Último tercio del siglo XX

Anuncio
Mejoras educativas y actividad económica en España: Un panorama de los cambios recientes (1990-2000)
1. Niveles educativos y trabajo en la España del
último tercio del siglo XX
Uno de los fenómenos más espectaculares que han ocurrido en España en el último
tercio del Siglo XX ha sido la elevación sustancial de los niveles educativos de su población.
Aunque todavía no hemos conseguido alcanzar las cotas de los países más desarrollados de
nuestro entorno, la dinámica seguida nos ha aproximado mucho a ellos. Si en el año 1964 tan
sólo un 10% de la población en edad de trabajar tenía estudios medios o superiores, esa cifra ha
pasado a superar el 55% en el año 2000.
Este proceso resulta enormemente positivo tanto desde un punto de vista individual
como colectivo. Desde la perspectiva individual porque mejora la capacidad de los ciudadanos
de comprender un mundo que cambia a una velocidad creciente y permite a los agentes
económicos mayores oportunidades de inserción productiva. Desde el punto de vista colectivo
porque el incremento del capital humano acumulado supone la mejora de uno de los recursos
clave para afrontar el desarrollo económico en un entorno globalizado y fuertemente
competitivo.
El gráfico I.1 proporciona una primera imagen del cambio educativo experimentado
por la sociedad española. En él se describe la evolución de la población en edad de trabajar por
nivel de estudios terminados, como porcentaje del total de la población. El gráfico refleja
también otro fenómeno relevante: el crecimiento de la participación de los universitarios en el
total de la población en edad de trabajar.
La mejora en la formación de la población española ha tenido lugar en un periodo de
tiempo muy breve, comparado con la duración del proceso en otros países de nuestro entorno,
y ha generado una presión importante sobre la tasa de actividad y la oferta de trabajo, en una
etapa caracterizada en gran medida por una baja capacidad de creación de empleo de la
economía. El aumento del desempleo que ha acompañado al crecimiento del número de activos
12
Gráfico I.1 Población en edad de trabajar por
nivel de estudios terminados
Distribución porcentual. España (1964-2000)
100%
80%
60%
40%
20%
0%
1964 1966 1968 1970 1972 1974 1976 1978 1980 1982 1984 1986 1988 1990 1992 1994 1996 1998 2000
Universitarios
Hasta
primarios
Fuente: INE, Mas, Pérez, Serrano, Soler y Uriel
Medios
Medios
Hasta
primarios
Universitarios
Mejoras educativas y actividad económica en España: Un panorama de los cambios recientes (1990-2000)
ha diluido notablemente la percepción del valor del cambio en la cualificación de la población,
porque el mayor impacto de la crisis económica de los años 70 en términos de empleo ha sido
sufrido por una población joven más numerosa y con unos niveles medios de estudio más
elevados que nunca.
Las características demográficas del periodo, junto con la dinámica inducida por el
incremento de los niveles educativos, han contribuido junto con la crisis económica a la
existencia de una crisis de empleo de mayor profundidad y duración. En efecto, la caída en la
creación de empleo derivada de “las crisis del petróleo” de los años 73 y 79, coincidió en
España con una ampliación de la población activa alimentada por varios factores
concomitantes. Entre ellos cabe destacar:
i.
El crecimiento de la población en edad de trabajar, debido al crecimiento
vegetativo, cuya mayor expansión se produce en los años 80. Así, mientras en la
década de los 70 la tasa media anual de crecimiento de la población en edad de
trabajar es del 0,84%, en la década de los 80 sube hasta el 1,19%, para caer
nuevamente en la década de los 90 hasta el 0,76%, con una clara tendencia a
disminuir todavía más en el futuro inmediato.
ii.
Las dificultades experimentadas por los demás países europeos suponen el fin de
la emigración al exterior como vía de aliviar las tensiones en el mercado de
trabajo.
iii.
La mejora en los niveles educativos induce un incremento de la población activa,
pues las tasas de actividad crecen con la educación.
iv.
El impacto debido a la incorporación de la mujer al mercado de trabajo, como
consecuencia de la mejora de los niveles educativos y a la modernización de la
sociedad.
