movilidad espacial

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POBLACI ÓN Y DESARROLLO
Aportes para las políticas públicas
1
Movilidad espacial de la población nicaragüense
a comienzos del nuevo siglo
Eduardo Baumeister
2004
Convenio de Asistencia Técnica entre la Secretaría de Coordinación y Estrategias
de la Presidencia de la República de Nicaragua y el
Fondo de Población de las Naciones Unidas, Oficina de Nicaragua
N
304.8
B347 Baumeister, Eduardo
Movilidad espacial de la población
nicaragüense a comienzos del nuevo siglo/
Eduardo Baumeister. -- 1a ed. -- Managua:
SECEP; UNFPA, 2004
76 p.
ISBN: 99924-0-334-9
1. MIGRACIÓN RURAL-URBANA 2.
EMIGRACIÓN E INMIGRACIÓN 3. NICARAGUAPOLÍTICA DE POBLACIÓN
Este documento fue preparado por Eduardo Baumeister, consultor, con
la asistencia editorial de Irene Agudelo, en colaboración con el equipo
técnico de la Secretaría de Coordinación y Estrategia de la Presidencia de
la República (SECEP), como un insumo para el proceso de formulación
del Plan Nacional de Desarrollo de Nicaragua.
Las opiniones expresadas en este documento, son de exclusiva
responsabilidad del autor y no coinciden necesariamente con las de las
Organizaciones auspiciadoras.
Hecho el depósito legal: Managua, 0236, julio 2004
3
ÍNDICE
INTRODUCCION .........................................................................................................................5
RESUMEN EJECUTIVO ..............................................................................................................7
I. MIGRACION INTERNA.........................................................................................................15
A. Contexto de los procesos migratorios en Nicaragua ..........................................................15
B. Densidad de población .......................................................................................................15
C. La expansión de la frontera agrícola ..................................................................................16
D. Bases del patrón extensivo .................................................................................................18
E. Comparaciones con el área centroamericana ......................................................................20
F. Urbanización .......................................................................................................................20
G. Tendencias de la distribución espacial de la población en las últimas décadas .................21
H. Tipos de asentamientos urbanos y rurales ..........................................................................23
II. PATRONES DE LOS PROCESOS MIGRATORIOS INTERNOS ........................................25
A. Patrones migratorios interiores anteriores a los años ochenta............................................25
1. Atracción de Managua ....................................................................................................25
B. Patrones migratorios internos alrededor del Censo de 1995 ..............................................27
C. Migraciones internas a partir de los datos del 2001 ...........................................................27
1. Distribución de la población...........................................................................................28
2. Intensidad de los desplazamientos espaciales ................................................................29
3. Migraciones internas y niveles de pobreza .....................................................................31
4. Migraciones internas y género........................................................................................33
5. Migraciones recientes .....................................................................................................34
6. Comparaciones con datos de 1995 .................................................................................35
III. MIGRACION EXTERNA .....................................................................................................37
A. Contexto estructural, dinámica demográfica y migraciones externas ................................37
B. Dinámica demográfica........................................................................................................38
C. Perspectivas y tendencias ...................................................................................................40
D. Características básicas de las migraciones externas a partir de las encuestas del 2001 .....41
1. Proporción de hogares con migrantes externos ..............................................................41
2. Diferencias regionales ....................................................................................................42
3. Diferencias de género .....................................................................................................44
4. Grupos de edad ...............................................................................................................44
5. Niveles educativos de los migrantes externos ................................................................45
6. Países de destino de los nicaragüenses ...........................................................................46
E. Antigüedad de los procesos migratorios externos y cambios en la
composición de los migrantes según niveles de ingreso de las familias .............................47
4
F. Tendencias entre 1998 y 2001 .............................................................................................48
G. Hogares con contactos en el exterior..................................................................................49
H. Países de destino de los migrantes nicaragüenses y características
económicas de los hogares .................................................................................................50
I. Vinculación entre reducciones de pobreza y hogares con miembros en el exterior ...........51
IV. POLÍTICAS PÚBLICAS Y LÍNEAS DE INVESTIGACIÓN ..............................................53
A. Prioridades en el diseño de políticas públicas ....................................................................53
1. Migración interna ...........................................................................................................53
2. Migración externa...........................................................................................................53
B. Las necesidades de investigación sobre la migración interna ............................................54
1.. El crecimiento urbano en la Región Central y el Atlántico ...........................................54
2.. Las migraciones rurales en la Región Central hacia centros urbanos ...........................55
3. Avances de la frontera agrícola.......................................................................................56
4. Las consecuencias de la crisis cafetalera sobre las migraciones internas,
tanto rurales como en dirección a centros urbanos .........................................................56
5. La propuesta de los clusters en el Plan Nacional de Desarrollo
y sus implicaciones en la distribución espacial de la población. ....................................56
C. Estudios en el tema de las migraciones internacionales de nicaragüenses .........................57
D. Necesidades de investigación sobre la migración externa .................................................58
1. Impacto económico de las remesas a nivel micro ..........................................................58
2. Impacto económico a nivel micro en los hogares de los migrantes nicaragüenses
en Costa Rica ..................................................................................................................59
3. Posibles presiones para la migración externa derivadas de la crisis cafetalera ..............59
4. Consecuencias en las condiciones educativas y de salud de las familias de origen .......60
5. Características de las redes que se establecen en relación a las familias y a los
migrantes dentro de Nicaragua y en Costa Rica .............................................................60
6. Estudio de las migraciones estacionales de los nicaragüenses al exterior......................60
BIBLIOGRAFÍA .........................................................................................................................61
ANEXO ESTADÍSTICO .............................................................................................................67
5
INTRODUCCIÓN
Los desplazamientos que se producen dentro de los límites de un país, o que son producto del traslado
a otros países, en la medida en que se realizan de manera voluntaria responden, en última instancia,
a la búsqueda de mejores condiciones de vida, así se hable de mejores empleos o remuneraciones,
de acceso a la educación u otros servicios básicos o de la obtención de tierras para la producción.
El mundo moderno se ha constituido sobre la base de cambios sociales en los que las
migraciones internas y externas han jugado un papel significativo, tanto en los países actualmente
desarrollados como en los aún subdesarrollados. Los fenómenos sociales más significativos
del mundo moderno, como la urbanización en todos los continentes, la industrialización, la
constitución de la agricultura destinada al mercado mundial fuera del continente europeo, han
estado acompañados de fuertes procesos migratorios. En diferentes contextos nacionales nos
encontramos con tendencias que han implicado procesos como los siguientes:
•
Habitantes rurales desplazándose a ciudades, lo que da origen a la actual urbanización
e industrialización en los países donde esto toma envergadura. De igual modo se observa el
desplazamiento desde ciudades pequeñas y medianas hacia grandes zonas metropolitanas, fenómeno
observable tanto en los países del Norte como en buena parte de los países del Sur. En los países
de menor desarrollo, la fuerte urbanización no implicó necesariamente la formación de un sector
industrial, pero sí lo que se ha llamado un amplio sector informal urbano en torno al pequeño
comercio y a servicios de bajos ingresos.
•
Grandes desplazamientos de poblaciones europeas hacia América y, en menor
medida, África y algunos países asiáticos durante el siglo XIX y la primera mitad del siglo XX;
estos movimientos aligeraron a los países europeos de parte de su población que no lograba
insertarse en los procesos industriales o no podía hacerlo en la nueva agricultura surgida como
parte de la revolución industrial. En los países de destino, esos inmigrantes contribuyeron, entre
otros fenómenos de envergadura, a la expansión agrícola del siglo XIX y XX destinada al mercado
mundial (granos, carnes, café, caucho, té, etc).
•
El masivo y actual proceso de desplazamiento de poblaciones de los llamados
países del Sur y del Este Europeo hacia el Norte y el Oeste (Europa Occidental, Estados Unidos,
Canadá, Australia) que contribuye significativamente a la provisión de trabajo no calificado,
tanto en actividades agrícolas como urbanas, sectores de calificación media y, en menor medida,
contribuye con estratos de alta formación profesional que se insertan en la generación de alta
tecnología o investigación básica. Por otro lado, en buena medida los movimientos de población
actuales del Sur al Norte o del Este al Oeste, a diferencia de lo que ocurrió entre mediados del
siglo XIX y mediados del siglo XX entre Europa y el resto del mundo, se realizan en condiciones
precarias de legalidad.
6
•
El importante crecimiento demográfico de las últimas décadas en los países pobres
del Sur ha generado dos procesos migratorios; por un lado, el dirigido a las grandes ciudades de los
respectivos países y, por otro lado, las migraciones internacionales legales e ilegales, permanentes
o temporales, hacia los países con bajo crecimiento demográfico y requerimientos de mano de obra,
particularmente para puestos menos calificados. Se comprueba que independientemente del gran
desarrollo de la maquinización en los procesos productivos o en los servicios, los requerimientos
de mano de obra para tareas menos calificadas siguen siendo elevados en los países del Norte.
Si bien vivimos bajo el paraguas de la globalización, que implica formidables procesos
de desplazamiento de población a nivel internacional y un fuerte incremento de las transacciones
comerciales y financieras internacionales, es importante tener en cuenta que, tomando el planeta
en su conjunto, la población que vive en un país distinto al de su nacimiento sólo representa el 2.3
por ciento del total mundial, que esta proporción no ha variado con respecto a 1965 y que, incluso,
no es superior a la existente antes de la Primera Guerra Mundial.1 Por otro lado, la mitad de la
población del mundo sigue viviendo en zonas rurales.
Nicaragua no ha sido ajena a intensos procesos migratorios internos (expresados
fundamentalmente por la urbanización y el avance hacia la frontera agrícola) y externos. No fue
receptora de importantes flujos de población externa entre mediados del siglo XIX y la Segunda
Guerra Mundial, como ocurrió en mayor medida en otros países centroamericanos: Costa Rica,
Guatemala o El Salvador. Actualmente sí atraviesa un creciente proceso de emigración, tanto
hacia Estados Unidos como a Costa Rica; este doble desplazamiento lo diferencia del resto de
América Central que sólo migra hacia países del Norte (Estados Unidos, Canadá, Europa) o hacia
Australia.
La migración interna hacia tierras de frontera agrícola tiene un límite natural, independientemente
de las consecuencias sobre los recursos naturales que tiene el uso inadecuado del suelo y el bosque.
Suponemos que es altamente probable que en no más de dos décadas las posibilidades de "correr"
la frontera agrícola, y de esa manera posibilitar el acceso a nuevos migrantes campesinos, habrán
finalizado.
Tapinos y Delanunay (2001) y Mann (2001). Entre 1821 y 1932 salieron de Europa hacia
América y, en menor medida, a otros continentes un total de 56 millones de personas. En relación a la media de
la población mundial durante ese período (aproximadamente 1700 millones de habitantes) ese total de migrantes
representó un 3.3 por ciento. La cifra de la población migrante está tomada de Chesnais citada en Pellegrino
(2000:15) y el dato de población mundial de la página electrónica de la Oficina de Censos de los Estados
Unidos.
1
7
RESUMEN EJECUTIVO
El proceso de urbanización ha avanzado a ritmos importantes en Nicaragua, más de la mitad de la
población vive en zonas urbanas y en 20 años cerca del 70 por ciento de la población será urbana,
momento en que se habrán invertido las proporciones que el país tenía en 1950 cuando más de 2/3
de la población era rural. El cambio de los asentamientos de la población no se correlaciona, como
ocurrió en otros países, con transformaciones económicas sustentadas en un sector industrial o
terciario de alta productividad.
Las dificultades por crear un sector primario (agropecuario, forestal, minero y pesquero)
dinámico explica que las zonas urbanas se hayan convertido en refugio de muchos grupos de
pobres que encuentran en el sector informal y en servicios de baja productividad posibilidades de
empleo, al tiempo que las ciudades ofrecen relativamente mejores servicios de energía eléctrica,
agua, y educación. La tendencia es ineludible pero sí es posible amortiguarla en la medida en que el
incremento de la producción y la productividad del sector primario, lograda dentro de un esquema
sostenible del uso de los recursos naturales, puedan darse en Nicaragua (un país con baja densidad
de población y un acceso relativamente igualitario a la tierra en las zonas rurales). A su vez, los
principales ejes de crecimiento identificados están estrechamente vinculados al sector primario
(agropecuario, forestal, energía sobre la base de recursos naturales) o están asentados en zonas
rurales (turismo costero o ecológico).
Uno de cada cinco hogares nicaragüenses recibe alguna remesa del exterior y uno de cada
seis hogares tiene algún miembro viviendo de manera permanente en el extranjero. Las remesas
familiares, en su hipótesis más baja, representan cerca del 15 por ciento del producto interno bruto
y equivalen a más de dos terceras partes del total de las exportaciones. Estas proporciones son
superiores a las de El Salvador, el país que siempre se menciona por la importancia que para su
economía tienen las remesas provenientes del exterior.
En las dos próximas décadas el incremento de la población en edad activa será de los
más altos del mundo, producto del alto crecimiento demográfico de los últimos 30 años y de la
reducción del crecimiento en otros países.
Esto nos indica que las presiones para salir al exterior continuarán, tanto hacia Costa Rica
como hacia el resto de America Central, Estados Unidos y otros países desarrollados. La gran
pregunta que cabe hacerse es cómo lograr que los resultados positivos de ese proceso migratorio
(remesas entrando al país y mejoras en capital humano logradas en exterior) puedan contrarrestar los
evidentes aspectos negativos (desintegración familiar, discriminación de los migrantes y pérdida
para el país de personas calificadas).
8
LAS MIGRACIONES INTERNAS EN NICARAGUA
En Nicaragua las cifras más recientes indican que el 42 por ciento de la población reside en zonas
rurales y el 58 por ciento en zonas urbanas. Es una proporción que ha venido elevándose en los últimos
años en la medida en que las estimaciones surgidas del Censo de 1995 mostraban una población
urbana de 54 por ciento. Actualmente uno de cada cinco nicaragüenses reside en un municipio que no
es aquel donde nació; entre los jefes de hogar esta proporción se eleva a uno de cada tres.
Es importante señalar que los movimientos espaciales se dan principalmente entre ámbitos
urbanos o entre ámbitos rurales. En efecto, el 88 por ciento de la población total sigue viviendo
en un ámbito (urbano o rural) similar al de su nacimiento. Aun entre los jefes de hogar con una
edad promedio superior a la del conjunto de la población y, por ende, con mayores posibilidades de
desplazamientos espaciales, ese porcentaje alcanza al 81 por ciento.
PROCESOS MIGRATORIOS INTERNOS
Existen en Nicaragua tres procesos principales de migración interna que se han desarrollado,
fundamentalmente, desde mediados del siglo XX y algunos más recientes desde las décadas de los
ochenta y noventa hasta el presente: a) la migración hacia Managua; b) el movimiento de población
rural desde la Región Central y algunas zonas del Pacífico hacia las zonas de frontera agrícola de la
propia Región Central y del Atlántico, que actualmente conforman el departamento de Río San Juan
y las regiones autónomas, y c) un fenómeno surgido después de 1980, constituído por migraciones
del campo alrededor de los centros urbanos de la Región Central, en especial de las cabeceras
departamentales y otros centros urbanos importantes.
a) Las migraciones hacia Managua
En 1950 el área urbana del Municipio de Managua representaba el 10.4 por ciento de la población
de Nicaragua; en 1971 esa proporción se había elevado al 20.5 por ciento; para el Censo de 1995 la
proporción era la misma, con un 19.8 por ciento de la población nacional, indicando un elemento
importante: en las décadas de los ochenta y de los noventa el peso relativo de la ciudad de Managua
se mantuvo constante y a finales de 2001 aglutinaba el 20 por ciento de la población del país.
causas:
Detrás de este estancamiento del peso relativo de Managua hay que mencionar cuatro
i)
la retracción de la actividad económica del país en general y sus consecuencias,
particularmente notorias en los años ochenta, con la reducción de servicios a la población urbana
de los sectores medio y alto de Managua;
ii)
la reducción del empleo estatal, con un fuerte sesgo urbano, después de 1990;
9
iii)
las políticas urbanas de los años ochenta que no focalizaron inversiones en la ciudad
de Managua;
iv)
la migración hacia el exterior de sectores de las capas media y alta desde finales de
los setenta por razones políticas y, posteriormente, económicas.
El origen fundamental de las migraciones hacia Managua se encuentra en otras zonas
urbanas de la Región del Pacífico y, en menor medida, en otras regiones del país. Mientras que en
1950 los departamentos del Pacífico, con la excepción de Managua, sumaban el 40.2 por ciento
de la población del país, a partir de los datos de la Encuesta Nicaragüense de Demografía y Salud
(ENDESA) para el 2001*, agrupaban el 29.2 por ciento de esa población.
En términos de población en las áreas urbanas una mirada retroactiva nos muestra que
Managua ha perdido peso con respecto al resto urbano del país: en 1971 llegó a sumar el 43 por
ciento de toda la población urbana del país; las cifras del 2001 arrojan un peso algo mayor al 33.3
por ciento. En verdad las comparaciones con el 2001, hechas sobre las encuestas disponibles,
pueden tener problemas empíricos. Sin embargo el cambio de tendencia claramente señalado por el
Censo de 1995 (menor peso de Managua en el total de población nacional) abona esta afirmación.
En buena medida estos datos (el no aumento del peso relativo de Managua y su disminución dentro
del conjunto urbano) se contraponen a la imagen de la capital como gran polo de atracción de
población.
b) Las migraciones en dirección a las zonas húmedas del Interior Central y el Atlántico
El segundo patrón importante de las migraciones internas ha sido el desplazamiento de población
rural hacia otras zonas rurales. Aquí existen tanto migraciones rurales provenientes de la Región
del Pacífico como de la propia Región Central. El 29.7 por ciento de los jefes de hogar migrantes
internos nacieron y viven actualmente en una zona rural (en el Pacífico este porcentaje tan solo es
del 15.5 por ciento).
