Del libro: De la Agrotécnia a la Agricultura: Agricultores

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Del libro: De la Agrotécnia a la Agricultura: Agricultores
accediendo y experimentando con la diversidad genética.
Mas allá del mejoramiento genético de los cultivos.
Humberto Ríos, Rodobaldo Ortiz, Lucy Martín, Manuel Ponce, Irene Moreno, Rosa
Acosta, Sandra Miranda, Michel Martinez, Ernesto M. Ferro y Carlos de la Fé.
Introducción.
La agricultura industrial la cual emplea variedades mejoradas con los paquetes
tecnológicos elaborados por las estaciones experimentales, han sido exitosas en
ciertas áreas homogéneas favorecidas por relaciones de mercado que justifican la
inversión de insumos producidos con altas cargas energéticas.
Por otro lado en algunas regiones, aun cuando existen condiciones favorables
para el cultivo industrial (suelos, clima, agua, mecanización), los agricultores, no
están dispuestos a pagar los agroquímicos que requieren para aumentar los
rendimientos por la imposibilidad económica de hacerlo o por la simple razón que
el empleo de agrotóxicos, no es compatible con la cultura de algunos productores.
También se reportan casos de campesinos que en un momento determinado
fueron beneficiados por subsidios y que aun en medio de una fuerte crisis
económica del sector del campo, han intentado mantener las prácticas
convencionales de aplicación de altas dosis de insumos externos, teniendo que
pagar el alto precio del incremento exponencial de sus deudas y la constante
incertidumbre.
En sentido general en las tipologías anteriormente descritas en que los insumos
químicos han estado prevaleciendo como soporte del aumento del rendimiento y la
calidad de las semillas, se fundamenta una lógica que el productor de semillas
basa el aumento del rendimiento con el empleo de altos insumos agroquímicos en
un reducido número de variedades. Los campesinos y actores locales inmersos en
estos ambientes atribuyen las variaciones de las plantas esencialmente propias
del clima, las atenciones culturales como preparación del suelo, manejo de la
irrigación, agroquímicos, etc (Ríos et, al., Informe IDRC, 2001).
En este capitulo se enfatiza en el caso de Cuba, golpeada por una fuerte
depresión económica debido al colapso del Campo Socialista europeo cuya
agricultura transitó de ser dependiente de altas cargas de insumos agroquímicos a
una agricultura menos dependiente de la agroquímica y el combustible fósil, por tal
razón la lógica de los productores de semillas y fitomejoradores profesionales de
“altos insumos energéticos” tuvieron que irremediablemente transitar hacia formas
más descentralizadas y con una participación decisiva de los productores en el
manejo de los recursos fitogenéticos.
Por ejemplo en el proceso de transformación de la agricultura cubana, el
protagonismo de la producción de granos básicos pasó de la gran empresa estatal
al sector privado. La empresa de semilla centralizada fue perdiendo protagonismo
(Ríos y Wright, 1999). Los métodos de conservación, selección, multiplicación y
distribución de semillas del sector convencional presentaban serias limitaciones
en satisfacer las diversas y crecientes demandas de los productores los cuales por
la propia crisis tuvieron que producir semillas de diferentes cultivos con muy bajos
insumos de agroquímicos.
Durante la década de los 90s, la mayoría de los productores cubanos se
convirtieron en agricultores orgánicos y semi- orgánicos donde las decenas de
alternativas como uso de variedades resistentes, bio-plaguicidas, bio-fertilizantes,
entre otras se aplicaban, la visión de concebir la producción agrícola como sistema
propio de la agricultura orgánica era cada vez mas evidente (Rosset y Bourque,
2001). El mejoramiento convencional de plantas había aportado variedades
resistentes a diferentes condiciones estresantes, presentes en Cuba, sin embargo
mantenía una visión reduccionista donde el centro era el cultivo en particular y los
rendimientos. En este contexto los fitomejoradores eran los protagonistas
absolutos de la generación y diseminación tecnológica siendo responsables de los
éxitos y los fracasos de su intervención.
