[AC ^ RID NUMERO 22-48 H NOVIEMBRE 1948 LAS POLILLAS DE LAS COLMENAS Por E. MORALES AGACINO Enlomólogo. Las polillas d^e la cera constituyen un verdadero azote :de los colmenares en España. Por ^ello es imprescimd'ible al ^apicultor conacer estos inse^ctos en sus diversos estados (huevo, larva y mariposa), así como su vida y costumbres. D'e ^dios maneras hay que luchar contra las polillas: previnienrlo su desarrolLo^ y destruyéndolas cuando se han present.ado. Esto ^es fácil en las colmenas movi1is^tas, pero muy difí^cil y ^a vec.es imposible en las antiguas colmenas de corcho. Una razón más para modernizar los viejos colmenares. PUBLICACIONES DE INTEItES Galendario del apicultor ( Go^nsejos prácticos^ ^p^ara co,nducir bien un c^o^lmenar), por María ESTREMERA DE CABEZAS.-131 páginas, can grabados. (3 pesetas.) Cartilla del colmenero, por Javier CABE1'LAS y María ESTREMER,A.-Próxima a publicarse en la nueva serie de "CARTILLAS RURALES", editadas por el ^5ervicio de Capacitació^n y Propaganda del ^Miniaterio de Agricultura. D^e venta en la Librerta Agrbcala (F^enn^amd^o V1, 2, Ma^d^ri^d) y en las ^princip^aPes librerías d^e España. LAS POLILLAS DE LAS COLMENAS Uno de los m^ayores enemigos d^el colmenar lo constituyen las mariposas o polillas Ilamadas vulgarmernte. de ]a cera, que con su^s ataques merman o destruyen po^i compl^eto las ,pro^ductas de tan tucrativa industria. Esta plaga no se cnea es de ahora, ni se p^iense que la rrrodernización de las e^plotaciones apícolas las han de^cu^bierto o les han proporcionado mejor campo para su desarrollo. Cuanto así se o^pine peca de in^eaacto, ya que las mismas ;on bien ^conocidas desde hace muchos sigl^s, y el perfe^ccionami^ento actual de esta industria ha servido para que, con las prácticas condiciones para su higiene y limpieza de las colmenas modernas, puedan preserv^ ^ r^e mejor'los panales contra ^us de^^a^tadores ataques. La b^^ibliografía má^^ antigua sobre Apicultura c^ntiene ya nuinerosos datos sabre el particular: Aristótelrs, Virgilio y nuestro gaditano Columela ya señalaron a es±as po-lillas como ^^ene^migos, de los qu^e convenía dei^end^er ei colmenar. Plinio, más tarde, y cuantos autores antiguos, modernas y contenrporáneos se han ocupado de las ab^ejas, han ^seña'lado su nefasta presencia, y hoy día no e^iste ningí^n íVlan^uail o Tratado ^ d'e Apicultura, n^i ap^i^cultor, ^ que^ no ^se preocu^p^e intensamente de ^us estragos y maneras de evitar^los. Estas polillas existen en casi todos lo^s calm^errares, porque se encuentran ampliamente distribuídas por todos los Continentes, y parasitan tanto ^i las abejas doméstica^ como a las silv^estre^. F.species de ,polillas. Las palillas qu^e atacan a las co^lm^enas, en éstado d^e oruga, y tantos daños ocasionan, pertenecen comúnmente a dos especies distintas : una grande y oscura, otra pequ^e^aa Y y a!lgo más clara, exis^ti^endo a^d^em'as otras dos, menos frecu^en^tes-las ll^amadas ^andeáda (I) y gris (a)-, ,q^ue, ocasionalm^ente, praducen tamaién daños a los calmenales. Como todas las mari^posas, presentan estas polillas los sigui^entes estad7os bialógicas, caracterizados para cada Figs. i y a.-La palilla ñrande ^ie !a cera y su larva ( muy aumentadas). una de ellas por los ^detalles consignados a continuación, los cuales ^pueden servir para distinguirlas fácilmente. LA YOLILI,A GRANDE (3) Puesta.