Palabras del Presidente Juan Manuel Santos en la consagración de los nuevos colegiales de la Universidad del Rosario Bogotá, 29 feb (SIG). “Me siento muy honrado al volver al claustro del Colegio Mayor del Rosario para presidir –como patrono de esta universidad, en mi condición de Jefe de Estado– una ceremonia tan importante y significativa como ésta, en la que se consagran once nuevos colegiales de número. Estuve aquí en octubre de 2010 acompañando la posesión de su Rector, el doctor HansPeter Knudsen, y en esa oportunidad agradecí póstumamente –como lo reitero hoy– al rey Felipe IV por instituir el patronato del que seguimos siendo titulares los presidentes del país. Pero también recordé –y este vínculo no es histórico sino de sangre– que mi padre, Enrique Santos Castillo, era el más orgulloso de los rosaristas, y que yo aprendí a querer esta universidad a través de sus ojos y de sus historias. Hoy se siguen fortaleciendo los lazos cuando soy antecedido en la palabra por uno de los nuevos colegiales de número, estudiante de Jurisprudencia: Juan Manuel Daza. Y digo que se fortalecen, porque para mí es un privilegio poder decir que Juan Manuel forma parte de nuestro equipo y que trabaja en la Secretaría Jurídica de la Presidencia. Pero no sólo él: su madrina en esta ceremonia es nada menos que Cristina Pardo, nuestra Secretaria Jurídica, otra rosarista, quien fuera en su momento colegial mayor. ¡Así que nos sentimos muy bien representados en esta ceremonia! Y nos sentimos muy satisfechos al constatar que esta tradición de siglos, establecida por las mismas constituciones del Colegio Mayor del Rosario, vale decir, por su fundador Fray Cristóbal de Torres, sigue siendo un modelo en el país y en el continente de participación de los estudiantes en los más altos designios de su alma máter. Los 15 rosaristas que hoy conforman la colegiatura de número son representantes dignos de sus compañeros y, sobre todo, de la excelente formación ética y académica que ha caracterizado siempre a esta universidad. Bien lo ha dicho Juan Manuel: los colegiales son escogidos entre los mejores para cumplir una misión frente a su institución y frente al país, y esto –más que un privilegio– es una enorme responsabilidad. Es una responsabilidad que excede las paredes de este claustro, y que trasciende al país, porque si algo necesitamos cada vez más es el aporte entusiasta e ilustrado de los jóvenes que se preparan a conciencia para servir y para seguir llevando a nuestra patria por el camino de la prosperidad. Y hablando de colegiales, quisiera referirme al fallo del Consejo de Estado, del día de ayer. La Fiscalía, en cabeza de una colegial, Viviane Morales, de este Colegio Mayor, con el apoyo contundente e irrestricto del Gobierno, ha venido luchando en los últimos tiempos contra el crimen y contra la corrupción, y ha tocado sectores y personas muy sensibles. Quiero darle al país total tranquilidad, que cualquier persona que salga nuevamente elegida como Fiscal, bien sea la doctora Viviane Morales o cualquier otra persona, seguirá con esa política y no habrá ninguna solución de continuidad. Esa coordinación entre el Gobierno y la Fiscalía para luchar contra el crimen y la corrupción no tendrá, lo repito, solución de continuidad. Ahora bien, frente al fallo, por supuesto lo respetamos y lo acatamos, como debe ser. Y vamos a esperar a conocer su alcance y a ser notificados oficialmente para ver cómo procedemos. Acompañarán ustedes las decisiones de la Consiliatura –el más alto órgano administrativo de la Universidad–, tendrán facultades como electores de los consiliarios y del rector, y seguirán la senda de tantos otros ilustres colegiales –muchos de ellos acá presentes– que en su momento llevaron en alto la antorcha del conocimiento, de la ética, de la libertad y de la justicia. No concibo mejor escenario que éste para resaltar la importancia que le damos en el Gobierno a la educación superior. Por eso, desde este salón cargado de historia, quiero reiterar la invitación a todos los actores sociales –me refiero a las instituciones de Educación Básica, Media y Superior, a las asociaciones de la sociedad civil, a los docentes, a los estudiantes, a los padres de familia, a los trabajadores y al sector productivo– y, en general, a todos los colombianos, a que emprendamos un diálogo abierto, amplio e incluyente sobre la educación superior que queremos y que podemos lograr. Los invito a analizar los temas fundamentales que permitan el fortalecimiento de una política de Estado para consolidar un Sistema de Educación Superior sostenible. Un sistema que garantice el acceso con equidad a una formación pertinente y de calidad, bajo estándares de excelencia. Un sistema que promueva la generación de conocimiento, la innovación y el desarrollo del país. Un sistema –en fin– que responda a las expectativas y necesidades que tiene la sociedad en el ámbito nacional e internacional. La Universidad del Rosario puede jugar un papel muy importante en la generación de conocimiento a través de investigación y propuestas como la que está liderando el Embajador y ex ministro de Educación Carlos Holmes Trujillo en este tema, que sin duda enriquecen mucho la discusión. Ha tenido una gran acogida, que el sábado se van a reunir, que hay más de 300 ponencias. Eso es lo que queremos que se repita a lo largo y ancho del país para que de esa discusión salga una política de Estado realmente pertinente y conveniente para la Educación Superior y por ende para el desarrollo del país. Así pues, amigos rosaristas, apreciados colegiales que hoy se consagran y reciben con sentido de honor la Cruz de Calatrava, quiero hoy simplemente extenderles, como patrono de este claustro, una fraterna, muy sentida y afectuosa felicitación. Al Colegio Mayor de Nuestra Señora del Rosario, a su rector, sus directivas, sus docentes, su personal, sus alumnos, sus exalumnos, los congratulo por mantener viva la tradición de excelencia que fue fijada por su fundador hace ya 360 años. Gracias por su aporte constante, por su aporte siempre generoso, por su aporte de calidad al país y a sus compatriotas. A los colegiales –tanto los once que hoy se consagran como los cuatro que ya están constituidos– los felicito por haber sido escogidos entre muchos para representar el espíritu democrático de la universidad, y les auguro muchos éxitos y las mejores decisiones. Ustedes colegiales, ustedes rosaristas y toda la comunidad estudiantil de Colombia bien pueden hacer realidad una cita que está escrita en los muros exteriores del Batallón Guardia Presidencial –a pocos metros de la Casa de Nariño–, que fue dicha por otro ilustre alumno de este claustro, el sabio Francisco José de Caldas: ‘La gloria es el testimonio de nuestra conciencia que nos dice: Habéis obrado bien y habéis llenado todos los deberes que os imponen Dios, la naturaleza y la Patria’ . Muchas gracias”