ACERCA DEL JUZGAMIENTO POR CONTUMACIA O REBELDÍA EN EL PROCESO PENAL EN VENEZUELA JESÚS GERARDO PEÑA ROLANDO SUBDIRECTOR DE INVESTIGACIONES DE LA DIRECCIÓN PARA LA DEFENSA DE LA MUJER Resumen La entrada en vigencia de un nuevo Código Orgánico Procesal Penal (2012), en el cual se comprende el proceso penal desde la realidad de nuestra cultura jurídica, toma en consideración decisiones emanadas de la Sala Constitucional del Tribunal Supremo de Justicia, como intérprete natural del texto fundamental, y acoge en sus normas la doctrina jurisprudencial asentada por esta instancia jurisdiccional, a los fines de adecuar nuestro proceso penal a la dinámica que impone su aplicación, en consonancia con el respeto a los derechos y garantías constitucionales que amparan a los ciudadanos y las ciudadanas, siendo el tratamiento del juzgamiento del contumaz o rebelde en el proceso penal, uno de los aspectos que analizó la Sala Constitucional con el objeto de impedir la paralización indefinida de los procesos penales violentado con el uso abusivo de un derecho, el derecho a la tutela judicial efectiva que afecta directamente a los demás sujetos procesales que tienen interés en la resolución del fondo del asunto; sin embargo, la necesidad de salvaguardar el derecho a la tutela judicial efectiva no debe violentar la prohibición constitucional de juzgamiento en ausencia, por lo que resulta necesario establecer una clara distinción entre la ausencia y la contumacia o rebeldía, a los fines que los operadores y operadoras del sistema de justicia puedan efectivamente adelantar procesos penales en los cuales la precisión de conceptos permitan que coexistan ambos derechos fundamentales. DESCRIPTORES: Proceso penal, contumacia, rebeldía, ausencia. REVISTA DEL MINISTERIO PÚBLICO // REVISTA CIENTÍFICA ARBITRADA // V ETAPA Nº 15 [87] Abstract The entry into force of the new Code of Criminal Procedure (2012), in which the criminal process is understood from the reality of our legal culture, taking into account decisions emanating from the Constitutional Chamber of the Supreme Court, as a natural interpreter basic text, and receives in its jurisprudential standards established by this judicial body, in order to bring our criminal process dynamics imposed their application, consistent with respect for constitutional rights and guarantees that protect citizens, being the treatment of stubborn or rebellious prosecution in criminal proceedings, one of the aspects analyzed the Constitutional Court in order to prevent indefinite halt criminal proceedings violated the abuse of a right the right to effective remedy, which directly affects the other parties to proceedings with an interest in the resolution of the merits; however, the need to safeguard the right to effective judicial protection must not violate the constitutional prohibition on trial in absentia, so it is necessary to establish a clear distinction between absence and contumacy or rebellion, in order that operators and system operators can effectively advance criminal justice processes in which the accuracy of concepts allow both to coexist fundamental rights. DESCRIPTORS: criminal proceedings, contempt, defiance, absence. [88] REVISTA DEL MINISTERIO PÚBLICO // REVISTA CIENTÍFICA ARBITRADA // V ETAPA Nº 15 Síntesis La comprensión de precisar cuándo estamos en presencia de una verdadera contumacia o rebeldía, permite aplicar el juzgamiento de personas que estén realmente en estas condiciones sin vulnerar sus derechos fundamentales, por ello se pretende a partir de estas precisiones conceptuales, aproximar al lector del tratamiento jurisprudencial que se ha dado a estas situaciones, y con ello evitar que la errónea interpretación de ambas figuras, conduzca a los operadores del sistema de justicia a vulnerar derechos fundamentales de los procesados, so pretexto de un estatus jurídico que erróneamente se les pueda asignar, en tal sentido se espera que a partir de este artículo se puedan desarrollar diferentes opiniones sobre el tema. REVISTA DEL MINISTERIO PÚBLICO // REVISTA CIENTÍFICA ARBITRADA // V ETAPA Nº 15 [89] La visión del nuevo proceso penal en Venezuela, inspirado en dos principios fundamentales para la realización de la justicia como lo son la celeridad y la tutela judicial efectiva, ha generado debates en el foro jurídico que se distancian del tema jurídico, emitiéndose en algunas ocasiones afirmaciones que sesgan de manera significativa el fundamento de dichas modificaciones. Podemos afirmar sin lugar a dudas que uno de los temas que mayor controversia ha generado es el relacionado con el presunto juzgamiento en ausencia, señalándose erróneamente que fue adoptado en nuestro sistema procesal penal, cuando en realidad lo que se ha pretendido es que el mismo se identifique de manera más clara con nuestra realidad social y jurídica. Algunas de las afirmaciones que se realizan en el foro distan considerablemente de consideraciones jurídicas sólidas sobre el verdadero