-Formada muchas veces por cerca de 30o huevos, elí^pticos, de color b(anco-perla, de menos de medio milímetro de longitud, y depositados en grupos más o menos extensos, ^pero algo separados. Oruga^--lle tamaño variable dentro de la misma edad y dependiente de !a cantidad de alimento injerido y tem^peratura ambiente. Aspecto fidiforme al principio y rechoncho cuando ha alcanzado todo su desarro]lo. Color general ^^ris sucio, la catreza y las placas duras de dos primeros anillos son de un color pardo-rojizo. Casi desnudas, es decir, con muy poco vello. Capullo.-Fuerte, pergaminoso, blanco y sedoso. A veces aislado y en grupos • corrientemente; siempre fijado de manera bien sólida. (r) (2) (^ Plodia irrterpusutedia lib. Ephestia sericarie (Scott) (-= kneb^riella "Leli.). Gradleria me^llorycella L• La crisálida en él contenida tiene de io a i^ mm. de longitud y ofrece un color pardo oscuro. 1blariposa.-Su en^ert;a.iura máxima alcacva o sobrepasa ]os tres centímetrr^^. Los machos son aigo más pequeños que das hembras, y cuando ambos sexos son ele reducidas dimensiones, es fácil sea considerada por uu profano como pertenecientes a la polilla pequeña. Guando están en reposo, tienen sus a.las echa.^ias sobre ei ^urso del cuerpo, en forma semejante :c .la cubicrta de un tejado. Fir^. ,; ^.}.--1'olilla pequeña cie la crra y su ]arva, muy aumentada^. La cabeza, el tórax y el abdomen está cubierto por menudas esctmas y fino^ pelos de un color gris-amarillento con algo cíe brillo iridiscente. Las alas anteriores son de un fono gris oscuro, con visos verdosos o violetas; poseen manchas oscuras y franjas claras cíe color crema; su horde lateral está más escotado en cl macho que en la hembra. Las adas posteriores son gris-amarillento, oscurecidas en su porción distal de manera que en muchos ejemplares Ilegan a ser casi negruzca^; todo el bor.ie de este par de afas e.,t<í recorricfo por una fina línea „ris-amarillenta• LA PcOLILLA PEQUF.,ñA (4) /'uesta.-Constituída por huevos depositados en cantidad variable, ovoidev<. blancuzcos, que no a]canzan el medio milímetro y colocados en gr^u.pos má^ u menos numerosos. Oruga.-De dimensión variahle, pero corrientemente pequeñas. Su color ^^ •ris claro, con la cabeza y piezas duras de los primeros anillos rojizas. ^ Capullo.-Consistente, blanco-grisáceo y sedoso. Slt crisálida, de unos y mm•. cs de un color pardo-rojizo. .^tlariposa.-Pequeñ:t, cuya envergadura sólo se acerca a.l ^par de centímetros. ia^ alas, cuando están en reposo, aparecen como enrolladas adrededor del cuerpo• Su color es de un amarillo-grisáceo sucio con brillo aceitoso. Ias alas antcriores presentan ese tono uniformemente, y das posteriores sólo en forma dc Franja por todo su borde externo; este último par de alas ofrece su extremida^l angulosa. Los palpos bucales son muy cortos, y proyectados hacia adelante en la, hembras. Las patas en ambos sexos son, por lo general, muy cortas. (q) :Qchroia ^risella P. -úCostumbres y daños. Aprovechan las po!lillas las horas ^de la nache para penetrar en l^es colmenas-momentos, como saberr^os, de profundo repaso en la^s abeja^s-, y entonces, can cuidado extr^emo, se dedi^can a depositar sus huevecillos. Se des!lizan para ello entre panal ,y panal; van dejando aquí y allá los grupas de hu^evas q^ue perpetuarán la especie. Esto, claro está, ,siempre que la calmena elegida no sea muy fuerte, pues si es así, la dificultad en encontrar buenos l^agares para la postura se manifiesta, im^pacientándose la m,^ripasilla y^dando lugar con sus idas y vueltas a molestiú^ en las abejas, que se des+piertan, y se apresuran a atacarla, darle muerte y arrojarla fuera de la colmena. Cuanda ésta es cíébi'l, na erncuentra esos fata^les obstá^culos, y entonces con tranqu^il^i+da^d y entera impunidad va realizando,aq^uí y acullá su numeroso desove. Para 