Vida de San Felipe de Jesús

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TRIDUO EN HONOR A
SAN FELIPE DE JESÚS
Durango No.90 3er Piso, Col. Roma, Del. Cuauhtemoc CP 06700
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P Juvenil Arquidiócesis México (COMIJAM)
ORACIÓN A SAN FELIPE DE JESÚS. MÁRTIR
Bienaventurado mártir, San Felipe de Jesús, Patrono
Celestial de México y de las Américas, y Gloria Cristiana del lejano Oriente!
Alentado por mi fe sincera, acudo a ti lleno(a) de confianza. Tengo muchas
necesidades. “Santo Mártir de los Milagros‟, acompáñame ante la presencia de
Cristo, nuestro Mediador supremo, por quien diste generosamente tu vida en la
cruz.
Dile que me ayude a resolver mis problemas y que socorra pronto mis necesidades,
especialmente... (aquí mencione su necesidad especial)... Pide también a Cristo y a
María, su Madre, que aumenten mi Fe, aviven mi esperanza, e intensifiquen e mi
corazón el amor a Dios Trino, y a todos mis hermanos y hermanas, sin distinción.
Alcánzame más fervor en la oración y una entrega más entusiasta a la propagación
del Reino del Padre, en el mundo.
Que, siguiendo tu ejemplo heroico, esté yo siempre dispuesto a vencer todas las
dificultades y tentaciones. Que cumpla con fidelidad los deberes de mi estado de
vida. Que, con generosidad, sepa abrazar y llevar mi cruz de cada día, subiendo
decidido a mi calvario, hasta exhalar mi último suspiro.
Finalmente, Mártir dichoso, ayúdame a conseguir que después de haber vivido y
muerto por Cristo, como tu, merezca obtener también el laurel de la victoria, y el
premio de la felicidad eterna, reservados a los fieles hijos e hijas de Dios. Amén.
(Se concluye con un Padre Nuestro‟...“Ave María “... y “Gloria al Padre”...)
LEYENDA DE LA HIGUERA
San Felipe fue el primer hijo de los 10 (6 hijos y 4 hijas) con que la Divina
Providencia bendijo el hogar de Don Alonso De las Casas Álvarez y Doña Antonia
Ruiz Martínez. De los varones 3 fueron religiosos; y, de estos tres, 2 fueron mártires
de la Fe Católica. La familia “De las Casas”, rica en bienes materiales y en virtudes
cristianas, vivid en la Ciudad de México.
Desde su niñez, se revelo en “Felipillo”, como lo llamaban cariñosamente, una gran
inteligencia y un carácter fuerte y decidido de héroe y de santo. Sus travesuras y
rebeldías desconcertaban a sus buenos papás, con la consiguiente preocupación y
sufrimiento.
16
VIDA DE SAN FELIPE DE
JESÚS
Felipe de las Casas Martínez nace en la Ciudad de
México el primero de mayo de 1572, primogénito
de once hijos del matrimonio español formado por
honrados inmigrantes españoles: don Alonso de
las Casas y doña Antonia Martínez. Su pila de
Bautismo se conserva en la Catedral Primada de la
Ciudad de México.
En su niñez se caracterizó por su índole inquieta y
traviesa. Se cuenta que su niñera, una buena negra
cristiana, al comprobar las diarias travesuras de
Felipe, solía exclamar, con la mirada fija en una
higuera seca que se encontraba en el fondo del
jardín: "Antes la higuera seca reverdecerá, a que
Felipillo llegue a ser Santo"...
El chico no tenía madera de Santo... Asistió al Colegio de San Pedro y San Pablo de
donde sería expulsado debido a su carácter incontrolado y travieso.
Posteriormente es enviado al noviciado franciscano de Santa Bárbara en la Ciudad de
Puebla, del cual escapa para regresar a su casa.
Don Alonso su padre decide entonces, ponerlo a trabajar en un taller de platería en
donde mostró habilidad para labrar la plata; sin embargo, su inconstancia y falta de
disposición para trabajar entre cuatro paredes, llevó al fracaso este nuevo intento de
forjarle un "porvenir" a Felipe.
Las cosas se habían puesto tensas en su casa y Felipe, de entonces 18 años, decide
embarcarse hacia las filipinas para actuar como agente de compras en Manila para los
negocios de su padre, corría el año de 1590. Manila, punto de confluencia de razas, de
comercio, de tentaciones... Felipe se deja atraer por un tiempo por los juegos de azar,
actividad muy popular entre los habitantes de aquellas tierras.
El joven Felipe gozó por un tiempo de los deslumbrantes atractivos de aquella ciudad;
pero pronto se sintió angustiado: el vacío de Dios se dejó sentir muy hondo, hasta las
últimas fibras de su ser; en medio de aquel doloroso vacío volvió a oír la llamada de
Cristo: "Si quieres venir en pos de Mí, renuncia a ti mismo, toma tu cruz y sígueme"
(Mt.16, 24).
