El ciclo del agua - Recursos Hídricos

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Lección 2. El ciclo del agua. Precipitación.
Evapotranspiración. Infiltración. Balances.
Escorrentía
superficial.
INTRODUCCION
Probablemente, uno de los principales motivos que han conducido a la actual situación de
déficit hídrico en algunos casos, y de deterioro de la calidad del agua en la mayor parte de
los casos, haya sido una preocupante ignorancia sobre los mecanismos y los principios
físicos que rigen el movimiento de las aguas subterráneas. Esta ignorancia, que está
justificada en los usuarios, también ha estado presente en las administraciones públicas y,
singularmente, en aquellas con competencias en política hidráulica. Pueden argumentarse
diversas razones para tratar de justificar esta carencia de conocimientos pero, sin duda, una
de las principales es la herencia cultural secular que consideraba las aguas subterráneas
como algo misterioso, casi esotérico, para cuyo estudio se necesitaban condiciones
extrasensoriales sólo al alcance de los zahoríes o radioestesistas. Esta aproximación a las
aguas subterráneas, practicada no sólo por particulares sino por la propia administración,
está felizmente superada por una pujante ciencia hidrogeológica que se plantea el difícil reto
de poner orden en la gestión de los recursos hídricos subterráneos.
Otra de las razones de esta ignorancia ha sido lo que el profesor Davis denominó
hidroesquizofrenia, en referencia al absoluto divorcio entre aguas superficiales y
subterráneas, a favor de las primeras y con notable desprecio hacia las segundas.
En las últimas décadas, el agua es motivo de preocupación social, ocupa grandes espacios
en los medios de comunicación y es objeto de numerosos debates; sin embargo, es habitual
detectar frecuentes y numerosos errores conceptuales que inducen a confusión y que no
ayudan a que la sociedad comprenda el problema en toda su extensión.
SOBRE LA UNIDAD DEL CICLO DEL AGUA Y LA UTILIZACION DE AGUAS
SUBTERRANEAS
Uno de los conceptos básicos en Hidrología es el Ciclo Hidrológico, que supone un
movimiento o transferencia de masas de agua, de forma continua, en diferentes estadios o
etapas. El carácter cíclico de este movimiento permite abordarlo desde cualquiera de sus
estapas, por ejemplo, desde el agua contenida en estado de vapor en la atmósfera. Parte de
este vapor se condensa, dando origen a las precipitaciones en forma líquida (lluvia) o sólida
(nieve esencialmente). Parte de la precipitación no llega a alcanzar la superficie de la tierra,
por evaporación, y otra es retenida en las hojas de los árboles, edificaciones, carreteras intercepción- volviendo a la atmósfera de nuevo en forma de vapor.
Del agua que alcanza la superficie de la tierra, una pequeña porción es retenida en las
irregularidades del terreno -almacenamiento superficial-, parte se une y escurre hacia los
ríos -escorrentía superficial- que irá a parar al mar o a los lagos, para evaporarse
posteriormente o infiltrarse parcialmente en el terreno. Otra porción de la precipitación se
infiltra en el terreno, en los poros y fisuras, con una porción de la misma que percola en
profundidad y otra que es retenida para posterior evaporación y uso en las actividades
biológicas de los seres vivos -transpiración-; al conjunto de ambas se le denomina
evapotranspiración. El agua así infiltrada surgirá por manantiales, directamente en cauces
de superficie, en lagos o mares directamente, o será extraida por el hombre, parte de la cual
vuelve a evaporarse o trasnpirarse, otra se infiltra y otra escurre por los cauces al mar.
Este ciclo se puede complicar cuanto se quiera. Una molécula de agua puede volver
inmediatamente a la atmósfera o tardar milenios, o no llegar nunca, al reciclarse
continuamente dentro de lagunos de los ciclos parciales (por ejmeplo, bombeo - infiltración bombeo - infiltración..).
