Política Exterior Latinoamericana entre China y Estados Unidos: Los casos de Brasil y Chile Ralf J. Leiteritz & Catalina López Luna Universidad del Rosario Centro de Estudios Políticos e Internacionales Bogotá, Colombia Email: [email protected] & [email protected] Ponencia presentada en el FLACSO-ISA Joint International Conference: Global and Regional Powers in a Changing World Panel: China ante el Orden Internacional: Perspectivas Teóricas y Práctica hacia el ABC (Argentina, Brasil y Chile) Universidad de Buenos Aires, Facultad de Ciencias Económicas Buenos Aires, Argentina 23 al 25 de Julio de 2014 Resumen El propósito de esta ponencia es presentar los resultados de la investigación sobre las dinámicas políticas que se han presentado durante el acercamiento económico de China con América Latina durante la última década. Se pretendió indagar en los cambios en la formulación de la política exterior de los países latinoamericanos tomando como referentes Brasil y Chile para poder evidenciar si dado el intercambio comercial con China se ha presentado un cambio de discurso y de posición en dos temas esenciales de gobernanza global: Cambio climático y proliferación nuclear. Se detectó que las relaciones políticas y económicas de China con Brasil y Chile van por líneas separadas, así implicando que un acercamiento económico no repercuta en un acercamiento político automático. 2 1. Introducción El rápido ascenso económico de China y su presencia en diversas regiones del mundo en especial en América Latina se ha convertido en un asunto de análisis por excelencia en los últimos años. El ascenso económico chino de los últimos treinta años ha hecho pensar que el mundo se encuentra en una transición de un momento ―unipolar‖ a un sistema caracterizado por múltiples centros de poder (Strüver, 2014). Resulta interesante estudiar el ―milagro económico‖ chino en el mundo desarrollado en general y en America Latina en particular. No sólo por las implicaciones económicas que ha tenido este suceso sino por las repercusiones políticas que puede conllevar. De acuerdo con Joseph Nye, el soft power es el poder de la atracción. Con el cual un país puede ser capaz de obtener lo que desee en los asuntos internacionales convirtiendose en el ejemplo a seguir y haciendo que otros quiean hacer lo mismo (Nye, 2004). Al parecer el gobierno chino ha impulsado a países ha seguir su modelo bajo este supuesto del soft power. Haciendo que sus logros económicos de creciemiento y reducción de la pobreza sean seguidos por otros países bajo este mismo enfoque. Al punto en el cual han ofrecido públicamente asistencia para guiar a países a implementar el modelo económico de ellos (Kurlantzick, 2007). Debido a lo anterior, el objetivo central de este trabajo es señalar si las dinámicas económicas presentes entre China y América Latina durante la última década, se han replicado en las políticas exteriores de los países latinoamericanos durante la última década. Se pretendió indagar en los cambios en la formulación de la política exterior de los países latinoamericanos tomando como referentes Brasil y Chile. Para poder evidenciar si debido el intercambio comercial con China se ha presentado un cambio de discurso y de posición en dos temas esenciales de gobernanza global: Cambio climático y Proliferación nuclear. Paralelamente, se busca indagar sobre las tendencias que determinan la posición política de los países latinoamericanos frente a los temas de gobernanza global y regional, demostrando o falseando el supuesto que entre un país comercie más con China, es más propenso a converger con ésta en asuntos de política exterior. (Flores-Macías & Kreps, 2013) Esta investigación encuentra su justificación en la necesidad de generar un aporte al vacío analítico existente sobre las implicaciones de un mayor acercamiento sinolatinoamericano en el direccionamiento de las políticas exteriores de la región. Tanto en lo concerniente al nivel económico como sobre la estructuración de posiciones que integren a toda Latinoamérica. Pues a diferencia del ámbito económico, el impacto político de la presencia de 3 China en América Latina durante la última década ha sido evaluado únicamente como efecto colateral y derivado de sus intereses económicos; dejando muchos espacios grises donde no hay certeza de la relevancia de la presencia del gigante asiático en los países de América Latina (Strüver, 2012: 18). De igual manera, este panorama se ha limitado a la observación de los beneficios económicos y comerciales –inmediatos o latentes– derivados de las nuevas interacciones entre China y los diferentes países latinoamericanos y ha generado a su vez un estudio sobre las implicaciones resultantes para la presencia hegemónica de Estados Unidos en la región (Domínguez et al, 2006, Tokatlian, 2007). Pero no se ha estudiado si las dinámicas comerciales entre China y América Latina se replican en la formulación de la política exterior de los países de la región. El análisis se nutre del concepto de soft y smart power de Joseph Nye, sumado al realismo estructural de John Mearsheimer, ubicando la posición de América Latina frente a la batalla hegemónica entre China y Estados Unidos. Sin embargo, se consideró que para el estudio no era suficiente este sustento teórico por lo cual se consideró que los conceptos de gobernanza global1 y cumplimiento de las normas son de mayor utilidad para el análisis, ya que permite establecer las posiciones de los casos de estudio respecto a su alineación o divergencia con Estados Unidos y determina si se presenta un cambio de discurso y postura direccionado al nuevo y principal socio económico de la región: China. Para la investigación se tomaron como referentes dos casos de estudio, Brasil y Chile, elegidos por destacarse en dos aspectos concretos: (i) estos países tienen los dos mayores porcentajes del volumen total de intercambio comercial regional con China y (ii) se encuentra un evidente dinamismo en las relaciones diplomáticas tanto con China como con Estados Unidos durante la última década. La selección anterior busca construir un marco de referencia que pueda ser proyectado para el estudio del fenómeno en otros países de la región contextualizando tendencias en la formulación de políticas exteriores e intercambios económicos e identificando nuevas dinámicas y retos, sobre todo con respecto a problemas regionales y globales. 1 Este concepto es definido como el compendio de regulaciones o reglamentación, configurado para organizar las sociedades humanas a escala global, enfatizando el papel que juegan las instituciones políticas formales en la coordinación y control de las relaciones sociales interdependientes, así como sobre su capacidad para hacer cumplir las determinaciones pactadas1 en un escenario carente de una autoridad política global, como es el caso del sistema internacional. (Rosenau, 1999) 4 Se eligió Brasil pues ha tenido relaciones diplomáticas activas con China desde 1974 y es considerado como el principal socio económico de la región con cerca del 28% del volumen total del intercambio comercial 2 y como socio estratégico dentro del grupo de los BRICs.3 Desde las décadas de 1970 y 1980 las relaciones bilaterales chino-brasileñas fueron muy modestas desde el punto de vista económico, aunque en el plano multilateral ambos países encontraron fuertes coincidencias (Altemani de Oliveira, 2006, pág. 141). No obstante sus relaciones bilaterales en el ámbito comercial fueron bastante tímidas. Sólo hasta principios del 2000, China empezó a perfilarse como uno de los principales socios comerciales de Brasil. Sin embargo, la cooperación de estos países siempre ha tenido un perfil estratégico. Durante años, China y Brasil implementaron una cooperación político-estratégica tendiente, sobre todo, a lograr un cambio en las reglas de juego del comercio internacional. Desde el final de la Guerra Fría, el vínculo comercial ha adquirido nueva importancia, y China desplazó a Japón como principal socio asiático de Brasil. […] a pesar del incremento de los lazos económicos, el eje de la relación sigue siendo político: ambos países han desarrollado programas espaciales conjuntos, coinciden en los organismos internacionales y defienden una perspectiva similar de inserción mundial que, sin oponerse de manera frontal a las naciones desarrolladas, se basa en la idea de cooperación Sur-Sur. (Altemani de Oliveira, 2006). Brasil ha procurado sostener una relación de cooperación más estrecha con China que con Estados Unidos sin que esto condicione su posición frente a los temas de gobernanza global. Dado el carácter de liderazgo e independencia de la política exterior brasileña, este país ha procurado ser el líder regional en América del Sur. Plantea un lineamiento independiente de la postura norteamericana para negociar en la arena internacional y procura alianzas con países de sus mismas condiciones. Aunque la balanza comercial de Brasil con su socio del norte se mantiene en déficit desde el 2009 con un saldo a favor de Estados Unidos, éste se posiciona entre los primeros tres socios comerciales de Brasil desde antes del 20004 con cerca del 24% del volumen total de comercio regional.5. Aun así, EE.UU. y Brasil no han firmado un pacto económico importante 2 Cifras oficiales del intercambio comercial total de China y América Latina entre 2000 y 2005. En: http://co2.mofcom.gov.cn/aarticle/biography/portfolio/200504/20050400067589.html 3 A partir de 1993, establece su sociedad estratégica en la denominación de los BRICs, junto con Rusia, India y China. En: http://br.china-embassy.org/por/dszc/. 