Historia de un error

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En el siguiente texto, Nietzsche se refiere a la tradición del pensamiento
occidental interpretándolo como la historia un error que habría surgido en
Grecia al distinguirse un mundo verdadero de otro aparente. La metafísica
occidental podría así interpretarse como el desarrollo de este error de
Platón que Nietzsche pretendía haber desenmascarado y terminado con
este error.
“Sobre cómo terminó convirtiéndose en fábula el “mundo verdadero”.
Historia de un error.
1. El mundo verdadero es asequible al sabio, al virtuoso; él es quien vive
en
ese
mundo,
quien
es
ese
mundo.
(Esta es la forma más antigua de la Idea, relativamente simple y
convincente. Se trata de una transcripción de la tesis: “Yo, Platón soy
la verdad”)
2. El mundo verdadero no es asequible por ahora, pero ha sido prometido
al sabio, al piadoso, al virtuoso (“al pecador que hace penitencia”)
(La Idea ha progresado, se ha hecho más sutil, más capciosa, más dificil
de entender, y se ha afeminado, se ha hecho cristiana...).
3. El mundo verdadero no es asequible ni demostrable ni puede ser
prometido, pero, por el hecho de que se pueda pensar, constituye un
consuelo,
una
obligación,
un
imperativo.
(El antiguo sol sigue alumbrando al fondo, aunque se le ve a través de
la neblina y del escepticismo; la Idea ha sido sublimada, se ha vuelto
pálida, nórdica, koenigsberguense.)
4. ¿Es inasequible el mundo verdadero? En cualquier caso, no lo hemos
alcanzado, y por ello nos es también desconocido. En consecuencia no
puede servirnos de consuelo, ni de redención, ni de obligación. ¿A qué
nos podría
obligar
algo
desconocido?
(Mañana gris. Primer bostezo de la razón. Canto del gallo del
positivismo.)
5. El “mundo verdadero” es una Idea que ya no sirve para nada, que ya ni
siquiera obliga, una Idea que se ha vuelto inútil, superflua; en
consecuencia es una Idea que ha sido refutada: eliminémosla.
(Día claro; desayuno, vuelta del sentido común y de la serenidad
alegre; Platón se pone rojo de vergüenza y todos los espíritus libres
arman un ruido de mil demonios.)
6. Hemos eliminado el mundo verdadero: ¿qué mundo ha quedado? ¿el
aparente...? ¡no!, al eliminar el mundo verdadero hemos eliminado
también
el
aparente.
(Mediodía; instante de la más breve sombra; fin del más largo error;
punto culminante de la humanidad; comienza Zaratustra.)”
Nietzsche. El ocaso de los ídolos. O cómo se filosofa con el martillo.
Fragmento recogido en Lecturas fundamentales de Historia de la Filosofía, p.
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