AMPARO EN REVISIÓN 636/2012. AMPARO EN REVISIÓN 636

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AMPARO EN REVISIÓN 636/2012.
QUEJOSA: **********.
PONENTE: MINISTRA OLGA SÁNCHEZ CORDERO DE GARCÍA
VILLEGAS.
SECRETARIA: ANA CAROLINA CIENFUEGOS POSADA.
México, Distrito Federal. Acuerdo de la Primera Sala de la
Suprema Corte de Justicia de la Nación, correspondiente al día
dieciséis de enero de dos mil trece.
V I S T O S;
Y
R E S U L T A N D O:
1. PRIMERO. Demanda de amparo. Por escrito presentado el
cinco de diciembre de dos mil once, ante la Oficina de
Correspondencia Común de los Juzgados de Distrito en el Estado
de México, con sede en Nezahualcóyotl, **********, por su propio
derecho, solicitó el amparo y protección de la Justicia Federal en
contra de las autoridades y por los actos que enseguida se
mencionan:
III. AUTORIDADES RESPONSABLES:
a) LIII Legislatura del Estado de México; b) Gobernador
Constitucional del Estado de México; c) Secretario General de
Gobierno del Estado de México; d) Primera Sala Unitaria Penal del
H. Tribunal Superior de Justicia del Estado de México; e) Juez
Cuarto Penal de Primera Instancia con residencia en Chalco,
Estado de México.
AMPARO EN REVISIÓN 636/2012.
IV. ACTOS RECLAMADOS:
a)
De la Legislatura del Estado de México, se reclama: 1) Los
artículos 259 y 260 del Código de Procedimientos Penales para el
Estado de México, vigente en el mes de enero de dos mil nueve,
mediante el cual se faculta a los jueces penales para enviar al
Procurador o Subprocurador las conclusiones del Ministerio
Público, cuando fueren hechas en términos no acusatorios, o si
fueren contrarias a las constancias procesales, mismos que
determinaran
si
se
confirman,
revocan
o
modifican
las
conclusiones.--- 2) El decreto 166, de diecisiete de marzo de dos
mil, a través del cual se crearon, el Código de Procedimientos
Penales, que contiene los artículos 259 y 260 del Código de
Procedimientos Penales para el Estado de México, vigente a partir
del año dos mil, que por esta vía se tildan de inconstitucionales y
los transitorios primero, segundo y tercero del mismo decreto.
b)
Del Gobernador del Estado de México, la promulgación,
sanción y publicación del decreto señalado con anterioridad, a
través de los cuales se crean y emiten los artículos 259 y 260 del
Código de Procedimientos Penales para el Estado de México,
vigente a partir del año dos mil, que por esta vía se tildan de
inconstitucionales.
c)
Del Secretario General de Gobierno, el refrendo del decreto
señalado con anterioridad, mediante el cual se le da la validez
correspondiente.
d)
De la Primera Sala Unitaria Penal, la sentencia de quince de
noviembre de dos mil once, dictada en el Toca de Apelación
396/2011, en la que se resolvió el recurso de apelación que
interpuse en contra de la sentencia definitiva dictada en la causa
número **********, relativo al delito de USURPACIÓN DE
FUNCIONES PÚBLICAS, en contra de la suscrita, mediante la cual
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AMPARO EN REVISIÓN 636/2012.
se ordenó la reposición del procedimiento penal, para subsanar
deficiencias de acusación del Ministerio Público.
e)
Del Juez Cuarto Penal de Primera Instancia con residencia
en Chalco, Estado de México, el cumplimiento que pretende darle
a la resolución señalada.
2. La quejosa señaló como garantías violadas, las consagradas en
los artículos 14, 16, 17 y 21 de la Constitución Política de los
Estados Mexicanos; señaló los antecedentes del caso y expresó
los conceptos de violación que estimó pertinentes.
3. SEGUNDO. Trámite del Juicio de Amparo. Por auto de siete de
diciembre de dos mil once, el Juez Quinto de Distrito en el Estado
de México, con residencia en Ciudad Nezahualcóyotl, a quien
correspondió conocer del asunto, admitió la demanda de amparo
y ordenó su registro con el número 1209/2011-VI.
4. Posteriormente, en proveído de treinta de enero de dos mil doce,
determinó declinar la competencia por razón de turno a favor del
Juzgado Décimo Segundo de Distrito en el Estado de México, por
conocimiento previo.
5. En fecha primero de febrero de dos mil doce, el Juez Décimo
Segundo de Distrito en el Estado de México, aceptó la
competencia planteada y mediante auto de tres de febrero de dos
mil doce, ordenó continuar con el trámite respectivo, así como
registrarlo con el número 92/2012-P.J.-5; seguidos los trámites de
ley celebró la audiencia constitucional y acto seguido dictó
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AMPARO EN REVISIÓN 636/2012.
sentencia el quince de marzo de dos mil doce, cuyo punto
resolutivo es el siguiente:
“ÚNICO. La Justicia de la Unión no ampara ni protege
a **********, contra los actos de las autoridades y por
los actos señalados en el resultando primero de esta
ejecutoria, por los motivos expuestos en el último
considerando de la misma”.
6. Interposición y trámite del recurso de revisión. Inconforme
con la anterior sentencia, la parte quejosa, interpuso recurso de
revisión, el cual fue remitido al Tribunal Colegiado del Segundo
Circuito, para la sustanciación del recurso interpuesto.
7. Mediante acuerdo de dieciséis de abril de dos mil doce, el
Presidente del Tribunal Colegiado del Segundo Circuito, lo admitió
y registró con el número R.P. 260/2012.
8. Por escrito presentado el veintitrés de abril de dos mil doce, ante
la Oficina de Certificación Judicial y Correspondencia de esta
Suprema Corte de Justicia de la Nación, **********, solicitó a este
Alto Tribunal que ejerciera la facultad de atracción para conocer
del amparo en revisión 260/2012, del índice del Tribunal
Colegiado del Segundo Circuito.
9. Ante la falta de legitimación de la quejosa, en sesión de veintitrés
de mayo de dos mil doce, el Ministro Guillermo I. Ortíz Mayagoitia
hizo suya la solicitud de ejercicio de la facultad de atracción.
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AMPARO EN REVISIÓN 636/2012.
10. Mediante auto de catorce de junio de dos mil doce, el Presidente
de la Primera Sala admitió a trámite la solicitud de ejercicio de la
facultad de atracción y ordenó turnar el asunto a la ponencia del
Ministro Guillermo I. Ortíz Mayagoitia, a fin de elaborar el proyecto
de resolución correspondiente; el cual se resolvió el veintidós de
agosto de dos mil doce, cuyos puntos resolutivos son los
siguientes:
“PRIMERO.- No ha lugar a ejercer la facultad de
atracción.
SEGUNDO.- Esta Primera Sala determina reasumir la
competencia originaria de la Suprema Corte de
Justicia de la Nación, para conocer del amparo en
revisión a que este toca se refiere.
TERCERO.- Devuélvanse los autos a la Presidencia de
la Primera Sala para efectos de que se forme el
recurso de revisión que corresponda.”
11. Mediante acuerdo de dieciocho de octubre de dos mil doce, esta
Suprema Corte de Justicia de la Nación, reasumió la competencia
originaria para conocer del recurso de revisión que hace valer la
parte quejosa y turna el expediente para su estudio a la Ministra
Olga María Sánchez Cordero de García Villegas, integrante de la
Primera Sala de este Alto Tribunal; asimismo ordenó dar vista a
las partes y al Procurador General de la República para que
formulara el pedimento correspondiente.
12. Por auto de veinticinco de octubre de dos mil doce, el
Presidente de la Primera Sala de la Suprema Corte de Justicia de
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AMPARO EN REVISIÓN 636/2012.
la Nación, ordenó el avocamiento del asunto y designó como
ponente a la señora Ministra Olga Sánchez Cordero de García
Villegas, para el efecto de la elaboración del proyecto de
resolución correspondiente.
13. El Agente del Ministerio Público de la Federación, no formuló
pedimento alguno al respecto.
C O N S I D E R A N D O:
14. PRIMERO. Competencia. Esta Primera Sala de la Suprema
Corte de Justicia de la Nación es competente para conocer del
presente recurso de revisión, en términos de lo dispuesto en los
artículos 107, fracción VIII, inciso a), de la Constitución Política de
los Estados Unidos Mexicanos; 84, fracción I, inciso a), de la Ley
de Amparo; 21, fracción XI, de la Ley Orgánica del Poder Judicial
de la Federación, y conforme a lo previsto en los puntos segundo
y cuarto, del Acuerdo General Plenario 5/2001, publicado en el
Diario Oficial de la Federación el veintinueve de junio de dos mil
uno, toda vez que se interpuso en contra de una sentencia
dictada por un Juez de Distrito en un juicio de amparo en materia
penal y que por razones de su especialidad le corresponde su
conocimiento y resolución.
15. SEGUNDO. Oportunidad del Recurso. El presente recurso se
interpuso oportunamente, ya que la sentencia recurrida se notificó
a la parte quejosa por medio de lista, el dieciséis de marzo de dos
mil doce, y surtió efectos el día hábil siguiente, conforme al
artículo 34, fracción II, de la Ley de Amparo, esto es, el
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AMPARO EN REVISIÓN 636/2012.
diecinueve de marzo siguiente, por lo que el término de diez días
que establece el artículo 86 de la Ley de Amparo, para interponer
el recurso de revisión, transcurrió del veintidós de marzo al nueve
de abril dos mil doce, con exclusión de los días veintiuno,
veinticuatro, veinticinco, treinta y uno de marzo, cuatro, cinco,
seis, siete y ocho de abril, por ser inhábiles de conformidad con
los artículos 23 de la Ley de Amparo y 163 de la Ley Orgánica del
Poder Judicial de la Federación, 74 de la Ley Federal del Trabajo
y la Circular 13/2012 del Pleno del Consejo de la Judicatura
Federal.
16. Por tanto, si el recurso se presentó el treinta de marzo, es
inconcuso que se presentó en tiempo.
17. TERCERO. Elementos necesarios para resolver el asunto. A
continuación se señalan las cuestiones necesarias para resolver
el asunto.
18. El acto reclamado lo constituye la resolución de segunda
instancia de quince de noviembre de dos mil once, emitida en los
autos del toca penal 396/2011, del índice de la Primera Sala
Unitaria Penal de Texcoco, Estado de México, mediante la cual se
ordenó al juez natural dejar sin efecto el auto de diecisiete de
junio de dos mil once, dictado en la causa **********, en donde se
dio vista con el pliego acusatorio a la inculpada y a su defensa,
así como todo lo actuado con posterioridad incluyendo la
sentencia condenatoria, y se repusiera el procedimiento, sólo por
lo que hacía a la procesada **********, para el efecto de que el
juzgador de primera instancia se ajustara al procedimiento
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AMPARO EN REVISIÓN 636/2012.
previsto en los artículos 259 y 260, del Código de Procedimientos
Penales del Estado de México, y diera vista al Procurador o
Subprocurador, con el proceso y pliego de conclusiones emitido
deficientemente por el Ministerio Púbico.
19. Conceptos de violación. En la demanda de amparo, en lo que
es materia de esta revisión, el quejoso planteó, como conceptos
de violación, lo siguiente:
19 a. Que los artículos 259 y 260 del Código de Procedimientos
Penales
del
Estado
de
México
del
año
dos
mil,
son
inconstitucionales porque violan los numerales 14, 16, 17 y 21 de
la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, pues
permiten y obligan a los órganos jurisdiccionales penales a
intervenir en el ejercicio de la acción penal, cuando el Ministerio
Público presente conclusiones de no acusación o lo haga en
forma deficiente, ya sea porque sus conclusiones sean contrarias
a las constancias o exista una deficiencia técnica.
19 b. Que el Ministerio Público al ser parte de la estructura del
Estado y ser especializada, no puede ser suplida por el juzgador
y que debe limitarse al ejercicio de la acción penal y el juzgador
debe concretarse a desarrollar el proceso penal y la imposición
de las penas, por lo que los artículos que se tildan de
inconstitucionales, contravienen la esencia del artículo 21
constitucional, toda vez que los juzgadores no pueden ser juez y
parte.
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AMPARO EN REVISIÓN 636/2012.
19 c. Que los artículos 259 y 260, del Código de Procedimientos
Penales del Estado de México del año dos mil, contravienen el
artículo 17 constitucional, pues al facultar al órgano jurisdiccional
para que subsane la deficiencia de la acusación del Ministerio
Público, rompen con el equilibrio procesal que se debe observar.
19 d. Que los preceptos impugnados violan el artículo 14
constitucional, pues su redacción hace que el proceso se
desarrolle con violación a lo dispuesto en el artículo 21
constitucional, al desatenderse las formalidades esenciales del
procedimiento,
en
relación
con
la
figura
jurídica
de
la
representación social.
19 e. Que la Legislatura del Estado, carece de facultades para
expedir leyes contrarias a lo estipulado en la Constitución
Federal, por cuanto hace al numeral 21, al dar competencia al
juez para subsanar las deficiencias del Ministerio Público.
20. Sentencia recurrida. El Juez de Distrito del conocimiento, con
relación a lo anterior sostuvo, en síntesis, lo siguiente:
20 a. Que los artículos 259 y 260 del Código de Procedimientos
Civiles para el Estado de México, no contravienen los artículos
14, 16, 17 y 21 constitucionales, sino que por el contrario,
confirman los principios que rigen la actuación de la institución del
Ministerio Público, entre los cuales se encuentra el principio de
unidad ministerial.
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AMPARO EN REVISIÓN 636/2012.
20 b. Que la existencia de los preceptos impugnados, que ordenan
la revisión de conclusiones acusatorias se encuentra justificada,
pues de otro modo resultaría incontrolada la actividad de los
funcionarios inferiores que podrían de manera arbitraria, sin freno
alguno, ejercer o no su función específica de persecución de los
delitos, mientras que al establecerse esa revisión, precisamente
se confirma la unidad del Ministerio Público.
20 c. Que lo anterior, se sustenta en la tesis de la Primera Sala de
rubro “CONCLUSIONES NO ACUSATORIAS, REVOCACIÓN DE
LAS”.1
20 d. Que los preceptos impugnados no son contrarios a la
Constitución, porque precisamente como el juez no puede fungir
o convertirse en parte dentro del procedimiento penal, es por eso
que no debe subsanar los errores de fundamentación y
motivación
de
que
adolecen
las
conclusiones
de
la
representación social en donde se puntualiza la acusación, lo que
haría el juez en la sentencia definitiva, si con esos vicios, las
toma en cuenta para su emisión, sin antes enviarlas para su
revisión al Procurador o Subprocurador en los términos referidos
por las normas que se tildan de inconstitucionales, con lo cual se
estarían subsanando los errores de la acusación.