alcance del estado de ausencia así como el juzgamiento en ausencia, por ello es necesario comenzar aclarando algunos conceptos con la finalidad de tratar el tema desde una perspectiva estrictamente jurídica. El estado de ausencia El vocablo ausencia etimológicamente proviene del latín absentia, que es la acción y efecto de ausentarse, de estar ausente. Se refiere al tiempo en que una persona se encuentre ausente. Es la condición legal de una persona cuyo paradero se ignora. Esta situación de ausente tiene relevancia desde el punto de vista civil, así el artículo 418 del Código Civil Venezolano dispone: Art. 418. La persona que haya desaparecido de su último domicilio o de su última residencia, y de quien no se tenga noticias, se presume30 ausente. 30. Se trata de una presunción legal iuris tantum. Sobre las presunciones dispone el artículo 1394 del Código Civil. Las presunciones son las consecuencias que la Ley o el Juez sacan de un hecho conocido para establecer uno desconocido. [90] REVISTA DEL MINISTERIO PÚBLICO // REVISTA CIENTÍFICA ARBITRADA // V ETAPA Nº 15 El estado de ausencia tiene diversas implicaciones desde la perspectiva jurídica, pero la principal deriva de la necesidad que la persona ausente no sufra perjuicio por el hecho de no poder proteger por sí misma sus propios intereses, por lo que se exige que se confíe la protección de los mismos a otras personas, siempre que no se trate de derechos intuito personae. Para que se presuma la ausencia de una persona resulta necesario: a) Que la persona haya desaparecido de su último domicilio o residencia; y b) Que no se tengan noticias de la persona, ni emanadas de ella ni de otro. En caso de no cumplirse con estos extremos, es decir, en caso que se conozca que la persona no se encuentra en el país, ya no se presumirá la ausencia, por ende se considerará que se trata de un no presente, estado que igualmente genera una serie de protecciones en materia civil por la imposibilidad de poder obrar por sí mismas debido al hecho de no hallarse en un determinado lugar. Podemos afirmar hasta este momento, que la situación de no poder ser localizado en un momento determinado en el mundo jurídico, nos coloca en un estado bien de no presencia, cuando una persona se encuentra fuera del país, o de ausencia cuando no se tenga ninguna noticia de esta persona. En el área de derecho civil ambos estados son generadores de una serie de garantías para la persona que se encuentra en esta situación con miras a salvaguardar los derechos que esta no puede ejercer, y en resguardo de los derechos de terceros dependan del ausente, razón por la cual la ley protege ambas categorías de intereses. El estado de ausencia en materia penal ha tenido un tratamiento similar, en relación a la determinación de la ausencia y los intereses que se protegen con la declaratoria de ausencia. La ausencia en materia penal El Juzgamiento en ausencia en materia penal en Venezuela, se permite por primera vez en la derogada Ley Orgánica de Salvaguarda del PatrimoREVISTA DEL MINISTERIO PÚBLICO // REVISTA CIENTÍFICA ARBITRADA // V ETAPA Nº 15 [91] nio Público31, cuando en su artículo 91 indica que la formación del sumario y la prosecución del juicio no se suspende por la no detención del indiciado o por su falta de comparecencia después de haberse citado, así como en el caso de la fuga del detenido, se le juzgará en ausencia, siguiéndose la causa hasta la conclusión del sumario y apertura del plenario. Se puede verificar que el legislador en materia de salvaguarda del patrimonio público, autoriza efectivamente el juzgamiento en ausencia, sin discriminarse el tratamiento que debe darse a los distintos estados jurídicos en que puede encontrarse una persona, siendo considerado a los efectos inclusive el que estando debidamente citado no comparezca. En resguardo de los derechos del ausente, disponía la derogada Ley de Salvaguarda del Patrimonio Público, la obligación de designar defensor provisorio, transcurridos diez días de dictado el auto de detención sin que se hubiere materializado la misma, legitimándose al defensor provisorio para el ejercicio de los recursos contra el auto de detención dictado. Ahora bien, una vez culminado el sumario el indiciado ausente debía ser citado por el Tribunal por medio de cartel que se publicará en un periódico local y en la Gaceta Oficial, fijándose además a las puertas del Tribunal, así como en el edificio sede del Concejo Municipal de la jurisdicción, concediéndole treinta días continuos, contados desde la publicación, para que compareciera, llegado el caso de no hacerlo se le designaba un defensor definitivo, continuando el juicio su curso. Posteriormente, el cambio de sistema procesal penal que trajo el derogado Código Orgánico Procesal Penal (1998)32, acogió el juzgamiento en ausencia como uno de los procedimientos especiales, contenido en el Libro Tercero relativo a los Procedimientos Especiales, que en su Título V regula el procedimiento en Ausencia en el que definía la calidad de ausente en el artículo 383 que textualmente indicaba lo siguiente: 31. Gaceta Oficial N° 3.077 de fecha 23 de diciembre de 1982. 