Contexto del proyecto, antecedentes y circunstancias que marcan su inicio CONTEXTO DEL PROYECTO Yucatán se localiza en el sureste de México, al norte de la península del mismo nombre. Se encuentra limitado al norte por el Golfo de México, en una franja de 370 km de costa, al sureste por Quintana Roo y al suroeste por Campeche. Cuenta con una superficie de 43,379 km², que representa aproximadamente el 2.21% de la superficie total del país. Es un estado dividido en 106 municipios y la ciudad capital es Mérida.3 En cuanto al clima, Yucatán presenta altas temperaturas medias anuales debido sobre todo a la influencia que ejercen sobre la península las corrientes marítimas cálidas, que dan como resultado un predominio del clima cálido subhúmedo en aproximadamente 85% del territorio estatal, cuya temperatura media anual oscila entre 24°C y 28 °C.4 3 Instituto Nacional para el Federalismo y el Desarrollo Municipal http://is.gd/hTR6h9 30 de noviembre de 2011. 4 Observatorio de Cambio Climático de Yucatán www.cambioclimatico.yucatan.gob. mx/atlas-cambioclimatico/temperaturaturamedia.php.pdf, 30 de noviembre de 2011. 25 VIDA Y MILAGROS DE MUJERES INDÍGENAS El municipio de Halachó localizado en los límites entre Yucatán y Campeche, constituye el universo de trabajo de la Casa de la Mujer Maya Toj Óolal Puksi’ Ik’aal ubicada en la comisaría de San Antonio Sihó. De acuerdo con los resultados del Censo de Población y Vivienda 2010 del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), Yucatán cuenta con una población total de 1’955,577 habitantes, de los cuales 992,244 son mujeres y 963,333 son hombres, cuya esperanza de vida según sexo es de 76.8 años para las mujeres y de 71.9 años para los hombres. La tasa de mortalidad general es de 5.2 por 1,000 habitantes, siendo más elevada que la tasa a nivel nacional (4.5 por 1,000 habitantes), y presentando una tendencia similar a la del resto del país en el sentido de que la tasa de mortalidad es menor para las mujeres (4.4 por 1,000 habitantes) que para los varones (5.5 por 1,000 habitantes).5 5 Instituto Nacional de Estadística y Geografía (inegi), http://www.censo2010.org.mx 30 de noviembre de 2011. 26 MOVILIZANDO CONCIENCIAS PARA PREVENIR Y ATENDER LA VIOLENCIA DE GÉNERO Después de Oaxaca, el segundo estado del país con mayor presencia de hablantes de una lengua indígena respecto a su población total es Yucatán, en donde casi 27% de la población habla la lengua maya, porcentaje que lo coloca como el estado con mayor población mayahablante en el país. Además de contar, así sea en pequeñas proporciones, con hablantes de chol, zapoteco, náhuatl y otras lenguas indígenas. Desde el punto de vista económico, la producción del estado de Yucatán empezó a diversificarse a partir del último tercio del siglo XX, después de que durante 150 años la industria del henequén fuera el eje fundamental de la economía regional. Actualmente sus actividades productivas son variadas, siendo el turismo y el comercio su principal fuente de ingresos, al aportar en conjunto 63.2% del producto bruto. Por lo que toca al sector primario, Yucatán es el estado con mayor producción de carne de pavo, el tercero en producción porcina y el quinto en producción de carne de pollo; mientras que en lo que respecta a la miel de abeja, el estado ocupa el primer lugar nacional en producción y exportación de dicho producto. Siendo importantes también en el rubro alimentario la pesca y la actividad ganadera en ciertas zonas del estado.6 Municipio de Halachó El municipio de Halachó constituye el universo de trabajo del CADIN y se localiza en la región litoral poniente del estado. Ocupa una superficie de 671.91 km2 y está ubicado en el paralelo 20º 38” de latitud norte y entre los meridianos 89º 47” y 90º 24” de longitud oeste, siendo su altitud sobre el nivel del mar de 16 metros.7 Halachó colinda al norte con el municipio de Maxcanú; al este con el municipio de Opichén; al sureste con el municipio de Santa Elena; mientras que al sur y al oeste limita con el estado de 6 Idem. 7 Instituto Nacional para el Federalismo y el Desarrollo Municipal http://is.gd/hTR6h9 23 de noviembre de 2011. 