entre tierra y mar

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DESTINO
Danushkodi,
entre tierra y mar
Considerado por las autoridades indias como territorio hostil, Danushkodi sigue siendo una tierra de nadie.
La desgracia llegó a causa del superciclón que azotó el puerto en 1964. Los supervivientes y sus hijos se
niegan a abandonar el lugar. En cuanto a los turistas, empiezan a volver tímidamente.
Audrey Durgairajan
E
n 1960, muchos de los pasajeros
que venían a veces desde Chennai
para visitar Sri Lanka lo hacían en
un tren que atravesaba el antiguo
puerto de Pamban. Danushkodi era
una ciudad en pleno auge, donde la actividad
de los pequeños comercios se expandía hasta
la playa. La vida diaria se organizaba entonces
alrededor de la vía ferroviaria que, tras
atravesar el mar, acababa su recorrido en la
arena. Un día a día al ritmo de los controles
para los numerosos viajeros que llegaban o
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partían a Sri Lanka, como ocurre hoy en los
aeropuertos. En aquella época se atravesaba
el Golfo de Mannar en ferri, una larga travesía
de cinco horas antes de llegar a Talaimannar,
situada a penas 30 kilómetros de distancia.
Entre los viajeros, muchos peregrinos
hindúes llegaban para rendir homenaje a esta
tierra contada en la epopeya del Ramayana.
Se cuenta que la historia de la ciudad de
Danushkodi quedó marcada para siempre por
un puente que el dios Ram construyó a través
del Golfo de Mannar para encontrarse con
su mujer Sita, secuestrada por el demonio
Ravana y hecha prisionera en Sri Lanka. Al
volver a encontrarse con su amada, Ram
habría destruido su obra, rompiendo el
arco que formaban los dos países y dando
así el nombre a Danushkodi, el extremo del
arco. Se trata de una leyenda que incluso
interesó a los científicos de la NASA, puesto
que el Puente del Adam era visible desde
sus satélites. Podría tratarse de un istmo,
un brazo formado por la tierra que una
tormenta podría haber destruido en 1480.
DESTINO
La isla de Rameswaram
Según la NASA, también podría tratarse
simplemente de una ristra de pequeñas islas,
mientras que el arqueólogo Shri BB. Lal
menciona la hipótesis de una construcción
que fue posible gracias a las aguas poco
profundas del Golfo.
Si bien sigue siendo un misterio, esto no
preocupaba a las 2 000 familias que habitaban
en ese momento la isla y que vivían a merced
de los caprichos del Golfo de Bengala y del
Océano Indio cuyas aguas se unen en estas
tierras arenosas. La mayoría vivía entonces
al ritmo de la pesca, cuyos frutos vendían a
los visitantes que pasaban por allí. De vez en
cuando algunos maremotos habían cubierto
la isla, como ocurrió entre 1948 y 1949, sin
que esto inquietara ni a los pescadores ni a
los viajeros.
Un monstruo de siete metros de altura
Nada les había quitado la fe en este
pedazo de tierra hasta que un superciclón
transformó el océano en un monstruo
furioso y destructor. Para los hijos de los
supervivientes, los recuerdos de la noche
del 22 al 23 de diciembre de 1964 son una
pesadilla. El viento soplaba a más de 140
kilómetros por hora en la pequeña isla de
la punta sudeste de la India cuando una ola
de siete metros sumergió la ciudad por
completo. «Era de noche y llovía mucho,
todo lo que escuchamos antes de que
la ola llegara fue el ruido de los pájaros.
Creíamos que el cielo se nos caía encima»,
cuenta Ugmal, habitante de Danushkodi que
entonces tenía 12 años. «La gente intentaba
poner a salvo a los niños en la iglesia, pero
el agua seguía subiendo y ya sabíamos que
la parte de la ciudad más cercana al mar no
había podido resistir el choque. Los que
vivían allí no habían podido escapar, se habían
visto atrapados por la ola. Había cuerpos
flotando por todas partes». El hermano
de Ugmal, Neetchal Kali, pudo salvar a 40
personas de ahogarse, aunque le hizo falta
un día y medio para llegar a Rameswaram y
ponerse por fin a resguardo.
K. Subramanian sólo tenía nueve años
cuando el superciclón destruyó su pueblo:
«Me acuerdo de un tren, en ese momento
nos dijeron que transportaba estudiantes
entre Rameswaram y Danushkodi. Nunca
supimos por qué el tren había decidido
atravesar el antiguo puente de Pamban
a pesar de la tormenta y la ausencia de
comunicación. Dos días más tarde, lo único
que encontramos fueron los motores». 115
pasajeros del tren que unía Pamban con
Danushkodi habrían desaparecido en la
tormenta.
