Escrito de alegaciones en relación con una prueba acordada de oficio

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ESCRITO DE ALEGACIONES EN RELACION CON UNA PRUEBA ACORDADA DE OFICIO
AL TRIBUNAL ECONOMICO-ADMINISTRATIVO REGIONAL DE......
Don/Doña............................................. mayor de edad, con NIF....................-... y domicilio a efectos de notificación
en......................................... Calle ................................... nº...... piso...... CP...... interesado-promotor de la reclamación nº......, que
pende ante ese Tribunal, ante el mismo comparece, y como mejor proceda en Derecho
DICE
Que en fecha ........................................, ha recibido notificación de la providencia dictada por el Secretario de ese Tribunal,
acordando de oficio la práctica de las pruebas consistentes en: ..................................................................., otorgando al efecto un
plazo de diez días para que esta parte alegue lo que estime procedente en relación con las mismas.
Que en dicho plazo se procede a formular las siguientes ALEGACIONES: ......
Primera...................................................................
Segunda...................................................................
En virtud de cuanto antecede, al Secretario del Tribunal
SUPLICA
Tenga por presentado en tiempo y forma el presente escrito así como la documentación que se aporta, y se sirva admitir las
alegaciones presentadas por esta parte frente a la práctica de las pruebas acordadas de oficio por ese Tribunal.
En ......, a ...... de ...... de 20......
Fdo.: .................................
ESCRITO DE ALEGACIONES EN RELACIÓN CON UNA PRUEBA ACORDADA DE OFICIO
Notas:
FUNDAMENTOS JURÍDICOS
· RPREA, art. 88 y ss.
· LRJPAC, arts. 80, 81 y 157 y ss.
· LGT/2003, arts. 105 a 108, 214 y 236.
DOCTRINA LEGAL
Una vez recibido un escrito de interposición, la Secretaria del Tribunal reclama el envío del expediente administrativo que ha de
comprender todos los antecedentes, declaraciones y documentos que se tuvieron en cuenta para dictar el acto administrativo
impugnado.
Recibido el expediente se pone de manifiesto a los interesados, para que en el plazo de 15 días pueden presentar alegaciones. Los
términos y plazos establecidos obligan a la Administración y a los interesados. Su cómputo se realiza de la manera siguiente. En los
plazos señalados en días, se entiende que éstos son hábiles (se excluyen domingos y festivos, se incluyen los sábados), y se
cuentan a partir del siguiente al de la notificación o publicación del acto reclamado. Si el último día es inhábil, el plazo se entiende
prorrogado al primero hábil siguiente.
En caso de que el plazo se fije en meses o años, se computan a partir del día siguiente al de la notificación o publicación. Si en el
mes de vencimiento no hay día equivalente a aquel en que comienza el cómputo, se entiende que el plazo expira el último día del
mes. El cómputo se realiza, por tanto, de fecha a fecha.
Así, si un día fuese hábil en el municipio o CCAA del domicilio del interesado, e inhábil en la sede del órgano competente, se
considera inhábil en todo caso. Con carácter general, la Administración puede conceder, salvo precepto en contrario una ampliación
de plazos que no exceda de la mitad de los mismos, si las circunstancias lo aconsejan y no se perjudican derechos de tercero.
Cabe apuntar que en el ámbito económico-administrativo puede concederse una prórroga de los plazos (sólo una respecto de cada
plazo) que no exceda de la mitad de los mismos, con la única excepción de los que sean improrrogables (por ejemplo, plazo de
interposición). Aunque se exigen ciertos requisitos para otorgarla (justa causa, no expiración del plazo cuya prórroga se pide, y que
no perjudique derechos de terceros), se entiende automáticamente concedida con la presentación en plazo del escrito de solicitud,
sin que se precise acuerdo del TEA. Con la nueva LGT/2003, esta posibilidad de prórroga se suprime para las reclamaciones
interpuestas a partir de 1-7-2004.
Pues bien, el escrito de alegaciones ha de expresar concisamente los hechos, los motivos o fundamentos jurídicos de su
pretensión, y se ha de formular con precisión y claridad la súplica correspondiente. Se pueden acompañar cuantos documentos se
estimen convenientes, así como proponer pruebas.
En caso de que en el trámite de alegaciones el interesado aprecie que el expediente está incompleto puede solicitar del Tribunal
que se reclamen los antecedentes omitidos. La solicitud, que debe ser por escrito, deja en suspenso el plazo concedido para el
trámite. Una vez completo el expediente se vuelve a poner de manifiesto, por el mismo plazo para alegaciones.
