Boletin 9

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BOLETIN Nº IX - OCTUBRE 2008
LAS PREOCUPACIONES INNECESARIAS
Cuando una persona esta afectada por una preocupación intensa y si esta
no guarda proporción con las supuestas razones que la desencadenaron, se
denomina preocupación innecesaria y puede influir negativamente en la
persona en distintos aspectos de su vida y salud. Entre otros efectos,
genera un sufrimiento que le resta tranquilidad, perturba el pensamiento
positivo y le perjudica el equilibrio emocional. No obstante, aunque haya
muchas circunstancias en la vida que generan preocupación, gran parte del
sufrimiento humano es excesivo e innecesario.
Una preocupación innecesaria, suele ser intensa y reiterativa. Surge
frecuentemente de falsas conclusiones y hacen de la persona un sujeto
temeroso e inactivo, asimismo, perjudica seriamente su salud porque es
obsesiva y colinda con la patología. Sin embargo, la preocupación en si
misma, es una emoción natural y propia de la sensibilidad humana. Se
espera que esta emoción aparezca ante determinados acontecimientos o
necesidades, y que una vez superada la circunstancia, la reacción emotiva
desaparece. Debe ser moderada y racional a diferencia de la preocupación
innecesaria.
La preocupación moderada, equilibrada por la razón, puede ser útil y aportar
una dosis de emoción e incluso motivación, para estimular el pensamiento
reflexivo, la creatividad y la acción en la solución de los mas diversos
problemas.
EN QUE CASOS SE PRESENTA
Una preocupación intensa ocurre en ciertas circunstancias o
acontecimientos que impactan en la persona y cuyas consecuencias son
aun imprevisibles. La pérdida de un empleo, el accidente de un familiar o la
espera de una noticia temida, entre otros, justifican la magnitud de la
preocupación. Sin embargo, mas allá de los efectos comprensibles, y a
manera de constantes zancadillas a la tranquilidad y al funcionamiento
normal de la mente, determinados temas o experiencias emotivas
reaparecen constantemente en el recuerdo y alteran el equilibrio emocional,
crean malestar y se convierten en un indeseable pero inseparable
compañero; el cual, influirá negativamente en la autoestima, en las
expectativas y el sistema de valores. Mas allá de los problemas reales, las
personas con insuficiente seguridad emocional, poca confianza en si
mismas, con autoestima devaluada y temerosas de tomar decisiones, se
adhieren fácilmente a las preocupaciones innecesarias. Igualmente, las
personas con estilo de comunicación poco flexible, no asertivas y de
actitudes rígidas, pueden caer en ellas cuando falla su precario sistema de
autocontrol.
Desde un punto de vista psicopatológico, la preocupación obsesiva también
puede ser un importante síntoma de diferentes entidades clínicas, como la
depresión, los trastornos obsesivo-compulsivos, ataques de pánico, fobias y
cuadros delirantes, los mismos que por su naturaleza demandan de un
tratamiento médico especializado.
Si los sentimientos de culpa atan al pasado, la preocupación innecesaria es
otra emoción negativa que impide a la persona actuar en el presente y mirar
positivamente al futuro. Anula la capacidad de razonamiento, hunde a la
persona en un mar de dudas, le refuerza la idea de que es difícil aquello y
hace que renuncie a la acción. Mucha gente pierde una increíble cantidad de
tiempo preocupándose obsesivamente por diferentes temas, y todo ello no
sirve de nada. También hay gente que se deja llevar por las preocupaciones
como si refugiándose en ellas los problemas se resolverán solos, en vez de
pensar y actuar con coherencia.
ALGUNAS FORMAS DE PREOCUPARSE
Algunas personas se preocupan innecesariamente, magnifican determinadas
situaciones triviales y culpan a los demás o a sí mismas, por lo que las
recriminaciones y auto reproches se hacen frecuentes.
Es obvio que todo esto, demanda alto gasto energético, ocupa mucho
tiempo e incluso la persona en cuestión podría estar absorta y agotada por
haberse preocupado mucho. También, surgen las justificaciones que
encubren la situación y las penosas excusas que evitan la acción.
