STC 150/2003, de 15 de julio de 2003. Tasa por servicios sanitarios. Normas preconstitucionales y principio de reserva de ley1. I. DOCTRINA DEL TRIBUNAL La remisión efectuada por el artículo 11 de la Ley 22/1993, de 29 de diciembre, de medidas fiscales, de reforma del régimen jurídico de la función pública y de la protección por desempleo, a la regulación de la tasa por servicios sanitarios contenida en el Decreto 474/1960 no vulnera el principio de reserva de ley, aun tratándose esta última de una norma preconstitucional. II. ANTECEDENTES JURISPRUDENCIALES El principio de reserva de ley tributaria Es establecido por el art. 133 CE para el estricto ámbito de los tributos y el art. 31 CE para las ‘prestaciones patrimoniales de carácter público’, que constituyen una categoría jurídica más amplia en la que se integran los tributos (SSTC 185/1995, de 14 de diciembre, F. Jco. 3º; 182/1997, de 28 de octubre, F. Jco. 15º; y 63/2003, de 27 de marzo, F. Jco. 4º). Exige que la creación ex novo de un tributo y la determinación de los elementos esenciales o configuradores del mismo’ deba llevarse a cabo mediante una ley. Ahora bien, su alcance no opera de la misma manera en relación con cada uno de los elementos esenciales del tributo. El grado de concreción exigible a la ley es máximo cuando regula el hecho imponible. Por el contrario, es menor cuando se trata de regular otros elementos, como el tipo de gravamen y la base imponible. (STC 221/1992, de 11 de diciembre, F. Jco. 7º; STC 233/1999, de 16 de diciembre, F. Jco. 9º; y STC 63/2003). En consecuencia, se trata de una reserva relativa de suerte que resulta admisible la colaboración del reglamento, siempre que sea indispensable por motivos técnicos o para optimizar el cumplimiento de las finalidades propuestas por la Constitución o por la propia Ley y siempre que la colaboración se produzca ‘en términos de subordinación, desarrollo y complementariedad’ (SSTC 37/1981, 6/1983, 179/1985, 60/1986, 19/1987, 99/1987, 185/1995 y 63/2003). El alcance de la colaboración estará en función de la diversa naturaleza de las diversas figuras jurídico-tributarias y de los distintos elementos de las mismas (SSTC 37/1981 y 19/1987)". Es más flexible cuando se trata de tasas. De este modo, la colaboración del reglamento puede ser especialmente intensa en la fijación y modificación de las cuantías —estrechamente relacionadas con los costes concretos de los diversos servicios y actividades— y de otros elementos de la prestación dependientes de las específicas circunstancias de los distintos tipos de servicios y actividades (STC 185/1995, F. Jco. 5º). Mercedes Ruiz Garijo. Profesora Titular Interina de Derecho Financiero y Tributario. Universidad Complutense. [email protected] 1 1 III. SUPUESTO DE HECHO La Sentencia que comentamos resuelve una cuestión de inconstitucionalidad planteada por la Sala de lo contencioso-administrativo del Tribunal Superior de Justicia del País Vasco. Esta Sala conocía de un recurso contra tres resoluciones del TEAR del País Vasco, de 28 de septiembre de 1994, por los que se desestimaban sendas reclamaciones formuladas contra el mismo número de liquidaciones practicadas por la Unidad Administrativa de Vizcaya del Ministerio de Sanidad y Consumo en concepto de tasa por servicios sanitarios. La entidad recurrente consideró que la regulación de la tasa sanitaria por inspecciones veterinarias relativas a importaciones de productos de origen animal procedentes de países ajenos a la CEE por vía marítima o aérea vulneraba el principio de reserva de ley. De este modo, había que tener en cuenta las vicisitudes normativas experimentadas por dicha tasa, inicialmente creada por el Decreto 474/1960, de 10 de marzo. Más tarde, sin embargo, se procede a su supresión por el art. 220.1 de la Ley 41/1964, de 11 de junio, de reforma tributaria y por el art. 109 de la Ley 33/1987, de 23 de diciembre, de presupuestos generales del Estado para 1988. Por último, y finalmente, vuelve a ser restaurada por el art. 11 de la Ley 22/1993 que, a su vez, se remitía al Decreto 474/1960. En efecto, en dicho precepto se disponía lo siguiente: “las tasas por servicios sanitarios sobre el tráfico marítimo y aéreo reguladas en el Decreto 474/1960, de 10 de marzo, serán de aplicación obligatoria a todos los productos de origen animal considerados en tal norma, cuando provengan de un país