El momento en el que se producen estos últimos cambios es, en buena medida, una
“herencia de la dictadura”. El retraso en el desarrollo económico y social acumulado durante los
años 40 y 50, junto con la tardía generalización de los estudios medios, dio lugar a una escasa
participación de la mujer en el mercado laboral. Con la apertura al exterior, la modernización
social y el crecimiento económico de los años 60 la mujer comienza a incorporarse en un
porcentaje importante al trabajo asalariado. La extensión de la educación impulsada en los 70 y,
sobre todo, en los 80 acentúa este fenómeno.
14
Mejoras educativas y actividad económica en España: Un panorama de los cambios recientes (1990-2000)
Como resultado de todo ello, encontramos un crecimiento de la población activa más
que proporcional al crecimiento de la población en edad de trabajar en un periodo
caracterizado por la escasa creación de empleo. Esta dinámica contrasta notablemente con la
habitual caída en la población activa asociada a la disminución en la ocupación, debido al efecto
desincentivador que la coyuntura negativa genera sobre los buscadores de empleo. Este
“estabilizador automático” del mercado de trabajo no funciona en nuestra economía debido a
los cambios estructurales derivados de las características poblacionales y educativas señaladas.
Como consecuencia, mientras que en la década de los 70 la tasa media anual de crecimiento de
la población activa es del 0,55% (un 0,34% menos que la tasa de crecimiento de la población en
edad de trabajar), en la década de los 80 esa tasa media de crecimiento se multiplica por 2,5,
alcanzando un 1,38% anual acumulativo (un 0,19% superior al crecimiento de la población en
edad de trabajar). En la década de los 90 el crecimiento de la población activa se mantiene en
niveles elevados, con una tasa media del 1,15% (un 0,34% superior al crecimiento de la
población en edad de trabajar).
La comparación de estos datos con los relativos a la evolución de la población ocupada
muestra la incapacidad de la economía española de dar respuesta suficiente al fuerte crecimiento
de la población activa durante los setenta y ochenta. Así, aunque en los años 80 la tasa media de
crecimiento anual de la población ocupada es del 0,84% (frente a una tasa media negativa del –
0,56% en los 70), está lejos de la tasa de crecimiento de la población activa. Lo contrario sucede
en la década de los 90, mucho más dinámica en términos de empleo: en estos años se observa
que la tasa media de crecimiento de la población ocupada alcanza el 1,41%, un 0,14% superior
al crecimiento de la población activa.
Los gráficos siguientes ilustran suficientemente este análisis. Recogen la evolución de la
población en edad de trabajar, población activa y población ocupada en el periodo 1964-2000,
tanto en términos absolutos como en desviaciones de la media. Conviene advertir que en todos
los casos entre los años 1980 y 1981 aparece un resultado aparentemente anómalo (caída de la
población en edad de trabajar), debido al cambio legal en la edad mínima laboral, que pasa de
14 a 16 años.
El gráfico I.2 contiene la información sobre la evolución de la población en edad de
trabajar, así como de la población activa y ocupada, en términos absolutos. En el mismo se
observa tanto la apertura de la brecha del desempleo (diferencia entre población activa y
ocupada) desde mediados de los setenta, como la tendencia a reducirse la misma durante los
últimos años.
15
Gráfico I.2 Población en edad de trabajar, activa y ocupada
España (1964-2000)
Miles de personas
35.000
30.000
25.000
20.000
15.000
10.000
5.000
1964
1968
1972
1976
Población en
edad de trabajar
Fuente: INE, Mas, Pérez, Serrano, Soler y Uriel
1980
1984
Población
activa
1988
Población
ocupada
1992
1996
2000
Mejoras educativas y actividad económica en España: Un panorama de los cambios recientes (1990-2000)
El gráfico I.3 muestra la evolución de las tasas de crecimiento de estas tres variables. En
el mismo destacan los diferentes signos de las variaciones de la población en edad de trabajar y
activa (casi siempre positivos) y de la población ocupada (con amplios periodos de variación
negativa).