27 VIDA Y MILAGROS DE MUJERES INDÍGENAS Campeche. La región oeste del estado en la que se encuentra el municipio, está clasificada como cálida subhúmeda con lluvias regulares en verano y cuando éstas se terminan, da inicio la época conocida como “sequías de verano”. La precipitación media anual es de 1,200 milímetros y la temperatura media anual en la región alcanza los 27.2º C.8 Las principales localidades del municipio de Halachó son ocho: Halachó (la cabecera municipal) y siete comunidades o comisarías: Cepeda, Cuch Holoch, Kancabchén, San Mateo, Santa María Acú, Dzidzibachí y San Antonio Sihó donde se encuentra establecida la CAMI. Halachó es un municipio indígena con alto grado de marginación, a pesar de que el estado de Yucatán en su conjunto ha sido valorado con índices de desarrollo humano de nivel medio-alto desde hace casi una década, pero que no aplican en todos los municipios, como en este caso.9 Según datos del año 2010, la población de Halachó asciende a 19,072 personas, de las cuales 49.6% son mujeres y 50.4% son hombres. Desde el punto de vista lingüístico, en este municipio casi 60% de la población de 5 años y más (10,935 personas), habla alguna lengua indígena, específicamente el maya (que asciende al 97%), seguido por una pequeña proporción de hablantes de náhuatl y de otras lenguas indígenas.10 En cuanto a los servicios educativos, en 2009 había en el municipio 11 escuelas de nivel preescolar, 13 primarias, 8 secundarias y 2 bachilleratos. Mientras que no existían escuelas de nivel profesional técnico o de formación para el trabajo.11 Por lo que toca a los servicios de salud, para 2010 sólo tres localidades del municipio 8 Instituto Nacional de Estadística y Geografía (inegi), http://is.gd/l3nZcK 30 de noviembre de 2011 9 Consejo Nacional de Población, Índice de marginación por entidad federativa y municipio, 2010, http://is.gd/6Kv85C 30 de noviembre de 2011. 10 Instituto Nacional para el Federalismo y el Desarrollo Municipal http://is.gd/hTR6h9 23 de noviembre de 2011. 11 Instituto Nacional de Estadística y Geografía (inegi), http://www.censo2010.org.mx 30 de noviembre de 2011. 28 MOVILIZANDO CONCIENCIAS PARA PREVENIR Y ATENDER LA VIOLENCIA DE GÉNERO contaban con unidades médicas de primer nivel, con una cobertura total de 6,523 habitantes, lo que representa 34% de la población; mientras que el 66% restante no contaba para esa fecha con cobertura médica básica.12 En Halachó, las condiciones climáticas y las características del suelo favorecen la siembra de productos agrícolas en milpas y traspatios, así como la ganadería. Sin embargo, estas actividades productivas requieren de un financiamiento del que la mayoría no dispone, por lo que la población económicamente activa del municipio se ocupa en el sector secundario en actividades relacionadas con la minería, la industria petrolera y de manufacturas, así como la construcción. Cabe recalcar que la mayor parte de estas fuentes de trabajo se encuentran fuera del municipio, principalmente en las ciudades de Mérida, Cancún y Campeche. LAS PRIMERAS EXPERIENCIAS En la familia, en la familia, todos deben platicar. Que no haya pleitos, que no haya pleitos, platica con tus papás.* En 1997 un grupo de mujeres jóvenes de San Antonio Sihó, tomó la iniciativa de constituirse en una Sociedad de Solidaridad Social (SSS). Su propósito era fomentar la participación comunitaria y promover los derechos de las niñas y los niños. El grupo estaba integrado por María del Socorro del Carmen Herrera Tucuch, Ana Berthaliza Kú Chay, María Irene Floricely Chay Tucuch, María Russy de Rosalba Chay Tucuch, Cela Gricelda Mena Kú, María Marivel Rosalva Mena Kú 12 Instituto Nacional de Estadística y Geografía (inegi), http://is.gd/5ZsSll 30 de noviembre de 2011. * Canción con tonada de La cucaracha utilizada por las promotoras de Sihó al inicio de los talleres con niñas y niños. 29 VIDA Y MILAGROS DE MUJERES INDÍGENAS y Nelsy Marisela Kú Chay quienes, a partir de entonces, empezaron a trabajar a favor de los derechos humanos: “Nosotras como grupo de mujeres nacimos desde 1997 como Huun Much Taan Kanik Kuxtal, SSS, que quiere decir Juntos aprendiendo a vivir, y nuestra intención era dar a conocer los derechos de la infancia a través de talleres” (Talleres de sistematización, 2011). Los antecedentes de este trabajo educativo se ubican años atrás, cuando en 1994 Lupita López Ortiz llegó a Sihó a impartir talleres sobre derechos de las niñas y los niños y a impulsar un proyecto de teatro experimental. A partir del cual, se vinculó con catequistas de la iglesia que eran parte del grupo de teatro comunitario. Tiempo después, algunas de las jóvenes pertenecientes a este grupo se encontraron de forma casual en la ciudad de Mérida a Lupita y a su compañero Guillermo Alonso quienes estaban a punto de fundar la asociación civil Investigación y Educación Popular Autogestiva, AC (IEPAAC). Ellos las animaron a capacitarse como promotoras de los derechos humanos de la infancia y les ofrecieron asesoría por parte de su organización no sólo acerca de este tema, sino sobre metodologías de educación popular, comunicación y resolución de