32. Gaceta Oficial Extraordinaria N° 5.208 de fecha 23 de enero de 1998. [92] REVISTA DEL MINISTERIO PÚBLICO // REVISTA CIENTÍFICA ARBITRADA // V ETAPA Nº 15 Artículo 383. Calidad de ausente. Se considera ausente el imputado que, en la fase preparatoria, no pueda ser citado porque se desconoce su residencia o se encuentre en el extranjero o, que debidamente citado, no comparezca. El defensor del ausente podrá interponer los recursos establecidos en la ley y a él se la harán las notificaciones. Se puede verificar de la norma transcrita que el legislador al momento de definir la condición de ausente en el procedimiento especial abarca tanto a los que civilmente se consideran ausentes y no presentes, así como aquellos imputados que debidamente citados no comparecieran al llamado de la autoridad. Este juzgamiento en ausencia al que aludía el derogado Código Orgánico Procesal Penal (1998), sólo podía ser aplicado para aquellas personas que se les siguiera causa penal por delitos contra la cosa pública33, con lo que podemos colegir que fue una recepción directa del procedimiento que ya contenía la derogada Ley Orgánica de Salvaguarda del Patrimonio Público, pero con una definición expresa de las personas a las cuales se consideraría en estado de ausencia. Resulta evidente la influencia que tiene la concepción civil de la ausencia en la redacción del legislador al momento de definir la calidad de ausente, remitiéndose a los requisitos de desconocimiento de la residencia o que se encuentre en el extranjero, abarcando en la misma tanto al ausente como al no presente, pero únicamente en relación a los procesados por delitos contra la cosa pública. No obstante, el carácter garantista de los derechos fundamentales con el cual se presentaba este nuevo sistema procesal penal, permitía efectivamente el juzgamiento en ausencia, pero restringiendo aún más los derechos del ausente en relación a lo que disponía la derogada Ley Orgánica de Salvaguarda del Patrimonio Público, ya que a los fines de continuar el proceso una vez culminada la fase preparatoria mediante la 33. Art. 382. Procedencia. Cuando se trate de delitos contra la cosa pública el procedimiento no se suspenderá por la ausencia del imputado, a quien se le designará defensor si aquél no lo ha nombrado. REVISTA DEL MINISTERIO PÚBLICO // REVISTA CIENTÍFICA ARBITRADA // V ETAPA Nº 15 [93] emisión del acto conclusivo, la convocatoria a la audiencia preliminar bastaba con notificarla al defensor del ausente para celebrar la misma, sin necesidad de citación por carteles tal como lo exigía para el inicio del plenario en el caso del juzgamiento de estos delitos. La Constitución de 1999 y su incidencia en los juicios en ausencia El histórico proceso constituyente que vivió nuestro país en el año 1999, que culminó con la aprobación del texto Constitucional mediante referéndum consultivo, generó una Constitución con un profundo carácter humanista y garantista de los derechos fundamentales, con un bloque de constitucionalidad contenida en los artículos 19, 22 y 23, que describen la obligación del Estado de garantizar a todas las personas conforme al principio de progresividad y no discriminación, el goce y ejercicio irrenunciable, indivisible e interdependiente de los derechos humanos conforme a la Constitución, los tratados sobre Derechos Humanos tanto suscritos como ratificados por la República. Adicionalmente se dispone de una cláusula para la apertura en materia de derechos humanos al reconocer que la enunciación de los derechos y garantías contenidos tanto en la Constitución como en los instrumentos internacionales sobre derechos humanos, no debe entenderse como negación que sean inherentes a la persona humana, no figuren en estos expresamente, indicando así su carácter normativo y de aplicación directa, además de la preeminencia en el orden jurídico interno de los tratados, pactos y convenciones internacionales relativos a derechos humanos, en la medida que contengan normas sobre su goce y ejercicio, siempre que sean más favorables a las establecidas en la Constitución y en las leyes de la República, reiterándose el carácter de aplicación inmediata y directa por los tribunales así como demás órganos del poder público. Este bloque de constitucionalidad hizo que este procedimiento perdiera legitimidad frente a este marco garantista y humanista, que consagra el respeto absoluto de derechos como el debido proceso, la defensa y la garantía del Juez Natural (artículo 10 de la Convención Americana de los Derechos Humanos; artículos 9, numeral 3° y 14 del Pacto Interna[94] REVISTA DEL MINISTERIO PÚBLICO // REVISTA CIENTÍFICA ARBITRADA // V ETAPA Nº 15 cional de los Derechos Civiles y Políticos), previstos hoy en el artículo 49 de la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela, esto es así porque dentro de