Es opinión bastante extendida entre los hidrólogos que la cantidad de agua total sobre la
tierra se ha mantenido prácticamente constante, al menos durante los últimos tiempos
geológicos.
El hombre siempre ha pretendido intervenir en el ciclo hidrológico, con el fin de proteger sus
intereses. En este sentido, en la actualidad, la mayor parte de los cursos principales de
superficie tienen modificado su régimen natural (construcción de embalses de superficie), y
se actúa de forma cada vez más acusada sobre los embalses subterráneos. El hombre trata
también de intervenir en otras fases del ciclo, como es por ejemplo en la generación de
lluvia artificial. La deforestación, aunque se carece aún de perspectiva, actúa de forma muy
negativa, generando desertización.
De todo lo expuesto, y simplificando de forma notable el problema, podríamos diferenciar la
existencia de un ciclo rápido y de un ciclo lento. El ciclo rápido sería: precipitación escorrentía superficial - río - mar - evaporación - precipitación. El ciclo lento sería:
precipitación - infiltración - circulación en el manto acuífero (muy lenta) - manantial - río - mar
- evaporación - precipitación. Mientras que el rápido puede durar pocos días, o algunos
meses a lo sumo, el ciclo lento puede durar varios años, e incluso milenios, como
consecuencia de la baja velocidad de circulación de las aguas en el interior de los acuíferos.
Cuando se trata de obtener recursos del ciclo, las mejores oportunidades nacen de la
consideración del conjunto de recursos de agua (superficiales, subterráneas, residuales
tratadas, desalinizadas,...), en sus circunstancias naturales o modificados por obras
hidráulicas, para asignar objetivos de puesta a disposición de agua en cantidad y calidad, en
su lugar y tiempo, respetando restricciones técnicas, económicas y legales, y también
políticas y culturales, y salvaguardando el medio ambiente. Es lo que se denomina uso
conjunto, que está muy relacionado con los conceptos de utilización racional y gestión de los
recursos de agua, y con la adecuación de la demanda de agua (Custodio, 1997).
Como ya se ha comentado, la explotación de las aguas subteráneas contrasta con la
frecuente propensión de los organismos públicos hacia las grandes obras hidráulicas para la
gestión de las aguas superficiales (Llamas, 1991), cuando realmente las aguas subterráneas
poseen características que las hacen especialmente atractivas, asequibles, evaluables y
merecedoras de conservación, protección y restauración. Estas características, según
Custodio (1997) son las siguientes:
♦ General notable almacenamiento asociado, que hace que su cantidad y calidad estén
menos afectadas por la variabilidad de la pluviometría, y sean reservas de gran valor
estratégico en sequías y situaciones de emergencia
♦ Regularidad de su composición química, radioquímica, biológica y de temperatura, así
como ausencia de turbidez si las captaciones están bien construidas
♦ Mayor protección temporal frente a procesos contaminantes accidentales, lo
queporporciona la posibilidad de continuar disponiendo de agua adecuada durante un
periodo extendido de tiempo, mientras se adoptan las medidas paliativas y correctoras
necesarias
♦ Frecuente dsiponibilidad en el lugar o cerca de donde se produce la demanda, con
elementos de captación y transporte que suponen inversiones normañlmente moderadas
y graduales frenete a las de las grandes obras de regulación, captación y tratamiento de
aguas superficiales
♦ Menor dependencia en cuanto a calidad y cantidad de acciones exteriores de carácter
catastrófico o provocadas intencionadamente o a causa de un conflicto
♦ Menor dependencia de procesos tecnológicos complejos, que están sujetos a fallos de
funcionamiento y diseño, y a errores humanos de operación
♦ Reconocimiento, evaluavción y control con frecuencia más seguros y sencillos, y que
requieren menor longitud de series de datos de base, aunque para llegar a propuestas
preliminares aparentemente se requiera un mayor tiempo y esfuerzo de estudio,
personal experto y superar un conjunto de deformaciones y prejuicios en el conocimiento
popular, que alcanza con frecuencia a las personas con responsabilidades en las
administraciones y órganos de gestión
♦ Relativa fácil predicción del comportamiento ante escenarios diversos de accioes futuras,
dado el gran almacén asociado; para las aguas superficiales esa predicción tiene mayor
incertidumbre al ser muy sensibles y no conocerse previamente la aportación
pluviométrica futura
♦ Gestión más local, sin las restricciones y conflictos de organización e institucionales
frecuentes en las grandes entidades
Naturalmente, la utilización de las aguas subterráneas como fuente de suministro también
tiene inconvenientes, aun cuando frecuentemente no se trata de efectos negativos
propiamente dichos sino que son consecuencias conocidas y previsibles asociadas a la
naturaleza de los acuíferos y de la propia explotación. A menudo, estos efectos
desfavorables son el resultado de expectativas, previsiones o evaluaciones incorrectas y
sesgadas derivadas del desconocimiento del comportamiento de las aguas subterráneas o
de indebidas extrapolaciones de lo que se observa en los sistemas de aguas superficiales
(Custodio, 1995).
