DISEÑO DE ZONAS RIBEREÑAS REQUERIMIENTO DE UN ANCHO MÍNIMO1 Jorge Gayoso1y Sylvana Gayoso1 Valdivia, Abril 2003 PROLOGO Forestal Los Lagos S.A encargó esta revisión del estado del arte en el tema de diseño de franjas ribereñas al programa de producción forestal y medio ambiente de la Universidad Austral de Chile. Siendo un tema de interés del sector productivo y académico, Forestal Los Lagos autoriza su difusión. CONTENIDO 1. 2. 3. 4. 5. Introducción Que son las franjas de protección de cauces Funciones y características de las franjas ribereñas Ancho de las franjas, Fijo o Variable? Clasificación de los cauces 6. Ejemplos de ancho mínimo en diferentes países 7. Consideraciones económicas 8. La protección de cauces en la legislación chilena 9. Conclusiones 1. INTRODUCCIÓN Los ríos, arroyos, lagos, lagunas y humedales crean condiciones únicas a lo largo de sus márgenes que controlan e influyen las transferencias de energía, elementos nutritivos y sedimentos entre los sistemas acuáticos y terrestres. Estas áreas ribereñas están entre los rasgos más críticos del paisaje porque ellos contienen una rica diversidad de plantas y animales y ayudan a mantener la calidad del agua y hábitat terrestres y acuáticos (Phillips et al., 2000). Estas áreas ribereñas, toman diferentes anchos y comprenden diferentes tipos de vegetación ocupando en general una pequeña proporción del paisaje. A pesar de ello, las actividades relacionadas con la producción agrícola, pecuaria y forestal invariablemente entran en contacto con dichas áreas y obligan a tomar precauciones cuando actúan en su proximidad. En la última década numerosas “Mejores prácticas forestales” han sido desarrolladas con el objeto de prevenir o minimizar los impactos de las operaciones forestales sobre la calidad de las aguas mientras se permite la realización de tales actividades. Muchas responden al “sentido común” y pocas veces se basan en investigación científica y más veces se importan desde condiciones diferentes a las donde se les intenta aplicar. Un caso particular se refiere al establecimientos de anchos mínimos para las zonas de manejo de cauces. Hoy, nadie discute la necesidad de protección de los cursos de agua permanente, aunque existe duda respecto de cuál debe ser el ancho satisfactorio de la protección y bajo qué variables debiera establecerse. Así, ésta sigue siendo una discusión abierta, aunque hay acuerdo respecto de cuáles son los factores que debieran ser tenidos en cuenta en el diseño de las franjas de filtraje (Belt et al, 1992). 1 Conocida es la ausencia de investigación nacional en el establecimiento de modelos o relaciones funcionales que permitan establecer las razones de un ancho determinado de protección. Por ello, el objetivo de este documento es aportar a la discusión, identificar y analizar la bibliografía 2. QUE SON FRANJAS DE PROTECCION DE CAUCES En una cuenca se distinguen tres zonas: la acuática, la ribereña y las tierras altas. La zona acuática comprende el cauce y el área del lecho que normalmente está bajo agua incluida el área bajo la marca de aguas “vivas”. La zona ripariana o ribereña está entre la acuática y tierras altas y es un área de vegetación influenciada por la cercanía del agua (Belt et al, 1992). Para proteger los recursos acuáticos y ribereños se establecen franjas de amortiguamiento en la zona ribereña directamente a los lados del cauce; estas son franjas de vegetación inalterada que se dejan después de la cosecha y se les denomina comúnmente “franjas de amortiguamiento (buffer strips), zona de manejo de cauces (streamside 3. actual basada en investigación sobre la relación de las franjas de protección de cauces con prácticas forestales, calidad de agua y hábitat de peces. A la vez responderá, entre otros, sobre el concepto de franja de protección, las funciones y cuáles los criterios para el diseño de estas franjas. management zone), zona de protección de cauces (stream or watercourse protection zones), áreas ribereñas (riparian areas), franjas de filtraje (filter strips)”. Si bien falta una definición clara, se acepta que son áreas frecuentemente de límites indefinidos, adyacentes a un cauce