4 Datos obtenidos de la organización Mundial del Comercio. En: Información sobre comercio internacional y acceso a los mercados. Revisado el 24 de Junio de 2014. Disponible en: http://www.wto.org/spanish/res_s/statis_s/statis_bis_s.htm?solution=WTO&path=/Dashboards/MAPS&fi le=Map.wcdf&bookmarkState={%22impl%22:%22client%22,%22params%22:{%22langParam%22:%2 2es%22}} 5 Estadísticas oficiales de la Comisión de Comercio Internacional de Estados Unidos. En: http://dataweb.usitc. gov/prepared_reports.asp 5 para dos décadas — un periodo para el que Washington ha firmado acuerdos de libre comercio con otros 11 países latinoamericanos (Hakim, 2012). Las relaciones diplomáticas de estos dos países datan desde la fundación de la primera misión diplomática de la región, por parte del país del norte, en 1808. Sin embargo, en lo corrido del presente siglo, dichas relaciones se mantienen al margen por la divergencia de sus posiciones y por sus aspiraciones. Prueba de esto es la renuencia de Washington a apoyar su candidatura para un puesto permanente en el Consejo de Seguridad de la ONU, más aun cuando el presidente Obama dio el apoyo de EE.UU. a la India en el 2010. Por su parte, Brasil ha desarrollado sus aspiraciones globales en gran medida al margen de los EE.UU. y haciendo hincapié en sus diferencias sobre los principales temas regionales y mundiales (Hakim, 2012). Por su parte, la elección de Chile radica en que fue el primer país latinoamericano en establecer relaciones diplomáticas con China en 1970 y es considerado el segundo socio económico de China en la región, con un 18,2% del volumen total de intercambio comercial.6 Actualmente, cuenta con Sistema de Consulta Política desde 19887 y un Tratado de Libre Comercio (TLC) vigente desde 2005.8 Esta relación se ha caracterizado sin duda por el pragmatismo de ambos lados: ―Cuando se produjo el golpe militar en 1973, China no rompió relaciones diplomáticas con Chile. China las mantuvo con la dictadura militar durante diecisiete años, y eso se basa prácticamente en el pragmatismo tanto chileno como chino. En ese momento, no habían considerado romper relaciones diplomáticas y habían optado por reconocer la dictadura militar por el hecho que no tenía ninguna embajada en América Latina. Chile era la puerta de entrada a América Latina‖9. Esta relación es particularmente sólida si es comparada con el resto de los países del hemisferio americano. No sólo Chile fue el primer país del mundo en reconocer la membresía de la RPC en la OMC y en otorgarle el estatus de economía de mercado, sino que adicionalmente, China se ha convertido en su primer socio comercial (Tobón & Bermúdez, 2012). 6 Cifras oficiales del intercambio comercial total de China y América Latina entre 2000 y 2005. En: http://co2.mofcom.gov.cn/aarticle/biography/portfolio/200504/20050400067589.html 7 El 16 de Agosto de 1988, se dio el Establecimiento del Sistema de Consulta Política entre los Ministerio de Relaciones Exteriores de China y Chile con el fin de mantener estrechas relaciones e implementar políticas favorables para ambos países. En: http://cl.china-embassy.org/esp/zzgx/t222764.htm y http://spanish.china.org.cn/xi-lamei/guanxi/1.htm 8 El TLC establece desgravaciones arancelarias, tanto inmediatas como escalonadas para diferentes tipos de productos de origen chileno, y regula los Procedimiento, Reglas de Origen las Medidas Sanitarias y Fitosanitarias, la Cooperación entre otros. En: http://www.aduana.cl/prontus_aduana/site/artic/20070228/pags/20070228100917.html 9 Entrevista el Profesor e Investigador Eduardo Carreño de la Universidad de Chile. Entrevista realizada el 3 de junio de 2013 en Santiago de Chile. 6 A su vez, Chile ha sostenido relaciones diplomáticas de gran injerencia con los Estados Unidos, altamente dependientes, entre 1960 y la primera parte de 1990 y seriamente divergentes durante la Segunda Guerra Mundial y la segunda parte de 1990, exceptuando los intercambios comerciales y la inversión. Desde el 2006 Chile sostiene el sexto lugar de importancia como socio comercial de la región para Estados Unidos con cerca del 10,5% del total regional.10 Aunque el intercambio comercial entre estos países ha decrecido, esta situación no ha afectado sus relaciones diplomáticas. Tanto Michelle Bachelet como Barack Obama hicieron particular énfasis en que sus respectivos países sostenían una relación de amistad equilibrada y cercana. En el año 2009, la entonces presidente chilena se reunió con el mandatario estadounidense para discutir los temas relacionados con la relación bilateral. En las declaraciones oficiales sobre la reunión, ambos países afirmaron tener una visión compartida en materia de cambio climático y de proliferación nuclear (Ministerio de Relaciones Exteriores de Chile 2009). En términos metodológicos, se parte de un análisis cualitativo, iniciando con la construcción de una base de datos de prensa que permitiera organizar toda la información referente a las posiciones de los países respecto a las diversas cumbres de cambio climático y proliferación nuclear. De igual forma, este análisis de prensa se complementó con la revisión de fuentes primarias y posteriormente se construyó una matriz de convergencia- divergencia de los discursos que contrastara los temas controversiales de proliferación nuclear y cambio climático de los cuatro países estudiados. Estos temas fueron las variables de análisis para estudiar las posiciones. Dichas variables fueron analizadas con los aspectos más controversiales de cambio climático y proliferación nuclear que posibilitaron establecer la alineación o divergencia de postura de los países latinoamericanos respecto de Estados Unidos y China. Por otra parte, se realizó un trabajo de campo en Santiago de Chile y Brasilia en el cual se entrevistaron a pares académicos y funcionarios públicos expertos en los temas de gobernanza global para contrastar la información recolectada con la matriz mencionada para poder nutrirla y modificarla. Finalmente, la información recolectada se analizó con la matriz y se comparó con los datos económicos de intercambio comercial de los países junto con los patrones de sus políticas exteriores. Para evidenciar si ha existido un cambio discursivo en estos países que los alinee con China o con Estados Unidos. El resultado de la investigación determinó que las relaciones políticas y económicas de los países van por líneas separadas, así estableciendo que un acercamiento económico no repercute en un acercamiento político automático. De igual manera se detectó que los discursos 10 Estadísticas oficiales de la Comisión de Comercio Internacional de Estados Unidos. En: http://dataweb.usitc. gov/prepared_reports.asp 7 de los países latinoamericanos estudiados, Chile y Brasil, no manejan una alineación política explícita con Estados Unidos o con China. El análisis discursivo de estos países demostró una fuerte independencia de sus políticas exteriores respecto de cambio climático y proliferación nuclear. Estableciendo que la concordancia en las posiciones es por coincidencia en la mayoría de los casos que por una alineación política explícita. Este documento se encuentra dividido en siete partes. La introducción, como primera sección, seguida por los lineamientos de la política exterior Chilena y sus características durante los gobiernos de Ricardo Lagos y Michelle Bachelet. El tercer bloque presenta los lineamientos de la política exterior brasilera y sus características durante los gobiernos de Fernando Henrique Cardoso, Luiz Inácio Lula da Silva y Dilma Rousseff. La cuarta sección consta de la presentación del intercambio comercial de los países latinoamericanos con China y Estados Unidos. El quinto y sexto componente del documento presentan el análisis del discurso de los cuatro casos de estudio, Estados Unidos, China, Brasil y Chile frente a los temas de cambio climático y proliferación nuclear mediante una matriz de convergencia-divergencia. Finalmente, se presenta el análisis de las políticas exteriores de Brasil y Chile en los asuntos de gobernanza global junto con el intercambio comercial de éstos con China y Estados Unidos con el objetivo de evaluar si las dinámicas económicas entre China, Brasil y Chile, se replican en una alineación en la formulación de la política exterior de los países latinoamericanos. 2. Rasgos de la política exterior chilena y sus características durante los gobiernos de Ricardo Lagos y Michelle Bachelet La política exterior chilena tiene la característica de presentar parámetros constantes en sus lineamientos de comportamiento internacional, lo que demuestra una estabilidad y continuidad en esta política pública que la posicionan como una política de Estado congruente con sus principios especialmente desde el retorno a la democracia en el país para la década de los 90. En la actualidad la política exterior chilena se sustenta sobre cuatro principios fundamentales estipulados durante el Gobierno de Sebastián Piñera. Estos cuatro principios hacen alusión al respeto por el Derecho Internacional, la integridad territorial, promoción de la democracia y respeto por los derechos humanos y responsabilidad de cooperar.11 Estos elementos obedecen a los rasgos que han caracterizado el comportamiento internacional de Chile desde 1990, año en el que retorna la democracia al país después de la dictadura militar instaurada en 1973. 11 Ministerio de Relaciones Exteriores de Chile. Principios de la política exterior chilena. Recuperado el 14 de junio de 2014. En: http://www.minrel.gob.cl/minrel/site/artic/20080802/pags/20080802194424.html 8 En este orden de ideas, los gobiernos post dictadura decidieron continuar con la apertura económica de Chile sumada a una reinserción en el sistema internacional. Los gobiernos de Aylwin y Frei se enfocan en la reactivación de la diplomacia y del multilateralismo. Se empiezan a negociar tratados de libre comercio con países latinoamericanos y participan en acuerdos multilaterales económicos como MERCOSUR. Desde 1990 al 2000 Chile realiza asociaciones económicas con varias regiones del mundo; busca ingresar al NAFTA y diversifica sus relaciones exteriores en América Latina y Asia- Pacífico, participando en la cumbre de la APEC en Bogor, Indonesia, convirtiéndose en miembro activo de esta organización desde 1994 y estableciéndolo como el principal canal de comunicación con esta región. Durante el gobierno de Ricardo Lagos (2000-2006) Chile firma el TLC con Estados Unidos en 2003 y con la Unión Europea negociados en la Administración Frei. La política exterior del país se caracteriza por la combinación de ―la política de acuerdos económicos internacionales con un reconocimiento (implícito) de la hegemonía político-estratégica de Estados Unidos (Wilhelmy, 2003, pág. 285). Aunque el perfil era hacer de Chile un actor estratégico participando como miembro no permanente del Consejo de Seguridad de la ONU, mantuvo una posición no alineada con Estados Unidos respecto de la invasión de Irak cuando votó en contra de la misma. La política exterior de Michelle Bachelet, (2006-2010) se caracterizó por ahondar en el fortalecimiento de los lazos vecinales y regionales. Mantuvo una continuidad con los gobiernos anteriores donde el foco central de las relaciones exteriores era el fortalecimiento del comercio a través de un regionalismo abierto y un multilateralismo medianamente activo pero con la característica de buscar una mayor integración en América Latina (Pardo, 2012). Chile se convierte en un actor constitutivo y activo de la UNASUR asumiendo la presidencia pro tempore de la organización en el 2008. De lo anterior, es posible determinar que la política exterior chilena de los últimos veinte años se ha caracterizado por la expansión y apertura económica mediante acuerdos comerciales, bilaterales principalmente; por el perfeccionamiento del modelo neo-liberal basado en el multilateralismo y por la integración estratégica. En la última década, se evidencia un direccionamiento de la política exterior hacia el fortalecimiento de las relaciones económicas y diplomáticas con América Latina y al pleno respeto por las instituciones y organismos internacionales sin ser necesaria una participación activa en los mismos. 