Acerca de la noción de objeto en la teoría psicoanalítica de Donald

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Escuela Inglesa
Universidad Argentina J. F. K - Departamento de Psicoanálisis
Acerca de la noción de objeto en la teoría
psicoanalítica de Donald Woods Winnicott
Mariana E. de Clancy
El recorrido de este trabajo tiene como objetivo ubicar teóricamente la noción
de objeto transicional en la obra de Donald W. Winnicott.
Es importante, antes de introducirnos en su obra, tener en cuenta el método y
manera particular de teorizar sus construcciones y no perder el eje, que se
refiere al planteo fenomenológico que utiliza para dar cuenta de sus
conceptualizaciones.
Donald Winnicott toma fuentes que provienen de campos diversos (Freud,
Klein, Kris, Hartman, Spitz, Mahler, Mead, Hartman, Erikson) y si bien no
predomina un ordenamiento riguroso en cuanto a la metodología, según sus
palabras se nutre de variadas influencias sin adherir en forma dogmática a
ninguna de ellas en particular.
Donald W. Winnicott (1896- 1971)
Médico y psicoanalista inglés. Inicia en 1910 su especialización en Ciencias en
Lays School; en 1916 comienza su formación médica, primero en el Jesús
College de Cambridge y luego en el St. Bartholomeus Hospital.
Ingresa a la Marina, en 1917, como oficial médico y es embarcado en un
destructor hasta la finalización de la guerra.
En 19120 lleva a cabo su especialización en pediatría. Es la época en la que
sociedad inglesa de psicoanálisis, a la que pertenecía, esta dividida en dos
grupos que operaban en el análisis de niños: la corriente Melanie Klein en
Berlín y la de Anna Freud en Viena. Winnicott se situará, significativamente, en
el “Middle Group” o Grupo Intermedio, introduciendo aquí su propio
pensamiento, que parte esencialmente de su experiencia y la observación
clínica.
Si bien inicia su formación con Melanie Klein, no se convierte en su discípulo.
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En el año 1923 comienza su análisis con James Strachey, es la misma época
en la que ingresa en el Green Paddintong Children´s y trabaja también en
forma privada.
Desde 1956 a 1968, ocupa dos veces la presidencia de la British
Psichoanalytycal Society.
Ubicación teórica del objeto transicional:
Como se mencionara anteriormente, es mediante la observación clínica 1 que
Donald Winnicott descubre en los niños y en los bebés el uso de los objetos de
una manera particular, se trata de objetos reales, sí, pero lo relevante aquí es
la relación subjetiva de ese niño con ese objeto.
Los conceptos winnicotianos de espacio, objeto y fenómeno transicional, son
claves en la teoría de la organización y del reconocimiento del mundo externo,
cito “Yo afirmo que existe un espacio intermedio entre la incapacidad del bebe para
reconocer y aceptar la realidad, y su creciente capacidad para ello” 2 y agrega “No
estudio específicamente el primer objeto de las relaciones de objeto. Mi enfoque tiene
que ver con la primera posesión y con la zona intermedia ente lo subjetivo y lo que se
percibe en forma objetiva” 3
Inicia así la construcción de su teoría postulando que esa relación con los
objetos se realiza en una zona intermedia, entre la realidad psíquica y la
realidad externa, denominando “espacio transicional” a esta tercera zona.
Tenemos entonces un espacio intermedio entre el mundo interno y el externo,
entre lo subjetivo y lo objetivo; zona que se encuentra entre el yo y no-yo y que
articula la presencia y la ausencia materna. 4
La introducción de este espacio permite dar cuenta del pasaje de los estados
subjetivos, interiores al progresivo reconocimiento de la exterioridad. Además
dirá que esta zona intermedia es de experiencia, intermedia entre el bebe y la
madre, entre la aceptación de la realidad y la incapacidad para hacerlos, entre
el control mágico sobre el objeto y la falta de control, entre el pulgar y el osito,
1
Es importante, en términos de rigurosidad metodológica teórica, dejar en claro que esto se da a través de su
experiencia y su observación directa de la clínica.