Adicionalmente, se magnifican los pesares por no haber actuado e
incrementa la insatisfacción consigo mismos. En una familia, las
preocupaciones obsesivas de alguno pueden envolver y perjudicar a todos
los miembros.
LA ANTICIPACION NEGATIVA
Estas personas, suelen percibir el futuro con negativismo y pesimismo, la
cual reflejaría la dificultad que tienen para pensar e imaginarse con
objetividad y criterios. Adicionalmente, se refugian en sentimientos de
inutilidad y la apatía refleja la falta de motivación. Carecen de iniciativas y les
cuesta emprender actividades productivas por que tienen miedo a que las
cosas no salgan bien, aunque más tarde se arrepentirán de la desidia,
pensarán que ya es tarde y sufrirán, por no haber tomado la decisión
oportuna.
LA RIGIDEZ Y EL PERFECCIONISMO INCREMENTAN LA PREOCUPACION
Los temores por un lado y la poca flexibilidad cognitiva por otro, parecen
darse la mano, para impedir a la persona tener libertad de acción y
tranquilidad. Pareciera tener un panorama confuso. Las frecuentes dudas
por desconfianza o inseguridad abonan el conflicto de no saber qué hacer y
puede transitar erráticamente de una idea a otra, haciendo y deshaciendo
planes, o abandonando algunos proyectos que apenas había empezado. A
su vez, cada tarea no realizada incrementa los sentimientos de culpa, y
tratando de rectificarse o hacerlo mejor, más perfecto y más pronto posible,
no se da cuenta que cada día está levantando nuevas barreras que le impide
funcionar y le atrapa en un pozo de inacción y sufrimiento. La inseguridad,
obsesión y la ansiedad son síntomas que se observan con frecuencia en la
población.
FALTA DE SEGURIDAD Y DIFICULTAD PARA PONER LIMITE
La disciplina y la responsabilidad cotidianas con uno mismo y con los
demás especialmente en el seno familiar, demandan de un hábil ejercicio
para poner apropiados límites y adecuado manejo del control externo
(horarios, deberes, uso del tiempo libre).
A las personas inseguras les cuesta organizarse apropiadamente, poner
límite y ser constantes. Les cuesta poner límites a los desbordes de los
hijos, de la pareja y de los demás, y parecieran incapaces de decir ¡ no !.
Confunden el respeto que dicen tener a las decisiones y a la libertad de la
otra persona con su propia dificultad de hacer un uso racional y eficaz del
control. Algunas veces, sus decisiones son confusas e inestables porque
oscilan entre una postura drástica y autoritaria que trae malestar y otra
excesivamente tolerante, que también trae problemas.
Algunos padres, sin darse cuenta se convierten en promotores de
comportamientos inapropiados de sus hijos, no obstante, se sienten
victimas de la irresponsabilidad de ellos. Sin embargo, cuando intentan
abordar el problema caen en recriminaciones y hacen un drama por que
proyectan sus propios temores.
¿QUE SE CONSIGUE CON LA PREOCUPACION INNECESARIA?
-Es una emoción paralizante por la que además de estar pendiente, la
persona se halla temerosa y evasiva del futuro.
-Se evita la acción que demanda el presente. Se recurre a la preocupación
para impedir los naturales riesgos que se corre cuando se actúa. La
frecuente expresión es: “no puedo hacer nada, absolutamente nada, estoy
tan preocupado”.
-Obtiene dividendos ilógicos y malsanos, aunque “estupendos”, porque ya
que se preocupa por los demás y no por sí mismas, recibe elogios y
calificativos como: “es una persona preocupada y sensible”, calificativo que
socialmente es considerado como propia de una buena persona.
-Obtiene la justificación para mantener comportamientos angustiosos: “la
preocupación le impide el cambio”.
-No disfruta ni vive su propia vida: “preocuparse en exceso por los demás es
olvidarse de uno mismo”.
-Impide la autorrealización porque genera molestias físicas reales como el
dolor de cabeza, estrés, ansiedad y otras dolencias que indisponen y
provocan autocompasión y la suficiente excusa para no actuar.
EQUIPO CAEP
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