tercero no perteneciente a la Comunidad Europea". Justamente es este reestablecimiento el que, a juicio de la entidad recurrente, vulnera el art. 133.1 CE, precepto que establece una reserva de ley para la creación de tributos, no pudiendo ser éstos creados por Ley de presupuestos. En el mismo sentido, se entendía que no se satisfacen los principios de equivalencia (entre coste y servicio) en tanto que el Decreto citado no contemplaba dicha exigencia contenida en la LTPP de 1989. IV. TIPO DE RECURSO En la sentencia comentada se ha seguido el cauce previsto en el art. 35 de la LOTC en el que se regula la cuestión de inconstitucionalidad. De este modo, “cuando un juez o tribunal, de oficio o a instancia de parte, considere que una norma con rango de Ley aplicable al caso y de cuya validez dependa el fallo pueda ser contraria a la Constitución, planteará la cuestión al Tribunal Constitucional”. En consecuencia, la Sala del TSJ del País Vasco siguió el procedimiento establecido en el precepto citado atendiendo a las siguientes consideraciones: - El sustento legal de la existencia de la tasa es el artículo cuestionado de la Ley 22/1993, pues el art. 109.4 de la Ley 33/1987 había suprimido la citada tasa. - La explícita alusión del artículo cuestionado al Decreto de 1960 no significa que la tasa nunca fuese suprimida. El art. 109 de la Ley 33/1987 establecía la "supresión de 2 tasas y exacciones parafiscales". Otra cosa es que se contemplara la excepción en los supuestos en los que inspección se realizara "a instancia de parte". De ahí que la disposición reglamentaria no fuera formalmente derogada. En definitiva, dejó de existir el presupuesto de hecho normativo de la tasa en cuestión que fue completamente eliminada de la realidad jurídico-tributaria. Prueba de ello es que la disposición final segunda del Real Decreto 2022/1993, de 19 de noviembre, adaptador de la normativa comunitaria en relación con los controles veterinarios aplicables a productos procedentes de países no comunitarios, se refiriese a que el "cobro de las tasas de los controles veterinarios ... entrarán en vigor una vez que las mismas hayan sido legalmente establecidas". - La duda de constitucionalidad se refiere al cumplimiento del principio de reserva de ley tributaria que se establece en los arts. 31.3 y 133.1 CE. Tal duda de constitucionalidad se confirma a la vista de la jurisprudencia constitucional en materia de reserva de ley tributaria, resumida en la STC 185/1995, de 14 de diciembre. - En definitiva, el art. 11 de la Ley 22/1993, si no crea ex novo el tributo toda vez que "éste subsistía residualmente", sí amplía el ámbito de aplicación del mismo con un elemento esencial de configuración o identificación tan relevante como es su aplicación obligatoria a los productos de origen animal señalados en la regulación del Decreto 474/1960, cuando provengan de un país extracomunitario, delegando todos los demás elementos, y particularmente los de cuantificación, en la citada disposición reglamentaria preconstituida. Ello supone en la práctica una casi completa deslegalización, en tanto que el art. 11 es ley meramente habilitadora y no ordenadora del título, lo que no parece justificable tampoco desde el prisma estrictamente técnico, como demuestra que la Ley de presupuestos generales del Estado para 1985 cuantificara la tasa en cuestión. V. FUNDAMENTOS JURÍDICOS El Tribunal Constitucional, después de hacer un repaso de las vicisitudes normativas de la tasa comentada y de la doctrina sobre el principio de reserva de ley en materia tributaria, considera que el art. 11 de la Ley 22/1993, de 29 de diciembre, respeta la reserva de ley que exigen los arts. 31.3 y 133.1 CE. En este sentido, afirma que dicho precepto se contiene en una ley formal. Por otro lado, dicho precepto establece directa y explícitamente el principal de los elementos configuradores de la prestación pública en cuestión: el hecho imponible. Así pues, ningún reproche cabe hacer desde el punto de vista tanto de su rango de fuente del derecho como de su concreto contenido en relación con el hecho imponible. Por lo que se refiere a la remisión que el artículo cuestionado hace al Decreto 474/1960, en el que se regulan los demás elementos esenciales de la tasa, el Tribunal considera que es obligado advertir que el Decreto en cuestión es una norma preconstitucional. Por lo tanto