Vanessa Veiga, la atleta que aprendió a correr de nuevo

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ELMUNDO. LUNES 15 DE ABRIL DE 2013
CIENCIA / EM2
Otra forma de vivir
MANUEL VILLANUEVA
Los maratonianos decimos: «Completar las cinco grandes es un sueño para
los corredores de fondo y un privilegio». Sin embargo, correr largas distancias, tiene sus problemas. Algunas personas han sobrepasado ya el grado de
deterioro articular o físico que les permite correr de una forma segura y
otras, en un intento por escapar de la
rutina, el sedentarismo o por una compulsión tardía o una competitividad ex-
nas encuentran corriendo la explica
José Alberto Tabernero, psicólogo
especializado en la atención a deportistas: «Al fin y al cabo, hacer ejercicio supone dedicar un tiempo para
pensar, para estar contigo mismo».
Si a esta circunstancia se le une que
«el estado de ánimo tiende a estar alto en esos momentos, la consecuencia es que analizas las cosas desde
una perspectiva menos negativa y
puedes reflexionar mejor».
Suay apunta que, desde el punto
de vista evolucionista, es normal que
el ejercicio físico vaya asociado a una
mayor facilidad para la toma de decisiones. Desde hace miles de años,
los seres humanos han tenido que
enfrentarse a dudas y elecciones
mientras cazaban o huían de un depredador, por lo que nuestro cerebro
está acostumbrado a funcionar bien
en esas circunstancias. «En realidad,
hay un conjunto de factores biopsicosociales que se entrelazan y que
explican por qué el ejercicio engancha tanto y te hace sentir tan bien»,
resume Tabernero, que no olvida
otras tres claves que explican la popularidad que ha alcanzado el running en los últimos años. «Es barato,
no exige unos horarios definidos ni
un espacio en concreto, y además,
los progresos son muy notables enseguida y sin necesidad de aprender
una técnica», señala.
Eva Ferrer, especialista en medicina del deporte y autora del reciente
libro Cambia de vida. Ponte a correr
(Oniro), para el que ha hablado con
más de 30 corredores, coincide con
su visión: «Uno de los principales
problemas para mucha gente hoy en
día es la falta de tiempo. Pero correr
puedes hacerlo en cualquier momento, y estés donde estés», señala.
Además, con este deporte «cada uno
puede fijarse sus propios objetivos»,
asegura. «Hay gente que sale para
despejarse, para estar en contacto
con la naturaleza... Tarde o temprano casi todos los runners acaban
compitiendo», señala la especialista.
En unos días, Roberto intentará
completar su segundo maratón. El
primero lo hizo en 2010 en un tiempo de tres horas y 53 minutos, así
que su objetivo es arañar unos cuantos minutos. «Saldré a ganarme a mí
mismo, como si fuera el corredor de
hoy contra el de hace tres años», afirma. Esta vez, competirá en su ciudad, pero en su agenda tiene pendiente sufrir en alguna cita internacional. Precisamente ayer se disputó
el maratón de Boston y el próximo
domingo será Londres la que acoja
la prueba reina del atletismo.
cesiva, pueden ponerse en peligro y sufrir lesiones. Las más habituales de los
corredores populares son la fascitis
plantar, la tendinopatía del tendón de
Aquiles, del tendón rotuliano y la rodilla del corredor o síndrome de la cintilla iliotibial. La mayoría de ellas son
crónicas. Eso significa que, generalmente, el corredor va a tener signos de
alarma y debe aprender a responder a
ellos, para que la euforia y las ganas de
seguir no se impongan a la razón. Muchos corredores comienzan con molestias en el pie, el talón o la rodilla y eligen seguir, en vez de modular el ejercicio o pedir consulta médica. Al final,
tienen que parar, justo lo que temían, y
resolver los cuadros se hace mucho
más lento y penoso. Para prevenir estas
lesiones hemos de correr también con
la cabeza, no sólo con las piernas. Intentar marcarnos retos fuera de nuestras capacidades o de nuestra edad es
el primer error. Como en todo trabajo
de fondo, la constancia, el entrenamiento y la progresión gradual son las claves
para evitar lesiones. Si estamos excesi-
CAMPEONA DE ESPAÑA DE MARATÓN
vamente cansados por el trabajo, el estrés o las responsabilidades no siempre
correr más es mejor. Como en todo, el
equilibrio es fundamental. Correr es
otra forma de vivir la vida. Puedes ver
montañas o subirlas, puedes ver ríos o
bajarlos en canoa, puedes andar por el
desierto o verlo, al amanecer, desde un
globo aerostático. Para mí correr es un
privilegio, cuyo pago es el sacrificio y el
esfuerzo continuado y cuya recompensa es vivir mi vida en otra dimensión y
a otra velocidad.