La población de Rameswaram se refugió
entonces en el templo de la ciudad, donde
se cuenta que la ola se paró a los pies del
monumento sagrado. Danushkodi, por su
parte, es una ciudad devastada. Se estima
que 1,5 kilómetros de la ciudad yacen aún
hoy bajo el agua, mientras que la iglesia
construida por los británicos, la oficina de
correos o la escuela sólo forman una pila
de ruinas de entre las que surgen pequeñas
cabañas precarias.
La vuelta a Danushkodi
Las 500 familias que sobrevivieron
al maremoto fueron desplazadas a
Natarasapattinam, a seis kilómetros de
distancia. Algunas empezaron nuevas vidas,
abandonaron la pesca y se centraron en
las industrias de la región. Otras dejaron
Danushkodi para siempre.
Al resto sólo les hicieron falta dos años
para que decidieran volver a vivir en la tierra
que les vio nacer a pesar de la prohibición
de las autoridades, que consideraban que el
lugar era peligroso. «Estamos vinculados a
estas tierras, al océano, es nuestro medio de
subsistencia, lo que nos permite vivir. Nunca
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DESTINO
Ruinas de una iglesia; mezquita de Rameswaram; autobús de turistas en la playa; el puente que une Danushkodi
hemos tenido miedo de un nuevo tsunami»,
explica Soundaram, residente en Danushkodi.
Poco a poco la vida ha retomado su ritmo
en el pueblo con aspecto de campamento
improvisado.
«No teníamos nada antes de 1964 excepto
lo que el océano nos ofrecía, y así vivimos
todavía hoy. La vida es incierta cuando se
vive de la pesca». Poco a poco los hombres
han retomado la pesca y las mujeres han
seguido vendiendo el pescado en el mercado
de Rameswaram. «Los hombres van a pescar
entre las 4 y las 8 de la mañana. Cuando
vuelven, nosotras vamos a pie a Rameswaram
a vender lo que han encontrado. La vida es
difícil porque no hay nada que haya cambiado
realmente para nosotros aquí».
Parece que el campo se ha quedado
congelado en el tiempo. A una distancia
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considerable de las ruinas, los habitantes de
Danushkodi no tienen acceso a la electricidad
ni suministro de agua. Sin embargo, a veces el
océano es generoso y procura a estas familias
una fuente de agua potable: si se hace un
agujero en la arena surge agua sana no salada.
A veces algunos turistas tienen la suerte de
poder probarla de esta fuente natural.
Hoy las mujeres del pueblo acaban de
recibir los paneles solares distribuidos por
la empresa SELCO (Solar Electric Light
Company), que dentro de poco les permitirán
por fin tener electricidad en sus moradas
provisionales. «Esto también permitirá que
los hombres puedan orientarse cuando van
a pescar por la noche». Una asociación con
nueve bancos agrícolas permite a las familias
beneficiarse de esta energía a un coste
mínimo.
Una ciudad fantasma
Un poco más lejos, el vals de minibuses
repletos de turistas y peregrinos inicia su
danza diaria. Aquí reina una impresión de
rodeo, empieza la batalla de los neumáticos
contra la arena, es imposible apagar los
motores porque se corre el riesgo de no
poder partir de nuevo, por lo que los minutos
están contados para una primera escala en
el punto en el que se encuentran el Océano
Índico y el Golfo de Bengala. Un lugar todavía
sagrado para los peregrinos del norte de la
India que vienen aquí a rendir homenaje a sus
ancestros. Las coronas de flores flotan por
la bahía mientras que las familias rezan sin
que los vendedores de conchas y joyas les
molesten.
Lo que primero seduce a los turistas
extranjeros es la tranquilidad del lugar,
DESTINO
FICHA TÉCNICA
Lugares para visitar
El templo de Ramanathaswamy en
Rameswaram, el templo de Ramar
Patham o Kothandaramaswamy,
las ruinas de la antigua ciudad de
Danushkodi, el punto en el que se
encuentran el Océano Índico y la
Bahía de Bengala (Ram sethu).
Cómo llegar
Ruinas de una antigua iglesia en la playa
puesto que aparte de los minibuses y algunos
muestrarios de conchas, el lugar es muy sereno
y propicio para bañarse hasta las rodillas.