Finalmente, el cuadro I.1 proporciona una comparación de la evolución de estas
variables en términos de tasas medias anuales acumulativas, para las tres décadas consideradas.
La rígida estructura del mercado laboral de los años 70, que compensaba los bajos
salarios reales con una gran estabilidad en el empleo (contratos fijos difícilmente rescindibles),
hizo que la llegada al mercado de trabajo de cohortes de jóvenes más numerosas y mejor
preparadas en los años 80 tropezara con grandes dificultades de entrada. Se observa claramente
cómo estos jóvenes, cuya mayor formación se traduce en mayores tasas de actividad, son los
que más sufren el efecto de la crisis. Junto a ello se aprecia que la abundancia de oferta de mano
de obra cualificada y la relativa escasez de nuevos puestos de trabajo produce una sustitución de
trabajadores no cualificados (con estudios elementales o sin estudios), por trabajadores con
altos niveles de formación (universitarios), que se ven así afectados en menor medida por las
adversas condiciones del mercado, y ocupan gran parte de los puestos para los que una
formación de estudios medios sería suficiente.7
Las dos partes del gráfico I.4 recogen la evolución de la tasa de actividad en el periodo
1964-2000, tanto globalmente como por niveles educativos. En la primera se observa que la
tasa de actividad global presenta una caída pronunciada desde mediados de los años 70 hasta
mediados de los 80, para recuperarse paulatinamente en la década de los 90 (muy despacio en
los primeros años de la década y muy rápidamente en los últimos). En el año 2000 se ha
recuperado prácticamente la tasa de actividad de los mejores años 60, con una diferencia
sustancial: el nivel de formación de la población. Ello queda de manifiesto en la segunda parte
del gráfico, que recoge la evolución de la tasa de actividad por niveles de estudio. Mientras que
la tasa de actividad de los universitarios es muy alta y se mantiene casi constante durante todo el
periodo, la de la población con estudios primarios o menores cae de forma pronunciada y
7
Hay un fenómeno añadido que todavía hace más grave el impacto de la crisis económica sobre el nivel de
empleo. Durante la segunda mitad de los años 70 los salarios reales están creciendo mientras se destruye empleo,
crece el coste de la energía y se reducen los salarios reales en los países de nuestro entorno. Ello es debido en
buena medida a la nueva coyuntura política en la que la presión sindical para recuperar atrasos históricos en el
nivel de vida de los trabajadores tiene éxito, pese a la situación económica negativa.
17
Gráfico I.3 Población en edad de trabajar, activa y ocupada
Tasas de crecimiento. España. 1965-2000
Población en edad de trabajar
3%
2%
1%
0%
-1%
-2%
-3%
1965
1970
1975
1980
1985
1990
1995
2000
1970
1975
1980
1985
1990
1995
2000
1975
1980
1985
1990
1995
2000
Población activa
4%
3%
2%
1%
0%
-1%
-2%
1965
Población ocupada
6%
4%
2%
0%
-2%
-4%
-6%
1965
1970
Fuente: INE, Mas, Pérez, Serrano, Soler y Uriel
Cuadro I.1 Tasas de crecimento medias interanuales para las tres décadas
1970-1980
1980-1990
1990-2000
Población en edad de trabajar
0,84
1,19
0,76
Fuente: INE, Mas, Pérez, Serrano, Soler y Uriel
Población activa
0,55
1,38
1,15
Población ocupada
-0,56
0,84
1,41
Gráfico I.4 Tasa de actividad por nivel de estudios terminados
España. 1964-2000
Total
54%
52%
50%
48%
46%
1964
1968
1972
1976
1980
1984
1988
1992
1996
1980
1984
1988
1992
1996
2000
Por nivel de estudios terminados
100%
80%
60%
40%
20%
0%
1964
1968
1972
Analfabetos
Fuente: INE, Mas, Pérez, Serrano, Soler y Uriel
1976
Sin estudios y
Primarios
Medios
Anteriores al
superior
Superiores
2000
Mejoras educativas y actividad económica en España: Un panorama de los cambios recientes (1990-2000)
sostenida durante todo el periodo. Esta caída es compensada por el incremento en la tasa de
actividad de la población con estudios medios, que crece casi 15 puntos porcentuales.
