Centro de Asesoría Educativa y Psicológica Av. Sucre 666 Pueblo libre Telef. : 261-8444 [email protected] BOLETIN Nº IX - OCTUBRE 2008 LAS PREOCUPACIONES INNECESARIAS Cuando una persona esta afectada por una preocupación intensa y si esta no guarda proporción con las supuestas razones que la desencadenaron, se denomina preocupación innecesaria y puede influir negativamente en la persona en distintos aspectos de su vida y salud. Entre otros efectos, genera un sufrimiento que le resta tranquilidad, perturba el pensamiento positivo y le perjudica el equilibrio emocional. No obstante, aunque haya muchas circunstancias en la vida que generan preocupación, gran parte del sufrimiento humano es excesivo e innecesario. Una preocupación innecesaria, suele ser intensa y reiterativa. Surge frecuentemente de falsas conclusiones y hacen de la persona un sujeto temeroso e inactivo, asimismo, perjudica seriamente su salud porque es obsesiva y colinda con la patología. Sin embargo, la preocupación en si misma, es una emoción natural y propia de la sensibilidad humana. Se espera que esta emoción aparezca ante determinados acontecimientos o necesidades, y que una vez superada la circunstancia, la reacción emotiva desaparece. Debe ser moderada y racional a diferencia de la preocupación innecesaria. La preocupación moderada, equilibrada por la razón, puede ser útil y aportar una dosis de emoción e incluso motivación, para estimular el pensamiento reflexivo, la creatividad y la acción en la solución de los mas diversos problemas. EN QUE CASOS SE PRESENTA Una preocupación intensa ocurre en ciertas circunstancias o acontecimientos que impactan en la persona y cuyas consecuencias son aun imprevisibles. La pérdida de un empleo, el accidente de un familiar o la espera de una noticia temida, entre otros, justifican la magnitud de la preocupación. Sin embargo, mas allá de los efectos comprensibles, y a manera de constantes zancadillas a la tranquilidad y al funcionamiento normal de la mente, determinados temas o experiencias emotivas reaparecen constantemente en el recuerdo y alteran el equilibrio emocional, crean malestar y se convierten en un indeseable pero inseparable compañero; el cual, influirá negativamente en la autoestima, en las expectativas y el sistema de valores. Mas allá de los problemas reales, las personas con insuficiente seguridad emocional, poca confianza en si mismas, con autoestima devaluada y temerosas de tomar decisiones, se adhieren fácilmente a las preocupaciones innecesarias. Igualmente, las personas con estilo de comunicación poco flexible, no asertivas y de actitudes rígidas, pueden caer en ellas cuando falla su precario sistema de autocontrol. Desde un punto de vista psicopatológico, la preocupación obsesiva también puede ser un importante síntoma de diferentes entidades clínicas, como la depresión, los trastornos obsesivo-compulsivos, ataques de pánico, fobias y cuadros delirantes, los mismos que por su naturaleza demandan de un tratamiento médico especializado. Si los sentimientos de culpa atan al pasado, la preocupación innecesaria es otra emoción negativa que impide a la persona actuar en el presente y mirar positivamente al futuro. Anula la capacidad de razonamiento, hunde a la persona en un mar de dudas, le refuerza la idea de que es difícil aquello y hace que renuncie a la acción. Mucha gente pierde una increíble cantidad de tiempo preocupándose obsesivamente por diferentes temas, y todo ello no sirve de nada. También hay gente que se deja llevar por las preocupaciones como si refugiándose en ellas los problemas se resolverán solos, en vez de pensar y actuar con coherencia. ALGUNAS FORMAS DE PREOCUPARSE Algunas personas se preocupan innecesariamente, magnifican determinadas situaciones triviales y culpan a los demás o a sí mismas, por lo que las recriminaciones y auto reproches se hacen frecuentes. Es obvio que todo esto, demanda alto gasto energético, ocupa mucho tiempo e incluso la persona en cuestión podría estar absorta y agotada por haberse preocupado