no es exigible, respecto de tal norma, la observancia del principio constitucional de reserva de Ley. De este modo, se remite a la STC 52/2003, de 17 de marzo (dictada en materia sancionadora pero aplicable, según el Tribunal, en la materia que nos ocupa) en la que se afirmaba que “no es posible exigir reserva de la Ley 3 de manera retroactiva para anular o considerar nulas disposiciones reglamentarias reguladoras de materias y de situaciones respecto de las cuales tal reserva no existía de acuerdo con el Derecho preconstitucional". En definitiva, para el Tribunal es constitucionalmente conforme que los restantes elementos esenciales de la tasa discutida permanezcan en una norma preconstitucional infralegal cuando el legislador formal ha incidido únicamente en uno de dichos elementos, a saber, el hecho imponible. Lo que ha hecho el legislador es asumir el contenido del citado Decreto preconstitucional en todo lo demás que no fuese lo que dicho art. 11 expresamente establecía, a saber: la imposición obligatoria de los servicios sanitarios para todos los productos de origen animal importados de países extracomunitarios por vía marítima o aérea. Cuestión distinta, según el Tribunal, es que hubiese sido deseable o conveniente que por ley formal se hubiera producido la regulación íntegra de la tasa, una vez vigente la norma fundamental. En este sentido, el Tribunal recuerda que un año después de promulgada la Ley 22/1993 se promulga la Ley 42/1994, de 30 de diciembre, de medidas fiscales, administrativas y de orden social. Esta Ley regulaba en su art. 27 las "Tasas por controles de sanidad exterior realizados a carnes y productos de origen animal de países no comunitarios" con sus elementos esenciales y derogaba expresamente la "Sección 4ª de los ‘Derechos sanitarios sobre tráfico marítimo y aéreo’ de las tasas por servicios sanitarios, convalidados por Decreto 474/1960, de 10 de marzo". Es decir, derogaba la normativa preconstitucional reguladora de la prestación patrimonial pública objeto de atención. En el mismo sentido, la Ley 13/1996, de 30 de diciembre, de medidas fiscales, administrativas y de orden social, volvió a regular íntegramente, y de un modo prácticamente idéntico, las mismas tasas (art. 28), excepto en la cuantía, que sufría el pertinente incremento. Sea como fuere, aunque dichas leyes no eran de aplicación al presente caso, pues eran posteriores a los hechos objeto de devengo en la causa de la que traía su origen la presente cuestión de inconstitucionalidad, en el momento de la interposición del recurso contenciosoadministrativo ya estaba vigente la primera de las Leyes y cuando se promovió la presente cuestión de inconstitucionalidad, también se había producido ya la nueva regulación citada de 1996. VI. COMENTARIO CRÍTICO Nos encontramos con un pronunciamiento de escasa relevancia en cuanto al contenido. Tal y como hemos visto, el legislador optó por regular íntegramente la tasa por controles sanitarios en dos leyes específicas, una de 1994 y otra de 1996. Mayor relevancia tienen los argumentos del Tribunal relativos a la creación de tasas mediante Leyes de medidas fiscales, administrativas y del orden social (mal denominadas Leyes de acompañamiento) y la referencia a las normas preconstitucionales. Por lo que se refiere al primer aspecto, es por todos sabido que el artículo 134.7 de la CE dispone que la Ley de Presupuestos no puede crear tributos y solamente modificarlos cuando así lo prevea una ley tributaria sustantiva. En este punto siempre ha surgido la eterna cuestión: si dicho precepto alcanza también a la ley complementaria o instrumental de aquélla. Es decir, a la Ley de acompañamiento (cuestión aun no zanjada por el Tribunal Constitucional a pesar de haberse interpuesto ya diversos recursos de inconstitucionalidad). 