'depositar sus huevos prefieren siempre sitios retirados y oscuros, despreciando generalmente los í^lumina^los. Las deja en el interior d'e la^s celdilla^s, l^u^gar donde res^ulta difíci^l descubrirlos, s^obre tado cuando la ^cera es niu^eva, y, por ^el contrario, muy fácil-^debido a su tialorcuarndo ésta es antigua. También los ^colocan s^db^re los liston^es, rendijas; paredes y techos; si por cu^a^l^q^uí^r ^notivo no logran ^penetrar en la colmena, no dudan en depositarlos sobre la misma piquera. Cuando la tem^peratu^r,a e^s favaral^le, nacen +las aruguitas a. ^los cin^co u ocho días; pero si hac!e frí^o o se presenta cualquier otra circunstancia adversa, se retrasa su nacimiento. Las orugas recién nacidas se muestran activísimas, no s^emeján^dase en na^da a'1 aspecto qu^e ofrecen más tarde. Esto hace -que ^muchos apicultores ^las crean di^stirvtas .de las verdaderas polillas, no preocupándose por ellas y origi.nando así un perjudicialísima retraso, que dificulta grandemente el cambatirlas después. Ya desde el primer día se dirigen hacia la parte central - ^ - de los panales, donde se manifiesta su presencia por irregulares y finísimos hilos ^de s^eda, denunciadares de su paso y d^e ^la ^existencia d^e los pe^queños refubios en que ellas se guareden. 5u gran agili^dad a tan tern^prana eda^d 7es^ salva de los ataques de las ab^ejas, ^huyend'o de ^ellas por medio d^e saltos y carreras, que ejecutan con notable rapi^lez y veloci^dad. Las finas cerdas que cubren sus cuerpos les impiden quedar l^igs. ;^ 6.-La polilla fraudea^ia y la gris pueden atacar. oca^ionalmente, a :os panales. pegadas a la miel, y tan prornto como construyen su galería ^de refugio, realizan la primera mucla. E^sta es^pecie de ni^do lo suelen fabricar en los mismo^s bondes ríe las ce^ldilla^s del ^panal, sobre sus cantos, rascando para. ^ello su ^cera, que convi^erten en finísimo polvo y que entremezclan con de^lgados hi^los de se^da, agran!dando y reforzando ^continuamente esta incipienbe galería hasta que la j^uzgan Qo bastanre am^plia. y larga para albergarlas y proteger+las. Em^plean un ^par de días -en tales menes^t^eres, pero p^ueden tardar más si se ven molesta^das por las abejas. Guando ^el número de ellas es el^eva^do, es fácil r;econocerlos, por aparecer ilos bord^es ^de las eeldillas con un fino polvillo amaril)ento, que de!staca por su color más claro sobr^e el genera.l d^el panal, más man^ifiesto ^en aq^u^ellos casos en que el atacado 'es uno vie j o y d^e cera, por lo tanto, os^cura. Efectuada la primera mu^da, cosa que realizan en m^e- -snos de un día, empiezan a prolongar su galería hasta bien cerca del fondo de las celdillas, y una vez a'hí, comienzan a perforar las par^edes laterales, si^tuando así strs^ refugios en e^l ^mismo ^centro e i^nt^rior ^de ellas. Mu^chas v:er^es, a más de é^ste, construyen otros secundarias, que uti^lizan para i;d^énticos fines. D^entro de ellos quedan-d^ebi^do a ía demsidad del te jido sedoso-magníficamente protegidas contra los ataques de las abejas, corrien^do rápidas por el irnteriar d^e sus gal^erías-+lo mi^sma hacia adelante qu^e k^a^cia atrás--^ouando se v!en incomodadas por ellas. Camo ^estos refugia^s atraviesan y se entrt.