Producto del propio enfoque reduccionista, la asociación productor- fitomejorador,
la capacidad de generar diversidad genética, selección y distribución de los
centros de investigaciones al productor se hacían insostenibles, los propios
institutos encargados de la mejora se deterioraban, la actividad de selección de las
plantas cada día carecía de incentivos para nuevos y viejos talentos, el
mejoramiento genético de los cultivos como ciencia aplicada al bienestar del
hombre se sentía amenazada.
Sin lugar a dudas el contexto nacional de la agricultura había cambiado
dramáticamente y los métodos convencionales de mejora de plantas debían ser
reenfocados. El sector público de la mejora de plantas se sumergía en la creciente
necesidad explorar alternativas que le permitiera salir de la crisis y desarrollar
todas sus potencialidades.
El Fitomejoramiento Participativo como estrategia complementaria en Cuba surge
como iniciativa para investigar métodos de mejora genética capaces de responder
al nuevo contexto agrícola cubano: la producción de semillas protagonizadas por
los agricultores, los sistemas agrícolas cubanos carentes de insumos
agroquímicos y por tanto marcadas diferencias entre los ambientes, alto grado de
innovación tecnológica de los productores rurales y urbanos para producir mas
alimentos con el menor gasto energético, la existencia de una marcada voluntad
política oficial para producir mayor cantidad y mejor calidad de alimentos por todas
las vías posibles (Rosset y Bourque, 2001). El proyecto de Fitomejoramiento
Participativo en este contexto, examinó cual era el efecto sobre la producción y la
diversidad de los cultivos, que los agricultores tomarán las decisiones sobre su
política varietal y tecnológica de sus fincas. Al principio la duda y hasta el temor
inundo a todos, se discutían constantemente interrogantes como:
¿Cual será el avance genético de las variedades seleccionadas por los
agricultores?
¿Cuáles serían las consecuencias de considerar a los agricultores protagonistas
de la selección, multiplicación y distribución de semillas mejoradas?
¿Qué repercusión tendría que la evaluación de la experiencia se fundamente
esencialmente en fomentar la auto-evaluación, el intercambio abierto y
transparente entre los actores locales y nacionales involucrados en el
mejoramiento de la diversidad genética y la innovación local?
Producto de las limitaciones económicas que afrontaba el país, el cúmulo de
problemas que subyacían en la agricultura enfatizaba la enormidad del reto de
buscar alternativas viables para el mejoramiento de la producción de semillas en
Cuba. Entonces una pregunta al unísono salió a relucir: ¿Por donde empezar? Si
los productores del sector privado de la agricultura cubana1, con sus respectivos
sistemas de producción son los actuales protagonistas de la producción de las
semillas, resultaba inminente entender como funcionaban los sistemas locales de
semillas.
Los sistemas locales de semillas de semillas en granos básicos.
El caso de estudio del Tejar- La Jocuma.
El trabajo de diagnóstico de los sistemas locales de semillas, se enfocó
esencialmente en la comunidad El Tejar- La Jocuma ubicada en el municipio
montañoso de La Palma, provincia de Pinar del Río la cual fue seleccionada por
su relativo aislamiento geográfico, terrenos irregulares, infértiles y poca influencia
de los sistemas convencionales de semillas además del conocimiento previo que
se tenia por las relaciones familiares del coordinador del equipo en la comunidad.
Para entender el funcionamiento se dividió el diagnóstico en aspectos de manejo,
flujo e intercambio de semillas así como en las relaciones de liderazgo de La
Comunidad (ver Miranda et al., 2004, Moreno et al., 2004 y Ríos et al., 2001). Se
elaboraron encuestas que fueron aplicadas a los agricultores de la comunidad, de
este modo los biólogos, agrónomos y sociólogos comienzan a introducirse en el
mundo rural y en la lógica comunitaria de los sistemas locales de semillas.