9 3. Rasgos de la política exterior brasileña y sus características durante los gobiernos de Fernando Henrique Cardoso, Luiz Inácio Lula da Silva y Dilma Rousseff La política exterior brasilera se caracteriza por ser una de las más sólidas a nivel global. Desde el siglo XX los lineamientos del comportamiento brasilero a nivel internacional se han mantenido, usando como recuso principal la diplomacia para la resolución de controversias. De igual manera posee un fuerte apego a las normas y regímenes internacionales como aspecto principal. La búsqueda de independencia y de liderazgo a nivel regional principalmente e internacional desde el siglo XXI es otra de sus características generales. Al ser la diplomacia el bastión de su política exterior, el Ministerio de Relaciones Exteriores del país es uno de los más relevantes y fuertes del gabinete ministerial brasilero. Las características mencionadas anteriormente aún se mantienen, adicionando que Brasil a lo largo de su historia ha buscado crear alianzas estratégicas con diversos socios en espacios comerciales, económicos políticos y sociales. La política exterior de Brasil ha estado orientada al desarrollo económico del país prevaleciendo su interés nacional y buscando ser el líder suramericano de América Latina. Un aspecto importante de la política exterior brasilera es su relación económica y política con Estados Unidos. Desde mediados de los 60 y durante la década de los 70 y 80, la política exterior se caracterizó por un ―pragmatismo ecuménico responsable‖. Encaminado a una apertura a África, una participación activa en el sistema internacional y un distanciamiento de los Estados Unidos (Bernal-Meza, 2006). En la década de los 90 el distanciamiento con Estados Unidos se aumenta pues Brasil pone especial atención en temas de gobernanza global con los que difería abiertamente de éste. Con el gobierno de Fernando Henrique Cardoso (19952002) se da un acercamiento con Estados Unidos debido a la apertura neoliberal de los años noventa y viendo al Área de Libre Comercio de las Américas –ALCA- como una oportunidad de desarrollo económico para Brasil. Además, para el 2001, Brasil exportaba más a Estados Unidos que a Mercosur, dejando a su socio regional en segundo lugar de intercambio comercial (Bernal-Meza, 2006). Nuevamente se hace claro ese pragmatismo en las relaciones bilaterales de Brasil con sus socios. Durante el mandato de Cardoso, se evidencia un multilateralismo fuerte, sin dejar de lado el bilateralismo. Buscó impulsar el Mercosur pero por ser un gobierno de transición del modelo de sustitución de importaciones a uno de corte neoliberal, tuvo un acercamiento con Estados Unidos, buscando que Brasil fuera su interlocutor en América Latina. Su cercanía con 10 este país le costó el rechazo de la sociedad civil y la pérdida de su partido PSDB (Partido de la Social Democracia Brasileña) en las elecciones presidenciales de 2002. La llegada de Luiz Inácio Lula da Silva al poder (2003-2010) presenta cambios en la política exterior brasileña. Dada la crisis económica del periodo presidencial anterior, la propia supervivencia del gobierno y su capacidad de gobernar dependió, en los primeros meses de conquistar la confianza de los inversionistas extranjeros y nacionales (Ramalho de Rocha, 2003, pág. 32). Los principales objetivos de la política exterior de Lula se centraron en profundizar en la integración e interdependencia de las economías latinoamericanas. Se enfatizó en la estrategia de la consolidación del liderazgo de Brasil en la región. Se da prioridad a América del Sur en dos dimensiones: una económica en cuanto a la liberalización del comercio y atracción de inversión; y una política, enfocada en la intervención y mediación de crisis políticas de los vecinos. El canciller Celso Amorim definió la nueva política exterior de Brasil como una propuesta nacionalista de izquierda que se puede resumir en cinco características básicas: (1) Aumento del poder político, económico, militar, ideológico, científico-militar con el objetivo de acumular recursos de autonomía nacional; (2) Construcción de un solo eje político sudamericano; (3) No inclusión de Brasil en el ALCA; (4) Búsqueda del puesto como miembro permanente del Consejo de Seguridad con la coordinación de Argentina como parte del bloque suramericano y, (5) Cooperación con China e India en el desarrollo tecnológico del área de defensa e industria militar. En cuanto al ámbito multilateral, la política exterior giraría en torno a tres ejes principales: (1) Rechazo a las normas impuestas por los grandes poderes; (2) promoción de la multipolarización del sistema internacional, y (3) Fortalecimiento de la cooperación multipolar con China, India y Rusia (Bernal-Meza, 2006, pág. 81). Es importante mencionar la prioridad que el gobierno de Lula otorga a su liderazgo regional y su búsqueda por el liderazgo global pues ―El discurso a favor de una reforma de las Naciones Unidas, relacionado con la idea del fortalecimiento de las instituciones internacionales, sirve también para proyectar la imagen de un país que busca afianzarse como uno de los líderes, a partir de América del Sur, de los países en desarrollo. Este objetivo requiere acercarse a otros países ―del Sur‖‖ (Ramalho de Rocha, 2003, pág. 37) Como se puede ver la política exterior brasilera tiene un rasgo de persistencia en el tiempo, pues aparte de su búsqueda de acercamiento con África y la demanda por ingresar como 11 miembro permanente al Consejo de Seguridad, está política ―más que otras políticas públicas, tiene una característica de permanencia, ya que la estructura burocrática de los encuentros y de los compromisos firmados con otros gobiernos son difíciles de cambiar en el corto plazo‖ (Ramalho de Rocha, 2003: 39 y 40). Durante el periodo Lula da Silva, se demostró que el tipo de política exterior estaba marcado por una diplomacia presidencial en la cual las características de Lula como líder carismático determinaron las relaciones políticas y económicas con sus vecinos. Al ser Lula el principal responsable de la política exterior, su cambio de gobierno determinó un cambio de dirección en la misma. Aunque la política exterior sea una política pública de Estado con muchos rasgos de permanencia es claro que para la actual presidenta Dilma Rousseff el panorama es diferente. A lo largo su presidencia se ha evidenciado que no existe el mismo activismo en política exterior del presidente Lula, se ha frenado el Mercosur y se ha puesto especial atención en los acuerdos comerciales con los países de la Alianza del Pacífico. De igual forma, se hace evidente que en el plano de la gobernanza global, Brasil no ha estado tan activo como en el periodo presidencial anterior, aunque si es claro que se ha otorgado especial atención a la cooperación Sur-Sur – un señal de continuidad con el gobierno anterior. 4. Intercambio comercial de Brasil y Chile con Estados Unidos y China entre el 2000 y 2013 En esta sección se presentarán los datos del intercambio económico de los países latinoamericanos con China y Estados Unidos. Se iniciará presentando las estadísticas de la balanza comercial de mercancías de Chile y posteriormente las de Brasil. 4.1. Intercambio comercial de Chile con China y Estados Unidos En la actualidad el principal destino de las exportaciones de Chile es China a quien le exporta bienes por un valor de 19,219 millones dólares para el año 2013. Estados Unidos por su parte es el tercer destino de las exportaciones chilenas con un total de exportaciones de 9.811.8 millones de dólares. En cuanto a importaciones se refiere, Chile importa de Estados Unidos un total de mercancías por un valor de 16,104.4 millones de dólares, seguido por China del cual importa un total de mercancías avaluado en 15,701.7 millones de dólares (Organización Mundial del Comercio, 2013). 12 A partir de la entrada en vigencia del TLC, el 1 de octubre de 2006, China fue aumentando su presencia en el comercio nacional hasta convertirse en el primer socio comercial de Chile durante el 2010 y receptor del 20% de las exportaciones totales de Chile al mundo (Ministerio de Relaciones Exteriores de Chile, 2013). En el año 2000 el saldo de la balanza comercial de Chile con Estados Unidos y China se encontraba en déficit hasta el 2001. A partir de este año, la balanza comercial del país latinoamericano con sus dos socios comerciales presentó un superávit. Sin embargo, la situación cambia a partir de esta fecha. Pues Chile empieza a presentar una balanza comercial en déficit con Estados Unidos desde el 2007 y un superávit con China desde el 2008. Esta situación comercial de saldo negativo de Chile con Estados Unidos se ha mantenido hasta la fecha, mientras que con China la balanza comercial ha presentado un saldo positivo a favor de Chile (ver Gráfico 1 y Anexo 1). Gráfico 1 Saldo Balanza Comercial de Chile con China y Estados Unidos 2000-2013 8.000 Millones de Dólares 6.000 4.000 Estados Unidos 2.000 0 -2.000 China 2000 2001 2002 2003 2004 2005 2006 2007 2008 2009 2010 2011 2012 2013 -4.000 -6.000 Año Fuente: OMC. Información sobre comercio internacional y acceso a los mercados 4.2. Intercambio comercial de Brasil con China y Estados Unidos El principal socio de importaciones de Brasil en la actualidad es la Unión Europea, en segundo lugar se encuentra China con un volumen de 37,302.2 millones de dólares seguido por Estados Unidos, país del cual importó mercancías por 36,280.3 millones de dólares. En cuanto a exportaciones se refiere, se presenta la misma tendencia que con las importaciones. La Unión Europea es el principal socio comercial de Brasil, comprando mercancías brasileras cuantificadas en 47,613.4 millones de dólares, lo sucede China con 46,026.2 millones de dólares y en tercer lugar se encuentra Estados Unidos con 24,866 millones de dólares (Organización Mundial del Comercio- OMC-, 2013). 13 Brasil es considerado como el principal socio comercial de China en América Latina desde 2002 hasta 2005 aproximadamente (Embajada de RPC en Colombia, 2005). Desde este mismo periodo hasta el 2007 Brasil ha tenido una balanza comercial en superávit con China. A partir del 2008 el superávit de Brasil con China asciende considerablemente y en 2013 presenta un déficit, ya que Brasil reporta exportaciones de mercancías por un total de 19,203 millones de dólares a China e importa de este país 37,302 millones de dólares. Para el caso estadounidense, Brasil ha presentado una balanza comercial en déficit desde el 2009 dado el aumento considerable de importaciones provenientes de Estados Unidos y un promedio sostenido de exportaciones de Brasil a este país desde 2009 a 2013 (Ver Gráfico 2 y anexo 2). Gráfico 2 Saldo Balanza Comercial de Brasil con China y Estados Unidos 2002-20123 30.000 Millones de Dólares 20.000 10.000 0 -10.000 2002 2003 2004 2005 2006 2007 2008 2009 2010 2011 2012 2013 -20.000 -30.000 -40.000 Año Fuente: OMC. Información sobre comercio internacional y acceso a los mercados. 