1
Sexta Época.- Registro: 264648.- Instancia: Primera Sala.- Tesis Aislada.- Fuente: Semanario Judicial de la
Federación.- Volumen IV, Segunda Parte.- Materia(s): Penal.- Página: 26
CONCLUSIONES NO ACUSATORIAS, REVOCACION DE LAS.- Es cierto que la Suprema Corte ha
sostenido que el Ministerio Público es una institución única, por lo que, una vez abandonado el ejercicio de
una acción por parte de uno de sus miembros, no puede reanudarse por otro, sin vulnerarse el principio de
unidad y responsabilidad de la misma institución. Pero la existencia de un precepto que ordene la revisión de
las conclusiones inacusatorias, no contraría dicha jurisprudencia, sino que, por el contrario, la confirma, pues
de otro modo resultaría incontrolada la actividad de los funcionarios inferiores que podrían arbitrariamente, sin
freno alguno, ejercitar o no ejercitar libremente su función especifica de persecución de los delitos, mientras
que, al establecerse esa revisión, precisamente se confirma la unidad del Ministerio Público.
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AMPARO EN REVISIÓN 636/2012.
20 e. Que por tanto, es necesario que la acusación quede bien
establecida a efecto de que el juez esté en posibilidad de fijar
correctamente la litis que se resolverá en la sentencia, con lo cual
además se respetaría el principio de adecuada defensa del
acusado, al no colocarlo en estado de indefensión por obligarlo a
dar contestación a conclusiones acusatorias deficientes.
21. Agravios. El recurrente en sus agravios, esencialmente expuso
lo siguiente:
21 a. Que es ilegal la negativa del Juez de Distrito para otorgar el
amparo ya que realizó una errónea apreciación e interpretación
de los agravios expuestos.
21 b. Que el juez de Distrito omitió realizar un estudio
pormenorizado del agravio expuesto, pues lo realizó tomando
como punto medular el principio de unidad que rige la actuación
del Ministerio Público, lo cual nunca fue planteado en la demanda.
21 c. Que no obstante, resulta ilegal la consideración del a quo en el
sentido de que el objeto de enviar las conclusiones al Procurador
o Subprocurador para su revisión, es que la acusación quede bien
establecida a efecto de que el juez esté en posibilidad de fijar
correctamente la litis que se resolverá en la sentencia.
21 d. Que el hecho de que el juez penal mande revisar las
conclusiones acusatorias deficientes, hace que éste forme parte
de la acusación, pues para ello deberá, de manera previa,
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AMPARO EN REVISIÓN 636/2012.
analizarlas para determinar la irregularidad que se tiene que
corregir.
21 e. Que los artículos 259 y 260 del Código de Procedimientos
Penales del Estado de México son violatorios del artículo 21
constitucional, el primero porque impone al juzgador la obligación
de revisar si las conclusiones del Ministerio Público reúnen los
requisitos del artículo 258 del mismo código; el segundo, porque
la revisión que nuevamente haga el titular de la acción penal
respecto
a
las
conclusiones
acusatorias
deficientes,
la
confirmación, modificación o revocación, tomará como punto de
partida el análisis que en forma previa hizo el juzgador con base
en el señalamiento de irregularidades, por lo que dicha actuación
necesariamente estaría influenciada por los señalamientos del
juzgador.
21 f. Que los preceptos legales combatidos son violatorios del
artículo 14 constitucional, porque con la aplicación de los mismos,
ya no puede existir un debido proceso, ya que se viola el principio
general de equidad, porque el juzgador al revisar las conclusiones,
considerarlas deficientes y ordenar la remisión para que el titular
del órgano ministerial pueda perfeccionar el ejercicio de la acción
penal, se convierte en parte del proceso y por tanto deja de haber
equidad procesal, lo que también viola las formalidades del
procedimiento al dejar de existir la trilogía procesal.
21 g. Que dichos preceptos legales son violatorios del artículo 17
constitucional, conforme al cual la justicia debe impartirse de
manera imparcial, es decir, el juzgador debe limitarse a resolver lo
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AMPARO EN REVISIÓN 636/2012.
que las partes han planteado, sin otorgar privilegios a alguna, y
con lo establecido en los artículos impugnados, el juez coadyuva
al Ministerio Público quien es una de las partes en el proceso
penal.
21 h. Que los preceptos tachados de inconstitucionales también
violan el artículo 16 de la Carta Magna, ya que la legislatura del
Estado, el Gobernador y el Secretario General de Gobierno
carecen de facultades para crear, expedir, promulgar y refrendar
los artículos 259 y 260 del Código de Procedimientos Penales del
Estado de México, convirtiendo al juzgador penal en órgano
revisor del ejercicio de la acción penal y órgano ejecutor para
requerir el perfeccionamiento del ejercicio de la acción penal; que
además la creación de dichos preceptos se hizo en forma
contraria al mandato de división de facultades previsto en el
artículo 21 constitucional.
21 i. Que es ilegal el argumento del juez de Distrito de que el
perfeccionamiento de la acción penal es para que se respete el
principio de adecuada defensa del acusado al no colocarlo en
estado de indefensión, por obligarlo a dar contestación a
conclusiones acusatorias deficientes.
21 j. Que el acusado en todo tiempo y en todo caso tiene derecho de
atacar cualquier deficiencia o irregularidad que notara en las
conclusiones acusatorias del Ministerio Público, además que
corresponde al juzgador decidir en cuanto al pliego acusatorio.
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AMPARO EN REVISIÓN 636/2012.
22. CUARTO. Análisis de los agravios. Son fundados los agravios
antes referidos, pues los artículos 259 y 260 del Código de
Procedimientos Penales para el Estado de México, publicado el
veinte
de
marzo
de
dos
mil,
efectivamente
resultan
inconstitucionales como se pasa a demostrar.
23. La presente ejecutoria se sujetará a la siguiente metodología:
 Marco conceptual de los modelos del sistema procesal
penal.
 El principio de imparcialidad judicial como eje del debido
proceso penal en la Constitución Política de los Estados
Unidos Mexicanos.
 Análisis
estructural
de
las
normas
tildadas
de
inconstitucionales.
 Análisis de constitucionalidad de los artículos 259 y 260 del
Código de Procedimientos Penales para el Estado de
México.
24. La metodología asumida tiene el propósito de explicar a detalle
las razones por las cuales se determina que las normas
procesales impugnadas son inconstitucionales. En este aspecto,
se reproducen en lo conducente, por ser exactamente aplicables
al caso concreto, las consideraciones sustentadas por esta
Primera Sala de la Suprema Corte de Justicia de la Nación al
resolver por unanimidad de votos, el Amparo Directo en Revisión
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AMPARO EN REVISIÓN 636/2012.
1603/2011 y el Amparo en Revisión 167/2012 bajo las ponencias
del Ministro José Ramón Cossío Díaz y de la Ministra Olga
Sánchez Cordero de García Villegas, respectivamente.
25. Marco conceptual de los modelos de sistema procesal
penal. La adopción de un sistema procesal penal, permeado de
determinadas características, constituye un factor trascendental
para evaluar si el Estado que lo inserta a su sistema jurídico se
inclina por asumir la ideología del modelo democrático de
derecho. De ahí la importancia de establecer el paradigma
procedimental penal por el que se decanta un Estado, porque el
ejercicio de la facultad de ius puniendi, en el marco del principio
de mínima intervención, adquiere validez y justificación en la
medida en que el juzgamiento es realizado por medio de normas
procesales que permiten el pleno ejercicio de los derechos de los
actores del proceso penal.2 La tutela efectiva de las garantías
judiciales confirma el carácter predominante del derecho humano
del debido proceso.
26. Históricamente se han reconocido dos modelos puros de
sistema procesal penal: inquisitivo y acusatorio. Los cuales
presentan variantes que derivan de la posición indeterminada o
2
Una mayor explicación respecto a la trascendencia del derecho procesal penal como parámetro de medición
de constitucionalidad, la proporciona el Doctor Claus Roxin, quien destaca la importancia de la afectación
generada por la pena como resultado de la instrucción del proceso constituye una intervención estatal que
incide en el ámbito de libertad del individuo y que representa la medida más grave y, por ello, también la más
problemática. Explica que a menudo, su imposición significa un menoscabo total del interés por la libertad del
autor penal en favor del interés de seguridad de la generalidad. Es por ello que, en el procedimiento penal
entran en conflicto los intereses colectivos e individuales entre sí con más intensidad que en ningún otro
ámbito. De ahí que la ponderación de esos intereses, establecida por la ley, resulta sintomática para
establecer la relación entre Estado e individuo genéricamente vigente en una comunidad. Por la razón
expresada califica al Derecho procesal penal como el sismógrafo de la Constitución del Estado, que refleja la
actualidad política del Estado. Por tanto, cualquier cambio esencial en la estructura política (sobre todo una
modificación de la estructura del Estado) también se traduce en transformaciones del procedimiento penal.
Derecho Procesal Penal, Editores del Puerto, segunda reimpresión a la edición en castellano, realizada por
Gabriela E. Córdoba y Daniel R. Pastor, Buenos Aires, 2003, de la traducción a la vigésimo quinta edición
alemana de la obra titulada originalmente Strafverfahrensrecht; página 10.
15
AMPARO EN REVISIÓN 636/2012.
no definida hacia uno de ellos, lo que ha dado lugar a la
identificación de sistemas mixtos, con mayor inclinación a alguno
de los modelos generales. Esta última postura ha adquirido mayor
aceptación, ante el consenso de que la mayoría de los sistemas,
no obstante que se decanta por afirmar que están configurados
de acuerdo a uno de los modelos matriz, lo cierto es que en
mayor o menor medida tienen elementos compartidos que los
posicionan como eclécticos o no puros.
27. Y ello es más factible reconocerlo en los sistemas que a pesar
de asimilarse de corte inquisitivo, no han soportado la influencia
de la corriente renovadora que reconoce derechos de los
intervinientes en el proceso, de tal manera que los ordenamientos
procesales
denotan
la
incorporación
de
elementos
particularmente característicos del modelo acusatorio. Y en los
sistemas en transición, que pugnan por el reconocimiento del
modelo acusatorio, se identifica la influencia de elementos propios
del
inquisitivo
pero
que
para
mantener
la
vertiente
de
transformación se ven obligados a proscribirlos.
28. Ahora bien, a diferencia de la generalidad de los modelos
procesales, en los que las acciones requieren necesariamente
ejercerse por el actor contra el demandado, la persecución de los
delitos3 está sujeta a las reglas procedimentales de naturaleza
penal determinadas por los sistemas inquisitivo o acusatorio.
29. Al referirnos al sistema inquisitivo, el elemento esencial que lo
caracteriza se refiere a la concentración de funciones en una
3
Derivada del ius puniendi que consiste en la facultad del Estado para sancionar acciones ilícitas de carácter
penal.
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AMPARO EN REVISIÓN 636/2012.
autoridad del Estado, quien es la encargada de investigar, acusar
y juzgar. Así, el modelo procesal penal inquisitivo, propiamente
dicho, propugna el amplio protagonismo del juzgador, a quien se
confieren amplias facultades de intervención, para investigar,
recabar elementos de prueba para introducirlos al proceso y
determinar la condena del acusado. El modelo original expulsa del
ámbito protagónico a los sujetos que por su posición frente a la
acción criminal son receptores de afectación en su esfera jurídica,
de tal manera que no existe el reconocimiento y permisión de
instar por parte del acusador privado y acusado, solamente existe
la actividad del juez inquisidor, quien investiga y juzga, así como
el objeto de su actividad que recae en el procesado.
30. Esta forma de prosecución ha otorgado, históricamente,
contenido al principio de oficiosidad, en el que la ausencia de
imparcialidad y objetividad del juzgador lo postula como un
órgano de persecución penal y coloca al imputado como simple
objeto de investigación, carente de ejercicio de defensa
adecuada, frente a un sistema procesal adverso, justificado en la
concepción del ius puniendi Estatal oficioso, que le niega el
reconocimiento del ejercicio de derechos para refutar la potencial
amenaza de afectación en su esfera jurídica, materializada por la
pena.
31. En contraposición, el modelo de sistema procesal penal
acusatorio se caracteriza por la clara división de funciones de los
actores esenciales del proceso; la acusación y el juzgamiento son
actividades diferenciadas y ejercidas por entes diversos. Lo que
implica que la actuación del juzgador deba tener como
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AMPARO EN REVISIÓN 636/2012.
parámetros de referencia la imparcialidad y la objetividad frente al
juicio que se somete a su conocimiento por quienes son parte en
el proceso. De tal manera que no tiene un interés coadyuvante en
la persecución del delito, sino de aplicación de la ley penal en el
margen de respeto al principio de contradicción al que tienen
derecho las partes involucradas.
32. En resumen, al margen de las particulares características que
diferencian cada uno de los modelos, el aspecto de mayor
relevancia, por la notoriedad con que se aprecia, recae en la
determinación del órgano que ejerce la acción persecutoria de las
acciones criminales y la que juzga el caso concreto.
33. Mientras que el sistema inquisitivo, permite la concentración de
funciones en el juzgador, facultándolo para investigar, obtener
pruebas y juzgar. Característica que también es identificable aún
en los sistemas que asumen una posición mixta, pero con
inclinación
al
modelo
inquisitivo.
Es
decir,
podrán
tener
configurada una división de funciones, a fin de que la acción penal
sea ejercida por un órgano especializado, al que podrá
denominarse Fiscalía o Ministerio Público, pero esta división
únicamente tendrá efectos formales si el juzgador mantiene
facultades para realizar acciones ajenas a la actividad de
juzgamiento que le corresponde, como la posibilidad de incidir en
la dirección de la investigación criminal, ordenar oficiosamente la
producción de pruebas para integrarlas al proceso y guiar la
acusación por la que juzgará al procesado.
4
4
Las características que imperan en cada uno de los modelos son identificadas por Luigi Ferrajoli en los
términos siguientes:
18
AMPARO EN REVISIÓN 636/2012.
34. El modelo propuesto por el sistema procesal penal acusatorio no
vacía de contenido el papel que ha de desempeñar el juzgador,
por el contrario, lo dota de funciones específicas y que son
propias de la actividad de juzgamiento, las cuales no son
compatibles con las que pertenecen al órgano estatal facultado de
investigación, persecución del delito y de ejercer la acción penal.
35. El sistema acusatorio reconoce en la actividad del juzgador
elementos esenciales que se identifican con los principios de
imparcialidad y objetividad. La actuación del juzgador está
orientada a la verificación de: a) la protección de los derechos
básicos de imputado; b) el respeto de los derechos de la víctima
en el proceso penal; c) el control del órgano encargado de la
acción persecutoria penal, a fin de incentivar el uso razonable de
las facultades que la ley le concede; y, d) la resolución del
conflicto entre las partes –acusador, víctima, imputado y defensa–
.
5
36. Son éstas las directrices que colocan al juzgador en una
posición central frente a las partes, otorgándole el rol de vigilar el
debido cumplimiento al derecho humano de debido proceso
penal, reconocido con tal carácter por la Constitución Política de
El modelo inquisitivo es todo sistema procesal en el que el juez procede de oficio a la búsqueda, recolección y
valoración de pruebas, llegándose al juicio después de una instrucción escrita y secreta de la que están
excluidos o, en cualquier caso, limitados la contradicción y los derechos de la defensa.
Y por modelo acusatorio debe entenderse el sistema procesal que concibe al juzgador como un sujeto pasivo
rígidamente separado de las partes y al juicio con una contienda entre iguales iniciada por la acusación, a la
que le compete la carga de la prueba, enfrentada a la defensa en un juicio contradictorio, oral y público, que
resolverá el juez según su libre convicción.
Derecho y razón. Teoría del garantismo penal, quinta edición, Editorial Trotta, Madrid, 2001, página 564.
