DERECHO DE FAMILIA 221 tengan o no la misma madre. Del mismo modo el tío paterno y el hijo de su padre son agnados el uno del otro, como también los hermanos patrueles, es decir, los hijos habidos de dos hermanos que se llaman también primos; y así sucesivamente de los grados más distantes de agnación. Los que nacen después de la muerte de su padre no tienen menos los derechos de su padre o consanguinidad. La adopción establece también el derecho de agnación; por ejemplo, entre los hijos naturales y los que su padre ha adoptado, nadie duda que el título de consanguíneos les sea aplicable, aunque impropiamente. Del mismo modo, si el uno de tales agnados como por ejemplo, el hermano, el tío paterno o cualquiera otro en un grado más distante, adopta alguno, entra este último sin duda en el número de los agnados. Entre los hombres, la agnación hasta el grado más distante da un derecho recíproco a la herencia. Pero en cuanto a las mujeres se quería que no pudiesen adquirir la herencia sino por derecho de consanguinidad, si eran hermanas y no más adelante; mientras que sus agnados varones eran admitidos a su herencia hasta el grado más distante. Entre muchos grados de agnados de las Doce Tablas, llama expresamente al más próximo. Pues así, si el difunto deja por ejemplo, un hermano y el hijo de otro hermano o un tío paterno, el hermano es preferido. Y aunque la ley, explicándose en singular, llame al más próximo, nadie duda, sin embargo, que si son muchos en un mismo grado, todos deben ser admitidos. Del mismo modo, el más próximo supone, rigurosamente hablando, que haya muchos grados; y sin embargo, nadie duda tampoco que si no existe más que un solo grado de agnados la herencia haya de pertenecerles. La proximidad, cuando el difunto no ha hecho ninguna clase de testamento, se examina con relación a la época del fallecimiento. Pero si ha hecho alguno será la época aquella en que se ha hecho cierto que ningún heredero existirá en virtud de dicho testamento, porque sólo entonces se le puede considerar como realmente muerto intestado. A veces, no se decide esto sino hasta mucho después de la muerte; y en este intervalo sucede con frecuencia que llegando a morir el más próximo, se hace entonces más próximo el que no lo era al fallecimiento del testador. 3.2 COGNACIÓN Después de los herederos suyos o llamados en número de los suyos por el pretor y por las constituciones, y después de los herederos legítimos (a saber los