o humedal, con reconocida fragilidad biológica y física, que sirven para atenuar los impactos generados por actividades en las laderas (Nutter y Gaskin, 1988). Por consiguiente el manejo de tales áreas y las prácticas forestales quedan sujetas a restricciones mediante regulaciones o instructivos administrativos. FUNCIONES Y CARACTERÍSTICAS DE LAS FRANJAS RIBEREÑAS El diseño apropiado de las franjas puede contribuir significativamente al mantenimiento del hábitat acuático y ribereño y al control de la contaminación. Estas franjas cumplen un amplio rango de funciones, entre ellas (Wenger y Fowler, 2000; Belt et al, 1992): - - ayudar a mantener la integridad hidrológica, hidráulica y ecológica del canal del cauce y el suelo y vegetación asociada. o reducir la erosión al dar estabilidad a las orillas del cauce o regular las crecidas o mantener un flujo base en el cauce o mantener buena calidad del agua ayudar a proteger plantas y animales acuáticos y ribereños de las fuentes de contaminación de las tierras altas, atrapando o filtrando sedimentos, nutrientes y químicos desde actividades forestales y agropecuarias interceptar y atrapar sedimentos aportados por la escorrentía o atrapar o quitar fósforo, nitrógeno y otros nutrientes que pueden causar eutroficación de los ecosistemas acuáticos o atrapar o remover otros contaminantes tales como los pesticidas y otros químicos proteger peces y vida silvestre proveyendo alimento, abrigo y protección térmica. o mantener hábitat para peces y otros organismos acuáticos al moderar los cambios de temperatura en el agua a través de la sombra o proveer de restos leñosos, materia orgánica y alimento o proveer hábitat (alimento y refugio) para organismos anfibios y terrestres mejorar la apariencia estética de los cauces y ofrecer oportunidades para recreación. o - - 2 Un reciente estudio en Nueva Zelanda demuestra que las franjas de protección en áreas cosechadas mejoran la comunidad de peces nativos (Rowe et al, 2002). La efectividad con que la franja cumple sus funciones depende de las características de la misma: entre otros, el ancho de la franja, la continuidad longitudinal, la composición, edad y condición de la vegetación, la geomorfología y fragilidad del sitio (Phillips et al, 2000). Otra característica de las franjas de filtraje es que deben acercarse a las condiciones de la vegetación original, es decir que no siempre es necesario que estén constituidas sólo por bosque. Una franja ribereña cubierta por empastadas puede cumplir adecuadamente varias funciones, incluyendo atrapar sedimentos y contaminantes. Sin embargo, para cubrir todas las funciones, incluyendo la protección del hábitat acuático, requiere franjas con vegetación arbustiva y arbórea (Wenger y Fowler, 2000). Por otra parte, no todas las franjas deben satisfacer todas las funciones sino aquellas relacionadas con la demanda por uso del agua, ya sea por requerimiento de la flora y fauna presentes como de uso humano. En este sentido las características de la franja se corresponden principalmente con el tamaño del cauce y la magnitud de las alteraciones causadas en el terreno adyacente. En muchas ocasiones, se manifiesta que las franjas de protección de cursos de agua tiene como razón la conservación de la biodiversidad y servir de corredores ecológicos. Ello es cierto, en cuanto contribuyen al resguardo de la biodiversidad y vida silvestre y posibilitan la interconexión con otras unidades de bosques de protección, sin embargo no es el objeto principal y no deben reemplazar a los bosques de protección y corredores cuyo diseño obedece a objetivos diferentes (McKenzie, 1995). Tampoco se puede esperar que estas franjas reemplacen los corredores o hábitat requeridos por ciertos mamíferos. La literatura indica que buffers de 10 a 30 m son necesarios para proteger el hábitat 4. acuático. Mientras buffers angostos ofrecen considerable beneficios de hábitat a muchas especies, proteger diversa vida silvestre terrestre ripariana requiere buffers de 100m. Esto lleva a tener cautela respecto de la amplitud de funciones que debe cumplir una franja de protección, especialmente tratándose de cursos