Varios elementos son importantes de constatar. En primer lugar en Nicaragua existe una
baja movilidad de población que se traslada de zonas rurales a zonas urbanas, al contrario del típico
migrante latinoamericano. Sólo el 7.4 por ciento de los jefes de hogar, según la Encuesta Nacional
de Hogares sobre Medición de Nivel de Vida (EMNV) para 2001**, nació en el área rural de un
municipio y en la actualidad vive en una zona urbana.
En segundo lugar el 23 por ciento de los jefes de hogar rurales de la Región Central nació en
un municipio distinto de aquel en que vive en la actualidad, indicio de movimientos de población
vinculados al tipo de patrón agrícola basado, en las últimas décadas, en avances sobre la frontera
agrícola y desplazamientos de población hacia nuevas tierras.
*
**
INEC (2002b).
INEC (2002a).
10
c) La urbanización del Interior y el Atlántico
El tercer proceso migratorio importante, iniciado en los años ochenta y que se prolonga hasta
el presente, es el crecimiento de las zonas urbanas del interior del país y el Atlántico. En efecto,
en 1971 las zonas urbanas del Interior Central y el Atlántico sumaban el 10.7 por ciento de la
población del país; en 1995 esa proporción se elevó al 13.1 por ciento. Datos del 2001 indican que
esa proporción se había elevado al 17.8 por ciento de la población nacional.
Otros datos disponibles de fuentes secundarias confirman fuertes tasas de crecimiento, en
los años noventa, de ciudades como Matagalpa (3.9 por ciento de crecimiento anual de la población
entre 1995 y 2000), Jinotega (4.2), Bluefields, (4.5), Puerto Cabezas (4.1) y San Carlos (5.0). Datos
de 1995 del Censo de Población y estimaciones disponibles de INETER para el 2000.*
Se pueden identificar cuatro dinámicas para explicar el crecimiento de la población en estas
dos macroregiones. En primer lugar hay un efecto de arrastre por las consecuencias de la guerra
que urbanizó población campesina que buscaba seguridad, alimentos y servicios básicos en los
años ochenta. Como se sabe, esta macroregión fue el escenario de una guerra que, por el contrario,
no tuvo manifestaciones directas en la macroregión del Pacífico. En segundo lugar, las actividades
de reconstrucción de los noventa mejoraron servicios e infraestructura y reactivaron el comercio
en esos centros urbanos.
Asimismo ciudades como Matagalpa y Jinotega se beneficiaron del boom cafetalero que, si
bien en la actualidad se convirtió en una profunda crisis con fuertes consecuencias sociales, tuvo
un auge considerable en la generación de trabajo, ingresos y servicios complementarios en los años
noventa.** La última dinámica importante de los años noventa ha sido la recuperación y ampliación
de la actividad lechera en la Región Central que ha tenido efectos de crecimiento urbano en centros
como Matiguás, Río Blanco, Ubu Norte o Camoapa, que han progresado a tasas importantes aunque
sólo se trate de cabeceras municipales.
MIGRACIONES INTERNAS Y NIVELES DE POBREZA
La imagen habitual nos muestra las migraciones generadas por la pobreza existente en las zonas de
origen y, en buena medida, hace suponer que los lugares de destino pueden perpetuar esa situación
de pobreza. Esa es la imagen corriente cuando se piensa en la población que se traslada a las
ciudades o busca tierras de cultivo trasponiendo la frontera agrícola.
Sin embargo las evidencias disponibles no confirman plenamente esa imagen habitual en
los discursos políticos o de sectores organizados de la sociedad civil.
*
**
INETER (2002).
Véase Baumeister (2002a y 2002b).
11
MIGRACIONES INTERNAS Y GÉNERO
En el conjunto de los migrantes las mujeres pesan más que los hombres, en tanto representan
el 53 por ciento de las personas que viven en la actualidad en un municipio diferente al de su
nacimiento.
En el conjunto de los hogares nicaragüenses se observa que el 28.3 por ciento es encabezado
por una mujer; entre los hogares migrantes existe una leve diferencia positiva en tanto el 29.3 por
ciento de ellos está encabezado por mujeres. En general el peso de la jefatura femenina está definido
por las líneas del destino actual, urbano o rural.
Es importante observar la distribución de las jefas de hogar migrantes. La mayor parte ha
tenido como destino Managua que agrupa al 49 por ciento de todas las jefas migrantes del país. A
su vez cabe señalar que los hogares migrantes con jefatura femenina son un fenómeno básicamente
urbano: el 83.6 por ciento del total de hogares encabezados por mujeres que son migrantes reside
en zonas urbanas. En el caso de los hogares encabezados por migrantes varones esta proporción se
reduce al 64.6 por ciento.
Con todo, el patrón es bien claro: son muy pocos los hogares encabezados por una mujer
migrante en la zona rural, apenas representan el 16.2 por ciento del total de hogares rurales con
jefes de hogar migrantes y sólo el 4.4 por ciento de todos los hogares rurales; por el contrario en
las zonas urbanas representan el 34.5 por ciento y son el 14 por ciento de todos los hogares urbanos
del país.
LAS MIGRACIONES AL EXTERIOR
Las migraciones externas nicaragüenses se generalizan a partir de los años ochenta y, particularmente,
de los noventa. El 80.4 por ciento de los migrantes externos salió de Nicaragua después de 1990; el
15.8 por ciento lo hizo en los años ochenta y el 3.8 por ciento es anterior a 1980.
Esto nos indicaría que las migraciones han tenido fundamentalmente una motivación
económica aunque se iniciaron a fines de los setenta y en los ochenta con fuertes componentes
políticos.
Dividiendo a los hogares en estratos que corresponden a niveles de acceso a bienes y
servicios, que incluyen desde aparatos eléctricos y formas de cocinar los alimentos hasta la posesión
de vehículos, puede verse que el estrato con mayor acceso a satisfactores económicos concentra al
74.8 por ciento de los migrantes que salieron antes de 1980; a su vez, entre aquellos que lo hicieron
en los años ochenta suman el 68.9 por ciento. Por su parte, este estrato V agrega el 37 por ciento de
los casos de emigrantes permanentes posteriores a 1990. Lo cual nos está indicando que, de manera
creciente, los migrantes al exterior nicaragüenses provienen de hogares con menor nivel económico.
12
ORIGEN Y DESTINO DE LAS MIGRACIONES EXTERNAS
El 15 por ciento de los hogares nicaragüenses declara tener a uno de sus miembros viviendo
permanentemente en el exterior: uno de cada 6 hogares se encuentra en esta situación. En Managua
esa proporción alcanza al 17 por ciento de los hogares.
El Pacífico, sin Managua, tiene el 32.1 por ciento del total de los hogares de Nicaragua, pero
reúne el 45 por ciento de los hogares con algún miembro en el exterior. A su vez, en la Región Central
y el Norte (30.2 por ciento de todos los hogares del país), se encuentra el 18.7 por ciento de los hogares
con miembros en el exterior. Entre Managua y el resto del Pacífico copan casi 3/4 partes del conjunto
de hogares con miembros en el exterior (59 por ciento de los hogares del país).
En síntesis, observando la geografía de la intensidad migratoria externa, se pueden identificar
tres ejes: el primero vinculado a la cercanía con Costa Rica (Granada, Rivas y Río San Juan); un
segundo eje situado en el Pacífico Norte (León y Chinandega); y un tercer eje, más disperso,
compuesto por Estelí y Managua.
La migración externa se concentra en tres grandes destinos : Costa Rica con un 54 por
ciento ; Estados Unidos con 35 por ciento y el 11 por ciento restante se distribuye entre países de
América Central, Canadá y Europa.
En el conjunto de los migrantes externos predominan los originarios del Pacífico urbano,
con niveles de educación relativamente más elevados que los del conjunto del país y con un peso
de los hogares no pobres en este grupo social. Sin embargo existen marcadas diferencias en la
composición de los migrantes según el tipo de hogar del que provienen y los principales destinos.
El grupo que vive permanentemente en Costa Rica proviene de hogares donde el estrato de,
relativamente, más ingresos y/o activos (el quinto en la tipología) representa el 13.9 por ciento de
los hogares. Por el contrario, en el caso de los hogares que tienen migrantes en Estados Unidos un
57.5 por ciento corresponde al estrato V de la tipología; a su vez, los que tienen otros destinos se
ubican con un 34.6 por ciento de hogares en esta categoría quinta.
La tendencia de los últimos años va en aumento de estratos de migrantes que provienen de
sectores de menos ingresos, dado que lo que crece es la migración a Costa Rica, y esto se asocia a
un mayor peso de los estratos de menores activos económicos.
Esto se refuerza con la existencia de un tipo importante de migración no captada por las
encuestas: las migraciones externas estacionales que se dirigen fundamentalmente a Costa Rica para
tareas agrícolas temporales, que son de menores niveles de ingresos y provienen en mayor grado de
fuera del Pacífico. La actual crisis del café ampliará notoriamente este estrato de migrantes.
13
EL PERFIL DEL MIGRANTE EXTERNO
En términos de género el perfil del migrante nicaragüense no tiene diferencias significativas.
Los migrantes externos nicaragüenses se reparten, en proporciones muy similares, entre hombres
y mujeres.
Sin embargo es relevante la vinculación entre jefaturas de hogar y presencia de migrantes
externos. Mientras que la jefatura femenina se encuentra en el 31 por ciento para el total de los
hogares, entre aquéllos que tienen migrantes externos esa proporción se eleva al 46 por ciento.
Los migrantes se ubican fundamentalmente dentro de las edades económicamente activas, el
84.6 por ciento de ellos tiene entre 15 y 49 años. Esto nos sugiere la fuerte asociación entre migrantes
y búsqueda de alternativas ocupacionales. En otras palabras, a diferencia de procesos migratorios
(voluntarios o forzados) donde migran familias enteras en todos sus grupos etarios, la migración
nicaragüense está fuertemente concentrada en personas en edad de trabajar.
En contra de la opinión generalizada, los migrantes tienen un perfil educativo superior a
la media de los nicaragüenses. La población de más de 15 años con ningún nivel de educación
formal supone el 5.8 por ciento entre los que viven en el exterior, mientras que de los que están
en el país se agrupa en esta situación el 23 por ciento con más de 15 años. Por el contrario, de los
emigrantes nicaragüenses en el exterior el 42.2 por ciento tiene un nivel educativo de secundaria;
entre la población permanente en el país tan sólo tiene este nivel un 26.2 por ciento. Algo similar
se encuentra entre los que alcanzan nivel universitario.
CONTRIBUCIÓN DE LA MIGRACIÓN EXTERNA A LA REDUCCIÓN DE LA
POBREZA
Uno de los temas que es difícil de establecer mediante las encuestas es la vinculación que pueda
existir entre remesas y mejoras en las condiciones de pobreza de los hogares.
Es interesante observar que los hogares que tienen algún miembro residiendo en el exterior
en el 2001 explican el 48 por ciento de los hogares que pasan de pobres a no pobres. En palabras
más precisas: es muy probable que exista una asociación entre estos hogares que cambian de
categoría en tal proporción. Puede haber otras variables asociadas que aún no se han estudiado,
pero es sumamente plausible que, siendo los hogares con migrantes externos en el 2001 (en 1998
no se midió en ENMV la migración externa) sólo el 12 por ciento de los hogares del país, estén
explicando la reducción de cerca de la mitad de los niveles de pobreza medida a nivel del país.
15
I. MIGRACION INTERNA
A. CONTEXTO DE LOS PROCESOS MIGRATORIOS EN NICARAGUA
Un conjunto de variables inciden en distinto grado en el proceso de desplazamiento interno de la
población. Los procesos migratorios están fuertemente asociados a los patrones de apropiación del
territorio y a las modalidades de asentamiento de la población; particularmente al peso relativo de
las ciudades y de la población que vive en asentamientos rurales y, por cierto, a los patrones de
crecimiento de la población
Se pueden establecer dos grandes tipos de factores contextuales. Por un lado, aquellos que
se pueden calificar como estructurales, que tienen que ver con procesos de larga gestación. Y
por otro lado, procesos más asociados a cambios políticos. En este capítulo nos concentramos en
los fenómenos más propiamente estructurales: densidad de población, expansión de la frontera
agrícola, urbanización y bases del patrón extensivo en la agricultura entre otros.
B. DENSIDAD DE POBLACIÓN
Nicaragua se distingue de los otros países centroamericanos, del resto de América Latina y de otros
países subdesarrollados, por los bajos niveles de densidad de población. En efecto, como puede
observarse en el Cuadro 1.1, hacia el 2000 la densidad de población de Nicaragua alcanzaba a 39
habitantes por kilómetro cuadrado mientras que Honduras presentaba un nivel de 57.9 habitantes y
Costa Rica 78.7, el doble que Nicaragua.
Cuadro 1.1
DENSIDAD DE POBLACIÓN (2000)
Países
Habitantes por km²
Costa Rica
78.7
El Salvador
298.3
Guatemala
104.6
Honduras
57.9
Nicaragua
39.0
Fuente: CEPAL, 2002, información social básica, México.
El fenómeno de la baja densidad de población no se reduce, como podríamos creer por la
primera impresión, a la gran extensión de la franja oriental del país, que ocupa cerca del 47 por
16
ciento del territorio nacional y sólo contiene el 9 por ciento de su población. También las zonas
planas del Pacífico y el conjunto del interior del país presentan densidades de población bajas. Por
ejemplo, las partes planas del Pacífico que contienen las tierras de mayor potencial agrícola del
país, que rodean los centros urbanos más importantes y cuentan con asentamientos humanos de
antigua data (precoloniales o del período colonial), altamente comunicadas, presentan una densidad
promedio del orden de los 30 habitantes rurales. Esta densidad es muy inferior a la existente en
Guatemala e incluso es menor que la del conjunto de los países en desarrollo (34 habitantes por
kilómetro cuadrado). Las mismas afirmaciones podrían hacerse para el resto del país.
Existe, sin embargo, una excepción que corresponde a las áreas de la vieja zona cafetalera
de los departamentos de Managua, Carazo y Granada y, principalmente, a las áreas de minifundio
hortícola/frutícola, combinado con actividades artesanales y comerciales, del departamento de
Masaya. El conjunto de esta zona tiene una densidad promedio de 120 habitantes rurales por
kilómetro cuadrado, muy superior a la del resto del país. Esta zona, que incluye asentamientos
indígenas precolombinos, posteriormente especializados como grupos proveedores de alimentos
y productos artesanales, recibió el impacto, a fines del siglo pasado, de la actividad cafetalera
que absorbió parte de las tierras anteriormente dedicadas a granos básicos, bosques o frutales. Sin
embargo la elevada densidad de población de esta zona es inferior a la densidad rural salvadoreña
o haitiana ( ver Cuadro 1.2).
Cuadro 1.2:
DENSIDAD DE POBLACIÓN RURAL. PAÍSES SELECCIONADOS (2000)
Países seleccionados
Densidad de población rural (2000).
Hab/kilómetro cuadrado
El Salvador
175
Guatemala
126
Haití
170
Países en desarrollo
34
Países menos desarrollados
30
Nicaragua
24
Fuente: Estimaciones propias, basadas en Profile of Human development y CEPAL 2002.
C. LA EXPANSIÓN DE LA FRONTERA AGRÍCOLA
Por el fuerte despoblamiento producido durante la Conquista y la Colonia, Nicaragua, al igual
que el resto de América Central, recién recuperó sus niveles de poblamiento precolombino hacia
la década de los cuarenta del siglo XX. En esa misma década se produce la ampliación de las
carreteras principales, se inicia la expansión algodonera y, posteriormente, la de la ganadería de
exportación y la caña de azucar. Un indicador del crecimiento agropecuario de tipo extensivo se
encuentra en la superficie en fincas.
17
En efecto, hacia 1950 se estimaba una superficie en fincas de 3.3 millones de manzanas que
representaba alrededor del 21 por ciento de la superficie total del país. A fines de los años setenta se
estimó que esa superficie en fincas alcanzaba los 7.8 millones de manzanas (más del doble en cerca
de vienticinco años). Datos del Censo Agropecuario del 2001 indican que la superficie en fincas
alcanza los 8.9 millones de manzanas (versión electrónica del Censo editada por INEC).
Desde los años cuarenta del pasado siglo observamos varias transformaciones paralelas que
han afectado significativamente ciertos procesos migratorios, en particular los del período anterior
a 1980. En primer lugar, se produjo una fuerte expansión de las actividades agroexportadoras en
las que se destacan la algodonera, cafetalera y cañera, que presionaron sobre tierras agrícolas, en
buena medida tierras planas (algodón y caña), anteriormente dedicadas a los granos básicos y la
ganadería.
Esto ha tenido consecuencias importantes en la presión sobre la urbanización de las ciudades
del Pacífico, particularmente sobre Managua que creció desde los años cuarenta hasta los setenta,
pero con un ritmo menor en los últimos veinte años, sobre la base de las migraciones de origen rural
y urbano de la propia Región del Pacífico.
En otras palabras, las transformaciones agrarias de la Región del Pacífico, en especial la
expansión algodonera que surgió a fines de los años cuarenta y llegó a ocupar cerca de 250,000
manzanas, unida a la expansión cañera, cafetalera y ganadera, incidieron en una fuerte redistribución
de la población del campo a la ciudad.