conflictos, organización, planeación, elaboración y gestión de proyectos. Las jóvenes aceptaron y así dio inicio un proceso muy importante de formación y acompañamiento al grupo que estuvo a cargo de IEPAAC y fue reforzado por estudiantes de las carreras de nutrición, psicología y educación de la Universidad Marista de Mérida y la Universidad Iberoamericana de Puebla, quienes llegaron a prestar su servicio social en la organización. Mismos que asumieron entre sus tareas, apoyar a las promotoras para realizar junto con ellas una serie de talleres dirigidos a niñas y niños basados en la metodología de educación popular. Propuesta pedagógica que parte de que todas las personas tenemos experiencias y conocimientos para aportar a las demás y que podemos aprender y actuar de forma colectiva para transformar la realidad. A partir de tales principios, empezaron a realizar talleres mediante el uso de variadas técnicas participativas, 30 MOVILIZANDO CONCIENCIAS PARA PREVENIR Y ATENDER LA VIOLENCIA DE GÉNERO para abordar temas como Identidad y derechos de la infancia, Salud y nutrición, Expresión de las emociones y Prevención de la violencia. A los talleres asistían niñas y niños de 4 a 12 años, distribuidos en grupos de edad que eran coordinados por dos promotoras cada uno, y en los que se proponían actividades como revisar los hábitos que ayudan a conservar la salud y el bienestar, y los que son fuente de enfermedades; o caracterizar el maltrato y la violencia familiares para tratar de prevenirlos. Cada tema era presentado a las niñas y niños mediante frases que favorecían el debate y la reflexión: “lo que me gusta que me digan”; “lo que no me gusta que me digan”; “cómo me gusta que me traten” o “qué puedo hacer para vivir feliz”. Para favorecer la expresión de las ideas y sentimientos de las niñas y niños, las promotoras recurrían a juegos, dinámicas grupales, bailes y canciones. Como parte importante de los talleres, cada uno de los grupos hacía propuestas para compartir con sus familias los temas tratados y buscar soluciones a los problemas analizados. Esta primera experiencia organizativa marcaría la vida de las jóvenes y de la propia comunidad: “Nosotras iniciamos la organización a una edad muy temprana, teníamos entre 17 y 20 años, y en ese entonces como que fue un cambio drástico el que dimos a la comunidad” (Talleres de sistematización, 2011). Efectivamente, en Sihó era algo muy novedoso que mujeres jóvenes se capacitaran y estuvieran interesadas en fomentar acciones a nivel comunitario, lo que trajo consigo muchas satisfacciones para las promotoras, pero también las llevó a enfrentar diversas dificultades. Entre las que destacan las relacionadas con la petición que hicieron a las autoridades comunitarias para que les donaran un local en el que pudieran llevar a cabo su trabajo. Gestión en la que, al principio, no tuvieron éxito: Nos dijeron que no porque en ese momento todos pensaban: “son cosas de niñas chiquitas, al rato se les va a pasar y van a regresar a su lugar porque ya no van a poder seguir” (…) Entonces el primer enfrentamiento o desencuentro que tuvimos fue con las autori31 VIDA Y MILAGROS DE MUJERES INDÍGENAS dades de la comunidad para conseguir este espacio, este terreno (…), pero nosotras le dijimos al comisario “¿sabes qué? eso no nos parece, [que no les donaran el terreno] porque nosotras tenemos derecho a esto” (…) Desde entonces vimos que esa es una manera de violencia, que tú como mujer no puedes hacer algo diferente, tampoco tienes derecho a tener un espacio donde te puedas desenvolver y a tener cosas tuyas, no puedes tener tierras, no puedes tener edificios (…) A pesar de eso, nosotras, como mujeres que iniciábamos, conseguimos que sí nos dieran el terreno, que la comunidad nos donara este espacio físico; pero no lo hubiéramos logrado sin el apoyo de algunos de nuestros abuelos y papás que sí creían en nosotras (Talleres de sistematización, 2011). Obtener el terreno en donación y sentir el respaldo de algunas de sus familias llenó de entusiasmo a este grupo de jóvenes promotoras empeñadas en hacer valer su derecho a ser tomadas en cuenta y a recibir apoyo para el trabajo que deseaban realizar. Estos logros fueron tan importantes que las llevaron a plantearse cómo querían que fuera su vida en adelante: Todo esto que pasó fue alentando nuestra alma rebelde… y aunque nos decían que las cosas tenían que ser de “esta manera”, empezamos a romper esa parte de la estructura, digamos que desde nuestras familias. Y algunas llegamos a decir a nuestros papás “¿sabes qué?, yo no me voy a casar ahorita, lo siento mucho, espérame al ratito… ahorita estoy muy ocupada pensando en otras