Psicoterapia (C. Rogers)

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Psicoterapia
Centrada en la Pareja
(C. Rogers)
Manuel F. Artiles
El valioso aporte que el psicólogo norteamericano Carl Rogers (fl 987) ha realizado en el
campo de la psicoterapia y la educación, es hoy claramente reconocido en los países europeos y en su país natal. El autor ha considerado provechosa la difusión en TERAPIAS de una
perspectiva rogeriana poco conocida: la teoría y práctica de la psicoterapia de pareja.
L
a teoría y práctica de la psicoterapia de pareja se inscribe
en el marco de su pensamiento
que, en los últimos años, Fue denominado: "Enfoque Centrado en la
Persona". En nuestro caso, así como podemos referirnos a la "Enseñanza centrada en el alumno", hablaremos de psicoterapia "centrada
en la pareja". Es imposible, dado el
espacio de que disponemos, explayarnos sobre el frasfondo teórico
general del "Enfoque". Referimos al
lector a las distintas obras de Rogers en tal aspecto. Sin embargo,
debemos enunciar ciertos elementos
básicos.
En un pantallazo breve y significativo Rogers nos dirá: "Yo propongo una base biológica para el desarrollo humano...volveré a afirmar,
hasta con más fuerza, que cuando
adelanté esta ¡dea hace muchos
años, de que existe una fuerza central de energía en el organismo humano que, con seguridad, es una
función de todo el organismo humano (concepción holística), más que
una parte de él. Esta puede ser definida como una Tendencia hacia la
realización, hacia la actualización,
no solamente hacia el mantenimiento, sino también hacia el crecimiento del organismo... "Me parece hacer posible de esta hipótesis una
base sobre la que podríamos comenzar a construir una teoría para
la Psicología Humanística. Ella indudablemente constituye una base para el E.C.P. (N. del A.: "Enfoque
centrado en la Persona")... "Mi tesis
principal es ésta: parece haber una
tendencia formativa actuando en el
universo, que puede ser observada
a cualquier nivel. Esta tendencia ha
recibido mucha menos atención de
lo que se merece. Los científicos físicos se han centrado hasta ahora
principalmente en la Entropía, una
tendencia hacia el deterioro. Ellos
saben mucho sobre esa tendencia
hacia el desorden. Estudiando sistemas cerrados pueden dar a esta
tendencia una clara descripción
matemática"..."Pero hay un reconocimiento y un énfasis mucho menor
en la tendencia formativa que puede igualmente ser observada a
cualquier nivel del universo".
Nosotros, agregamos en coherencia con nuestro autor: Esto tam-
bién ocurre en el pequeño universo
de una pareja humana.
Está implícito, en el párrafo citado, el basamento sobre el cual Rogers fundó sus elaboraciones. Está
en conexión con la Física y Química actuales y él mismo cita a científicos como llya Prigogine, Frithof
Capra y SzenK3eorgy entre otros,
los cuales nos han descubierto una
visión cósmica, atómica y subatómica, fascinante y sorprendente. 'Para Rogers la motivación esencial de la persona, en cuanto es un
ser vivo (perspectiva biológica), e.:J
en la Tendencia Actualizante de todo ser viviente. Esta es la que emerge en la relación terapéutica (como
Neguentropía, que se contrapone a
la Entropía) cuando el terapeuta
crea las adecuadas "condiciones de
Actitud", según términos rogerianos.
Rogers reconoce tres Actitudes
básicas en el terapeuta, que son capaces de desencadenar una auténtica relación terapéutica (ya sea individual, de pareja o de grupo).
La I r a . Actitud es la Aceptación o consideración positiva incondicional del paciente. Implica la noevaluación, la no crítica, la no
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condicionalidad de la relación. Se
acepta a la persona en cuanto tal,
como sistema dinámico de actitudes
y necesidades en su presente orientación y según el material positivo o
negativo que, la configuración particular de ese material presenta, en el
momento de la entrevista. Su contrapartida estará dada por actitudes típicas de: amor posesivo, paternalismo terapéutico y omnipotencia
narcisista, por parte de terapeuta. .