En efecto, mientras que por una parte la proporción de población urbana del país pasó del
35 por ciento en 1950 a casi el 55 por cie nto en 1995, la distribución de la población entre las
macroregiones del país no tuvo cambios tan sustantivos
En casi cincuenta años el peso del Pacífico, que incluye el área de Managua y otras ciudades
importantes, pasó de representar el 56 por ciento en 1950 a casi el 58 por ciento en 1995. Los
cambios más marcados se dieron en la Región del Atlántico (Zelaya, o actuales regiones autónomas
y Río San Juan) que pasó del 7.3 por ciento al 12.5 por ciento en ese mismo período.
En segundo lugar, en la Región Interior y en el Atlántico se produjo una fuerte expansión de
la frontera agrícola, en particular en su vertiente oriental más húmeda, centrada en granos básicos,
ganadería y café que produjo saldos migratorios positivos en Nueva Segovia, en las partes orientales
de Jinotega (municipios de Wiwilí, El Cuá-Bocay, Santa María de Pantasma), en las partes también
orientales de Matagalpa (Río Blanco, El Tuma-La Dalia) y globalmente, en las actuales regiones
Autónomas y el departamento de Río San Juan.
La expansión de la frontera agrícola (que, como se señaló anteriormente, significó pasar de
3.3 millones de manzanas en fincas de cerca de 9 millones en un período de cuatro décadas) supuso
procesos migratorios desde los propios departamentos del Interior, en particular de los municipios
de las zonas secas e, incluso, desde los departamentos del Pacífico (CSUCA, 1978). Departamentos
como Boaco, Chontales, Estelí, las partes occidentales de Matalgalpa y Jinotega fueron la base de
los procesos migratorios hacia la frontera agrícola.
18
Un indicador fuerte de los procesos migratorios asociados a inserciones ocupacionales
lo encontramos en la presencia de los migrantes (según lugar de nacimiento) en la categoría de
trabajadores por cuenta propia fuertemente asociados a las actividades agrícolas/campesinas, al
pequeño comercio/transporte y a la pequeña industria/artesanal, o sea las categorías ocupacionales
clave de buena parte del país, en particular en las zonas agrarias de frontera agrícola.
El Censo de 1995 nos ofrece el siguiente panorama: la media nacional es de 23.4 por
ciento de trabajadores por cuenta propia migrantes 'antiguos'. Sin embargo los departamentos de
zonas de frontera agrícola presentan valores mucho más elevados. Y en la media nacional pesa
fuertemente el caso de Managua, también con una notoria presencia de trabajadores por cuenta
propia pertenecientes a los sectores informales urbanos. Si se toman otros departamentos el peso
de migrantes trabajadores por cuenta propia es mucho menor, con valores que oscilan entre 10 y
15 por ciento.
Cuadro 1.3
PORCENTAJE DE TRABAJADORES POR CUENTA PROPIA MIGRANTES (SEGÚN LUGAR DE
NACIMIENTO) SOBRE EL TOTAL DE LA CATEGORÍA OCUPACIONAL, EN LOS DEPARTAMENTOS CON
FRONTERA AGRÍCOLA, 1995
Departamentos
/Regiones
% trabajadores por
cuenta propia migrantes
Río San Juan
62.4
RAAN
49.8
RAAS
32.9
Fuente: Tabulaciones especiales del Censo de Población 1995.
Cuadro 1.4.
DISTRIBUCIÓN DE LA POBLACIÓN SEGÚN GRANDES MACROREGIONES, 1950-1995
Años
Pacífico
Interior
Atlántico
1950
55.7
37.0
7.3
1995
57.7
29.8
12.5
Fuente: Censos de Población de 1950 y 1995.
D. BASES DEL PATRÓN EXTENSIVO
La baja densidad de población combinada con altos niveles de urbanización se explican, en buena
medida, por el patrón de desarrollo agropecuario que ha existido en Nicaragua a lo largo del siglo
XX. Dentro del mismo pueden distinguirse fases con características diferentes. El período anterior
a 1950 se distinguió, siempre en el marco de un patrón extensivo, por un crecimiento relativamente
19
bajo con desarrollo agroexportador moderado. El café y el banano determinaron la inserción
de América Central en el mercado mundial. El banano no tuvo mayor desarrollo en el país, en
comparación a los países vecinos.
A partir de los años cuarenta y abarcando hasta finales de los años setenta se produce un
fuerte crecimiento agrícola de alto dinamismo pero marcadamente extensivo.
En las décadas de los ochenta y los noventa se observó que el patrón extensivo agrario vino
a menos por la reducción fuerte del hato ganadero y de los rendimientos de los cultivos principales
a causa de una menor disposición de insumos para los agricultores pequeños y medianos.
Durante los ochenta el avance de la frontera agrícola se detuvo por efecto de la reforma
agraria y, fundamentalmente, por el conflicto político militar que corrió casi a todo lo largo de la
década de los ochenta y tuvo como escenario principal la vasta zona húmeda sobre la que avanzaba
el frente pionero en dirección al oriente, hacia la Costa Atlántica. Sin embargo el movimiento
poblacional siguió siendo de evergadura. En efecto, la RAAN creció al 4.4 por ciento anual entre
1971 y 1995, la RAAS al 4.59 por ciento, y Río San Juan al 5.06 por ciento en el mismo período.
Sin embargo cabe considerar lo siguiente: i) El período intercensal 1971-1995 es
extremadamente amplio ya que incluye dos grandes momentos de cambio histórico muy
significativos, 1979 y 1990, entre los cuales se desarrolló el proceso revolucionario y de guerra
interna, que implicó fuertes movimientos de población en direcciones diversas: ciertos procesos
de 'retención' de potenciales migrantes desde la Región Interior y del Pacífico por efectos tanto
de la reforma agraria como de la ampliación del empleo estatal; ii) las consecuencias diversas de
la guerra, tanto de desplazamiento de población de la Región Atlántica hacia fuera del país como
hacia otros escenarios de la Región Interior y iii) la repatriación de población desarraigada luego
de 1990.
Después de 1990 la recuperación de la frontera agrícola no alcanzó el ritmo que tuvo en los
años setenta debido a los problemas crecientes de inseguridad personal así como a la falta general
de dinamismo de la economía para impulsar mayores desplazamientos de la población.
El Departamento de Zelaya creció entre 1963 y 1971 a una tasa media anual del orden del
6.3 por ciento, indicio de las fuertes migraciones internas asociadas a la expansión de la frontera
agrícola mencionada anteriormente. En el período 1971-1995 las dos regiones autónomas tuvieron
una tasa media de crecimiento del orden de 4.6 por ciento anual superior a la media nacional, muy
inferior a la registrada entre las décadas de los sesenta y setenta. Si las comparaciones se pudieran
hacer entre comienzos de los sesenta y fines de los setenta (y no 1971 como lo registran los censos
disponibles) la diferencia sería aún más marcada entre ambos períodos.
20
E. COMPARACIONES CON EL ÁREA CENTROAMERICANA
La incidencia del carácter extensivo de la agricultura y sus efectos sobre el poblamiento rural se
pueden observar en el Cuadro 1.5 con datos agregados de comienzos del siglo XXI.
En el Cuadro 1.5 puede verse un indicador de intensidad de la utilización de la tierra según
el producto económico generado, o sea el indicador mide el PIB agropecuario por unidad de
superficie. Se comprueba que Nicaragua presenta un producto por hectárea del orden de los 107
dólares, mientras que El Salvador lo eleva a 650 dólares por ha, Honduras alcanza 199 dólares/ha,
y Guatemala 582 dólares/ha.
Cuadro:1.5
INDICADORES ESTRUCTURALES DE LA AGRICULTURA CENTROAMERICANA (CIRCA 2000)
PAIS
COSTA RICA
EL SALVADOR
GUATEMALA
HONDURAS
NICARAGUA
PIB por ha. En
fincas
(US/HA)
398
650
582
199
107
Fuente: Baumeister, 2003b.
F. URBANIZACIÓN
De acuerdo a los datos del Censo de Población de 1995 los pobladores urbanos representaban el
54.4 por ciento de la población total mientras que en el Censo de 1950 esta proporción era de 35 por
ciento. O sea que en el lapso de cuarenta y cinco años se pasa de un país agrario, donde casi 2/3 de
la población vivía en zonas rurales o semirurales, a un país en una situación como la actual, un país
que sigue siendo fundamentalmente agrario pero con más de la mitad de su población viviendo en
zonas urbanas. 2
El caracter agropecuario, minero, forestal y pesquero del país se ha reforzado en los años
noventa debido a la retracción generalizada de las actividades industriales que se desarrollaron en los años
sesenta y setenta en el marco del mercado comun centroamericano.
2
21
Cuadro 1.6
AMÉRICA CENTRAL: NIVELES DE URBANIZACIÓN (1950-2000)
Países
% de población urbana (1950-2000)
1950
1970
1990
2000
Costa Rica
33.5
38.7
46.7
50.4
El Salvador
35.7
39.4
46.8
55.2
Guatemala
24.5
34.4
38.1
39.4
Honduras
17.6
28.0
40.7
48.2
Nicaragua
35.0
47.0
52.5
55.3
Panamá
35.9
47.2
52.9
57.6
Fuente: Miguel Villa, "Urbanización y transición demográfica en América Latina: una reseña del período 1930-1990"
El poblamiento de las Américas, Actas, Veracruz 1992, vol.2 Lieja y CEPAL 2002.
La segunda paradoja observada en relación al nivel de urbanización de Nicaragua consiste
en que es uno de los países de la región Centroamericana con el nivel más alto de población en
centros urbanos (siendo, relativamente, el más agrario por su economía) con menores niveles de
diversificación hacia actividades no agrícolas.
Este nivel de urbanización determinó que, hacia 1980, Nicaragua ocupara la posición
número 11 sobre un total de 22 países latinoamericanos analizados, anteponiéndose a los de América
Central y a países de tamaño medio como Ecuador y Paraguay y a países caribeños como República
Dominicana o Haití (Lattes,1996:222).
Lattes (1996) establece una fuerte correlación negativa entre niveles de urbanización y
ritmos de crecimiento urbano, en el sentido de que los países con mayores niveles de urbanización
tienden a crecer a tasas de población más bajas, incluso las urbanas. Para el conjunto de América
Latina se establece que en la década de los noventa el nivel de urbanización era del 74.3 por ciento
con una tasa de crecimiento urbano del orden de 2.5 por ciento siendo los extremos Haití con un
nivel de urbanización del 31.6 por ciento y una tasa de crecimiento urbano de 4.0 por ciento anual
y Venezuela con un nivel de urbanización del 92.8 por ciento y una tasa de crecimiento urbano
del orden de 2.6 por ciento anual. En ese cuadro Nicaragua se coloca con una tasa de crecimiento
urbano (según la estimación de Lattes,1996) muy superior a su nivel de urbanización, lo cual
refleja tanto el tema de las migraciones internas hacia las ciudades como el del mantenimiento de
tasas elevadas de crecimiento natural.
G. TENDENCIAS DE LA DISTRIBUCIÓN ESPACIAL DE LA POBLACIÓN EN LAS
ÚLTIMAS DÉCADAS
El eje central del poblamiento nicaragüense se constituyó sobre el Pacífico o sea los
nueve departamentos de esta franja del país; paralelamente algunos centros urbanos del Interior
22
(Estelí, Matagalpa, Jinotega, Boaco y Juigalpa) se dinamizaron en la medida en que la expansión
ganadera y agroexportadora se extendió al interior del país mientras avanzaba la frontera agrícola
y se desenvolvía un sistema de caminos de todo tiempo que alcanzó su punto máximo en los
años cincuenta. La Costa Atlántica y Río San Juan tuvieron un desenvolvimiento distinto. Por una
parte, tuvieron una colonización (Bluefields y el Atlántico Norte) que fue independiente del eje
del Pacífico y dio lugar a economías de enclave (minería, explotación forestal, pesca y, en menor
medida, agricultura) escasamente entrelazadas con el resto del país. A partir de los años sesenta, un
nuevo avance de la frontera agrícola haría que segmentos de productores y campesinos del Interior
y del Pacífico se relocalizaran en zonas de las actuales Regiones Autónomas y de Río San Juan,
pero siempre como una iniciativa del Pacífico y no de los habitantes de la Costa.
Cuadro 1.7: Nicaragua
DISTRIBUCIÓN ESPACIAL DE LA POBLACIÓN (1950-1995) EN PORCENTAJES
Regiones
1950
1971
1995
Departamento de Managua
15.2
25.9
25.1
Resto de los Deptos del Pacífico
40.2
33.6
31.5
(55.4)
(59.5)
(56.6)
Interior Norte y Central
36.7
31.7
31.1
Costa Atlántica y Río San Juan
7.9
8.8
12.3
100
(1057)
100
(1877)
100
(4357)
Subtotal Pacífico
Total
Fuente: Censos nacionales de población.
Un elemento que sobresale en la distribución de la población nicaragüense en macroregiones
es la continuidad en el tiempo de un esquema de distribución, tal como puede verse en el Cuadro
1.7 en el que el peso relativo de las macroregiones no ha tenido grandes modificaciones. Esto se
explica, en buena medida, por el hecho de que la urbanización de las tres macroregiones se hizo
con población de las propias macroregiones, tanto habitantes de centros urbanos menores como
de origen rural.
Esto es particularmente claro para el caso del Pacífico y, en especial, para la ciudad de
Managua. Por otro lado, parte de la población de las viejas zonas del Interior, las ubicadas en la
franja occidental de esta macroregión, será la principal protagonista de la expansión de la frontera
agrícola en dirección al oriente. Pero estas consideraciones se hacen a un nivel macroregional y así
observaremos que la pérdida del peso relativo de departamentos como León, Boaco, Chontales o
Carazo es muy significativa.
23
H. TIPOS DE ASENTAMIENTOS URBANOS Y RURALES
En el Cuadro 1.8 se presenta un resumen de la distribución de la población hacia mediados de los
noventa. Como combinación de procesos de crecimiento vegetativo de la población y migraciones
internas, puede verse una estimación de la distribución de la población según tipos de asentamientos
urbanos y rurales. Los datos corresponden a los obtenidos en el Censo de Población de 1995.
En primer lugar se destaca el peso de Managua (la única ciudad de más de 500 mil habitantes
de Nicaragua). De acuerdo a las estimaciones de INETER el área urbana del Municipio de Managua
tendría 998,000 habitantes. Si se le agregan Ciudad Sandino, Tipitapa, Mateare, Sabana Grande,
Ticuantepe, Monte Tabor y El Crucero se llega a una población de alrededor un millón 200 mil
habitantes. Cerca del 22.5 por ciento de la población nacional para el año 2001.
Las ciudades que tienen más de 20,000 habitantes, sin contar Managua, suman el 21.1
por ciento de la población nacional. Por tanto, probablemente una estimación más adecuada del
peso "urbano" en el país, sea poco más del 40 por ciento de la población nacional. Sin embargo, el
peso urbano total llega al 54 por ciento de acuerdo al Censo de Población de 1995, producto de la
definición que utiliza para calificar como “urbana” a una localidad.
En relación a la población rural se distinguen dos segmentos. Uno el referido a la población
rural que vive dentro de fincas y otro el relacionado a la que vive fuera de ellas. Para el primero
hemos hecho un proxi a partir de la información registrada en el Censo Agropecuario de 2001
que informa sobre los productores que viven en su finca. Para el otro se ha proyectado el total de
población sobre la base de la media de miembros de hogar rural. De esta forma la población rural
que vive en fincas representa el 16.7 por ciento de la población nacional, mientras que la que vive
fuera de fincas suma un 29 por ciento.
A las familias de los productores que viven en las fincas se pueden sumar la proporción de
los asalariados permanentes que viven dentro de las fincas. Debe suponerse que los asalariados
permanentes y sus familias pueden vivir dentro de las fincas de más de 100 manzanas de extensión.
Esto agregaría alrededor de 300 mil personas, cerca del 6 por ciento de la población del país. De
esta forma la población que vive en fincas llegaría a ser 23 por ciento de la del país, la que habita en
zonas rurales concentradas en ciudades pequeñas sumaría un 36 por ciento y la que vive en centros
urbanos con más de 20,000 habitantes supondrá alrededor del 41 por ciento restante.
En consecuencia, tendríamos tres grandes agregados: 1) la población en centros urbanos
de más de 20,000 habitantes, 41 por ciento de la población del país; 2) un segundo aglomerado
constituido por centros urbanos de menos de 20,000 habitantes, la población rural fuera de fincas,
42 por ciento de la población; y 3) la población que vive en fincas, 17 por ciento.
Un dato muy importante en términos comparativos con otras ciudades latinoamericanas y
de otros países es la baja densidad poblacional de Managua y, en general, la del resto de ciudades
de Nicaragua. En el caso de Managua, debido a las consecuencias del terremoto, y en el resto de las
ciudades porque los perímetros de las áreas urbanas están muy vinculados a áreas periurbanas con
trazados y características socioespaciales no típicamente urbanas.
24
Cabe recordar que en buena parte las ciudades, tanto cabeceras departamentales como
cabeceras municipales (Managua, León, Chinandega, Masaya, Diriamba, Jinotepe, Estelí, Matagalpa
y Río Blanco, entre otras) están comunicadas por medio de carreteras troncales lo que repercute
en menor densidad de población que, por ejemplo, en las que tienen trazado anterior aislado de las
carreteras, como es el caso de Granada. Pero esta parece ser más una excepción a una regla que un
vínculo al rol que jugó en la expansión de los centros urbanos el trazado de carreteras que se inició
efectivamente luego de 1940.
Cuadro 1.8.