cosas” (Talleres de sistematización, 2011). Esta toma de conciencia de que como mujeres eran capaces de hacer algo distinto de lo que se consideraba el deber ser, dotó de un nuevo sentido a su vida y al proyecto que realizaban. Por eso, con el tiempo tomaron la decisión de trabajar también con las madres de familia no solamente porque tienen a su cargo la crianza de niñas y niños, sino por un interés específico en abordar los problemas que 32 MOVILIZANDO CONCIENCIAS PARA PREVENIR Y ATENDER LA VIOLENCIA DE GÉNERO enfrentan como mujeres. Decisión que abriría nuevos horizontes para ellas mismas y para su organización. NUEVOS CAMINOS EN LA TRAYECTORIA DEL GRUPO: DIAGNÓSTICO SOBRE LOS DERECHOS DE LAS MUJERES MAYAS Empezamos a trabajar con las mujeres para que se dieran cuenta que podemos hablar, y que si hablamos a lo mejor pasa algo que nos mueve; y que entre todas podemos ayudarnos para ir construyendo cosas diferentes a la desigualdad entre las mujeres y los hombres (Talleres de sistematización, 2011). En los años posteriores a la creación de su organización, las jóvenes promotoras continuaron su labor de defensa y promoción de los derechos de la infancia, siguiendo su motivación inicial. Paralelamente, el grupo brindaba cada vez mayor atención a los problemas específicos de las mujeres. De ahí que en 2005, acordaran realizar un diagnóstico sobre los Derechos de las mujeres mayas, con el apoyo de Leticia Murúa Beltrán Aragón, integrante de APIS SURESTE: Fundación para la Equidad, AC (APIS SURESTE), organización de la sociedad civil (OSC) que había empezado a asesorar al grupo desde un año antes. El universo de trabajo comprendido en el diagnóstico abarcó las siete comisarías que conforman el municipio de Halachó: Cepeda, Cuch Holoch, Kancabchén, San Mateo, Santa María Acú, San Antonio Sihó, Dzidzibachí, y la cabecera municipal. Para llevar a cabo este diagnóstico, se siguieron dos vías: talleres participativos realizados ya sea con mujeres adultas o con niñas y niños; y entrevistas abiertas aplicadas mediante visitas domiciliarias. Con la intención de conocer la opinión de diferentes sectores de la población, las entrevistas fueron aplicadas a mujeres de entre 20 y 33 años; a varones con una edad promedio de 45 años; y a abuelas y abuelos con más de 60 años. Además, se realizó un encuentro en la comunidad de Sihó para abordar el tema “Derechos de las mujeres mayas”. En total participaron en las distintas actividades realizadas en torno al diagnóstico, 33 VIDA Y MILAGROS DE MUJERES INDÍGENAS un universo de 305 personas entre mujeres, hombres, niñas, niños y jóvenes (CADIN, 2005). Se trató de un diagnóstico realizado desde el enfoque de género y el enfoque de derechos. De ahí que a lo largo de los talleres y entrevistas se utilizaran frases que incluían palabras clave como: ser, hacer, tener y estar, referidas a la vida diaria de las mujeres y los hombres. De esta forma, fue posible indagar las diferentes percepciones de la población en cuanto a los derechos de las mujeres y de los hombres mayas, y a la forma de ejercerlos en ámbitos como la toma de decisiones, el acceso a los recursos, las relaciones con la pareja y con los hijos e hijas; o las actividades realizadas dentro y fuera de la casa de acuerdo al sexo (CADIN, 2005). La realización de este diagnóstico fue muy importante porque cumplió varias funciones: acercar a las integrantes del grupo con las personas de las distintas comunidades y abrir espacios no sólo de mujeres para que se analizara el tema de sus derechos y dieran a conocer sus demandas. Así, fue posible contar con información de primera mano como la que se presenta a continuación. En el diagnóstico hecho con las niñas y los niños, destaca la percepción de ambos de que las mujeres “pertenecen a la casa” por ser el espacio en el que pueden tomar decisiones; y que ellas son más responsables que los hombres. Razón por la cual, los infantes en su mayoría, dijeron sentirse más protegidos por sus madres que por sus padres. En cuanto a la situación de las mujeres, el diagnóstico dejó ver que, en su mayoría, no conocían sus derechos y que no sólo tenían una participación muy limitada en la vida comunitaria, sino que en su propia familia no eran tomadas en cuenta. De ahí que, a pesar de realizar múltiples trabajos en la casa y en la parcela, no pudieran controlar los distintos recursos familiares o tomar decisiones sobre los mismos. En casi todas las comisarías que participaron en el diagnóstico, se dijo que el alcoholismo de los hombres es un grave problema que afecta directa e indirectamente a las mujeres tanto al interior de sus familias, como en los espacios