5 El rol del juez en el modelo acusatorio se analiza ampliamente en el proyecto de investigación que, con
motivo de las reformas constitucionales que establecen un sistema penal oral y acusatorio en México,
realizado por el Centro de Justicia de las Américas (CEJA), contenido en la obra: El sistema penal acusatorio
en México: Estudio sobre su implementación en el Poder Judicial de la Federación, publicado por esta
Suprema Corte de Justicia de la Nación en coedición con el Consejo de la Judicatura Federal, México, 2010,
páginas 57 a 68.
19
AMPARO EN REVISIÓN 636/2012.
los Estados Unidos Mexicanos y la Convención Americana sobre
6
Derechos Humanos .
7
37. Lo anterior no significa que deba rechazarse el reconocimiento
del principio de oficiosidad en el ejercicio de la acción
persecutoria
de
las
acciones
delictivas.
Es
posible
la
conformación de un sistema procesal en el cual se mantenga el
principio de oficiosidad y los postulados del modelo acusatorio. En
opinión del Doctor Claus Roxin, la coexistencia de ambas
configuraciones es posible en la medida en que se aprovechan
las ventajas de la persecución penal estatal con las del proceso,
en un esquema en el que el juez y el acusador no son la misma
persona. Se trata de la configuración de funciones que se ejercen
por dos autoridades estatales distintas. Lo cual no compromete la
8
imparcialidad y objetividad con que debe conducirse el juzgador,
siempre que las funciones que cada uno desempeñe estén
claramente identificadas a fin de respetar los mencionados
principios.
38. El principio de imparcialidad judicial como eje del debido
proceso penal en la Constitución Política de los Estados
Unidos Mexicanos. El derecho humano de debido proceso es
garantizado a través de las garantías judiciales contenidas en la
Carta Magna, entre las que destaca el principio de imparcialidad
6
Comprensión que se desprende del contenido de los artículos 1, 14, 16, 17, 18, 19, 20, 21, 22 y 23 de la
Constitución Federal, en los que se establece la protección de los derechos humanos reconocidos a nivel
constitucional y en los tratados internacionales, así como los postulados en los que se estructura el sistema
jurídico nacional que se sustenta en la previsión de garantías judiciales.
7 México se adhirió a la Convención Americana de Derechos Humanos el 2 de marzo de 1981 y realizó
depósito respectivo el día 24 siguiente. La referencia a esta afirmación se amplía en los párrafos
subsecuentes del proyecto.
8 Op. cit., página 86.
20
AMPARO EN REVISIÓN 636/2012.
judicial, cuyo alcance es posible determinarlo a través del estudio
de los antecedentes legislativos que le dieron origen.
39. La inicial premisa que debe cuestionarse recae en la concepción
de que el modelo de sistema procesal penal originalmente
esquematizado en la Constitución Federal, adoptó el modelo
9
inquisitivo puro –en estricto sentido–. Una revisión puntual del
proceso legislativo de creación de la Carta Magna de mil
novecientos diecisiete, da cuenta del equívoco de la afirmación y
permite advertir la previsión de un conjunto de elementos que
garantizaran el respeto de los derechos de quienes intervienen en
un proceso penal. Durante el proceso legislativo el constituyente
10
tuvo presente las razones expresadas por el Poder Ejecutivo en la
exposición de motivos del proyecto de constitución, en el cual
propuso un sistema procesal penal que identificara la separación
de funciones de las instituciones estatales encargadas de la
persecución de los delitos y la administración de justicia, en aras
de promover la imparcialidad judicial. Característica que es
claramente definitoria del modelo de proceso penal de corte
acusatorio.
Ello,
con
independencia
de
que
el
modelo
estructurado adoptara una posición mixta, al conjugar elementos
innatos a los sistemas procesales originales –inquisitivo y
acusatorio–.
9
Previo a la reforma constitucional de 18 de junio de 2008, que introduce el modelo procesal penal de corte
acusatorio y oral.
10 Al margen de que la operatividad del sistema se regule por normas secundarias que permiten afirmar lo
contrario; es decir, que denotan preferencia por proponer un sistema mixto con inclinación al modelo
inquisitivo. Este tema se abunda en la ejecutoria.
21
AMPARO EN REVISIÓN 636/2012.
40. Analicemos lo anterior. Luego de haber convocado a la
conformación del congreso constituyente, el uno de diciembre de
11
mil novecientos dieciséis, Venustiano Carranza, Primer Jefe del
Ejército Constitucionalista, presentó el proyecto de Constitución
Federal.
En
el
discurso
de
presentación
del
proyecto
constitucional, el promovente expuso las razones ideológicas y
motivadoras del cuerpo normativo, cuya trascendencia es
históricamente importante para el tema materia de análisis en la
presente ejecutoria.
41. El discurso de exposición de motivos contiene argumentaciones
trascendentales que reflejan una clara ideología de delimitar las
funciones estatales de procuración y administración de justicia,
como presupuesto de la previsión del principio que garantiza la
imparcialidad del juzgador. Razones que se sustentaron en
circunstancias históricas que justificaban la necesidad de fijar la
separación de facultades de dichos órganos del Estado. La parte
relativa del texto establece:
“Ciudadanos Diputados:
Una de las más grandes satisfacciones que he tenido
hasta hoy, desde que comenzó la lucha que, en mi
calidad de gobernador constitucional del estado de
Coahuila, inicié contra la usurpación del gobierno de
la república, es la que experimento en estos
momentos, en que vengo a poner en vuestras
manos, en cumplimiento de una de las promesas que
en nombre de la revolución hice en la heroica ciudad
de Veracruz al pueblo mexicano: el proyecto de
11
En septiembre de 1916, el Primer Jefe del Ejército Constitucionalista convocó a elecciones de diputados
para integrar el Congreso Constituyente, las cuales se verificaron el 22 de octubre siguiente. Las sesiones del
Congreso se inauguraron el 21 de noviembre de ese año. Y la sesión inaugural de los trabajos del Congreso
Constituyente se celebró el 1 de diciembre de 1916, con la apertura y entrega del Proyecto de Constitución, a
través de un informe que contenía los motivos en los que se sustentó la redacción de los principales artículos.
22
AMPARO EN REVISIÓN 636/2012.
Constitución reformada, proyecto en el que están
contenidas todas las reformas políticas que la
experiencia de varios años, y una observación atenta
y detenida, me han sugerido como indispensables
para cimentar, sobre las bases sólidas, las
instituciones, al amparo de las que deba y pueda la
nación laborar últimamente por su prosperidad,
encauzando su marcha hacia el progreso por la
senda de la libertad y del derecho; porque si el
derecho es el que regulariza la función de todos los
elementos sociales, fijando a cada uno su esfera de
acción, ésta no puede ser en manera alguna
provechosa, si en el campo que debe ejercitarse y
desarrollarse, no tiene la espontaneidad y la
seguridad, sin las que carecerían del elemento que,
coordinando las aspiraciones y las esperanzas de
todos los miembros de la sociedad, los lleva a
buscar en el bien de todos la prosperidad de cada
uno, estableciendo y realizando el gran principio de
la solidaridad, sobre el que deben descansar todas
las instituciones que tienden a buscar y realizar el
perfeccionamiento humano.
La Constitución Política de 1857, que nuestros
padres nos dejaron como legado precioso, a la
sombra de la cual se ha consolidado la nacionalidad
mexicana; que entró en el alma popular con la guerra
de Reforma, en la que se alcanzaron grandes
conquistas, y que fue la bandera que el pueblo llevó
a los campos de batalla en la guerra contra la
intervención, lleva indiscutiblemente, en sus
preceptos, la consagración de los más altos
principios, reconocidos al fulgor del incendio que
produjo la revolución más grande que presenció el
mundo en las postrimerías del siglo XVIII,
sancionados por la práctica constante y, pacífica que
de ellos se ha hecho por dos de los pueblos más
grandes y más poderosos de la tierra: Inglaterra y los
Estados Unidos.
Mas, desgraciadamente, los legisladores de 1857 se
conformaron con la proclamación de principios
generales que no procuraron llevar a la práctica,
23
AMPARO EN REVISIÓN 636/2012.
acomodándolos a las necesidades del pueblo
mexicano para darles pronta y cumplida satisfacción;
de manera que nuestro código político tiene en
general el aspecto de fórmulas abstractas en que se
han condensado conclusiones científicas de gran
valor especulativo, pero de las que no ha podido
derivarse sino poca o ninguna utilidad positiva.
[…]
En tal virtud, la primera de las bases sobre la que
descansa toda la estructura de las instituciones
sociales, fue ineficaz para dar solidez a éstas y
adaptarlas a su objeto, que fue relacionar en forma
práctica y expedita al individuo con el estado y a éste
con aquél, señalando sus respectivos límites dentro
de los que debe desarrollarse su actividad, sin trabar
de ninguna especie, y fuera de las que se hace
perturbadora y anárquica si viene de parte del
individuo, o despótica y opresiva si viene de parte de
la autoridad.
Mas el principio de que se acaba de hacer mérito, a
pesar de estar expresa y categóricamente formulado,
no ha tenido, en realidad, valor práctico alguno, no
obstante que en el terreno del derecho constitucional
es de una verdad indiscutible.
Lo mismo ha pasado exactamente con los otros
principios fundamentales que informan la misma
Constitución de 1857, los que no han pasado, hasta
ahora, de ser una bella esperanza, cuya realización
se ha burlado de una manera constante.
[…]
Tampoco ha tenido cumplimiento y, por lo tanto,
valor positivo apreciable, el otro principio
fundamental
claramente
establecido
por
la
Constitución de 1857, relativo a la división del
ejercicio del poder público, pues tal división sólo ha
estado, por regla general, escrita en la ley, en abierta
oposición con la realidad, en la que, de hecho, todos
los poderes han estado ejercidos por una sola
persona habiéndose llegado hasta el grado de
24
AMPARO EN REVISIÓN 636/2012.
manifestar, por una serie de hechos constantemente
repetidos, el desprecio a la ley suprema, dándose sin
el menor obstáculo al jefe del poder Ejecutivo la
facilidad de legislar sobre toda clase de asuntos,
habiéndose reducido a esto la función del poder
Legislativo, el que de hecho quedó reducido a
delegar facultades y aprobar después lo ejecutado
por virtud de ellas, sin que haya llegado a
presentarse el caso, ya no de que reprobase, sino al
menos de que hiciese observación alguna.
[…]
La historia del país que vosotros habéis vivido en
buena parte de estos últimos años, me prestaría
abundantísimos datos para comprobar ampliamente
las aseveraciones que dejo apuntadas; pero aparte
de que vosotros, estoy seguro, no las pondréis en
duda, porque no hay mexicano que no conozca
todos los escándalos causados por las violaciones
flagrantes a la Constitución de 1857, esto
demandaría, exposiciones prolijas del todo ajenas al
carácter de una reseña breve y sumaria, de los
rasgos principales de la iniciativa que me honro hoy
en poner en vuestras manos, para que la estudiéis
con todo el detenimiento y con todo el celo que de
vosotros espera la nación, como el remedio a las
necesidades y miserias de tantos años.
En la parte expositiva del decreto de 14 de
septiembre del corriente año, en el que se
modificaron algunos artículos de las adiciones al
plan de Guadalupe, expedidas en la heroica Veracruz
el 12 de diciembre de 1914, expresamente ofreció el
gobierno de mi cargo que en las reformas a la
Constitución de 1857, que iniciaría ante este
Congreso, se conservaría intacto el espíritu liberal de
aquélla y la forma de gobierno en ella establecida;
que dichas reformas sólo se reducirían a quitarle lo
que la hace inaplicable, a suplir sus deficiencias, a
disipar la obscuridad de algunos de sus preceptos, y
a limpiarla de todas las reformas que no hayan sido
inspiradas más que en la idea de poderse servir de
ella para entronizar la dictadura.
25
AMPARO EN REVISIÓN 636/2012.
No podré deciros que el proyecto que os presento
sea una obra perfecta, ya que ninguna que sea hija
de la inteligencia humana puede aspirar a tanto; pero
creedme, señores diputados, que las reformas que
propongo son hijas de una convicción sincera, son el
fruto de mi personal experiencia y la expresión de
mis deseos hondos y vehementes porque el pueblo
mexicano alcance el goce de todas las libertades, la
ilustración y progreso que le den lustre y respeto en
el extranjero, y paz y bienestar en todos los asuntos
domésticos.
Voy, señores diputados, a haceros una síntesis de
las reformas a que me he referido, para daros una
idea breve y clara de los principios que me han
servido de guía, pues así podréis apreciar si he
logrado el objeto que me he propuesto, y qué es lo
que os queda por hacer para llenar debidamente
vuestro cometido.
Siendo el objeto de todo gobierno el amparo y
protección del individuo, o sea de las diversas
unidades de que se compone el agregado social, es
incuestionable que el primer requisito que debe
llenar la Constitución Política tiene que ser la
protección otorgada, con cuanta precisión y claridad
sea dable, a la libertad humana, en todas las
manifestaciones que de ella derivan de una manera
directa y necesaria, como constitutivas de la
personalidad del hombre.
La Constitución de un pueblo no debe procurar, si es
que ha de tener vitalidad que le asegure larga
duración, poner límites artificiales entre el Estado y
el individuo, como si se tratara de aumentar el campo
a la libre acción de una y restringir la del otro, de
modo que lo que se da a uno sea la condición de la.
protección de lo que se reserva el otro; sino que
debe buscar que la autoridad que el pueblo concede
a sus representantes, dado que a él no le es posible
ejercerla directamente, no pueda convertirse en
contra de la sociedad que la establece, cuyos
26
AMPARO EN REVISIÓN 636/2012.
derechos deben quedar fuera de su alcance,
supuesto que ni por un momento hay que perder de
vista que el gobierno tiene que ser forzosa y
necesariamente el medio de realizar todas las
condiciones sin las cuales el derecho no puede
existir y desarrollarse.
Partiendo de este concepto, que es el primordial,
como que es el que tiene que figurar en primer
término, marcando el fin y objeto de la institución del
gobierno, se dará a las instituciones sociales su
verdadero valor, se orientará convenientemente la
acción de los poderes públicos y se terminarán
hábitos y costumbres sociales y políticas, es decir,
procedimientos de gobierno que hasta hoy no han
podido fundamentarse, 'debido a que si el pueblo
mexicano no tiene la creencia en un pacto social en
que repose toda la organización política ni en el
origen divino de un monarca, señor de vidas y
haciendas, sí comprende muy bien que las
instituciones que tiene, si bien proclaman altos
principios, no se amoldan a su manera de sentir y de
pensar, y que lejos de satisfacer necesidades,
protegiendo el pleno uso de la libertad, carecen por
completo de vida, dominados como han estado por
mi despotismo militar enervante, y por explotaciones
inocuas, que han arrojado a las clases más
numerosas a la desesperación y a la ruina.
Ya antes dije que el deber primordial del gobierno es
facilitar las condiciones necesarias para la
organización del derecho, o, lo que es lo mismo,
cuidar de que se mantengan intactas todas las
manifestaciones de libertad individual, para que
desarrollándose el elemento social, pueda, a la vez
que conseguirse la coexistencia pacífica de todas las
actividades, realizarse la unidad de esfuerzos y
tendencias en orden a la prosecución del fin común:
la felicidad de todos los asociados.