1
SIGUE LA PLÁTICA O LECTURA Y REFLEXIÓN
Para el Tercer Día
El martirio: Jesús instruye a sus discípulos: “Tengan cuidado, porque los entregaran
a las autoridades, los golpearan en las sinagogas y hasta los presentaran ante
gobernadores y Reyes por causa mía; así podrán dar testimonio de mi delante de
ellos y de los paganos. (vv. 17-18)…
“Los hermanos entregaran a la muerte a los hermanos y los padres a sus hijos; y los
hijos se volverán contra sus padres y los mataran. Todo el mundo los odiara por
causa mía; pero el que se mantenga firma asta el fin será salvo. (vv. 21-22)…
“el discípulo no es mas que su maestro, ni el sirviente es más que su patrón. Es ya
bastante que el discípulo sea como su maestro y el sirviente como su patrón. Si al
dueño de la casa lo han llamado demonio ¡Que no dirían de su familia! Pero no los
teman por eso. (vv. 24-25)…
“No tengan miedo de los que pueden darles muerte, pero no pueden disponer de su
destino eterno; temen más bien al que puede darles muerte y también puede
destruirlos par siempre en el infierno. (vv. 28)…
Si alguien se declara a mi favor delante de los hombres, yo también me declarare a
favor de el delante de mi Padre que esta en los cielos; pero al que me niegue delante
de los hombres yo también lo negare delante de mi Padre que esta en el cielo”. (vv.
32-33). (Mt. 10,17-33).
SIGUE LA MISA (EUCARISTÍA) O EL SANTO ROSARIO
……
ORACIÓN PARA EL TERCER DÍA
¡San Felipe de Jesús, estrella refulgente de la iglesia por tu fiel seguimiento de Cristo,
hasta el martirio en la cruz! Eres nuestro hermano. Por eso acudimos a ti, llenos de
confianza, en espera de tu ayuda poderosa.
Nuestra vida esta llena de dificultades. Necesitamos más fe, más amor y más
decisión para superarlas. Deseamos ser fieles seguidores de Cristo; pero, nos
sentimos débiles. Queremos se valerosos soldados del reino de Dios; pero, los
sacrificios y la cruz nos meten miedo. Nos entusiasma el triunfo; pero, los obstáculos
nos desaniman. Ven en nuestra ayuda, tu que supiste luchar y triunfar.
Desde la gloria en que reinas feliz con los demás miembros de la iglesia Triunfante,
míranos compasivo, y extiende tu protección a nosotros, a nuestros hijos y demás
seres queridos, a toda la iglesia militante, y, de modo muy especial, a nuestra
comunión católica de esta Arquidiócesis de México.
14
Se dirigían al Gran Imperio del poderoso Taico Sama, la tierra de las ilusiones
misioneras de Felipe de Jesús; él era el único que iba jubiloso, olvidado de todo, sólo
pensaba en misionar. El cristianismo había entrado en Japón desde 1549, de la mano
de San Francisco Javier S.J.
Felipe de Jesús se soñaba entre paganos alumbrándolos con la antorcha de la Fe y
lavándolos con el agua regeneradora.
Soñaba que en Japón recibiría las Sagradas Ordenes de manos de un Obispo
Misionero, y se quedaría en el fabuloso Japón, en el maravilloso Imperio del Sol
Naciente, quemando su existencia en aras de un ideal sublime que llenaría toda su
vida.
El Galeón "San Felipe" avanzaba sin cosa que para la navegación valiese y sin
embargo, enfilaba derechamente al Japón. Todos palpaban que la navegación era
milagrosa; hasta que por fin descubrieron tierra del Japón a la altura de Meaco, capital
del Imperio.
Al intentar hacer tierra todavía correrían un último riesgo, temían chocar con alguna
roca y destrozarse, pues el galeón no llevaba mando. Afortunadamente salieron del
peligro y llegaron frente a las costas de Shikoku.
Todos los náufragos del "San Felipe", no se cansaban de dar gracias a Dios por aquel
milagro y arrodillados en tierra japonesa entonaron el "TE DEUM LAUDAMUS".
Felipe de Jesús besaba la tierra una y otra vez; tocaba ya no en sueños, sino despierto,
la tierra de los mil atractivos y peligros.
El régimen político de Japón en la época de nuestro mártir se caracteriza por ser un
gobierno militar presidido por un "Shogun", que de hecho controlaba y dirigía los
destinos del país a espaldas del emperador, recluido en su palacio de Kyoto como
figura decorativa.
Cinco ciudades del Imperio eran "shogunales", bajo el control directo del
"Generalísimo". Estas eran Kyoto, Tokyo, Osaka, Sakai y Nagasaki.
Oda Nobunaga fue el gran Shogun que comenzó el comercio con las potencias
extranjeras; por ello favoreció el crecimiento del cristianismo. Toyotomi Hideyoshi
cambió de actitud, y en 1587 publicó el "Edicto de expulsión de los misioneros". Taiko
Sama dejó dormir su decreto pero seguía atentamente los movimientos de los
misioneros por medio de espías.
Una delegación de los náufragos, incluyendo a Felipe de Jesús, decide viajar a la
ciudad de Kyoto para encontrarse con otros franciscanos que predicaban ahí y
solicitarle al embajador del gobernador de Filipinas, Fray Pedro Bautista, su
intercesión ante el Shogun Taiko Sama para reparar la nave que había sido confiscada
por el Shogun.