1
El sector privado de la agricultura en Cuba es considerado en este capitulo aquellos productores que
teniendo o no propiedad de la tierra toman las principales decisiones de las prácticas que emplean en sus
respectivos predios.
Fue interesante observar como los elementos comunes del sistema de semillas
local de frijol, arroz y maíz de la comunidad estudiada, se distinguen en que la
totalidad de los productores multiplican y conservan sus propia semilla año tras
año, los agricultores introducen semillas de manera frecuente y que estos no
sustituyen las variedades que introducen sino que conviven con las que poseían,
dando evidencias de su capacidad de experimentación (Moreno et al., 2004).
Existían campesinos lideres (ver técnica de sociograma primer reporte IDRC,
2001) locales en el manejo de semillas para fríjol, arroz y maíz los cuales
coinciden en la mayoría de los casos, no existiendo una especialización por
cultivo.
Variedades versus diversidad
En el caso del fríjol y arroz cultivos de autopolinización, los agricultores por las
diferencia morfológicas de las plantas, distinguieron que en la comunidad existían
8 variedades de frijol y 7 de arroz. En el caso específico de fríjol a través del
análisis molecular se encontró una marcada distancia genética entre los tipos
rojos, negros, bayos y blancos; sin embargo la diversidad de variedades existe
entre cada tipo era poco significativa, al parecer el acceso limitado de nuevas
fuentes de genes a la comunidad y la baja capacidad de recombinación genética
natural del fríjol, pudieron condicionar este hallazgo (ver Miranda et al., 2004). De
igual modo se constató como en el fríjol y el arroz los agricultores percibían
disminuciones de los rendimientos asociados a la mayor presencia de
enfermedades en los últimos 5 años(Miranda et al., 2004 y Moreno et al., 2004).
Por su parte en el cultivo del maíz el cual presenta polinización cruzada son
esencialmente predominantes en la comunidad “criollo de paja blanca y morada”,
en estas como elementos morfológicos comunes se observaba el cierre hermético
de la cobertura de la mazorca y su tolerancia a las condiciones estresantes de la
zona. Sin embargo los lotes de semillas criollas de cada agricultor examinado,
mostraron diferencias significativas respecto a las características cualitativas, de
rendimiento y sus componentes evaluados cuando se sembraron en un
experimento y se compararon entre sí (Acosta et al., 2004 y Cruz et al, 2004)
pareciendo estar asociada esta diferencia con la distancia geográfica existente
entre las fincas y por consecuente de las practicas de manejo de cada agricultor
(Acosta et al., 2004).
De lo anterior se indujo que la “variedad criollo” parece ser un criterio comunitario
basado en dos o tres características comunes que distingue a la población de
maíz cosechada en la comunidad, y que a diferencia de las variedades de maíz
concebidas por el sistema convencional cubano de fitomejoramiento, la variedad
criollo de la comunidad analizada, parece ser genéticamente mas amplia y
relativamente heterogénea, distinguiéndose además que aún en las condiciones
de libre flujo de polen cada agricultor, presenta poblaciones de maíz con
características propias.
¿Que preferencias tienen los productores?: Impacto de las feria de diversidad
Dentro de las características básicas de los sistemas locales de semillas fueron
consideradas los criterios de selección de los productores. Este componente
resultó ser esencial y variable; esencial por la importancia de identificar cual es la
diversidad que le interesa a los productores para enfocar acertadamente la mejora
de plantas a sus necesidades y variable porque dichas preferencias pudiera estar
condicionada a las propias demandas del mercado, la familia y/o intereses de
otros grupos de agricultores en el tiempo y el espacio.
Aun ni en los centros de diversidad genética de los cultivos (Rios et al., 2004 en
esta edición) es usual observar campesinos que de forma simultanea puedan
evaluar y acceder en campo a la diversidad genética conservada y manejada por
otras comunidades de agricultores, organizaciones públicas y privadas de
mejoramiento genético.