tales garantías se prevé que a quien se le impute la comisión de un hecho delictivo, tiene derecho a ser oído directa y personalmente en el curso del proceso. Esta realidad finalmente se cristaliza mediante la derogatoria de este procedimiento en la reforma del Código Orgánico Procesal Penal en el año 200134, con lo cual quedó definitivamente abolido el procedimiento de juzgamiento en ausencia en nuestro país, entendiendo que el Juzgamiento en ausencia se encuentra referido tanto a las personas de las cuales se desconozca su paradero, como a las que no se encuentren en el país, así como a las personas que debidamente no comparezcan ante la autoridad. Existe una situación distinta a la ausencia en los términos expresados hasta este momento, con la de aquellos ciudadanos que se encuentran restringidos o limitados en su libertad personal ya sea por una medida de privación judicial preventiva de libertad o de arresto domiciliario, que por su propia voluntad se niegan por distintos motivos a acudir al llamado de la autoridad. Los privados y las privadas de libertad por orden judicial Nuestro procesal penal a pesar de encontrarse informado por el principio de afirmación de libertad, permite en casos excepcionales, y cuando las circunstancias del caso lo ameriten, la adopción de medidas de coerción personal con miras a garantizar las resultas del proceso, y/o la protección de las fuentes así como medios de prueba, su inalterabilidad, ya sea mediante la privación judicial preventiva de libertad o mediante el decreto de medidas cautelares sustitutivas. Una vez que el procesado se encuentra bajo una medida de coerción personal, en particular de la privación judicial preventiva de libertad o de un arresto domiciliario resulta claro que el Estado conoce exactamente el sitio donde se encuentra esta persona, y que la misma se encuentra en res- 34. Gaceta Oficial Extraordinaria N° 5.558 del 14 de noviembre de 2001. REVISTA DEL MINISTERIO PÚBLICO // REVISTA CIENTÍFICA ARBITRADA // V ETAPA Nº 15 [95] guardo en instituciones destinadas para su reclusión o en todo caso que se encuentra en el sitio donde se mantiene en detención domiciliaria, por lo tanto no se puede hablar de ninguna manera que esta persona bajo ningún concepto se encuentra ausente o no presente, ni en cuanto a su estado desde el punto de vista civil, ni en relación a lo que se ha definido como ausencia en normas derogadas de carácter penal. Así las cosas, resulta claro que una persona sometida por una medida de coerción personal privativa de libertad, de ninguna manera puede otorgársele el estatus de ausente, esto quiere decir, que la discusión jurídica no puede versar de ninguna manera sobre la posibilidad de ser juzgado en ausencia, sino que debe centrarse en la validez de actos procesales que se realicen sin su presencia cuando el mismo exprese su voluntad de no querer asistir a determinados actos procesales, y las implicaciones que esto tenga en el principio de inmediación que informa el proceso penal. El principio de inmediación en el proceso penal El principio de inmediación aún cuando se encuentra referido prima facie a la necesidad de que el Juez o Jueza que presencia ininterrumpidamente los actos procesales sea el mismo que profiera la decisión, especialmente en relación al debate oral y la evacuación de las pruebas, no obstante, también abarca a las partes en el proceso, cuando se requiere su presencia durante la celebración de determinados actos en especial del debate oral y público conforme lo disponen los artículos 315 y 332 del Código Orgánico Procesal Penal vigente, por considerarse como sujetos procesales esenciales para la validez de estos actos. No obstante, se puede verificar del contenido del mismo artículo 315 que existe la posibilidad que el acusado con posterioridad al momento en que se le brinde la oportunidad de declarar, manifieste al Tribunal su voluntad de no querer permanecer en la sala de juicio, supuesto en el cual debe permanecer custodiado o custodiada en sala próxima al mismo, es decir, se reconoce el derecho del imputado a negarse a permanecer en la sala de audiencias mientras se desarrolle el debate, lo cual comporta el respeto a su derecho fundamental a la autodeterminación, contenida en el artículo 20 de la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela. [96] REVISTA DEL MINISTERIO PÚBLICO // REVISTA CIENTÍFICA ARBITRADA // V ETAPA Nº 15 En este sentido, resulta necesario precisar entonces que es un derecho del acusado, decidir si presencia el desarrollo del debate, o si por el contrario desea permanecer en sala distinta y ser representado por su defensor, lo cual constituye un respeto absoluto a sus derechos fundamentales, sin que ello pueda ser considerado como una limitación a su derecho a la defensa, en tanto y en cuanto, se garantice la posibilidad que efectivamente acuda a la sala de audiencias cuando así lo decida, sin que esta decisión implique la paralización del proceso penal. Resulta necesario