DISTRIBUCIÓN DE LA POBLACIÓN, SEGÚN TAMAÑO DE LOS CENTROS URBANOS Y
CARACTERÍSTICAS DE LOS ASENTAMIENTOS RURALES, 1995
Tamaño de los
centros
Centros
Habitantes
1995
+500,000
1
864,201
Managua
19.8
100,000-499,999
1
123,865
León
2.8
50,000-99,999
6
457,013
Estelí, Chinandega, Tipitapa, Masaya, Granada,
Matagalpa
10.5
20,000-49,999
12
341,435
10,000-19,999
15
222,087
Resto Urbano
Rural Concentrado
Rural en fincas
Total
362,209
Localidades
Jalapa, Ocotal, El Viejo, Chichigalpa, Jinotepe,
Diriamba, Jinotega, Juigalpa, Rivas, Puerto
Cabezas, Bluefields,
Nueva Guinea
Somoto, La Paz Centro, Nagarote, Mateare, San
Rafael del Sur, Masatepe, Boaco, Camoapa, Santo
Tomas, Corinto, Diriomo, Sébaco, El Rama
%
7.8
5.1
8.3
1,263,280
29.0
723,009
16.7
100
Fuentes: Censo de Población de 1995 y la estimación de la población en fincas se proyecta sobre la base de la
información del Censo Agropecuario de 2001. La estimación de la población rural en fincas tiene en cuenta sólo a la
población que vive en la casa de los productores censadas que declara vivir en su finca. Pueden haber otras poblaciones
en la finca, como son los trabajadores permanentes que aparecen en la categoría de rural concentrado.
25
II. PATRONES DE LOS PROCESOS MIGRATORIOS INTERNOS
A. PATRONES MIGRATORIOS INTERIORES ANTERIORES A LOS AÑOS
OCHENTA
Los procesos migratorios internos de Nicaragua se han caracterizado tanto por el peso que tiene la
Ciudad de Managua en el país (esto explicado por migraciones internas provenientes de la propia
Región del Pacífico y del Interior Central y Norte, de pobladores originarios de zonas urbanas y
rurales) como por el poblamiento de los departamentos donde existen posibilidades de colonización
de la frontera agrícola.
Se advierten dos tendencias fundamentales: una de clase centrífuga, que fortalece el rol
de la Ciudad de Managua, y otra, de naturaleza centrípeta, de zonas más centrales o zonas más
periféricas. En el Cuadro 2.1 puede observarse el incremento del peso de Managua en el conjunto
del país, junto al de expansión del Atlántico, mientras que el resto del Pacífico y la Región Interior
Central pierden importancia. Sin embargo en las macroregiones que conforman el país (la Región
del Pacífico, el Interior Central y Norte y el Atlántico) la redistribución no ha sido tan intensa.
En efecto, si se consideran los cincuenta años de intensos cambios económicos y sociales y los
fuertes procesos de urbanización, el peso del Pacífico se mantuvo casi estable, 55 por ciento de la
población total en 1950 y 56 por ciento en 1995.
Una situación muy distinta se ve en países de esquema sierra/costa, como Perú o Guatemala,
o de esquemas macroregionales al estilo norte/centro/sur, como Brasil o México, en los que,
efectivamente, se han producido drásticos cambios en la distribución macroregional de la población,
con el fortalecimiento del peso del sur en Brasil o del centro en México. Esto se explica por el hecho
de que la mayor parte de las migraciones en Nicaragua han sido a distancias cortas: del Pacífico a
Managua, de las zonas occidentales a las orientales, de la Región Interior a la Región del Atlántico.
1. Atracción de Managua
El Departamento de Managua que a comienzos del siglo XX sólo representaba el 9.6 por
ciento de la población del país3, hacia 1950 alcanzaba el 15.4 por ciento y a comienzos de los setenta
ya concentraba al 25.9. Esta centralización, receptora de una parte sustancial de los migrantes
internos (el 49.4 por ciento del total de migrantes según el Censo de 1971), no fue paralela a la
profundización de la urbanización del resto del país.4
Basado en el Censo de 1906, citado por Real Espinales, 1974:176
El caso de Managua representa una de las situaciones más notables en América Latina de
incremento del peso de la ciudad mayor dentro del conjunto nacional. San José, por ejemplo, tenía en 1950
el 21.2 por ciento de la población costarricense -la proporción más alta dentro de los países centroamericanos
hacia esa fecha- porcentaje que en 1990 sólo llega al 25. La ciudad de Guatemala pasó, en el mismo período, de
representar el 14.4 por ciento de la población nacional al 9.2 por ciento en 1990 (Lattes,1996:238).
3
4
26
Cuadro 2.1
PROPORCIÓN DE HABITANTES EN LAS ZONAS URBANAS (1950-1995)
(% SOBRE LA POBLACIÓN DEL PAÍS)
Año
% de Managua
% del resto de las zonas
urbanas
% de la población
urbana
1950
15.4
19.8
35.2
1963
20.8
20.1
40.9
1971
25.9
21.8
47.7
1995
20.9
33.5
54.4
Fuentes: Censo de Población de 1971, tabulaciones
preliminares.
volúmen 1. Censo de Población de 1995, tabulaciones
En 1950 la población urbana representaba el 35.2 por ciento de la población total del país. El 64.8
por ciento restante residía en zonas rurales. De esa proporción Managua concentraba el 15.4 por ciento,
el resto de las zonas urbanas del país concentraban el 19.8 por ciento. Hacia 1963 las proporciones eran
20.8 por ciento para Managua y 20.1 por ciento para el resto de las zonas urbanas. En 1971 Managua
tenía el 25.9 por ciento y las otras ciudades y áreas urbanizadas el 21.8 por ciento del total del país.
Se observan dos tendencias: mientras que la proporción de Managua fue altamente creciente
(del 15 al 26 por ciento de la población nacional) el resto de centros urbanos sólo se desplazó del
19.8 por ciento al 21.8 por ciento).5 En otros términos, el resto urbano en su conjunto creció, en
buena medida, al ritmo general de la población del país, a diferencia de la ciudad de Managua.
La atracción de Managua ha estado asociada a las posibilidades de empleo en el
comercio, los servicios y los procesos industriales para el mercado interno o el mercado regional
centroamericano, además de los factores de atracción que usualmente han ofrecido las capitales
de los países de América Latina en relación a los servicios profesionales, comercio mayorista y
las funciones gubernamentales propias de una ciudad que concentra los mandos de los poderes
ejecutivo, legislativo y judicial así como los ministerios y entes autonómos.
Cuadro 2.2
PESO POBLACIONAL DE MANAGUA (1950-2001)
Años
Managua
% del país
% de la población
urbana
1950
109.4
10.4
29.6
1971
384.6
20.5
42.9
1995
864.2
19.8
36.5
2001
1003.7
19.3
33.3
Fuente: Censos y MECOVI.
5 Estimaciones hechas siguiendo tabulaciones publicadas con el Censo de Población de 1971,
tomo 1 y BID "Tendencias Demográficas y sus Proyecciones en Centroamérica", s.f.
27
B. PATRONES MIGRATORIOS INTERNOS ALREDEDOR DEL CENSO DE 1995
En las décadas de los ochenta y los noventa observamos el mantenimiento de procesos migratorios
y algunas modificaciones de distinto tipo:
Zonas de atracción y de salida: las zonas de atracción y de salida siguen siendo Managua
y la macroregión del Atlántico. Juntas suman el 60 por ciento del total de los migrantes. Las
macroregiones de expulsión continúan centradas en el Interior Central Norte y en el Pacífico (sin
incluir Managua), ambas zonas siguen sumando más del 80 por ciento de los emigrantes.
Cuadro 2.3
NICARAGUA, INDICADORES DE PROCESOS MIGRATORIOS 1971-1995
Indicadores
1971
1995
% de migrantes antiguos/total
15.6
13.8
% tasa de migración urbana
20.2
16.8
% tasa de migración rural
11.4
10.2
% urbanos
62
66
% rurales
38
34
% de migrantes recientes/total
5.3
3.4
% urbanos
55
60
% rurales
45
40
49.4
40.4
% de los migrantes internos localizados en Managua
Fuente: Censo de Población de 1971, vol.1 y tabulaciones especiales del Censo de Población de 1995.
C. MIGRACIONES INTERNAS A PARTIR DE LOS DATOS DEL 2001
Existen en Nicaragua tres procesos principales de migración interna que se han desarrollado,
fundamentalmente desde mediados del siglo XX y algunos otros más recientemente desde las décadas
de los ochenta y los noventa hasta el presente. El primero es el proceso migratorio hacia Managua;
el segundo el movimiento de población rural de algunas zonas del Pacífico y, particularmente, de
la Región Central hacia las zonas de frontera agrícola de la propia Región Central y del Atlántico
(actualmente conformado por el Departamento de Río San Juan y las Regiones Autónomas). El
tercero es un fenómeno posterior a los años ochenta que consiste en migraciones del campo a la
ciudad alrededor de los centros urbanos de la Región Central, de las cabeceras departamentales y
de los centros urbanos de las regiones autónomas.
Los datos disponibles para el 2001, independientemente de los inconvenientes propios de
las encuestas, verifican estas tendencias observadas en las décadas anteriores.
28
1. Distribución de la población
En el Cuadro 2.4, introduciendo las estimaciones de la encuesta ENDESA, puede observarse,
en primer lugar, que el peso de Managua urbana en el conjunto del país se mantiene constante desde
comienzos de los setenta, a diferencia de las décadas de los cincuenta y sesenta, cuando había crecido
significativamente. Managua urbana presenta, prácticamente, la misma proporción que en los censos
de 1971 y 1995, indicio de que ha dejado de ser el foco de atracción de población, en la medida
en que las oportunidades ocupacionales no alientan procesos migratorios internos significativos, y
las posibilidades de acceder a la educación superior se han descentralizado por la proliferación de
recintos universitarios, tanto de la Universidad Nacional como de nuevas universidades privadas
en distintas ciudades del interior. El conjunto del Pacífico sigue disminuyendo en la proporción de
habitantes, al pasar del 58 al 54 por ciento de la población nacional.
En la Región Central se observa el incremento del peso de las zonas urbanas que pasan del
9 al 13 por ciento de la población del país. Esta tendencia es explicable por las consecuencias de
la guerra de los años ochenta que volcó población rural a los centros urbanos, y por la ampliación
de infraestructura en las zonas urbanas ( electricidad, agua potable, teléfonos, etc) en los noventa.
También es probable que algún efecto se derive del Huracan “Mitch” y las obras de reconstrucción
posteriores que crearon nuevos asentamientos humanos en la periferia de las ciudades, urbanizando
zonas anteriormente rurales e incidiendo en la actualización de la cartografía censal y en consecuencia
en el diseño de la muestra de las encuestas del 2001. El auge de la Región Central también se
explica por la recuperación de la actividad agropecuaria en los años noventa (ganadería, café,
granos básicos).
Otros datos disponibles, de fuentes secundarias, confirman en los años noventa fuertes tasas
de crecimiento de ciudades como Matagalpa (3.9 por ciento de crecimiento anual entre 1995 y
2000), Jinotega (4.2 por ciento), Bluefields (4.5 por ciento), Puerto Cabezas (4.1 por ciento) y
San Carlos (5.0 por ciento), según el Censo de Población de 1995 y estimaciones disponibles de
INETER para el 2000.6 Ciudades como Matagalpa y Jinotega se beneficiaron del boom cafetalero
de los años noventa, actividad que, si bien en la actualidad ha desembocado en una profunda crisis
con fuertes consecuencias sociales, tuvo un auge considerable y amplió la demanda de trabajo, los
ingresos y los servicios complementarios.7
Otra dinámica importante de los años noventa ha sido la recuperación y ampliación de la
actividad lechera en la Región Central que ha tenido notorios efectos de crecimiento urbano en
centros como Matiguás, Río Blanco, Ubu Norte y Camoapa, aunque solo se trate de cabeceras
municipales.
junio 2002.
6
INETER, Estrategias de Desarrollo de los Centros Urbanos, propuesta. Resumen Ejecutivo,
7
Ver Baumeister 2002 a y b.
29
Cuadro 2.4
EVOLUCIÓN DE LA DISTRIBUCIÓN DE LA POBLACIÓN EN GRANDES REGIONES (1971-2001)
Agregados regionales
1971
1995
ENDESA 2001
Managua (Urbana)
22.6
22.8
22.2
Managua (Rural)
5.1
2.8
3.0
Resto del Pacífico (urbano)
17.9
17.7
16.8
Resto del Pacífico (rural)
16.7
14.4
12.4
(62.3)
(57.7)
(54.4)
Central (urbano)
8.5
9.1
13.0
Central (rural)
19.7
20.7
19.2
(28.2)
(29.8)
(32.2)
Costa Atlántica (urbana)
2.2
4.0
4.8
Costa Atlántica (rural)
7.3
8.5
8.6
Costa Atlántica
9.5
12.5
(13.4)
Total
100
100
100
Pacífico
Central
Fuente: República de Nicaragua, Censos Nacionales 1995, Cifras Oficiales Finales, Inec, Setiembre
1996, Encuesta de Nivel de Vida 2001 y ENDESA..
Sin embargo habría que observar en el largo plazo cómo Managua ha perdido dinamismo
con respecto al resto urbano del país: si en 1971 llegó a sumar el 43 por ciento de toda la población
urbana nacional, su peso en ese aspecto disminuye al 36.5 por ciento y los datos del 2001 arrojan
un valor cercano al 33.3 por ciento de la población urbana. La comparación de los datos de 2001
con la información de las encuestas disponibles podría tener problemas empíricos y sin embargo el
cambio de tendencia claramente señalado por el Censo de 1995 abona esta afirmación. En buena
medida estos datos (tanto el no incremento del peso relativo de Managua como su pérdida dentro
del conjunto urbano) se contraponen a imágenes de Managua como gran polo de atracción de
población (ver Cuadro 2.2).
2. Intensidad de los desplazamientos espaciales
En los cuadros 2.5 y 2.6 se presentan proporciones de población que en sus lugares de
residencia permanente ha realizado cambios de municipios y/o de ámbitos rurales o urbanos. En
primer lugar, cerca del 22 por ciento de la población ha tenido, al menos, un cambio de residencia
significativo en su vida; estrictamente, por lo menos, un cambio de municipio lo ha hecho el 18
por ciento de las personas. Este 22 por ciento incluye a personas que se desplazaron entre
municipios y a aquellas que lo han hecho entre zonas urbanas o rurales de sus propios municipios
de nacimiento.
Las zonas urbanas del Atlántico (fundamentalmente Bluefields y Bilwi) presentan la
proporción más alta, con cerca del 31 por ciento, de habitantes que han cambiando de ámbito, por
lo menos, una vez en su vida; esto se explica por el doble proceso migratorio que atraviesan esos
30
centros urbanos de la Costa Atlántica, por un lado, poblaciones de las propias regiones autónomas
que se trasladan a esos centros y, por otro, migrantes de otras partes de Nicaragua que se han
trasladado en las últimas décadas a esos destinos. Managua presenta una proporción de 29.1 por
ciento de sus habitantes actuales que declara haber nacido en otro municipio.8
En tercer lugar, las zonas urbanas de la Región Central tienen una proporción del 23.1 por
ciento de sus habitantes que ha cambiado de residencia permanente en relación al lugar donde
nacieron. Dentro de las zonas rurales se destaca el Atlántico, donde la proporción de migrantes
internos es la más alta entre las zonas urbanas, producto de las fuertes migraciones que se han
dirigido hacia esos municipios en las últimas décadas.
Cuadro 2.5
PROPORCIÓN DE POBLADORES QUE DECLARAN HABER CAMBIANDO DE RESIDENCIA POR LO
MENOS UNA VEZ EN SU VIDA ( CAMBIOS DE MUNICIPIO Y/O DE ÁMBITOS RURALES O URBANOS)
Zonas
% que ha cambiando de residencia
Managua
29.1
Pacífico urbano
18.7
Pacífico rural
18.6
Central urbana
23.1
Central rural
14.3
Atlántico urbano
31.0
Atlántico rural
19.8
Total
21.8
Fuente: MECOVI, 2001.
En el Cuadro 2.6 se trata de observar los tipos de movilidad que se han producido en
Nicaragua, tanto en el conjunto de la población como, especialmente, entre los jefes de hogar.
En primer lugar, llama la atención el resultado global: el 87.7 por ciento de la población no
ha cambiado de ámbito rural o urbano; puede haber cambiado de municipio pero ese desplazamiento
se hizo de un mismo ámbito urbano o rural a otro. 9 En segundo lugar el típico migrante interno
latinoamericano, o sea aquel que se desplaza de una zona rural a una urbana, representa el 8.9 por
ciento de la población total y el 13.2 por ciento de los jefes de hogar del país. Se puede estimar que
el 91.8 por ciento de la población rural actual ha nacido y residido siempre en zonas rurales; y, a su
Estas estimaciones son aproximadas porque el número de municipios ha variado de manera
significativa en Nicaragua en los últimos 50 años. La pregunta fue interpretada por el entrevistado sin
indicar, por la naturaleza de la encuesta, los nombres de los municipios que se hacían referencia.
9
Para detalles de los tipos de movilidad véase el Cuadro 2.8.
8
31
vez, que el 84.7 por ciento de la actual población urbana ha vivido en gran proporción siempre en
ámbitos urbanos. En consecuencia, el Cuadro 2.6 nos indica que el 87.7 por ciento de la población
no ha experimentado cambios de ámbito urbano o rural, independientemente de que puede haber
cambiado de municipio; a su vez, el 81.2 por ciento de los jefes de hogar estarían dentro de esta
categoría por haber permanecido prácticamente toda su vida dentro de un ámbito urbano o rural.
Cuadro 2.6
PROPORCIÓN DE HABITANTES Y DE JEFES DE HOGAR SEGÚN MOVILIDAD ESPACIAL EN SUS VIDAS, 2001
% de población
% de jefes de
hogar
8.9
13.2
2.Nacimiento rural y residencia actual rural
38.5
33.5
3.Nacimiento urbano y residencia actual urbana
49.2
47.7
4.Nacimiento urbano y residencia actual rural
3.4
5.6
Total
100
100
% que no cambio de ambito rural o urbano (2+3)
87.7
81.2
Movilidad espacial
1.Nacimiento rural y residencia actual urbana
Fuente: MECOVI, 2001.