Por esta razón, lo primero que debe hacer la
Constitución política de un pueblo es garantizar, de
la manera más amplia y completa posible, la libertad
27
AMPARO EN REVISIÓN 636/2012.
humana, para evitar que el gobierno a pretexto del
orden o de la paz, motivos que siempre alegan los
tiranos para justificar sus atentados, tenga alguna
vez de limitar el derecho y no respetar su uso
íntegro, atribuyéndose la facultad exclusiva de dirigir
la iniciativa individual y la actividad social,
esclavizando al hombre y a la sociedad bajo su
voluntad omnipotente.
La Constitución de 1857 hizo, según antes he
expresado, la declaración de que los derechos del
hombre son la base y objeto de todas las
instituciones sociales; pero, con pocas excepciones,
no otorgó a esos derechos las garantías debidas, lo
que tampoco hicieron las leyes secundarias, que no
llegaron a castigar severamente la violación de
aquéllas, porque sólo fijaron penas nugatorias, por
insignificantes, que casi nunca se hicieron efectivas.
De manera que sin temor de incurrir en exageración,
puede decirse que a pesar de la Constitución
mencionada, la libertad individual quedó por
completo a merced de los gobernantes.
El número de atentados contra la libertad y sus
diversas manifestaciones, durante el período en que
la Constitución de 1857 ha estado en vigor, es
sorprendente; todos los días ha habido quejas contra
los abusos y excesos de la autoridad, de uno a otro
extremo de la república; y sin embargo de la
generalidad del mal y de los trastornos que
constantemente ocasionaba, la autoridad judicial de
la federación no hizo esfuerzos para reprimirlo, ni
mucho menos para castigarlo.
La imaginación no puede figurarse el sinnúmero de
amparos por consignación al servicio de las armas,
ni contra las arbitrariedades de los jefes políticos,
que fueron, más que los encargados de mantener el
orden, los verdugos del individuo y de la sociedad; y
de seguro que causaría, ya no sorpresa, sino
asombro, aún a los espíritus más despreocupados y
más insensibles a las desdichas humanas, si en
estos momentos pudieran contarse todos los
28
AMPARO EN REVISIÓN 636/2012.
atentados que la autoridad judicial federal no quiso o
no pudo reprimir.
La simple declaración de derechos, bastante en un
pueblo de cultura elevada, en que la sola
proclamación de un principio fundamental de orden
social y político, es suficiente para imponer respeto,
resulta un valladar ilusorio donde, por una larga
tradición y por usos y costumbres inveterados, la
autoridad ha estado investida de facultades
omnímodas, donde se ha atribuido poderes para
todo y donde el pueblo no tiene otra cosa que hacer
más que callar y obedecer.
A corregir ese mal tienden las diversas reformas que
el gobierno de mi cargo propone, respecto a la
sección primera del título primero de la Constitución
de 1857, y abrigo la esperanza de que con ellas y con
los castigos severos que el código penal imponga a
la conculcación de las garantías individuales, se
conseguirá que los agentes del poder público sean lo
que deben ser: instrumentos de seguridad social, en
vez de ser lo que han sido, los opresores de los
pueblos que han tenido la desgracia de caer en sus
manos.
Prolijo sería enumerar una por una todas las
reformas que sobre este particular se proponen en el
proyecto que traigo a vuestro conocimiento; pero
séame permitido hablar de algunas, para llamar de
una manera especial vuestra atención sobre la
importancia que revisten.
[…]
Sin embargo de esto, hay que reconocer que en el
fondo de la tendencia a dar al artículo 14 una
extensión indebida, estaba la necesidad ingente de
reducir a la autoridad judicial de los estados a sus
justos límites, pues bien pronto se palpó que
convertidos los jueces en instrumentos ciegos de los
gobernadores, que descaradamente se inmiscuían en
asuntos que estaban por completo fuera del alcance
de sus atribuciones, se hacía preciso tener un
29
AMPARO EN REVISIÓN 636/2012.
recurso, acudiendo a la autoridad judicial federal
para reprimir tantos excesos.
El artículo 20 de la Constitución de 1857 señala las
garantías que todo acusado debe tener en un juicio
criminal; pero en la práctica esas garantías han sido
enteramente ineficaces, toda vez que, sin violarlas
literalmente, al lado de ellas se han seguido prácticas
verdaderamente inquisitoriales, que dejan por regla
general a los acusados sujetos a la acción arbitraria
y despótica de los jueces y aún de los mismos
agentes o escribientes suyos.
Conocidas son de ustedes, señores diputados, y de
todo el pueblo mexicano, las incomunicaciones
rigurosas, prolongadas en muchas ocasiones por
meses enteros, unas veces para castigar a presuntos
reos políticos, otras para amedrentar a los infelices
sujetos a la acción de los tribunales del crimen y
obligarlos a hacer confesiones forzadas, casi
siempre falsas, que sólo obedecían al deseo de
librarse de la estancia en calabozos inmundos, en
que estaban seriamente amenazadas su salud y su
vida.
El procedimiento criminal en México ha sido hasta
hoy, con ligerísimas variantes, exactamente el mismo
que dejó implantado la dominación española, sin que
se haya llegado a templar en lo más mínimo su
dureza, pues esa parte de la legislación mexicana ha
quedado enteramente atrasada, sin que nadie se
haya preocupado en mejorarla.
Diligencias secretas y procedimientos ocultos de que
el reo no debía tener conocimiento, como si no se
tratase en ellos de su libertad o de su vida;
restricciones del derecho de defensa, impidiendo al
mismo reo y a su defensor asistir a la recepción de
pruebas en su contra, como si se tratase de actos
indiferentes que de ninguna manera podrían
afectarlo y, por último, dejar la suerte de los reos
casi siempre entregada a las maquinaciones
fraudulentas y dolosas de los escribientes, que por
30
AMPARO EN REVISIÓN 636/2012.
pasión o por vil interés alteraban sus propias
declaraciones, las de los testigos que deponían en
su contra, y aún las de los que se presentaban a
declarar en su favor.
La ley concede al acusado la facultad de obtener su
libertad bajo fianza durante el curso de su proceso;
pero tal facultad quedó siempre sujeta al arbitrio
caprichoso de los jueces, quienes podían negar la
gracia con sólo decir que tenían temor de que el
acusado se fugase y se substrajera a la acción de la
justicia.
Finalmente, hasta hoy no se ha expedido ninguna ley
que fije, de una manera clara y precisa, la duración
máxima de los juicios penales, lo que ha autorizado a
los jueces para detener a los acusados por tiempo
mayor del que fija la ley al delito de que se trata,
resultando así prisiones injustificadas y enteramente
arbitrarias.
A remediar todos esos males tienden las reformas
del citado artículo 20.
El artículo 21 de la Constitución de 1857 dio a la
autoridad administrativa la facultad de imponer como
corrección hasta quinientos pesos de multa, o hasta
un mes de reclusión en los casos y modo que
expresamente determine la ley, reservando a la
autoridad judicial la aplicación exclusiva de las
penas propiamente tales.
Este precepto abrió una anchísima puerta al abuso,
pues la autoridad administrativa se consideró
siempre en posibilidad de imponer sucesivamente y
a su voluntad, por cualquier falta imaginaria, un mes
de reclusión, mes que no terminaba en mucho
tiempo.
La reforma que sobre este particular se propone, a la
vez que confirma a los jueces la facultad exclusiva
de imponer penas, sólo concede a la autoridad
administrativa castigar la infracción de los
31
AMPARO EN REVISIÓN 636/2012.
reglamentos de policía, que por regla general sólo da
lugar a penas pecuniarias y no a reclusión, la que
únicamente se impone cuando el infractor no puede
pagar la multa.
Pero la reforma no se detiene allí, sino que propone
una innovación que de seguro revolucionará
completamente el sistema procesal que durante
tanto tiempo ha regido en el país, no obstante todas
sus imperfecciones y deficiencias.
Las leyes vigentes, tanto en el orden federal como en
el común, han adoptado la institución del ministerio
público, pero tal adopción ha sido nominal, porque la
función asignada a los representantes de aquél, tiene
carácter meramente decorativo para la recta y pronta
administración de justicia.
Los jueces mexicanos han sido, durante el período
corrido desde la consumación de la independencia
hasta hoy, iguales a los jueces de la época colonial:
ellos son los encargados de averiguar los delitos y
buscar las pruebas, a cuyo efecto siempre se han
considerado autorizados a emprender verdaderos
asaltos contra los reos, para obligarlos a confesar, lo
que sin duda alguna desnaturaliza, las funciones de
la judicatura.
La sociedad entera recuerda horrorizada los
atentados cometidos por jueces que, ansiosos de
renombre, veían con positiva fruición que llegase a
sus manos un proceso que les permitiera desplegar
un sistema completo de opresión, en muchos casos
contra personas inocentes y en otros contra la
tranquilidad y el honor de las familias, no
respetando, en sus inquisiones, ni las barreras
mismas que terminantemente establecía la ley.
La misma organización del ministerio público, a la
vez que evitará ese sistema procesal tan vicioso,
restituyendo a los jueces toda la dignidad y toda la
respetabilidad de la magistratura, dará al ministerio
público toda la importancia que le corresponde,
32
AMPARO EN REVISIÓN 636/2012.
dejando exclusivamente a su cargo la persecución
de los delitos, la busca de los elementos de
convicción, que ya no se hará por procedimientos
atentatorios y reprobados, y la aprehensión de los
delincuentes.
Por otra parte, el ministerio público, con la policía
judicial represiva a su disposición, quitará a los
presidentes municipales y a la policía común la
posibilidad que hasta hoy han tenido de aprehender
a cuantas personas juzgan sospechosas, sin más
méritos que su criterio particular.
Con la institución del ministerio público, tal como se
propone, la libertad individual quedará asegurada;
porque según el artículo 16, nadie podrá ser detenido
sino por orden de la autoridad judicial, la que no
podrá expedirla sino en los términos y con los
requisitos que el mismo artículo exige.
[…]
Si, por una parte, el gobierno debe ser respetuoso de
la ley y de las instituciones por la otra debe ser
inexorable con los trastornadores del orden y con los
enemigos de la sociedad: sólo así pueden
sostenerse las naciones y encaminarse hacia el
progreso.
Los constituyentes de 1857 concibieron bien el poder
Ejecutivo: libre en su esfera de acción para
desarrollar su política, sin más limitación que
respetar la ley; pero no completaron el pensamiento,
porque restaron al poder Ejecutivo prestigio,
haciendo mediata la elección del presidente, y así su
elección fue, no la obra de la voluntad del pueblo,
sino el producto de las combinaciones fraudulentas
de los colegios electorales.
El gobierno de mi cargo cree haber cumplido su
labor en el límite de sus fuerzas, y si en ello no ha
obtenido todo el éxito que fuera de desearse, esto
debe atribuirse a que la empresa es altamente difícil
y exige una atención constante que me ha sido
33
AMPARO EN REVISIÓN 636/2012.
imposible consagrarle, solicitado, como he estado
constantemente, por las múltiples dificultades a que
he tenido que atender.
Toca ahora a vosotros coronar la obra, a cuya
ejecución espero os dedicaréis con toda la fe, con
todo el ardor y con todo el entusiasmo que de
vosotros espera vuestra patria, la que tiene puestas
en vosotros sus esperanzas y aguarda ansiosa el
instante en que le deis instituciones sabias y
justas.”12
42. El proyecto constitucional propuso la redacción del artículo 21
en los términos siguientes:
“Artículo 21.La imposición de las penas es propia y
exclusiva de la autoridad judicial. Sólo incumbe a la
autoridad administrativa el castigo de las
infracciones de los reglamentos de policía y la
persecución de los delitos, por medio del Ministerio
Público y de la policía judicial, que estará a la
disposición de éste.”
43. La división de funciones, basada en la exclusión de
concentración de facultades y empoderamiento de los juzgadores
para investigar y sancionar los delitos, fue explicitada en la norma
del proyecto constitucional. El único facultado para perseguir los
delitos debía ser la autoridad administrativa, a través del
Ministerio Público y la policía judicial, esta última a disposición de
aquél. La aprobación legislativa de este enunciado normativo es
el antecedente original de la facultad reservada del ejercicio de la
12
El texto íntegro se puede consultar en Félix F. Palavicini, Historia de la Constitución de 1917, tomo I,
colección Clásicos del Derecho Mexicano, Tribunal Superior de Justicia del Distrito Federal, páginas 144 a
161, citado en Derechos del pueblo mexicano. México a través de sus constituciones. Tomo II, debate
legislativo, Congreso Constituyente 1916 – 1917, sección primera. Coedición Cámara de Diputados, Senado
de la República, ambos de la LIX Legislatura, Poder Judicial de la Federación - Suprema Corte de Justicia de
la Nación, Tribunal Federal Electoral, Instituto Federal Electoral y Miguel Ángel Porrúa, páginas 9 a 25.
También consultable en Los Presidentes de México ante la Nación: informes, manifiestos y documentos de
1821 a 1966. Editado por la XLVI Legislatura de la Cámara de Diputados. 5 tomos. México, Cámara de
Diputados, 1966. Tomo 3. Informes y respuestas desde el 1 de abril de 1912 hasta el 1 de septiembre de
1934.
34
AMPARO EN REVISIÓN 636/2012.
acción penal. En tanto que las facultades de la autoridad judicial
estarían restringidas a la aplicación de las penas, lo que dio
origen a la inserción constitucional del principio de imparcialidad
judicial.
44. Las razones aducidas en la exposición de motivos se basaron
en la falta de definición de las funciones de la autoridad judicial en
la Constitución de mil ochocientos cincuenta y siete, que al no
contemplar un órgano estatal que debiera encargarse de la
investigación de los delitos, permitió interpretar que la concesión
de facultad para que la autoridad judicial se encargara de imponer
penas, tenía el alcance de permisión de la investigación criminal,
como presupuesto necesario para cumplir con su función.13 La
falta de acotación de los alcances de la función propia de la
autoridad judicial, en opinión del representante del Poder
Ejecutivo en el proyecto constitucional de mil novecientos
diecisiete, con anterioridad generó los vicios siguientes:
 La inclusión de la institución del Ministerio Público, en las
legislaciones federal y estatal, con carácter nominal o
decorativo para la recta y pronta administración de justicia.
Las funciones de investigación que le correspondían eran
ejercidas por las autoridades judiciales.
 La falta de claridad en la norma constitucional, desde la
independencia, se interpretó como una permisión para que
13
El texto del artículo 21 de la Constitución Política de la República Mexicana de 1857 señalaba:
“Artículo 21. La aplicación de las penas, propiamente tales, es exclusiva de la autoridad judicial. La política y
administrativa sólo podrá imponer, como corrección, hasta quinientos pesos de multa o hasta un mes de
reclusión, en los casos y modo que expresamente determine la ley.”
35
AMPARO EN REVISIÓN 636/2012.
los jueces actuaran en los mismos términos que lo hacían
sus homólogos de la época colonial. La actividad judicial no
se limitó a la aplicación de penas, se extendió a la
averiguación los delitos y la obtención de pruebas.
 Las funciones de los jueces, ejercidas con tal amplitud, se
consideró como una autorización para violar los derechos
de los reos, lo cual desnaturalizaba las funciones de la
judicatura.
