MUSCULO CARDIACO

Anuncio
MUSCULO CARDIACO Y VASOS SANGUINEOS
I. MUSCULO CARDIACO.
Existen tres clases de tejido muscular, compuestos por fibras musculares que se distinguen por su estructura
microscópica, distribución, inervación y la función que efectúan. El músculo estriado esquelético ha sido el más
estudiado, dilucidándose su anatomía microscópica, fisiología y bioquímica. Estos estudios permitieron comprender
posteriormente la estructura de los otros tipos de músculos, cardíaco y liso, estableciendo sus similitudes y
diferencias.
El músculo cardíaco se encuentra ubicado en las paredes del corazón y en las venas pulmonares. Se caracteriza por
presentar una rica vascularización que le proporciona el aporte de nutrientes y de oxígeno necesario para su
permanente función.
Por largo tiempo se creyó que el músculo cardíaco difería fundamentalmente del músculo estriado y del músculo
liso, por cuanto sus fibras no eran células aisladas sino que estaban unidas construyendo una especie de red
protoplasmática. Esta idea nació al no poderse distinguir, con el microscopio de luz, los extremos celulares de las
fibras del músculo cardíaco. Estas fibras se caracterizan por poseer ramificaciones que se unen estrechamente con
otras fibras por medio de estructuras típicas, los discos intercalares.
ULTRAESTRUCTURA DE LAS FIBRAS DEL MUSCULO CARDIACO.
Las células que constituyen el músculo cardíaco se caracterizan por ser cilíndricas con múltiples prolongaciones y
poseer un citoplasma eosinófilo con estriaciones transversales. Su núcleo se localiza es la parte media, es
eucromatínico y de forma ovoide (Fig. 1). El citoplasma contiene abundantes miofilamentos, similares a los
presentes en el músculo estriado, constituidos básicamente por actina y miosina. En el músculo cardíaco, los
filamentos ocupan casi la totalidad del citoplasma y no se agrupan en haces de miofibrillas como ocurre en el
músculo esquelético. Las estriaciones transversales se deben a la organización de los filamentos en sarcómeras,
formando bandas A, I y líneas Z similares a las del músculo estriado, siendo menos netas que en este último (Fig. 2).
En el músculo cardíaco el tubo T o sistema T, que cumple la función de producir un acoplamiento de la excitación
eléctrica a la contracción y proporcionar superficie adicional para el recambio de metabolitos entre el sarcoplasma y
el espacio extracelular, se dispone a nivel de la línea Z presentando un retículo sarcoplásmico menos desarrollado
que en el músculo esquelético. El retículo endoplásmico transverso alrededor del tubo T desaparece, por lo que no se
observan tríadas similares a las encontradas en el músculo esquelético (Fig. 2).
Las mitocondrias son abundantes y se
localizan entre las paquetes de
miofilamentos y en la periferia del
núcleo, posee además una gran cantidad
de lípidos y glicógeno (Figs. 1 y 2).
DISCOS INTERCALARES.
Una de las características especiales del
músculo cardíaco es la presencia de
discos intercalares (Fig. 3). Estos
aparecen en el punto de unión entre dos
células adyacentes y en forma frecuente
se disponen irregularmente, formando
imágenes en "escalera". Los discos
intercalares están constituidos por
interdigitaciones de dos células
musculares adyacentes, las cuales están
estabilizadas por complejos de unión
(desmosomas, zónulas occludens,
zónula adherens) y además presentan
abundantes nexos o gap junctions (Fig.
4). Forman puentes de baja resistencia
a la transmisión del impulso eléctrico
facilitando la propagación de la
contracción muscular entre una célula y
otra. Además, actúan transmitiendo la
tensión de las miofibrillas a lo largo del
eje de las fibras musculares.
CONDUCCION DEL IMPULSO
NERVIOSO EN EL CORAZON.
En el corazón encontramos dos nódulos
encargados de la generación del
impulso cardíaco, el sinoauricular y el
auriculoventricular. La transmisión de
la excitación cardíaca se lleva a cabo
por un sistema especializado, formado
por células musculares modificadas, el
haz auriculoventricular. Cumple la
función de conducir el impulso tanto a
las aurículas como a los ventrículos
para
producir
la
contracción
coordinada, rítmica y permanente del
corazón. Las fibras que forman el haz
auriculoventricular penetran en el
tabique interventricular donde se
dividen y se hacen más gruesas,
formando las fibras de
Purkinje que penetran
sin límite definido en
la musculatura del
ventrículo.
Estas
corresponden a fibras
musculares
modificadas
y
se
caracterizan por poseer
1-2 núcleos situados en
una masa central clara
del sarcoplasma rica en
mitocondrias
y
glicógeno.
Los
miofilamentos
son
escasos
y
están
desplazados hacia la
periferia de la célula.
II. VASOS SANGUINEOS.
En el sistema circulatorio encontramos vasos sanguíneos de diferentes calibre, agrupados según su función en
arterias o venas. Las paredes de ambos tipos de vasos se caracterizan por estar formadas por tres capas o túnicas que
se han denominado íntima, media y adventicia (Fig. 5). Estas capas presentan en cada tipo de vaso una proporción
diferente de los elementos que las constituyen. A continuación se describen las estructuras típicas localizadas en
estas capas o túnicas.