Cuadro 2.7
LUGARES DE NACIMIENTO Y DE RESIDENCIA ACTUAL
Lugares
Urbano
Rural
Totales
Nacimiento
2731082
2462080
5193162
Residencia
3015868
2177294
5193162
Diferencia por movilidad
+284.786
-284786
9.4
13.1
% población actual
5.5
Fuente: MECOVI, 2001.
3. Migraciones internas y niveles de pobreza
En la imagen habitual se supone que las migraciones se generan por la pobreza existente
en las zonas de origen y, en buena medida, se cree que los lugares de destino pueden perpetuar esa
situación. Es la imagen corriente cuando se piensa en la población que se traslada a las ciudades o
busca tierras de labor trasponiendo la frontera agrícola.
Sin embargo, las evidencias disponibles no confirman plenamente tales imágenes en los
discursos políticos o en los de los sectores organizados de la sociedad civil.
En efecto, si observamos el Cuadro 2.8 se comprueba que mientras dentro del conjunto de
los hogares son pobres el 40 por ciento en todo el país, entre los hogares cuyo jefe es un migrante
32
la proporción disminuye al 37 por ciento. Además, las zonas que han recibido familias migrantes,
en general, presentan una proporción relativa de hogares no pobres al contrario de los casos en que
no se ha producido movilidad.
Sin embargo hay excepciones. Es el caso de los hogares que pasaron de zonas urbanas
a rurales. Mientras que en aquellos casos donde el jefe del hogar sigue viviendo en el mismo
municipio pero pasó de zona urbana a zona rural la proporción de hogares no pobres llega al 65.7
por ciento; por el contrario, cuando el jefe del hogar cambió de municipio y de zona urbana a zona
rural, la proporción de no pobres desciende al 45.9 por ciento. Sin embargo es importante aclarar
que las proporciones de jefes de hogar en estas situaciones son muy bajas; sólo el 0.5 por ciento
de los jefes de hogar de Nicaragua siguen viviendo en el mismo municipio en que nacieron pero
se trasladaron dentro de ese municipio de urbana a rural; y, a su vez, sólo el 5.1 por ciento de los
jefes de hogar cambiaron de municipio, pasando de la zona urbana de su nacimiento a residir en
zona rural.
En definitiva, en el resto de las situaciones la migración se asocia con una disminución de
la proporción de hogares pobres. Con todo, los rurales, tanto por nacimiento como por residencia
actual y sean migrantes o no, tienen el mismo patrón de pobreza: el 39.7 por ciento.
Cuadro 2.8
DISTRIBUCIÓN DE LA POBLACIÓN SEGÚN CONDICIÓN MIGRATORIADE LOS JEFES DE HOGAR:
PROPORCIÓN DE POBLACIÓN Y DE JEFES DE HOGAR SEGÚN VIVAN ACTUALMENTE EN EL MISMO
MUNICIPIO DONDE NACIERON O EN OTRO, Y SEGÚN RESIDAN O NO EN LA ACTUALIDAD EN LAS
MISMAS ZONAS RURALES O URBANAS DONDE NACIERON
Condición migratoria y de residencia
en relación al lugar de nacimiento y al de
residencia actual
% jefas
de hogar
% hogares
no
pobres
27.9
19.6
39.7
5.4
5.8
26.5
62.6
Igual municipio, urbana-rural
0.4
0.5
26.4
65.7
Igual municipio,urbana-urbana
40.0
30.3
35.4
76.6
Distinto municipio,rural-rural
2.8
5.6
18.8
39.7
Distinto municipio, rural-urbana
3.5
7.4
32.8
74.7
Distinto municipio, urbana-rural
3.0
5.1
13.8
45.9
Distinto municipio, urbana-urbana
9.1
17.4
35.8
84.7
(18.4)
(35.5)
29.4
70.0
100
100
28.3
63.0
Población
% jefes de
hogar
35.8
Igual municipio, rural-urbana
Igual municipio, rural-rural
% Migrantes
Fuente: MECOVI, 2001.
33
4.Migraciones internas y género
En el conjunto de los migrantes las mujeres pesan más que los hombres, en tanto representan
el 53 por ciento de las personas que viven en la actualidad en un municipio diferente al de su
nacimiento (ver Cuadro 2.9).
En el conjunto de los hogares nicaragüenses se observa que el 28.3 por ciento es encabezado
por una mujer; entre los hogares migrantes existe una leve diferencia positiva en tanto el 29.3 por
ciento de ellos son encabezados por mujeres. En general, el peso de la jefatura femenina está definido
por las líneas del destino actual, urbano o rural (ver Cuadro 2.10).
Es importante observar la distribución de las jefas de hogar migrantes. La mayor parte ha
tenido como destino Managua que agrupa al 49 por ciento de todas las jefas migrantes del país. A
su vez cabe señalar que los hogares migrantes con jefatura femenina son un fenómeno básicamente
urbano ya que el 83.6 por ciento del total de hogares encabezados por mujeres que son migrantes
reside en zonas urbanas. Entre los hombres la proporción es menor: el 64.6 por ciento de los hogares
encabezados por un migrante son varones.
Con todo el patrón es bien claro: son muy pocos los hogares encabezados por una mujer
migrante en la zona rural, apenas representan el 16.2 por ciento del total de hogares migrantes
rurales y sólo el 4.4 por ciento de todos los hogares rurales. Por el contrario en las zonas urbanas
representan el 34.5 por ciento dentro de los hogares migrantes y son el 14 por ciento de todos los
hogares urbanos del país.
Cuadro 2.9
COMPOSICIÓN DE LOS MIGRANTES INTERNOS POR GÉNERO, 2001
% de personas que residen en un municipio
diferente al de su nacimiento
% de hombres
% de
mujeres
Managua
27.3
45.7
54.3
Pacífico urbano
15.5
49.5
50.5
Pacífico rural
14.3
54.0
46.0
Central urbano
18.0
41.0
59.0
Central rural
11.9
45.2
54.8
Atlántico urbano
25.7
49.0
51.0
Atlántico rural
18.7
51.3
48.7
Total país
18.3
47.0
53.0
Regiones
Fuentes: MECOVI, 2001
34
Cuadro 2.10
MIGRACIONES INTERNAS Y JEFATURA DE LOS HOGARES, 2001
% de jefes
de hogar
migrantes/ total de
hogares
% de
jefas de hogar
migrantes/ jefes migrantes
% distribución de
las jefas de hogar
migrantes
Managua urbana
51.1
40.1
49.1
Managua Rural
16.0
41.7
1.4
Pacífico Urbano
30.0
27.2
14.4
Pacífico Rural
28.0
10.8
4.0
Central Urbana
30.2
32.7
12.4
Central Rural
23.0
20.0
7.6
Atlántico Urbano
52.3
29.6
7.7
Atlántico Rural
42.5
15.0
3.4
Total
35.3
29.4
100
Fuente: Mecovi, 2001
5. Migraciones recientes
En relación a las migraciones recientes (las realizadas entre 1996 y 2001, o sea en los cinco años
anteriores al levantamiento de la encuesta) se observa que alrededor de 151 mil personas, equivalentes
al 2.9 por ciento de la población en el 2001, manifestaron que hace cinco años vivían en un municipio
distinto al de su residencia en el momento de la encuesta. Las proporciones más altas se observan en
el Atlántico urbano (donde el 5.2 por ciento de los encuestados manifestó que vivía en otro municipio
hace cinco años) y en la Región Central urbana con el 3.7 por ciento. Estas dos cifras son coincidentes
con los señalamientos en relación a las migraciones hacia los centros urbanos de la Región Central y
del Atlántico.
Managua, por su parte, se ubica muy cercana a la media con un 3.3 por ciento de nuevos
migrantes en su espacio ( para detalles véase Cuadro 2.11).
El 52 por ciento de los migrantes recientes se localiza en la Región del Pacífico, mientras
que esta zona tiene el 54 por ciento de la población del país, lo cual nos estaría sugiriendo que ha
habido más desplazamientos recientes en el resto del país, lo que se asocia a la dinámica expansiva, en
términos relativos, de la agricultura en los años noventa y comienzos del siglo XXI y, principalmente,
al crecimiento urbano de la Región Central y el Atlántico. En ese sentido cabe consignar que el 63
por ciento de los migrantes recientes se ubica hoy en zonas urbanas con una proporción mayor que el
peso de la población urbana en el conjunto, que tiene el 56.8 por ciento de la población total, según los
estimados de la ENDESA 2001, o el 58 por ciento según la MECOVI 2001.
35
Cuadro 2.11
MIGRACIONES INTERNAS: DÓNDE VIVÍA HACE CINCO AÑOS SEGÚN LUGAR DE RESIDENCIA
ACTUAL, 2001
Vivía en otro
municipio hace cinco años
(en miles)
% sobre
total
Managua urbana
39.1
3.3
Managua Rural
2.4
2.2
Pacífico urbano
16.9
1.9
Pacífico Rural
20.2
2.7
Central urbano
24.5
3.7
Central Rural
19.7
2.0
Atlántico Urbano
14.9
5.2
Atlántico Rural
13.3
3.9
151.2
2.9
Lugar de residencia actual
TOTAL
Fuente: MECOVI, 2001.
6. Comparaciones con datos de 1995
En el Cuadro 2.12 se trata de resumir patrones extraídos del Censo de 1995 y las evidencias que
surgen de la Mecovi 2001. La proporción de migrantes internos definidos por aquellos que viven
en un municipio distinto al de su nacimiento son relativamente similares: 20 por ciento en el Censo
de 1995 y 18.3 por ciento en 2001. La proporción para los migrantes recientes es similar: 3.4 por
ciento de las personas vivían, cinco años antes de la encuesta, en un municipio diferente al de su
nacimiento y para el 2001 esa proporción era de 3.0 por ciento.
Por último los patrones son muy similares con respecto a los jefes de hogar: el 35.9 por ciento
de ellos en 1995 vivía en el municipio en el que habían nacido y en el 2001 eran el 35.5 por ciento
de los jefes de hogar encuestados. Como se mencionó anteriormente las estimaciones a partir de la
MECOVI 2001 tienen el inconveniente de que el número de municipios varió significativamente en las
últimas décadas, en la medida en que se crearon nuevos municipios como producto de la subdivisión
de otros más antiguos. El Censo de 1971 consignó la existencia de 126 municipios, mientras que en la
actualidad existen 154. En consecuencia, lo que las personas entrevistadas entendieron por municipio
de nacimiento puede corresponder a lo que ellos consideraban varias décadas atrás.
36
Cuadro 2.12
MIGRACIONES INTERNAS, 1995-2001
Variables
1995
2001
% migrantes antiguos
(residen en un municipio diferente al de su nacimiento)
20
18.3
% migrantes recientes
(cambiaron de municipio en los últimos cinco años)
3.4
3.0
% de jefes de hogar (viven en un municipio diferente al de su nacimiento)
35.9
35.5
Fuentes: Censo de Población de 1995 y ENMV, 2001
37
III. MIGRACION EXTERNA 10
A. CONTEXTO ESTRUCTURAL, DINÁMICA DEMOGRÁFICA Y
MIGRACIONES EXTERNAS
La observación y la interpretación de los fenómenos migratorios externos tienen en cuenta como
algunas de las variables básicas:
i) las condiciones de oferta y demanda de mano de obra en el país emisor y en el receptor,
tanto en el plano agregado como en determinados segmentos de la población activa;
ii) los niveles de productividad e ingresos de la fuerza de trabajo en ambas situaciones;
iii) las posibilidades legales o ilegales de desplazamiento y de trabajo de los migrantes;
iv) las condiciones socioculturales (grados de aceptación) que encuentran los migrantes en
los países de destino;
v) la conformación y acumulación de 'capital social' (familiar y/o comunitario) en los
lugares de origen y de destino que posibiliten el desplazamiento y la inserción de los migrantes,
distinguiendo las redes que pueden constituir estratos relativamente calificados (técnicos y
profesionales) de estratos de trabajadores no calificados;
vi) el efecto producido por determinados contextos políticos que pueden generar flujos de
migrantes no exclusivamente por razones económicas.
Se parte de la hipótesis de que, en Nicaragua, desde finales de los años setenta se han creado las
condiciones para que los flujos poblacionales al exterior por razones económicas, tanto en segmentos
de población relativamente educada como de estratos de menor educación formal o calificación
profesional, se hayan incrementado de manera significativa. En otras palabras, el desarrollo desigual
de países como Nicaragua y Costa Rica o de Nicaragua con respecto a Estados Unidos, se ha ampliado.
Y, por otro lado, han aumentado las posibilidades de complementariedad ocupacional en distintos
estratos de trabajadores (calificados o no).11
Los acápites 3.1 y 3.2 fueron tomados de Baumeister (2001, págs. 11-15).
O sea, la sumatoria de trayectorias diferentes entre Nicaragua y los países de destino en relación
a: niveles de producto por persona ocupada en distintas ramas de la economía, tasa de crecimiento de la población
en edad activa y consideraciones extraeconómicas importantes en los migrantes de los ochenta.
10
11
38
Esto está asociado a las altas tasas de fecundidad de la población en Nicaragua en las
pasadas décadas, lo cual está generando un período de fuerte crecimiento de la población en edad
activa en el presente y el próximo futuro. En parte de los años ochenta y, particularmente, en los
noventa las posibilidades de empleo con salarios que cubrieran la canasta básica han sido bajas en
Nicaragua a causa de tasas altas de desempleo y, particularmente, de niveles elevados de subempleo
por ingresos. 12
B. DINÁMICA DEMOGRÁFICA
La dinámica demográfica, en particular el ritmo de crecimiento de la población en edad
activa (producto de décadas de crecimiento poblacional elevado) muestra tendencias comparativas
muy significativas: en el Cuadro 3.1 puede observarse que la tasa de crecimiento de la población
en edad activa en Nicaragua alcanzará entre 1999 y el 2015 un ritmo del orden del 3.2 por ciento
anual, mientras que en Costa Rica será del 1.9 por ciento anual, en Estados Unidos 0.7 por ciento y
en Canadá el 0.5 por ciento anual. De igual modo cabe indicar que las proyecciones de crecimiento
para las próximas décadas muestran que el diferencial de crecimiento entre Costa Rica y Nicaragua
se ampliará en relación al presente (ver Cuadro 3.2).
Cuadro 3.1
VARIOS PAÍSES: TASAS DE CRECIMIENTO DE LA POBLACIÓN EN EDAD ACTIVA (1999/2015) Y DE LA
POBLACIÓN ECONÓMICAMENTE ACTIVA (1990/2000)
Tasa de crecimiento de la
población económicamente
activa 1990/2000
Población en
edad activa
1999/2015
3/2*
Nicaragua
3.0
3.2
107%
Costa Rica
2.8
1.9
68%
México
2.8
1.9
68%
Estados Unidos
1.4
0.7
50%
Canada
1.1
0.5
45%
Países
*Relación entre la tasa de crecimiento de la población en edad activa y la tasa de crecimiento de la PEA expresado en
porcentajes.
Fuentes: los datos de la tasa de crecimiento de la PEA son tomados de la base estadística de la OIT y los datos de crecimiento
anual de la población en edad activa (entre 15 y 64 años) se toma del World Development Indicators 2001 del Banco
Mundial.
La tasa de subutilización global de la fuerza de trabajo (suma del desempleo abierto más el
subempleo equivalente) alcanza al 23 por ciento de la población en edad activa (Avendaño, 2001).
12
39
Cuadro 3.2
COSTA RICA Y NICARAGUA: EVOLUCIÓN DE LAS TASAS
DE CRECIMIENTO DE LA POBLACIÓN (1995/2040)
Años
Nicaragua
Costa Rica
1/2 Costa Rica=100
1995/2000
2,7
2,5
108
2000/2005
2,7
2,0
135
2005/2010
2,4
1,7
141
2010/2015
2,1
1,5
140
2015/2020
1,9
1,3
146
2020/2025
1,7
1,2
142
2025/2030
1,5
1,0
150
2030/2035
1,3
0,9
144
2035/2040
1,1
0,8
138
Fuente: América Latina: Proyecciones de población 1970/2050, Boletín Demográfico,
Año XXXI, número 62, julio 1998, pág. 15.
El incremento significativo de migrantes internacionales nicaragüenses es un fenómeno
reciente que se inicia a mediados de los años ochenta y se estabiliza en los noventa. En los años
setenta y ochenta los nicaragüenses censados en el exterior no superaban el 3 por ciento de la
población total del país. Por el contrario, a fines de los años noventa esa proporción no se estima
inferior al 12 por ciento de la población total, lo cual ubica a Nicaragua dentro de los países de
América Latina con mayor proporción de población en el exterior.
Antes de mediar los años ochenta habían existido desplazamientos de nicaragüenses al
exterior, fundamentalmente a Costa Rica desde los años treinta y también a los Estados Unidos, pero
en magnitudes relativamente pequeñas que representaban proporciones inferiores al 2 o 3 por ciento
de la población en el exterior. Algo similar ocurría en el resto de América Central con la excepción del
importante sector de salvadoreños que vivía en Honduras hasta 1969, cuando un conflicto bélico entre
las dos naciones obligó a la mayor parte de salvadoreños a regresar a su país de origen.
Las migraciones internacionales eran, pues, un fenómeno social relativamente marginal,
independientemente de economías muy abiertas al comercio internacional, vinculadas directamente
con rutas de navegación mundiales. Por el contrario, Nicaragua y el resto de países centroamericanos
habían vivido importantes migraciones internas relacionadas con la expansión agroexportadora, el
crecimiento urbano de la macroregión del Pacífico y el avance sobre la frontera agrícola (Baumeister,
1997 y 1999).