de agua temporales donde cumplen esencialmente con la contención de sedimentos para evitar que estos lleguen a cursos de agua de mayor importancia. Otra consideración de importancia, es que las ZMC para el caso americano y canadiense, están conformadas por dos diferentes subzonas según sus funciones principales, una “la de reserva” próxima al cauce donde se limita todo tipo de intervención o alteración. La siguiente, donde se permite intervenciones selectivas aunque se restringe el tránsito de equipos, construcción de caminos y alteración del suelo. Reducción de erosión y sedimentación. La investigación ha demostrado que franjas con vegetación son efectivas para atrapar sedimentos desde la escorrentía y reducir la erosión del cauce. Los estudios recomiendan un amplio rango de anchos mínimos para las franjas; franjas tan angostas como de 4.6 m han probado ser bastante efectivas en el corto plazo, esto teniendo en cuenta que las tasas de pérdida de suelos disminuyen drásticamente al año siguiente de una tala rasa (Gayoso e Iroumé, 1984). Otros estudios sugieren que para atrapar sedimentos en el largo plazo se requieren anchos mayores y que 30 m es un ancho suficiente para atrapar sedimentos bajo la mayor parte de las circunstancias. Las franjas han demostrado ser adecuadas también para atrapar contaminantes químicos. El nitrógeno es bien controlado ya que es transformado por los microorganismos. En la mayoría de los casos 30 m debieran proveer buen control, y 15 m debieran ser suficientes bajo muchas condiciones. Para atrapar metales, pesticidas y patógenos biológicos la bibliografía señala que el buffer debiera tener al menos 15 m. ANCHO DE LAS FRANJAS, FIJO O VARIABLE No obstante se aprecia consistencia entre las recomendaciones de los códigos de prácticas forestales en los diferentes estados americanos, existen diferencias respecto del ancho que debieran tener las franjas y las restricciones de cosecha. Algunos argumentan que a mayor ancho de la zona de manejo de cauce (ZMC) mayor la protección dada a las funciones de la zona ripariana. Sin embargo, el aumento del ancho y mayores restricciones de manejo compiten con consideraciones económicas, los objetivos de 3 manejo del propietario y los derechos de propiedad. Mientras las agencias de gobierno y ONG´s empujan hacia mayores anchos los privados lo hacen en dirección contraria (Phillips et al, 2000). Los cauces y zonas ribereñas tienen valor económico. En el caso de USA la madera de una zona ribereña puede ser cortada y vendida (bajo ciertas restricciones). Además, si el cauce es parte de una cuenca comunitaria donde se puede practicar usos in situ (pesca, recreación) o es refugio importante de vida silvestre, la franja de protección ofrece otros beneficios a la sociedad aunque son generalmente difíciles de cuantificar. Dos son las propuestas comunes para establecer el ancho mínimo para las franjas de protección: - - reservar un ancho fijo o estándar que puede variar según la pendiente o tipo de cuerpo de agua establecer un ancho variable basado en las condiciones específicas del sitio: composición, edad y condición de la vegetación; geomorfología del sitio; especies de animales y plantas presentes en el sitio, hidrología de la cuenca, uso del terreno adyacente, fragilidad del sitio a la degradación. La ventaja de un ancho fijo de ZMC es que es de fácil aplicación y de monitorear su cumplimiento. Además, la aplicación de un ancho fijo no requiere de conocimientos de ecología y no requiere de asistencia técnica. Una desventaja es que un ancho fijo está basado en un conjunto restringido de condiciones de sitio que pueden no corresponder a la situación donde se aplica. El cumplimiento de la norma de un ancho fijo no asegura la protección de las funciones de la franja o en otros casos puede resultar excesiva. El ancho variable tiene la ventaja de permitir decisiones flexibles de manejo basada en principios ecológicos, condiciones específicas del sitio, intensidad del uso del suelo adyacente o la necesidad para mantener y proteger funciones identificadas. Anchos variables son más recomendables para no dar excesiva protección donde no es