Entre estas desventajas se pueden mencionar las relacionadas con descensos de niveles
debidos a fuertes explotaciones, singularmente importantes en los acuíferos costeros con
riesgo de salinización, con cambios en la calidad y en la salinidad del agua, con problemas
asociados a la gestión y administración de los recursos, incluyendo aspectos económicos y
legislativos, e incluso con problemas de carácter social y cultural.
Frente a estas problemas se hace necesario profundizar en el conocimiento de las aguas
subterráneas para alcanzar modelos sostenibles de explotación, que permitan establecer
mecanismos de protección y control.
CALCULO DE LAS ENTRADAS Y SALIDAS DE AGUA DEL SUELO
Como se ha visto en el balance hídrico, la cantidad de agua infiltrada se calcula por
diferencia entre las entradas de agua (lluvia y riego) y las salidas por evapotranspiración.
El cálculo de estas partidas no es tarea fácil y a menudo se aceptan estimaciones que
pueden estar muy alejadas de la realidad, lo que conduce a notables errores en el cálculo
del agua infiltrada. Por otra parte, el manejo deficiente de los parámetros involucrados
puede implicar consecuencias ambientales importantes, como puede ser una mala
dosificación de la cantidad de agua aplicada en regadío, por exceso (desfilfarro de recursos
hídricos, arrastre de contaminantes hacia el acuífero) o por defecto (salinización del suelo).
Por estas razones, es conveniente prestar especial atención a los métodos de cálculo y a su
grado de significación. A continuación, se comentan diversos métodos que pueden ser
aplicados para estimar la precipitación y la evapotranspiración.
CALCULO DE LA PRECIPITACION
El cálculo de la precipitación caída sobre una cierta área se realiza a partir de los datos
recogidos en estaciones meteorológicas y, normalmente, no plantean excesivas
discusiones. Sin embargo, es muy frecuente cometer graves errores de cálculo, no tanto a
causa de la mayor o menor bondad de los datos (cada vez más fiables) como por su falta de
representatividad.
Conviene tener en consideración dos aspectos fundamentales en el manejo de los datos de
precipitación: el primero se refiere al reparto espacial de la lluvia, y el segundo a la
intensidad de la precipitación.
La lluvia no es un fenómeno homogéneo en el espacio sino que, con frecuencia, presenta
notables diferencias incluso en distancias cortas, de manera que las medidas de las
estaciones pluviométricas no necesariamente pueden ser extrapoladas sin error a áreas
extensas. Cuando se trata de calcular la precipitación media sobre una cierta área se deben
tener en cuenta, por tanto, los datos del máximo número posible de estaciones
pluviométricas, y este cálculo será tanto más fiable cuanto mayor sea la densidad espacial
de las estaciones de medida.