5. Posición de Brasil, Chile, Estados Unidos y China frente al cambio climático Para evaluar las posiciones de los países frente al cambio climático se construyó una matriz que muestra la convergencia y divergencia de los países frente a este tema. Esta matriz consta de cinco aspectos considerados como los asuntos de mayor controversia que miden y dan cuenta del discurso que manejan China, Estados Unidos, Brasil y Chile frente a este tema de gobernanza global. Los aspectos en cuestión son: (i) Concepción de la causa del cambio climático; (ii) Origen o causa del interés en el tema; (iii) Obligaciones contraídas a nivel internacional según el volumen de emisiones de gases de efecto invernadero –GEI-; (iv) 14 Saldo Estados Unidos Saldo China Medidas tomadas por los países para mitigar el cambio climático y por último; (v) Aceptación de una norma global de cambio climático. Los aspectos mencionados se han identificado como las variables del análisis para los cuatro países estudiados. Sus posiciones se han medido y analizado con las posturas que manejan frente a cada aspecto para poder evidenciar un patrón de similitud o diferencia entre los casos de estudio. Respecto de la primera variable de análisis se puede determinar una concordancia clara de Chile y Brasil con China en cuanto a la concepción de la causa del acelerado cambio climático en el planeta. Mientras que Estados Unidos establece que el cambio de la temperatura global obedece a los intercambios económicos necesarios para el crecimiento y desarrollo industrial China, Brasil y Chile establecen que el cambio acelerado en la temperatura es causado por el hombre. Brasil por su parte establece que esta problemática tiene fundamento en el acelerado desarrollo industrial y en la deforestación indiscriminada de los bosques y selvas. Por su parte, Chile se considera al igual que los países latinoamericanos pequeños altamente vulnerable a los efectos del cambio climático asociados a las emisiones de gases de efecto invernadero. En cuanto al interés en esta problemática, se encuentra una fuerte divergencia entre China y Estados Unidos. China por su parte establece que su preocupación por el tema nace de la necesidad de reducir la polución de su país y la contaminación hídrica que los aqueja. Desde 1980 reconocen el fenómeno y la necesidad de actuar frente al mismo. Para 1992 y durante 1993, el país inicia su legislación para la protección del cambio climático creando la “China’s National Agenda 21- White Paper on China's Population, Environment and Development in the 21st Century”- el cual se enfocaba en crear un plan de acción para transformar su modelo de desarrollo en uno más eficiente y sostenible (Leiteritz, 2013). El Plan Nacional fue ratificado en 1994 y dos años después el Consejo de Estado de China celebra la Cuarta Conferencia Nacional para la Protección Ambiental orientada a promover una estrategia de desarrollo sostenible. Subsecuentemente, se establecen planes sectoriales quinquenales para la protección y conservación medioambiental.12 De igual forma, existe un interés económico enfocado en 12 Estos planes planteaban metas ambiciosas. Para el 2000 se planeaba tener el sistema legal completo relativo al manejo ambiental que fuera en concordancia con su economía social de mercado. Se debían aumentar los esfuerzos para iniciar una tendencia de control de la polución y mejorar la calidad del ambiente en varias regiones y ciudades seriamente afectadas por la contaminación. Una década después, para el 2010, la legislación ambiental debía estar completamente establecida y funcionando a la perfección lo que posibilitaría mantener bajo control el deterioro ecológico y ambiental del país entero así como implementar la mejora ambiental en las áreas rurales y urbanas. Tomado de: Naciones Unidas. Desarrollo sostenible. ―Institutional aspects of sustainable development in China‖. Recuperado el 22 de Junio de 2013. Disponible en: http://www.un.org/esa/agenda21/natlinfo/countr/china/inst.htm 15 reducir la dependencia de combustibles fósiles de los cuales depende su crecimiento económico. El país tiene un interés marcado en el desarrollo de energías alternativas más económicas y eficientes que posibiliten continuar con su modelo de desarrollo. Estados Unidos, en cambio, se orienta por un interés económico para reducir la dependencia de los combustibles fósiles. Al considerar que la causa del cambio climático y el calentamiento global es un ciclo natural, no tiene una preocupación directa sobre la preservación del medio ambiente pues esto podría atentar contra su modelo de desarrollo económico. Sin embargo, en 1992 ratificaron la Convención Marco de las Naciones Unidas para el Cambio Climático, y ―la Academia Nacional de Ciencias –NAS- por sus siglas en inglés, emitió un reporte en el cual determinaban que los Estados Unidos podían compensar sus emisiones de gases efecto invernadero entre un 10 y 40% de los niveles de 1990 si se implementaban las políticas ambientales adecuadas de ahorro de energía‖ (Congressional Reasearch Service, 2011) Inclusive durante el gobierno de Reagan y como se evidencia durante el periodo Clinton, se presenta un papel activo de los Estados Unidos en la promoción de proyectos ambientales. Sin embargo, en la presidencia de George W. Bush no se ratifica el Protocolo de Kioto pues se otorga mayor énfasis a la seguridad nacional (Leiteritz, 2013). A su vez, durante el gobierno de Obama, se da un viraje en el discurso ambiental y se proponen acciones desde el ejecutivo para reducir la polución, preparar al país para los impactos del cambio climático y reunir esfuerzos internacionales para mitigar el fenómeno (Gobierno de los Estados Unidos, 2013). Para el caso brasilero, su preocupación ambiental inicia en 1970 y se enfoca en la preservación de la cuenca amazónica y el efecto que tiene el cambio climático y la emisión de gases en los países menos desarrollados y en vías de desarrollo. Sin embargo, se ha evidenciado que el interés profundo de Brasil en esta temática tiene su origen en la década de los 90 cuando inicia una ―reformulación de los temas o valores hegemónicos universalmente aceptados‖ (Bernal-Meza, 2006) y se empieza a tomar una preocupación política respecto de los temas de gobernanza global. El país ve como una oportunidad tomar liderazgo internacional en estos temas, y a partir del gobierno de Lula se construyen mecanismos más fuertes para hacer cumplir las leyes y castigar a las economías ilegales que se lucraban de la explotación de la selva amazónica (Leiteritz, 2013). Chile, por su parte, se interesa en el cambio climático por su preocupación en los desastres naturales y las implicaciones que tiene el modelo industrial en el ambiente. Ratificaron la Convención Marco de la Naciones Unidas sobre el Cambio Climático en 1994 y el Protocolo de Kioto en 2002, estableciendo su compromiso con el tema ante la comunidad internacional 16 (Ministerio de Medio Ambiente de Chile, 2014). Después del 2006, con el derretimiento de los polos evidenciaron que el tema afectaba su estabilidad nacional y que se debía abordar el tema con una diversificación metodológica y una interacción política dinámica (Leiteritz, 2013). Para la tercera variable de análisis, las obligaciones contraídas a nivel internacional según el volumen de emisiones de gases de efecto invernadero –GEI- se detecta que China, Brasil y Chile consideran que dichas obligaciones deben ser compartidas por todos los países del mundo pero diferenciadas según su grado de responsabilidad. Por su parte, Estados Unidos establece que la responsabilidad sí debe ser diferenciada pero al largo plazo. En cuanto a Brasil y Chile es posible encontrar una concordancia clara. Ya que ambos países consideran que las obligaciones para la mitigación del cambio climático deben ser compartidas por todos los países que hagan parte de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático, pero se debe diferenciar en cuanto a la responsabilidad de las emisiones y contaminación del ambiente. Un aspecto diferenciador entre Chile y Brasil, es que este último tiene un papel internacional muy activo al formar parte del grupo BASIC13 (Brasil, África del Sur, India y China) el cual es en la actualidad, uno de los líderes en promover compromisos vinculantes frente a la mitigación del cambio climático (Funcionario de la Dirección de Política Ambiental, 2014). Mientras tanto Chile actúa a nivel local y regional principalmente. China al considerarse como país en vía de desarrollo supone que los países desarrollados económicamente deben reducir la emisión de sus gases de efecto invernadero al tener una responsabilidad histórica por contaminar el medio ambiente. De esta forma, los Estados en vías de desarrollo o menos desarrollados deben tener la cooperación económica necesaria mientras se adaptan para crear nuevas tecnologías amigables con el medio ambiente (Foot & Walter, 2010: 222). En contraste, Estados Unidos considera que existe un desequilibrio en la atribución de responsabilidades, motivo por el cual George W. Bush estableció su oposición al Protocolo de Kioto porque no hacía cumplir las reglas en casi un 80% del mundo y perjudicaba la economía norteamericana (Foot & Walter, 2010: 185). De lo anterior, es posible establecer que EE.UU. evade su responsabilidad como segundo emisor en el mundo de gases de efecto invernadero, 13 La información sobre este grupo se recolectó en el trabajo de campo realizado en Brasilia. Es un grupo ministerial que realiza cuatro reuniones anuales en cada país miembro con el objeto de fijar una postura frente al cambio climático y presentarla como un bloque en la siguiente cumbre o convención respecto al tema. La información se amplía a lo largo del documento. 