Reflexión salesiana sobre la familia: LOS AMIGOS

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2012 - Año de la Familia propuesto para la iglesia en Uruguay
La Familia, patrimonio de humanidad.
(Adaptación de reflexiones hechas por Don Pascual Chávez en el año 2006 con motivo del Aguinaldo «Familia, cuna de la vida»)
LOS AMIGOS
Uno de los elementos más importantes para el crecimiento y la maduración de la familia es la
búsqueda de compañía de personas ricas en esperanza. Toda familia tiene que crecer en un
ambiente lleno de la mayor cantidad posible de estímulos positivos. Los buenos amigos son
indispensables para poder vivir mejor.
LA NECESIDAD DE ESTAR CON OTROS
Una de las necesidades más absolutas de la vida es tener apoyo social. La persona humana fue
creada por Dios para estar en compañía. Como se lee en las primeras páginas de la Biblia: “No es
bueno que el hombre esté solo” (Gn 2,18). Dios mismo es Trinidad, es decir comunión; es decir,
amor. Jesús mismo quiso formar un grupo, el de los Doce, y fundó la Iglesia, como una comunidad.
Los padres tienen que ayudar a sus hijos a tener amigos verdaderos, y la familia no puede prescindir de ellos. Detrás de toda amistad hay un encuentro verdadero, algo que hace que, después de
él, no seamos ya los mismos. Los padres que han vivido experiencias de amistad sincera y genuina
pueden enseñar realmente a sus hijos qué significa tener amigos. Es muy triste tener padres que
nunca invitan amigos a su casa: al actuar así, les está faltando una ventana abierta sobre la vida. A
este tipo de padres les será muy difícil, por no decir imposible, comprender el valor y la importancia de la amistad en la vida de toda persona.
La amistad verdadera da la fuerza para lanzarse a
la aventura, para pensar y mirar lejos, para motivar el esfuerzo. Tal vez por esto, casi todos los
adolescentes dicen que para ellos la amistad es lo
más importante de la vida. Porque en la amistad
uno se siente más fuerte gracias a la seguridad y
a la confianza en sí mismo que nace de la confianza de otra persona a quien se respeta, a quien
es posible confiarle todo, también aquello de lo
que muchas veces no nos enorgullecemos, porque se sabe que será aceptado con tolerancia.
LOS AMIGOS SON IMPORTANTES
La sabiduría popular ha expresado este problema
con gran claridad y sencillez: “Dime con quién
andas y te diré quién eres”. En su proceso de maduración y crecimiento, los hijos son
dos por los amigos, por su ambiente y por los
grupos a los que se integra. Según estudios recientes, la personalidad de los hijos está influenciada
principalmente -salvando siempre el peso de la herencia- por sus iguales, que están destinados a
plasmar su comportamiento y sus elecciones mucho más que la educación paterna y materna. Los
compañeros/amigos de juego, de escuela y de barrio, determinan muchas veces las actitudes del
niño: cuando éste se siente rechazado, porque no acepta las reglas del grupo, se vuelve frágil e
inseguro, y esta situación puede llevarlo hasta el extremo de abandonar los estudios.
Puede parecer excesivo, pero muchos padres viven realmente esta preocupación. La presión de los
compañeros y de los amigos es muy poderosa. Estando en un grupo, el hijo más gentil del mundo
puede dejarse arrastrar a realizar acciones que nadie habría imaginado jamás. Por eso, la elección
de los amigos no es nunca una elección fácil y no es nunca, tampoco, una elección neutra: puede
estar sembrada de desilusiones, traiciones y sufrimientos. Por eso, los padres tienen que saber que,
en este campo, deben actuar con mucho tacto y con mucha prudencia.
El tema de los amigos es muy importante para los hijos. ¿Por qué los amigos son más importantes
que la familia?, se preguntan muchas veces los padres. Por más que los padres sean buenos y
comprensivos, que la madre sea serena y equilibrada, que el padre sea afectuoso y tolerante, la
separación de los hijos adolescentes es algo obligado e inevitable, al menos en parte. Una cierta
ruptura forma parte del camino familiar normal. A partir de la pubertad, las prioridades de los hijos
se invierten: “¡primero los amigos!”. Y la familia pasa al segundo lugar... A través de las relaciones
amistosas o agresivas que vive, el adolescente comienza a tomar distancia de sus padres y a descubrir la vida en sociedad. No hay que alarmarse: al fin de cuentas, es el mismo recorrido que recorrieron los padres, para demostrar que los amigos no son sólo útiles sino indispensables.
Con los amigos, los adolescentes comienzan a amar a alguien de fuera de la familia, a respetar
otras prioridades, a descubrir otras fidelidades. Es un aprendizaje necesario, que no termina con la
adolescencia, sino que continúa durante toda la vida. Los amigos permiten entrar al círculo familiar
ideas nuevas, obligan a comprobar las propias, llevan a ahondar la búsqueda de problemáticas
motivadoras, y a evaluar los puntos de vista propios y ajenos. Son una fuente permanente de conocimiento, de confrontación y apertura, y estimulan a trasladar los intereses propios también fuera de la familia, a descubrir y, a veces, a hacerse cargo de las dificultades y problemas del prójimo...
En resumen, la amistad enriquece, enseña el respeto y la tolerancia, satisface la necesidad de animación y apoyo que toda persona siente y busca. Los amigos no están para hacernos huir de las
responsabilidades que tenemos; al contrario, nos llevan a mirar de frente la realidad, para poder
enfrentarla con la energía debida.
¿Qué es lo que más valoras en la relación con tus amigos?
¿Fortalecen tus lazos familiares?
¿Cómo han influido los amigos en tu vida, en tu crecimiento, en tu fe?
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