públicos. Sin embargo, 34 MOVILIZANDO CONCIENCIAS PARA PREVENIR Y ATENDER LA VIOLENCIA DE GÉNERO la violencia de género que casi siempre conlleva este fenómeno, no fue mencionada. En materia de salud, el diagnóstico mostró que existía una deficiencia general en la mayoría de las comunidades al no contar con servicios a cargo de personal médico, ni con medicamentos. Por otro lado, dejó ver que aunque en las comunidades existen programas de distintas instituciones de gobierno, en su mayoría, tienen como beneficiarios a los hombres. En suma, este primer diagnóstico puso de manifiesto que, en general, ni las mujeres mayas se valoraban suficientemente a sí mismas, ni los demás integrantes de la comunidad las valoraban como sujetos de derecho, aunque apreciaran su papel como portadoras de la cultura. Identificando en particular, que las mujeres no reconocían como un problema la violencia de género aunque estuviera presente en su vida diaria: “Cuando en el 2005 hicimos el diagnóstico, nos topamos con que la violencia no se veía como problema, sino como que era –parte de la cultura, cuestiones propias de la familia y de las tradiciones–. Algo que no es público y que no se habla, sino una cosa de adentro de la familia” (Talleres de sistematización, 2011). Con la intención de despertar la conciencia de las mujeres mayas, darles a conocer sus derechos, identificar juntas cuáles eran las dificultades que les impedían ejercerlos y buscar alternativas para superarlas, en el 2006, CADIN solicitó la asesoría de María Teresa Munguía Gil para realizar talleres en las comunidades de San Mateo, San Antonio Sihó, Kancabchén y Dzidzibachí. Una vez que se llevaron a cabo los talleres, las promotoras y la asesora se dieron a la tarea de analizar la información obtenida y elaboraron la Agenda de incidencia política de las mujeres dirigida a instituciones, autoridades municipales y organizaciones sociales con el propósito de sensibilizarlas respecto de los problemas vividos por las mujeres por el hecho de ser mujeres. Como un primer avance en el reconocimiento de sus derechos, esta Agenda recogía el deseo de las mujeres mayas de aprender 35 VIDA Y MILAGROS DE MUJERES INDÍGENAS cosas nuevas y de capacitarse para conseguir un empleo remunerado que les permitiera contar con ingresos propios y ampliar sus posibilidades de desarrollo personal. De manera especial, planteaban la necesidad de que hubiera un espacio donde pudieran expresar los problemas que enfrentaban en su vida diaria: “pedían un lugar en el que se sintieran valoradas y comprendidas por las personas que las atendieran y, sobre todo, que hablaran su lengua” (CADIN, 2006). Esta última demanda de las mujeres de las comunidades, de contar con un espacio para ellas, encontró terreno fértil entre las promotoras, quienes seguían agregando nuevas experiencias a su vida y dándose la oportunidad de discutir colectivamente su propia condición como mujeres: Desde que algunas compañeras se casaron, renació nuestro interés por el tema de la relación hombre-mujer. Ya antes habíamos empezado a tomar talleres de género con APIS y habíamos visto que como mujeres sí podíamos hacer esto y aquello…, pero hasta que algunas se casan, es cuando vemos que el asunto del género era un tema del que teníamos que hablar más para entender a fondo la relación entre las mujeres y los hombres… Por eso, cuando hicimos el diagnóstico, valoramos mucho la demanda de las mujeres de contar con un espacio para compartir con otras mujeres lo que nos pasa, aprender, crecer, ser nosotras, transformarnos (Talleres de sistematización, 2011). En este contexto, no es de extrañar que en la Planeación estratégica que realizaron en 2007 hayan incluido entre sus metas de mediano plazo la construcción de un espacio con las características que las mujeres de las comunidades demandaban. De acuerdo con los cálculos del grupo, serían necesarios por lo menos cuatro años para que este sueño llegara a hacerse realidad. Como ya se ha dicho, en 2007 la organización decidió obtener una nueva personalidad jurídica como Centro alternativo para el desarrollo integral indígena, Asociación Civil (CADIN) y establecer 36 MOVILIZANDO CONCIENCIAS PARA PREVENIR Y ATENDER LA VIOLENCIA DE GÉNERO objetivos más amplios de los que se habían planteado al inicio, tales como: “Brindar servicios de asesoría y capacitación sobre Desarrollo comunitario, Derechos humanos indígenas, Equidad e igualdad de género, Organización productiva y comercialización” (Talleres de sistematización, 2011). Al momento de esta transición, seguían formando parte del grupo las mismas siete compañeras que empezaron los trabajos de promoción de