Un método para evaluar las preferencias de los productores han sido las ferias de
diversidad, la cuales consisten en sembrar una parcela con la diversidad genética
disponible en las organizaciones convencionales de mejora genética y de las
comunidades campesinas e invitar a productores y otros actores locales a
seleccionar los materiales de su preferencia (ver de la Fé et al., 2004).
En la práctica agricultores, seleccionan diferentes variedades en las ferias de
diversidad, algunas del sector formal de semillas, en otros casos variedades de
sus vecinos o de otros agricultores. Se han identificado diferencias en los criterios
de selección en dependencia de los sexos, de igual modo las variedades
seleccionadas por los agricultores en las ferias diversidad genética superan en
rendimiento a la media de todas las variedades exhibidas (Ríos et al., 2003 y Ortiz
et al., 2004). Es extremadamente interesante como los agricultores a partir de su
enfrentamiento ante una amplia diversidad genética llevan a sus fincas un
conjunto significativo de materiales despertándose en ellos un interés especial por
la experimentación que va más allá del nivel de escolaridad de los participantes.
Tanto agricultores con un alto grado de escolaridad (universitarios) como aquellos
que tenían menos de sexto grado acogieron emotivamente la diversidad genética
como nadie lo había sospechado.
Resulta relevante mencionar como las variedades tradicionales que históricamente
se han conservado en las comunidades, a través de la selección participativa en
las ferias de diversidad se redistribuyen entre los campesinos participantes
(Miranda et al., 2004, en prensa), de lo se infiere que nuevos agricultores la
adoptan y por tanto los riesgos de extinción se minimizan.
Las ferias de diversidad en un inicio organizada por el equipo de investigación del
INCA y posteriormente por los productores del Tejar- La Jocuma, han constituido
un procedimiento muy popular para estimular el acceso de la diversidad genética
en la agricultura cubana (Cuadro 1 ).
Las ferias de diversidad se han convertido en eventos muy populares en Cuba, estas se han
diseminado exponencialmente convirtiéndose en reuniones abiertas para la discusión
tecnológica local y el fortalecimiento cultural de las comunidades participantes. A
continuación se presenta un resumen de las efectuadas en Cuba.
Ferias de diversidad ejecutadas o bancos locales de semillas desarrollados en el marco
del proyecto de Fitomejoramiento participativo en Cuba (del 2000 hasta el primer
trimestre del 2004).
Localidades
Cultivos
Frijol Yuca Trigo Maíz
Pinar del Río
Los Palacios
La Palma
2
1
La Habana
San José de las
2
Lajas
San A. De los
Baños
Batabanó
Cienfuegos
Aguada de
3
Pasajeros
Villa Clara
Santa Clara
1
Manicaragua
1
Camaguey
Vertientes
1
1
Holguín
Gibara
2
Subtotal Cuba
12
2
* Incluye diversas especies
3
Arroz
1
2
2
1
Tomate Soya
1
1
2
1
Calabaza
Caupí
A. Urbana*
1
4
1
11
1
10
16
12
2
1
1
2
4
4
1
1
8
Total
1
1
6
1
5
3
1
1
1
Campesinos experimentando.
Una vez que los agricultores participaban en las ferias de diversidad estos
adquieren las semillas seleccionadas en dicho evento y desde este momento cada
productor participante se convirtió en una micro-estación experimental. En
ocasiones se sentía el temor de sobrecargar en actividades experimentales a los
4
2
1
1
4
4
5
5
42
agricultores del territorio, de “abusar” de las relaciones familiares y de amistad del
coordinador del equipo con la comunidad; sin embargo en la medida que la
complejidad y el número de actividades se incrementaba, el interés de los
productores y la demanda para iniciar trabajos innovativos en el municipio eran
mayores.