 La actuación inquisitiva y protagonista de los juzgadores
había generado un sistema completo de opresión, en
muchos casos contra personas inocentes, en perjuicio de la
tranquilidad y el honor de las familias. Actividad que se
ejercía
sin
respeto
a
las
limitaciones
establecidas
terminantemente en la ley.
45. Así, la propuesta de división de funciones en materia de
procuración y administración de justicia se planteó como
objetivos:
 Proponer
una
preexistente,
transformación
en
atención
del
sistema
las
imperfecciones
a
procesal
y
deficiencias que había demostrado.
 Confirmar que la facultad de imposición de penas era propia
y exclusiva de la autoridad judicial.
36
AMPARO EN REVISIÓN 636/2012.
 La definición normativa, evitaría vicios en el sistema
procesal; restituiría a los jueces la dignidad y respetabilidad
de la magistratura; y, dotaría al Ministerio Público de la
importancia que le correspondía, al tener la facultad
exclusiva de perseguir los delitos y buscar los elementos de
prueba necesarios.
46. La intención de delimitar las funciones en los ámbitos de
procuración
y
administración
de
justicia
imperó
en
el
procedimiento legislativo, de ello da cuenta el diario de debates
del constituyente de 1916-1917. En la 31° sesión ordinaria,
celebrada el cinco de enero de mil novecientos diecisiete, al
intervenir el diputado Múgica expresó:
“[…] El artículo 21 del proyecto del Primer Jefe, dice
así: ‘Artículo 21. La imposición de las penas es
propia y exclusiva de la autoridad judicial. Sólo
incumbe a la autoridad administrativa el castigo de
las infracciones de los reglamentos de Policía y la
persecución de los delitos, por medio del Ministerio
Público y de la policía judicial que estará a la
disposición de éste.’
Como lo puede ver su señoría, de la redacción
misma del artículo se desprende que para perseguir
un delito, para hacer perseguir un delito por la
autoridad judicial, se puede hacer por conducto de la
autoridad administrativa y que en este caso la
autoridad administrativa dictará sus órdenes al
Ministerio Público y a la policía judicial; esto se
desprende claramente de la redacción del artículo sin
ningún género de duda.[…].”14
14
Consulta: Marván Laborde. Ignacio, Nueva edición del Diario de Debates del Congreso Constituyente de
1916-1917, Suprema Corte de Justicia de la Nación, México, 2006, p. 888.
37
AMPARO EN REVISIÓN 636/2012.
47. La iniciativa adoptada por el constituyente fue ampliamente
clarificada con la intervención del diputado Macías, en cuanto
señaló:
“[…] Ha habido una confusión en la que es natural que
haya incurrido la muy respetable 1a. Comisión, y para
desvanecerla, voy a hacer una explicación sencilla del
organismo jurídico que se trata de establecer en el
proyecto del ciudadano Primer Jefe, cuando México se
hizo independiente -tomo la cuestión desde allí para que
esta respetable Cámara pueda darse cuenta exacta del
asunto-, entonces se encontró con que la autoridad
judicial no era más que una parte del Poder Ejecutivo,
porque no había entonces la división de poderes que
existe en el derecho moderno, del Poder Legislativo, del
Poder Ejecutivo y del Poder Judicial, sino que todos los
poderes que había en la nación los ejecutaba la corona,
de manera que era la que legislaba, la que aplicaba leyes
y perseguía a los delincuentes, de manera que todos los
poderes estaban confundidos en uno solo.
Se hizo México independiente y este poder, de hecho,
quedó en esa misma forma: Se estableció la soberanía
del pueblo, pero de hecho los poderes, quedó en esa
misma forma; se estableció la soberanía del pueblo, pero
de hecho los poderes quedaron enteramente
concentrados en una misma mano, y aunque
nominalmente se hizo la división de poderes, de hecho
quedaron confundidos y el Poder Judicial se
consideraba facultado no sólo para imponer la pena para
decidir en el caso concreto sujeto a su conocimiento,
sino que se consideraba con facultades para perseguir el
mismo Poder Judicial, a los delincuentes, y por eso
entonces se estableció la policía judicial, es decir, los
agentes que no eran jueces sino empleados que estaban
a su servicio para buscar pruebas, para averiguar los
detalles con los cuales se había cometido un delito y
estaban enteramente dependientes de él.
Si los señores diputados se toman el trabajo de leer
cualquier diccionario de legislación correspondiente a
esa época, verán comprobado con toda exactitud lo que
acabo de manifestar. Vino después en México la
institución del Ministerio Público; pero como se han
38
AMPARO EN REVISIÓN 636/2012.
adoptado entre nosotros todas las instituciones de los
pueblos civilizados, como se han aceptado y se aceptan,
de una manera enteramente arbitraria y absurda, se
estableció el Ministerio Público y Ministerio Público no
pudo ser, como dice el ciudadano Primer Jefe en su
epígrafe, más que una entidad decorativa, porque en
lugar de ser el que ejerciese la acción penal, el que
persiguiese a los delincuentes acusándolos y llevando
todas las pruebas, no hacía más que cruzarse de brazos
para que el juez practicara todas las diligencias y él,
estar pendiente en todos estos actos.
El Código de Procedimientos Penales actualmente
vigente en el Distrito Federal, está tomado del Código de
Procedimientos de Francia, y allí se dice:
La policía judicial está comprendida por tales y cuales
funcionarios; pero se cometió el error de hacer policía
judicial al Ministerio Público, y el Ministerio Público no
es la policía judicial; de manera que éste fue el error. Se
hizo una amalgama enteramente confusa e imposible. De
allí resultó que era policía judicial el Ministerio Público.
La policía judicial propiamente dicha, la policía judicial y
la policía preventiva que es cosa enteramente distinta, es
lo que quiero aclarar para evitar la confusión. El
ciudadano Primer Jefe en este artículo tiene que adoptar
precisa y necesariamente, porque se trata de una obra
científica, el tecnicismo científico empleado en toda la
Constitución.
La Constitución le dice en uno de sus artículos: "El
poder público de la Federación se divide para su
ejercicio en Legislativo, Ejecutivo y Judicial" de manera
que no existen más que tres poderes: El Legislativo, que
es el que da la ley; el Ejecutivo que hace que se cumpla,
y el judicial que es el que va a resolver los casos
concretos en que haya contienda y que sea precisa su
intervención para aplicar la ley al caso de que se trate.
Ahora bien, como hay que deslindar, porque se trata de
hacer una implantación definitiva de las instituciones
libres, viene este problema: El poder va a perseguir a los
delincuentes ¿a qué ramo pertenece? desde luego no
puede pertenecer al Legislativo, porque indudablemente
no va dar la ley; tampoco puede pertenecer al Judicial,
porque él va a aplicarla. Entonces, lo lógico, lo jurídico,
es lo que acaba de decir el señor Machorro Narváez,
39
AMPARO EN REVISIÓN 636/2012.
viene la institución del Ministerio Público y el Ministerio
Público no es más que un órgano del poder
administrativo, es decir, del Ejecutivo.
Por eso tienen ustedes que en todos los países en que
existen las instituciones libres, es decir, en donde está
dividido el poder en tres ramas, el Ejecutivo acusa en
nombre de la nación de que se trate.
Por eso es que en Estados Unidos, por ejemplo, se dice:
‘El procurador general de la nación en nombre del
presidente de la República...’ Porque él es representante
del presidente de la República en materia penal. En los
Estados, el procurador general del Estado es el
representante del gobernador del Estado porque es él
quien va a perseguir. Ahora, ¿cómo persigue?
Pues persigue de una manera muy sencilla. La policía
judicial en los países libres está dividida en dos clases:
La policía preventiva y la policía inquisitiva, que se llama
la policía judicial, que es el nombre técnico con que se le
designa.
La policía preventiva es el gendarme que está en cada
esquina cuidando el orden; éste no se preocupa de si se
va a cometer un delito o no; sus atribuciones se reducen
únicamente a cuidar que no se altere el orden público o
que los reglamentos de policía en toda la circunscripción
que le corresponde, se cumplan debidamente siempre
que estén a su vista. Esto es lo que en los Estados
Unidos se llama police - man y lo que entre nosotros se
llama el gendarme; de manera que todavía en el interi de
la República se le designa con el nombre de ‘policía’ y
por las noches con el ‘sereno’; pero todos son la policía
preventiva, que es la que trata de evitar que se cometa
un delito, pero ésta no es la policía judicial.
La policía judicial la forman los agentes que el Ministerio
Público tiene a su disposición para ir a averiguar dónde
se cometió el delito, qué personas pudieron
presenciarlo, etcétera. Es una cosa parecida a los que
entre nosotros ha estado muy mal establecido con el
nombre de policía de seguridad, porque en ésta, los
individuos que la forman, no andan vestidos de policía;
en los Estados Unidos éstos traen una placa con la cual
se revelan inmediatamente que tratan de ejercer sus
40
AMPARO EN REVISIÓN 636/2012.
funciones; antes nadie los conoce como agentes de la
autoridad.
Un ejemplo claro: Se encuentra un cadáver en una plaza
pública, por ejemplo, y la policía preventiva, que no supo
cómo se cometió el delito, se limita únicamente a dar
cuenta de que hay un cadáver; no se vuelve a ocupar de
otra cosa la policía preventiva. Entonces el agente del
Ministerio Público, que es el que representa al Gobierno,
es decir, a la autoridad administrativa, entonces toma
conocimiento del hecho y manda a sus agentes, quienes
van al lugar de los sucesos y allí averiguan a qué horas
apareció el cadáver allí, qué personas pudieron
presenciar el hecho; toman todos los datos conducentes
para aclarar la averiguación, y de esa averiguación
puede resultar: ‘pues este delito lo cometió una persona
que tenía tales y cuáles señas’; se llega a saber el
nombre del asesino y el lugar en que se oculta; da
cuenta inmediatamente, y el Ministerio Público presenta
la acusación ante el juez, diciendo: ‘Tal día, a tal hora, se
cometió un delito de tal clase y el cual cosiste en esto; el
policía judicial fulano de tal, ha tomado todos los
principales datos; vengo, pues, a acusar a don fulano de
tal, bajo la protesta de que es cierto el hecho que se le
atribuye, y el cual se encuentra escondido en tal parte.’
Entonces el juez, en vista de esto, libra orden de
aprehensión y la policía judicial la recibe, hace la
aprehensión y pone al reo a la disposición de la
autoridad, de manera que, como ven ustedes, la policía
preventiva es enteramente distinta de la policía judicial;
la policía judicial la forman los auxiliares mediante los
cuales el Ministerio Público ejerce sus funciones, y el
Ministerio Público es el representante de la sociedad, el
representante del Gobierno; ésta es la función que le
corresponde.
Por esto verán los señores diputados que lo que el
ciudadano Primer Jefe dice en su discurso, está
enteramente conforme con lo que expresa el artículo. La
policía, el Poder administrativo, persigue a los
delincuentes mediante su órgano, que es el agente del
Ministerio Público; el agente del Ministerio Público
desempeña esa función con los auxiliares que tiene al
efecto o sea la policía judicial. La reforma consiste en
acabar con esa amalgama que había hecho las leyes
anteriores conservando el Poder Judicial enteramente
41
AMPARO EN REVISIÓN 636/2012.
independiente del Poder administrativo, y por otra parte,
descentralizando al Poder Judicial de sus funciones, al
convertirse en el inquisidor de todos los hechos que
ameriten la aplicación de una ley penal.
Esta es la explicación que tenía que dar a ustedes.
(Aplausos.) […].”15
48. Inclusive, la voluntad del legislador constituyente por determinar
el órgano a quien le correspondía la función persecutora de los
delitos, ajeno al poder judicial, se reflejó en el texto del artículo
102, que estableció las facultades asignadas en el orden
constitucional
al
Ministerio
Público
de
la
Federación,
concernientes a la persecución de los delitos, la solicitud de
órdenes de aprehensión, la búsqueda y presentación de pruebas
y concluir la acción persecutoria mediante el pedimento de
aplicación de las penas aplicables al caso concreto.
16
49. La idea original de división de funciones del Ministerio Público y
de los juzgadores, fue plasmada a nivel constitucional a fin de
excluir la conjunción de poderes en un mismo órgano del Estado.
50. Así, se tiene que las facultades para investigar los delitos y
para imponer las sanciones penales no son compatibles en un
mismo órgano de Estado, porque atenta contra el derecho
15
Idem, páginas 895 a 999.
“Artículo 102. La ley organizará el Ministerio Público de la Federación, cuyos funcionarios serán nombrados
y removidos libremente por el Ejecutivo, debiendo estar presididos por un procurador general, el que deberá
tener las mismas calidades requeridas para ser magistrado de la Suprema Corte.
Estará a cargo del Ministerio Público de la Federación la persecución, ante los tribunales, de todos los
delitos del orden federal; y, por lo mismo, a él le corresponderá solicitar las órdenes de aprehensión contra los
reos; buscar y presentar las pruebas que acrediten la responsabilidad de éstos; hacer que los juicios se
sigan con toda regularidad, para que la administración de justicia sea pronta y expedita; pedir la aplicación
de las penas e intervenir en todos los negocios que la misma ley determinare.
El procurador general de la República intervendrá personalmente en todos los negocios en que la Federación
fuese parte; en los casos de los ministros, diplomáticos y cónsules generales, y en aquellos que se suscitaren
entre dos o más Estados de la Unión, entre un Estado y la Federación o entre los Poderes de un mismo
Estado. En los demás casos en que deba intervenir el Ministerio Público de la Federación, el procurador
general podrá intervenir por sí o por medio de alguno de sus agentes.
El procurador general de la República será el consejero jurídico del Gobierno. Tanto él como sus agentes se
someterán estrictamente a las disposiciones de la ley, siendo responsables de toda falta, omisión o violación
en que incurran con motivo de sus funciones.”
(Lo remarcado no corresponde al texto original, se realiza en atención al interés de la ejecutoria).
16
42
AMPARO EN REVISIÓN 636/2012.
humano de debido proceso penal y los principios procesales de
imparcialidad judicial y contradicción.
50. El actual texto del artículo 1 de la Constitución Política de los
Estados Unidos Mexicanos,
17
determina la prevalencia de la
protección de los derechos humanos reconocidos tanto en ese
cuerpo normativo como en los tratados internacionales. Y el
debido
proceso
penal
constituye
un
derecho
humano
universalmente reconocido, cuyo concepto ha sido definido por la
Corte Interamericana de los Derechos Humanos como el conjunto
de requisitos que deben observarse en las instancias procesales
a fin de que las personas puedan defenderse adecuadamente
ante cualquier tipo de acto emanado del Estado que pueda
afectar sus derechos.
18
51. Ahora bien, un análisis sistemático de la Constitución Política de
los Estados Unidos Mexicanos permite advertir la existencia de
garantías judiciales, consagradas en los artículos 14, 16, 17, 19,
20, 21, 22 y 23, que tutelan la protección del derecho humano de
debido proceso, en el contexto de las garantías de seguridad
“Artículo. 1. En los Estados Unidos Mexicanos todas las personas gozarán de los derechos humanos
reconocidos en esta Constitución y en los tratados internacionales de los que el Estado Mexicano sea parte,
así como de las garantías para su protección, cuyo ejercicio no podrá restringirse ni suspenderse, salvo en los
casos y bajo las condiciones que esta Constitución establece.