17 estipulando que los países en vías de desarrollo son los responsables por sus modelos económicos. La siguiente gráfica presenta las emisiones de gases de efecto invernadero de China y Estados Unidos desde 1990 hasta el 2010. Se presenta con el propósito de hacer un contraste entre la contaminación emitida por una economía en desarrollo y una desarrollada. Gráfica 3 Emisiones de Gases Efecto Invernadero 1990-2010 12.000 Millones de toneladas métricas 11.000 10.000 9.000 8.000 7.000 6.000 Estados Unidos China 5.000 4.000 3.000 2.000 1.000 1990 1991 1992 1993 1994 1995 1996 1997 1998 1999 2000 2001 2002 2003 2004 2005 2006 2007 2008 2009 2010 - Año Fuente: World Resourses Institute (WRI) Climate data Explorer: CAIT 2.0. Los datos anteriores permiten determinar que sin importar la divergencia en las posiciones entre China y Estados Unidos la contaminación emitida por estos países conlleva a pensar que uno de los principales asuntos controversiales son las medidas de mitigación de emisiones que se tomen. La aceptación de la responsabilidad y causas del cambio climático es importante pero la adjudicación de obligaciones e implementación de medidas efectivas es deteminante en los resultados de mitigación del cambio climático. Por este motivo, la cuarta variable de análisis de este estudio concierne a la concepción que tienen los países de las normas y medidas que se deben tomar para la mitigación del cambio climático. Para medir y determinar el tipo de medidas que los países de estudio han tomado frente al cambio climático se establecieron unas características referentes al grado de vinculación de las normas y si dichas normas son de carácter cooperativo o no. En cuanto al grado de vinculación se hace referencia si los países buscan que las normas estipuladas a nivel 18 internacional sean aplicadas a nivel doméstico. De igual forma se evalúa si la legislación interna referente a cambio climático va en concordancia con los acuerdos internacionales. En relación al carácter cooperativo de las normas, se evalúa si China, Estados Unidos, Brasil y Chile mantienen una posición cooperativa a nivel internacional para la búsqueda de consensos y nuevos acuerdos referentes al cambio climático. Se detectó que existe una convergencia entre Brasil y Chile respecto del grado de vinculación que tienen con los acuerdos internacionales de cambio climático a nivel local. Por su parte China y Estados Unidos no tienen un grado de vinculación de la norma global de cambio climático a nivel doméstico. En cuanto al carácter cooperativo de las normas los cuatro países concuerdan que debe existir un acuerdo global sobre cambio climático. La posición de China respecto de las medidas que se deben tomar para mitigar el cambio climático se enfoca en la búsqueda de un acuerdo global como pauta política para el proceso de desarrollo económico. Para el 2000 era un líder mundial de los países en desarrollo con un modelo sostenible y en el 2003 creó la Estrategia Nacional de Crecimiento Sostenible, enfocada en buscar acuerdos de cooperación en proyectos de energía alternativa con países vecinos para mitigar los impactos de la producción masiva (Leiteritz, 2013). En el 2007 China realizó el Plan Nacional de Cambio Climático proyectado a cinco años. Con este plan, logró posicionarse como el primer país en desarrollo en publicar una estrategia contra el cambio climático (Foot & Walter, 2010: 191). Sin embargo, existe una característica con el caso chino pues al parecer es un país que tiene una ―incapacidad de internalizar e implementar las normas, compromisos y objetivos que promulgan‖ (Foot & Walter, 2010: 182). Por este motivo es que se califica a China con un carácter no vinculante de las medidas que aceptan y promulgan referentes al cambio climático. Algunas de las causas pueden ser como lo mencionan Foot y Walter la relación entre la capacidad institucional y los intereses domésticos que pueden chocar y/o competir entre sí repercutiendo en el nivel de congruencia normativa a nivel nacional con el internacional. Los esfuerzos de China se concentran en buscar alianzas con países en vías de desarrollo que tengan ciertas características similares a las suyas, por este motivo en el 2005, previo a la Cumbre de Copenhague, surge una aproximación de cuatro países que pertenecían al G77 y que evidenciaron que podrían tener mayor capacidad relativa de negociación por separado. Por este motivo se crea el grupo BASIC, conformado por Brasil, Sudáfrica, India y China que surge en principio como un grupo consultivo cuya característica es que los miembros 19 son países en vías de desarrollo que tienen posiciones similares frente a la cuestión del cambio climático. 14 Dada la concordancia con la posición de China respecto de las medidas que se deben adoptar para la mitigación del cambio climático, Brasil sostiene que la normatividad internacional debe tener un carácter cooperativo vinculante. Converge con China respecto de la necesidad de cooperación entre los Estados para generar una norma global de cambio climático, pero diverge en el carácter vinculante de la misma. Lo anterior se sustenta sobre el hecho que Brasil durante la presidencia de Lula realizó compromisos voluntarios a nivel internacional altamente vinculantes a nivel doméstico. Para el 2008 establecen dos planes nacionales referentes al cambio climático: El Plan Amazónico Sostenible y el Plan Nacional de Cambio Climático. Sin embargo, desde 2003 Brasil es líder regional y mundial que propone escenarios de contribución al entendimiento global del fenómeno. Ha sido pionero en promover políticas nacionales para el control de la deforestación y el crecimeinto sostenible cambiando la economía del carbón y el petróleo por energías alternativas durante los próximos 20 años (Leiteritz, 2013). Para el caso chileno al igual que Brasil, las normas de cambio climático deben tener una carácter cooperativo vinculante. Aunque la participación de Chile es moderada, este país se enfoca en la cooperación bilateral en la cual promueven clausulas verdes en sus tratados comerciales e incentivan el intercambio tecnológico en asuntos de cambio climático. Además de enfocarse en los acuerdos bilaterales, Chile también se enfoca en el nivel regional como la base para generar medidas efectivas que mitiguen los efectos negativos del cambio climático (Leiteritz, 2013). En cuanto al carácter vinculante de la normatividad, el Ministerio del Medio Ambiente de este país, tiene una oficina de cambio climático cuya misión es ―contribuir a la integración de la problemática asociada al cambio climático en las políticas públicas del país, para lograr un desarrollo sustentable y una economía baja en carbono.‖ (Ministerio de Medio Ambiente de Chile, 2014). En concordancia con lo anterior en el 2006 se creó Plan Nacional de Cambio Climático. En este año se inicia una política ambiental más estructurada que surge como 14 La información sobre el grupo BASIC se recolectó de una serie de entrevistas realizadas al Asesor Especial de la Ministra de Medio Ambiente de Brasil; Jefe de la Oficina de Asuntos Internacionales del Ministerio de Medio Ambiente y Funcionario de la Dirección de Política Ambiental del Itamaraty, Ministerio de Relaciones Exteriores de Brasil. Entrevistas realizadas el 19 de marzo de 2014. Brasilia, Brasil. 20 respuesta a las devastadoras inundaciones que por los daños ocasionados demostraron la necesidad de un compromiso político frente al tema. Por último, Estados Unidos mantiene una posición que encuentra cierta similitud con China respecto al carácter no vinculante a nivel doméstico de la normatividad internacional de cambio climático. Es meritorio aclarar que la concordancia con la posición de China no encuentra su raíz en la concepción de la causa del cambio climático sino en la aprehensión de la normatividad y adjudicación de la responsabilidad. Este país sostiene que el cambio climático es un efecto colateral del intercambio económico y es escéptico frente a las medidas de desarrollo sostenible dado que pueden llegar a frenar su crecimiento y desarrollo industrial. Aunque se habían llevado a cabo algunas iniciativas medioambientales en el país, sólo en la administración de Obama se hace evidente un cambio. Sin embargo, la brecha entre el comportamiento y su estatus de ser el mayor contribuyente al calentamiento global, ha puesto en duda el compromiso estadounidense con las normas y su potencial para una respuesta global adecuada (Foot & Walter, 2010: 211). La razón de dicha inconsistencia radica en la interacción de valores domésticos e instituciones políticas por un lado y el poder de Estados Unidos por el otro. Al no ratificar el Protocolo de Kioto es evidente entender que la legislación de Estados Unidos frente al cambio climático sea reducida y sólo se le haya dado relevancia al tema después del Huracán Katrina, el cual evidenció que los cambios extremos del clima podrían ser resultado de la falta de programas de mitigación del cambio climático y protección del medio ambiente (Leiteritz, 2013). Con la llegada de Barak Obama a la presidencia del país en el 2008 se le empieza a dar mayor preponderancia al asunto del cambio climático. Se inicia un discurso más cooperativo enfocado a frenar el acelerado cambio climático y a la generación de energías alternativas. Este cambio discursivo pasa de posicionar la seguridad nacional como tema preponderante de la agenda a tomar en cuenta otros aspectos de gobernanza global igualmente relevantes. De esta forma, Obama estructuró el ―Climate Action Plan‖ que se enfoca en tres pilares básicos: ―Cortar la polución de carbón en el país; Prepararse para los impactos del cambio climático; y Liderar esfuerzos internacionales para combatir el cambio climático global‖ (Gobierno de los Estados Unidos, 2013). La última variable de análisis hace referencia al grado de aceptación de una norma global de cambio climático. Si bien es cierto que los cuatro países concuerdan en que las emisiones de gases efecto invernadero deben reducirse, existe una fuerte divergencia entre 21 China y Estados Unidos con Brasil y Chile respecto de la aceptación de una norma global que vincule su legislación interna. Para China se evidencia una alta aceptación de la normatividad internacional y un firme compromiso para frenar el cambio climático, pero se encuentra una imposibilidad y dificultad de aplicar las normas y materializar sus compromisos a nivel doméstico. Prueba de ello es el nivel de emisiones que presentan, sobrepasando desde el 2005 a Estados Unidos en nivel de emisiones y convirtiéndose en el principal emisor de gases de efecto invernadero (Ver anexo 3). Estados Unidos por su parte, al no ratificar el Protocolo de Kioto ni comprometerse con objetivos y metas claras a nivel doméstico hace evidente su baja aceptación de una norma global de cambio climático. Hace una fuerte crítica a la falta de peso de un marco regulatorio internacional y se enfoca en evaluar un pos-Kioto que responsabilice a los emisores actuales y a los países en vías de desarrollo. Para el caso brasilero y chileno se destaca su alta vinculación y aceptación a las normas internacionales. La posición chilena tiene su origen debido a su tendencia legalista de su política exterior en la cual se acogen a los parámetros de las instituciones, convenciones y acuerdos internacionales. Así mismo su especial interés en la preservación de los polos y prevención de las inundaciones vinculan mucho más a Chile con la norma global sobre cambio climático. En cuanto a la posición de Brasil, es posible hallar la causa de su comportamiento debido a su búsqueda de liderazgo a nivel regional y global en el tema. Además, su fuerte compromiso con la preservación de la cuenta amazónica y su activismo a nivel multilateral para hallar consensos y establecer compromisos para la reducción de las emisiones de gases lo convierten en un ejemplo de aceptación e implementación de los acuerdos internacionales sobre prevención y mitigación del cambio climático a nivel internacional. A continuación se presenta la matriz que reúne las posiciones en la actualidad de los cuatro países frente a los aspectos más controversiales del cambio climático. 