3
de mi Nombre, recibirá cien veces lo que dejo y tendrá por herencia la vida eterna.
Muchos que ahora son los primeros serán entonces los últimos‟. “(Mt. 19,27-30)
SIGUE LA MISA (EUCARISTÍA) O EL SANTO ROSARIO
****
ORACION PARA EL DÍA SEGUNDO
¡Glorioso mártir de la Iglesia, San Felipe de Jesús! Aunque tu vida fue breve, supiste
muy bien de las traiciones y malos tratos morales de los enemigos de Dios y de la
humanidad: el demonio, el mundo y la carne. Tú, que lograste triunfar sobre ellos,
alcánzanos de Cristo Redentor sabiduría y fortaleza, para no caer en las trampas de
esos enemigos malignos. Protege y salva de ellos sobre todo a nuestros niños y a
nuestros jóvenes.
Necesitamos valor, para, a ejemplo tuyo, romper las ataduras de los vicios, de las
pasiones desordenadas y de las y de las malas amistades; y, para seguir fielmente la
llamada de Dios. Haznos generosos en el cumplimiento de los divinos
Mandamientos y en el estudio y seguimiento del Evangelio de Cristo, según nuestro
estado de vida. Que, dominando el mundo material y disfrutando de sus bienes,
sepamos vivir santamente desprendidos de ellos y compartirlos con los hermanos y
hermanas necesitados, en espera de la recompensa divina.
Por medio de la Madre Inmaculada y de Cristo, obtennos la ayuda necesaria para
llevar a cabo decididamente nuestra misión de consagrar el mundo, procurando la
Gloria de Dios, a la vez que extendemos su Reino. Envía, para ello, muchas
vocaciones al sacerdocio, a la vida religiosa, y la vida consagrada y apostólica en
medio del mundo.
Como miembros activos de la Iglesia Católica, única fundada por Cristo, que tú
tanto amaste siempre, haz que seamos todos mensajeros de amor, de justicia, de paz,
de misericordia, de reconciliación, de bienestar y de salvación, para todos nuestros
hermanos y hermanas. Amén.
OFRECIMIENTO
Promete a San Felipe de Jesús ser fiel a la misión, a que Dios te ha llamado. Y, en
señal de gratitud, prométele también ayudar a la Iglesia en la oración por más
vocaciones, y en la búsqueda de candidatos a las mismas, sobre todo al Sacerdocio
Ministerial.
INVOCACIÓN
¡San Felipe de Jesús, haznos fieles a nuestra vocación, y ayúdanos a reclutar mas
candidatos, llamados por Dios!
12
26 cruces fueron dispuestas en la Colina de Nagasaki aquel 5 de febrero de 1597. Sus
captores los crucificaron en una loma, la del Tateyama, que también era un trigal.
La cruz de Felipe de Jesús fue la del centro, la trece, como queriendo otorgarle a este
extranjero que no hablaba japonés y con sólo unos meses en el Japón, el lugar más
importante no sólo del Tateyama sino del comienzo de la evangelización del Japón.
Felipe de Jesús no podía hacer mucho por no tener las Sagradas Ordenes, ni dominar
del todo la lengua. Lo que más hacía era orar, orar con fe pidiendo fortaleza para sí y
para sus compañeros. Le parecía que no había hecho nada grande para merecer el
martirio.
26 prisioneros sacrificados:
-Seis Misioneros Franciscanos: había cuatro españoles, Fray Pedro Bautista Blázquez,
Fray Martín de la Ascensión, Fray Francisco Blanco, y Fray Francisco de Miguel. Y con
ellos, Fray Gonzalo García, indio portugués, y Fray Felipe de Jesús, mexicano.
-Tres Jesuitas: Pablo Miki, un japonés de familia de la alta clase social, hijo de un
capitán del ejército y muy buen predicador; Juan de Goto y Santiago Kisai, (dos
hermanos coadjutores jesuitas).
-16 cristianos Japoneses que eran catequistas y se habían hecho terciarios franciscanos.
Entre ellos: un soldado: Cayo Francisco; un médico: Francisco (de Miako);
Buenaventura y Matías (de Miako); Tomás Danki (de Ize); un enfermero: Juan Kisaka
o Kinoia; Cosme y Máximo Takeya (padre e hijo); Joaquín Sakakibara, Pablo Suzuki, y
tres muchachos de trece años que ayudaban a misa a los sacerdotes: Luis Ibarki,
Antonio Deyman (de Nagazaki) y Tomás Kasaky, cuyo padre fue también
martirizado.
-Un coreano: León Karasuma.
Felipillo, Felipe de las Casas Martínez, se abrazó a la cruz de la cual fue colgado,
suspendido mediante cinco argollas, pero las de sus tobillos estaban mal ajustadas, y
sus pies resbalaron repentinamente del pedal de la cruz, quedando su garganta
oprimida por el aro de acero puesto en su cuello.
Ahogándose, moviendo desesperadamente la cabeza, sólo pudo decir sus últimas
palabras: "Jesús, Jesús, Jesús". A sus gritos corrieron los soldados y mirándole en
agonía rematan al mártir clavando sus lanzas: dos lanzas atravesaron sus costados,
una el costado derecho y otra en el corazón, y cruzándose en el pecho, salieron por sus
hombros. Felipe de Jesús fue el primero en morir en medio de todos aquellos gloriosos
mártires.