Las normas relativas a los derechos humanos se interpretarán de conformidad con esta Constitución y con los
tratados internacionales de la materia favoreciendo en todo tiempo a las personas la protección más amplia.
Todas las autoridades, en el ámbito de sus competencias, tienen la obligación de promover, respetar, proteger
y garantizar los derechos humanos de conformidad con los principios de universalidad, interdependencia,
indivisibilidad y progresividad. En consecuencia, el Estado deberá prevenir, investigar, sancionar y reparar las
violaciones a los derechos humanos, en los términos que establezca la ley.
Está prohibida la esclavitud en los Estados Unidos Mexicanos. Los esclavos del extranjero que entren al
territorio nacional alcanzarán, por este solo hecho, su libertad y la protección de las leyes.
Queda prohibida toda discriminación motivada por origen étnico o nacional, el género, la edad, las
discapacidades, la condición social, las condiciones de salud, la religión, las opiniones, las preferencias
sexuales, el estado civil o cualquier otra que atente contra la dignidad humana y tenga por objeto anular o
menoscabar los derechos y libertades de las personas.”
18 Concepto retomado de los precedentes: Garantías Judiciales en Estados de Emergencia. Opinión
Consultiva OC-9/87, del 6 de octubre de 1987, párrafo 27; y, Caso Tribunal Constitucional, sentencia del 31 de
enero del 2001, párrafo 69.
17
43
AMPARO EN REVISIÓN 636/2012.
jurídica y de legalidad. La comprensión de principios que tutelan
19
el debido proceso en el ámbito penal no es un tema novedoso. La
Constitución Federal ha mantenido un esquema de protección
que resulta importante destacar, previo a la reforma constitucional
de dieciocho de junio de dos mil ocho –por la que se incorpora la
implementación del sistema procesal penal acusatorio y oral–, en
atención a que bajo este esquema serán analizadas las normas
adjetivas que se tildan de inconstitucionales.
20
52. El artículo 14 de la Constitución Federal contiene un bloque
frontal de protección a las garantías de irretroactividad de la ley,
audiencia y legalidad, que comprende la exigencia de juicio previo
frente a toda determinación que implique un acto privativo –
libertad, propiedades, posesiones o derechos– que deberá
seguirse ante los tribunales previamente establecidos, en el que
se cumplan las formalidades esenciales del procedimiento y de
conformidad con las normas legales preexistentes al hecho que
se juzga. Además, comprende la garantía de exacta aplicación de
la ley penal.
21
19
La clasificación de las garantías está definida desde la perspectiva doctrinal, en donde se ubican las
previsiones contenidas en los artículos 14, 16, 17, 18, 19, 20, 21, 22 y 23 de la Constitución Federal. Un
análisis relativo es posible consultarlo en la obra Las Garantías Individuales, Parte General, de la colección
Garantías Individuales. Segunda edición, México, 2005, Suprema Corte de Justicia de la Nación, páginas 73 a
82.
20 En este apartado cabe hacer la aclaración que la reforma constitucional de 18 de junio de 2008, insertó un
cambio paradigmático en el sistema procesal penal, porque el legislador directamente reconoció en el artículo
20 constitucional la adopción del modelo acusatorio. Sistema procesal que deberá aplicarse con la adición de
la característica de oralidad, una vez cumplidos los términos establecidos para la vigencia de la disposición, a
nivel federal y en las entidades federativas, de conformidad con los principios de publicidad, contradicción,
concentración, continuidad e inmediación. No obstante, como se enfatiza, en el caso el análisis de
constitucionalidad se realizará en términos de la disposición constitucional previa a la reforma, en virtud de
que en la entidad federativa a la que pertenece la norma adjetiva cuestionada no se ha realizado la
declaratoria legislativa para la aplicación del sistema procesal penal acusatorio delineado por la Constitución
Federal.
21 “Artículo 14. A ninguna ley se dará efecto retroactivo en perjuicio de persona alguna.
Nadie podrá ser privado de la libertad o de sus propiedades, posesiones o derechos, sino mediante juicio
seguido ante los tribunales previamente establecidos, en el que se cumplan las formalidades esenciales del
procedimiento y conforme a las Leyes expedidas con anterioridad al hecho.
En los juicios del orden criminal queda prohibido imponer, por simple analogía, y aún por mayoría de razón,
pena alguna que no esté decretada por una ley exactamente aplicable al delito de que se trata.
En los juicios del orden civil, la sentencia definitiva deberá ser conforme a la letra o a la interpretación jurídica
de la ley, y a falta de ésta se fundará en los principios generales del derecho.”
44
AMPARO EN REVISIÓN 636/2012.
53. Disposición legal que se complementa con párrafo primero del
artículo 16 constitucional, en cuanto establece como imperativo
presupuestal de todo acto de molestia para el gobernado, la
exigibilidad de competencia en la actuación de la autoridad y el
cumplimiento fundamentación y motivación de la causa legal del
procedimiento.
22
54. En lo relativo al artículo 17, se consagra la garantía de acceso a
la justicia, a través de tribunales expeditos para impartirla en los
plazos y términos legales, mediante la emisión de resoluciones de
manera pronta, completa, imparcial y gratuita. Además impone la
previsión legal de mecanismos alternativos de solución de
controversias, garantiza la independencia de los tribunales y la
plena ejecución de las resoluciones. Además, prevé la prohibición
de encarcelamiento por deudas de carácter civil.
23
55. En los artículos 19 y 20 de la Constitución Federal se expone el
24
catálogo amplio los derechos que deben observarse en los
“Artículo 16. Nadie puede ser molestado en su persona, familia, domicilio, papeles o posesiones, sino en
virtud de mandamiento escrito de la autoridad competente, que funde y motive la causa legal del
procedimiento. […]”
23 “Artículo 17. Ninguna persona podrá hacerse justicia por sí misma, ni ejercer violencia para reclamar su
derecho.
Toda persona tiene derecho a que se le administre justicia por tribunales que estarán expeditos para impartirla
en los plazos y términos que fijen las leyes, emitiendo sus resoluciones de manera pronta, completa e
imparcial. Su servicio será gratuito, quedando, en consecuencia, prohibidas las costas judiciales.
Las leyes federales y locales establecerán los medios necesarios para que se garantice la independencia de
los tribunales y la plena ejecución de sus resoluciones.
Nadie puede ser aprisionado por deudas de carácter puramente civil.”
24 “Artículo 19. Ninguna detención ante autoridad judicial podrá exceder del plazo de setenta y dos horas, a
partir de que el indiciado sea puesto a su disposición, sin que se justifique con un auto de formal prisión en el
que se expresarán: el delito que se impute al acusado; el lugar, tiempo y circunstancias de ejecución, así
como los datos que arroje la averiguación previa, los que deberán ser bastantes para comprobar el cuerpo del
delito y hacer probable la responsabilidad del indiciado.
Este plazo podrá prorrogarse únicamente a petición del indiciado, en la forma que señale la ley. La
prolongación de la detención en su perjuicio será sancionada por la ley penal. La autoridad responsable del
establecimiento en el que se encuentre internado el indiciado, que dentro del plazo antes señalado no reciba
copia autorizada del auto de formal prisión o de la solicitud de prórroga, deberá llamar la atención del juez
sobre dicho particular en el acto mismo de concluir el plazo y, si no recibe la constancia mencionada dentro de
las tres horas siguientes, pondrá al indiciado en libertad.
22
45
AMPARO EN REVISIÓN 636/2012.
Todo proceso se seguirá forzosamente por el delito o delitos señalados en el auto de formal prisión o de
sujeción a proceso. Si en la secuela de un proceso apareciere que se ha cometido un delito distinto del que se
persigue, deberá ser objeto de averiguación separada, sin perjuicio de que después pueda decretarse la
acumulación, si fuere conducente.
Todo maltratamiento que en la aprehensión o en las prisiones, toda molestia que se infiera sin motivo legal;
toda gabela o contribución, en las cárceles, son abusos que serán corregidos por las leyes y reprimidos por
las autoridades.”
“Artículo 20. En todo proceso de orden penal, el inculpado, la víctima o el ofendido, tendrán las siguientes
garantías:
A. Del inculpado:
I. Inmediatamente que lo solicite, el juez deberá otorgarle la libertad provisional bajo caución, siempre y
cuando no se trate de delitos en que, por su gravedad, la ley expresamente prohíba conceder este beneficio.
En caso de delitos no graves, a solicitud del Ministerio Público, el juez podrá negar la libertad provisional,
cuando el inculpado haya sido condenado con anterioridad, por algún delito calificado como grave por la ley o,
cuando el Ministerio Público aporte elementos al juez para establecer que la libertad del inculpado representa,
por su conducta precedente o por las circunstancias y características del delito cometido, un riesgo para el
ofendido o para la sociedad.
El monto y la forma de caución que se fije, deberán ser asequibles para el inculpado. En circunstancias que la
ley determine, la autoridad judicial podrá modificar el monto de la caución. Para resolver sobre la forma y el
monto de la caución, el juez deberá tomar en cuenta la naturaleza, modalidades y circunstancias del delito; las
características del inculpado y la posibilidad de cumplimiento de las obligaciones procesales a su cargo; los
daños y perjuicios causados al ofendido; así como la sanción pecuniaria que, en su caso, pueda imponerse al
inculpado.
La ley determinará los casos graves en los cuales el juez podrá revocar la libertad provisional.
II. No podrá ser obligado a declarar. Queda prohibida y será sancionada por la ley penal, toda incomunicación,
intimidación o tortura. La confesión rendida ante cualquier autoridad distinta del Ministerio Público o del juez, o
ante éstos sin la asistencia de su defensor carecerá de todo valor probatorio.
III. Se le hará saber en audiencia pública, y dentro de las cuarenta y ocho horas siguientes a su consignación
a la justicia, el nombre de su acusador y la naturaleza y causa de la acusación, a fin de que conozca bien el
hecho punible que se le atribuye y pueda contestar el cargo, rindiendo en este acto su declaración
preparatoria.
IV. Cuando así lo solicite, será careado, en presencia del juez, con quien deponga en su contra, salvo lo
dispuesto en la fracción V del Apartado B de este artículo.
V. Se le recibirán los testigos y demás pruebas que ofrezca, concediéndosele el tiempo que la ley estime
necesario al efecto y auxiliándosele para obtener la comparecencia de las personas cuyo testimonio solicite,
siempre que se encuentren en el lugar del proceso.
VI. Será juzgado en audiencia pública por un juez o jurado de ciudadanos que sepan leer y escribir, vecinos
del lugar y partido en que se cometiere el delito, siempre que éste pueda ser castigado con una pena mayor
de un año de prisión. En todo caso serán juzgados por un jurado los delitos cometidos por medio de la prensa
contra el orden público o la seguridad exterior o interior de la Nación.
VII. Le serán facilitados todos los datos que solicite para su defensa y que consten en el proceso.
VIII. Será juzgado antes de cuatro meses si se tratare de delitos cuya pena máxima no exceda de dos años de
prisión, y antes de un año si la pena excediere de ese tiempo, salvo que solicite mayor plazo para su defensa.
IX. Desde el inicio de su proceso será informado de los derechos que en su favor consigna esta Constitución y
tendrá derecho a una defensa adecuada, por sí, por abogado, o por persona de su confianza. Si no quiere o
no puede nombrar defensor, después de haber sido requerido para hacerlo, el juez le designará un defensor
de oficio. También tendrá derecho a que su defensor comparezca en todos los actos del proceso y éste tendrá
obligación de hacerlo cuantas veces se le requiera; y,
X. En ningún caso podrá prolongarse la prisión o detención, por falta de pago de honorarios de defensores o
por cualquiera otra prestación de dinero, por causa de responsabilidad civil o algún otro motivo análogo.
Tampoco podrá prolongarse la prisión preventiva por más tiempo del que como máximo fije la ley al delito que
motivare el proceso.
En toda pena de prisión que imponga una sentencia, se computará el tiempo de la detención.
Las garantías previstas en las fracciones I, V, VII y IX también serán observadas durante la averiguación
previa, en los términos y con los requisitos y límites que las leyes establezcan; lo previsto en la fracción II no
estará sujeto a condición alguna.
B. De la víctima o del ofendido:
I. Recibir asesoría jurídica; ser informado de los derechos que en su favor establece la Constitución y, cuando
lo solicite, ser informado del desarrollo del procedimiento penal;
II. Coadyuvar con el Ministerio Público; a que se le reciban todos los datos o elementos de prueba con los que
cuente, tanto en la averiguación previa como en el proceso, y a que se desahoguen las diligencias
correspondientes.
Cuando el Ministerio Público considere que no es necesario el desahogo de la diligencia, deberá fundar y
motivar su negativa;
III. Recibir, desde la comisión del delito, atención médica y psicológica de urgencia;
IV. Que se le repare el daño. En los casos en que sea procedente, el Ministerio Público estará obligado a
solicitar la reparación del daño y el juzgador no podrá absolver al sentenciado de dicha reparación si ha
emitido una sentencia condenatoria.
La ley fijará procedimientos ágiles para ejecutar las sentencias en materia de reparación del daño;
46
AMPARO EN REVISIÓN 636/2012.
procesos penales, a fin de salvaguardar las garantías judiciales
de los imputados y las víctimas.
56. El artículo 21 de la Constitución Federal,
25
como se ha
precisado, establece un esquema de división de funciones: 1)
administrativas del órgano encargado de la persecución de los
delitos, que recae en el Ministerio Público y la Policía Judicial, que
estará a su cargo; y, 2) administración de justicia, que recae en el
Poder Judicial.
57. El enunciado contenido en el artículo 22 de la Carta Magna,
26
reitera los cambios que han motivado su reforma, a fin de
comprender
los
supuestos
de
las
penas
erradicadas
constitucionalmente. Y en el artículo 23 de la Constitución
Federal, se establecen reglas de debido proceso que prohíben
27
extender el juicio criminal a más de tres instancias; el principio de
non bis in idem, para evitar el doble juzgamiento de una persona
por el mismo delito; y, la prohibición de la práctica de absolución
de la instancia, que condiciona la resolución definitiva de un
proceso, al proscribir la existencia de causas sin resolución
jurídica de modo indeterminado.
V. Cuando la víctima o el ofendido sean menores de edad, no estarán obligados a carearse con el inculpado
cuando se trate de los delitos de violación o secuestro. En estos casos, se llevarán a cabo declaraciones en
las condiciones que establezca la ley; y
VI. Solicitar las medidas y providencias que prevea la ley para su seguridad y auxilio.”
25 “Artículo 21. La imposición de las penas es propia y exclusiva de la autoridad judicial. La investigación y
persecución de los delitos incumbe al Ministerio Público, el cual se auxiliará con una policía que estará bajo su
autoridad y mando inmediato. […].”
26 “Artículo 22. Quedan prohibidas las penas de muerte, de mutilación, de infamia, la marca, los azotes, los
palos, el tormento de cualquier especie, la multa excesiva, la confiscación de bienes y cualesquiera otras
penas inusitadas y trascendentales. […].”
27 “Artículo 23. Ningún juicio criminal deberá tener más de tres instancias. Nadie puede ser juzgado dos veces
por el mismo delito, ya sea que en el juicio se le absuelva o se le condene. Queda prohibida la práctica de
absolver de la instancia.”
