tengan o no la misma madre. Del mismo modo el tío paterno y el

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DERECHO DE FAMILIA
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tengan o no la misma madre. Del mismo modo el tío paterno y el hijo de su padre
son agnados el uno del otro, como también los hermanos patrueles, es decir, los
hijos habidos de dos hermanos que se llaman también primos; y así sucesivamente
de los grados más distantes de agnación. Los que nacen después de la muerte de
su padre no tienen menos los derechos de su padre o consanguinidad.
La adopción establece también el derecho de agnación; por ejemplo, entre los
hijos naturales y los que su padre ha adoptado, nadie duda que el título de
consanguíneos les sea aplicable, aunque impropiamente. Del mismo modo, si el
uno de tales agnados como por ejemplo, el hermano, el tío paterno o cualquiera
otro en un grado más distante, adopta alguno, entra este último sin duda en el
número de los agnados.
Entre los hombres, la agnación hasta el grado más distante da un derecho recíproco
a la herencia. Pero en cuanto a las mujeres se quería que no pudiesen adquirir la
herencia sino por derecho de consanguinidad, si eran hermanas y no más adelante;
mientras que sus agnados varones eran admitidos a su herencia hasta el grado
más distante.
Entre muchos grados de agnados de las Doce Tablas, llama expresamente al más
próximo. Pues así, si el difunto deja por ejemplo, un hermano y el hijo de otro
hermano o un tío paterno, el hermano es preferido. Y aunque la ley, explicándose en
singular, llame al más próximo, nadie duda, sin embargo, que si son muchos en un
mismo grado, todos deben ser admitidos. Del mismo modo, el más próximo supone,
rigurosamente hablando, que haya muchos grados; y sin embargo, nadie duda tampoco
que si no existe más que un solo grado de agnados la herencia haya de pertenecerles.
La proximidad, cuando el difunto no ha hecho ninguna clase de testamento, se
examina con relación a la época del fallecimiento. Pero si ha hecho alguno será
la época aquella en que se ha hecho cierto que ningún heredero existirá en
virtud de dicho testamento, porque sólo entonces se le puede considerar como
realmente muerto intestado. A veces, no se decide esto sino hasta mucho
después de la muerte; y en este intervalo sucede con frecuencia que llegando a
morir el más próximo, se hace entonces más próximo el que no lo era al
fallecimiento del testador.
3.2 COGNACIÓN
Después de los herederos suyos o llamados en número de los suyos por el
pretor y por las constituciones, y después de los herederos legítimos (a saber los
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