Robert H., Tlatelolco rival de Tenochtitlan. Editores: Jesús Monjarás-Ruiz, Elena Limón y María de la Cruz Paillés H. México-Puebla, Instituto Nacional de Antro­ pología e Historia-Universidad de las Américas, 1987, 164 pp. (Obras de Robert H. Barlow, Vol. I). BARLOW, La aparición de este inédito de Robert Barlow, primero de siete volúmenes en los que se recogerán sus obras, es un acontecimiento en los anales de la etnohistoria y segura­ mente los especialistas tendrán mucho que precisar y dis­ cutir sobre lo que se dice en sus páginas. Como no soy etnohistoriador ni participo profesionalmente de los saberes arqueológicos, etnológicos y lingüísticos que el autor mane­ ja, me limitaré a un comentario noticioso y nada crítico de este interesantísimo libro. Personaje para muchos de nosotros legendario, Robert Barlow (Leavenworth, Kansas, 1918-Azcapotzalco, México, D.F., 1951) fue un auténtico antropólogo; el hombre fasci­ nado por la historia antigua de México que se dio a recons­ truir las evidencias arqueológicas, documentales y las que podía aprender en el trato cotidiano con los habitantes del suelo que pisaba. Barlow dio a conócer ese proceso de res­ cate y elucidación, en el que participaron otros colegas, en diversas publicaciones. Entre estas destacan los estudios so­ bre “Tlatelolco a través de los tiempos”, que publicó la Aca­ demia Mexicana de la Historia. Del amplio campo estudia­ do por Barlow en Mesoamérica, el que más lo apasionó y sobre el que hizo más aportaciones fue Tlatelolco. El libro que comentamos es un intento de narración de la historia Tlatelolca, dirigido a los pobladores flotantes y arraigados del desolado Tlatelolco de aquellos años cuaren­ ta, en los que vivió allí Barlow (la obra está fechada en 1948), para mostrarles la rica tradición oculta bajo la destrucción y sobreposición que una vida urbana y suburbana desintere­ sada de su pasado había ido arrojando sobre el Tlatelolco histórico. Por ello, el primer capítulo (“Definición de Tlatelolco”, pp. 21-36) es un recorrido sobre el terreno con­ frontándolo con los vestigios, mapas, planos y descripciones documentales que acercan a la antigüedad; el segundo (pp. 37-57) trata del Tlatelolco que vieron los conquistadores, de su mercado y templos, descrito en narraciones como las de Bernal Díaz y Hernán Cortés, ilustrado y explicado por Barlow sobre el recurso de los códices y sus saberes arqueológi­ cos. Sobre la base de tales evidencias pasa con seguridad a la historia (Cap. III-VIII, pp. 59-133), desde los antecedentes geográficos y de ocupación humana del lugar, la llegada de los Mexica y los relatos de su conflicto y la separación terri­ torial en 1337; el engrandecimiento de Tlatelolco y su im­ portancia en la expansión de la Triple Alianza, los señores triunfantes, la caída de Moquihuix y la sujeción de los Tlatelolca a Tenochtitlan. La narración es buena y tiene sus puntos de sentido del humor, pero gana en el desarrollo del texto la pasión por las fuentes y ese deseo de apuntalar el saber de un hecho con el saber de las evidencias; lo que se confirma en dos apéndices (pp. 135-140) y en una bibliografía que los edito­ res han complementado agregando obras citadas o referidas por Barlow y que no llegó a enlistar. A estas alturas nos hacemos la misma reflexión que en algún lugar se hacen los editores: Los idealizados lectores de Barlow no cargarían con tanta erudición. Barlow acabó des­ doblando en un texto de calidad y orden cronológico bien logrado su saber sobre Tlatelolco (incluso refundiendo tra­ bajos anteriores). Para el especialista, creo, esta es una mag­ nífica exposición y solución de problemas de la etnohistoria de Tlatelolco y Tenochtitlan, rescatando, cuando es necesa­ rio, lo que ha de inferirse sobre el primero en las fuentes Tenochcas -empeñadas, claro está, en conformar u ocultar. Si el afán erudito llega a hacer no muy accesible la lectura a los no iniciados, lo cierto es que de este libro de Barlow podría sacarse una versión de “divulgación” con facilidad, empre­ sa en la que, si no mal recuerdo, se empeñó algún tiempo Jesús Monjarás-Ruiz. Hay mucho y bueno que extraer de este libro y dado que se nos presenta como el primero de las obras de Barlow, creo conveniente dar a los lectores noticia del plan de esas obras tal como aparece en la p. 10: Vol. I Tlatelolco rival de Tenochtitlan. (Se trata de un pa­ norama general de la historia prehispánica del lu­ gar). Vol. II Tlatelolco. Fuentes de historia. (Agrupa los restantes trabajos de Barlow sobre Tlatelolco. Vol.III La extensión del imperio de los culhua-mexica. (Visión político-territorial de la “Triple Alianza”, a través de las fuentes Tenochcas). Vol. IV Los mexicas: participación y conquistas en la Triple Alianza. (Comprende los trabajos alusivos al título independiente del volumen anterior). Vol. V Fuentes para la historia del México prehispánico. (Tra­ bajos sobre códices, relaciones y materiales de ar­ chivo). Vol. VI Obra varia. (Incluye trabajos sobre el norte de México, el área maya, occidente, Oaxaca, Centro y Sudamérica, Estados Unidos y Europa). Vol.VII Vida y obra de R. H. Barlow e índice general de su ar­ chivo. (Contendrá una semblanza biobibliográfica, el índice general del archivo y una bibliografía ge­ neral). Esperamos la aparición de los otros volúmenes (el segundo, según me informaron al escribir esta nota -febrero de 1989está ya en pruebas finas) y deseamos a los editores el mejor éxito. Andrés Lira El Colegio de Michoacán VIII R e u n ió n d e y N H ist o r ia d o r e s o r t e a m e r ic a n o s : M e x ic a n o s m “México en el medio milenio” Octubre 1990 San Diego, California Interesados en participar, dirigirse a la Lic. María Teresa Franco Comité Mexicano de Ciencias Sociales Apartado Postal 21-972 04000 México, D F., o al Professor Ene Van Young Departament of History, C-004 University of California, San Diego La Jolla, California 92093.