2
Winnicott, D., “Realidad y juego” Capitulo I, Pág. 18
3
Ibíd., “Realidad y juego” Pág. 19
4
Abadi, Sonia., La teoría de la transicionalidad
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entre el autoerotismo y la verdadera relación de objeto, entre la actividad
creadora primaria y la proyección de lo que ya se ha introyectado.
Se propone el siguiente orden lógico para recorrer los conceptos postulados
por Winnicott, hasta llegar a través de los mismos a la noción de objeto
transicional:
⇒ Madre suficientemente buena
⇒ Ilusión-desilusión
⇒ Fenómeno Transicional
⇒ Objeto Transicional
Winnicott nos ubica de este modo: “La madre lo bastante buena (que no tiene por
qué ser la del niño) es la que lleva a cabo la adaptación activa a las necesidades de
este y que la disminuye poco a poco, según la creciente capacidad del niño para hacer
frente al fracaso en materia de adaptación y para tolerar los resultados de la
frustración” 5
El autor plantea un momento primordial; no tiene la idea de un bebé, podríamos
decir, autónomo, sino que hay bebé cuando lo alguien lo cuida, hay un bebé
potencial, en proceso de convertirse en bebé, ya que “bebé” y “cuidado
maternos” conforman una unidad.
Winnicott toma de Freud (1911) el concepto de “cuidado ajeno” 6 , que permite
el desarrollo emocional del niño. Freud se refiere al Hilflosigkeit para referirse
al estado de impotencia del recién nacido, a esa posición de estar sin recursos
a causa de su incapacidad para emprender acciones coordinadas y eficaces
con el objeto de suprimir las tensiones internas y externas. Estas acciones
requieren de la ayuda de otro sujeto.
Ese otro sujeto es la madre, que le ofrece al niño, según este autor, la
posibilidad de crearse una ilusión.
¿De que manera se estructura la configuración inicial madre-bebé?
5
6
Ibíd. Realidad y Juego, Pág.27
Freud, S., “Formulaciones sobre los dos principios del acaecer psíquico”
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Con la presencia, ofreciendo no solo el pecho materno, sino también
sus
ansias de alimentarlo.
¿Y que sucede? “… la madre le ofrece al bebé la oportunidad de crearse la ilusión
de que ese pecho es parte de él” y luego sucede que "La tarea posterior de la madre
consiste en desilusionar al bebé en forma gradual, pero no lo lograra si al principio no
le ofreció suficientes oportunidades de ilusión” 7
¿Cual es entonces la función de la ilusión- desilusión?
Claramente Winnicott supone un primer tiempo en el que el niño, preso de la
tensión de la necesidad, no sabe qué es lo que debe ser creado.
Es la madre, en la medida en la que responda en ese tiempo preciso aportando
lo adecuado (el pecho y sus ansias de amamantarlo), la que prepara al niño
para percibir el objeto que le es presentado, y es ahí que tendrá este la “ilusión”
de haberlo creado.
Importa entonces que la madre funda la posibilidad de la ilusión.
A partir de ahí se pone en juego la posibilidad de la “desilusión” graduada por
la madre. Si no se produce la desilusión, entonces ese objeto es solo una
alucinación, justamente lo imprescindible de esa experiencia de “desilusión”, de
frustración es que tiene como función que los objetos se hagan reales.
Esta zona de experiencia se localiza en el borde, entre la madre y el niño,
entonces tenemos: la madre, el hijo y el objeto como mediación, y que va a
posibilitar el pasaje gradual de la dependencia a la independencia
Resumiendo esta ilusión es una clave, surge a partir del estado de expectación,
de espera, que comporta cierta asimetría, frente a una molestia o desarreglo
interno que podemos llamar desilusión. Es en función del encuentro que se
crea la ilusión, como emergente a partir de una expectación.
Para Winnicott estos movimientos inauguran en el bebe, el concepto de
realidad externa, es decir, de mundo.