^cruzan de unas celdillas a atras, las ab^ejas -.cie una colmena sabre todo débil-s^e encuentran imposibili^ta^ías .para combatirlas, ya que, al entrar en una c^elda para ata,carlas, esca^pan ellas a otra. Sin embargo, si la colmena ^es fuerte y ntrm^erosa, los esfuerzas combinados de varias a^b^ejas ^las van sacan^do pau^latinament^e rle s^us refugias. y acaban por arrojarlas fuera .de los panales. Las; .palillas se alimentan por la noch^e, retirándos^e durante e`l día a.lugares ascuros, o al lnterior d{e su^s cap^ullos de refu^gio. Comen, casi exc'lusivamente, la cera de los pana^les„ no dese^c'hando la de los antiguos. Tam.po^ca d^esprecian la miel ni el polen, pero sólo cuando escasea la cera. Desperdician esta última materia de tal forma que, de cien partes^ ^destruída^s, veinte les sirv^en ^d^e alim^ento, y eI res^to lo dejan abandonado. De manera especial ap^ete^aen la cera ^d'el interior de las celdillas, Dejan las bor^des d,^e ^las mismas casi incólum^es, ta que ocasiona la d^estru^cción comp^leta del pana^l q^ue, por 5er atacá^lo de esa form^a, queKía colgado del iauadro con su ^interior com^pleta3nente vacío, hasta.que, por fin, se d^esprend^e y^cae a^l fond^o de la colmena. Con los res^tos de su alimenta^ción, ^sus innuan^erables deyeeciones y^gran cantidad ^de mat^eria sedosa, cubren los panales obpeto de sus devastación^s, ocultan^do sus des±rozos. En la polilla menor, la secreción de seda es^ práctica- rr^ente nu;la, de ahí qu^e sus aaños aparezcan en forma .^^^ gal^^erías más o menos ^^largas ^^ anastomosadas q^ue, t-^pler.^^ d^^ c^etritu^s, atraviesan filas enteras d^e c^elcdilias. 1=i^s. ; y^•--I^:n ]c^s pana'^r; ;n^•adi^to; por la polilla ^,ryueña <e G,crnhc;. ^...ramrnte sus nalc^ria,; la polilla ñrande oculta ^us iie^troi^^e hai^^ trfa; ^c^,f^^^:^^. S^u desarr^^llo c^mp^leto dura má> o^n^nos ti^^mpo, a^^ún ^a t^^em^perati^ra, la can^tidad y 9a c^^^lidad^ c^^e los alimentos inj^eridos, etc. E1 perío^ío larval oscila ^c«^n^únmerrte en- - IO - tre veintiocho días y cuatro meses, si bien existen casos en que ^dura hasta ciento cuarenta o ciento cincu^enta ^días. También pueden atacar a 4os panales de cría y, ^en este desagradable caso, la mortalida^d que causan es bastante elevada, oca^sionando ad^e^más u^n retraso en ^el ^d^esarrollo de las ab^ejas supervivi,erntes, que alcanzan menor tamaño y calor más pálida que ^las ^de ^desenvalvimli^ento normal. Antes de ^la cri^sali^dación, la oruga, ya del tado desarrollada, d^eja ^de camer, se muestra intranquila y^empieza a tejer un ^esp^eso ^ca^pullo sedoso. Corrientementé ad'hiere éste ^ól^idamernte a un costado o al marco del ^panal; a7gunas ^-eces ^los corns,iruyen ^entre la masa de túnel^s, d^etritos, etc., o^en e7 mismo fondo de ^la colmena. Exis^ten ca^sos ^en qu^e, con ^s^us fuertes mandí^bulas, hacen hendid^ura^s en la mad^era de ^la^s alzas o sus "cuadros, con ^e^l fin ^d^e encorrtrar mejor protección ^para sus blanlcas capullas que, ^con fr^e^cuencia. están agrupa^dos o en fila. Alguna^s polillas suelen ^em^igrar a cierta distancia. fuera d^e ^la colm^ena, y construyen s^us refugio5 ^en ^los lugares protegi^dos ^d!el soporte d^e ^stas. Dentro ya de^l capu^llo protactor, la larva se convierte eri ^crisá`lida, y permane^de. ^en ese !esta^do de seis a sesenta }^ !dos ^días^, según la tem^peratura ambientad. Las que dan origen a la ^primera generación de mariposas su^e^l^en estar bajo dicho e^s^tado ^m^uy poco tiempo, una docena de días poco ^rnás a menos, pero los ^de la segurnda ^p^erman^ecen en él cuarenta y cinco y ^hasta seserrta y ^dos fechas. Convertida ya la crisálida en mariposa, abandona su capullo en ^las ^primeras ^horas de la ^mañana, ^exti^ende y seca sus a^las, que luego Plega sobre s^u dorso. Se reti^ra a un lugar ^poco i^luminado, o sa'le ^le ^la colmena y se refugia ^en las ^cercanías de la misma. Su ^tamaño y coloración varían según procedan de orugas qu^ han estado bien o deficientemente alimentadas, o qu^e se han ^desarrolla^d^o bajo