entonces analizar en las distintas etapas procesales, si resultaría válido que el imputado y/o acusado, pueda hacer uso del derecho a autodeterminarse, negándose a acudir a un acto procesal, y que el mismo tuviera validez, para ello resulta de particular interés analizar el tratamiento que la Jurisprudencia de nuestro Máximo Tribunal de Justicia ha indicado hasta la fecha. La etapa intermedia como fase de control del ejercicio de la acción penal, culmina con la celebración de la audiencia preliminar en la cual se debate sobre el cumplimiento de los requisitos formales y materiales del ejercicio de la acción penal, así como las postulaciones probatorias, excepciones, alternativas a la prosecución del proceso requiere de la presencia de los sujetos procesales esenciales para la celebración del acto a saber: Juez, fiscal, imputado, defensa y víctima en los casos en que decida intervenir en la misma. Tratamiento jurisprudencial de la negativa del imputado a comparecer a los actos procesales Etapa Intermedia: En la práctica forense, producto de la necesidad de mantener la unidad del proceso derivada de ese principio, en causas donde existe prurisubjetidad activa, los procesos penales se veían obstaculizados por la inasistencia de alguno o algunos de los imputados, sometiendo el proceso a un retardo interminable que perjudicaba por una parte al sistema de administración de justicia y por la otra a los demás imputados, a la víctima o víctimas, todo lo cual culminaba en una flagrante violación del principio de celeridad procesal, en consecuencia una vulneración del deREVISTA DEL MINISTERIO PÚBLICO // REVISTA CIENTÍFICA ARBITRADA // V ETAPA Nº 15 [97] recho a la tutela judicial efectiva, específicamente en la expectativa de una resolución judicial que oportunamente resuelva el fondo del hecho controvertido. En virtud de la reiteración de estas situaciones constantes la Sala Constitucional del Tribunal Supremo de Justicia, en sentencia N° 3744 de fecha 22 de diciembre de 2003, con carácter vinculante emite sobre este particular los siguientes pronunciamientos: Ahora bien, cuando al acto o al debate deben concurrir personalmente las partes, o al menos una de ellas, surge la situación planteada por los aquí accionantes, de que si no concurren todos los llamados al acto o al debate, la actividad procesal se suspende hasta que acudan todos los que deben legalmente hacerlo. Ello ha venido ocurriendo así, al menos en lo relativo a la comparecencia a la audiencia preliminar del proceso penal, en vista que el artículo 327 del Código Orgánico Procesal Penal en su primera parte reza: «Presentada la acusación el juez convocará a las partes a una audiencia oral, que deberá realizarse dentro de un plazo no menor de diez días ni mayor de veinte. Tal disposición, de por sí, no es inconstitucional ni contraría los artículos 26 ó 49.3 constitucionales. Lo que sucede es que, en la práctica, su aplicación textual conduce a que el proceso se dilate o se suspenda indefinidamente, hasta que puedan concurrir a la audiencia preliminar todas las partes, lo cual se hace dificultoso cuando hay pluralidad de partes, como sucede cuando deben concurrir más de diez personas, por ejemplo, y algunas se ausentan, se enferman, no pueden ser convocadas, o simplemente por la utilización de tácticas dilatorias, no comparecen y se niegan a ello. Permitir tal situación, por interpretación literal del artículo 327 del Código Orgánico Procesal Penal, es atentar contra el derecho a la celeridad procesal que garantiza el artículo 26 de la Constitución, cuando otorga a las personas el derecho a obtener con prontitud la decisión correspondiente, e igualmente atenta contra la justicia idónea, expedita y sin dilaciones indebidas que el mismo artículo constitucional impone. [98] REVISTA DEL MINISTERIO PÚBLICO // REVISTA CIENTÍFICA ARBITRADA // V ETAPA Nº 15 Así mismo, la interpretación literal del artículo 327, enerva el derecho de toda persona a ser oída dentro de un plazo razonable, determinado legalmente, que establece el artículo 49.3 constitucional, ya que la norma (artículo 327 del Código Orgánico Procesal Penal) no contempla el plazo para oír a las partes que deben acudir a la audiencia preliminar, para el supuesto que ésta no pueda realizarse, y donde tienen derecho a ser oídos. Por interpretación de las normas sobre unidad del proceso (artículos 73 y 74 del Código Orgánico Procesal Penal) se ha sostenido, a su vez, la interpretación literal del artículo 327 del Código Orgánico Procesal Penal, con la consecuencia de la suspensión del proceso si no concurren a la audiencia todos los convocados, pero observa la Sala que las referidas disposiciones del Código Orgánico Procesal Penal, no tienen conexión con el principio de inmediación, que es el que orienta la interpretación comentada del artículo 327 del Código Orgánico Procesal Penal. Ambas normas (artículos 73 y 74 del Código Orgánico Procesal Penal) se refieren a cómo debe manejarse la competencia