La relación entre el cambio en el nivel educativo de la población y los niveles de
actividad y empleo tiene varias facetas que merece la pena señalar:
x Por un lado se produce una sustancial mejora de la cualificación de la población
ocupada (fuerte aumento de la población empleada con estudios medios y
universitarios).
x Por otro lado, y de forma simultánea, se da un apreciable crecimiento del desempleo
en la población con estudios medios, debido a que el crecimiento de la población
activa con esta cualificación es muy superior al de la población ocupada.
x Finalmente, se incrementa la participación de la población ocupada con estudios
universitarios de forma más que proporcional a la correspondiente proporción en la
población activa.
Veamos con más detalle este triple fenómeno.
El gráfico I.5 muestra con claridad el proceso de sustitución de trabajadores no
cualificados por trabajadores cualificados en la población ocupada. Refleja, en términos
porcentuales acumulados, la participación de la población por nivel de estudios terminados en
el conjunto de la población ocupada.
Las otras dos facetas apuntadas son puestas de relieve en el gráfico I.6. En él
comparamos la evolución relativa de los porcentajes de población ocupada y activa,
considerando tres niveles de estudios (primarios, medios y universitarios). El gráfico refleja las
diferencias entre población ocupada y activa en los porcentajes de estas tres categorías de
trabajadores. Si hasta 1976 la distribución porcentual entre ocupados y activos por niveles de
estudios es prácticamente idéntica, a mediados de los 70 se produce un cambio drástico en esta
relación, que alcanza prácticamente hasta el año 2000, con un pico a mediados de los 80. La
“burbuja” que refleja este cuadro nos está indicando que, durante más de 20 años, el porcentaje
de población ocupada con estudios medios es menos que proporcional al correspondiente a ese
mismo grupo en la población activa. Los años 80 no favorecieron ciertamente a este segmento
de población activa.
21
Gráfico I.5 Población ocupada por nivel de estudios terminados
Distribución porcentual. España (1964-2000)
100%
80%
60%
40%
20%
0%
1964
1968
1972
1976
Universitarios
Hasta
primarios
Fuente: INE, Mas, Pérez, Serrano, Soler y Uriel
1980
Medios
Medios
1984
1988
1992
Hasta
primarios
Universitarios
1996
2000
Gráfico I.6 Diferencia entre la distribución porcentual de la población ocupada
y activa por nivel de estudios terminados.
España. 1964-2000
6%
4%
2%
0%
-2%
-4%
-6%
1964
1968
1972
1976
1980
Hasta primarios
Fuente: INE, Mas, Pérez, Serrano, Soler y Uriel
1984
Medios
1988
Universitarios
1992
1996
2000
Mejoras educativas y actividad económica en España: Un panorama de los cambios recientes (1990-2000)
La población ocupada con estudios primarios, por el contrario, tiene una representación
más que proporcional a la que le corresponde en la población activa a este nivel de estudios.
Ello deriva de dos causas fundamentales. La reducción de la población activa con esta
cualificación, por una parte, y la estabilidad del empleo en los años 70 que impone fuertes
costes de sustitución de los trabajadores fijos ya existentes, en buena medida no cualificados.
La población universitaria ocupada se mantiene en niveles algo más que proporcionales
a los correspondientes a este grupo en la población activa. Dado que la población universitaria
está creciendo durante este periodo, podemos concluir que los universitarios (especialmente los
titulados de ciclo largo) constituyen el grupo de estudios que menos ha sufrido las crisis
económicas. El gráfico I.7 ofrece una representación alternativa de este fenómeno, al
comparar el peso de las personas con estudios medios y universitarios en la población en edad
de trabajar, activa y ocupada.
