie y la cantidad de raı́ces expuestas. Aunque las funciones de los suelos responden a la interacción resultante de los factores ambientales (precipitación, temperatura, comportamiento hı́drico del suelo, etc.) a lo largo de las diversas porciones de las laderas, estas conexiones rara vez son consideradas en las evaluaciones de la calidad del suelo, un mejor conocimiento de ellas permitirá mejorar las interpretaciones en la valoración de la calidad del suelo. Indicadores cualitativos La evaluación cualitativa es un enfoque alternativo para obtener indicadores de calidad del suelo, dentro de los cuales se pueden considerar las caracterı́sticas que puedan revelar posibles cambios en la calidad del suelo (Etchevers et al., 2009). Esta evaluación se basa en atributos visuales que muestran cambios en la calidad del suelo, que reflejen disminuciones en la calidad de los procesos del suelo como son: erosión por escorrentı́a, tanto difusa como con- Por lo anterior, la evaluación de la calidad del suelo debe concebirse en un contexto en donde se establezca y especifiquen previamente, las escalas espaciales y temporales. Ası́ el seguimiento de la calidad del suelo podrá hacerse de manera comparativa o relativa. Para esto, Masera et al., (1999) sugieren que existen dos vı́as fundamentales: a) Comparar la evolución de un mismo sistema a través del tiempo, y b) comparar simultáneamente uno o más sis- 34 ContactoS 80, 29–37 (2011) Tabla 1. Indicadores fı́sicos, quı́micos y biológicos de calidad del suelo Indicador Relación con las funciones y condiciones del suelo Indicadores fı́sicos Textura del suelo Retención y transporte de agua y minerales; erosión del suelo a partir de su influencia en el tipo de estructura, la cantidad y tamaño de poros. Profundidad del suelo Estimación del potencial productivo y de erosión, profundidad fisiológica. Infiltración y densidad aparente Potencial de lixiviación, productividad y erosión. Capacidad de agua disponible Agua disponible para las plantas. Porosidad y compactación Retención y transporte de agua y nutrimentos; erosión del suelo. Estabilidad de agregados Erosión potencial, infiltración de agua. Indicadores quı́micos Materia orgánica (C y N) Disponibilidad de nutrimentos, fertilidad del suelo, estabilidad de agregados, a mayor cantidad: disminución de la erosión y aumento del potencial productivo. pH Actividad quı́mica y biológica, lı́mites para el crecimiento de las plantas y actividad microbiana. Conductividad eléctrica Actividad microbiológica y de las plantas. Limitante para el crecimiento de las plantas y la actividad microbiológica. N, P y K extraı́ble Disponibilidad de nutrimentos para las plantas y pérdida potencial de N, indicadores de productividad y calidad ambiental. Capacidad de intercambio catiónico Almacén de nutrimentos para las plantas, retención de contaminantes y amortiguación de pH. Indicadores Biológicos Biomasa microbiana (C y N) Actividad biológica, flujo de nutrimentos, potencial catalizador microbiano y reposición de C y N. N potencial mineralizable Productividad del suelo y aporte potencial de N Respiración del suelo Medición de la actividad microbiana, cantidad de C en el suelo. Riqueza y abundancia de fauna Relacionado con los procesos de descomposición y mineralización de residuos orgánicos y alerta temprana ante perturbaciones. Indicadores de relieve Pendiente Condiciones permisivas para la presencia de la erosión Orientación del terreno Diferencias en parámetros estructurales (biomasa, distribución de frecuencias), y comportamiento hı́drico del suelo. Altitud Patrones de distribución de especies vegetales. Unidad geomorfológica Forma del flujo del agua a lo largo de la ladera (posición en el relieve) (zonas donadoras-zonas receptoras). Fuente: Karlen et al., (1997) y Nortcliff (2002). temas de manejo alternativo o innovador con una referencia. Considerando que los suelos son muy diversos en sus propiedades, y desempeñan funciones con distinta intensidad y con potenciales diferentes la calidad del suelo debe ser evaluada con base en su papel multifuncional (Karlen et al., 1997). Sin embargo, hay que tomar en cuenta que los suelos no son capaces de proveer todas las funciones mencionadas, ya que algunas se llevan a cabo de forma natural en los ecosistemas y otras son resultado de modificaciones antrópicas. Los criterios para la selección de indicadores de calidad del suelo estarán en función de los diversos usos del suelo y son dinámicos en el tiempo. Considerando esto, la calidad del suelo debe ser evaluada basada en sus funciones especı́ficas, entendiendo cada función como el resultado de la interacción de las diversas propiedades del suelo, de modo que los mejores indicadores serán aquellas propiedades que influyan significativamente sobre la capacidad del suelo para proveer cada función, los usos a los cuales se destine éste y el ecosistema en el cual se está realizando la evaluación (Astier-Calderón, 2002). Criterios para la selección de indicadores de calidad del suelo Los criterios para seleccionar indicadores de calidad serán diferentes para los