La 2 d a . Actitud es la Congruencia, relacionada con la autopercepción del terapeuta, en el
vínculo de lo que vivencia en sí mis¿
mo frente al otro u otros, como totalidad unificada gestálticamente, en'
la concordancia entre su experiencia relacional y la representación intelectiva-afectiva de la misma.
La 3ra. Actitud es fundamental
en el E.C.P.. Se refiere a la Compre^
hensión Empalica. Ella constituye su
campo operativo, el "médium in
quo" se da el proceso terapéutico.
Proviene de las concepciones de la
Fenomenología, las cuales están ligadas en varios aspectos a la teoría
y práctica rogerianas. Personalmente la defino como: la percepción sintética inmediata de la significación
estructural de lo vivido por el sujeto
en diálogo. Rogers la expresa como: "el percibir el cuadro interno de'
referencia de otra persona, con'
exactitud y con los componentes
emocionales y las significaciones
que le son anexas". La Empatia es
esencial en toda relación de ayuda.
Su ejercicio no es algo Fácil y supone un aprendizaje sistemático adecuado; cosa particularmente importante e/i la terapia de pareja, dado
el compromiso emocional y existencial del terapeuta y su contexto personal. El llamado Reflejo del sentimiento o vivencia emocional del
paciente, es el recurso operativo característico (pero no exclusivo) del terapeuta rogeriano. El Reflejo permite
la expresión, verbal o no verbal, de
la Comprehensión Empática de la
cual emerge como su formulación
explícita. A partir de la cadena de
Reflejos, la pareja en nuestro caso,
puede ir reestructurando su propia
autopercepción. La cadena de Reflejos, según distinta modalidad y obje28 - Mayo-Junio
tivo, enfatiza, esclarece o desencu¡bre los auténticos significados —latentes u ocultos— que la pareja ex
presa, verbalmente o no, durante la
interacción. Este sutil recurso, ideado por Rogers, ciertamente no es repetición de lo que el paciente dice.
En sí mismo es una compleja operación de "reducción fenomenológica"
(epojé) del campo de significados
emocionales, explícitos o implícitos,
ceñida a la Comprehensión Empática del discurso del paciente. El Reflejo tiene distintas funciones que, en
la terapia de pareja, lo hacen especialmente pertinente, dada, la habitual susceptibilidad y el uso polifacético de las defensas que una pareja
realiza. La asepsia, no amenaza y
no intelectualizacipn de este recurso,
resulta aquí penetrante y eficaz.
Podemos señplqr,distintas funciones: I) se dirige, ajos sentimientos y
vivencias inmediatamente presentes.
2) ayuda a la pa/eja a formular sus
experiencias con mayor claridad. 3)
los ayuda a sentirse referidos a esas
experiencias. 4).(l°s ayuda a sacar
de ellas nuevas, s^gnificqciones. 5)
los ayuda a experienciar sus sentimientos más abiertamente. 6) los
ayuda a reestructurar su campo; vincular de significacjjones. Xli\ , ,.,, ¡
Pasamos a ilustrar] la, interacción
rogeriana con un¡fragmenta de sesión. Téngase en cuenta que. el terapeuta usa un tono neutro, ni interrogativo ni afirmativo.,
,, .
La esposa está hablqndo del ¡conflicto con sus hijos;y así expresa: ',
- Ella: "...y esas cosas no las se solucionar..."
:;. r ' ' .
'
• ,
-T.: "No tiene un. camino de solución, ahora el problema está en relación con los hijos..." J
-Ella: "Claro, en ponernos de acuer-;
do (con el esposo) en cómo manejar
eso. Tal vez yo insista mucho en cómo manejar a los hijos porque siempre ha sido un problema por el cual
hemos peleado siempre."
-T.: "...Una fuente de conflictos".
- Ella: "Sí, una de nuestras, uno de
nuestros motivos ... yo creo que es
el motivo más reiterado. Es decir,
más que por cosas que en el fondo
son nuestras. Por lo menos en forma
aparente".