Era el 5 de febrero de 1597; muere el primer Santo Mexicano, San Felipe de Jesús,
primer mártir del Japón, Mexicano Universal.
5
Intercede por nuestras familias. Ayúdanos a obtener un reinado más efectivo de
Cristo en nuestros corazones y en nuestros hogares. Que los esposos se mantengan
unidos y en un amor conyugal fiel y constantemente renovado.
Que los padres sepan cuidar y guiar a sus hijos sabiamente por el camino seguro de
la Ley Divina y del Evangelio de Cristo. Que nuestra comunidad cristiana de… logre
una unidad cada día mas fuerte por la vivencia de la Fe y de la practica de la caridad
generosa, bajo tu guía y protección.
Bendito San Felipe de Jesús, ayúdanos a todos a vivir una vida santa, en nuestro
estado de vida; para que, llegado el día, podamos ir a formar parte de la Iglesia
Triunfante y, así, glorificar a Dios Trino y ser felices contigo y los demás
bienaventurados en la Mansión Eterna del Padre. Amén.
OFRECIMIENTO
Prometamos a San Felipe de Jesús esforzarnos por vivir santamente, dentro de
nuestro estado de vida y en medio de las ocupaciones de cada día. Para lo cual nos
esforzamos en celebrar la Eucaristía (Misa) y comulgar con la mayor frecuencia
posible.
INVOCACIÓN
¡San Felipe de Jesús, Ayúdanos a ser Santos!
****
ORACIÓN FINAL
¡Cristo Jesús, Redentor de la humanidad! A ti acudimos llenos de fe, de confianza y
de amor de hermanos. Tú adornaste a tu Iglesia con las virtudes heroicas y la palma
martirial de tu joven discípulo, San Felipe de Jesús, nuestro
Patrono Celestial, y en Él nos diste un glorioso modelo de valor en la lucha por el
Reino del Padre y de la fidelidad a tu causa, hasta morir en una cruz.
Por la sangre y los méritos de San Felipe, unidos a los tuyos infinitos, socorre
generosamente nuestras necesidades espirituales y materiales, especialmente las
mencionadas en las oraciones de este Triduo.
Que la acción de tu Espíritu Santo promueva en los corazones humanos mayores
anhelos de amor fraternal, de unidad, de justicia, de paz, y de bienestar para todas
las personas, familias, pueblos y naciones. Y, que el nombre del Santo Mártir Felipe
de Jesús, unido inseparablemente al tuyo, oh Cristo Jesús, sea cada día mas conocido
y venerado en el mundo, para gloria y honor de la Beatísima Trinidad. Amén.
10
Oración a San Felipe de Jesús
San Felipe de Jesús, Protomártir de México, que llevaste tu espíritu generoso hasta el
extremo del mundo, enséñanos a medir el valor exacto de las cosas; que nuestra patria
vuelva a su antigua riqueza espiritual, y sea Dios el Señor de cada vida.
San Felipe de Jesús, que aprendamos de ti a ser como el mundo nos necesita. ¡Glorioso
Mártir Mexicano, ruega por tu Patria y por los que vivimos en ella! Amén.
Carta de san Felipe de Jesús día antes de su martirio
Nagasaky, Japón. 4 de Febrero de 1597
Queridos padres y amigos
La noche pasa rápida. Mañana moriré ejecutado en la cruz, pero no tengo miedo.
Mi pensamiento vuela hacia ustedes y a mi patria querida.
Ahora que estoy para recibir el bautismo de sangre, recuerdo que fui bautizado en la
Catedral de México, y las veces que asistí a Misa en San Francisco de Plateros.
Lamento los años que perdí buscando mis apetitos, egoísta y disipado. Bendito sea
Dios que vino en mi ayuda y comprendí que no valía la pena vivir para eso. Quise ser
misionero, pero ahora Dios me premia antes del trabajo, concediéndome dar mi vida
para probar mi amor.
Lamento no haber vuelto a México, aun cuando apenas fuese un día; pero volveré.
Estoy cierto de que volveré para decirles a todos, que la verdadera vida por la que
vale la pena vivir, es la vida eterna.
Paz y bien
Fray Felipe de Jesús
7
QUÉ ES UN RELIQUIA
Etimológicamente viene del latín: reliquiae, restos
La palabra reliquia viene de restos; la reliquia de los Santos son los restos del cuerpo o de
una vestimenta de quien fuera un “santo”, es decir, alguien que vivió de una manera heroica
el Mensaje Evangélico y dio la vida por el Señor.
La veneración a las reliquias comenzó a darse muy fuertemente con el culto de los mártires,
durante el periodo de las persecuciones, en las catacumbas.
Las catacumbas eran cementerios donde eran enterrados los cristianos. En ese lugar se
sentían más protegidos para celebrar la Eucaristía y también allí guardaban, celosamente,
para la veneración de los fieles las reliquias de aquellos que habían sido martirizados.
Esta veneración de los restos se fue ampliando en la Iglesia a todos los que de, una manera u
otra se les consideró “santos”.