40
Como consecuencia de la situación política y económica interna de Nicaragua se observó,
desde comienzos de los años ochenta, un incremento de los desplazamientos al exterior de estratos
medios y altos que, paulatinamente, se amplió a otros sectores sociales.13 En los años noventa el
fenómeno tomará mayor envergadura por el importante incremento de la migración hacia Costa Rica,
otros países de América Central y, en menor medida, los Estados Unidos y el Canadá.
C. PERSPECTIVAS Y TENDENCIAS
Uno de cada cinco hogares nicaragüenses recibe alguna remesa del exterior y uno de cada seis tiene
algún miembro viviendo de manera permanente en el extranjero (ver Cuadro 3.10). Las remesas
familiares, en su hipótesis más baja, representan cerca del 15 por ciento del Producto Interno Bruto,
PIB, lo que equivale a más de las dos terceras partes del total de las exportaciones. Estas proporciones
son superiores a las de El Salvador, país que a menudo es mencionado por la importancia que tienen
las remesas del exterior en su economía.
En las dos próximas décadas el crecimiento de la población en edad activa será de los más
altos del mundo debido a su progresión ascendente en los últimos 30 años y a la reducción del
crecimiento poblacional en otros países.
Esto nos indica que las presiones para emigrar continuarán manifestándose con destinos
como Costa Rica y otros países de América Central o Estados Unidos y otros países desarrollados.
La presión se dará fundamentalmente hacia Costa Rica.
En la vecina Costa Rica existe una población nacida en Nicaragua que vive de manera
permanente allí, cerca de 350,000 personas, a lo que se suma el flujo constante de viajeros legales
e ilegales, que en el quinquenio 1990-1994 eran en promedio 62,000 y en el de 1995-1999 llegaron
a los 137,000. En diez años se duplicó su número (Baumeister, 2001:32).
La gran pregunta es ¿cómo lograr que los resultados positivos de ese proceso migratorio
( remesas y mejoras en capital humano) puedan contrarrestar los evidentes aspectos negativos
(desintegración familiar, discriminación de los migrantes y pérdida para el país de personas
calificadas)?
Un primer esfuerzo para dar respuesta implicaría una actitud proactiva de la sociedad civil
organizada y del Estado para contribuir a mejorar la canalización de los ingresos de los migrantes que,
por ejemplo, puedan dirigirse a mejorar o construir las viviendas y condiciones de la población que
permanece aquí o a incentivar el regreso de los migrantes. Esto supone la creación de mecanismos
En el Censo de 1990 de los Estados Unidos el 58.7 por ciento de los nicaragüenses censados
mayores de 25 años tenían secundaria completa o educación universitaria (Maguid, 1999: 31, Cuadro 13,
basado en Bureau of Census (1993) "The Foreign Born Population in the United States".
13
41
de ahorro y préstamo para evitar así que los ingresos adicionales de los migrantes, ganados en
condiciones particularmente difíciles, queden en el exterior. De igual modo, se necesitan políticas
migratorias concertadas con los países de destino para mejorar las condiciones de movilidad de los
migrantes y lograr acuerdos entre gobiernos para aumentar la legalidad laboral de los nicaragüenses
en el exterior.
D. CARACTERÍSTICAS BÁSICAS DE LAS MIGRACIONES EXTERNAS A PARTIR DE
LAS ENCUESTAS DEL 2001
1. Proporción de hogares con migrantes externos
El número de hogares nicaragüenses con algún familiar en el extranjero ha venido creciendo
extraordinariamente en los últimos años. Según la MECOVI 2001 el 11.9 por ciento de los hogares
declaró tener algún miembro en el exterior; según la ENDESA, también para el 2001, esa proporción
es superior alcanzando al 14.8 por ciento de los hogares (ver Cuadro 3.3).
Cuadro 3.3
MIGRACIÓN INTERNACIONAL: PORCENTAJE DE HOGARES QUE DECLARA QUE ALGÚN MIEMBRO
ESTÁ VIVIENDO EN EL EXTERIOR, 2001
Regiones
% de hogares con algún miembro
residiendo en el exterior
Managua urbana
13.8
Managua rural
2.2
Pacífico urbano
18.0
Pacífico rural
14.9
Central urbano
11.1
Central rural
4.5
Atlántico urbano
13.6
Atlántico rural
2.6
País
11.9
Fuente: MECOVI, 2001
42
Cuadro:3.4
DISTRIBUCIÓN DE LOS HOGARES CON ALGÚN MIEMBRO VIVIENDO EN EL EXTERIOR Y TOTAL DE
HOGARES SEGÚN MACROREGIONES, 2001
Hogares con miembros
permanentes en el
exterior
Total de hogares
Managua
29.2
27.2
Pacífico
45.0
32.1
Central
18.7
30.2
Atlántico
7.1
10.5
Total
100
100
Macroregiones
Fuente: INEC-MECOVI, 2001.
2. Diferencias regionales
i. En Managua el 13.8 por ciento de los hogares declara algún miembro en el exterior según
la MECOVI 2001 mientras que para la ENDESA 2001 esa proporción alcanza al 17 por ciento de
los hogares (ver cuadros 3.4 y 3.5).
ii. En el Pacífico urbano se reporta que el 18 por ciento de los hogares tiene algún miembro
en el exterior. Por medio de la encuesta ENDESA se pueden hacer lecturas por departamento:
Granada sobresale como el departamento con mayor proporción de hogares con algún miembro
viviendo de manera permanente en el exterior, 24.6 por ciento. Le siguen Rivas con 22.3 por ciento
y León con 21.7 por ciento (ver cuadros 3.3 y 3.10).
El Pacífico rural presenta una media de 14.9 por ciento de hogares con algún miembro en
el exterior. En las zonas rurales en general la proporción de hogares con miembros en el exterior es
más baja que en las zonas urbanas. En la Región Central-rural sólo el 4.5 por ciento de los hogares
tiene algún miembro en el exterior y en el Atlántico rural alcanzan el 2.6 por ciento.
iii. En la Región Central la media para las zonas urbanas es de 11.1 por ciento de los hogares
mientras que en las zonas rurales de esa región sólo el 4.5 por ciento de los hogares tiene miembros
viviendo en el exterior. El departamento con mayor proporción en la Región Interior-Central es
Chontales con 14.7 por ciento mientras que el de menor intensidad es Jinotega con 4.3 por ciento
de los hogares con migrantes externos.
iv. En el Atlántico se destacan Río San Juan con 16.7 por ciento y la RAAS con 14 por
ciento de los hogares.
43
Al observar la geografía de la intensidad migratoria externa sobresale un primer eje que se
caracteriza por su cercanía con Costa Rica (Granada, 24.6 por ciento de los hogares; Rivas, 22.3
por ciento y Río San Juan con 16.7 por ciento), el segundo eje es el del Pacífico Norte (León, 21.7
por ciento y Chinandega 20.0 por ciento) y el tercero como el más disperso (Estelí con 18.3 por
ciento y Managua 17.0 por ciento).
En el Cuadro 3.4 se compara la distribución de los hogares con migrantes externos y la
distribución del total de hogares. Las diferencias son fuertes: el Pacífico, sin Managua, concentra
el 32.1 por ciento del total de los hogares de Nicaragua y reúne el 45 por ciento de los hogares con
algún miembro en el exterior. En cambio, la Región Central donde se ubica el 30.2 por ciento de
todos los hogares, sólo reúne el 18.7 por ciento de los hogares con miembros en el exterior. Entre
Managua y el resto del Pacífico reúnen casi 3/4 partes del conjunto de hogares con miembros en el
exterior, cuando estas regiones suman el 59 por ciento de los hogares del país.
En el Cuadro 3.5 se presenta la proporción de hogares que declaran tener a alguno de sus
miembros viviendo de manera permanente en el exterior, según departamentos, comparando a su
vez 1998 y 2001.14
Cuadro 3.5
PROPORCIÓN DE HOGARES CON ALGÚN MIEMBRO EN EL EXTERIOR, 1998-2001
% de hogares con miembros en
el exterior
1998
% de hogares con miembros en
el exterior
2001
Diferencia
porcentual
Nueva Segovia
8.3
12.1
3.8
Madriz
5.4
7.1
1.7
Estelí
16.4
18.3
1.9
Chinandega
14.5
20.0
5.5
León
17.0
21.7
4.7
Managua
11.5
17.0
5.5
Masaya
9.5
13.8
4.3
Granada
20.0
24.6
4.6
Carazo
12.0
11.4
-0.6
Rivas
15.7
22.3
6.6
Boaco
9.7
13.9
4.2
Chontales
9.5
14.7
5.2
Matagalpa
7.8
8.8
1.0
Departamentos
Es importante tener en cuenta dos limitantes importantes de esta información. En primer
lugar, no se capta al migrante externo estacional muy importante en relación a Costa Rica; y en segundo
lugar, en el caso de que todo el hogar ha migrado al exterior; o sea que ningún miembro del hogar nuclear
original se encuentra actualmente en el país, la encuesta no puede captar ese tipo de migración.
14
44
% de hogares con miembros en
el exterior
1998
% de hogares con miembros en
el exterior
2001
Diferencia
porcentua
Jinotega
2.2
4.3
2.1
RAAN
4.3
4.3
0.0
RAAS
11.3
14.0
2.7
Río San Juan
15.7
16.7
1.0
12.1
14.8
2.7
Departamentos
País
Fuente: MECOVI, 2001.
3. Diferencias de género
Los migrantes externos nicaragüenses se distribuyen en proporciones muy similares entre hombres
y mujeres. Según MECOVI 2001 el 50.5 por ciento son varones y el 49.5 por ciento son mujeres.
Cuadro 3.6
SEXO DEL JEFE DE FAMILIA DE LOS HOGARES CON MIGRANTES EXTERNOS, SEGÚN ENDESA 2001
Total de hogares
Hogares con algún miembro en
el exterior
Hogares sin miembros en el
exterior
Masculina
69
54
72
Femenina
31
46
28
Total
100
100
100
11328
1678
9650
Jefatura del Hogar
N
Fuente: ENDESA 2001.
Sin embargo es relevante la vinculación entre jefaturas de hogar y presencia de migrantes
externos. En el Cuadro 3.6 pueden observarse diferencias marcadas en el perfil de los hogares con
migrantes externos. Mientras que para el total de hogares la jefatura femenina se encuentra en el 31
por ciento, entre aquellos que tienen migrantes externos esa proporción se eleva al 46 por ciento.
4. Grupos de edad
Los migrantes reportados se ubican fundamentalmente dentro de las edades económicamente
activas, el 84.6 por ciento se encuentra entre los 15 y 49 años. Esto nos sugiere una fuerte asociación
entre migrantes y búsqueda de alternativas ocupacionales. A diferencia de procesos migratorios,
voluntarios o forzados, de familias enteras con todos sus grupos etarios el proceso nicaragüense se
caracteriza por sus migrantes en edad de trabajar (ver Cuadro 3.7).
45
Cuadro:3.7
COMPOSICIÓN POR GRUPOS DE EDAD DE LOS MIEMBROS DE LOS HOGARES
DECLARADOS COMO RESIDENTES EN EL EXTERIOR, 2001
Grupos de edad
%
menos de 14
9.4
15-49
84.6
50 y más
6.0
Total
100
Fuente: MECOVI, 2001.
5. Niveles educativos de los migrantes externos
Los migrantes tienen un perfil educativo superior al de la media de los nicaragüenses. En los
cuadros 3.8 y 3.9 se presentan los niveles de escolaridad de las poblaciones en el exterior y de los
que están en el país. La población de más de 15 años con ningún nivel de educación formal sólo
alcanza al 5.8 por ciento entre los que viven en el exterior mientras que los que están en el país se
agrupa en esta situación el 23 por ciento. Por el contrario, mientras que los que viven en el exterior
tienen en el 42.2 por ciento de los casos nivel de secundaria, los que tienen ese nivel educativo y
están en el país son apenas el 26.2 por ciento. Algo similar sucede con los que alcanzan el nivel
universitario.
Cuadro 3.8
ESCOLARIDAD DE LOS RESIDENTES EN EL EXTERIOR,2001
Nivel escolar
%
Ninguno
8.0
Primaria
36.8
Secundaria
39.6
Terciaria
13.6
Ignorado
2.0
Total
100
Fuente: MECOVI, 2001
46
Cuadro 3.9
EDUCACIÓN ALCANZADA POR LAS PERSONAS DE MÁS DE 15 AÑOS,
MIGRANTES Y NO MIGRANTES, 2001
Residen tes en el
país (miles)
%
Residentes en el
exterior (miles)
%
Ninguno
686,2
23.0
10.3
5.8
Primaria
1,231,3
41.0
64.2
36.0
787,2
26.2
75.4
42.2
90,8
3.0
9.1
5.1
198,4
6.6
19.4
10.8
Posgrado
6,1
0.2
0.3
0.1
TOTAL
3,000.6
100
178.7
100
Nivel de estudios formales
Secundaria
Técnico (básico, superior,
docente)
Universitario
Fuente: Mecovi, 2001.
6. Países de destino de los nicaragüenses
En el Cuadro 3.10 se observan los principales destinos de los migrantes nicaragüenses; Costa Rica
reuniría más de la mitad de migrantes permanentes, mientras que Estados Unidos sumaría un poco
más de 1/3 del total.
Cuadro 3.10
PAÍSES DONDE VIVEN LOS NICARAGÜENSES, SEGÚN
DECLARACIONES DE HOGARES DE ORIGEN, 2001 (%)
Países
%
Costa Rica
52.9
Estados Unidos
34.5
Otros países
12.0
Ignorado
0.6
Total
100
Fuente: MECOVI, 2001
47
E. ANTIGÜEDAD DE LOS PROCESOS MIGRATORIOS EXTERNOS
Y CAMBIOS EN LA COMPOSICIÓN DE LOS MIGRANTES,
SEGÚN NIVELES DE INGRESO DE LAS FAMILIAS
En el Cuadro 3.11 puede observarse que los hogares que tienen algún miembro residiendo de
manera permanente en el exterior tienen un perfil de pobreza menos negativo que el resto. En
efecto, los hogares con migrantes externos son pobres en el 21. 4 por ciento de los casos, mientras
que en el resto de los hogares el 38.6 por ciento está en situación de pobreza.
Sin embargo, es interesante observar que en los últimos años tienden a prevalecer estratos
de migrantes provenientes de hogares relativamente menos acomodados. Las migraciones se
generalizaron a partir de los años ochenta pero su mayor auge se dio en los noventa. El Cuadro 3.12
muestra cómo el 80.4 por ciento de los migrantes externos salió de Nicaragua después de 1990, el
15.8 por ciento lo hizo en los ochenta y apenas el 3.8 por ciento salió en años anteriores a 1980.
Estos datos sugieren que el carácter de las migraciones ha sido principalmente económico, aunque
la migración que se dio a finales de los setenta y los ochenta tuvo fuertes motivaciones políticas.
Cuadro 3.11
CONDICIÓN DE POBREZA DE LOS HOGARES Y PRESENCIA DE MIGRANTES EXTERNOS
Condición de pobreza
del hogar
Con algún miembro
en el exterior
Sin miembros en
el exterior
Pobreza extrema
4.7
11.6
Pobreza no extrema
16.7
27.0
No pobres
78.5
61.4
Total
100
100
% de los hogares
12
88
Fuente: MECOVI, 2001.
48
Cuadro 3.12
AÑOS EN QUE PRODUJO LA MIGRACIÓN AL EXTERIOR,
SEGÚN NIVELES DE ACTIVO DEL HOGAR, 2001
Niveles de activo del hogar
Antes de 1979
Años 80
Años posteriores a 1990
I
0.9
1.6
7.0
II
0.9
3.2
10.6
III
9.3
8.6
18.1
IV
14.1
17.7
27.3
V
74.8
68.9
37.0
Total
(107)
(440)
(2242)
(3.8%)
(15.8%)
(80.4%)
Fuente: Endesa, 2001.
La variable independiente establece cinco estratos según los niveles de acceso a bienes y
servicios: aparatos eléctricos, medios para cocinar los alimentos y posesión de vehículos. El estrato
V es el que tiene mayores ingresos, concentra al 74.8 por ciento de los migrantes que salieron antes
de 1980, al 68.9 por ciento de los que salieron en los ochenta y al 37 por ciento de los posteriores
a 1990.
F. TENDENCIAS ENTRE 1998 Y 2001
Las encuestas ENDESA 1998 y 2001 permiten comparar la situación de 1998 y del 2001. Esta
encuesta es el único instrumento estadístico disponible. Gracias a ella sabemos que la proporción de
hogares que declaró algún miembro en el exterior pasa de 12.1 a 14.8 por ciento, con un incremento
de 2.7 puntos porcentuales, o sea un crecimiento relativo del 22 por ciento en un período de tres
años (ver Cuadro 3.5).
Sin embargo en algunos departamentos el crecimiento es muy superior. Se observan tres
tendencias principales: por un lado están aquellos departamentos que ya tenían, en términos
relativos, una proporción importante de hogares con migrantes confirmando con ello las teorías que
suponen que la dinámica de las migraciones no se conecta exclusivamente con variables de tipo
socioeconómico sino que están muy determinadas por la existencia de redes sociales que permiten
conectar a potenciales migrantes con rutas de acceso a los países de destino y formas de insertarse
en los mismos. Dentro de las redes sociales y, más ampliamente, de los niveles de capital social
juegan roles importantes las familias ampliadas y las amistades a nivel local.