temperaturas favorab^les o adversas. Se rrruestran ellas bien ágiles de ^movimiento, es^capando - II - valace^s al menor'sírntoma !de inquietud. A^l ll^ega^r !la noche, u a^l ^caer la tarde, comienzan ^a valar y a•inva^dir las colmenas. Su vida de adultos ^es campletamente nocturna no com^en nada ^y se ^dedican sólo a^la perp^etuació^n de la especie. A^los cuatro o diez ^días ^de maber alcanza^do ^di^cho estado pu^e^d^e ya la hembra, ^previa fecunda^ción por el ma^cho, ernpezar a de^positar los huevecillas^, a^cuya tarea se ^entrega acto seguido y^d^u^rante tres semanas a al^go más. Medios d^e lucha. E^s indudable que tan dañinos ins^ectos d^eben de ser ^ombatidos con sinbular saña, recurriendo, sin va^cilar, para exterminarlos, tan pronto ^cama se ^les abserve, a las ^remedios que ^ciertos apictdtores llaman heroicos, y con^s^istentes, camo ^s^e sabe, en ^la ^destrucción inmediata y absoluta de los panales invadi,dos. Pero camo mu^chos no se^rán partidarios de tales ^rtétados, y^por otro lado, las invasiones r^o is^iempre encierran una grave^dad ^extrema ^qu.e ^los exija, vamos a exponer a continuación ^unos ^CUantos sistemas de d^efensa que pueden canducir a la desapari^ción total ^d^e las^ polillas. Dos aspectos hemo^s de terre.r en ^au:ent^ para ^luchar eficazm^ente contra ellas: los ^nedios para ha:cerla desaparecer ^d'e una ^calm^ena, y las ^prevenciones a tomar para ^evitarla, en el calmenar o en ^los materiales almacenados procedentes o destinados al mismo. Lo mejor q^ue ;pued^e hacerse para prevenir la invasión de una ^calmena o un ^calmenar contra ellas es ^el qu^e estén siempre pablados por enjambres fuertes, que no carezcan de reina, que s^ean numerasos y^de gran vigor, ,y si añadimos a es^te básico elemento una limpieza extnema^da de alzas, cuadras y demás ^material apícola, mantendremas aleja^do^s del ^co^lmenar a tan destru^ctores inséctos. Nurnca nos ^cansaremos de repetir que fortaleza en el gana^do y li^mpieza absoluta en las instalacianes san ^los dos pilares fundamentales que toda explotacián apícola debe 1 - I^ - ofrecer para que pros^pere y no sufra en•is!u integridad lo más mínimo. Es absurdo el conserva.r colmenas débiles que pensamos nos 'deri algo y^que creemos se robustecerán ^con otras ^proceden^tes ^d^e cercanos enjambres, ya que así ^sólo conseguiremc^s idebilitar otra colmena sin lograr que aq,uélla levante cabeza, situando a dos o más, en vez ^de sdlo una, en magníficas condicion^es ipara ser ata^cadas por la ^polilla. 1VIás p^ráctico es reforzar una no m^uy fiu^erte a expensas^ de otra débil, ^que ^lo contrario, y casi imprese-indible ^el ir sustituyendo las antiguas colmena5. ^fijas por ^las modernas movi^istas. Las :primeras ofrecen muchos inconveni^entes en cuanto a 1i^mpieza. No queremos decir con esto que el a:picultor rriod^esto debe renun•ciar a ellas-tal vecz para é^l las únicas accesibles-, pero ten'drá sí inexorablemente ^que someterlas a una vigilancia tan constante, que mal compensarán con ^sus cosechas ta^l esfuerzo. Debe procurars^e que las colmenas no terrgan más orificio^ de comunica.ción con el exterior qn^e• la piquera, y que ésta sea d^el tamaño qu^e por 4a es.tación le corresponda; consejo bien sencillo, pero ^que ayuda muchísimo a preservarla de la po'lilla y tarrNb^ién d^el pillaje. Reálícese una conci^enzu^da lim^pi^eza de^l piso de la colmena en primavera y otoño; y quémense todos los residuos que ^en é4 se encuentren, ya q^ue no es nada raro que entre ellos se ^es^condan puestas o larvas de tan perjudiciales ir.sectos. Cuan^do la colmena, ata^cada es de ^las arrtiguas o