Molinos de viento en zonas rurales

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Proyecto de energía eólica
Molinos de viento en zonas rurales
Por Manuel Guerra∗
El aumento en el consumo de electricidad y la carencia de la misma en ciertas zonas rurales de la
Patagonia, impulsaron al Programa de Investigación Geográfico Político Patagónico, en
colaboración con la Facultad de Ingeniería de la UCA, a poner en marcha, un proyecto de
construcción de molinos de viento de baja potencia. Una idea ambiciosa que ha unido a estudiantes
y profesores.
“Para toda acción existe una reacción igual y contraria”, afirmaba Newton en su Tercera Ley.
Nuestro medio ambiente no escapa a esa verdad absoluta y natural en todos los procesos. Su
capacidad de absorción de los impactos de las actividades antrópicas está alcanzando su límite y sus
consecuencias afectan directamente al hombre. El problema radica en que toda operación o proceso
genera residuos que son, en su mayoría, volcados sin tratamientos. Esta cadena de sucesos termina
afectando finalmente al hombre.
Paradójicamente, las principales fuentes de contaminación son los transportes, las centrales de
generación de energía y las industrias, es decir, todo lo que determina y caracteriza nuestro estilo de
vida. El requerimiento energético, especialmente de electricidad, es hoy en día una necesidad
capital utilizada en todo el mundo para el desarrollo de cada individuo.
Sin considerar las formas de obtención de energía mediante centrales hidroeléctricas o nucleares,
nuestro país obtiene un elevado porcentaje del abastecimiento a través de centrales, donde los
principales combustibles son derivados de los fósiles: carbón, gas natural y petróleo. Estos tipos de
combustibles, al ser quemados, emiten gran cantidad de material particulado que permanece en
suspensión alterando la visibilidad; gases como el dióxido de carbono, conocido por su contribución
al calentamiento global por el efecto invernadero, y otros óxidos causantes de la lluvia ácida.
Incluso suponiendo que los combustibles fósiles no afectaran al hombre, la evolución humana
determina una demanda creciente de energía, y debido a que es un recurso no renovable,
terminarían agotándose eventualmente las reservas en el mundo.
Frente a este panorama es indispensable encontrar fuentes de energía alternativas y
económicamente eficientes y es aquí dónde entra en juego la energía del viento. Impulsado por esta
necesidad y en apoyo al fortalecimiento de una adecuada política energética autosustentable para el
país, el Programa de Investigación Geográfico Político Patagónico (PIGPP) desarrolla un
microemprendimiento tendiente a lograr el abastecimiento de energía a las zonas rurales menos
favorecidas de la Patagonia. El proyecto contempla el diseño y la construcción de molinos de viento
de baja potencia y costos mínimos, generadores eólicos de tres palas y eje horizontal. La
elaboración, realizada con materiales nuevos y usados, está a cargo de profesores y alumnos de la
Ingeniería Ambiental de la UCA e investigadores del PIGPP.
Si bien la carencia de energía es un problema que afecta a numerosas zonas del país, los fuertes y
constantes vientos cordilleranos convierten a la Patagonia en una región propicia para el
aprovechamiento de la energía eólica.
Esta iniciativa tiene dos objetivos fundamentales. Por un lado, aprovechar el entusiasmo de los
jóvenes y profesores para canalizarlo en una tarea concreta que contribuya a alimentar las
esperanzas de una Argentina independiente con desarrollo energético propio y, por otro lado,
integrar el componente social a la fase de investigación asumiendo un compromiso con la
población, principalmente, con aquellos más necesitados.
El plan es lograr, en un período no mayor a seis meses, la construcción, puesta en marcha y montaje
del primer generador eólico de baja potencia. Este sería sólo el primer eslabón de una cadena de
producción de molinos bajo el eslogan: “Hechos en la UCA para la Patagonia Argentina”.
La utilidad y factibilidad de la concreción de este proyecto lo distancian de la utopía. En él se
concentran dos de las condiciones esenciales que la tecnología debe establecer: el uso de la ciencia
al servicio del hombre y la mejora de la calidad de vida sin afectar al medio ambiente. Además, el
componente social tampoco es desestimado ya que es una de las variables más trascendentes y la
que asegura que, tanto los medios como los fines, son los correctos.
En síntesis, y con “el objeto de constituir la unión nacional e invocando la protección de Dios”,
como lo establece al Constitución Nacional, pensamos este proyecto de argentinos para la
Argentina.
∗
Egresado de Ing. Ambiental de la UCA. Miembro del Programa de Investigación Geográfico Político Patagónico,
colabora en el área de medio ambiente.
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