Es interesante comparar la evolución de los estudiantes universitarios como porcentaje
de la población con al menos estudios medios. De esta comparación podemos deducir que hay
primero un fenómeno más intenso de generalización de la educación media que luego se va
transmitiendo a los estudios universitarios. Durante los treinta años que de 1964 a 1994 el
porcentaje de universitarios sobre población con estudios medios cae de forma apreciable y
continuada.8 Ello se debe al crecimiento mucho más rápido de la población con estudios
medios. A partir del año 1994 la proporción de estudiantes universitarios con respecto a la
población con estudios medios sube de forma clara, debido al crecimiento del número de
estudiantes en las carreras de ciclo largo ya la baja tasa de crecimiento de la población. Como se
subraya en el estudio previo de Pérez y Serrano (1998), la expansión de la enseñanza secundaria
es el fenómeno predominante en el cambio del nivel educativo de la población durante los años
70 y 80, mientras que en los últimos años la intensidad del cambio ha comenzado a ser mayor
en el ámbito universitario. El gráfico I.8 ilustra este fenómeno.
Hay otro aspecto muy relevante dentro de este fenómeno general de cambio en la
estructura de la población activa en este periodo: la tasa de actividad de la mujer, como muestra
el gráfico I.9, crece de forma continuada entre 1964 y 2000 hasta prácticamente duplicarse. La
tasa de actividad masculina, por el contrario, disminuye casi en la misma medida y la tasa de
actividad global se mantiene prácticamente constante durante todo este tiempo.
8
Con la excepción puntual de 1980-81, por las razones apuntadas.
24
Gráfico I.7 Población en edad de trabajar, activa y ocupada
por nivel de estudios terminados
España (1964-2000)
100%
80%
60%
40%
20%
0%
1964
1968
1972
1976
Población en edad de trabajar
Medios
Universitarios
Fuente: INE, Mas, Pérez, Serrano, Soler y Uriel
1980
1984
Población activa
Medios
1988
1992
Población ocupada
Universitarios Medios Universitarios
1996
2000
Gráfico I.8 Población universitaria sobre población con al menos
estudios medios
España. 1964-2000
40%
35%
30%
25%
20%
15%
10%
5%
1964
1968
1972
1976
Ant. Superior/
Medios o más
Fuente: INE, Mas, Pérez, Serrano, Soler y Uriel
1980
1984
Superiores/
Medios o más
1988
Universitarios/
Medios o más
1992
1996
2000
Gráfico I.9 Tasa de actividad por sexo
España. 1964-2000
100%
80%
60%
40%
20%
0%
1964
1968
1972
1976
Hombres
Fuente: INE, Ministerio de Economía y elaboración propia
1980
Mujeres
1984
1988
Ambos sexos
1992
1996
2000
Mejoras educativas y actividad económica en España: Un panorama de los cambios recientes (1990-2000)
Por tanto, además de la mejora en los niveles educativos de la población, se produce de
forma simultánea una variación sustantiva en la situación de la mujer en el mercado de trabajo.
La extensión de la enseñanza obligatoria, primero, y la generalización de la educación no
obligatoria, después, han roto prácticamente las diferencias tradicionales en el nivel de
formación de hombres y mujeres. Los niveles medios de formación reflejan todavía algunas
asimetrías que tardan en desaparecer, debidas sobre todo a la mayor esperanza de vida de la
población en general y de las mujeres en particular. Pero los datos relativos a los jóvenes dejan
pocas dudas. Sirva como ejemplo indicar que en estos momentos ya hay más mujeres que
hombres en la Universidad. Todos estos cambios se han traducido en una mayor tasa de
actividad de las mujeres.
En los capítulos que siguen se analiza este fenómeno de manera más pormenorizada,
centrándonos particularmente en la última década, por dos razones. En primer lugar, porque
para los años anteriores ya se realizó un amplio estudio en otras monografías de este mismo
proyecto. En segundo lugar, porque en los años noventa se han producido muchos cambios,
que ya han sido apuntados en esta introducción, que son relevantes para analizar las relaciones
entre sistema educativo y empleo. Así, por una parte se ha debilitado el efecto de algunos
cambios demográficos sobre la oferta de trabajo y por otra se ha reforzado la demanda de
trabajo, al generar el crecimiento de estos años más empleo.
28
Descargar