Las reliquias pueden ser de tres grados:
1er grado: En esta clasificación se encuentran los fragmentos de los cuerpos de personas
santas o cualquiera de sus partes integrantes, como miembros, cenizas y huesos.
2do grado: un fragmento de su ropa o de algo que el santo usaba durante su vida (rosario,
Biblia, cruz, etc.). También objetos asociados con el sufrimiento de un mártir.
3er grado: cualquier objeto que ha sido tocado a una reliquia de primer grado o a la tumba
de un santo.
Errores que se deben evitar en relación a las reliquias:
1- Creer que las reliquias tienen poder por sí mismas. Esto sería magia y superstición.
Nuestra atención al venerarlas está en el santo.
2- Exagerar la importancia de las reliquias en la Iglesia. Las reliquias pueden ser una ayuda a
la fe pero no son parte central de ella.
3- Despreciarlas o dudar que Dios pueda utilizar sus instrumentos escogidos para hacer
milagros según sus designios. Ejemplo: ¿Acaso necesitaba Dios darle una vara a Moisés para
hacer milagros? No. Dios no necesita ni de la vara ni de Moisés, pero Dios sí ha querido
valerse de ambos.
4- Comerciar con reliquias, falsificarlas, explotar a los ingenuos. Sin duda se han cometido
excesos de este tipo. San Agustín (+430) denunció a impostores vestidos como monjes que
vendían reliquias falsas. El Papa San Gregorio (+604) prohibió la venta de reliquias y la
perturbación de tumbas en las catacumbas. A pesar de ello se cometieron muchos abusos.
Los protestantes, en vez de rechazar los abusos rechazaron las reliquias en general. El
Concilio de Trento (1563) defendió la invocación a los santos, la veneración de las reliquias y
las tumbas de los santos.
Cada vez que se desmandaba, su tierna
madre lo corregía afligida, exclamando
“¡Ay, mi Felipillo; que Dios te haga un
santo!‟. A lo que solía replicar Juana Petra,
una negrita que servía a la familia: “Felipillo
será santo, cuando la higuera reverdezca”.
Refiriéndose a una higuera seca, de la que
sólo quedaba el tronco añoso en una
esquina del patio de la casa. Le parecía
imposible que cambiara el carácter
vivaracho y tremendo de Felipillo.
Cuenta la leyenda, que, un día, al salir la
negrita a regar las plantas del patio de la
casa, vid que la higuera reseca por años
había retoñado. Viendo la higuera llena de
brotes frescos su corazón se lleno de
sobresalto y corrió alegre gritando por toda
la casa: “¡Felpillo Santo! ¡Felipillo Santo!
¡Felipillo Santo! Era el mismo día preciso -5 de Febrero de 1597 -- en que Felipillo
ahora San Felipe de Jesús, canonizado
oficialmente -- había derramado su sangre y
dado su vida por Cristo y por su iglesia, en
la Colina de Nagasaki, Japón.
Una higuera seca y misteriosa, que anuncia en sus retoños frescos la nueva vida
celeste del protomártir de México y de las Américas.
17
Para el apuesto y próspero Felipe llegaba el momento de la decisión y escoge
correctamente. Acude al convento franciscano de Santa María de los Ángeles en
Manila en donde se entrega con fervor a la disciplina conventual y se prepara para la
labor misionera que llevaba a cabo la orden y también, sin saberlo, se prepara para el
martirio.
Profesó el 22 de mayo de 1594 con el nombre de Felipe de Jesús. Aparece así, el
"hombre nuevo" de las cenizas del viejo; aparición que implica morir en cierto
sentido, morir al mundo, implica dolor, dolor de "perder" nuestra vida cómoda.
Además de Felipe de Jesús, otros dos de los hijos de don Alonso y doña Antonia
optaron por la vida religiosa: Juan, mártir también en las Islas Filipinas y Francisco,
evangelizador agustino en México.
Y Felipe de Jesús volvió a tomar la cruz, y ahora si tomó muy en serio su
conversión... Oró mucho, estudió, cuidó amorosamente a los enfermos y necesitados,
y un buen día le anunciaron que ya podía ordenarse sacerdote, y que, por gracia
especial, esa ordenación tendría lugar precisamente en su ciudad natal, en México, a
la vista de sus Padres y amigos de la infancia...
En el siglo XVI, la aventura más espectacular era atravesar el inmenso Océano
Pacífico de Asia a México; el viaje más arriesgado y largo que se hacía en el mundo
era el de Manila al Puerto de Acapulco. Cada viaje iba acompañado de
enfermedades, hambre y sed, inquietudes y desvelos.
El viaje de Manila a cualquier punto de América era, casi, un viaje a la Eternidad.
Los navegantes sufrían por las tempestades que movían al galeón horriblemente,
golpeándolo en forma espantosa. Muchos morían a consecuencia de los golpes, otros
de miedo y algunos de mareo y debilidad.
La travesía duraba siete meses y a veces ocho meses. Felipe de Jesús empezó su viaje
desde el Puerto de Cavite rumbo a su patria el 12 de julio de 1596, en un navío que
tenía un nombre anticipatorio: el "San Felipe".