mucho. También, surgen las justificaciones que encubren la situación y las penosas excusas que evitan la acción. Adicionalmente, se magnifican los pesares por no haber actuado e incrementa la insatisfacción consigo mismos. En una familia, las preocupaciones obsesivas de alguno pueden envolver y perjudicar a todos los miembros. LA ANTICIPACION NEGATIVA Estas personas, suelen percibir el futuro con negativismo y pesimismo, la cual reflejaría la dificultad que tienen para pensar e imaginarse con objetividad y criterios. Adicionalmente, se refugian en sentimientos de inutilidad y la apatía refleja la falta de motivación. Carecen de iniciativas y les cuesta emprender actividades productivas por que tienen miedo a que las cosas no salgan bien, aunque más tarde se arrepentirán de la desidia, pensarán que ya es tarde y sufrirán, por no haber tomado la decisión oportuna. LA RIGIDEZ Y EL PERFECCIONISMO INCREMENTAN LA PREOCUPACION Los temores por un lado y la poca flexibilidad cognitiva por otro, parecen darse la mano, para impedir a la persona tener libertad de acción y tranquilidad. Pareciera tener un panorama confuso. Las frecuentes dudas por desconfianza o inseguridad abonan el conflicto de no saber qué hacer y puede transitar erráticamente de una idea a otra, haciendo y deshaciendo planes, o abandonando algunos proyectos que apenas había empezado. A su vez, cada tarea no realizada incrementa los sentimientos de culpa, y tratando de rectificarse o hacerlo mejor, más perfecto y más pronto posible, no se da cuenta que cada día está levantando nuevas barreras que le impide funcionar y le atrapa en un pozo de inacción y sufrimiento. La inseguridad, obsesión y la ansiedad son síntomas que se observan con frecuencia en la población. FALTA DE SEGURIDAD Y DIFICULTAD PARA PONER LIMITE La disciplina y la responsabilidad cotidianas con uno mismo y con los demás especialmente en el seno familiar, demandan de un hábil ejercicio para poner apropiados límites y adecuado manejo del control externo (horarios, deberes, uso del tiempo libre). A las personas inseguras les cuesta organizarse apropiadamente, poner límite y ser constantes. Les cuesta poner límites a los desbordes de los hijos, de la pareja y de los demás, y parecieran incapaces de decir ¡ no !. Confunden el respeto que dicen tener a las decisiones y a la libertad de la otra persona con su propia dificultad de hacer un uso racional y eficaz del control. Algunas veces, sus decisiones son confusas e inestables porque oscilan entre una postura drástica y autoritaria que trae malestar y otra excesivamente tolerante, que también trae problemas. Algunos padres, sin darse cuenta se convierten en promotores de comportamientos inapropiados de sus hijos, no obstante, se sienten victimas de la irresponsabilidad de ellos. Sin embargo, cuando intentan abordar el problema caen en recriminaciones y hacen un drama por que proyectan sus propios temores. ¿QUE SE CONSIGUE CON LA PREOCUPACION INNECESARIA? -Es una emoción paralizante por la que además de estar pendiente, la persona se halla temerosa y evasiva del futuro. -Se evita la acción que demanda el presente. Se recurre a la preocupación para impedir los naturales riesgos que se corre cuando se actúa. La frecuente expresión es: “no puedo hacer nada, absolutamente nada, estoy tan preocupado”. -Obtiene dividendos ilógicos y malsanos, aunque “estupendos”, porque ya que se preocupa por los demás y no por sí mismas, recibe elogios y calificativos como: “es una persona preocupada y sensible”, calificativo que socialmente es considerado como propia de una buena persona. -Obtiene la justificación para mantener comportamientos angustiosos: “la preocupación le impide el cambio”. -No disfruta ni vive su propia vida: “preocuparse en exceso por los demás es olvidarse de uno mismo”. -Impide la autorrealización porque genera molestias físicas reales como el dolor de cabeza, estrés, ansiedad y otras dolencias que indisponen y provocan autocompasión y la suficiente excusa para no actuar. EQUIPO CAEP