«Los turistas vienen para visitar el templo de
Rameswaram por sus aguas milagrosas, así
como el templo de Ramar Patham, donde se
dice que la ola habría parado cuando ocurrió
el maremoto de 1964, las ruinas de la antigua
ciudad de Danushkodi y el punto de encuentro
entre el Océano Índico y el Golfo de Bengala»,
explica Rajeswaram, conductor de minibús
originario de Danushkodi. «Los fines de
semana son efervescentes aquí, los turistas
llegan casi siempre en el tren que atraviesa
el puente de Pamban». Se dice que se puede
vislumbrar Sri Lanka desde el templo de Ramar
Patham como una tierra lejana, un montículo
de arena que se define a lo lejos.
Alrededor de las ruinas hay gentío. La
“ciudad fantasma” atrae a los curiosos que
vienen a sacar fotos sin ni siquiera conocer
la historia de la ciudad algunas veces. «La
ciudad ni está muerta ni es fantasma. Si así
fuera, no nos quedaríamos aquí. Lo único que
escuchamos por la noche es el ruido de las olas
y del viento, pero eso siempre ha sido así. Sólo
hace 25 años que la ciudad atrae a los turistas
por sus ruinas, por lo que hemos cambiado
nuestras actividades en función de eso. Algunos
van a pescar temprano por la mañana y hacen
de guías durante el día. Otros son vendedores
como yo», explica K. Subramanian.
Hoy el hombre prepara para un grupo
de viajeros el pescado que ha obtenido por
la mañana. Un poco más lejos, en la entrada
de la ciudad, una mujer prepara limonada
que los turistas beben de un solo trago
aprovechando un poco de sombra.
Sin embargo, el pueblo está cambiando.
Ya han desaparecido antiguos edificios
y se murmura que hay un proyecto en
preparación para un nuevo puente entre
la India y Sri Lanka. Pero no se tratará de
un puente esta vez, sino de un túnel que
unirá Danushkodi a Talaimannar a un coste
de 3 300 millones de euros, financiado por
el Banco Asiático de Desarrollo. Como el
gobierno indio quiere unir a los países de
la SAARC (Asociación Sudasiática para la
Cooperación), un proyecto similar podría
hacerse realidad entre Birmania y Tailandia.
La otra razón de estas obras es atraer a los
turistas al sur de la India al permitirles viajar
fácilmente entre este país y Sri Lanka.
En la entrada de Danushkodi podemos
apreciar ya el inicio de una carretera, algo
que no es necesariamente sinónimo de
buenas noticias para los habitantes: «Para
nosotros, que no tenemos tiendas, los
turistas de paso no nos aportan realmente
grandes beneficios; vivimos en nuestro
rincón, ellos vienen, sacan fotos y se van»,
suspira Soundaram. Y añade: «Tememos
que este proyecto nos obligue a abandonar
estas tierras. No sabemos lo que va a pasar
mañana, simplemente esperamos a ver qué
pasa».
No obstante, nada perturbará la vida
diaria en Danushkodi, excepto si se aleja a las
familias del océano. Sin embargo, incansables
como son, una y otra vez el Océano Índico y
la Bahía de Bengala les recordarán.
Hay muchos trenes disponibles
para llegar a Rameswaram desde
Chennai, Trichy o Madurai. Una
vez en la estación de Rameswaram
hay que tomar el autobús hacia
Mukumdarayar Chatram y subirse
en una de las numerosas vans (2 000
rupias por una hora y media).
Dónde hospedarse
Hay muchos hoteles disponibles en
Rameswaram para todos los bolsillos.
Una noche puede costar entre 600
y 1 500 rupias. Por lo general, los
dormitorios cerca del templo están
reservados a los peregrinos, pero
están disponibles por un precio entre
50 y 200 rupias. El hotel Tamil Nadu
está especialmente bien situado
cerca del agua, y los precios de las
habitaciones son razonables.
Contacto: 04573-221064-67.
Dónde comer
Pescado fresco en la entrada de
Danushkodi por 50 rupias y en
cualquier lugar en Rameswaram. La
llegada de numerosos peregrinos del
norte de la India ha permitido que
abran restaurantes como el Gujarat
Bhavan. Por otro lado, si le gusta la
cocina del sur puede confiar en el
restaurante del hotel Tamil Nadu.
INFORMACIÓN PARA
LOS TURISTAS
Mostrador de información turística,
estación de trenes y mostrador
de autobuses de Rameswaram:
04573-21373. Oficina de turismo
de Rameswaram: Bus Terminus Rameswaram: 04573 221371; Oficina del
responsable de Turismo, Departamento
de Turismo, Gobierno de Tamil Nadu:
14, East Car Street, Rameswaram.
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