los derechos de la infancia diez años atrás, además de otras tres jóvenes a quienes invitaron después. Todas ellas estaban decididas a continuar unidas en busca de sus anhelos de transformación personal y social, y su organización fue haciéndose cada vez más fuerte. LA CONJUNCIÓN DE UN PROYECTO SOCIAL CON UNO INSTITUCIONAL En el Foro en el que participaron como invitadas, la propia CDI se sorprendió y decía “A ver, ¿ustedes de veras ya querían una Casa?” (Asesora, Talleres de sistematización, 2011). Si bien el grupo ya había pensado construir un local para brindar atención específicamente a las mujeres; tal como se ha visto, éste era un proyecto de mediano plazo. No obstante, hubo una serie de acontecimientos que aceleraron el cumplimiento de su propósito. El primero fue que, en 2007, algunas integrantes de CADIN que participaban en la Escuela regional de formación de dirigentas campesinas e indígenas de Yucatán, impulsada por Comaletzin y por APIS SURESTE, entraron en contacto con Dora Ávila Betancourt, integrante de Comaletzin y del Centro para los Derechos de la Mujer Nääxwiin. Como parte de las actividades de la Escuela, Dora mostró el video Del silencio a la palabra, sobre el programa de las CAMI impulsado por CDI y compartió su experiencia personal como asesora de una de estas Casas. 37 VIDA Y MILAGROS DE MUJERES INDÍGENAS Las mujeres de CADIN encontraron gran coincidencia entre este proyecto de CDI y los planes que ellas tenían. Así que Dora les recomendó ponerse en contacto con Graciela Osornio Morales, jefa del área de Fortalecimiento de Capacidades en la Delegación estatal de CDI en Yucatán. Con estos antecedentes, en 2008 CADIN participó en el Foro sobre salud sexual y reproductiva y violencia de género en Yucatán al que fueron convocadas por CDI, al igual que otros grupos de mujeres indígenas, organizaciones de la sociedad civil, instituciones gubernamentales y especialistas en la materia. El propósito era sondear en qué lugar del estado existían las condiciones para abrir una Casa de la Mujer Indígena. En dicho evento, las promotoras de CADIN dieron a conocer sus antecedentes organizativos, presentaron los resultados del diagnóstico del 2005 y de la Agenda política y plantearon la importancia de contar con espacios comunitarios para atender a las mujeres mayas en temas de salud, medicina tradicional y asesoría jurídica en casos de violencia. Al realizar el proceso de selección correspondiente, CDI consideró que CADIN era una organización que reunía las características necesarias para aplicar el Modelo autogestivo de atención a la violencia de género y la salud reproductiva en zonas indígenas establecido para las CAMI y aprobó que la Casa se instalara en Sihó:13 En ese momento estaban iniciando nuevas CAMI en el país, pero en unas condiciones y circunstancias distintas a las de ahora; ya que en esos años CDI tuvo el acierto de buscar que las Casas estuvieran a cargo de organizaciones con una experiencia previa de trabajo, de las que en el estado de Yucatán no había muchas. Así que el interés en el tema y el nivel organizativo que se necesitaba, los tenía CADIN. 13 El requisito establecido por cdi en la normatividad vigente en ese momento, era que las CAMI debían instalarse en las cabeceras municipales y Sihó no es cabecera municipal. Sin embargo, como las promotoras ya contaban con un terreno que les había donado la comunidad y en el que habían construido un local para hacer talleres, cdi aceptó facilitar el proceso para que se modificara ese criterio y la Casa pudiera ser instalada en Sihó aunque no fuera cabecera municipal. 38 MOVILIZANDO CONCIENCIAS PARA PREVENIR Y ATENDER LA VIOLENCIA DE GÉNERO Eso hizo que CDI se decidiera a elegir a este grupo para que fuera el que recibiera la Casa (Asesora, Talleres de sistematización, 2011). Éste sería el inicio de una nueva etapa en la vida de la organización, que traería consigo grandes retos ya que si bien contaban con distintas fortalezas, como tener amplia experiencia de trabajo comunitario, haber realizado el diagnóstico participativo con enfoque de género y estar capacitadas en cuanto a la metodología de educación popular y a varios temas relacionados con los derechos humanos, la salud y la prevención de la violencia; no conocían a fondo las temáticas a las que iba a dedicarse la CAMI. Además, les preocupaba ser un grupo pequeño para continuar el trabajo que estaban llevando a cabo hasta ese momento como CADIN y, al mismo tiempo, emprender el nuevo proyecto. Sin embargo, les daba confianza contar con el apoyo y asesoría de APIS SURESTE y las animaba poder empezar a dar respuesta a las necesidades planteadas por las mujeres durante el diagnóstico sobre sus derechos. Así que, en el mismo 2008, al formalizarse el convenio con CDI, emprendieron varias tareas de forma simultánea: planear cómo querían que fuera físicamente la Casa, acordar qué responsabilidades iba a asumir cada una cuando se echara a andar y definir sus necesidades de capacitación como equipo. 