Manuel Villanueva es traumatólogo del
Hospital Ruber de Madrid.
dos de la preparación pautada
por su suegro, el entrenador Julio Rey, fueron tan asombrosos
que, a los cuatro meses de los
primeros trotes, el nombre de la
gallega ya figuraba entre las mejores del país.
Poco tiempo después, lograba
casi lo impensable unos años antes: una plaza para disputar el
maratón en los
Juegos OlímpiVanessa Veiga,
cos de Londres
preparándose para
2012 y hacerse
su próxima
con el título de
participación en el
campeona de
maratón de Madrid.
España de maALBERTO CUÉLLAR
r a t ó n
(2h:32:57).
«Sin la ayuda de mi familia no
hubiera sido capaz», indica Veiga, que tiene las miras puestas
en el próximo Maratón de Madrid, que se celebrará el 28 de
abril. «Me veo en un buen momento de forma y me gustaría
ser la primera española en cruzar la línea de meta», señala la
deportista, que está muy ilusionada por correr una competición
cerca de casa, en la que el ánimo
del público será mayor que en
otras citas.
«Es un circuito complicado,
con muchas subidas y bajadas,
por lo que hay que regular las
fuerzas en todo momento, pero
también la animación es muy
buena y eso es muy importante»,
comenta la gallega, que cuenta
con los vítores de sus hijos, de
Quizás por esa compenetraocho, siete y cinco años y ya toción familiar, sintió que la línea
dos unos iniciados en el mundo
de meta volvía a llamarla justo
del atletismo.
cuando su pareja decidió no conAunque ella comenzó compitinuar con su carrera. «Fue un
tiendo en distancias medias y
momento triste. Yo quise volver
cortas, cada vez se ve más cómopara seguir inculcando el deporda en los largos recorridos. «Las
te a los niños, para seguir viviencarreras de ruta son lo más bonido con el atletismo en casa. Al
to del atletismo, aunque hay que
principio no pensaba más que en
planearlas con mucha antelaeso», comenta. De hecho, subración», señala. Para una cita como
ya, las primeras salidas «fueron
la madrileña, asegura, la prepamuy duras. Me costó mucho reración mental es tan importante
engancharme». Los primeros dícomo la física porque, de lo conas, recuerda, «no podía correr
trario, el muro que temen todos
más de 20 minutos seguidos» y
los maratonianos puede ser inen las carreras donde comenzó a
salvable. «Hay que controlar muprobar su estado todo eran malas
cho que la cabeza no te diga que
noticias: «Sólo veía que me ganaya no puede más. Porque sobre
ban sin problemas atletas que
todo a partir del kilómetro 32 o
antes ni me preocupaban».
35 se corre más con el cerebro
Sin embargo, día tras día, con
que con las piernas», concluye.
mucho esfuerzo y voluntad, fue
«ganando de nuevo la capacidad
Oddd4ddddd
de sufrimiento», encontrándose
mejor y superando progresiva>Vea en Orbyt un videoanálisis
mente sus marcas. Los resultasobre la adicción al running.
Vanessa Veiga, la atleta que
aprendió a correr de nuevo
CRISTINA G. LUCIO / Madrid
El 18 de octubre de 2009 es una
fecha que Vanessa Veiga no olvidará. Como los cumpleaños de
sus hijos o los recuerdos de la infancia, esa jornada siempre estará marcada en su calendario.
Porque fue el día en que decidió
volver a correr. Llevaba seis años
sin calzarse las zapatillas. Seis
años en los que había sido madre
de tres niños y en los que no había echado de menos ni las competiciones ni el mero placer de
salir a trotar. Pero había llegado
el momento de retomar una de
sus grandes aficiones y así se lo
hizo saber a su familia.
«Fue después del maratón de
Ámsterdam, justo cuando Julio
[está casada con el laureado fondista Julio Rey] decidió que se
retiraba. A los pocos días estábamos comiendo todos, con mis
suegros y mis cuñados, y yo les
dije que quería volver a correr.
Todos se sorprendieron mucho y
yo creo que pensaron que estaba
loca», recuerda esta gallega
(Gondomar, Pontevedra, 1979),
que lleva varios años afincada en
Toledo.
En familia
Veiga había sido toda una promesa del atletismo, demostrando
muy buenos resultados desde las
categorías inferiores. Pero a los
24 años decidió abandonar la
competición para ser madre. «Es
lo que de verdad me apetecía.
Sentí que era el momento, así que
no me supuso ningún problema
dejar de correr, pese a que llevaba haciéndolo habitualmente bastantes años», señala. En ese tiempo, en el que nacieron Silvia, Julia y David, su marido cosechó
algunos de sus mayores éxitos
–fue subcampeón del mundo de
maratón en 2003 y batió el récord
de España de la misma prueba en
2006–, unos logros que Veiga
«también veía como propios».
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