47
AMPARO EN REVISIÓN 636/2012.
58. El sistema de garantías judiciales salvaguardadas en la
Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos –en
términos del texto anterior a la reforma constitucional de dieciocho
de junio de dos mil ocho–, ha garantizado la protección del
derecho humano al debido proceso penal y, al mismo tiempo, es
compatible con el contenido que le es otorgado por el artículo 8
de la Convención Americana sobre los Derechos Humanos.
28
59. Los antecedentes constitucionales expuestos son determinantes
para concluir que en el sistema jurídico penal desde la
perspectiva de la Constitución Política de los Estados Unidos
Mexicanos –conforme al texto anterior a la reforma constitucional
de dieciocho de junio de dos mil ocho–, al establecer la división
las facultades del Ministerio Público y de la autoridad judicial,
indefectiblemente pugna por la salvaguarda del principio de
imparcialidad judicial. Éste es el contexto en el que deben
analizarse las normas adjetivas cuya inconstitucionalidad es
denunciada por la parte quejosa, actual recurrente.
“Artículo 8. Garantías judiciales:
1. Toda persona tiene derecho a ser oída, con las debidas garantías y dentro de un plazo razonable, por un
juez o tribunal competente, independiente e imparcial, establecido con anterioridad por la ley, en la
sustanciación de cualquier acusación penal formulada contra ella, o para la determinación de sus derechos y
obligaciones de orden civil, laboral, fiscal o de cualquier otro carácter.
2. Toda persona inculpada de delito tiene derecho a que se presuma su inocencia mientras no se establezca
legalmente su culpabilidad. Durante el proceso, toda persona tiene derecho, en plena igualdad, a las
siguientes garantías mínimas:
a) derecho del inculpado de ser asistido gratuitamente por el traductor o intérprete, si no comprende o no
habla el idioma del juzgado o tribunal;
b) comunicación previa y detallada al inculpado de la acusación formulada;
c) concesión al inculpado del tiempo y de los medios adecuados para la preparación de su defensa;
d) derecho del inculpado de defenderse personalmente o de ser asistido por un defensor de su elección y de
comunicarse libre y privadamente con su defensor;
e) derecho irrenunciable de ser asistido por un defensor proporcionado por el Estado, remunerado o no según
la legislación interna, si el inculpado no se defendiere por sí mismo ni nombrare defensor dentro del plazo
establecido por la ley;
f) derecho de la defensa de interrogar a los testigos presentes en el tribunal y de obtener la comparecencia,
como testigos o peritos, de otras personas que puedan arrojar luz sobre los hechos;
g) derecho a no ser obligado a declarar contra sí mismo ni a declararse culpable, y
h) derecho de recurrir del fallo ante juez o tribunal superior.
28
3. La confesión del inculpado solamente es válida si es hecha sin coacción de ninguna naturaleza.
4. El inculpado absuelto por una sentencia firme no podrá ser sometido a nuevo juicio por los mismos hechos.
5. El proceso penal debe ser público, salvo en lo que sea necesario para preservar los intereses de la justicia.”
48
AMPARO EN REVISIÓN 636/2012.
60.
Análisis
estructural
de
las
normas
tildadas
de
inconstitucionales. El Capítulo I Conclusiones, del Título Sexto
Juicio, del Código de Procedimientos Penales para el Estado de
México, contiene los preceptos relativos a la etapa de
presentación de alegatos finales de las partes en el proceso
penal, de ellos conviene reproducir los siguientes:
“Artículo 257.- El órgano jurisdiccional, una vez que
declare cerrada la instrucción, y siempre que no
exista medio de impugnación alguno pendiente de
resolución, mandará poner la causa a la vista del
Ministerio Público por diez días para que formule
conclusiones por escrito. Sus conclusiones se harán
conocer al inculpado y a su defensor, dándoles vista
de todo el proceso, para que dentro del término de
diez días contesten el escrito de acusación y
formulen a su vez las conclusiones que crean
procedentes. Cuando los inculpados fueren varios, el
término será común.
Si el Ministerio Público no formula conclusiones, el
juez dará cuenta de la omisión al procurador general
de justicia o al subprocurador que corresponda, para
que las presente dentro del término de cinco días; y
si no lo hiciere, se tendrán formuladas como de no
acusación, operando el sobreseimiento del proceso
de oficio y el inculpado será puesto en libertad
absoluta.
49
AMPARO EN REVISIÓN 636/2012.
Si no presentaren conclusiones el inculpado y su
defensor,
se
tendrán
por
formuladas
de
inculpabilidad, sin perjuicio de que el órgano
jurisdiccional
imponga
al
defensor
una
multa
equivalente de diez a treinta días de salario mínimo
general vigente en la región.”
“Artículo 258.- El Ministerio Público, al formular
conclusiones acusatorias, motivará y fundará la
comprobación del cuerpo del delito, las modificativas
y la responsabilidad penal, así como las sanciones,
incluyendo concurso y reparación del daño. Al final
de las mismas se precisarán esos aspectos y la
acusación, en proposiciones concretas. El Ministerio
Público podrá, inclusive, variar la clasificación típica
contenida en el auto de formal prisión o de sujeción
a proceso, siempre que se trate de los mismos
hechos materia del proceso o impliquen un grado
típico.
En caso de conclusiones inacusatorias, también se
motivará y fundará el inacreditamiento del cuerpo del
delito o de la responsabilidad penal; la extinción de
la pretensión punitiva o cualquier otra causa.
El inculpado y su defensor podrán formular sus
conclusiones sin sujetarse a regla alguna.”
50
AMPARO EN REVISIÓN 636/2012.
“Artículo 259.- Si las conclusiones formuladas fueren
de no acusación o no comprendieran algún delito por
el cual se hubiere dictado el auto de formal prisión o
sujeción a proceso; si fueren contrarias a las
constancias procesales; o si en ellas no se observare
lo ordenado en el artículo anterior, el juez las enviará,
junto con el proceso al procurador general de justicia
o al subprocurador que corresponda, señalando cuál
es la irregularidad.”
“Artículo 260.- El procurador general de justicia o el
subprocurador de que se trate, oirán el parecer de
los agentes auxiliares y dentro de los cinco días
siguientes al de la fecha en que se haya recibido el
proceso decidirán si son de confirmarse, revocarse o
modificarse las conclusiones.
Devuelta la causa, el juez decretará de oficio el
sobreseimiento o dará vista al acusado y a su
defensor para los efectos del artículo 258 de este
código, según corresponda.”
61. Las normas procesales transcritas ilustran el método al que
debe ajustarse la actuación del Ministerio Público en la
formulación de alegatos concluyentes a la instrucción del proceso
penal. Las formalidades que deben observarse y los supuestos
hipotéticos que podrán actualizarse, se resumen de la forma
siguiente:
51
AMPARO EN REVISIÓN 636/2012.
 En la tramitación del proceso penal, una vez cerrada la
instrucción, el juzgador mandará poner la causa a la vista del
Ministerio Público por diez días para que formule sus
conclusiones por escrito.
 Si el Ministerio Público no formula conclusiones, el juez dará
cuenta al Procurador General de Justicia o al Subprocurador
que corresponda para que las presente dentro del término de
cinco días y si no lo hiciere se tendrán como formuladas de
no acusación, operando el sobreseimiento del proceso de
oficio y poniendo al inculpado en libertad absoluta.

El Ministerio Público al formular conclusiones acusatorias
deberá motivar y fundar la comprobación del cuerpo del
delito, las modificativas y la responsabilidad penal, así como
las sanciones, incluyendo concurso y reparación del daño; y
podrá variar inclusive la clasificación típica contenida en el
auto de formal prisión o de sujeción a proceso siempre que se
trata de los mismo hechos materia del proceso o impliquen un
grado típico.
 En caso de conclusiones de no acusación o que no
comprendieran algún delito por el que se haya dictado el auto
de formal prisión o de sujeción a proceso, si fueren contrarias
a las constancias procesales o no estuvieren motivadas y
fundadas, el juez las enviará junto con el proceso al
Procurador General de Justicia o al Subprocurador que
corresponda, señalando cuál es la irregularidad.
52
AMPARO EN REVISIÓN 636/2012.

De acuerdo a lo anterior, el Procurador o el Subprocurador
de que se trate, oirán el parecer de los agentes auxiliares y
dentro de los cinco días siguientes al de la fecha en que se
hubiere recibido el proceso decidirán si son de confirmarse,
revocarse o modificarse las conclusiones.
62. Como se observa, las conclusiones no acusatorias y aquéllas
acusatorias que no comprendan algún delito por el que se haya
dictado el auto de formal prisión o de sujeción a proceso, que
fueren contrarias a las constancias procesales o que no
estuvieren motivadas y fundadas, darán lugar al envío de las
mismas al Procurador o Subprocurador que corresponda, para
que determinen si se confirman, revocan o modifican.
63. El detallado procedimiento de enmienda de la acusación es
objeto de cuestionamiento por la parte recurrente, al considerar
que vulnera los principios de igualdad e imparcialidad judicial
como eje rector del debido proceso penal tutelado en la
Constitución Federal.
64. Antes de entrar al estudio de la constitucionalidad de los
artículos 259 y 260, del Código de Procedimientos Penales para
el Estado de México, conviene precisar las razones por las que tal
estudio se realizará al tenor del texto constitucional existente
hasta antes de la reforma constitucional de dieciocho de junio de
dos mil ocho, que introduce la obligatoriedad de la aplicación del
sistema procesal penal acusatorio y oral en toda la República
Mexicana.
53
AMPARO EN REVISIÓN 636/2012.
65.
En
las
reglas
de
vigencia
del
Decreto
de
reformas
constitucionales publicado el dieciocho de junio de dos mil ocho,
se estableció que el sistema procesal penal acusatorio entraría en
vigor al día siguiente de la publicación del Decreto en las
entidades federativas que ya lo hubieren incorporado en sus
ordenamientos vigentes; pero para las entidades que no
estuvieren en ese supuesto, se condicionó el inicio de vigencia a
lo establecido en el artículo segundo transitorio, en el sentido de
que el sistema procesal penal acusatorio entraría en vigor cuando
lo estableciera la legislación secundaria correspondiente, para lo
cual la Federación, los Estados y el Distrito Federal, deberían
expedir y poner en vigor las modificaciones u ordenamientos
legales necesarios para incorporar dicho sistema procesal,
emitiendo, asimismo, una declaratoria expresa.29
29
Ilustra las reglas de aplicación de vigencia verificar el contenido de los tres primeros artículos transitorios de
la reforma, los cuales señalan:
“Primero. El presente Decreto entrará en vigor al día siguiente de su publicación en el Diario Oficial de la
Federación, con excepción de lo dispuesto en los artículos transitorios siguientes.
Segundo. El sistema procesal penal acusatorio previsto en los artículos 16, párrafos segundo y decimotercero;
17, párrafos tercero, cuarto y sexto; 19; 20 y 21, párrafo séptimo, de la Constitución, entrará en vigor cuando
lo establezca la legislación secundaria correspondiente, sin exceder el plazo de ocho años, contado a partir
del día siguiente de la publicación de este Decreto.
En consecuencia, la Federación, los Estados y el Distrito Federal, en el ámbito de sus respectivas
competencias, deberán expedir y poner en vigor las modificaciones u ordenamientos legales que sean
necesarios a fin de incorporar el sistema procesal penal acusatorio. La Federación, los Estados y el Distrito
Federal adoptarán el sistema penal acusatorio en la modalidad que determinen, sea regional o por tipo de
delito.
En el momento en que se publiquen los ordenamientos legales a que se refiere el párrafo anterior, los poderes
u órgano legislativos competentes deberán emitir, asimismo, una declaratoria que se publicará en los órganos
de difusión oficiales, en la que señale expresamente que el sistema procesal penal acusatorio ha sido
incorporado en dichos ordenamientos y, en consecuencia, que las garantías que consagra esta Constitución
empezarán a regular la forma y términos en que se substanciarán los procedimientos penales.
Tercero. No obstante lo previsto en el artículo transitorio segundo, el sistema procesal penal acusatorio
previsto en los artículos 16, párrafos segundo y decimotercero; 17, párrafos tercero, cuarto y sexto; 19, 20 y
21, párrafo séptimo, de la Constitución, entrará en vigor al día siguiente de la publicación del presente Decreto
en el Diario Oficial de la Federación, en las entidades federativas que ya lo hubieren incorporado en sus
ordenamientos legales vigentes, siendo plenamente válidas las actuaciones procesales que se hubieren
practicado con fundamento en tales ordenamientos, independientemente de la fecha en que éstos entraron en
vigor. Para tal efecto, deberán hacer la declaratoria prevista en el artículo transitorio Segundo. […].”
54
AMPARO EN REVISIÓN 636/2012.
66. En el caso del Estado de México, el treinta de julio de dos mil
nueve, se expidió el ordenamiento adjetivo penal a través del cual
se incorporó en dicha entidad el sistema procesal penal
acusatorio, adversarial y oral, estableciéndose en el artículo sexto
transitorio, las fechas en que iniciaría la vigencia de tal sistema
para cada distrito judicial:
“ARTÍCULO SEXTO.- El nuevo Sistema de Justicia
Penal entrará en vigor el día uno de octubre del año
dos mil nueve en los Distritos Judiciales de Toluca,
Lerma, Tenancingo y Tenango del Valle.
El día uno de abril del año dos mil diez entrará en
vigor en los Distritos Judiciales de Chalco, Otumba y
Texcoco.
El día uno de octubre del año dos mil diez entrará en
vigor en los Distritos Judiciales de Nezahualcoyótl, El
Oro, Ixtlahuaca, Sultepec y Temascaltepec.
El día uno de abril del año dos mil once entrará en
vigor en los Distritos Judiciales de Tlalnepantla,
Cuautitlán y Zumpango.
El día uno de octubre del año dos mil once entrará en
vigor en los Distritos Judiciales de Ecatepec de
Morelos, Jilotepec y Valle de Bravo.”
67. No obstante lo anterior, en el artículo cuarto transitorio del
propio ordenamiento, se estableció:
55
AMPARO EN REVISIÓN 636/2012.
“ARTÍCULO CUARTO.- Todos los procesos y recursos
que ante los órganos jurisdiccionales se encuentren
radicados al iniciar su vigencia el nuevo sistema de
justicia penal, se sujetarán hasta su conclusión
definitiva
a
las
disposiciones
del
Código
de
Procedimientos Penales que se abroga.”
68. Conforme a lo anterior, es de considerarse que el proceso penal
en donde se aplicaron los artículos 259 y 260 que se tachan de
inconstitucionales, tiene su origen en hechos acontecidos antes
de la entrada en vigor del nuevo sistema penal acusatorio.
69. En efecto del capítulo de antecedentes de la demanda se lee lo
siguiente:
“1.- En fecha ocho de enero del año dos mil nueve se
inició
averiguación
previa
por
el
delito
de
USURPACIÓN DE FUNCIONES PÚBLICAS hechos que
fueron denunciados por la señora **********, en contra
de **********, dicha averiguación fue consignada en
fecha diez de enero de dos mil nueve por el Agente del
Ministerio
Público
adscrito
a
la
Mesa
de
Responsabilidades de Amecameca, Estado de México,
al Juzgado Cuarto Penal de Primera Instancia, con
residencia en Chalco, Estado de México, el cual fue
radicado en la misma fecha con número de causa
**********.”
56
AMPARO EN REVISIÓN 636/2012.