39 VIDA Y MILAGROS DE MUJERES INDÍGENAS Dibujo del grupo sobre las etapas de su historia. De acuerdo con el modelo de CDI, los temas a trabajar en las Casas pueden ser dos: Salud sexual y reproductiva; y Prevención y atención de la violencia. En este caso, el equipo de CADIN optó por el segundo: Sabíamos por el diagnóstico que el tema de salud sexual y reproductiva era un problema por no contar en las comunidades ni con personal, ni con un espacio para dar atención de calidad a las mujeres. Sin embargo, no incluimos como un objetivo principal trabajar este aspecto de la salud, sino que decidimos enfocarnos a prevenir las acciones de violencia, a sensibilizar y orientar a las mujeres que tenían esos problemas, dándoles servicios de asesoría legal y de apoyo emocional (Talleres de sistematización, 2011). A partir de esta decisión, empezaron a definir el plan de formación y capacitación interna del grupo, que daría inicio poco después. Mientras tanto, centraron su atención en planear cómo querían que fuera la Casa. 40 MOVILIZANDO CONCIENCIAS PARA PREVENIR Y ATENDER LA VIOLENCIA DE GÉNERO LA CONSTRUCCIÓN DE LA CASA Los principales objetivos de esta etapa fueron, además de adentrarnos al tema desde nosotras mismas; promocionar la Casa y construirla físicamente (Talleres de sistematización, 2011). Como resultado del trabajo de difusión que realizaban las promotoras, las mujeres de las comunidades empezaron a buscarlas pidiendo que las atendieran desde antes que se instalara la Casa. En esa etapa, el apoyo que les brindó CADIN consistió en canalizarlas a APIS SURESTE en Mérida: ya sea para que les brindaran terapia psicológica, o las acogieran en el Refugio CAMVIa que había sido creado por dicha asociación civil años atrás.14 Mientras tanto, como parte de los preparativos para la construcción de la Casa, las mujeres del equipo realizaron varias reuniones para reflexionar juntas cómo querían que fuera la construcción y diseñar el plano: “Nosotras como grupo queríamos una casa con los materiales de la región, una casa adecuada: de concreto y con teja, a partir de un diseño hecho por nosotras; incluso en el croquis la soñamos con una fuente, con un jardín, y que tuviera columnas con glifos mayas” (Talleres de sistematización, 2011). Cuando las promotoras tuvieron lista su maqueta, se reunieron con representantes de CDI central, quienes les informaron que, con asesoría de la empresa constructora Royal, la institución también había preparado un proyecto de cómo podría ser la casa: “Hubo una serie de discusiones porque el local que nos presentaron parecía una fábrica y era un tipo de construcción ajeno a nuestro contexto de comunidad indígena. Además, les dijimos que al estar hecha de plástico no era apropiada para un lugar como éste donde hace tanto calor” (Talleres de sistematización, 2011). 14 Desde su fundación en 2005, el Refugio camvia creado por apis atiende a mujeres víctimas de violencia extrema, así como a sus hijas e hijos menores, dándoles distintos apoyos, como: hospedaje, alimentación, atención médica, psicológica y legal; además de capacitación para estar en condiciones de desempeñar algún trabajo remunerado. En promedio, este servicio es brindado a las mujeres por un periodo de tres meses. 41 VIDA Y MILAGROS DE MUJERES INDÍGENAS A pesar de los argumentos expuestos por el grupo, la construcción fue realizada conforme al proyecto presentado por la empresa, y las mujeres no pudieron negociar siquiera algunas adecuaciones menores. Sin embargo, estos hechos no las desanimaron porque tenían muy claro su propósito: Al menos queríamos negociar algunas cosas, como por ejemplo que el baño ecológico fuera hecho con los materiales de la región, o que pusieran las columnas que queríamos. Hicimos ese acuerdo pero no se respetó… Después de algunas reuniones en las que expresamos claramente nuestros sentimientos, decidimos seguir trabajando con la institución. Estábamos convencidas de que, a pesar de que físicamente la casa no fuera como queríamos, nosotras podíamos crear el alma y la esencia de la Casa que las mujeres necesitaban (Talleres de sistematización, 2011). Sin duda, esta fortaleza interior era fruto de un conjunto de circunstancias: el tiempo que llevaban trabajando juntas y el compromiso que las unía como grupo; los procesos de