El proyecto comenzó en el año 2000 con la realización de ferias de diversidad en
fríjol y maíz, posteriormente se incorpora el arroz y actualmente los agricultores
experimentan con múltiples cultivos, el procedimiento experimental lo aplican a la
introducción de especies como el trigo especie considerada exótica en la
agricultura cubana, la papa y soya considerados cultivos típicos de agricultura
industrial en Cuba así como al cultivo de tejidos que comienza su irrupción en El
Tejar- La Jocuma y otras comunidades del municipio de La Palma (Hernández et
al., 2004)
Los agricultores de la comunidad el Tejar- La Jocuma en colaboración con los
investigadores del INCA a través de la organización de las ferias de diversidad y la
conducción de experimentos sobre la adaptación de diferentes variedades y
especies, han logrado movilizar la opinión pública del sector agropecuario
municipal, provincial, nacional e internacional. Los rendimientos de los cultivos
bajo experimentación se han duplicado y la diversidad de especies y variedades
alcanzan ya niveles insospechados (Foto 1). Los propios actores locales se
organizan para la diseminación municipal y provincial de la experiencia. La
Facultad de Agronomía de Montaña perteneciente a la Universidad de Pinar del
Río filial universitaria situada en el municipio ha encontrado en el proyecto un
espacio para identificarse así como aterrizar con las demandas de los productores
y la documentación de la experiencia.
No solo en EL Tejar La Jocuma.
En realidad el acceso a la diversidad unido a la experimentación de los
productores no solo se circunscribió a los ambientes heterogéneos. En los
ambientes homogéneos ha tenido un impacto relevante. En San Antonio de los
Baños situada en una zona de agricultura industrial de provincia Habana, a partir
del trabajo de selección de los productores, ya se cuenta con una variedad de
maíz seleccionada a partir de un conglomerado genético facilitado por los
investigadores del INCA.
Esta variedad ha contribuido significativamente a
revalorizar la importancia del cultivo del maíz en la zona por su resistencia a la
palomilla del maíz y la respuesta satisfactoria ante el déficit de fertilizantes
químicos.
En este municipio los propios agricultores han contribuido ha multiplicar la
colección nacional de maíz de las instituciones públicas. En condiciones
orgánicas de cultivo se ha logrado aumentar el rendimiento de fríjol y maíz
aumentar la diversidad genética intra e interespecifica (Cuadro ). Por otro lado en
la propia provincia Habana, municipio Batabanó, los agricultores han desarrollado
diversas colecciones de maíz y un agricultor productor de semilla híbrida del
sector formal de semilla conforma una variedad local de maíz con la colaboración
de los investigadores de INCA.
La inyección de una amplia diversidad genética a nivel local maximiza las
bondades de la diversidad genética, en cada punto en que se ha inyectado
grandes dosis de diversidad genética se convierte en laboratorio de selección de
plantas y en centros de desarrollo agrícola, el flujo de semillas se intensifica de
manera significativa y los cambios de actitud en los agricultores, políticos,
investigadores, universitarios, funcionarios municipales, provinciales y nacionales
se evidencian gradualmente.
La inyección de una amplia diversidad genética descrita, unido a la propia
capacidad de experimentación de los campesinos, ha permitido reforzar la
selección de variedades para las condiciones específicas de cultivo y la necesidad
de mantener un espectro genético diverso para responder a los presentes y
potenciales riesgos de los agricultores que enfrentan una agricultura de bajos
insumos energéticos. La participación de los productores en la selección de
variedades con adaptación específica ha mitigado significativamente los intensos
efectos de la interacción genotipo-ambiente en las condiciones actuales de cultivo
en Cuba (Ortiz, et al., 2004), el hecho que los campesinos seleccionen variedades
en los ambientes metas se hace mucho mas efectiva la selección (Ceccarelli,
2000) y económicamente sostenible (Ver Ríos et al., 2002)
A raíz de fomentar la participación de los productores en el mejoramiento genético
de los cultivos, ha tomado fuerza la concepción del productor experimentador, este
en condiciones de mínimos insumos externos, examina sus variedades y toma
decisiones de su estrategia. Definitivamente se revaloriza la importancia de las
variaciones genéticas de los cultivos para la producción local de alimentos.