Dentro de éstos departamentos, tenemos a Rivas que pasó de concentrar el 15.7 por ciento a
el 22.3 por ciento de las familias que declaran algún miembro en el exterior, Granada que pasó del
20 al 24.6, siendo éste departamento el que tiene el nivel más alto del país, Chinandega que pasó
del 14.5 por ciento al 20 por ciento y León de 17 por ciento a 21.7 por ciento.
49
La otra tendencia corresponde a los departamentos que, habiendo estado en 1998 por debajo
de la media, crecen de manera significativa según los datos de 2001. Entre ellos destacan Chontales
que pasó de 9.5 por ciento a 14.7 por ciento y Masaya que pasó de 9.5 a 13.8 por ciento.
A la tercera y última tendencia pertenecen los departamentos con los niveles más bajos de
migrantes externos, aquellos que no crecieron entre 1998 y 2001. Se trata de Matagalpa (7.8 por
ciento en 1998 y 8.8 por ciento en 2001), Jinotega (2.2 por ciento a 4.3 por ciento) y la RAAN (4.3
por ciento en ambos momentos) (ver Cuadro 3.5).
G. HOGARES CON CONTACTOS EN EL EXTERIOR
En el Cuadro 3.13 se presenta una tipología de los hogares de Nicaragua según su vinculación
con dos variables: recepción de remesas del exterior y tener algún miembro de la familia nuclear
en el exterior. El 8.2 por ciento de los hogares declara recibir remesas del exterior y tener algún
miembro del hogar en el exterior. Un 11 por ciento recibe remesas sin tener miembros viviendo
en el exterior. En síntesis, el 19.2 por ciento recibirá remesas del exterior mientras que sólo el 11.8
por ciento de ellos tendría miembros en el exterior.
Cuadro 3.13
HOGARES EN CONEXIÓN CON EL EXTERIOR
Variables
%
Hog.Pob
Extremos
Hog. Pob
no extremos
Hog no
Pobres
TOTAL
Hogares con remesas y
migrantes externos
8.2
3.6
15.2
81.2
100
Hogares con remesas sin
migrantes externos
11.0
3.2
11.8
85.0
100
Hogares solo con migrantes
3.6
7.3
20.2
72.5
100
Hogares sin remesas o
Migrantes
77.2
12.8
29.2
58.0
100
Hogares con conexión
Externa
22.8
8.5
12.7
29.4
976,647
105,224
251,971
619,452
100
10.8
25.8
63.4
Total de hogares
%
Fuente: Mecovi, 2001
¿Cómo explicar la diferencia? Es plausible suponer que las remesas son, casi por definición,
"familiares" y ello, más allá de inconsistencias en el levantado de las encuestas, es posible explicarlo
por el hecho de que muchas de las remesas familiares provienen de miembros de otros hogares
nucleares. En la típica relación hijo adulto que envía remesas a sus padres, uno y otros pertenecen
a hogares nucleares diferentes. Lo mismo ocurre en las relaciones nietos/abuelos, sobrinos/tíos
50
o padres/madres que envían remesas para sus hijos aunque uno u otro pertenezcan a un hogar
distinto.
Por ello la tipología establece una categoría de hogares, con conexión al exterior, que reciben
remesas o tienen algun miembro en el exterior. El 22.8 por ciento de los hogares, casi uno de cada
cuatro hogares del país, está en esta situación.
Es interesante observar la fuerte diferenciación de los hogares según los niveles de pobreza.
Los hogares en extrema pobreza tienen muy baja conexión con el exterior, sólo el 8.5 por ciento
la tiene mientras que en los pobres no extremos la proporción es de 12.7 por ciento y entre los no
pobres asciende a 29.4 por ciento.
El cuadro también permite observar la concentración de no pobres entre los hogares que
reciben remesas y tienen miembros en el exterior (81.2 por ciento del total de hogares en esa
categoría). Algo similar ocurre con la categoría de hogares que recibe remesas pero no tiene
miembros en el exterior o de los hogares que sólo tienen migrantes externos.
En síntesis, el Cuadro 3.14 muestra que la proporción de hogares con migrantes externos
crece según el nivel de activos del hogar; mientras que entre los hogares con menos activos, el nivel
I del cuadro, sólo el 7.6 por ciento tiene algún migrante externo, lo que en el nivel más alto llega
al 23.3 por ciento.
Cuadro 3.14
HOGARES CON MIGRANTES EXTERNOS SEGÚN NIVELES DE ACCESO A ACTIVOS
Niveles de activos por hogar
% de Migrantes externos
I (más bajo)
7.6
II (bajo)
10.6
III (medio)
14.4
IV (medio-alto)
18.2
V(alto)
23.3
Total
14.8
Fuente: Endesa 2001
H. PAÍSES DE DESTINO DE LOS MIGRANTES NICARAGÜENSES Y
CARACTERÍSTICAS ECONÓMICAS DE LOS HOGARES
La migración externa se concentra en tres grandes destinos: Costa Rica (48 por ciento), Estados
Unidos (35 por ciento) y otros países de América Central, Canadá y Europa (17 por ciento).
51
En el conjunto de los migrantes externos predomina el origen urbano, del Pacífico, con
niveles de educación más elevados que los del conjunto del país y provenientes de hogares no
pobres. Sin embargo existen marcadas diferencias en la composición de los migrantes según el tipo
de hogar de donde provienen y los principales destinos.
Cuadro 3.15
COMPOSICIÓN DE LOS MIGRANTES SEGÚN PAÍSES DE DESTINO
Y NIVELES DE ACTIVO DE LOS HOGARES, 2001
Hogares según activos
Costa Rica
Estados Unidos
Otros Países
I
16.4
0.9
9.5
II
20.8
4.1
13.4
III
26.0
9.7
19.0
IV
22.9
27.7
23.5
V
13.9
57.5
34.6
TOTAL
100
100
100
N
872
638
306
Fuente: Endesa, 2001.
El grupo que vive permanentemente en Costa Rica proviene de hogares donde el estrato es
de más ingresos y/o activos (el V en la tipología del Cuadro 3.17) y concentra el 13.9 por ciento de
los hogares. Por el contrario, en el caso de los hogares que tienen migrantes en Estados Unidos un
57.5 por ciento corresponde al estrato V y los que tienen otros destinos se ubican con un 34.6 por
ciento de hogares en la misma categoría (ver Cuadro 3.15).
De la lectura de estos cuadros se puede deducir que la tendencia es hacia un mayor peso
de estratos de migrantes que provienen de sectores de menos ingresos, dado que lo que crece es la
migración a Costa Rica y esto se asocia a mayor concurrencia de los estratos de menores activos.
Sobre este último punto habría que considerar la migración no captada por las encuestas: la
externa estacional que se dirige a Costa Rica para tareas agrícolas temporales. Estos migrantes son
de menores niveles de ingresos y provienen mayoritariamente de fuera del Pacífico (Baumeister,
2001).
I. VINCULACIÓN ENTRE REDUCCIONES DE POBREZA Y HOGARES CON
MIEMBROS EN EL EXTERIOR
Es interesante observar que los hogares que tienen algún miembro residiendo en el exterior en
el 2001 explican el 48 por ciento de los hogares que pasan de pobres a no pobres. En palabras
más precisas: es muy probable que exista una asociación entre estos hogares que cambian de
categoría en tal proporción. Puede haber otras variables asociadas que aún no se han estudiado,
52
pero es sumamente plausible que, siendo los hogares con migrantes externos en el 2001 (en 1998
no se midió en ENMV la migración externa) sólo el 12 por ciento de los hogares del país, estén
explicando la reducción de cerca de la mitad de los niveles de pobreza medida a nivel del país (ver
Cuadro 3.16).
Cuadro 3.16
VINCULACIÓN ENTRE HOGARES QUE REDUCEN NIVELES DE POBREZA
Y MIEMBROS DEL HOGAR EN EL EXTERIOR, 1998-2001
Variables
1998
2001
Hogares Analizados
695,037
695,037
Hogares Pobres
278,488
252,471
Hogares No Pobres
416,549
442,566
Hogares que pasan de pobres a no pobres con migrantes
Externos
+26,017
100
+12,685
48.8
Fuentes: Tabulaciones básicas del equipo de asistencia técnica del UNFPA sobre la base de las Encuestas de 1998 y 2001,
tomándose los hogares que fueron entrevistados en ambas rondas. Cabe indicar que los hogares con migrantes externos en
el 2001 representaban el 14 por ciento del total de los hogares encuestados, pero explican el 48.8 por ciento de los hogares
que pasan de pobres a no pobres.
53
IV. POLÍTICAS PÚBLICAS Y LÍNEAS DE INVESTIGACIÓN
A. PRIORIDADES EN EL DISEÑO DE POLÍTICAS PÚBLICAS
1. Migración interna
Las principales prioridades en materia de política pública relacionadas con la movilidad de la
población en el interior del país deberían orientarse en tres direcciones complementarias.
a. Desarrollo de infraestructura local con vínculos productivos en los municipios que
tengan potencial de producción para el mercado: caminos de todo tiempo no necesariamente
pavimentados, alcantarillado en vías permanentes, puentes y vados y energía eléctrica obtenida
de redes troncales o mediante microturbinas impulsadas, cuando sea posible, mediante fuerza
hidraúlica, o solar, enfocados a mejorar el procesamiento de productos primarios en áreas rurales
o pequeños centros urbanos.
b. Desarrollo rural sostenible y combate a la extrema pobreza por medio del mejoramiento
a la agricultura de autoconsumo en pequeñas parcelas y la economía de patio. Al promoverse en
pequeña escala formas de producción de alimentos disminuye la inseguridad alimentaria (que es
alta en Nicaragua), mejora la nutrición y, eventualmente, pueden mejorar los ingresos monetarios
y se evita la migración interna, sobretodo hacia centros urbanos como se ha observado desde los
ochenta y en los noventa en ciudades como Matagalpa, Sébaco, Estelí, Jinotega, Bluefields y San
Carlos entre otros, que han crecido de manera rápida, incrementando la proporción de población
vulnerable.
c. Los centros urbanos receptores de población, deberán invertir en bancos de tierra para
que los asentamientos humanos se realicen en las mejores condiciones posibles y mejorar el acceso
a los servicios básicos de agua, saneamiento e infraestructura eléctrica.
2. Migración externa
Las políticas públicas que pueden operar sobre las condiciones migratorias apuntan a varias
direcciones:
•
Ayudar a incrementar el valor de la fuerza de trabajo que emigra, con el propósito
de mejorar sus condiciones de legalidad, y su capacidad de negociación en el país de destino.
54
•
Elaborar una política de población, con posibilidades de cambios en el mediano
plazo, que permita reducir el crecimiento poblacional y, por ende, las relaciones de dependencia
entre la población activa y la inactiva De este modo se reduciría la presión migratoria por dos
razones: una, se aliviaría la carga reproductiva sobre amplios sectores de mujeres pobres que
ven deteriorada su salud tempranamente y otra, se reduciría la vulnerabilidad asociada a familias
numerosas, de escasos recursos y bajos niveles educativos producto de las altas tasas de crecimiento
poblacional (la nicaragüense figura entre las más altas del mundo) que no encuentran un correlato
en la creación de empleos de buena productividad e ingresos aceptables.
Políticas públicas adecuadas hacia las migraciones externas serían aquellas que:
•
Disminuyan la vulnerabilidad legal de los migrantes para facilitar su valorización en
el mercado de trabajo receptor;
•
contribuyan a su adaptación a las condiciones del país receptor (conocimientos
legales, historia, costumbres, acercamiento a los sectores más abiertos en el país de destino, canales
de comunicación con el país de origen);
•
alienten la permanencia estacional, aunque períodica, de la mano de obra nacional.
Esto por dos razones: para reducir el deterioro de los núcleos familiares y para que parte de los
ingresos se puedan volcar en viviendas, compra de terrenos, mejora de viviendas que, de lo contrario,
tendencialmente se harían en el país receptor;
•
a su vez, la permanencia estacional, aunque recurrente y períodica, puede dar lugar a
que el capital humano mejorado pueda ser empleado en actividades locales del país de origen;
•
instancias gubernamentales en coordinación con organizaciones no gubernamentales
y del sector privado empresarial podrían apoyar la formación de cooperativas de vivienda que
permitieran generar mecanismos de ahorro, préstamo, autoconstrucción y diseño mediante los
cuales los migrantes pudieran canalizar parte de sus ingresos en la futura construcción o mejora de
sus viviendas.
•
Por último, y no lo menos importante, Nicaragua debería firmar lo antes posible
la Convención Internacional de Protección a los Trabajadores Migrantes y a sus Familias. La
Convención constituye un marco normativo en el que Nicaragua sólo puede obtener beneficios y a
la vez permitiría concertar políticas con los países de destino en condiciones más favorables.
B. LAS NECESIDADES DE INVESTIGACIÓN SOBRE LA MIGRACIÓN INTERNA
1. El crecimiento urbano en la Región Central y el Atlántico
El crecimiento de las cabeceras departamentales, según informaciones secundarias disponibles
(INETER, 2002) de la Región Central y el Atlántico entre 1995 y 2002 es superior al 3 por ciento
55
anual (a diferencia de los centros urbanos del Pacífico que lo hacen a tasas inferiores), indicio de
la existencia de desplazamientos poblacionales hacia esos centros, fundamentalmente desde zonas
rurales relativamente cercanas.
Es necesario investigar cuánto pesan los procesos de crecimiento urbano en la Región
Central y el Atlántico los factores de atracción, así como los que se derivan de la expansión de
distintos mercados (comercio, servicios, sector informal, producción de café, leche, quesos) y
la importancia que han tenido en esta expansión políticas públicas impulsadas luego de la guerra
interna en esas regiones y sus consecuencias (caminos, calles, agua, educación, luz, teléfono y
televisión por cable, retorno de población, ampliación de las posibilidades de extraer madera y
cierto auge de la minería, entre otros).
Elaborar una sistematización a partir de datos recopilados por INEC, INETER, INIFOM
y FISE, tanto en la información estadística como en las acciones que se realizan en función del
desarrollo local. Elaborar una jerarquía de este proceso de crecimiento de 70 a 80 cabeceras
departamentales y municipales en la región señalada. Eso puede estar vinculado a análisis con mapas
de los centros urbanos, avances en los límites de los centros urbanos, densidades de población de
los mencionados centros, etc.
En previsión del Censo de Población del 2005 habría que mejorar la cartografía censal para
demarcar adecuadamente los centros urbanos, pues hay problemas de delimitación entre zonas
urbanas y periurbanas. En esta línea de investigación se pueden establecer líneas de colaboración
con las UTM de los municipios, FISE, INIFOM, las asociaciones de municipios y las organizaciones
no gubernamentales que trabajan en desarrollo local.
Una encuesta sobre migraciones internas focalizada en la macrorregión del Interior y el
Atlántico podría ser un instrumento adecuado para profundizar en los aspectos antes indicados, y
vincularlos también a la situación agropecuaria.
2. Las migraciones rurales en la Región Central hacia centros urbanos
Estudios de caso focalizados en zonas con distinto nivel de dinamismo económico, midiendo
fuentes y niveles de ingreso y estrategias de las familias, permitirían profundizar sobre la situación
rural y, a su vez, mejorar los cuestionarios de las encuestas de medición del nivel de vida y dar
calidad a las estrategias de apoyo a esos estratos por parte de los programas del sector público y
de las ONG, en la dirección de establecer distintas rutas de salida de la extrema pobreza y de la
pobreza para distintos tipos de escenarios socioeconómicos y distintos niveles de activos que las
familias controlan.
El Censo Agropecuario 2001 podría ser utilizado para analizar, de manera indirecta y en
municipios seleccionados, las condiciones de sobrevivencia de familias rurales con algún acceso
a la tierra.
56
3. Avances de la frontera agrícola
Instrumentos como los mapas forestales, de uso actual y potencial de los suelos, información
satelital y los resultados del Censo Agropecuario 2001, deberían ser utilizados de manera conjunta
y multidisciplinaria para estudiar el avance sobre la frontera agrícola, uno de los fenómenos más
importantes de los espacios rurales nicaragüenses.
Promover para municipios seleccionados de la Región Central (húmeda) y del Atlántico
(abarcando desde la frontera norte hasta la frontera sur) un análisis conjunto de los mapas forestales,
la información satelital y agropecuaria y la dinámica de los asentamientos humanos.
La formación de un equipo interdisciplinario de profesionales con una preocupación por
temas de migraciones, poblamientos, asentamientos urbanos y rurales y uso del suelo entre otros,
que podría unir los esfuerzos de universidades de la Costa Atlántica, Matagalpa y Jinotega, así
como los de centros de investigación a nivel nacional.
4. Las consecuencias de la crisis cafetalera sobre las migraciones internas, tanto rurales
como en dirección a centros urbanos
En municipios seleccionados según tipos diferenciados de estructuras agrarias cafetaleras15 se debería
analizar la situación de vulnerabilidad social de las familias, particularmente las de trabajadores
permanentes y estacionales desempleados y las de los pequeños productores en razón de que son
potenciales migrantes hacia ciudades, la profundidad de la montaña o hacia otros países.
5. La propuesta de los clusters en el Plan Nacional de Desarrollo y sus implicaciones en la
distribución espacial de la población
Sobre la base de los siete clusters priorizados y a partir de delimitaciones geográficas, en parte
adelantadas por trabajos del MAG-FOR, SECEP e INETER, se debería establecer (primero con datos
secundarios) el poblamiento, inserción ocupacional, niveles de pobreza, formas de asentamiento
de la población y sus dinámicas en los últimos años. Para esto se puede recurrir a estimaciones
disponibles en INEC, INETER, MINSA, MED, CSE y FISE, entre otros.
Es preciso definir también la realización de una encuesta que tenga tres niveles geográficos:
áreas centrales (tomando como eje la ubicación de los clusters), semiperiféricas (municipios que
rodean inmediatamente a los municipios donde se localizarían los clusters) y periféricas (segunda
línea de municipios en relación a los que hemos llamados centrales).