requerida y permite ajustar a condiciones más frágiles. El grueso de la protección de la calidad del agua, hábitat acuático y funciones riparianas ocurre muy cerca del cuerpo de agua y disminuye con la distancia. Ello coincide con la definición de zonas de reserva y manejo dentro de la ZMC. La determinación apropiada de los anchos de franjas de protección de cauces debe responder a la función que se espera satisfacer. Por lo tanto, un primer criterio a considerar es la importancia del cauce en cuanto al uso del agua, tamaño y permanencia del cauce. Usos como hábitat de peces y abastecimiento de agua para consumo humano y uso recreativo con contacto directo debieran requerir mayores protecciones que cursos de agua que no prestan esas funciones. Cursos de agua perennes debieran requerir mayor protección que los intermitentes y efímeros. Dentro de los cursos de agua permanentes la importancia puede ser establecida por el ancho del cauce. La revisión de la literatura mostró que la mayoría de las recomendaciones científicas para ancho mínimo de buffers varía desde 15 a 30 metros. Ajustar este ancho puede requerir costosa investigación adicional. Escoger un ancho mínimo llega a ser un problema de escoger entre el margen de seguridad y un riesgo aceptable. A mayor ancho mínimo del buffer mayor margen de seguridad en términos de calidad del agua y preservación de hábitat. Estos anchos son aplicables a cauces perennes e intermitentes. No aplican a cursos efímeros, aunque sus orillas deben ser vegetadas. Diferentes modelos se han desarrollado para ser usados en el diseño de franjas de protección, aunque están más orientados a la calidad del agua. Estos comprenden modelos que simulan la temperatura del agua frente a acciones de manejo forestal (TFW, TEMPEST, TEMP-86) y requieren datos de profundidad del caudal, porcentaje de sombra, altitud, temperatura de referencia del agua, entre otros. Otros, se basan en la escorrentía superficial y en los sedimentos generados por los caminos (WEPP), (Belt et al. 1992; Elliot, 1999) 4 5. CLASIFICACIÓN DE LOS CAUCES Los cauces son cursos de agua con un canal aluvial formado cuando el agua fluye entre orillas definidas y continuas. Para la mayor parte de las normas, el tipo de cauce es determinante en la fijación del ancho mínimo de la franja de protección. La literatura muestra sistemas de clasificación según el uso del recurso agua, el ancho del cauce, la magnitud del flujo, del orden en la red hidrológica y la permanencia del flujo. 5.1 Tipología según uso del agua El Código de Prácticas Forestales de British Columbia clasifica las áreas ribereñas de acuerdo a si los cursos de agua perennes e intermitentes soportan una población de peces (discriminando entre 4 clases según el ancho del cauce), si 5.2 Clasificación por permanencia del flujo superficial Tanto el Código de Prácticas de British Columbia como diferentes códigos y regulaciones de estados americanos clasifican los cauces según permanencia en: - - cauces perennes, los que presentan un flujo durante todo el año incluso en la temporada seca y la cantidad de agua no depende exclusivamente de las precipitaciones, hay existencia de flujo sub superficial y recarga desde la napa freática cursos intermitentes, los que presentan un flujo durante la época húmeda del año cursos efímeros, los que presentan flujo sólo como consecuencia de las lluvias 5.3 Clasificación por orden de la red hidrológica pertenece a una cuenca comunitaria donde se hace uso para consumo humano o se hace uso del agua in situ con contacto directo (B.C. Ministry of Forests, 1995). En caso contrario asigna dos clases según el ancho del cauce. En el caso de USA, diferentes estados americanos clasifican los cursos de agua en cuatro categorías definidas sobre la base de uso para consumo humano y pesca (Belt et al, 2000). Un caso particular se presenta en el Estado de Oregon donde la clasificación en tres categorías de uso es semejante a la indicada en el Código de Prácticas Forestales de British Columbia y luego dentro de ellas estratifica en tres órdenes de magnitud según el caudal del cauce. tributarios se denomina de orden 1. Cauces de orden 2 son aquellos que reciben cauces de orden 1. Cauces de tercer orden son aquellos donde se juntan dos cauces de segundo orden. Cauces de orden 4 son aquellos donde se juntan dos cauces de orden 3 (British Columbia Ministry of Forests, 1995). 