También
los
fenómenos
transicionales
tienen
su
ubicación
como
articuladores dentro de la teoría winnicottiana: “…representan las primeras etapas
7
Ibíd. Realidad y juego, pág.28
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del uso de la ilusión, sin las cuales no tiene sentido para el ser humano la idea de una
relación con un objeto que otros perciben como exteriores a ese ser.” 8
Serán estos: la pelusa, la punta de la sabanita, la manta y también lo son el
balbuceo, los sonidos guturales del bebé, y el canturreo mientras come o se va
a dormir.
Su definición de estos fenómenos “ ...el parloteo del bebe y la manera en que un
niño mayor repite un repertorio de canciones y melodías mientras se prepara para ir a
dormir, se ubican en la zona intermedia como fenómenos transicionales, junto con el
uso que se hace de objetos que no forman parte del cuerpo del niño aunque todavía no
se los reconozca del todo como pertenecientes a la realidad exterior” 9
El objeto de D. Winnicott:
En Winnicott se trata del objeto, sí, entendido como la primera posesión noyo, que se articula en el espacio intermedio entre lo subjetivo y lo objetivo; otra
manera de caracterizarlo seria que el objeto se inscribe adentro-afuera, en el
límite. Claramente no se trata del objeto de la relaciones objetales.
Así lo teoriza: “Es claro que lo transicional no es el objeto. Este representa la
transición del bebe, de un estado en que se encuentra fusionado a la madre a una
relación con ella como algo exterior y separado”. 10
Es claro que la transicionalidad no reside en el objeto mismo, sino en el uso
que se hace de él, y a esto le agrega la importancia de la realidad interior y
exterior, en la estructuración y organización del psiquismo infantil.
Para comprender lo que sigue, es imprescindible acompañar al autor, para así
ubicar el eje de sus conceptualizaciones en lo que se refiere a la relación del
bebe con la realidad externa, para reconocer y aceptar la realidad, y su
creciente capacidad para ello.
Lo que le permite al bebe enfrentar la realidad externa se inscribirá
simultáneamente en dos órdenes:
8
9
Ibíd. Realidad y juego, pág.28
Ibíd. Realidad y juego, pág.18
10
Ibíd. Realidad y juego, pág.32
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1) capacidad del niño de aceptar al objeto como no-yo, por su ubicación
adentro-afuera, en el limite.
2) la capacidad de crearlo él mismo, de imaginarlo, de producirlo.
La creación de este objeto tiene, para Winnicott, el carácter de un fenómeno
universal que posibilita al bebe llevar a cabo la transición desde la primera
relación oral con la madre hasta la verdadera relación de objeto.
Este autor insiste en que lo que vincula al niño con un objeto externo al él, es la
ilusión de que la realidad externa responde a su capacidad de crear.
El concepto de objeto transicional se alinea con el espacio potencial, con ese
campo de ilusión, ya que adviene en el comienzo de la separación del niño y la
madre.
La constitución y el mantenimiento del objeto transicional requiere de:
•
La presencia real y concreta de la madre.
•
La representación interna, en el niño, del vínculo con ella.
Y como condición necesaria para esto:
•
Un objeto interno: que representa la unión niño-madre, pero para que
este objeto subsista, se mantenga, es necesaria la presencia de un
objeto externo gratificador. Es decir que durante este interjuego
presencia-ausencia, se mantiene vivo este objeto interno por la
existencia paralela de una madre “potencialmente presente”
•
Un objeto externo: el pecho de la madre en una especial ubicación
temporo-espacial, ya que aparece en el preciso momento en el que el
niño añora la satisfacción de su deseo de ser alimentado. 11
Ahora bien, puede suceder que el objeto no pueda ser creado, cuando la
experiencia de ilusión falla. Si no se produce la desilusión, si la adaptación –en
la cual la madre pasa de un estado perfecto de adaptación a las necesidades
del niño a adaptarse en forma cada vez menos completa - se prolonga
11
Romano, E. “Objeto transicional: su status teórico” Amorrortu, Bs.As. 1980
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demasiado en el tiempo, entonces tenemos que el objeto no pasa de ser una
alucinación, y justamente, en esta interacción dialéctica de ilusión-desilusión
importa que la experiencia de desilusión tiene como función que los objetos se
hagan reales.