15
(Baumeister, E. Plantones "Confidencial" 15/09/02)
57
La encuesta retomaría algunos elementos básicos de las encuestas de nivel de vida (de
manera simplificada) haciendo énfasis en los desplazamientos espaciales de la población.
C. ESTUDIOS SOBRE LAS MIGRACIONES INTERNACIONALES DE
NICARAGÜENSES16
La masividad de las migraciones internacionales que atraviesa Nicaragua es un fenómeno reciente:
no tiene más de dos décadas, así se hable de las migraciones a Costa Rica, los Estados Unidos
o Canadá, principales destinos de las migraciones permanentes de los nicaragüenses. Algunas
investigaciones y estudios han revelado las principales características de este proceso:
a. Los estudios impulsados por CEPAL: Un estudio pionero en 1988/1989 y reunido
posteriormente en CEPAL (1993), Remesas y economía familiar en El Salvador, Guatemala, y
Nicaragua. Más recientemente otro preparado en 1999. 17
b. En los últimos años Abelardo Morales Gamboa, de FLACSO Costa Rica, y sus asociados
en Costa Rica y Nicaragua han trabajado sobre la problemática de las migraciones nicaragüenses
a Costa Rica, haciendo énfasis en las condiciones legales y de derechos (tanto laborales como
ciudadanos) que los nicaragüenses establecen en sus desplazamientos y permanencia en territorio
costarricense. De igual modo han trabajado sobre los lugares de origen en Nicaragua y las
modalidades de envío de remesas familiares.
c. Otros estudios recientes comisionados por agencias de Naciones Unidas apuntan a la
situación de la mujer migrante y los hogares encabezados por mujeres en Nicaragua y cómo la
migración se inscribe en la reproducción de estos hogares y la situación de la mujer migrante en los
lugares de destino, particularmente en Costa Rica. Varios trabajos fueron realizados en el proyecto
“Protección a la mujer migrante y mejoramiento de las condiciones de la niñez afectada por la
migración” a cargo de Milagros Barahona.18 De igual manera se hicieron varios estudios relativos
a la legislación nacional y a las iniciativas del sector gubernamental, del sector privado y de las
organizaciones no gubernamentales para proteger a las mujeres trabajadores emigrantes tanto en lo
relativo a las condiciones de trabajo como al tráfico de mujeres y niños.
d. Otra línea de estudios ha estado impulsada por académicos residentes en los Estados
Unidos (Manuel Orozco del Programa Centroamericano del Diálogo Interamericano con sede en
Washington y Sara Mahlers de la Florida International University). Tres ópticas sobresalen de
Tomado de Baumeister (2001, págs. 7-9).
El primer estudio de Cepal fue preparado por el consultor Peter Marchetti y el segundo por
Diana Pritchard en el marco dell Proyecto "Remesas y economía familiar en Centroamérica, Fase II: Uso
productivo de las remesas en Centroamérica". Una síntesis de todos los estudios reunidos por Cepal puede verse
en Pablo Serrano (2000).
18
Estudio de Hogares de Mujeres Nicaraguenses Emigrantes en Costa Rica.Programa de
Promoción de Género-Oficina Internacional del Trabajo,San Jose, octubre 2002.
16
17
58
éstos: i) las implicaciones de la formación de comunidades transnacionales que unen múltiples
formas de núcleos poblacionales residentes en los países del Norte las poblaciones de esos países
y nuevas oleadas migratorias produciéndose transformaciones en la cultura y los valores de
signos complejos, con influencias múltiples, dentro de culturas dominantes; ii) los montos y las
modalidades de remesas familiares y iii) el afianzamiento de los derechos de los migrantes en los
países receptores, como gran reto de la ampliación de los derechos humanos.
e. Desde la perspectiva de la generación de información (estadística que habitualmente
no es cubierta por los censos y encuestas de hogares que tienen como objetivo de medición a las
personas residentes en el hogar de manera permanente) cabe destacar la Encuesta Nicaragüense de
Demografía y Salud (ENDESA 1998 y 2001) que mide la información sobre nicaragüenses que son
residentes permanentes en el exterior sobre la base de los miembros actuales del hogar. Un trabajo
pionero con esa base de datos fue realizado por Jimmy Rosales (2000). De igual modo la encuesta
ENCOVI 2001 que incluye una sección sobre migraciones externas.
Por otro lado el Programa Centroamericano de Población de la Universidad de Costa Rica ha
trabajado en la estimación de los nicaragüenses residentes en Costa Rica a partir de la retabulación
de una Encuesta de Salud Reproductiva y Migración 1999. En este mismo país se están haciendo
aportes sobre el tema migratorio a partir de la información del Censo de Población del 2000.
f. Organismos internacionales como OIM e instancias costarricenses como El Estado de
la Nación o la Defensoría de los Habitantes han comisionado estudios que en su componente
estadístico se basan en los resultados de las Encuestas de Hogares que regularmente se realizan en
Costa Rica (ver bibliografía).
g. En la medida en que la migración es un proceso reciente en Nicaragua los análisis
disponibles son pioneros. La ENDESA y las EMNV permiten extraer nuevos hallazgos que podrán
ser complementados por estudios de caso en profundidad tanto en Nicaragua como en los países
receptores.
D. NECESIDADES DE INVESTIGACIÓN SOBRE LA MIGRACIÓN EXTERNA
1. Impacto económico de las remesas a nivel micro
Es poco lo que se conoce aún en términos empíricos sobre temas como:
a) Magnitud de las remesas recibidas por los hogares en Nicargua y estratos de remesas
recibidas.
b) Uso de las remesas. Estudios como los realizados por OIT sugieren que el papel de las
remesas es compensar la situación de hogares en extrema pobreza y plantean que las remesas serían
una salida de la extrema pobreza al permitir, en promedio, a los hogares estudiados colocarse por
encima de la línea de extrema pobreza.
59
c) Proporciones de las remesas destinadas al consumo, compra de bienes básicos,
equipamiento del hogar, capital de trabajo de la pequeña empresa, compra de tierras, viviendas y
terrenos, entre otros.
Para estudiar estas temáticas pueden desarrollarse las siguientes estrategias:
1. Incluir algunas preguntas en el módulo de migraciones externas de las MECOVI
futuras.
2. Hacer encuestas de mayor profundidad para un número limitado de hogares, en zonas
con densidad alta de hogares con remesas, incorporando la antiguedad con que las remesas son
recibidas.
3. Un estudio previo supondría la jerarquización de municipios y comunidades/barrios
donde existen niveles altos de hogares con remesas, usando informantes clave e informaciones
secundarias (frecuencias de llamadas al exterior, análisis de los destinos de los mensajes radiales
que provienen desde Costa Rica, información de las agencias que distribuyen remesas, información
bancaria, información de migración sobre la distribución municipal de los ciudadanos que tienen
pasaporte, entre otros).
2. Impacto económico a nivel micro en los hogares
de los migrantes nicaragüenses en Costa Rica
Los puntos más importantes a estudiar sobre esta temática en colaboración con instituciones
como FLACSO/Costa Rica, universidades, Defensoría de los Habitantes, Pastoral de la Movilidad
Humana, organismos no gubernamentales, OIM son : i) las condiciones laborales, económicas
y sociales de los migrantes nicaragüenses en Costa Rica ; ii) las modalidades de la migración
(permanentes legales, permanentes ilegales, temporales legales, temporales ilegales).
Dentro de ese panorama socioeconómico es muy significativo establecer cuáles son las
remesas (en las distintas modalidades indicadas) que se envían, esto supone estudios de hogares
(con una tipología que combine antigüedad de los residentes con localización geográfica y niveles
de ingreso totales que obtienen en Costa Rica), cúal es el monto de las remesas y cuáles son los
destinos geográficos en Nicaragua y otros temas vinculados al uso de las remesas.
3. Posibles presiones para la migración externa derivadas de la crisis cafetalera
Como parte de los estudios en torno a algunos de los clusters (lácteos y carnes, energía, forestal y
madera, algunos otros procesos agroindustriales como cítricos u otros dentro del cluster llamado
ampliamente como agronegocios ubicados fundamentalmente en la Región Central y el Atlántico)
y dentro de las presiones migratorias es importante considerar estudios específicos sobre el impacto
60
en el empleo permanente o estacional de la actual crisis cafetalera y las posibles alternativas que
la población está desarrollando y las expectativas migratorias que puedan existir en estos estratos
de pobladores.
Dentro del estudio de los asentamientos humanos, movimientos espaciales de población y
condiciones de vida en la Región Central y Atlántico habrá que incluir algún municipio cafetalero
de Matagalpa o Jinotega.
4. Consecuencias en las condiciones educativas y de salud de las familias de origen
En el marco de los estudios migratorios a nivel micro se puede acompañar un capítulo sobre
condiciones de desarrollo humano (acceso a educación y salud de los miembros del hogar).
5. Características de las redes que se establecen en relación a las familias y a los migrantes
dentro de Nicaragua y en Costa Rica
El proceso de formación de redes y su mecanismo de funcionamiento exige una investigación sobre
las rutas de entrada a Costa Rica tendría varias etapas y la metodología adecuada resulta ser la
entrevista a profundidad pues es la que permite conocer las estrategias de traslado al vecino país.
6. Estudio de las migraciones estacionales de los nicaragüenses al exterior
Para conocer con más detalle el proceso de migración estacional es preciso elaborar un diagnóstico
sobre los lugares de alta densidad de trabajo estacional a partir de informantes clave a nivel
departamental, municipal y de comarca. Luego, definidos los lugares, hacer estudios de dos tipos:
entrevistas a profundidad con trabajadores estacionales y encuestas que permitan captar algunos
aspectos cuantitativos.
61
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67
Anexo Estadístico
69
Cuadro 1.1
ACCESO A TIERRAS PROPIAS PARA USO AGROPECUARIO Y CONDICIÓN MIGRATORIA INTERNA DE
LOS JEFES DE HOGAR CON ACCESO A TIERRA
Variables migratorias
-2
2-5
5-20
20-50
50 -100
100 y más
Sin tierra
Igual-rural-rural
64.7
64.8
58.3
51.0
47.9
49.8
71.4
Igual-rural-urbana
2.6
1.7
2.9
0.5
4.3
2.4
0.0
Igual-urbana-rural
2.1
0.3
0.9
0.5
0.0
0.0
1.5
Igual-urbana-urbana
7.6
9.7
6.9
7.2
5.2
11.3
0.0
Distinto-rural-rural
11.5
12.6
12.9
19.0
15.5
23.1
12.3
Distinto-rural-urbana
1.6
1.6
4.3
4.7
6.8
5.2
0.0
Distinto-urbana-rural
5.3
5.3
11.2
15.4
9.1
6.8
14.8
Distinto-urbana-urbana
4.7
4.0
2.5
1.7
11.3
1.3
0.0
Migrantes internos
23.1
23.5
37.8
40.8
42.7
36.4
27.1
Residencia actual urbana
16.5
17.0
16.6
14.1
27.6
20.2
0.0
Números (000)
44.2
41.2
55.5
25.3
15.4
10.1
216.0
Fuente: MECOVI 2001.
Cuadro: 1.2
PROPORCIÓN DE JEFES DE HOGAR MIGRANTES SEGÚN REGIONES
Variables
Managua
Pacífico
Central
Atlántico
Total
126,351
90,430
76,348
48,731
341,859
49.0
29.2
26.2
47.4
35.6
88,780
70.3
38,708
24,284
15,793
167,566
42.8
31.8
32.4
49.0
34,118
13,316
13,658
10,358
71,449
% del total de migrantes
27.0
14.7
17.9
21.3
21.0
Origen rural y actual rural
2,434
13,975
22,661
14,623
53,693
1.9
15.5
29.7
30.0
15.7
1,019
24,431
15,745
7,957
49,151
% del total de migrantes
0.8
27.0
20.6
16.3
14.4
Total
100
100
100
100
100
Migrantes internos
% del total
Migrantes internos urbanos
% del total de migrantes
Origen rural y actual urbano
% del total de migrantes
Origen urbano y actual rural
Fuente: MECOVI, 2001.
70
Cuadro 1.3
DISTRIBUCIÓN DE LA POBLACIÓN SEGÚN LUGAR DE RESIDENCIA
Lugar de nacimiento
Censo 1995
2001
Rural
47.4
45.6
41.7
Pueblos
15.4
54.4
58.3
Ciudadades
37.2
Total
100
100
100
Fuente: Censo, 1995 y MECOVI 2001. Para 1995 y 2001 las categorías pueblos y ciudades están
agrupadas en una sola categoría
Cuadro: 1.4
PROPORCIÓN DE POBLACIÓN SEGÚN TIPOS DE MOVILIDAD ESPACIAL ENTRE LUGARES DE
NACIMIENTO Y RESIDENCIA ACTUAL
Movilidad espacial
Números
%
Nacimiento rural y residencia actual urbana
462,466
8.9
Nacimiento rural y residencia actual rural
1999,612
38.5
Nacimiento urbano y residencia actual urbana
2,551,747
49.2
176,837
3.4
5,190,662
100
Nacimiento urbano y residencia actual rural
TOTAL
Fuente: MECOVI, 2001.
Cuadro 2.1
PROPORCIÓN DE HOGARES CON ACCESO A TIERRA AGROPECUARIA PROPIA CON ALGÚN MIEMBRO
VIVIENDO EN EL EXTERIOR
Tamaño de las propiedades
agropecuarias
% con algún
miembro en el exterior
-2mz
8.3
2-5
5.9
5-20
9.6
20-50
10.6
50-100
6.4
100 y mas
11.2
Total de hogares de Nicaragua
11.9
Fuente: Mecovi, 2001
71
Cuadro 2.2
CARACTERÍSTICAS MIGRATORIAS EXTERNAS PARA LOS HOGARES QUE TIENEN ACCESO A
TIERRAS AGROPECUARIAS O A PATIOS AGRÍCOLAS
% de hogares con algún
miembro en el exterior
Total
Con acceso a tierras agropecuarias
8.8
294,075
Con acceso a tierras propias
8.8
195,769
Que trabajan con tierras alquiladas
9.2
101,147
Por carretera
11.8
36,075
Por camino tierra
10.3
139,553
Trocha
6.7
96,714
Mar o río
3.2
20,608
Recibieron crédito
11.6
25,046
No recibieron crédito
8.6
269,029
Recibieron aistencia técnica
7.0
35,549
No recibieron atención técnica
9.1
258,526
Tienen patio agrícola
14.4
431,830
No tienen patio agrícola
11.0
249,837
Variables
Acceso a la tierra agropecuaria
Fuente: MECOVI, 2001.
Cuadro 2.3
RELACIONES DE PARENTESCO DE LOS MIGRANTES EXTERNOS CON EL JEFE DEL HOGAR SEGÚN
NIVELES DE ACTIVO DEL HOGAR, EN PORCENTAJES, 2001
Parentesco
I
II
III
IV
V
TOTAL
Cónyuge
4.2
5.5
8.0
8.4
8.9
8.1
Hijo/a
72.0
74.2
61.0
57.4
57.1
60.1
Nuera/Yerno
2.3
3.5
3.3
1.3
2.5
2.4
Nieto
Padres/
Suegros
Hermano/a
4.2
4.0
7.0
5.3
4.2
5.0
1.1
1.6
4.1
5.9
5.8
5.0
6.6
4.0
6.0
8.4
8.5
7.6
Otros parientes
6.6
3.6
6.8
8.6
8.8
7.7
No parientes
3.0
3.6
3.8
4.7
4.2
4.1
(164)
(252)
(455)
(713)
(1220)
(2803)
TOTAL
Fuente: Endesa, 2001.
72
Cuadro 3.1.
POBLACIÓN EN SITUACIÓN DE POBREZA SEGÚN REGIONES DEL PAÍS (1993-2001)
1993
1998
2001
Diferencia
1993-2001
Managua
29.9
18.5
20.2
-9.7
Pacífico urbano
28.1
39.6
37.2
+9.1
Pacífico Rural
70.7
67.1
56.8
-13.9
Central Urbano
49.2
39.4
37.6
-11.6
Central Rural
84.7
74.0
75.1
-9.6
Atlántico Urbano
35.5
44.4
43.0
+7.5
Atlántico Rural
83.6
79.3
76.7
-6.9
País urbano
31.9
30.5
30.1
-1.8
País rural
76.1
68.5
67.8
-8.3
Total país
50.3
47.9
45.8
-4.5
Regiones
Fuentes: Inec, 2002
I
POBLACION Y DESARROLLO
Aportes
para las politicas
publicas
Primeros Titulos de la Serie
.
Competitividad y distribucion territorial de las
actividades economicas en Nicaragua: impactos del
Plan Nacional de Desarrollo
Luis Jaime Sobrino
Nicaragua: Tendencias de la distribucion espacial de la
poblacion y migracion interna
Alma Garcia
Movilidad espacial de la poblacion en Nicaragua a
principios del nuevo siglo
Eduardo Baumeister
Las migraciones de nicaragiienses al exterior:
un amilisis desde la perspectiva de genero
Olimpia Torres y Milagros Barahona
Centros proveedores de servicios: una estrategia de
atencion a poblacion rural, dispersa y aislada
Jose Luis Avila
Indice de marginacion social en Nicaragua,
por departamentos y municipios
Jose Luis
A vila
..'
...
. .. S
"
Fondo de Poblaci6n
de las Naciones Unidas
Direcci6n: Hospital Militar, 1 cuadra allago, 1 cuadra abajo.
Telefonos: 268 1640/42
Fax: 266 8655
Apartado Postal: 3260 Managua
Nicaragua
e-mail: [email protected]
Web Site: http://www.unfpa.org.ni
--
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