ODA AL VISITADOR (Pacho Fullhardt) Trataré de escribir en verso esquivo; pues seguir la payada en prosa austera, es perder de seguro la carrera ante el sagaz ingenio de mi amigo. Inútil enseñar cosa concreta a quien hace del sexo su elemento, y reacciona ante cualquier evento echándole la culpa a la bragueta. La ladilla es su amiga y compañera; la Medicina Alemana su evangelio, y si alguno comete el atropello de decir que el Prolactón no es una fiera, que no es capaz de parar aborto en cuello, que no fué experimentada hasta en panteras, entonces el insigne visitante (decir visitador suena a cargada) salta, grita y en pose desgarbada te anatemiza en frases delirantes. Oh delirio que sin piedad lo tomas al sacerdote de un nuevo y raro hechizo, que piensa que hasta un guacho panadizo se cura simplemente con hormonas. Organizan reuniones y Congresos respetuosos del criterio y la opinión, más si alguno sin querer dice "Organón" le muelen sin piedad hasta los huesos. Si en gesto que eleva y que consuela alguien osa criticar al Anovlar, por el recto se lo mandan a guardar y se lo obligan a usar hasta a su abuela Después de cinco años geriatrantes se les ocurre sacar Primogerón, y una ninfa conocida por Colón nos la quiere vender como flamante. Un grupo de señores trasnochados sigue pensando que aquí somos idiotas, a punto de creer sin ton y a locas que se puede androgenear a un jubilado. Y aquí cambio mi cantar no sin antes recordarte que no debes enojarte con quien esto te escribió. No pienses que quiero yo dejarte con la inquietud de creer que la salud no la quiero reintegrar pues si el caso es para usar al Prolectón o Aprocur, al gofio o al Felicur con presteza he de indicar… y si cabe al Anovlar encontrarle indicación (que la tiene y con razón en este mundo cochino) como sé que no es dañino lo recetaré con ganas olvidando las macanas que fabricará Organón Por eso, con la emoción de un patriótico llamado, respondo a tu grito airado que me pide que recete y hasta un niño que destete lo hormonearé con agrado. Y al menopáusico amado le daré sin compasión Piramidón; y en elección no he de sentirme apurado si prescribo emocionado también al Primogerón. Y ya dejo la guitarra colgadita en el ropero; viajo hacia allá el veintienero día del corriente mes; por supuesto, de esta suerte, llegaré un día después a las ocho y treinta y tres si el viaje no se pervierte (mi desafío a la muerte será ahora en Chevalier). Ruégote avises prontito al Círculo a tí vecino, será esta vez con gran tino mi regreso hacia esos lares; más si tiembla nuevamente con potencia moderada, yo dudo que en la temblada quede sana mi osamenta, y en el lugar donde ostenta su figura tan añeja el Círculo que me aqueja quedaré de tal manera que no habrá una piedra entera ni pa' remedio de vieja; pues yo te expliqué rotundo la relación que se crea entre la linda y la fea, entre el pájaro y el mundo, y en este asunto profundo la vieja sin pajarera es capaz, con gesto oriundo, de usar una piedra entera. Ruégote por la amistad, que a nos, nos une y anima, que esta desolada rima no leas a Minochita ni a su familia bendita de raigambre mendocina. Si lo hacés, véolo ya, al viejo de mi adorada enárbolando una azada corriéndome sin cesar, mientras me arroja al azar toda clase de implementos que si no me escapo en coche pasaré tristes mis noches frotándome linimento. Yo al punto quiero acabar, porque esta máquina vieja sigue y sigue con presteza tecleando tan febrilmente que ya no puede mi mente rimar con delicadeza. Vibrando la mente mía de escribir tan alocado, dejarte con mucho agrado quiero esta larga poesía; ella fue mi dulce guía, ella es cauce a mi lamento, ella es todo mi sustento es, en fin, mi misma vida. Por ella sigo adelante, su consejo es tan artero que al dejártela, yo creo, te estoy haciendo un favor, pues si sigues con rigor sus consejos soberanos ya no habrá nadie en el llano que se atreva a tu valor. Yo, en mi vida de varón, siempre la tengo presente, y para que seas decente te la doy, de calefón, (quise decir colofón, pero cuando pienso en ella olvido toda querella y es tanto mi frenesí que me equivoco y desligo). Yo mismo te la transcribo… Es ya tuya. Hela aquí. Y conmigo acordarás que una estrofa tan sentida, es algo que en nuestra vida no se puede superar. Yo te lo quiero dejar como herencia, como ofrenda; te doy mi acuerdo mas llano a darle el uso que creas con los fines que tú veas sean de importancia plenas; y si en juicio temerario te inclinás a usarla entera cerca de tu asentadera, de higiénico intermediario, no habrá una pena ligera para uso so estrafalario. Y ya me alejo doliente, no sin pedirte con porte que a jubilada consorte saludes muy cordialmente. Y a tí, mi amigo querido, un fuerte y sincero abrazo que haga de un golpe pedazos, cual Falucho revivido, los momentos que has sufrido con estos versos tan guasos. - early 70s