Dos fueron los tifones que golpearon al "San Felipe" de madera. Cuando el mar se
serenó un poco se dieron a la tarea de reconstruir el "San Felipe", a curar las heridas
y sepultar entre las bramantes olas a los muertos que la catástrofe había causado.
Siete días llevaban con tiempo sereno y mar en bonanza, cuando Fray Juan Pobre
sugirió que se hiciese una arribada al Japón, lo que aceptó el General Matías
Landecho, y cuando iban tomando rumbo hacia la costa les asaltó otro temporal más
furioso que los anteriores, que duró 36 horas.
Era el 5 de octubre cuando ya el Galeón "San Felipe" se encontraba sin palo sano de
Proa a Popa; y sin embargo, caminaba lentamente hacia el Japón
2
Dile a Cristo y a su Madre, María, que concedan resignación y valentía a los miembros
de pueblo de Dios, que sufren persecución y cárcel por nuestra fe cristiana. Que
retornen las ovejas descarriadas al redil
del Buen Pastor. Que todos seamos
fuertes en el amor, como tú fuiste. Que
la cruz de los sufrimientos diarios nos
acerque más a Cristo, y, con Él ha
preparado para los hijos e hijas que, en
esta vida, le sirvan con fidelidad, hasta
la muerte. Amén.
OFRECIMIENTO
Promete a San Felipe de Jesús tratar de
ser fuerte, como el; y luchar
valerosamente por la causa de
Jesucristo y de su Iglesia Católica, hasta
la muerte.
INVOCACIÓN
¡Valeroso mártir, San Felipe de Jesús,
ayúdanos a luchar, triunfar y morir por
Cristo y por su Iglesia. Amén!
ORACIÓN FINAL
¡Cristo
Jesús,
Redentor
de
la
humanidad! A ti acudimos llenos de fe,
de confianza y de amor de hermanos.
Tú adornaste a tu Iglesia con las virtudes heroicas y la palma martirial de tu joven
discípulo, San Felipe de Jesús, nuestro
Patrono celestial, y en Él nos diste un glorioso modelo de valor en la lucha por el
Reino del Padre y de la fidelidad a tu causa, hasta morir en una cruz.
Por la sangre y los méritos de San Felipe, unidos a los tuyos infinitos, socorre
generosamente nuestras necesidades espirituales y materiales, especialmente las
mencionadas en las oraciones de este Triduo.
Que la acción de tu Espíritu Santo promueva en los corazones humanos mayores
anhelos de amor fraternal, de unidad, de justicia, de paz, y de bienestar para todas las
personas, familias, pueblos y naciones. Y, que el nombre del Santo Mártir Felipe de
Jesús, unido inseparablemente al tuyo, oh Cristo Jesús, sea cada día más conocido y
venerado en el mundo, para gloria y honor de la Beatísima Trinidad. Amén.
15
ORACIÓN FINAL
Pero el Shogun no quiso recibirlos; por
el contrario, la mañana del 8 de
diciembre de 1596 ordena la aprensión
de los frailes del Convento de Santa
María de los Ángeles en Kyoto "por
haber desobedecido la orden para no
predicar abiertamente".
Aunque la verdadera razón de esta
orden era el temor de los Shogun a ser
dominados
por
las
potencias
extranjeras a través de la religión en un
momento
en
que
se
estaba
consolidando la unidad del país.
Felipe de Jesús pudo haberse sustraído
al decreto de muerte: no había tenido
tiempo de predicar y ni siquiera había
elegido ir al Japón; era un náufrago, y
como tal habría podido seguir su camino, como los otros náufragos lo hicieron, una
vez reparado el barco.
Pero la puerta del Santo no es la puerta fácil... Siguió, pues, hasta el último suplicio a
Fray Pedro Bautista y demás misioneros franciscanos que desde hacía años
evangelizaban el Japón.
El 30 de diciembre, Taiko Sama decide trasladarlos a Nagasaki ubicada a 900
kilómetros, con el objeto de sacrificarlos en la única ciudad del Japón que había
nacido cristiana.
Este recorrido tan largo, pensaba Taiko, serviría para erradicar la fe de aquellos
japoneses que estuvieran tentados a acogerla por lo que durante todo el camino
sometió a los prisioneros a innumerables afrentas.
El primero de enero se unen a los presos de Kyoto otros catequistas capturados en
Osaka; más tarde se les unirían otros dos cristianos para completar el grupo de 26
prisioneros.
El 3 de enero se les mutila el lóbulo inferior de la oreja izquierda como forma de
"marcar" a los que iban a morir. Este último hecho lleva a Felipe de Jesús a exclamar:
"Ya dimos la primera sangre; ya nadie nos quitará el gozo de darla toda por la fe".
4
¡Cristo Jesús, Redentor de la humanidad! A ti acudimos llenos de fe, de confianza y de
amor de hermanos. Tú adornaste a tu Iglesia con las virtudes heroicas y la palma
martirial de tu joven discípulo, San Felipe de Jesús, nuestro
Patrono celestial, y en Él nos diste un glorioso modelo de valor en la lucha por el
Reino del Padre y de la fidelidad a tu causa, hasta morir en una cruz.
Por la sangre y los méritos de San Felipe, unidos a los tuyos infinitos, socorre
generosamente nuestras necesidades espirituales y materiales, especialmente las
mencionadas en las oraciones de este Triduo.