Terapias
-T.: "Serviría de pantalla..."
-Ella: "Claro, pero siempre a través
de los chicos...Tal vez sea el miedo
que me da el no estar de acuerdo
de qué vamos a hacer con los chicos, bueno...
-T.: "Los chicos pueden ser una pantalla o verdaderamente fuente de
enfrentamiento".
-Ella: "Yo considero que, si andamos bien, tenemos que andar bien
como padres, si andamos bien como pareja, tenemos que andar bien
como padres...llegó el momento de
ponernos de acuerdo en cómo vamos a manejar eso con los chicos".
-T.: "Es como otra área que tienen
que qubrir ..."
-El: "Nosotros siempre pelearr. s
con respecto al trato que vos das a
los chicos. Es lo que más me molesta, porque es un trato demasiado
imperativo..,y esa fue una cosa que
nunca corregimos ... que uses un
trato tan imperativo con el cual yo
no estoy de acuerdo. No entiendo
que pongas el grito en el cielo. A mí
me da una bronca terrible y yo pienso por qué no me gusta..."
-T.: "Una cosa de autoritarismo..."
-El: "Cierta cosa de autoritarismo y
una firmeza y una dureza que no es
la de ella, por otra parte".
J.:. "Subordinación y valor,..."
-El:, "Sí, pero ella no es ni tan firme,
nifan rígida, ni tan segura".
-T,; "Las apariencias engañan..."
-Ella: "Yo llego a esa actitud d: :•
pues de haber hablado y cuando
no consigo nada, entonces sí..."
-T.: "La sensación de impotencia"
•Ella: "Es la impotencia, sí".
Expuesto este planteo básico, —
bien que esquemático— convendrá
apuntar otros elementos específicos
de nuestro tema que hacen a la visión terapéutica del vínculo.
Según Rogers, en una terapia de
pareja exitosa, los dos miembros en
cuestión quedan implicados en cuatro condiciones principales: I)- la disposición para constituirse cada uno
en un yo independiente. 2¡-la disposición para comunicarse y empatizarse mutuamente. 3)-poaer manejar las expectativas, reales o
supuestas, del entorno social (e¡. LÓ
actitudes hacia el hombre y la
mujer). 4)-poder tratar las cuestiones
relativas a ¿qué sentido tiene esta
relación para nosotros? y ¿cómo deseamos vernos a nosotros mismos?."
Nuestro autor se refiere también a
la meta ideal de la pareja en estos
términos: "Ambos nos comprometemos mutuamente a colaborar en un
proceso de cambio de nuestra relación actual, porque esta relación es
enriquecedora de nuestro amor y
nuestra vida, y deseamos que la
misma crezca".
Personalmente estimamos que
puede concebirse esta relación exclusiva hombre-mujer, como el
vínculo afectivocorporal (no circunstancial por supuesto) que se configura como una, relación dialéctica
de dependencia-independenciainterdependencia mutuas, cuyo desarrollo tiende a mantenerse en un
progresivo equilibrio inestable de
ambos polos relaciónales. Pensamos que esta concepción excluye
ingenuidades "románticas". Nos
ubica ante una realidad —que es
necesario tener presente— al tratarse de una psicoterapia sistemática y
científica. Es conveniente que todo
terapeuta dé pareja tenga clara su
concepción personal, pues la misma, —conscientemente o no— incide en la interacción que lo compromete con toda su persona e historia
particular. Nada tan sensibilizador,
para todo terapeuta, que esta terapia específica. En ella se juegan
elementos movilizadores muy profundos, —inadvertidos e inconscientes— délos cuales no sólo la Psicología, sino en particular la
Literatura, nos ha hablado con gran
lucidez.1
• compenetrarse de los sentimientos
mutuos.
• advertir en la conducta propia y
del otro, los significados auténticos,
explícitos o implícitos.
• adecuar el comportamiento vincular según los puntos anteriores.