por la conexión en el proceso penal, evitando que por un solo delito o falta se sigan diferentes procesos, aunque los imputados sean diversos; ni que tampoco se sigan, al mismo tiempo y contra un mismo imputado, diversos procesos, aunque haya cometido diferentes delitos o faltas, salvo los casos de excepción que señala el artículo 74 del Código Orgánico Procesal Penal. Lo planteado en el artículo 327 del Código Orgánico Procesal Penal, es algo distinto; se refiere a la comparecencia obligatoria a un solo acto procesal, de muchas personas, so pena de no poder realizarse hasta que todos comparezcan, lo que es una situación ajena a la que surge de la acumulación, ya que textualmente los autos o juicios acumulados no perderían tal condición, si, por ejemplo, la audiencia preliminar con pluralidad de partes pudiera realizarse en varias fechas sucesivas, o quedara en suspenso por aplicación literal del artículo 327 del Código Orgánico Procesal Penal. Considera la Sala, que los artículos 26 y 49.3 constitucionales privan sobre la normativa del Código Orgánico Procesal Penal, y que éste debe ser interpretado en función de la Constitución. REVISTA DEL MINISTERIO PÚBLICO // REVISTA CIENTÍFICA ARBITRADA // V ETAPA Nº 15 [99] (…omisis…) El uso de la fuerza pública para conducir ante el juez a quienes desacaten sus órdenes, está extensamente reconocido en el Código Orgánico Procesal Penal (véanse, entre otros, los artículos 184, 203, 226, 332, 357 del mismo) y no es más que el desarrollo del referido artículo de la Ley Orgánica del Poder Judicial. Luego, a juicio de esta Sala, la garantía de la justicia idónea, expedita y sin dilaciones indebidas que establece el artículo 26 constitucional, así como el derecho de las partes a ser oídos dentro de un plazo razonable, sin quedar sujetos a lo que otros, con el deber de concurrir, se presenten o no, lleva a la Sala a interpretar el artículo 327 del Código Orgánico Procesal Penal, o cualquier otra norma que produjera una situación como la comentada, por aplicación de los artículos 26 y 49.3 constitucionales, a que el juez que preside el acto, si no existe causa justificada, que amerite un máximo de dos suspensiones, haga comparecer a los citados o notificados mediante el uso de la fuerza pública, y debido al abuso de derecho que hacen los incomparecientes al derecho a ser juzgados en libertad y que surge de su actitud, se les decrete medida privativa de libertad, ya que de facto, en relación al que obra de mala fe en el proceso, existe peligro de fuga. Los derechos que los artículos 26 y 49.3 constitucionales otorgan a las partes, tampoco pueden dejar de aplicarse cuando el co-imputado se fuga o se esconde y no puede ser hallado”. (Subrayado y negrillas del autor). La sentencia parcialmente trascrita pretende puntualizar aspectos de significativa importancia en relación a la resolución de obstáculos que en la práctica forense se fueron presentando y que requerían una interpretación ajustada a principios elementales de justicia, resultando fundamental la solución a la paralización del proceso por la reiterada inasistencia de alguna de las partes impidiendo la celebración en el caso particular de la audiencia preliminar. En este sentido, la sala indica que la interpretación literal de normas de carácter procesal en detrimento del principio de celeridad como componente esencial del derecho a la tutela judicial efectiva atenta contra una [100] REVISTA DEL MINISTERIO PÚBLICO // REVISTA CIENTÍFICA ARBITRADA // V ETAPA Nº 15 justicia idónea, expedita y sin dilaciones indebidas, además de que enerva el derecho de toda persona a ser oída dentro de un plazo razonable. Estimó la sala que los jueces y juezas deben hacer uso de la fuerza pública para compeler a quienes desacaten sus órdenes conforme a las normas del Código Orgánico Procesal Penal y la Ley Orgánica del Poder Judicial. En función de interpretación de los artículos 26 y 49 de la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela, en relación a este aspecto en particular señala que en caso de dos suspensiones sin causa justificada, los jueces y juezas deben hacer comparecer mediante el uso de la fuerza pública a los incomparecientes, y debido al abuso de derecho que estos hacen de la garantía a ser juzgados en libertad que surge de su actitud se le debe decretar la privación judicial preventiva de libertad por su obrar de mala fe frente al proceso, siendo el mismo tratamiento que debe aplicarse a los coimputados que se fugan o se esconden y no pueden ser encontrados. Es importante verificar, como ya desde esta sentencia se pueden evidenciar la actitud de contumacia de algunos sujetos sometidos a proceso penal, con la finalidad de generar retardos procesales, lo que ameritó esta interpretación de dos normas constitucionales a los fines de generar mecanismos para evitar que puedan ser violentados impunemente los derechos de las demás partes, pero nótese cómo no se autoriza el juzgamiento en ausencia para estos