22 Temas de controversia/ Variable de análisis Concepción de la causa del cambio climático ¿Cuál es el interés en el tema? Obligaciones contraídas según volumen de emisiones de GEI (grado de responsabilidad) Medidas para mitigar el cambio climático Aceptación de una norma global de Cambio climático China Estados Unidos Brasil Chile Antropogénico. Natural. Antropogénico. Antropogénico. Ambiental y Económica Económico Políticoeconómico y Ambiental Económico y Ambiental Compartida pero diferenciada. Diferenciada a largo plazo. Compartida pero diferenciada. Compartida pero diferenciada. Cooperativas-no vinculantes. Cooperativasno vinculantes. Cooperativasvinculantes. Cooperativasvinculantes. Alta-no vinculante. Baja-no vinculante. Alta-vinculante. Alta-vinculante. 6. Posición de Brasil, Chile, Estados Unidos y China frente a la proliferación nuclear Para evaluar las posiciones de los cuatro países frente a la proliferación nuclear se construyó una matriz similar a la presentada en la sección anterior, la cual muestra la convergencia y divergencia de los discursos de los países frente a este tema. Esta matriz también consta de cinco aspectos considerados como los asuntos de mayor controversia sobre proliferación nuclear y evidencian las posiciones y el discurso que manejan China, Estados Unidos, Brasil y Chile frente a esta temática. Los aspectos presentados a continuación serán las variables de análisis para mapear las posiciones de los casos de estudio. (i) El uso que dan los países a la energía nuclear; (ii) El nivel de dependencia de dicha energía; (iii) Los efectos de la proliferación nuclear para el sistema internacional; (iv) La posición de los países frente a la proliferación nuclear y; (v) El comportamiento internacional referente a la proliferación nuclear. Al hallarse relacionadas las dos primeras variables de análisis, el uso de la energía nuclear y el nivel de dependencia de dicha energía se estudiarán conjuntamente para cada país. En cuanto a Estados Unidos, el uso de la energía nuclear en el país proviene de larga data. Desde el periodo de guerra fría los norteamericanos iniciaron una carrera armamentista dada la incertidumbre que se vivía en el mundo bipolar de aquel entonces. En un sistema bipolar, la incertidumbre es contante en la relación de fuerzas y por la facilidad de alianzas y construcción de enemistades (Waltz, 1981). Para sustentar lo anterior en 1967, el tamaño del arsenal de Estados Unidos alcanzó su punto máximo de 31.255 ojivas nucleares, pero para el 2010, bajo el nuevo Tratado Estratégico de Reducción de Armas – New START- (por sus siglas en inglés) firmado con Rusia, los Estados Unidos prometieron bajar ese arsenal a 1550 ojivas (Kroenig, 2013). 23 Con la administración Obama se emprende el plan de reducir el arsenal nuclear con una ―agenda ambiciosa para reducir el rol y el número de armas nucleares con el fin de hacer de los Estados Unidos un país más seguro y del mundo un lugar más estable‖ (Tauscher, 2010). Sin embargo, aunque el arsenal nuclear del país esté reduciéndose, el país con el mayor número de reactores es Estados Unidos con 104, más uno en construcción (Público.es, 2011) y el 19.7% de la energía total producida por Estados Unidos es generada por energía nuclear15. De este modo es posible establecer que el uso de la energía nuclear en este país tiene como propósito un fin militar y civil en tanto que poseen armamento atómico y hacen uso de la energía para el abastecimiento energético con una mediana dependencia de la misma. Para el caso de China, este país incursiona en el uso de armamento nuclear en 1964 realizando su primer ensayo atómico basado en tres aspectos: deseaban más autonomía estratégica del bloque soviético, utilizó su adquisición de armamento como una respuesta a los acuerdos nucleares planteados por Estados Unidos y deseaban evaluar su estima a nivel nacional e internacional. (Foot & Walter, 2010). En la actualidad la política de defensa nacional de China establece que sus pilares básicos se encuentran en […] mantener la seguridad nacional y la unidad velando por los intereses del desarrollo nacional; […] aplicación de la estrategia militar de defensa activa en búsqueda de una estrategia de auto defensa nuclear; y fomentar un ambiente de seguridad conducente al desarrollo pacífico de China. (Ministerio de Defensa Nacional de China, 2013) En cuanto al uso de la energía atómica, China tan sólo produce un 1.9% del total de su energía por centrales de energía nuclear y posee 11 reactores nucleares y otros 20 se encuentran en fase de construcción. 16 De lo anterior se establece que China posee condiciones similares a Estados Unidos respecto al uso de la energía nuclear pero no en una escala similar. Ambos países tienen como destinación civil y militar la energía atómica; sólo que la dependencia del país asiático de la energía nuclear es mínima todavía. Para el caso chileno, tanto el uso de la energía nuclear como su dependencia de dicha energía son nulos. Desde 2007, se había empezado a discutir la idea de desarrollar un programa de energía nuclear para surtir de una forma menos costosa y más eficiente las minas productoras de cobre (BBC Mundo, 2010). Sin embargo, el debate se cerró abruptamente por el terremoto del 27 de febrero de 2010 de magnitud 8.8 a la escala de Richter que afectó gravemente a una 15 Datos tomados del Nuclear Technology Review. 2010. International Atomic Energy Agency- IAEARecuperado el 5 de marzo de 2014. Disponible en: http://www.iaea.org/About/Policy/GC/GC54/GC54InfDocuments/English/gc54inf-3_en.pdf 16 Datos tomados del Nuclear Technology Review. 2010. International Atomic Energy Agency- IAEARecuperado el 5 de marzo de 2014. Disponible en: http://www.iaea.org/About/Policy/GC/GC54/GC54InfDocuments/English/gc54inf-3_en.pdf 24 porción importante de la población chilena (El Mundo, 2010). A esto se le sumó, aproximadamente un año después, el desastre de la planta nuclear de Fukushima (Barreno, 2011). La sucesión de estos dos eventos significó un duro aprendizaje. Es necesario resaltar que Chile es uno de los países con mayor actividad sísmica en el mundo (Barreno, 2011) y que, en consecuencia, desarrollar un programa de energía nuclear es una actividad riesgosa para la seguridad de la población chilena. En cuanto a Brasil, el país aboga por el uso de la energía nuclear con fines pacíficos como la ciencia y la generación de energía eléctrica más amigable con el medio ambiente. Por este motivo el uso de la energía nuclear es con fines netamente civiles. La razón por la cual las pretensiones pacíficas de Brasil para el uso de energía atómica radica en la tradición de la política exterior brasilera que data desde el siglo XIX. Su enfoque normativo y realista encaminó al país a dejar de lado las presunciones militares. Fueron pragmáticos en su decisión al reconocer que no tenían un poder militar para defenderse a sí mismos, motivo por el cual acudieron a la diplomacia como su escudo de defensa frente a las controversias y amenazas.17 Sin embargo, el uso de dicha energía se empezó a considerar desde mediados del siglo XX. En 1956 Brasil creó la Comisión Nacional de Energía Nuclear (CNEN) con la misión de establecer y ejecutar la política en esta materia (Bompadre, 2000). En la actualidad Brasil produce el 2.9%18 del total de su energía por generación nuclear y cuenta con dos reactores nucleares ubicados en su única planta nuclear ―Angora ―. En lo que atañe a la tercera variable sobre la concepción de los efectos que tiene la proliferación nuclear para el sistema internacional, China considera que la proliferación nuclear debe ser supervisada. Estados Unidos, por su parte, consideraba durante el gobierno de George W. Bush que la proliferación nuclear debía ser condicionada dependiendo del uso de dicha energía y del país que desarrollara dicha tecnología. Su discurso cambia con la administración de Obama en la cual se establece que la proliferación nuclear genera inseguridad y que se debe abogar por un desarme global. En cuanto a Brasil y Chile, éstos se encuentran en el polo opuesto de la discusión al considerar que la proliferación nuclear genera inestabilidad e inseguridad a escala mundial. 17 Paráfrasis de la entrevista realizada al académico y especialista en temas de proliferación nuclear en Brasilia Antonio Jorge Ramalho. Think Tank del Ministerio de Defensa de Brasil. Entrevista realizada el 17 de marzo de 2014. 18 Datos tomados del Nuclear Technology Review. 2010. International Atomic Energy Agency- IAEARecuperado el 5 de marzo de 2014. Disponible en: http://www.iaea.org/About/Policy/GC/GC54/GC54InfDocuments/English/gc54inf-3_en.pdf 25 Estos aspectos serán tratados a profundidad en la última variable de análisis debido a su relación temática. Referente a la variable de la posición de los países frente a la proliferación nuclear, nuevamente se encuentra una alineación concordancia entre el discurso de China y Estados Unidos y una divergencia en las posiciones de Brasil y Chile. La posición China ha tenido un cambio con el fin de la era Maoísta. En un principio cuando se convirtieron en un país poseedor de armamento nuclear eran reacios a los debates al considerar que la prevención era continuar manteniendo la hegemonía de las dos potencias de la guerra fría sobre las armas nucleares. Con su ingreso al Consejo de Seguridad en 1980 y a la Agencia Internacional de la Energía Atómica (IAEA, por sus siglas en inglés), China empieza a tomar una posición más activa en la prohibición de la proliferación nuclear. En 1992 firma el Tratado de no Proliferación de Armas Nucleares (NPT, por sus siglas en inglés) y apoyó su renovación indefinida en 1995. Especialmente desde el 2000 la no proliferación se vuelve parte de su diplomacia bilateral y multilateral. Lo anterior se debe a su mayor participación en instituciones internacionales, a su estrategia política y económica relacionada con su imagen y a los cambios domésticos e institucionales que ha tenido (Foot & Walter, 2010: 160). Respecto a Estados Unidos, se puede establecer que apoyan una proliferación condicionada-supervisada. Como lo exponen Foot y Walter (2010), Estados Unidos al ser el país que ha contribuido en la creación de las regulaciones y las normas