fija^, sométasela a una perfecta limpi^eza, y^después, rrefuércese. Si ^1 ataque es m^uy fuerte, salvar el ganado, que puede desbinars^e a reforzar otra, y a^cto s.eg^uido quemar ese corcho ^Guando es movilista a moderna la qu^e sufr^° los ataques, la cuesticín es ya más fácil y al^entadora. Sus anaterialew siempre vuelven a utilizars^e. Los panales que estén muy d'^estroza^dos se fundirán en ag^ua hirviente; sus cuadros, cuerpos, alzas, tableros, fondos, tapa5, et^c., ^etc., se fla- m^ean; y los ^pocos dañados se someten a una de das distintas fumigaciones que a ^continuación describimos (5). Los fumigantes a'ercnplear contra las po9illas no reúnen tod,o^s las mismas condiciones; hay unos que, después de su uso, nu preservan a las colm^enas de futuras invasiones; existen otras ^q^u^e no com^baten •las puestas, y s<:^lo lu hace•n a orugas y mariposas; los más ^son venenosos para las personas que los han de manejar, y muy pocos s+e muestran innocuos. E^ PARADICLOROBENCENO. - L'S una sustancia b9anca y cri^stalina •que, po^co a pau:^, s+e volat.iliza y^conviert^e en un gas más pesado que el aire. Su olur, aurnque fu^erte, no es desagrada^ble, no es nada ven^enoso para e^l hombre, no inflamable, inex^plosivo y causa 9a muerte de las mariposas, crisáli^das y orugas, pero no +la de los huevos. Su peculiar olor da hace muy repelente para las mari^posas. Para s^u mejor empleo se segu^irán las siguientes normas: r.°, se api^larán solyre cada ^fondo de colmena cinco al:cas +con sus respectivos cuadros, tapándos^e la línea de ^unión de una^s con otras y^de la de abajo con 'el fondo, por medio de una ancha faja de fuerte papel adherido a ellas; corr engru^do; 2.°, sobre un .pape^l recio, o mejor aun en los bordes superiores de los cuadros de la primera alza, es decir, la de arri^ba, se coloca en pólvo o en tabletas ioo 'gramo^ de paradiclorobenceno, cubriéndola luego con un techo de colQnena y tapando las zonas de unión entre ambos, como para e^l caso anter^ior, y 3.°, se revisará bien ^a colmena por fuera, con el fin de no dejar libres de cubrir ningún intersticio 0 grieta, dejándose así que actúe el producto cuya marcha se vigilará, l^evantando para ello e^l precinto superior y dando por terminado el tratamiento cuando el insecticida esté (5) Otro medio para combatir y prevenirse contra las polillas es la lucha natural o biológica; es decir, de( empleo de sus parásitos naturales .producidos en cantidad conveniente en dos Laboratorios de Entomología Aplicada. EI principal de ellos lo constituye una pequeña avispilla de brillante y metálico color verdoso-Dybracbrs bucheanus Ratz-; pero el uso de éste y similares parásitos de la pnlilla no ha pasado de un períudo de ensayo y desconocemos, por tanto, los resultados, dificuatades o excclencia que su utilización racional ofrezca. - IQ - completamente valatiliza^do, o p^ro^longándolo cdn nuevas dosls, si se juzgase conveniente. EL suLFURO nc cnxBOrro.-Ha sido considerado siempre como e^l fumigante ideal ^d^ las colmenas, y su^s resultados ^previo básicas precauciones-puede decirse que son siempre satisfactorios. Mata orugas y mariposas, p^ero no la puesta. S^e expen^cíe en el comercio bajo forma de vn líquido más pesa^do que el agua, de colar amarillento, y q,ue fácil^m^ente ^de^s^prende vapores más pesados q^ue el aire y d`e desagrad;abilísimo olor a huevos podridos. Es muy inflamable, y sus vapores son explosivos en gra.do sumo, sobre todo cuando se mezclan con ciertas proporciones ^de aire (6). N^o d^ebe, baj,o ningún caya^^^epto, ^^í'nnejars^e^ en lugar^es cercanos a cuaZquier f oco ^de caZor o f u^égo, p^or n,imiao que és^t e siea, ^omo, p^or e^',emp^lo, u^za ,ceri'lla o u^a cigarrillo a m{edvo ap^ag^ar. Se seguirá ^la siguiente técnica: i.