Abriendo paso a la certificación local de semillas.
Dentro de los hallazgos del desarrollo del fitomejoramiento participativo en Cuba
emergió la enorme capacidad de los institutos de investigaciones de
fitomejoramiento en generar diversidad genética a través de cruces, variación
somaclonal e inducción de mutaciones. Sin embargo dentro de sus principales
debilidades figuran la limitada capacidad de diseminación, certificación y
experimentación con variedades en ambientes contrastantes y distantes a las
oficinas de certificación, lo cual esta ligado al déficit de combustible, piezas de
repuesto. Por otro lado los agricultores, han demostraron habilidades en la
selección, multiplicación y diseminación de semillas mejoradas. Tanto las
variedades locales como las mejoradas que examinaron los productores
experimentalmente en sus fincas, presentan una creciente atracción por los
agricultores del resto del municipio, incluso provincia.
Si tenemos en cuenta los anteriores argumentos, y teniendo en consideración el
alto grado de instrucción de los actores locales vinculados al desarrollo agrícola en
Cuba, la certificación local de semillas pudiera ofrecer innumerables ventajas. En
la práctica el fitomejoramiento participativo a través de la experimentación
campesina y la rigurosa selección de semillas ha mostrado ser una alternativa que
válida desde el punto de vista sanitario para las semillas que circulan en los
sistemas locales de producción. Si de protección se trata, en la práctica las
asociaciones desarrolladas entre fitomejoradores y agricultores han evaluado
decenas de variedades en los mas diversos ambientes, han testificado aquellos
materiales con mayor resistencia a plagas y enfermedades. La necesidad de
fomentar un sistema ágil, operativo y participativo de certificación local que pudiera
reforzar las bondades de la selección de variedades por los productores.
Lo básico no era la semilla, sino el sistema.
Ahora bien, si tratamos de explicar los factores de éxito del proyecto de
fitomejoramiento participativo en Cuba y siendo consecuente con el trabajo de
diagnóstico, en aquellos lugares donde el equipo de investigación facilitó la
inyección de la diversidad genética, mas aquella que de forma acelerada ocurrió a
partir de la intervención del proyecto, fortaleció las relaciones tradicionales de
introducción de semillas y experimentación (“convivir con las variedades
introducidas”) de los agricultores, al mismo tiempo esta introducción de diversidad
genética reforzó sus relaciones sociales de intercambio, la diversidad genética
experimentada ensalzó el sentido de la vida de numerosos agricultores y el
reconocimiento de su labor. El cambio estuvo favorecido por la actitud del equipo
en complementar, fortalecer y estimular su sistema de producción a través de sus
esfuerzos y no en querer imponer una tecnología de semilla o método que
demostrarán la superioridad del sistema científico en la generación de soluciones.
Indudablemente el sentido de la participación hizo cuerpo en nuestras “mentes
científicas” y constatamos el efecto positivo que la selección de las variedades
fuera realizada por los agricultores, en sus unidades de producción y que la toma
de decisiones sobre la estrategia varietal sea conducida esencialmente por estos.
De igual modo quedamos convencidos de la importancia que los fitomejoradores
actúen en este proceso como facilitadores del manejo de la diversidad, en la
capacitación de los agricultores y demás actores para que estos diseñen,
implementen y evalúen sus propias iniciativas.
Todas las evidencia hicieron reflexionar de la importancia de reenfocar parte del
mejoramiento genético de plantas al desarrollo de los sistemas locales de
semillas, el éxito del fortalecimiento de estos no parecieron estar dado por los
elementos aislados de naturaleza biofísica como suelos, semillas y clima ni por los
de corte socio-económico como mercado, relaciones interpersonales,
participación, sino por el fortalecimiento de las interacciones de sus componentes.