A su vez, Los hechos relevantes para la decisión del procedimiento pueden acreditarse por cualquier medio de prueba. El
interesado puede completar o ampliar el expediente con todos los documentos públicos y privados que considere, incluso
dictámenes técnicos, actas de constatación de hechos o declaraciones de terceros. Además se puede proponer cualquier medio se
prueba admisible en derecho. También el Tribunal puede acordar la práctica de aquellas pruebas que considere necesarias.
En el caso de que en el escrito de interposición resulten acreditados todos los datos necesarios para resolver o declarar la
inadmisión, puede prescindirse de la puesta de manifiesto y alegaciones.
Como novedad, la nueva LGT/2003 señala que los hechos relevantes para resolver un procedimiento pueden acreditarse por
cualquier medio de prueba admisible en derecho, con lo que también serán de aplicación las normas sobre valoración de las
pruebas contenidas en el Código Civil y en la Ley de Enjuiciamiento Civil.
Sin embargo, las leyes de cada tributo pueden establecer requisitos propios de deducibilidad para determinadas operaciones en la
cuantificación de la obligación tributaria. La exigencia de estos requisitos así como la limitación de los medios de prueba ha dado
lugar a críticas por entenderse que pueden suponer una vulneración del principio de tutela judicial efectiva.
Por su parte, Los medios probatorios admitidos en la LEC y trasladables al ámbito de los procedimientos administrativos son los
documentos públicos y privados, el interrogatorio de las partes o de testigos, el dictamen de peritos y el reconocimiento judicial.
También se admiten los de reproducción de palabra, el sonido, la imagen y los instrumentos que permitan archivar y reconocer o
reproducir palabras, datos, cifras y operaciones matemáticas, llevadas a cabo con fines contables o de otra clase y que sean
relevantes para el proceso. La limitación de los medios de prueba sólo puede hacerse por una norma con rango legal.
Asimismo, para los gastos y deducciones originados por operaciones realizadas por empresarios o profesionales, se establece
como medio de prueba principal la factura (o documento sustitutivo) entregada por el empresario o profesional que haya realizado la
operación, sin perjuicio de la utilización de otros medios de prueba.
Hay que tener presente que está contemplado expresamente el supuesto de compensación de bases o cuotas o se apliquen
deducciones con cargo a ejercicios prescritos. En este caso, su procedencia y cuantía debe acreditarse mediante la exhibición de
las liquidaciones o autoliquidaciones en que se incluyeron la contabilidad y los oportunos soportes documentales.
Por tanto, quedan exentos de prueba los siguientes hechos:
· Los que no sean relevantes a juicio de la Administración para la decisión del fondo del asunto.
· Los admitidos o reconocidos por ambas partes.
· Aquéllos cuya existencia presume la ley y los hechos notorios.
Debe advertirse que, en la relación tributaria, cada parte tiene la carga de probar aquellas circunstancias que le favorezcan. Con
arreglo a este sistema la Administración debe acreditar la realización del hecho imponible y del resto de elementos de cuantificación
de la obligación, mientras que el obligado tributario lo hará de las circunstancias determinantes de los supuestos de exención o, en
términos generales de los beneficios fiscales. Los obligados tributarios también cumplirán su deber de probar cuando designen de
modo concreto los elementos de prueba ya en poder de la Administración tributaria.
Respecto a la valoración de la prueba son igualmente de aplicación las reglas contenidas en el CC y en la LEC. La LRJPAC carece
de reglas sobre esta cuestión.
Cabe apuntar que en la esfera tributaria, generalmente, tiene un valor preeminente la prueba documental, si bien la prueba ha de
regirse por el sistema de "valoración conjunta".
Como novedad, la LGT/2003 contiene una previsión relativa al valor probatorio de las diligencias, estableciendo que cuando las
mismas sean extendidas en el curso de las actuaciones y procedimientos tributarios tienen la naturaleza de documentos públicos.
Del mismo modo hacen prueba de los hechos que motiven su formalización, salvo prueba en contrario.
Asimismo, los hechos contenidos en las diligencias y aceptados por el obligado tributario, se presumen ciertos y sólo podrán
rectificarse mediante prueba por los obligados de que incurrieron en error de hecho. esta misma presunción se extiende a las
manifestaciones del obligado recogidas en diligencia.
Siempre debe tenerse presente que incumbe la prueba al que afirma no al que niega y que la presunción de validez del acto
administrativo produce la inversión de la carga de la prueba.
Debe subrayarse que a los procedimientos administrativos le son plenamente aplicables los principios de libre valoración. No
obstante, la valoración y eficacia de la prueba efectuada en vía administrativa no vinculan a los tribunales de lo contencioso que
pueden separarse de la ponderación efectuada.