diversos usos del suelo y son Naturaleza y utilidad de los indicadores. . . A. Navarrete, G. Vela, J. López, Ma. de L. Rodrı́guez. dinámicos en el tiempo. Considerando esto, la calidad del suelo debe ser evaluada basada en sus funciones especı́ficas, entendiendo cada función como el resultado de la interacción de las diversas propiedades del suelo, de modo que los mejores indicadores serán aquellas propiedades que influyan significativamente sobre la capacidad del suelo para proveer cada función, los usos a los cuales se destine éste y el ecosistema en el cual se está realizando la evaluación (Astier-Calderón, 2002). A partir de lo anterior, se debe considerar que una evaluación ofrece dos preguntas primarias: ¿Cómo realiza el suelo esa función? y ¿Qué indicadores son apropiados para hacer la evaluación?. Por lo general se aspira a contar con un grupo mı́nimo de indicadores que permita hacer la evaluación. A este conjunto de indicadores se le llama MDS, por sus siglas en inglés (minimum data set) (Govaerts et al., 2006; Etchevers et al., 2009). Sin embargo, como es difı́cil medir un conjunto de indicadores denominado grupo de datos mı́nimos, cabe preguntarse ¿qué indicadores pudiesen ser los más relevantes? o ¿cuáles deberı́an utilizarse en un determinado proyecto? La determinación de algunos indicadores de calidad del suelo se han obtenido a partir del análisis de factores, el uso de ecuaciones de regresión para describir las relaciones entre los indicadores de calidad y las funciones del suelo , evaluaciones utilizando una regresión lineal múltiple basada en propiedades fı́sicas y quı́micas y a partir del análisis de componentes principales (Doran y Parkin, 1994). De lo anterior se desprende que cualquiera que sea la técnica aplicada, el objetivo final de la selección de indicadores de calidad del suelo, es que se conviertan en un conocimiento útil para establecer el estado actual o para medir el cambio de calidad que experimenta el suelo y que estos indicadores constituyan, cuando sean adecuadamente seleccionados, alertas tempranas de las direcciones que pueden tomar ciertos atributos básicos de un suelo, sometido a diferentes tipos de alteración natural o antropogénica. Un aspecto que es preciso resaltar, es la necesidad de definir claramente el patrón de comparación que se utilizará como estándar, porque éste puede hacer que los resultados del análisis con indicadores difiera (Etchevers et al., 2009). Los indicadores y la evaluación de la calidad de suelos en México La determinación de indicadores de calidad de suelo en México no está estandarizada, existen diferentes 35 versiones del concepto de calidad de suelo, siempre con base en el perfil del evaluador y la función que se pretende evaluar. Lo más cercano se establece en la Norma Oficial Mexicana (NOM-021) (SEMARNAT, 2002) que establece las especificaciones de fertilidad, salinidad y clasificación de los suelos, en la cual se hace referencia a los métodos a seguir para algunas determinaciones fisicoquı́micas. En México, el desarrollo de indicadores ambientales se creó por parte de la Secretarı́a de Medio Ambiente, Recursos Naturales y Pesca (SEMARNAP) en 1994, en colaboración con el Instituto Nacional de Ecologı́a (INE), que trabajaron tanto en la lı́nea ambiental como en la del desarrollo sostenible, considerando el esquema de la OCDE sobre Presión-EstadoRespuesta (Rodrı́guez-Gamiño, 2008). En la actualidad, la SEMARNAT cuenta con el Sistema Nacional de Indicadores Ambientales (SNIA) e Indicadores Básicos del Desempeño Ambiental, que tiene como objetivo principal la evaluación del desempeño ambiental y el impacto de las actividades productivas sobre el ambiente. Asimismo, el INE trabaja en la propuesta de indicadores para el desempeño del Ordenamiento Ecológico del Territorio (OET), a nivel local, con la participación de los municipios en México, el objetivo de esta propuesta es conformar un marco conceptual y metodológico que permita la construcción de indicadores para la evaluación y seguimiento de los programas del OET (dentro del cual se consideran algunos aspectos del suelo), a nivel local y comunitario. El Instituto de Ecologı́a de la UNAM propuso el Marco de Evaluación de Sistemas de Manejo incorporando Indicadores de Sustentabilidad (MESMIS). El MESMIS es una herramienta metodológica que ayuda a evaluar la sustentabilidad de sistemas de manejo de recursos naturales. Metodológicamente presenta una estructura flexible para adaptarse a diferentes niveles de información y capacidades técnicas disponibles localmente. El MESMIS no trabaja con una lista predeterminada de indicadores, sino que propone que aquellos seleccionados (incluyendo los edafológicos) deben dar información tanto sobre los atributos de sustentabilidad como de los puntos crı́ticos identificados en el sistema (Orozco-Ramı́rez et al., 2009). Especı́ficamente en México no existe una legislación que establezca lı́mites de tolerancia para diversos contaminantes en suelos y menos aún para indicadores de su ca- 36 ContactoS 80, 29–37 (2011) lidad por lo que deben establecerse valores de referencia