°, manéjese fuera de las habitaciones o, por lo menos, en alguna ^que pueda ventilarse pronto y bien; a.°, se apilarán y taparán las alzas en. grupos de cinco-como en el caso del paradiclorabenceno-, y sobre los cuadros de 'la primera se colocará un recipiente bajo y ancho que contenga unos 3o gramos de sulfuro de carbano; 3.°, se cubri.rá con techo de colm^ena y se realizará a continuación cuanto indicamos en el empleo del paradiclorobenceno; 4.°, no se apilarán nunca má^ de cinco úlzas, ya que, dada la pesantez ^de^l gas, que le lleva a^depositarse hacia abajo, no fumigaría en absoluto las alzas ^que de más se pusiesen, y 5.°, se le dejará que actúe dura.nte dace horas como mínimo. Después de transcurridas, se levantarán los precintos y se ventilará bien el loca4 donde se realizó la aperación. No causan^do ningún efecto este prod^ucto sobre la pues(6) Para reducir este peligro, se mezcla o sustituye con el tetradoruro de carbono, no inflamable, pero de menor potencia insecticida. ta, es muy conveniente la repetición del mismo hasta que se v^ea ha pas;ado ya el momento o é^poca de^ avivamiento. E^ A"LUFRE.-F^ué una de las p^rimeras sustancias enlpleadas contra las palillas y, por ello, ^está su empleo anu^^ arrai^gado entre la clase apicultora.. Es más o menos efi^c^z contra las larvas y los adultos, p^ero na^da ^en ab^soluto contra los huevos. La forma antigua de usa.rlu era quemándo^lo y sometiendo los panales a los efectos del ^gas ^s,ulfuroso; pero hc^v día se aplica de manera algo distinta: i.°, no ^es necesariu el uso de las ban^das de papél con ^engrudo utilizadas ^en los casos precedentes; z.", se a^pilarán el fondo^, las alzas y^el techo, y sobre el suelo del fond^o se coloca un trozo de chapa metá'lica baldosa o vasija pla^a que conten^ga tinos hc_> gramos de ^zttfre en polvo-u flur de azufre-, humedecido con alcohol de quemar, tomando las precauciones necesarias que eviten se quemen las alzas o^ se recalienten : 3.", se prende fuega al mismo y se le deja actuar durant^ un mínimo ^d^e doce horas, y 4.°, realizada ^la fwnigaci^^n. se ventilará bien el local. E^ CIANUKO DE cALC^o.-T_ate pro^ducto causa sobre l^^s distintos esta^dios de la polilla los mismo^s^ efe^ctos que 1^» anteriores. Debe adquirirse en forma granular, mejur que de polvo. Protiucen un mortífero gas inflamable, inexplo^sivo, pero e.xtrenuUdamente v^e^n^enaso pah^^a el h^^nbre ,1^ t^oda cllase de anim;a^es, dle ahí las grand^es pa1ec^aucion^es qrre ba^a ^ de to^m+arse a'l us^arlo. S^u empleo se hará mediante manipulaciones iguales a las utilizadas con el paradiclorobenceno, restringiendo su duracián a^cíoce horas y^colocando unas i 5 gramos del mismo-una cucharada grand^e poco más o menos-sobre un trozo ide papel fuerte, que se situará sobre los ^cuadras de la últ^ima alza, la primera de abajo. Un resu^men práctico sobre estos fumigantes es el que darnos en el sig^uiente cuadro: r, ^ r v ^ c ú _E .;, O `' v ^ r. 7 ^r E ^^ ^ r, ^ L ^.. y C O ,^ _O ~ v ^ y ^ Ñ E F^ H a^ °.-^ C 1-y E ^J ^ F^-. ^ V O C E E ç C C d •O - E ^n A ^. a ^ C^i " ^ X .^, C v . . . ^ E N ^Y ^ ó x c ^_ ^ ^ ` r. ^[ rt E ^c óC. óC bC p• C i•r, O E bL 8 C ^ A^ O Ó •^ d ❑. r. ^ N o E L •a ^ F ç E X v ti L • T ^ G G• .'. O ^^ ^ c G u `s ^ E ^ ' ?^ ^ Y ^ ^ ^ 0 ^ .^ d ^ Q O v ^ XL O + ' ^ C y C a+ C ^„ y ^ ^ ^ ^ E ^ y^Cl E ^ aJ ^a o ^ `°L E ó .^ y^^ ^ _ ^ o «- s v c ^ ^_ 0 ^v a=, ^ C c C u ^ C C ^ V (;RAFICAS tiC^L'INA. D4Eí.ENUF.Z YA4.DES, '7•'MADRI9