Por su parte el terapeuta, por medio de sus intervenciones, estimula
el desarrollo de la capacidad empática de la pareja, al ofrecer un tipo
de relación basada precisamente en
la Comprehensión Empática de los
mismos, la Congruencia y la Aceptación positiva incondicional. El terapeuta relaciona además las interven-.,
ciones de los miembros con 'los
mecanismos defensivos, el tipo de
comunicación establecida, los factores de personalidad incidentesja
distorsión de la mutua percepción
emocional y referencial. Por supuesto se niega, en los hechos, a ser
juez, consejero o arbitro, actúa como "satélite de comunicación" entre,
ambos miembros, lo cual facilita el
establecer una nueva y auténtica comunicación mutua. Creemos, de
acuerdo a nuestra experiencia, que
en el proceso terapéutico la pareja
cubre genérálmerite cuatro etapas
características: 1) catártica 2) elaborativa 3) desésfrücfurante 4) reconstructiva, y 5) "resolutiva (reparación
vincular o separación). Rogerianamenté;1 en función de los supuestos y
ü expresados, lo prevalente esel
mañíertimieYvtO por parte del terapeuta de las tres Actitudes, lo cual
hace desestimar una planificación,
manipulación o directivismo que
descentre al terapeuta de la interacción de la pareja misma.
El proceso de psicoterapia de pareja rogeriana ofrece dos postulados básicos como horizonte de la
misma. El primero aspira a que coda miembro devenga una persona
independiente y solidaria. El segundo afirma que, cuanto más se acepta a' sí mismo cada miembro, está
más' dispuesto a permitir al otro ser
él mismo.
La actividad operativa del terapeuta puede resumirse diciendo que
tiende a facilitar el desarrollo empático de la pareja, lo cual lleva a:
• penetrar en la totalidad del otro
("ponerse en su lugar")
En Rogers las etapas posibles son
enunciadas así: "I) las relaciones
conyugales empeoran 2) los miembros parecen separarse psicológicamente 3) surge la toma de conciencia de sentimientos hostiles
ignorados 4)* surge la expresión libre de los sentimientos negativos 5)
aparece la evaluación positiva de sí
("desprendimiento" de la situación)
6) decisión'personal de: desvinculación o revinculación positiva".
Además del ya aclarado Reflejo,
el terapeuta rogeriano hace uso de
recursos como la Confrontación, el
Terapias
Señalamiento de conductas y tipos
de vínculo y comunicación, role-playing, y toda aquella intervención nodirectiva que facilite el proceso empalico.
Finalizaremos refiriéndonos a la
investigación que dos psicoterapeutas rogerianos de Alemania: Reinhard M. Fox y Reinhard Tausch, realizaron hacia 1982. Se estudiaron
las tres Actitudes de Empatia, Aceptación y Congruencia en cuanto son
los elementos "necesarios para la
satisfacción en la vida cotidiana de
una pareja". Son "una manera ue
ser, básica y favorable para el desarrollo psíquico de la pareja, esté
o no en psicoterapia" así los autores
b expresan).
Muestra: 120 adultos entre 18 y
50 años. Se les propuso un cuestionario que apuntaba a la discriminación entre:"satisfacción/insatisfacción" en la vida de pareja.
Las personas "satisfechas" percibían en ellos de manera más favorable (comparando con un grupo de
"insatisfechos") las tres Actitudes
(Congruencia 57% contra 1 8%,
Aceptación 75% contra 10%, Empatia 28% contra 2%). Estas mismas
personas percibían en ellos sólo un
4% de insatisfacción en las tres actitudes. En los "insatisfechos" el p^,centaje era del 44%. Este planteo se
orienta a destacar que una psicoterapia de pareja, que tenga en cuenta esos tres elementos básicos, tal
como Rogers lo concibió coincide
con un hecho humano de nuestra
cultura que debe ser apreciado adecuadamente.
Esperamos que esta esquemática
síntesis, —por lo tanto claudicante—
, de cierta aproximación a las concepciones rogerianas en referencia
al tratamiento de las parejas en conflicto y sea un aporte a la búsqueda
y reflexión sobre un tema tan delicado y, dolorosamente, frecuente.
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