Que la acción de tu Espíritu Santo promueva en los corazones humanos mayores
anhelos de amor fraternal, de unidad, de justicia, de paz, y de bienestar para todas las
personas, familias, pueblos y naciones. Y, que el nombre del Santo Mártir Felipe de
Jesús, unido inseparablemente al tuyo, oh Cristo Jesús, sea cada día mas conocido y
venerado en el mundo, para gloria y honor de la Beatísima Trinidad. Amén.
DÍA TERCERO
ORACIÓN INICIAL
Padre Nuestro Celestial, que en San Felipe de Jesús has dado a México, a las Américas
y a toda tu Iglesia Universal un glorioso ejemplar de santidad y de hermoso martirial.
Al honrarlo e invocarlo durante este Triduo de oración y reflexión, te pedimos con
humildad y confianza de tus hijos que purifiques nuestros corazones de todo pecado y
de toda deficiencia humana.
Que tu santo Espiritual ilumine nuestra inteligencia, para que logremos descubrir el
significado y el valor de los heroicos ejemplos de vida cristiana, que no lego tu Santo
Mártir San Felipe de Jesús. Como necesitamos tu gracia para seguir esos ejemplos con
valentía, haz que tu mismo Espíritu fortaleza nuestra débil voluntad y nos guié por
sendero seguro.
Que nuestra oración, por medio de San Felipe de Jesús, te sea agradable y nos obtenga
las bendiciones que necesitamos de tu infinita generosidad. Que todo lo que hagamos
y digamos durante este ejercicio y a lo largo de toda nuestra vida sea alabanza de tu
gloria.
Te lo pedimos por medio de Cristo Jesús. Amén.
13
Cuenta la leyenda que ese
mismo día la higuera seca de
la casa paterna reverdeció de
pronto y dio fruto. "¡Felipillo
es Santo, Felipillo es Santo!",
gritaba incrédula su nana en
México al ver reverdecer la
higuera muerta desde hace
tiempo, mientras Felipe de
Jesús cumplía con una misión,
una misión grandiosa y que
sin embargo pocos entendían
en el lugar donde la llevaba a
cabo.
"En la colina santa de
Nagasaki había una selva de
cruces y una turba de invictos
mártires. Los cristianos se precipitaron a recoger sus vestidos para tenerlos consigo
como reliquias y la sangre para humedecer paños llevados con esta finalidad. Entre
tanto Dios glorificaba a sus mártires con ruidosos prodigios. Los cuerpos de los
mártires difundían un delicioso perfume.
Durante dos meses duraron colgados de las cruces sin dar signos de putrefacción.
Las aves de rapiña que solían alimentarse de los cuerpos de los condenados en aquel
lugar, dieron muchas vueltas alrededor de los cuerpos de los mártires sin tocarlos".
Felipe de Jesús fue beatificado, juntamente con sus compañeros Mártires de
Nagasaki, el 14 de septiembre de 1627, por el Papa Urbano VIII.
El Beato Felipe de Jesús fue canonizado el 8 de junio de 1862 por el hoy Beato Papa
Pío IX, junto con sus 25 Compañeros Mártires de Nagasaki, Japón.
Sobre el frontispicio del Vaticano, junto al emblema del Pontífice reinante, lució el
escudo mexicano y la imagen del Primer Santo Mexicano dentro de la imponente
Basílica ante la regocijada y piadosa presencia, en Roma, de varios obispos
mexicanos, entre ellos el de Guadalajara, don Pedro Espinoza y Dávalos.
La Nación Mexicana declaró a San Felipe de Jesús su segundo Patrono, precedido,
obviamente, por Santa María de Guadalupe. Y decretó el 5 de febrero como Fiesta
Nacional. Sólo que el Congreso Constituyente en 1917, en esa fecha y en Querétaro,
la hizo festividad en honor a la Carta Magna.
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DÍA SEGUNDO
ORACIÓN INICIAL
Padre Nuestro Celestial, que en San Felipe de Jesús has dado a México, a las Américas
y a toda tu Iglesia Universal un glorioso ejemplar de santidad y de hermoso martirial.
Al honrarlo e invocarlo durante este Triduo de oración y reflexión, te pedimos con
humildad y confianza de tus hijos que purifiques nuestros corazones de todo pecado y
de toda deficiencia humana. Que tu santo Espiritual ilumine nuestra inteligencia, para
que logremos descubrir el significado y el valor de los heroicos ejemplos de vida
cristiana, que no lego tu Santo Mártir San Felipe de Jesús. Como necesitamos tu gracia
para seguir esos ejemplos con valentía, haz que tu mismo Espíritu fortaleza nuestra
débil voluntad y nos guie por sendero seguro.
Que nuestra oración, por medio de San Felipe de Jesús, te sea agradable y nos obtenga
las bendiciones que necesitamos de tu infinita generosidad. Que todo lo que hagamos
y digamos durante este ejercicio y a lo largo de toda nuestra vida sea alabanza de tu
gloria.
Te lo pedimos por medio de Cristo Jesús. Amén.