A su vez, los interesados también pueden solicitar la celebración de vista pública. En este caso es preciso un escrito firmado por
abogado. El Tribunal concederá o denegará discrecionalmente, y sin ulterior recurso, dicha pretensión.
Asimismo, está regulada la continuación del procedimiento cuando falte o sea deficiente el expediente de gestión.
Hay que advertir que el Tribunal puede pedir un anticipo para sufragar los gastos de la prueba, si no han de ser soportados por la
Administración y que contra la denegación de la prueba no cabe recurso, sin perjuicio de que pueda reiterarse tal petición en
segunda instancia o pueda ser acordada de oficio.
Contra la denegación de la prueba no cabe recurso, sin perjuicio de que pueda reiterarse tal petición en segunda instancia o pueda
ser acordada de oficio. En todo caso, el reclamante expresar su disconformidad ante una prueba acordada de oficio por la
Administración a través del correspondiente escrito de alegaciones.
Una vez pedida por el reclamante la ampliación del expediente por incompleto, y no habiendo dado respuesta el Tribunal, que lo
interpreta como escrito de alegaciones, se estima vulnerado el derecho de audiencia y se ordena la retroacción de actuaciones.
Hay que indicar que el TEAR no está obligado a acceder a la solicitud de acumulación de reclamaciones.
En caso de que ante el segundo requerimiento, la Administración actuante no remita al órgano económico administrativo el
expediente, han de adoptarse las medidas disciplinarias contempladas en el RPREA.
Por otra parte, el error en la notificación de la puesta de manifiesto del expediente que imposibilitó el cumplimiento de la
presentación de alegaciones motiva la declaración de nulidad de lo actuado en el procedimiento de revisión desde entonces, y no la
nulidad de las liquidaciones recurridas.
Como novedad, la LGT/2003 presenta las siguientes novedades básicas:
a)
Puesta de manifiesto: se fija el plazo de 1 mes, en vez de 15 días, para presentar el escrito de alegaciones con aportación de
las pruebas oportunas.
b)
Informe: cuando el TEA solicite informe (posibilidad prevista en el art. 10 del RPREA) para aclarar las cuestiones que lo
precisen el órgano que dictó el acto impugnado, se dará traslado al reclamante para que presente alegaciones al mismo. Se
posibilita que en el Reglamento se establezcan los casos en que dicho informe tenga carácter obligatorio.
c)
Prueba: presenta los siguientes cambios:
· Solamente se admitirán las pruebas que no afecten a los hechos relevantes.
· Las pruebas testificales, periciales y las consistentes en declaración de parte se realizarán mediante acta notarial o ante el
Secretario del TEA o funcionario en quien éste delegue.
d)
Respecto a las cuestiones incidentales, que se definen como aquéllas que se suscitan en relación con extremos que, sin
constituir el fondo del asunto, están relacionadas con el mismo o con la validez del procedimiento y cuya resolución es requisito
previo y necesario para la tramitación de la reclamación, el TEA podrá actuar de forma unipersonal. Se aclara que la resolución que
ponga término al incidente no será recurrible, sin perjuicio de poder suscitarla nuevamente en el recurso que puede interponerse
contra la resolución que pongan fin a la reclamación.
Como novedad, la LGT/2003, en su art. 214, se remite a las normas generales en materia de prueba, aunque deja a salvo las
especialidades del procedimiento económico-administrativo. Se pretende simplificar y tasar la prueba, que tendrá básicamente
carácter documental, ya que las testificales, periciales y las consistentes en declaraciones de parte, se incorporan a documentos
exclusivamente mediante acta notarial, o ante el Secretario del TEA o funcionario en que éste delegue. Además las pruebas
propuestas por el interesado que a juicio del TEA no se refieran a hechos relevantes no requieren acuerdo expreso de denegación,
como en el RPREA (art. 94.3), sino que basta que se enumeren en la resolución que ponga fin al procedimiento.
Hay que señalar que la resolución de forma unipersonal de cuestiones incidentales no debe confundirse con el procedimiento
abreviado ante órganos unipersonales.
Por su parte, la LGT/2003 permite prescindir de trámites cuando de las alegaciones formuladas o de los documentos adjuntados a
la reclamación resulten acreditados todos los datos necesarios para resolver o éstos puedan tenerse por ciertos, o resulte evidente
un motivo de inadmisibilidad.
JURISPRUDENCIA DE INTERÉS
• TS 19-02-08; Marginal GD: 295850
• TS 06-03-08; Marginal GD: 296914
• TS 10-04-08; Marginal GD: 298093
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