formación y capacitación que habían compartido a lo largo de los años; el apoyo que recibían de APIS SURESTE y CDI estatal; así como los talleres de fortalecimiento organizativo que estaban llevando a cabo en esos momentos como parte del arranque de la CAMI: “A través de los talleres facilitados por APIS y Kinal Antsetik, DF, le fuimos poniendo el alma y el corazón a la Casa y fue entonces cuando le dimos el nombre de Toj Óolal Puksi’ Ik’aal, que quiere decir Sanando el corazón” (Talleres de sistematización, 2011). De forma paralela a este proceso interno, durante el mismo 2008 el grupo empezó a participar en encuentros para el intercambio de experiencias con otras CAMI, en los que pudieron conocer a mujeres indígenas de diferentes regiones, saber cómo estaban trabajando y compartir los logros y dificultades que todas tenían. Esta vivencia llevó a las promotoras a sentirse estrechamente unidas con las demás mujeres que hacen posible este proyecto nacional: “Somos muchas en esta lucha contra la violencia. Cada una desde su trinchera, pero 42 MOVILIZANDO CONCIENCIAS PARA PREVENIR Y ATENDER LA VIOLENCIA DE GÉNERO todas bajo la misma luz que nos conduce hacia horizontes más sanos y equitativos para las mujeres” (Talleres de sistematización, 2011). Todos estos hechos contribuyeron desde el principio a fortalecer a las integrantes del grupo y a reforzar su cosmovisión e identidad como mujeres mayas, proceso que ha continuado a través del tiempo. PUESTA EN MARCHA DEL PROYECTO CASA DE LA MUJER INDÍGENA Vimos que había mucho trabajo por hacer, porque no podemos afirmar que hay un problema, si las mujeres no logran identificarlo como problema (Talleres de sistematización, 2011). La inauguración de la Casa tuvo lugar en febrero de 2009 y se realizó mediante dos eventos: uno con la participación de las instituciones y otro de carácter interno. Una vez instaladas en el nuevo local, las integrantes del grupo se dispusieron a capacitarse en temáticas específicas para estar en condiciones de brindar los servicios que debían ofrecer como CAMI. Empezaron por la violencia de género, tema del que en ese momento sólo contaban con conocimientos básicos, y partieron de su propia experiencia: Trabajamos el tema desde nosotras mismas, desde el preguntarnos y trabajar la propia violencia vivida desde la niñez… que era un recuerdo que estaba arrinconado, que estaba olvidado… Entonces fue cuando nos dimos cuenta que es un problema que aunque está, no aparece hasta que lo rastreas para identificarlo y ver cuál es el origen. Por eso era necesario que nosotras nos adentráramos a reconocerlo en nuestra vida (Talleres de sistematización, 2011). Esta toma de conciencia removió profundos sentimientos y emociones que llevaron a las promotoras a entender su historia personal y colectiva, y a reafirmar su convicción de que debían 43 VIDA Y MILAGROS DE MUJERES INDÍGENAS trabajar para combatir la violencia de género y hacer que ya no fuera vista como algo natural: A partir de nuestra propia experiencia, pudimos comprobar por qué la violencia no era vista como un problema, sino como algo considerado “normal”, como que así debía ser… Pero también nos dimos cuenta que si logramos identificarla, las cosas pueden ser diferentes, que podemos sanar nuestras heridas y emprender un nuevo camino (Talleres de sistematización, 2011). Y eso fue lo que hicieron ellas mismas, emprender un largo camino para ir al encuentro de sus antepasados. Siguiendo el consejo de Nellys Palomo de Kinal Antzetik, DF, decidieron visitar lugares emblemáticos de la cultura maya en los estados de Yucatán, Chiapas, Quintana Roo e, incluso, en el vecino país de Guatemala. En cada uno de estos lugares, hicieron ceremonias y rituales que les permitieron contactarse con su historia ancestral: En 2009 empezamos el recorrido por la Ruta Maya que incluyó siete zonas arqueológicas. Fuimos al encuentro de nuestros antepasados, de nuestras ancestras mayas, para reconocernos, tomar el poder que necesitábamos y empezar nuestro proceso de sanación a través de los puntos de energía de nuestro ser (…), ya que se sana para poder sanar. Ese recorrido fue también un gran paseo para compartir entre nosotras, lleno de emociones. En los encuentros que hubo ese año para el intercambio de experiencias con otras Casas, pudimos contar a las demás mujeres lo importante que fue para nosotras lo que habíamos vivido (Talleres de sistematización, 2011). Estas experiencias llenaron de ánimo y fuerza interior a las integrantes de CADIN, quienes desde entonces hicieron de la Casa el proyecto central de su organización, dedicándole su tiempo y su energía como se verá a continuación. 44