internacionales de no proliferación y al tomar un rol de custodio de estos asuntos, tienen la posibilidad de reinterpretar la norma por cuestiones estratégicas, en términos de Foot y Walter (2010), a ―niveles inaceptables‖. Es decir, que Estados Unidos adapta la normatividad internacional según la situación que se presente y según sus intereses. Por este motivo apoyan la proliferación nuclear condicionada sólo a sus aliados y al considerar este aspecto como tema cental de su seguridad nacional. Brasil por su parte, rechaza la proliferación nuclear con fines militares pero concuerda con el desarrollo de energía atómica con fines pacíficos. El país empezó a desarrollar su propio sector nuclear en los años 50. Pero sus avances reales en esta área ocurrieron durante el regímen militar desde 1964 a 1985 (Kassenova, 2014: 3). Brasil firmó un acuerdo de cooperación sobre los usos pacíficos de la energía nuclear con Argentina en 1990 (Declaración de Foz do Iguazú de Salvaguardas Nucleares) que daría origen a la firma el 13 de diciembre de 1991, del Acuerdo con la Agencia Internacional de Energía Atómica para la aplicación de salvaguardas a todos los materiales nucleares y a la creación de la Agencia Brasileña de Contabilidad y Control de Materiales Nucleares (ABACC). (Sennes, Onuki, & de Oliveira, 2003: 10). La búsqueda 26 histórica de liderazgo de Brasil junto con las aspiraciones de liderazgo regional y global de la administración Lula y el hecho que Brasil junto con Argentina sean los únicos países de América Latina en tener tecnología nuclear hace evidente su ambición de convertirse en el líder y portavoz regional de la seguridad hemisférica. Para el caso chileno el trabajo de campo mostró que además de un fuerte apego al contenido de las normas, la formulación de la política exterior chilena -en lo relacionado con los temas de proliferación y energía nuclear- las restricciones a nivel doméstico, como su constante actividad sísmica, descarta por completo la idea de tener plantas nucleares y armamento de esta índole. 19 En cuanto a la última variable de análisis referente al comportamiento internacional de los países en asuntos de proliferación, la decisión de China de adquirir armamento nuclear obedeció a las amenazas de Estados Unidos de hacer un ataque preventivo aunque (Foot & Walter, 2010). Inicia un comportamiento activo a partir de la década de los noventa. En 1996 firmó el Tratado de Prohibición Completa de los Ensayos Nucleares e invita a India y Pakistán a firmar el Tratado de no Proliferación (TNP) en 1998. Especialmente a partir del 2000 la no proliferación se volvió parte de su diplomacia multilateral y bilateral (Foot & Walter, 2010: 159). China se convirtió en líder del bloque asiático adhiriendose a la norma de no proliferación nuclear. Por su parte, Estados Unidos ha tenido un comportamiento muy activo en el sistema internacional en los asuntos de proliferación nuclear. Firmaron el TNP en 1968 pero hacen parte de los cinco Estados que tienen permitida la posesión de armamento nuclear.20 Consideran que el uso de este tipo de arsenal debe estar supervisado para evitar que organizaciones terroristas o países financiadores del terrorismo manipulen material nuclear y pongan en riesgo la seguridad internacional. Desde la llegada de Barack Obama a la presidencia de este país la pretención de un desarme se ha hecho más evidente y su comportamiento ha pasado de una posición defensiva y disuasiva a una en la cual buscan un acuerdo internacional para el desarme nuclear. 19 Posición recopilada de las entrevistas realizadas a Alfredo García Castelblanco, Embajador y Director Dirección de Seguridad Internacional y Humana – Ministerio de Relaciones Exteriores de Chile. Y Pablo Castro Asesor en Defensa de la Dirección de Seguridad Internacional y Humana – Ministerio de Relaciones Exteriores de Chile. Entrevistas realizadas en Junio de 2013. Santiago de Chile. 20 En el Tratado de No Proliferación Nuclear se le permite sólo a cinco Estados la posesión de arsenal nuclear al haber realizado ensayos atómicos antes de 1967. Estos países son los cinco miembros permanentes de Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas: Estados Unidos (signatario en 1968), Reino Unido (1968), Francia (1992), Rusia (1968), y la República Popular de China (1992). http://www.iaea.org/Publications/Documents/Treaties/npt.html 27 Obama se planteó cuatro metas durante su segundo periodo gubernamental encaminadas a: Realizar un nuevo tratado con Rusia que verifique el arsenal nuclear de las partes y se hagan recortes mutuos del armamento. En segundo lugar, se comprometió a reducir el papel de las armas nucleares en nuestra postura de seguridad. Tercero, fijó el objetivo de asegurar todo el material nuclear vulnerable dentro de los próximos cuatro años. Finalmente, el presidente reafirmó nuestro compromiso de mantener una disuasión segura y efectiva para proteger a los Estados Unidos y a nuestros aliados mientras existan armas nucleares. (Tauscher, 2010) La postura y comportamiento de Brasil en este sentido se centra en la búsqueda de un desarme total de armamento nuclear. Ratificaron el Tratado de Tlatelolco en 1994 y firmaron el TNP en Washington el 18 de septiembre de 1998 Junto con Argentina, Brasil tomó la iniciativa de ofrecer su experiencia bilateral en el capo nuclear como ejemplo de cómo es posible cooperar exitosamente en la no-proliferación nuclear en clima de transparencia y confianza y al hacerlo así fortalecer el régimen internacional de la no-proliferación. (Sennes, Onuki, & de Oliveira, 2003) Brasil firmó el tratado con el plan de reformarlo para que existiera un mayor compromiso y progreso en el desarme por parte de los estados nuclearizados. Sin embargo, su objetivo no se pudo cumplir. Según Antonio Jorge Ramalho, académico y funcionario del Ministerio de Defensa de Brasil, existe un sentimiento de frustración al no poder reformar el TNP, además de considerar dicho acuerdo injusto en la forma de implementación de la norma por parte de los Estados con arsenal nuclear. La premisa de Brasil respecto al orden nuclear global es que dicho orden es injusto, que beneficia a los Estados poseedores de armas nucleares y presiona a los países que no poseen armamento nuclear (Kassenova, 2014: 4). Por ende, la política exterior de seguridad de Brasil está orientada en la lucha por la ―justicia nuclear‖ con una fuerte oposición a los estándares ―dobles‖. Como consecuencia, Brasil no ha firmado el protocolo adicional de la Agencia Internacional de Energía Atómica. 21 El caso chileno presenta un comportamiento internacional apegado al régimen de no proliferación nuclear lo que se corroboró con las entrevistas realizadas y con su discurso a nivel internacional: aunque no se ven ni se sienten amenazados por los programas adelantados por Brasil y por Argentina por cuenta de la relación que sostienen con ambos países, rechazan sistemáticamente la idea de llevar a cabo actividades que impliquen el desarrollo de energía o programas nucleares. Prueba de lo anterior fue la oposición enfática a la posición 21 Información recopilada de la entrevista realizada al académico y especialista en temas de proliferación nuclear en Brasil, Antonio Jorge Ramalho, Think Tank del Ministerio de Defensa de Brasil. Entrevista realizada el 17 de marzo de 2014 y a un funcionario de la División de Desarme de Tecnologías Sensibles del Ministerio de Relaciones Exteriores. Entrevista realizada el 21 de marzo de 2014. 28 estadounidense en marzo de 2003 cuando se puso sobre la mesa el tema de la guerra en Irak (AFP, 2013). Sin embargo, con el cambio de administración en Estados Unidos, se demostró que las buenas relaciones entre ambos países no se vieron realmente afectadas. Su espíritu legalista de su política internacional los convierte en unos actores que siguen los acuerdos a cabalidad y buscan aliados como Estados Unidos para fortalecer la seguridad y reducir la amenaza del terrorismo nuclear (Tauscher, 2010). A continuación se presenta la matriz que resume las posiciones de los cuatro países frente a los aspectos más controversiales de la proliferación nuclear. Temas de controversia/ Variable de análisis Uso de la energía nuclear Nivel de Dependencia de la energía nuclear Efectos de la proliferación nuclear para la estabilidad del Sistema Internacional Posición frente a la Proliferación nuclear Comportamiento internacional en temas de proliferación China Estados Unidos Brasil Chile Militar- civil Militar- civil Civil No aplica Medio Con fines Energéticos Bajo Con fines Energéticos Nulo Con fines Energéticos Genera inseguridad a escala mundial Genera inseguridad a escala mundial No proliferación No proliferación Bajo Con fines Energéticos Aumenta la seguridad Internacional mantiene el orden internacional Proliferación Activo Aumenta la seguridad Internacional mantiene el orden internacional Proliferación Condicionada“Supervisada” Muy activo Medianamente activo No activo 7. Las posiciones convergentes y divergentes de los países latinoamericanos con China y Estados Unidos Con la estructuración de las matrices presentadas en las secciones anteriores, es posible evaluar las posiciones de los países latinoamericanos frente a los temas de gobernanza global. Estructurando las posiciones según los temas de controversia para cada aspecto de gobernanza global analizado, fue posible mapear el discurso de los casos de estudio y contrastar los resultados obtenidos con la información de intercambio comercial que tienen Brasil y Chile con China y Estados Unidos. Las siguientes gráficas muestran la evolución discursiva de los cuatro países respecto de cada tema de gobernanza global analizado. 