contumaces o rebeldes, por el contrario sólo se advierte la necesidad de separar el proceso en relación a éstos. Esta sentencia tuvo como antecedente la interpretación que sobre la inasistencia de alguna de las partes a la audiencia preliminar hiciera la sala de Casación Penal del Tribunal Supremo de Justicia en Sentencia N° 177 del 09 de abril de 2002, con ponencia de la Magistrada Blanca Rosa Mármol de León, en la cual, sobre este particular se expresó lo siguiente: Delitos de acción pública Ausencia del Fiscal del Ministerio Público: El desistimiento por parte del representante de la Vindicta Pública debe ser expreso REVISTA DEL MINISTERIO PÚBLICO // REVISTA CIENTÍFICA ARBITRADA // V ETAPA Nº 15 [101] para así poder llegar a una sentencia de sobreseimiento. En caso de su ausencia injustificada el Juez de Control tiene facultad para ordenar la presencia del Ministerio Público y ante la inasistencia del mismo podrá solicitar la imposición de medidas disciplinarias para el funcionario. Ausencia del Acusador Privado: Se podría asumir que su inasistencia se debe a la pérdida de interés en las resultas del juicio, sin embargo, la causa seguiría sin su intervención, pero éste pagará las costas y costos del proceso que haya ocasionado. Ausencia del Imputado: Corresponde al Juez de Control ordenar el traslado si éste estuviese detenido preventivamente u ordenar su comparecencia por la fuerza pública si fuese necesario. Ausencia del Defensor: Al igual que el representante del Ministerio Público el funcionario podrá ser sometido a medidas disciplinarias, pero el Juez en todo caso ordenará la notificación de otro defensor que asuma la defensa del acusado. Delitos de acción privada Ausencia del Fiscal del Ministerio Público: La causa seguirá con la presencia del acusador privado. Ausencia del Acusador Privado: Al ser un juicio inquisitivo corresponde al acusador instar la prosecución del proceso y su ausencia se equiparará al desistimiento de su acción. Ausencia del Imputado o su defensor: Igual interpretación que en los delitos de acción pública. Es de observarse que si la audiencia se prolongare de manera indefinida por causa injustificada estando detenido el imputado, éste tendría la posibilidad de ejercer la acción de amparo constitucional por privación ilegítima de su libertad y en el caso de que sea el Juez el que no convoque a la audiencia podría el agraviado de ese hecho solicitar igualmente el amparo por denegación de justicia. Las partes tienen derecho a que se celebre la audiencia preliminar en los lapsos establecidos por el Legislador y de acuerdo con las hipótesis planteadas, en el caso de que la otra parte se lo impida por su ausencia injustificada podría procederse como se ha explicado. Así se decide. [102] REVISTA DEL MINISTERIO PÚBLICO // REVISTA CIENTÍFICA ARBITRADA // V ETAPA Nº 15 Se puede verificar que la sala de casación penal ya había advertido sobre los retardos que ocurrían en fase intermedia cuando por inasistencia de alguna de las partes, entre ellos del imputado o imputada, supuestos en los cuales en caso de tratarse de un imputado detenido debía ordenar su traslado o en todo caso ordenar su comparecencia por la fuerza pública de ser necesario, reconociéndose el derecho que tienen las demás partes en el proceso a que se celebre la audiencia cuando una de las partes lo impide. Esta tendencia jurisprudencial de ordenar el traslado del imputado aún de manera forzosa, se mantuvo hasta que la Sala Constitucional del Tribunal Supremo de Justicia en relación a la negativa, del imputado a comparecer a la sala de juicio emitió un fallo que marco definitivamente una solución, que concilia por una parte el derecho a la celeridad procesal de todas las partes en el proceso como un componente esencial del derecho a la tutela judicial efectiva y por la otra el derecho que tiene el imputado de decidir si permanece o no en la sala de juicio, siendo este un derecho que le reconoce la legislación procesal penal Venezolana. Etapa de juicio En sentencia N° 730 del 25 de abril de 2007, la Sala Constitucional del Tribunal Supremo de Justicia, con ponencia de la Magistrada Carmen Zuleta de Merchán, sobre este particular indicó lo siguiente: Ahora bien, ante la negativa injustificada del acusado a comparecer a la audiencia de juicio, cabe preguntarse: ¿Puede el acusado abusar de su condición procesal y lograr con su contumacia o rebeldía obstruir la justicia en su provecho?. Para dar respuesta a tal interrogante es oportuno precisar que la conducta contumaz en el proceso penal es aquella proveniente de la rebeldía de todo imputado, detenido o en libertad, de presentarse o comparecer a la sede de los juzgados en los cuales es procesado. Esa rebeldía, se traduce en una renuncia manifiesta al derecho de ser oído en un acto público al cual ha sido llamado por la autoridad competente, la cual es contraria a lo dispuesto en el artículo 257 de la Carta Magna que establece que el proceso es un instrumento para