El segundo aspecto a considerar es la duración e intensidad de las precipitaciones. Con
frecuencia se trabaja con datos anuales o mensuales, que son la suma de diversos
acontecimientos lluviosos de muy diferente intensidad y duración. Esta simplificación
requiere asumir que todas las lluvias generan el mismo porcentaje de infiltración, sin tener
en cuenta algunos factores determinantes como son el estado inicial de humedad del suelo
o la cantidad de lluvia por unidad de tiempo. Realmente, no todas las lluvias generan
infiltración y no necesariamente la tasa de infiltración aumenta con la cantidad de lluvia. Por
estas razones, conviene discretizar en periodos cortos de tiempo la precipitación, y
posiblemente no sea suficiente el tratamiento mensual, como se suele hacer en los balances
de agua en el suelo.
Medida de las precipitaciones
Los pluviómetros miden la cantidad de precipitación, y los pluviógrafos la intensidad de las
mismas. La fiabilidad de los datos obtenidos depende de la correcta ubicación de la
estación, de su calibración y de la ausencia de errores accidentales.
El cálculo de la precipitación media caída sobre un área se puede abordar de diferentes
formas:
Media aritmética
Pm = (P1 + P2 +...+Pn / n
Es un método poco preciso que puede ser utilizado para estudios de síntesis y sobre todo
en áreas poco accidentadas y con distribución homogénea de las precipitacioes
Método de los polígonos de Thiessen
Pm = P1 S1 + P2 S2 +...+ Pn Sn ) / S
P3
S
P5
S
3
P4
4
P1
S5
S1
P2
S
S2
P7 S
P6
6
7
A partir de la curva hipsométrica
Conocida la relación precipitación - altitud, a partir de la altitud media
Método de las curvas isoyetas
Las líneas isoyetas son líneas de igual precipitación
P1
P2
S1
S2
P
S3
S4
P=
3
P4
EVAPORACION
Se define la evaporación como el paso de agua líquida a fase gaseosa, desde agua
superficial libre o del suelo.
La cantidad de evaporación depende fundamentalmente de los siguientes factores:
Disponibilidad de energía (radiación solar)
Capacidad de la atmósfera de recibir humedad (poder evaporante de la atmósfera)
Los principales factores que controlan la evaporación son los siguientes:
Radiación solar. Es, sin duda, el factor más importante.
Temperatura del aire. Cuanto más frío está el aire mayor será la convección térmica
hacia el mismo y por tanto menos energía habrá disponible para la evaporación. Por otra
parte, cuanto mayor sea la temperatura del aire, mayor es su presión de vapor de
saturación.
Humedad atmosférica. El aire seco se satura más tarde y tiene menor tensión de vapor
(e), por lo que cuanto mayor es la humedad relativa menor será el déficit de saturación
(D).
Viento. El proceso de la evaporación implica un movimiento neto de agua hacia la
atmósfera. Si el proceso perdura, las capas de aire más cercanas a la superficie libre se
saturarán. Para que el flujo continúe, debe establecerse un gradiente depresiones de
vapor en el aire. Por ello, cuanto mayor sea la renovación del aire, esto es el viento,
mayor será la evaporación.
Tamaño de la masa de agua
Salinidad
Estimación de la evaporación
La evaporación se puede calcular mediante fórmulas empíricas y semi-teóricas, mediante
la realización de un balancee energético de la masa de agua o bien aplicando la ecuación
de Penman, que es el método más preciso. No obstante, es recomendable utilizar métodos
experimentales, a pesar de los inconvenientes que presentan.
Las fórmulas empíricas no tienen en cuenta la disponibilidad energética y sólo dan una idea
de la capacidad evaporante de la atmósfera, al contrario que el método del balance
energético, de difícil aplicación, que ignora el poder evaporante de la atmósfera. La ecuación
de Penman tiene en consideración ambas circunstancias y por ello es el método práctico
más exacto.