De que vale tener una diversidad genética atractiva si no existen vías de acceder a
esta, de que vale acceder a variedades con un alto potencial de rendimiento si en
innumerables casos, no se puede alcanzar ni la mitad de este potencial por
limitaciones en acceder a insumos químicos o combustible para irrigar.
El fitomejoramiento participativo como método pedagógico.
Sin lugar a dudas el conocimiento local y el de los investigadores se ha
enriquecido. La movilización de cambio que implica la introducción de una amplia
diversidad genética en los sistemas de producción campesinos, reviste
esencialmente una connotación de proceso de aprendizaje (ver Martín et al., en la
presente edición).
La introducción de una amplia diversidad genética en los sistemas productivos de
los campesinos, la constante experimentación y difusión de los resultados de
manera exponencial (ver Ríos et al., 2002), refuerza la experiencia como base
fundamental de aprendizaje de los productores además de acercar a la
universidad local al apoyo del desarrollo de los productores lo que refuerza su
misión institucional (ver Rios et al., en esta edición)
Por una parte, la metodología de las ferias y la consecuentes acciones que a partir
de aquí se derivan, implican que los agricultores experimenten y aprendan por sí
mismos dirigiendo su aprendizaje a través del manejo consciente de sus propios
recursos -y no otros- , definir y emplear procedimientos y evaluar los efectos
atendiendo a las condiciones del medio y a las suyas propias. Supone un modo de
aprender independiente, activo y regido por objetivos, metas, actividades y
evaluaciones propias en interacción con los otros miembros de la comunidad.
Cada individuo emplea su propio sistema personal de aprender, el cual puede
mejorar progresivamente a partir del intercambio de variedades, conocimientos y
prácticas con otros productores y con los técnicos del proyecto (Martín, et al.,
2002).
Los agricultores en su mayoría no consideran a los técnicos del proyecto como
técnicos, lo consideran “socios para el aprendizaje y la obtención de beneficios”.
La evaluación estructurada e implementada en función del avance del proceso de
empoderamiento2, bajo el principio de la voluntariedad las discusiones claras y
transparentes de la experimentación campesina su integración a la política local
fueron ejemplos realmente impresionantes. “No se presionaba en dar
calificaciones se pone sobre el tapate lo bueno y lo malo. Cuando hay resultados
interesantes las cosas caminan por si sola” comentaban en la comunidad.
Resulta altamente reveladora la expresión de uno de los actores locales cuando al
argumentar los elementos positivos o buenos del proyecto mencionaba que “es
una experiencia bonita porque es sin presiones y a partir de los propios
intereses de los campesinos, sin la fealdad de la norma” .
Los avances obtenidos en términos de conocimientos, beneficios privados y
públicos de los productores, evidencia una pedagogía, sustentada en el diálogo,
2
Empoderamiento significa que los agricultores se conviertan en socios reales de la
investigación y que afirme los derechos de las comunidades locales a tener el control de sus
recursos genéticos (Vernooy, R. 2003. Semillas Generosas. Mejoramiento Participativo de Plantas.
Centro Internacional de Investigaciones para el Desarrollo. Ottawa. Página 18 )
la acción y el intercambio horizontal a partir de la detección y la búsqueda de
alternativas de los problemas locales de producción. Al parecer las experiencias
percibidas y digeridas por los campesinos en su proceso de experimentación son
mucho más efectivas que aquella que se brinda de manera “elaborada” por las
intervenciones convencionales para la generalización de variedades.