70. En tales condiciones, resulta claro que el estudio de la
constitucionalidad de los preceptos legales impugnados debe
hacerse a la luz del texto constitucional anterior a la señalada
reforma de dieciocho de junio de dos mil ocho.
71. Esta Primera Sala de la Suprema Corte de Justicia de la Nación,
considera que los artículos 259 y 260 del Código
de
Procedimientos Penales para el Estado de México, son
inconstitucionales. En consecuencia, los agravios que expresó el
recurrente para denunciar la inconstitucionalidad de las citadas
normas procesales son esencialmente fundados, suplidos en la
deficiencia de su expresión.
72. En efecto, esta Sala advierte que los artículos 259 y 260
impugnados, mediante los cuales se faculta al juzgador para
verificar la corrección de la formulación de las conclusiones del
Ministerio Público y en caso de advertir alguna irregularidad
enviarlas al Procurador General de Justicia del Estado o al
Subprocurador que corresponda, señalando la irregularidad, para
que éstos determinen lo procedente (confirmar, revocar o
modificar el planteamiento de la acusación); es contraria a los
artículos 1, 14, 16, 17 y 21, de la Constitución Política de los
Estados Unidos Mexicanos.
73. En efecto, tal como lo afirma la recurrente, las normas
procesales que tilda de inconstitucionales permiten que el
juzgador instructor del proceso penal desarrolle una doble
función, como juzgador y auxiliar del órgano ministerial.
Circunstancia que se materializa al momento en que el juez
57
AMPARO EN REVISIÓN 636/2012.
decreta la irregularidad de la acusación, para que ésta sea
perfeccionada por el Ministerio Público.
74. El principio de imparcialidad jurisdiccional tutelado en la
Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, impera en
las garantías judiciales consagradas en los artículos 14, párrafo
segundo, 17, párrafo segundo y 21, párrafos primero y segundo,
constitucionales mismas que son enfáticas en destacar la
inexcusable separación de las funciones que desempeñan el
Ministerio Público y el juzgador, como órganos del Estado, en el
proceso penal.
75. El debido proceso constituye un derecho humano cuya
observancia y efectividad exige el respeto de una serie de
garantías judiciales; entre ellas, el juzgamiento por un juez
imparcial y objetivo, así como respeto al derecho de igualdad de
partes en el proceso y contradicción, las cuales forman parte de la
observancia de las formalidades esenciales del procedimiento. Y
éstas son las garantías que se encuentran tuteladas en las
normas constitucionales citadas, mismas que son vulneradas por
los artículos 259 y 260 del Código de Procedimientos Penales
para el Estado de México. Un sistema procesal penal que toma en
serio la adopción de los principios que tutelan el derecho humano
de debido proceso penal no tiene por qué admitir la realización de
actos que fusionen o conjunten las funciones del ente acusador y
del juzgador.
76. En otras palabras, es inadmisible afirmar la imparcialidad del
juzgador y el respeto al principio de igualdad de partes, cuando
58
AMPARO EN REVISIÓN 636/2012.
las normas procesales impugnadas facultan al juez del proceso
para decretar la corrección de la acusación. El seguimiento de un
proceso penal debe tener claramente identificadas y delimitadas
las facultades de quienes intervienen en el mismo. El juzgador,
como órgano del Estado que depende del Poder Judicial, no
comparte facultades con otro poder estatal; desempeña la
actividad de juzgamiento de un caso concreto, con pleno respeto
y vigilancia de la observancia de las directrices que conforman el
derecho de debido proceso penal. Así, se coloca como eje
central, ante quien las partes hacen valer sus pretensiones, vigila
la instrucción legal del proceso y resuelve el caso a través de las
normas aplicables al caso concreto.
77. En una posición independiente del juzgador y en franca
contradicción mutua se ubican los intereses del Ministerio Público
y la defensa. El órgano encargado de materializar el interés del
Estado por perseguir las acciones delictivas está representado
por el Ministerio Público, dependiente del Poder Ejecutivo, quien
detenta esta facultad constitucional y el denominado ejercicio de
la acción penal.
78. La persecución delictiva, en atención a los parámetros de
significación que le otorga el artículo 21 de la Constitución
Federal, no puede ser otra que la investigación de los hechos que
motivan el señalamiento de que se ha cometido una conducta
considerada como delito en las leyes penales; actividad a la que
está adherida la facultad para buscar las pruebas que afirmen el
efectivo acontecimiento del hecho investigado, las cuales podrá
presentar al juicio respectivo. En tanto que por ejercicio de la
59
AMPARO EN REVISIÓN 636/2012.
acción penal, se define la función por la que dicho órgano insta a
la autoridad judicial para que conozca del asunto relacionado con
la investigación, misma que inicia con la consignación, la cual
representa el primer sometimiento de los hechos al conocimiento
de la autoridad judicial y alcanza su máxima expresión con la
acusación formal que deriva de la conclusión del proceso penal.
79. Por otra parte, la actuación de la defensa se expresa en el
ejercicio pleno del derecho de defensa y el principio de
contradicción, frente a la imputación que se le formula. En este
rubro, el defensor y el imputado comparten un interés común:
tener el debido conocimiento de la imputación, defenderse de la
misma y solicitar la exacta aplicación de la ley penal.
80. Ahora bien, la etapa conclusiva de la instrucción representa el
momento en el que las partes exponen al juzgador el sentido de
sus pretensiones finales, las cuales derivan de la tramitación de la
instrucción, en la que se ofrecieron y desahogaron pruebas, tanto
para
sustentar
la
acusación
como
para
rebatirla.
En
consecuencia, constituye una circunstancia fundamental, que
presenta al juzgador el resumen de las perspectivas que tuvo
cada una de las partes con el desarrollo de la instrucción del
proceso penal. Y es con estas pretensiones con las que el
juzgador pasa a la etapa de juzgamiento para decidir lo que en
derecho corresponda.
81. Tratándose del Ministerio Público, por constituir un órgano
técnico del Estado, en quien recae la facultad constitucional al
investigar los hechos delictivos y, en principio, el ejercicio de la
60
AMPARO EN REVISIÓN 636/2012.
acción penal, salvo la previsión de excepciones legales, la
presentación de las conclusiones está matizada de cierto rigor de
exposición. Ello obedece a la trascendencia de su actuación. Las
conclusiones del Ministerio Público, constituyen la presentación
final de la acusación, luego de que el procesado tuvo oportunidad
de conocer y responder la imputación. Por este motivo, es
necesario que se formulen en forma clara y precisa, mediante la
precisión de los datos fácticos relevantes para la acusación y que
generan consecuencias jurídico penales, así como la invocación
de los preceptos legales y jurisprudencia aplicables.
82. Y, en atención al carácter de acusador que detenta, las
conclusiones que presente el Ministerio Público deben presentar
al juzgador los razonamientos necesarios que, en caso de
proceder, resulten suficientes para sustentar una sentencia
condenatoria. El carácter independiente del Ministerio Público,
que ejerce las facultades de investigación del delito y de ejercicio
de la acción penal, no admite intromisiones por otro órgano del
Estado. Y toda determinación penal que implique afectación a la
esfera jurídica del sentenciado debe ser precedida de la
acusación ministerial.
83. Por ende, el juzgador debe mantener una posición imparcial
frente a las partes del proceso penal; lo que implica la prohibición
de interferir de tal manera que asuma la representación o defensa
de alguna de ellas. Por explicarlo de alguna manera, la posición
que incidiera en la actividad que es propia de una de las partes
podría actualizarse cuando el juzgador se involucra al grado de
proponer, obtener y presentar en el proceso pruebas con la
61
AMPARO EN REVISIÓN 636/2012.
finalidad de respaldar la posición que pretende sostener y
demostrar alguna de las partes.
84. Connotación que de ninguna manera debe confundirse con el
deber del juzgador de custodiar, en el marco del debido proceso
penal, el respeto de los derechos constitucionales del imputado y
de la víctima. La intervención de tutela que realiza el juzgador en
estos términos, no solamente constituye una intervención en la
que detenta o ejerce facultades que le corresponden, sino de
ocupar el rol de vigilar el debido cumplimiento al derecho humano
de debido proceso penal.
85. La problemática que plantean los artículos 259 y 260 del Código
de Procedimientos Penales para el Estado de México, recae en la
facultad que le otorga al juzgador para intervenir en la formulación
de corrección de las conclusiones acusatorias, de tal manera que
lo involucra para que asuma facultades que son propias del
Ministerio Público.
86. Aspecto que evidentemente trastoca la división de funciones
competenciales de los órganos del Estado, pertenecientes al
poder ejecutivo y judicial, en quienes recaen las facultades
diferenciadas de persecución del delito y ejercicio de la acción
penal –Ministerio Público–, que es plenamente diferenciado de la
relativa a la administración de justicia –autoridad judicial–.
87. Los efectos facultativos que las normas procesales analizadas
confieren a la autoridad judicial, que son propios del órgano
ministerial, son los siguientes:
62
AMPARO EN REVISIÓN 636/2012.
 Autorizan al órgano judicial, encargado de la instrucción del
proceso penal, a realizar una revisión oficiosa de las conclusiones
acusatorias formuladas por el Ministerio Público, aún sin
necesidad de realizarse la audiencia de vista, para que verifique si
fue
correcta
su
elaboración.
Las
hipótesis
que
podrían
actualizarse: a) que no se concretice la pretensión punitiva b)
omisión de comprender algún delito por el que se haya instruido el
proceso penal; c) que haya contradicción con las constancias
procesales; d) que no se observe lo ordenado en el artículo 258
del propio ordenamiento. Supuestos que, sin lugar a dudas,
generan que el juzgador esté en posibilidad de realizar una
revisión de comprobación, a priori, respecto de la pretensión
punitiva del ilícito por el que no formuló acusación el Ministerio
Público y verificar la congruencia de la acusación con las
constancias que integran la causa penal.
 Al actualizarse cualquiera de los supuestos anteriores, la
posibilidad de que el juzgador interfiera en el proceso, con
acciones que son propias de la autoridad ministerial, se
materializa
porque
las
normas
procesales
tildadas
de
inconstitucionales lo facultan para iniciar el procedimiento de
enmienda de la acusación. Para ello, luego de detectar la
actualización
de
alguna
de
las
hipótesis
previamente
identificadas, enviará las conclusiones con las constancias
procesales, al Procurador General de Justicia del Estado o al
Subprocurador
que
corresponda
y
señalará
cuál
es
la
irregularidad. La revisión que hace el juzgador de la acusación,
indudablemente implica un análisis de verificación correctiva que
63
AMPARO EN REVISIÓN 636/2012.
permitirá subsanar las deficiencias de la acusación ministerial, en
un esquema coadyuvado que indudablemente resultará en
beneficio de su perfeccionamiento.
88. La observación así realizada permite al Procurador o
Subprocurador, que determine lo procedente e informe su
decisión a la autoridad judicial. Método de corrección que otorga
al juzgador la oportunidad de solicitar el perfeccionamiento de la
acusación.
89. Sin duda, esta situación representa que el juzgador ejerza
acciones
de
supervisión
y
autorización
para
instar
el
perfeccionamiento de la acusación ministerial. Actuación que es
contraria al postulado de división de funciones competenciales
contenido en la Constitución Federal, caracterizado por la tutela
de división de facultades de los órganos estatales de persecución
y ejercicio de la acción penal propias del Ministerio Público, frente
a las correspondientes al ámbito de administración de justicia que
competen a la autoridad judicial; además, se opone a los
principios de igualdad de partes en el proceso, que incide en el
ejercicio de los derechos en plena equidad de los involucrados, y
de juzgamiento por autoridad judicial imparcial y objetiva.
90. Lo anterior no significa que el juzgador deba colocarse como
simple espectador y sujetar sus determinaciones al estricto
acatamiento de las peticiones de las partes, en estricta
interpretación de la forma en que lo realizan, sin tener oportunidad
de solicitar aclaraciones; éstas podrán realizarse, si el pedimento
no proporciona claridad, en la audiencia de vista, con presencia
64
AMPARO EN REVISIÓN 636/2012.
de la contraparte, quien tendrá oportunidad de ejercer el derecho
de defensa respectivo.
91. La limitación que genera la declaratoria de inconstitucionalidad
de los artículos 259 y 260 del Código de Procedimientos Penales
para el Estado de México, que implica la proscripción del método
de enmienda de la acusación, por declaratoria de irregularidad de
las conclusiones del Ministerio Público, a favor de la quejosa; es
acorde a la división de funciones competenciales que respaldan la
tutela del principio de imparcialidad judicial, exigible por el artículo
21 de la Constitución Federal y rompe la dependencia que tiene el
órgano de acusación con el juzgador, respecto a la verificación y
corrección de la acusación. Y, en contrasentido, es un incentivo
para el órgano ministerial a fin de modificar los medios internos de
control institucional respecto a la formulación y corrección de la
acusación, acorde a las constancias de autos, y generar mayor
atención profesional de las acusaciones que se pretenden
sostener.
92. En las relatadas condiciones, ante la inconstitucionalidad de los
artículos 259 y 260 del Código de Procedimientos Penales para el
Estado de México, en la materia de la revisión, procede revocar la
sentencia recurrida y conceder el amparo solicitado respecto de
los referidos preceptos legales.
Por lo expuesto y fundado, se resuelve:
PRIMERO. En la materia de la revisión, se revoca la
sentencia recurrida.
65
AMPARO EN REVISIÓN 636/2012.
SEGUNDO. La Justicia de la Unión ampara y protege a
**********, en contra de los artículos 259 y 260 del Código de
Procedimientos Penales para el Estado de México, publicado en
la Gaceta del Gobierno de dicho Estado, el veinte de marzo de
dos mil, en términos del último considerando de esta ejecutoria.
Notifíquese; con testimonio de esta resolución, vuelvan los
autos a su lugar de origen y, en su oportunidad archívese el toca
como asunto concluido.
Así lo resolvió la Primera Sala de la Suprema Corte de
Justicia de la Nación, por unanimidad de cinco votos de los
señores Ministros: Arturo Zaldívar Lelo de Larrea, José Ramón
Cossío Díaz, Alfredo Gutiérrez Ortíz Mena, Olga Sánchez
Cordero de García Villegas (Ponente) y Presidente Jorge Mario
Pardo Rebolledo.
Firman el Ministro Presidente de la Primera Sala y la
Ministra Ponente, con el Secretario de Acuerdos quien autoriza y
da fe.
PRESIDENTE DE LA PRIMERA SALA
MINISTRO JORGE MARIO PARDO REBOLLEDO
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AMPARO EN REVISIÓN 636/2012.
PONENTE
MINISTRA OLGA SÁNCHEZ CORDERO DE GARCÍA
VILLEGAS
SECRETARIO DE ACUERDOS DE LA PRIMERA SALA
LIC. HERIBERTO PÉREZ REYES.
En términos de lo previsto en los artículos 3º, fracción II, 13, 14 y 18 de la Ley
Federal de Transparencia y Acceso a la Información Pública Gubernamental, en
esta versión pública se suprime la información considerada legalmente como
reservada o confidencial que encuadra en esos supuestos normativos.
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