Determinación experimental
La medida más frecuente de la evaporación se obtiene mediante los denominados tanques
de evaporación, que pueden ser enterrados, flotantes y de superficie. Las condiciones de
evaporación en los tanques no son las mismas que en una superficie mayor y hay que
normalizar las medidas con el denominado coeficiente de tanque (0.7-0.8). Los tanques
presentan problemas de mantenimiento y es necesario protegerlos con redes.
Existen otros aparatos para medir la evaporación, como son los evaporímetros, como los de
tipo Piché, que tienen una cápsula de evaporación y una escala de medida. También se han
utilizado las denominadas vidrieras que realmente miden la cantidad de vapor generada
aunque presentan la dificultad del efecto invernadero y de la anulación del viento.
TRANSPIRACION
La transpiración es la evaporación de agua por las plantas.
El agua absorbida por las raíces cumple las siguientes funciones: incorporación a su
estructura (1%), transporte de alimentos, eliminación de sales y refrigeración.
La transpiración está controlada por los siguientes factores: disponibilidad energética
(radiación solar), poder evaporante de la atmósfera, desarrollo y tipo de la cubierta vegetal,
disponibilidad de agua en el suelo.
EVAPOTRANSPIRACION
El efecto conjunto de la evaporación y la transpiración se denomina evapotranspiración, que
se puede definir como "la evaporación total de una superficie, sea directamente o a través
de la transpiración, o ambos".
A efectos prácticos se suelen diferenciar dos tipos de evapotranspiración: potencial y real.
La evapotranspiración potencial (ETP) se define, según Thornthwaite como "la cantidad
de agua transpirada por unidad de tiempo, por un cultivo herbáceo de pequeña talla (alfalfa
de 30-50 cm de altura), cubriendo totalmente el suelo, de altura uniforme y nunca falto de
agua".
Estimación de la ETP
Entre los métodos semiempíricos más utilizados están los de Thornthwaite, Blaney-Criddle y
Jensen-Haise.
Método de Thornthwaite
ETP = 1.6 Ld [10T /I ]a
Ld = duración del día solar, en unidades de 12 horas
T = temperatura media mensual del aire (ºC)
I = índice térmico, calculado como suma de doce índices mensuales, i:
a = 6.75 x 10-7 I3 - 7.71 x 10-5 I2 + 0.01792 I + 0.49239
Este método es de muy fácil aplicación ya que sólo requiere conocer la temperatura media y
la latitud. Es especialmente adecuado para zonas climáticamente húmedas y da buenos
resultados en áreas costeras mediterráneas.
Método experimental
Se puede hacer una buena aproximación a la evapotranspiración potencial mediante
lisímetros a carga constante.
La evapotranspiración real (ETR) esta limitada no sólo por los factores atmosféricos y
radiativos sino también por el tipo de cultivo y la disponibilidad de humedad.
Como se verá más adelante, el agua en el suelo se encuentra a presiones menores que la
atmosférica. Estas presiones negativas deben ser vencidas por la ósmosis en la raíz de la
planta. Se definen una serie de puntos de contenidos de humedad que responden a la
biología de la planta, como son el punto de anaerobiosis, que es el contenido de humedad
por encima del cual la actividad de las raíces cesa y mueren por asfixia, o el punto de
marchitez, que es el contenido de humedad por debajo del cual las plantas no pueden
extraer el agua del suelo. Después de una precipitación o un riego, el agua se redistribuye
en el terreno y se alcanza la denominada capacidad de campo, teóricamente definida como
aquella humedad para la cual cesa el movimiento del agua. La diferencia entre la capacidad
de campo y el punto de marchitez es el agua aprovechable por las plantas.
Medida de la evapotranspiración real
Se puede medir mediante fórmulas empíricas, balance del suelo o métodos experimentales.
Las fórmulas empíricas más utilizadas son las de Turc y Coutagne
INFILTRACION
Se entiende por infiltración el flujo de agua desde el suelo hacia las zonas no saturada y
saturada. El índice de infiltración (f) es el flujo de agua por unidad de tiempo y de área total.