4 Dos han sido y son en la actualidad las posiciones al respecto. Una primera, que es la que mantiene el Tribunal Constitucional en la sentencia que comentamos: que dichas leyes constituyen una ley ordinaria más y, por tanto, pueden crear y modificar tributos sin reproche alguno. Una segunda posición, mayoritaria, pone el acento en la forma y momento de su tramitación. De este modo, las leyes de medidas fiscales, administrativas y del orden social no son leyes ordinarias sino leyes complementarias, apéndices de la ley de presupuestos que se tramitan en el mismo momento y con las mismas especialidades y privilegios que ésta si bien no se someten a los mismos límites que aquélla, especialmente en lo relativo a la creación y modificación de tributos (así, viene siendo ya habitual la creación de tasas mediante leyes de acompañamiento). De ahí que la doctrina haya llegado a advertir que este tipo de leyes suponen una burla a la Constitución española, una huida de la constitucionalidad y una vulneración al principio de seguridad jurídica. Se trata de leyes totum revolutum, un cajón de sastre al que el contribuyente se enfrenta a principios de cada año creadas con la única finalidad de escaparse a los límites y a la prohibición establecida en el art. 134.7 de la CE. Esta huida es más latente en el caso de creación de una tasa a través de la Ley de Acompañamiento. En ella, además de vulnerarse lo dispuesto en la CE, se obvia uno de los requisitos necesarios para el establecimiento de este tributo: la exigencia de una memoria económico-financiera, en los términos previstos en el art. 20 de la LTPP. De este modo, en el supuesto de la sentencia que comentamos, la Ley 22/1993 omite esta exigencia remitiéndose al Decreto de 1960 a la hora de regular la cuantificación de la tasa por la prestación de servicios sanitarios. ¿La ausencia de la memoria económico financiera podría justificarse en el mismo motivo que, a juicio del Tribunal Constitucional, avala el pleno respeto al principio de reserva de ley¿ ¿Es decir, en el hecho de que el Decreto de 1960, que regula los elementos esenciales de la tasa por remisión de la Ley de Presupuestos, es una norma preconstitucional?. En nuestra opinión, no. Ello por dos motivos. El primero porque la memoria económico financiera regulada en la LTPP de 1989 constituye un elemento esencial en orden a la cuantificación del tributo. Constituye una auténtica garantía del principio de reserva de ley. De este modo, la regulación de los elementos de cuantificación de la tasa (tipo de gravamen, base imponible y cuota tributaria) es insuficiente. En este punto no hay que olvidar la verdadera naturaleza de la tasa: se trata de un tributo que se exige a aquellos sujetos beneficiados por la prestación de un servicio público o la realización de una actividad administrativa. En consecuencia, la cuantía recaudada no puede exceder del coste del servicio o de la actividad administrativa. Debe existir, de alguna manera, una equivalencia o correspondencia entre ambas magnitudes, equivalencia que debe venir reflejada en la memoria económico-financiera. De lo contrario la tasa podría presentar una clara naturaleza impositiva. En segundo término, no podemos compartir la opinión del Tribunal Constitucional de que en las normas preconstitucionales no es exigible la observancia del principio constitucional de reserva de Ley. En nuestra opinión, una vez que la 5 Constitución de 1978 incorpora dicho principio al ordenamiento jurídico tributario, el legislador viene obligado a adaptar toda la normativa a dicho principio. De este modo, todas las disposiciones que no se adapten a este mandato constitucional deberían ser reputadas nulas de pleno derecho. Los ejemplos de esta nulidad son numerosos. Así, por poner un ejemplo conocido, el artículo 11.3 de la LGT, que se refiere al valor de mera disposición administrativa de la legislación delegada que exceda de los límites de la delegación o autorización debe reputarse nulo de pleno derecho a partir de la entrada en vigor de la CE. El artículo 82 de la Carta Magna contiene una regulación detallada de este tipo de legislación y el incumplimiento de cualquiera de los requisitos establecidos en él ha de ser sancionado con la inconstitucionalidad de dicha legislación. No parece admisible, en definitiva, que el legislador constitucional se remita a normas preconstitucionales. De lo contrario se estaría abriendo una importante vía de fraude permitiendo al legislador remitirse a dichas normas para no someterse a los requisitos sustantivos y formales exigidos en la regulación de las tasas (derivados de la propia CE y de la LTPP). VIII. BIBLIOGRAFÍA CHECA GONZÁLEZ,. C.: “El principio de reserva de ley en materia tributaria”, en Estudios de Derecho y Hacienda, vol. II, 1987; FALCÓN Y TELLA, R.: “Leyes de Presupuestos y Leyes de Acompañamiento: un posible fraude a la Constitución”. 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