ASAJA: CRISIS ECONOMICA Y AGRICULTURA Europa y el Mundo entero se encuentran enfrentados en la actualidad a una de sus mayores crisis económicas y financieras de la Historia. Desde todos los Foros y todas las Instituciones se buscan mecanismos y formulas para intentar minimizar los efectos de esta crisis y encontrar un punto de luz al final del túnel. Como no podía ser de otra manera al tratarse una actividad económica más, con sus características intrínsecas, el sector agrario y agroindustrial no es ajeno a esta crisis. Todas las producciones han sido afectadas por esta situación, que en algunas de ellas, como la ganadería de ovino, puede suponer la “puntilla” para las explotaciones más frágiles. Pero como en todo sector que no está aislado, esta crisis repercute en toda la cadena, o como a los franceses les gusta decir “río arriba y río abajo”. A modo de ejemplo sirva la caída de ventas de tractores de más de un veinte por ciento en el primer trimestre de este año, o la drástica reducción en la venta de fertilizantes, de más de un 60% en relación con las ventas de 2007. Por otra parte, la demanda también se ha retraído, lo que indefectiblemente tiene su efecto en las rentas de los agricultores y ganaderos, el eslabón más débil de esta cadena. La última encuesta de Sacrificio Ganadero publicada por el MARM, el antiguo Ministerio de Agricultura, reflejaba una reducción del 8% en el numero de animales sacrificados para su consumo en el primer mes de 2009, un mal índice para comenzar el año. Algunos pueden alegar que la crisis no está golpeando al sector agrario tan fuerte como a otros sectores económicos. Aun siendo cierto, no puede servirnos de consuelo, ya que en determinadas producciones estamos percibiendo precios de hace veinte años, sin que, desgraciadamente el ama de casar vea como baja su factura de la compra. Por tanto, las medidas que reclama el sector, un Plan Estratégico para la Agricultura y la Ganadería Españolas, están perfectamente justificadas. Por otra parte, y creo que es importante, no debemos olvidar que esta crisis financiera, ha venido a solapar otra crisis que veníamos constatando con anterioridad y que es la crisis alimentaria, que, posiblemente, cuando remita la actual crisis económica, volverá a mostrarse con toda su crudeza, si cabe aun más, agravada por la situación económica de muchas familias en el mundo entero, especialmente en las zonas rurales, las más pobres, pero también en las urbanas, por primera vez más pobladas que las rurales.. No debemos dejar de tener presentes que en el cercano horizonte de 2050, tendremos que dar de comer a una población que rondará los 9.500 millones de personas, muchos de ellos con nuevos hábitos de consumo. También deberemos seguir buscando las mejores soluciones a la excesiva dependencia del petróleo, soluciones alternativas, duraderas y sostenibles, que contribuyan también a la lucha contra el cambio climático y a perseverar en el mantenimiento de un Legado Natural para ofrecer a nuestros hijos. Todos estos condicionantes nos deben hacer pensar que, más allá de las crisis, el sector agrario constituye un factor estratégico, determinante para gran parte de los retos que debemos afrontar en el futuro. Por tanto, invertir en agricultura es invertir en futuro. Ignacio López García-Asenjo Director de Relaciones Internacionales de ASAJA