El hecho que agricultores provenientes de diferentes ambientes a través de la
seleccionan participativa de variedades y la experimentación en finca adoptaran
decenas de variedades no priorizadas para su multiplicación por el sistema
convencional de mejoramiento genético, ratifica que el éxito de cualquier
tecnología no está en las “bondades intrínsecas” de la tecnología en cuestión sino
en las condiciones económicas y sociales donde esta es implementada (Martín et
al., 2004)
Un proceso muy interesante se operó entre los miembros del equipo de
investigación. Con el paso del tiempo cada uno de los miembros comenzó a
expresar ideas y preocupaciones, a emplear conceptos y categorías que rebasan
el vocabulario y los métodos de sus disciplinas específicas, los fitomejoradores
comienzan a discutir sobre empoderamiento y los sociólogos sobre relaciones del
sistema reproductor de las plantas y su influencia en la toma de decisiones. Se
comienza a construir relaciones entre las ciencias técnicas y sociales para un
mejor entendimiento de los procesos de interacción de las respuestas biológicas–
agronómicas de las variedades con el tejido social que se teje en torno a estas.
El equipo se percató que lo más importante en el trabajo de investigación
emprendido, no eran las semillas sino el sistema local en que se movían el cual
incluía elementos socioeconómicos, biológicos y ambientales en intensa
interacción. La posibilidad de interrelacionar elementos de diferentes disciplinas en
un entendimiento sistémico del proceso de cambio que promueve el proyecto
alimentó nuevas pistas de investigación a los miembros de equipo, para entender
el sistema local de semilla, que ninguna disciplina o ciencia en particular podría
asumir.
En la práctica se constató que producto la complejidad de la problemática
agropecuaria actual se hace cada día más difícil que una disciplina por si sola
logre un relevante impacto. En este sentido en el proyecto de fitomejoramiento
participativo en Cuba, se hizo evidente la capacidad de los productores de
experimentar en la selección varietal simultanea en mas de un cultivo y en mas de
un componente tecnológico, fue mucho mas eficiente en términos de innovación y
diseminación de resultados, liberar módulos de diversidad de diferentes cultivos
así como elementos tecnológicos de diferente naturaleza para que los agricultores
hicieran sus propios módulos tecnológicos a la medida, que el tradicional paquete
tecnológico con su respectiva variedad mejorada.
Uno de los principales “cuello de botellas” de la ciencia pública contemporánea,
resulta su creciente limitación económica, las fuentes de financiamiento que los
investigadores han tenido tradicionalmente en muchos casos, están llegando al fin,
esto ligado al limitado impacto de los productos científicos generados en los
centros de investigación en el bienestar de los agricultores, fuerza a la búsqueda
de nuevos procedimientos que fortalezcan las instituciones de investigación. El
trabajo descrito en este libro, sugiere que nuevas alianzas y enfoques pudieran ser
establecidos, las asociaciones para la investigación y desarrollo con los actores
locales y en especial con los agricultores, parece ser una alternativa que promete
un alto impacto nacional con una inversión relativamente baja.
Finalmente este libro intenta acercar a los lectores a lo que esta significando el
fitomejoramiento participativo en Cuba como una estrategia complementaria, estas
evidencias fueron puntos de partida e inspiración hacia los nuevos desafíos en
Cuba y otras regiones del mundo para que se reconozca la diversidad agrícola
como un elemento imprescindible en el desarrollo de la humanidad. En el fondo de
todos estos escritos subyace la afirmación: no existen semillas buenas ni malas,
sino semillas para diferentes ambientes, criterios, usos y culturas. De este modo
se despejará mucho más el camino para transitar de la agro-técnica a la agricultura como una alternativa para el desarrollo agrícola mundial.
Al inicio todo el trabajo de diagnóstico y las propias ferias de diversidad parecían
cosas interesantes, con un tono novedoso sin llegar jamás a pensar que este
juego se convirtiera en menos de 5 años en cambios de actitud de investigadores,
funcionarios, políticos, agricultores a nivel nacional e internacional. El
enfrentamiento a las múltiples opciones que abre la diversidad de plantas no es
privativo del mundo rural, la atracción por la disponibilidad de alternativas, parece
ser un elemento común de la cultura universal, esta unida a la capacidad
insaciable de búsqueda de alternativas del hombre, activa el hábito de investigar y
propone aperturas de nuevas formas de mercado, enseñanza, estructura de la
ciencias y la vida: “La Diversidad Genera Desarrollo”.
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