5.4 cauce Clasificación por ancho del canal del En British Columbia, los cauces permanentes con uso pesca o uso comunitario se clasifican en cuatro niveles: - mayor de 20 metros entre 20 y 5 metros entre 1,5 y 5 metros menor de 1,5 metros Ocasionalmente se levanta una categoría especial para los ríos de gran tamaño, los que presentan un ancho de cauce mayor de 100 m. La clasificación considera cuatro órdenes, siguiendo un orden creciente de importancia desde los puntos altos de una cuenca a los bajos. La primera quebrada o curso de agua que no tiene Los cauces sin peces y sin uso comunitario, se clasifican en dos órdenes: bajo y sobre 3 metros de ancho. 5.5 litros/segundo o menos; medianos con un caudal entre 56 y 280 litros/segundo; y, grandes con más de 280 litros/segundo. Además, cualquier cauce que drene una superficie menor de 81 ha será clasificado como pequeño sin importar su caudal (Oregon Department of Forestry, 1996). Clasificación por magnitud del caudal El Estado de Oregon señala en su regulación que los cauces de las tres categorías de uso se clasificarán según tres tamaños basado en el caudal medio anual. Pequeños, aquellos con 56 5 6. EJEMPLOS DE ANCHOS MINIMOS EN DIFERENTES PAISES Anchos mínimos (m) para ZMC según ordenanzas, regulaciones y códigos de prácticas Lugar Alpharetta (USA) Fulton – MRPA (USA) Condado Fulton Wisconsin (USA) Carolina del Norte (USA) Carolina del Sur (USA) Maryland (USA) Louisiana (USA) Idaho (USA) Washington Oeste (USA) California (USA) Oregon - hasta 1994 (USA) Oregon - desde 1997 (USA) Montana (USA) Finlandia Alemania Tasmania Ancho mínimo de la ZMC Cursos permanentes: flexible, mínimo puntual 15 m, pero promedio a lo largo del cauce 30 m Cursos intermitentes y efímeros: no aplica Cursos principales: 15 m Tributarios: 7,5 a 10,5 m Ancho mínimo cursos principales: 22,5 m Lagos y cursos navegables: 30 m Cursos interiores: 10,5 m Aplica a cursos de agua perennes e intermitentes con un tamaño mínimo drenaje de 20 ha. Ancho total de la ZMC 15 m (4,5 reserva y 10.5 m donde se puede reducir cobertura al 50%) Ríos principales: 30 m Tributarios: 15 m Para orden 3 o superior: 30 m Orden 1 y 2: 15 m Si la pendiente del valle es mayor de 15% se duplican los valores Perenne, cauce mayor de 6 m de ancho: 30 m Perenne, cauce menor de 6 m de ancho: 15 m Intermitentes: 10,5 m Cauces Clase I (abastecimiento agua consumo humano o para proteger lugares de crianza o migración de peces): 22,5 m Clase II (cauces sin peces): 1,5 m Clase I y II cauce mayor de 23 m (peces y uso humano): 30 m Clase I y II cauce menor de 23 m (peces y uso humano): 23 m Clase III cauce mayor de 1,5 m de ancho: 15 m Clase IV y V( cauces intermitentes menores de 1,5 m): 7,5 m Clase I (uso doméstico y peces): 22,5 a 45 m Clase II(peces): 15 a 30 m Variable según grado de pendiente del terreno adyacente Clase III y IV (sin vida acuática presente): se determina por inspección de campo Clase I: 7,5 a 30 m, variable según tres veces el ancho del cauce Clase II: ninguna Tipo F: 30 m (grande), 21 m (mediano), 15 m (pequeño) Tipo D: 21 m (grande), 15 m (mediano), 6 m (pequeño) Tipo N: 21 m (grande), 15 m (mediano), 0 m (pequeño) Tipo F y D es correspondiente a Clase I (peces y/o uso doméstico) Tipo N es correspondiente a Clase II (sin peces y no uso doméstico) Clase 1 y 2: 15 a 30 m según se sobrepase o no una pendiente lateral del 35% Clase 3 (intermitentes) : 15 m sin importar la pendiente del terreno adyacente 20 a 30 m El tamaño del área de protección y restricciones de manejo son específicas al sitio Clase 1 (uso doméstico y peces): 40 m (reserva) Clase 2 (más de 100 ha de drenaje): 30 m Clase 3 (entre 50 y 100 ha de drenaje): 20 m Clase 4 (intermitentes): no hay zona de reserva, pero se limita el tránsito de maquinaria dentro de una franja de 10 m a cada lado del cauce 6 Australia British Columbia, CANADA Nueva Escocia (CANADA) Orden 1: mínimo 20 m Orden 