Los factores que afectan a la infiltración son:
• tipo de cubierta vegetal
• características hidráulicas del suelo
• estado de humedad del suelo
• intensidad de la lluvia o cantidad de agua de riego
• calidad del agua
• formación de costras superficiales
• trabajos agrícolas
El agua penetra en el suelo creándose dos zonas:
Zona de transmisión, en la que el suelo se halla próximo a la saturación y sólo transmite el
agua
El frente mojante o frente de humectación, que es la zona donde la humedad varía
rápidamente y que avanza, al tiempo que su amplitud aumenta
Cálculo de la infiltración
El cálculo de la infiltración se puede efectuar rigurosamente mediante la integración
numérica de la ecuación de Richards, que tiene en cuenta las variaciones de humedad,
tensión y conductividad hidráulica.
También se puede calcular mediante fórmulas empíricas, entre las que una de las más
utilizadas es la ecuación de Horton:
ESCORRENTIA SUPERFICIAL
Curva de gastos
Q = f(h)
Medidas: Escalas o limnímetros, limnígrafos, Aforos directos (molinetes, aforos químicos,
flotadores).
Hidrograma: Relación entre caudales y precipotaciones
Análisis de hidrogramas
Q1 = Q0 e t
α = coeficiente de agotamiento
Caudales
Lluvia
Punta
Curva de
concentraci
ón
Crecida
Descenso
Decrecid
a
Agotamient
o
Tiempo
BALANCE HIDRICO
El balance de masas de agua en cualquier sistema debe considerar las entradas, las salidas
y la variación del almacenamiento, según la ecuación:
Entradas - Salidas = ± ∆V ± ε
en donde ε es el error de cierre.
Si consideramos el balance de un acuífero o de parte del mismo, las entradas de agua al
sistema son las siguientes:
Entradas = IP + IR + QTe + Qe + RA
y las salidas:
Salidas = DR + ET + QTs + Qs + Qm + B
El significado de los parámetros considerados es el siguiente:
IP
Infiltración procedente de la precipitación
IR
Infiltración a partir de las aguas superficiales (incluido retorno)
Entradas subterráneas por los límites
QTe
Qe
Entradas subterráneas desde otros acuíferos
DR
Descargas directas del acuífero a los ríos
ET
Evapotranspiración
QTs
Salidas subterráneas por los límites
Salidas subterráneas a otros acuíferos
Qs
Qm
Salidas por manantiales
B
Bombeos (extracciones de agua subterránea)
∆V
Variación del volumen de agua almacenada
ε
Error de cierre del balance
Si agrupamos estas partidas en sumandos homogéneos:
(QTe + Qe - QTs - Qs) + (IR - DR - Qm) + (IP - ET) + (RA - B) = ±DV ±
A
B
C
D
El sumando A corresponde al flujo subterráneo, tanto de entrada como de salida. Su
estimación requiere la utilización de la ley de Darcy, que rige los mecanismos de flujo de
agua subterráneo, y que considera entre otros parámetros la transmisividad y el gradiente
hidráulico, lo que requiere un adecuado conocimiento del funcionamiento hidrogeológico del
acuífero.
El sumando B corresponde al flujo superficial, cuya caracterización no presenta demasiados
problemas si se efectúan correctamente aforos en ríos y manantiales.
El sumando C se refiere a las entradas y salidas de agua del suelo como consecuencia de la
lluvia. Requiere determinar la evapotranspiración. En áreas de regadío hay que considerar
también el agua aplicada en riegos. Más adelante se exponen las diversas metodologías
aplicables pero conviene adelantar que se trata de una partida crucial y que presenta serios
problemas de determinación.
El sumando D engloba las entradas y salidas de agua subterránea por intervención sobre el
ciclo hidrológico, como son la recarga artificial y especialmente los bombeos. El cálculo de
esta partida se lleva a cabo mediante el inventario de los pozos y de su régimen de
explotación. Se trata de un cálculo engorroso pero que puede alcanzar un buen grado de
fiabilidad.