29 Posición frente a la proliferación nuclear y uso de la energía nuclear Discurso sobre proliferación nuclear por país 2000-2013 Estados Unidos Proliferación P. militar y civil Condicionada China Brasil P. militar y civil Supervisada Uso energético Chile Noproliferación Año En materia de proliferación nuclear, las posiciones divergen entre los países latinoamericanos con China y Estados Unidos. La concepción misma de la proliferación nuclear genera una fuerte controversia, ya que Brasil y Chile son enfáticos en establecer que genera inseguridad en el sistema internacional mientras que China sostiene que puede existir proliferación nuclear supervisada y Estados Unidos argumenta que dicha proliferación debe ser condicionada. De igual forma sucede con la concepción de los efectos que la proliferación nuclear tiene y el uso o función que debe cumplir. Por este motivo la divergencia se encuentra en el comportamiento internacional de Chile y Brasil respecto de este tema con sus socios comerciales. Aunque se evidencia una alineación y concordancia de posiciones si se miran las votaciones, Chile por su parte no considera si quiera el uso de energía atómica con fines pacíficos, mientras que Brasil cree que los acuerdos y pactos internacionales como el TNP son injustos y no cumplen lo que se pacta. En cuanto a cambio climático la evolución discursiva durante la última década se presentó de la siguiente manera: 30 Concepción de la responsabilidad del cambio climático Discurso sobre cambio climático por país 2000-2013 Responsabilidad Compartida y Diferenciada Responsabilidad Diferenciada: Países desarrollados responsables Estados Unidos Responsabilidad Diferenciada a Largo Plazo. Países en vía de desarrollo son responsables China Brasil Chile 2000 2001 2002 2003 2004 2005 2006 2007 2008 2009 2010 2011 2012 2013 De acuerdo a las posiciones encontradas en las matrices de convergencia- divergencia se logra determinar que existe una alineación política más evidente entre China y Brasil sobre todo en temas de cooperación y cambio climático. En los cinco aspectos de controversia sobre este tema se logró establecer que existe una alineación ideológica y pragmática entre China y Brasil. Prueba de ello es la posición conjunta que se oficializó desde la Cumbre de Copenhague (2009) al conformar el grupo BASIC. De igual forma se encontró que Chile converge en su discurso sobre cambio climático con China y Brasil y éste se ha mantenido constante para el periodo analizado. Por su parte, Estados Unidos al diferir en cuanto a la concepción del problema, a la aceptación de medidas para la mitigación del fenómeno y al tipo de obligaciones que se deben contraer a nivel internacional plantea una posición disímil respecto de los países latinoamericanos y de China. En cuanto a las relaciones comerciales, el evidente puesto privilegiado que ocupa China en Chile y Brasil opaca sustancialmente la relación de los últimos con los Estados Unidos. Sin embargo, es necesario insistir en que se buscó identificar si este tipo de cambios se presentan de forma paralela en términos políticos, y si hay una relación directa con el acercamiento de China en términos económicos. En este sentido, algunos autores coinciden en que el aumento de las actividades comerciales y de inversión representan un eje fundamental en la forma en la que China se relaciona con los países latinoamericanos (Cornejo & Navarro García, 2010; Domínguez, et al 2006). La única excepción en la que lo político tiene mayor potencial de pesar más que lo económico es en lo relacionado con el reconocimiento diplomático de Taiwán (Pérez Expósito, 2004; Ellis, 2009 y 2012; Dosch, 2012; Borda & Berger, 2012) 31 Contrastando las relaciones económicas de Brasil y Chile con Estados Unidos y China, con las posiciones referentes a cambio climático y proliferación nuclear, fue posible observar que un acercamiento comercial de los países latinoamericanos con Estados Unidos y China, no ha condicionado que su política exterior se modifique de forma paralela con el intercambio económico. En otras palabras, el hecho que existan relaciones económicas sustancialmente fuertes con China por parte de Brasil y Chile, no ha hecho que estos países modifiquen sus posiciones políticas alineándose con China y poniéndose en contra de Estados Unidos. El acercamiento económico tiene una influencia realmente limitada en la formulación e implementación de la política exterior chilena y brasileña, especialmente en aquello que concierne a los temas de gobernanza global. Las decisiones en materia de posición política no se vieron realmente afectadas por un acercamiento económico con China. Un ejemplo de lo anterior son las votaciones en la Asamblea General (Ver anexo 4). Jorge Domínguez demostró estadísticamente que el aumento de las relaciones comerciales de China con Argentina, Brasil y Chile tuvo un impacto casi nulo en el comportamiento de estos países en su política exterior (Domínguez, 2006:15). Las evidencias presentadas a lo largo de esta ponencia permiten concluir que no existe una relación directa entre intercambio comercial y una alineación en política exterior. Se detectó que estos aspectos van por líneas separadas y que una estrecha relación comercial no condiciona una alineación política con un socio. De igual forma no es un condicional que deba existir una convergencia en la política exterior de los países para que éstos entablen una relación económica intensiva. Así mismo, se rompe el paradigma dicotómico de alineación en política exterior. Lo cual establece que si no se está alineado con Estados Unidos se tiende a tomar una posición a favor de China. Nuestros casos de estudio demostraron que sus políticas exteriores se rigen por el pragmatismo para ambos casos, por el legalismo para Chile y por el liderazgo e independencia de Brasil que no determinan una alineación a favor o en contra de sus socios comerciales sino que demuestran una relación pragmática entre la política y la economía. 32 Referencias AFP. (7 de Marzo de 2013). “Bush vuelve a pedir a Lagos que apoye a EE.UU.”. Emol. Altemani de Oliveira, H. (Mayo-Junio de 2006). China-Brasil: perspectivas de cooperación SurSur. Revista Nueva Socedad. Barreno, J. 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Balanza comercial de Chile con China y Estados Unidos Balanza comercial Brasil- China Año 2002 2003 2004 2005 2006 2007 2008 2009 2010 2011 2012 2013 Exportaciones Importaciones 901,77 1.065,04 1.224,83 1.908,74 3.441,55 4.895,43 5.254,94 10.505,47 8.519,11 13.027,73 17.324,39 18.619,56 949,50 1.013,10 1.101,33 1.642,18 2.471,70 3.226,84 4.393,33 6.065,64 8.276,51 6.188,71 9.970,61 12.691,16 Saldo China -47,73 51,94 123,49 266,56 969,85 1.668,59 861,61 4.439,84 242,59 6.839,02 7.353,78 5.928,40 Balanza Comercial de Brasil con Estados Unidos Estados Exportaciones Importaciones Unidos 3.007,75 3.273,16 -265,41 3.483,65 2.976,10 507,54 3.483,30 2.548,80 934,50 3.798,90 2.764,54 1.034,36 5.019,53 3.569,89 1.449,64 6.715,95 5.132,57 1.583,38 9.417,62 6.176,74 3.240,89 8.678,76 7.865,47 813,30 8.052,63 11.948,86 -3.896,23 6.225,53 8.002,01 -1.776,48 6.920,95 10.010,61 -3.089,65 9.043,95 15.094,96 -6.051,01 Fuente: OMC. Información sobre comercio internacional y acceso a los mercados. Anexo 2. Balanza comercial de Brasil con China y Estados Unidos Balanza comercial Brasil- China Año 2002 2003 2004 2005 2006 2007 2008 2009 2010 2011 2012 2013 Exportaciones Importaciones Saldo China 4.533,36 5.441,75 6.835,00 8.402,37 10.748,81 16.403,04 20.190,83 30.752,36 44.314,60 41.227,54 46.026,15 19.219,03 1.553,99 2.147,80 3.710,48 5.354,52 7.989,34 12.617,75 20.040,02 15.911,14 25.535,68 32.788,42 34.248,50 37.302,15 2.979,37 3.293,95 3.124,52 3.047,85 2.759,47 3.785,28 150,81 14.841,21 18.778,91 8.439,12 11.777,66 -18.083,12 Balanza Comercial de Brasil con Estados Unidos Saldo Exportaciones Importaciones Estados Unidos 13.389,89 13.037,38 5.119,00 14.398,23 13.050,77 7.205,21 15.559,32 10.440,32 8.864,47 16.937,18 9.731,97 9.955,31 20.403,17 11.538,69 9.917,93 22.810,09 12.854,78 6.445,68 24.774,42 14.856,49 1.885,04 25.335,52 18.889,84 -4.469,21 27.734,72 25.849,68 -7.960,32 15.744,93 20.214,14 -8.290,57 19.240,19 27.200,50 -5.758,03 25.942,95 34.233,53 -11.414,39 Fuente: OMC. Información sobre comercio internacional y acceso a los mercados. 37 Anexo 3. Tabla de emisiones de gases de efecto invernadero desde 1990-2010 Emisiones de Gases de Efecto Invernadero 1990-2010 Estados Unidos China Brasil Chile 1990 5.990,91 3.355,55 717,14 48,37 1991 5.963,61 3.511,79 727,05 48,21 1992 6.026,63 3.673,94 732,91 51,34 1993 6.155,80 3.928,80 742,71 53,05 1994 6.245,30 4.095,51 754,10 57,82 1995 6.305,52 4.395,59 775,21 61,68 1996 6.470,78 4.474,08 795,75 68,00 1997 6.649,64 4.458,47 813,99 74,70 1998 6.638,76 4.549,03 821,70 75,93 1999 6.666,30 4.470,16 830,78 78,64 2000 6.858,12 4.754,17 841,21 73,78 2001 6.832,46 4.923,20 887,49 72,09 2002 6.754,49 5.215,33 926,17 73,43 2003 6.825,22 5.905,91 957,59 75,69 2004 6.904,60 6.671,37 1.015,59 80,54 2005 6.908,97 7.337,47 1.061,76 81,34 2006 6.845,46 7.946,17 1.060,82 83,31 2007 6.945,89 8.521,71 1.071,39 92,27 2008 6.789,95 8.669,23 1.087,34 93,02 2009 6.399,84 9.084,41 1.059,21 89,55 2010 6.668,78 9.679,30 1.104,65 94,15 Los datos se presentan en millones de toneladas métricas Fuente: World Resourses Institute (WRI) Climate data Explorer: CAIT 2.0. Anexo 4. Tablas de votaciones de Tratados de Proliferación Nuclear y Cambio climático de China, Estados Unidos, Brasil y Chile Cambio climático Nombre Tratado Chile Brasil Estados Unidos China Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático SI SI SI SI Protocolo de Kioto SI SI NO SI The Convention on International Trade in Endangered Species of Wild Fauna and Flora SI SI SI NO (Firma pero no ratificación) Convención de Basilea sobre el control de los movimientos transfronterizos de los desechos peligrosos y su eliminación SI SI Convención de Estocolmo. SI SI Convenio de Róterdam Y (Firma) Y (Firma) 38 NO (Firma pero no ratificación) NO (Firma pero no ratificación) N SI SI SI (Firma) Protocolo de Cartagena (Dentro del marco del Convenio de Diversidad Biológica) N SI NO SI Protocolo de Nagoya N SI(Firma) NO NO Protocolo de Montreal SI SI SI SI Tratado Antártico Acuerdo de Cooperación en materia de Cambio climático Acuerdo de Cooperación Ambiental entre los Estados Unidos y Chile Convenio de la Vicuña La Convención sobre la Protección del Patrimonio Mundial Cultural y Natural Acuerdo de cooperación en materia ambiental SI SI SI SI SI NO NO NO SI NO SI NO SI NO NO NO SI SI SI SI NO SI NO NO Convenio de Ramsar SI SI NO SI Fuente: United Nations Framework Convention on Climate Change (UNFCCC), UNESCO, Convención de Biodiversidad Biológica Proliferación nuclear Nombre Tratado Chile Brasil Estados Unidos China Tratado de Tlatelolco SI SI NO (Ratificación protocolo adicional I) NO(Ratificación protocolo adicional II) Tratado de No Proliferación nuclear SI SI SI SI Tratado de prohibición parcial de ensayos nucleares NO (Firma pero no ratificación) SI SI SI SI SI NO NO SI NO NO SI Tratado de prohibición completa de los ensayos nucleares (TPCE) SI SI SI (Firma) SI (Firma) Acuerdo de Cooperación entre Brasil y Argentina para el Desarrollo y la Aplicación de los Usos Pacíficos de la Energía Nuclear NO SI NO NO Tratado de Rarotonga NO NO SI (Firma tres protocolos) SI(Ratificación tres protoclos) Acuerdo regional de cooperación para la promoción de la ciencia y tecnología nucleares en américa latina y el caribe Protocolo para la cooperación de los usos pacíficos de la energía nuclear 39 Tratado de Pelindaba NO NO SI (Firma Protocolo I y II) SI(Ratificación Protocolo I y II) Fuente: Naciones Unidas, Organismo para la Proscripción de las Armas Nucleares en la América Latina y el Caribe –OPANAL-; Preparatory Commission for the Comprehensive Nuclear-Test-Ban Treaty Organization –CTBTO Y Agencia Brasileño-Argentina de Contabilidad y Control de Materiales Nucleares 40