2: mínimo 20 m Orden 3: mínimo 20 m Orden 4: mínimo 50 m Orden 5 y superiores: mínimo 100 m S1, ancho cauce > 20 m: zona reserva = 50 m, ZMC = 70 m S2, ancho entre 5 y 20 m: zona reserva = 30 m, ZMC = 50 m S3, ancho entre 1,5 y 5 m: zona reserva = 20 m, ZMC = 40 m S4, ancho menor de 1,5 m: zona reserva = 0 m, ZMC = 30 m S5, ancho mayor de 3 m: zona reserva = 0 m, ZMC = 30 m S6, ancho menor de 3 m: zona reserva = 0 m, ZMC = 20 m Todos los cursos de agua marcados en el mapa 1:50000 deben tener una franja de protección de 20 m a cada lado. Además, el ancho se incrementará en 1 metro por cada 2% de pendiente que exceda a 20% y menor de 60%. Notas: 1. Varios estados de USA miden el ancho especificado sobre la pendiente. 2. La ZMC comprende en la mayoría de los casos dos sub zonas, una de reserva adyacente al cauce donde no se puede practicar ninguna operación o intervención y otra, la restante donde las intervenciones son permitidas bajo ciertas restricciones. 3. En general Clase I y II comprende uso doméstico y peces, excepto para el estado de Oregon antes de 1994. Las clases restantes son capaces de transportar sedimentos con potencial impacto significativo aguas abajo. 4. Estas normas generalmente están asociadas a las regulaciones de aguas y por consiguiente no sólo afectan al sector forestal sino también al agrícola y de desarrollo urbano. Se percibe que los anchos sugeridos por las diferentes normas están de alguna manera asociados a las condiciones locales dominantes y a la tecnología actual empleada en las operaciones forestales. Del cuadro anterior, considerando los valores más frecuentes, se puede resumir la información para las dos categorías principales, los cursos de agua permanentes que soportan vida 7. acuática y abastecen de agua para consumo humano y los restantes habitualmente intermitentes. Para los primeros el rango de ancho mínimo de la franja de protección varía entre 15 y 30 m dependiendo de la importancia de cauce y uso. Para los segundos en rango va de 0 a 20 m, siendo el valor más frecuente 7,5 m. CONSIDERACIONES ECONÓMICAS Por otra parte, los cauces y zonas ribereñas tienen valor económico y la decisión de un mayor o menor ancho de franja afectará la renta del propietario. En el caso de USA la madera de una zona ribereña puede ser cortada y vendida (bajo ciertas restricciones). Además, si el cauce es parte de una cuenca comunitaria donde se puede practicar usos in situ (pesca, recreación) o es refugio importante de vida silvestre, la franja de protección ofrece otros beneficios a la sociedad aunque son generalmente difíciles de cuantificar y que pueden limitar las actividades productivas. Donde no se pueda intervenir y donde la sociedad no esté dispuesta a compensar al propietario por el servicio ambiental que recibe, un mayor ancho de protección significará costos adicionales a la actividad productiva asociada o puede traducirse en una degradación de las mismas. 7 8. LA PROTECCIÓN DE CAUCES EN LA LEGISLACION CHILENA En Chile desde muy temprano se regula sobre la protección de los cauces. Así, la Ley de Bosques del año 1931 establece la prohibición de la corta de árboles y arbustos nativos situados a menos de 400 m sobre los manantiales que nazcan en los cerros y los situados a menos de 200 m de sus orillas desde el punto en que la vertiente tenga origen hasta aquel en que llegue al plano (CHILE, vvv). Sin embargo, esta regulación genérica, más que estar orientada a la protección del cauce lo es también hacia el bosque nativo en general. Además, la no consideración de las diferencias topográficas, relieves, suelos, variables climáticas, vegetación, tipo e importancia de los cauces han hecho inaplicable la norma. Para suplir este déficit, la institucionalidad forestal ha ido incorporando en las normas de manejo, orientaciones respecto del tratamiento de la protección de cauces. Así, para el tipo forestal Roble-Raulí-Coigüe establece que se excluirá de la intervención el área alrededor de los cursos de agua permanente: “Estos tendrán en cada orilla una faja de protección de 30 m de ancho, como mínimo. Los 30 m se medirán horizontalmente desde donde empieza la vegetación arbórea que bordea al curso. La ubicación de estos cursos y su clasificación en permanentes y no permanentes se basará en las cartas regulares escala 1: 50.000 del I.G.M.”