que consideren la gran variabilidad de propiedades que existe en los suelos. torear la evolución de esas propiedades seleccionadas, con el fin de valorar los diferentes tipos de manejo a que esta sujeto el suelo. Discusión y conclusiones La evaluación de la calidad del suelo es una herramienta centrada en la dinámica de las propiedades y procesos de los suelos, que es eficaz para evaluar la sustentabilidad de las practicas de manejo de suelos, realizada para estructurar metas prioritarias, identificar las funciones crı́ticas del suelo necesarias para lograr esas metas y seleccionar indicadores que provean información útil referente al funcionamiento del suelo estudiado. Como las funciones del suelo son múltiples, su análisis debe realizarse dentro del marco de atributos que reflejen su capacidad para cumplir con dichas funciones, las cuales dependerán del interés del observador, en este contexto, los indicadores de calidad del suelo deberán seleccionarse de acuerdo con las funciones que se quieran evaluar (ya que un suelo puede ser bueno o malo de acuerdo a sus funciones. La selección de los indicadores deberá estar relacionada con los atributos de sustentabilidad (productividad, estabilidad y resiliencia) y dependerá de los recursos humanos, técnicos, económicos, infraestructura, del tiempo disponible, del rigor requerido y del tipo de usuarios a la que se destina el estudio. Por otra parte, se debe considerar que los indicadores cualitativos pueden ser más útiles que los cuantitativos para mostrar rápidamente el comportamiento del sistema (Astier-Calderón et al., 2002). La estructura en términos de indicadores de la valoración de la calidad del suelo puede ser modificada para incrementar la sensibilidad de la evaluación, de tal modo que los indicadores de calidad del suelo, provean un entendimiento amplio de la calidad del suelo y puedan ser usados para identificar problemas en el manejo que necesitan ser considerados para sostener o mejorar el recurso suelo. Existen muchas definiciones del concepto de calidad del suelo, pero son aplicados con propósitos agrı́colas principalmente, pero es importante que se consideren dentro de la valoración de la calidad del suelo las funciones que se pretendan evaluar, considerando una perspectiva ecológica. Por otra parte la aplicación del concepto de calidad del suelo deberá reflejar la capacidad que tiene el suelo para cumplir con los servicios ecosistémicos, por lo que la selección de indicadores deberá estar relacionada con la capacidad que tiene el suelo para sostener los ciclos biogeoquı́micos, mejorar la productividad de las plantas y los animales, la calidad del aire, el agua y la salud humana. La evaluación de la calidad del suelo deberá identificar y seleccionar un número mı́nimo de propiedades fı́sicas, quı́micas y biológicas, que sirvan como indicadores para conocer la calidad del suelo y moni- Considerando la naturaleza dinámica e interactiva de los procesos que se realizan en los suelos, rara vez se observa una relación uno a uno entre un indicador y una función, ya que cada función puede estar determinada por una serie de atributos del suelo, por lo que diferentes propiedades pueden ser simultáneamente relevantes en varios atributos o funciones que desempeñe un suelo en particular. El objetivo en la evaluación de calidad del suelo será identificar los atributos que llevan al suelo a cumplir sus funciones, de tal modo que éstos, se puedan traducir en propiedades cuantificables que puedan servir como indicadores. Existen muchas iniciativas de indicadores de calidad de suelo que responde a temas especı́ficos y son de escala local y que no necesariamente están integradas o coordinadas. Los indicadores de nivel regional, requieren la atención de temas de agregación, armonización y regionalización de los datos que alimentan a los indicadores. Los indicadores de calidad del suelo son importantes porque facilitan la formulación de estrategias para la planificación y formulación de polı́ticas y acciones de aprovechamiento y conservación del recurso suelo. Finalmente, los indicadores de la evaluación de calidad del suelo, permitirán la realización de una polı́tica eficaz para la conservación del suelo, mejorar su calidad y revertir los procesos que llevan a su degradación, implica el entendimiento del suelo y como llevar a cabo sus funciones especificas, de tal forma que este conocimiento derive en indicadores significativos, en lugar de su simple calificación del suelo a partir de indicadores preestablecidos. Bibliografı́a 1. Astier-Calderón M., Maass-Moreno M. y Etchevers-Barra J. 2002. Derivación de indicadores de calidad de suelos en el contex- Naturaleza y utilidad de los indicadores. . . A. Navarrete, G. Vela, J. López, Ma. de L. Rodrı́guez. 2. 3. 4. 5. 6. to de la agricultura sustentable. Agrociencia 36(5): 605-620. Dexter A. R. 2004. Soil physical quality. Part I. Theory, effects of soil texture, density, and organic matter, and effects on root growth. Geoderma 120: 201-214 Doran J. W. y Parkin T. B. 1994. 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