Puede suceder que el bebe vivencie la ausencia de la madre como la perdida
de su único objeto (si la ausencia rebasa cierto limite temporal) dando lugar a la
fantasía de que el objeto es irrecuperable, y de que no existe un reemplazo, lo
que lo deja ubicado en el mundo interno.
Es importante mencionar que lo que nombramos como objeto externo, o sea, el
pecho materno, estamos hablando de una descripción, n o de una posición del
niño, ya que en esta espada de constitución del objeto transicional no
diferencia claramente lo interior de lo exterior. Esto para Winnicott se daría
como una discriminación que se refiere a la no integración inicial del bebé.
Para el autor la relación de objeto, ya lo mencionamos, es seguida por el “uso
del objeto”
¿Qué queremos decir con esto? Que a través de uso del objeto, por ejemplo, a
través del ataque al mismo, para el niño es factible crear un espacio potencial,
o sea, una exterioridad que lo lleva a percibir al objeto como tal, como exterior
a si mismo.
Este uso de la primera posesión no-yo permite conservar el objeto, dice
Winnicott, en un vinculo que llamará de ternura; así se comprender porque el
bebé se aferra a la sabanita, al acolchado.
El objeto transicional es irremplazable, es elegido por el niño, y no se separa
de él.
Después de este recorrido teórico, recordemos que se trata para el objeto
transicional de lo que permite la transición que va de la dependencia a la
independencia paulatina de la madre.
Características del Objeto Transicional
Para poder ubicar las coordenadas de este objeto, diferente al conocido desde
Lacan y Freud, es necesario tener en cuenta las siguientes características del
mismo según Donald Winnicott:
7
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Se ubica en una zona de procesamiento psíquico intermedio entre lo
subjetivo y aquello que se percibe en forma objetiva.
ƒ
Permite el despliegue de la experiencia y su elaboración.
ƒ
Es la primera posesión no-yo
ƒ
Es apenas un objeto entre el pulgar y la lana, inseparable del cuerpo,
diferente de un juguete.
ƒ
No es el pecho materno, pero lo representa.
ƒ
Posee
textura,
brinda
tacto,
contacto
corporal
y
sensaciones
(temperatura, consistencia blanda o dura, etc.)
ƒ
La creación de este objeto constituye un fenómeno universal que le
permite al niño llevar a cabo la “transición” desde la primera relación con
la madre (pecho materno) hasta la verdadera relación de objeto.
ƒ
El “objeto transicional” inicia un tipo de relación afectuosa.
ƒ
No es objeto de la pulsión ni de la identificación: es objeto de posesión.
ƒ
No esta destinado a ningún desarrollo ni transformación.
ƒ
Con el tiempo se desinviste pero no se olvida; queda como dice
Winnicott “relegado al limbo”.
ƒ
No se lo llora, no se elabora un duelo, porque este no es un objeto
interno
ƒ
No es un objeto “común”.
ƒ
No es el objeto determinado, dado, natural, sino que es creado, puede
ser cualquier cosa, pero a su vez es altamente elegido, determinado y se
vuelve insustituible para el bebé.
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Bibliografía General:
1. Baranger W.: “Aportaciones al concepto de objeto en psicoanálisis”, Amorrortu,
Buenos Aires, 1980.
2. Freud S.: “Formulaciones sobre los dos principios del acaecer psíquico”
3. Levin de Said, A.: “El sostén del ser”, Paidós, Buenos Aires, 2004
4. Winnicott D.: “Realidad y Juego”, Gedisa, Buenos Aires, 1987.
5. Winnicott D.: “Exploraciones psicoanalíticas” El destino del objeto transicional,
Paidós, Buenos Aires, 1991.
6. Winnicott D.: “Los proceso de maduración y el ambiente facilitador”,
Paidós, Buenos Aires, 1993.
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