. Respecto de los cursos de agua no permanentes, estos tendrán una faja de protección de 15 m como mínimo. La norma para el tipo siempreverde fija en 10 a 20 m el ancho mínimo 9. a. b. de las franjas de protección en cursos de agua no permanentes y entre 20 y 30 para los permanentes según la pendiente lateral varíe entre menos de 30 y más de 45%. Las normas aplicables al manejo de plantaciones de Eucalyptus, Pinus radiata y otras especies exóticas, señalan que cuando el área a intervenir colinde con cursos de agua permanentes y temporales, se conservará una franja de bosque de protección cuyo ancho será de 25 metros a cada lado del curso de agua (CONAF, 2003). Uno de los textos del Proyecto de Ley sobre recuperación del Bosque Nativo y fomento forestal propone la no autorización de planes de manejo para la corta de árboles y arbustos nativos ubicados en terrenos aledaños a cursos de agua. Los anchos de protección sugeridos son 25 m para los cauces permanentes y 15 para los no permanentes (Comisión de Medio Ambiente y Bienes Nacionales del Senado, 2001). Por otra parte, la certificación forestal ha incorporado criterios adicionales y a veces referentes externos para asegurar la protección del agua. Así, las empresas forestales han establecido en sus procedimientos y códigos internos de buenas prácticas, diferentes medidas destinadas a la protección de los cursos de agua, aunque sin especificar siempre los anchos de protección (Forestal ARAUCO S.A., 1997; Forestal Mininco S.A., 1995). CONCLUSIONES De la revisión de antecedentes, se puede concluir que el tema del diseño de las franjas ribereñas o de protección de cauces implica cierta complejidad y se aprecia escasa investigación o evaluaciones cuantitativas respecto de la verdadera contribución de estas franjas a los distintos objetivos de protección. En cuando al elemento de diseño, ancho de la franja, que es el objeto esencial de este documento se llega a un cierto consenso. Mientras no existan modelos integrados que relacionen las diferentes funciones con los atributos de la franja y del sitio, parece adecuado establecer anchos de protección fijos pero asociados c. a ciertos parámetros del sitio de fácil determinación. Estos anchos serían función del tipo de uso de agua, del ancho del cauce, de su temporalidad y orden, y de la pendiente del terreno adyacente, entre otros. Para aplicar lo anterior, es necesario realizar la clasificación de los cauces según una tipología que considere al menos lo siguiente: orden del cauce en la red hidrológica, temporalidad del cauce, uso de las aguas, ancho o caudal medio anual del cauce, pendiente de las laderas adyacentes. Igualmente de interés para evaluar las consecuencias económicas será establecer la densidad media de la 8 d. red hidrológica según orden, fragmentación y ancho medio actual de las franjas ribereñas en terrenos forestales y agrícolas, y los costos de las distintas medidas de restauración. No obstante, para establecer los anchos apropiados a las diferentes condiciones nacionales será recomendable realizar la 10. investigación de mediano y largo plazo, correspondiente a validar estudios realizados en el extranjero y desarrollar modelos predictivos respecto de los impactos de las operaciones forestales en relación a la calidad de las franjas de filtraje. BIBLIOGRAFÍA Adams, P.1993. Management planning: Oregon’s Forest practice rules. Oregon State extension Service, Oregon State University. 12p. British Columbia, Ministry of Forest, 1995. Fish-stream Identification Guidebook. Forest Practices Code of British Columbia. 39p. Adams, P. 1995. Overview of Oregon’s revised streamside management rules. Oregon State University. 3p. British Columbia, Ministry of Forest, 1995. Interior Watershed Assessment Procedure Guidebook (IWAP) Level 1 Analysis. Forest Practices Code of British Columbia. 82p. Australian Wool Innovation, 2002. Fact sheet, Land, Water and Wool. 2p. 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