Finalmente, el sumando D corresponde a la diferencia entre los volúmenes de agua inicial y
final para el periodo considerado. Para su cálculo se requiere conocer la geometría del
acuífero, sus variaciones piezométricas y el coeficiente de almacenamiento. Cuando el
periodo considerado es muy largo, se puede aceptar que la variación de almacenamiento
sea nula, siempre y cuando el sistema esté en equilibrio.
Validez de los balances
La realización de un balance hídrico es una tarea dificultosa y que normalmente ofrece un
notable rango de incertidumbre derivada de la dificultad intrínseca del cálculo de las partidas
implicadas en el mismo. En todo caso, debe establecer órdenes de magnitud aceptables y,
en cualquier caso, se deben expresar las limitaciones que se consideren oportunas.
Cuando sea posible, es aconsejable aplicar diversos métodos de aproximación para el
cálculo de una misma partida.
Es usual realizar balances distintos para periodos secos y húmedos y también para el
año medio.
Drenaje por
manantiales
Alimentación
lateral
Bombeos
Infiltración
lluvia
Drenaje por
marjalerias
Infiltración
riego
Salidas
al mar
INTERFASE
ENTRADAS
Infiltración agua de lluvia
Retorno agua riego
(agua superficial)
Retorno agua riego
(agua subterránea)
Infiltración río Mijares
Alimentación lateral
TOTAL
SALIDAS
Hm3/año
50
40
Bombeos
Manantiales
Hm3/año
201
9
60
Salidas al mar
39
36
90
276
Drenaje marjalerías
27
TOTAL
276
Cuantificación de las componentes del Balance en
la Plana de Castellón (ITGE, 1989-90)
CARACTERISTICAS DE LAS AGUAS SUBTERRANEAS
♦ Notable almacenamiento asociado, que hace que su cantidad y
calidad estén menos afectadas por la variabilidad de la pluviometría,
y sean reservas de gran valor estratégico en sequías y situaciones
de emergencia
♦ Regularidad de su composición química, radioquímica, biológica
♦ Mayor protección temporal frente a procesos contaminantes
accidentales
♦ Frecuente disponibilidad en el lugar o cerca de donde se produce la
demanda, con inversiones moderadas
♦ Menor dependencia en cuanto a calidad y cantidad de acciones
exteriores de carácter catastrófico o provocadas
♦ Menor dependencia de procesos tecnológicos complejos
♦ Reconocimiento, evaluación y control con frecuencia más seguros y
sencillos,
♦ Relativa fácil predicción del comportamiento ante escenarios diversos
de acciones futuras
♦ Gestión más local, sin las restricciones y conflictos de organización e
institucionales frecuentes en las grandes entidades
Medida de las precipitaciones
Media aritmética
Pm = (P1 + P2 +...+Pn / n
Método de los polígonos de Thiessen
Pm = P1 S1 + P2 S2 +...+ Pn Sn ) / S
P3
S
P5
S
3
P4
4
P1
S5
P2
S2
S1
P6
S
6
A partir de la curva hipsométrica
Conocida la relación precipitación - altitud, a partir de la altitud media
Método de las curvas isoyetas
Las líneas isoyetas son líneas de igual precipitación
P1
P2
3
S1
ESCORRENTIA SUPERFICIAL
S2
P
Curva de gastos
Q = f(h)
Medidas: Escalas o limnímetros, limnígrafos, Aforos directos (molinetes,
aforos químicos, flotadores).
S3
P4
S4
Hidrograma: Relación entre caudales
y precipotaciones
t
Análisis de hidrogramas
Q1 = Q 0 e
= coeficiente de agotamiento
Caudales
Lluvia
Punta
Curva de
concentraci
ón
Crecida
Descenso
Decrecid
a
Agotamient
o
Tiempo
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