Capa íntima. Es la capa más interna de un vaso sanguíneo, está constituida por endotelio y subendotelio. El endotelio
corresponde a un epitelio plano simple especializado que reviste la cara interna de todos los elementos del sistema
vascular. Las células endoteliales generalmente tienen una configuración romboidal alargada. En íntima relación con
estas células se encuentra el subendotelio, constituido por tejido conectivo laxo. Finalmente, la íntima está limitada
por la membrana limitante elástica interna, constituida por fibras elásticas. La limitante elástica interna se encuentra
muy desarrollada en las arterias de gran calibre y de mediano calibre o musculares (Fig. 5), siendo menor en las
arteriolas y venas, y ausente en capilares y vénulas.
Capa media. Está constituida por fibras musculares lisas, fibras elásticas y una limitante elástica externa. Las arterias
de gran calibre presentan una gran cantidad de fibras elásticas en su capa media, esto les permite expandirse cuando
la sangre es expulsada del corazón y posteriormente contraerse generando un impulso adicional a la columna de
sangre. Las arterias musculares (arterias de medio calibre) poseen en su capa media una mayor cantidad de fibras
musculares en comparación con los otros elementos presentes en esta capa. Las células musculares lisas de estas
arterias están inervadas por fibras nerviosas del sistema nervioso autónomo (simpático), controlando el calibre de los
vasos en respuesta al requerimiento de sangre necesario en un tejido determinado. En las arteriolas se pueden
distinguir 4-5 capas de fibras musculares lisas en su túnica media. En las venas la capa media está poco desarrollada,
presentando las venas de mayor calibre algunas capas de fibras musculares.
Capa adventicia. Formada por tejido conectivo laxo con abundantes células adiposas. El sistema arterial tiene
relativamente poco desarrollada la adventicia. Esta encuentra un mayor desarrollo en el sistema venoso. A través de
la adventicia penetran vasos y nervios que han sido denominados vasa vasorum y vasa nervorum. Las células y
tejidos que conforman la pared de un vaso sanguíneo pequeño, realizan el intercambio de metabolitos y oxígeno por
difusión desde el lumen del vaso. En los vasos de mayor tamaño cumplen un rol fundamental en este proceso los
vasa vasorum, proporcionando una irrigación extra a las paredes de mayor calibre. En las arterias los vasa vasorum
penetran hasta la capa media, en cambio en las venas pueden llegar hasta la íntima.
ARTERIOLAS. Las arteriolas cumplen un rol fundamental en el sistema circulatorio. Su lumen forma especial,
lumen pequeño y paredes relativamente gruesas, formadas por 4-5 capas de células musculares lisas en su capa
media, le permiten regular la presión en el sistema. La resistencia al flujo sanguíneo que se produce cuando las
arterias de mediano calibre se dividen en arteriolas, produce un aumento de presión, la capacidad de dilatación o
contracción de las arteriolas mantiene y regula la presión circulatoria. Su contracción permanente causa problemas
de hipertensión. A su vez, considerando la viscosidad de la sangre y el aumento de la superficie arteriolar, el diseño
del sistema permite que la sangre circule lentamente y con baja presión en la parte final de las arteriolas, pasando así
por los capilares sin producir daño y facilitando el intercambio de oxígeno y nutrientes con el líquido intercelular.
CAPILARES. Se pueden describir básicamente tres tipos de capilares; los capilares continuos, los capilares
fenestrados y los capilares sinusoides. Su estructura está en relación directa a los requerimientos fisiológicos y
función de la región a la cual irrigan.
Capilares continuos. Su diámetro fluctúa entre 7-9 µm y están constituidos por una capa de células endoteliales
rodeada periféricamente por una membrana basal (Fig. 6). Las células endoteliales se unen estrechamente por
complejos de unión. Sus núcleos ovoides se orientan siguiendo el eje longitudinal del capilar y forman un relieve en
el centro de la célula. La mayoría de las mitocondrias se encuentran en las cercanías del núcleo celular, junto con un
pequeño aparato de Golgi,
escaso
retículo
endoplásmico
y
centríolos.
En
el
citoplasma celular se
observa un gran número
de
vesículas
de
pinocitosis
(Fig.
6,
flechas). Este tipo de
capilares lo podemos
encontrar en diferentes
localizaciones
como:
músculos,
sistema
nervioso central y tejido
conectivo. En la periferia
de estos capilares se
pueden encontrar células
que
han
sido
denominadas
pericitos,
los cuales pueden asumir
el
rol
de
células
mesenquimáticas
primitivas ante injurias
tisulares.
Capilares fenestrados. Se
caracterizan por presentar
pequeños
poros
o
fenestraciones
distribuidas
con
regularidad, los cuales
presentan un diafragma.
En su periferia siempre se
encuentran rodeados por
una membrana basal
continua. Los podemos
encontrar en estructuras
especializadas
en
filtración
como
los
glomérulos del riñón y
además
en
ciertas
glándulas
endocrinas
como
la
corteza
suprarrenal.
Capilares sinusoidales. Su diámetro fluctúa entre 30-40 µm. Sus células endoteliales presentan grandes espacios
entre ellas y su lámina basal se caracteriza por ser discontinua o faltar por completo. Generalmente en su periferia se
encuentran células con función defensiva como macrófagos. Debido a la estructura de estos capilares la composición
del líquido en el espacio perivascular es esencialmente la misma que en el plasma. Este tipo de capilares se encuentra
en órganos como médula ósea, hígado y bazo.
Descargar