SIGUE LA PLÁTICA O LECTURA Y REFLEXIÓN
Para el Segundo día
La vocación. “Se acercó un joven (a Jesús) y le dijo: „Maestro, ¿Qué obras buenas debo
hacer para conseguir la vida eterna?‟ Jesús contesto: „¿Porque me preguntas sobre lo
que es bueno? Uno solo es bueno (Dios). Si quieres entrar en la vida eterna, cumple los
Mandamientos‟. El Joven dijo: „¿Cuáles?‟ Jesús respondió: „No matar, no cometer
adulterio, no hurtar, no levantar falso testimonio, honrar padre y madre, y amar al
prójimo como a si mismo‟.
El joven le dijo: „He guardado todos esos Mandamientos, ¿Qué mas me falta?‟. Jesús le
dijo: „Si quieres llegar a la perfección, anda a vender todo lo que posees y dáselo a los
pobres. Así tendrás un tesoro en el Cielo, y luego ven y sígueme. (vv. 16-19).
Pedro tomo la palabra y dijo: “Sabes que nosotros lo hemos dejado todo para seguirte:
„¿Qué habrá para nosotros?‟
Jesús contesto: „A ustedes, que me siguieron, les digo esto: En el día en que todo sea
renovado, cuando el Hijo del Hombre se siente en su trono de gloria, ustedes también
se sentaran en doce tronos, para juzgar a las doce tribus de Israel. Y todo el que deja
casas, hermanos, hermanas, padre, madre, hijos o propiedades por amor
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TRIDUO EN HONOR A SAN FELIPE DE JESÚS
ORACIÓN INICIAL
Padre Nuestro Celestial, que en San Felipe de Jesús has dado a México, a las
Américas y a toda tu Iglesia Universal un glorioso ejemplar de santidad y de
hermoso martirial.
Al honrarlo e invocarlo durante este Triduo de oración y reflexión, te pedimos con
humildad y confianza de tus hijos que purifiques nuestros corazones de todo pecado
y de toda deficiencia humana. Que tu Santo Espiritual ilumine nuestra inteligencia,
para que logremos descubrir el significado y el valor de los heroicos ejemplos de
vida cristiana, que nos lego tu Santo Mártir San Felipe de Jesús. Como necesitamos
tu gracia para seguir esos ejemplos con valentía, haz que tu mismo Espíritu fortaleza
nuestra débil voluntad y nos guié por sendero seguro.
Que nuestra oración, por medio de San Felipe de Jesús, te sea agradable y nos
obtenga las bendiciones que necesitamos de tu infinita generosidad. Que todo lo que
hagamos y digamos durante este ejercicio y a lo largo de toda nuestra vida sea
alabanza de tu Gloria.
Te lo pedimos por medio de Cristo Jesús. Amén.
SIGUE LA PLÁTICA O LECTURA Y REFLEXIÓN
Para el primer Día.
Los Santos, “Este sagrado Concilio recibe con gran piedad la venerable Fe de nuestros
antepasados acerca del consorcio vital con nuestros hermanos que se hallan en la
Gloria Celeste…
Enseñen, pues, a los fieles que el verdadero culto a los santos no consiste tanto en la
multiplicidad de actos exteriores cuanto en la intensidad de un amor activo, por el
cual, para mayor bien nuestro y de la Iglesia, buscamos en los santos “el ejemplo de su
vida, la participación de su intimidad y la ayuda de su intercesión”.
Pero también hagan comprender a los fieles que nuestro trato con los
bienaventurados, si se lo considera bajo la plena luz de la Fe, de ninguna manera
rebaja el culto de adoración, tributado a Dios Padre por medio de Cristo en el Espíritu,
sino que más bien lo enriquece copiosamente.
Porque todos los que somos hijos de Dios y constituimos una sola familia en Cristo
(Hbr.3.6), al unirnos en mutua caridad y en la misma alabanza de la Trinidad,
secundamos la intima vocación de la Iglesia y participamos, preguntándola, en la
liturgia de la gloria consumada. Cuando Cristo se manifesté y tenga lugar a la gloriosa
resurrección de los muertos, la Gloria de Dios iluminara la ciudad celeste y su
lumbrera será el Cordero (Apoc. 21, 23). Entonces toda la Iglesia de los santos, en la
felicidad suprema del amor, adorara a Dios y al Cordero que fue inmolado (Apoc. 5,
12), proclamando con una sola voz: “Al que esta sentado en el trono y al Cordero
alabanza, gloria, imperio por los siglos de los siglos (Aoc. 5,13)”. Vat. ll, L.G., 51).
SIGUE LA MISA (EUCARISTIA) O EL SANTO ROSARIO
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ORACIÓN PARA EL PRIMER DÍA
¡San Felipe de Jesús, ilustre mártir de Cristo! Siendo niño y joven, supiste mantenerte
cerca de Dios por medio de la participación en la Eucaristía, recibiendo con frecuencia
el “Cuerpo y la sangre del Redentor.
A ti acudimos hoy, rogándote que nos alcances a todos, especialmente a nuestros
niños y jóvenes, la gracia de saber apreciar el don del Sacramento del Amor, que hace
santos.
Que, como tú, podamos recibirlo con frecuencia y devoción, y logremos mantenernos
junto a Cristo en medio de las ocupaciones diarias.
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