el logro de la justicia, así como al artíREVISTA DEL MINISTERIO PÚBLICO // REVISTA CIENTÍFICA ARBITRADA // V ETAPA Nº 15 [103] culo 26 eiusdem, que prescribe el derecho a una tutela judicial efectiva, específicamente, a celebrase un juicio sin dilaciones indebidas. En el caso de autos se constata que el acusado no fue trasladado a la sede del Tribunal para la continuación de la audiencia de juicio oral y público el día el 20 de abril de 2005, oportunidad en la que rindió declaración la víctima del delito que se imputa. De ello se dejó constancia en el acta respectiva (folios 36 y 37 del expediente) en la que se señaló que se obtuvo información por parte del Cabo Segundo, de apellido Álvarez, adscrito al Internado Judicial Capital El Rodeo II, al manifestar “que el acusado WILMER OSWALDO PERALES PÉREZ, no obstante de haber sido llamado para su salida para la continuación del este (sic) Juicio, el mismo se negó a salir”; por lo que podría ser considerado como una conducta contumaz por parte del referido acusado, pues sus efectos, además de ocasionar una dilación o un retardo en el juicio oral y público, podrían impedir en definitiva que se le tomase declaración a la víctima, y hasta en otros supuestos, viciar de nulidad la continuación de la audiencia con fundamento en el alegato de su incomparecencia a dicho acto. Así entonces, la conducta del ciudadano (…omisis…), pretendió constituirse en un obstáculo a la prosecución de la causa seguida en su contra, ante una inasistencia injustificada a la audiencia oral y pública, y ello no puede ser tolerado por el Estado, como administrador de justicia, toda vez que el imputado no puede resultar beneficiado de su actuar contrario a derecho, pues nadie puede beneficiarse de su propia torpeza. Ello debió ser advertido por el Juzgado (…omisis…), el cual con el uso de la fuerza pública, en el ejercicio del ius puniendi con que cuenta el Estado, debió garantizar el efectivo traslado del imputado, para evitar que quede en manos de éste, el inicio o celebración del juicio oral y público. No obstante, el juez de juicio, en su condición de director del proceso, y ante la obligación de hacer todo lo necesario para que se efectúe la audiencia de juicio oral y público, con el objeto de hallar la verdad de los hechos y aplicar la justicia, continuó con la celebración de la audiencia, la cual se dio por concluida el 27 de abril de 2005, estando presente para esa oportunidad el acusado, [104] REVISTA DEL MINISTERIO PÚBLICO // REVISTA CIENTÍFICA ARBITRADA // V ETAPA Nº 15 resultando condenado por la comisión del delito de robo agravado. Ante tal circunstancia, es oportuno referir que el artículo 332 del Código Orgánico Procesal Penal establece: (…omisis…) La anterior disposición normativa, no se refiere literalmente a la conducta contumaz del acusado de no acudir a la sede del Tribunal, para que se celebre la audiencia de juicio oral y público. No obstante, esta Sala hace notar que el mismo artículo 332 de dicho texto penal adjetivo establece la posibilidad de que el imputado, después de declarar, pueda rehusarse a permanecer en la sede del juzgado, el cual será custodiado en una Sala de juicio próxima y para todos los efectos podrá ser representado por el defensor, circunstancia que coadyuva a la resolución del caso de autos. Ello así, esta Sala observa que el imputado de autos declaró en la audiencia celebrada el 4 de abril de 2005, primer día de la audiencia de juicio oral y público, y compareció en aquellos días posteriores en los que, conforme a la legislación vigente, era indispensable su presencia, siendo representado por su defensor privado el día 20 de abril de 2005, ocasión en la que la víctima rindió declaración, para lo cual, en criterio de esta Sala, no existía ningún impedimento, al manifestar que no estaría presente por voluntad propia, y no tratarse de aquellos actos en los que resultaba inexorable su presencia, tal como expresamente lo apreció el Juez de juicio. En efecto, de acuerdo con lo señalado por un funcionario de la Guardia Nacional en el sitio donde se encontraba recluido el acusado, el imputado se escondió para no ser trasladado a la sede del Tribunal, evidenciando su voluntad de no querer estar presente en la Sala de Juicio, y al estar presente al abogado defensor del acusado en el momento en que la víctima realizó su declaración, en virtud del contenido del artículo 332 del Código Orgánico Procesal Penal, estaba legitimado para representarlo plenamente en esa audiencia de juicio que tuvo como objeto único la declaración de la víctima, quien, por demás fue llevada a la sede del Tribunal a través del uso de la fuerza pública, y ello era del conocimiento de la defensa del acusado con anticipación. Lo anterior, a juicio de esta Sala, no equivale a la celebración de un juicio en ausencia, por cuanto, en los actos en los cuales se REVISTA DEL MINISTERIO PÚBLICO // REVISTA CIENTÍFICA ARBITRADA // V ETAPA Nº 15 [105] requería la presencia del imputado, el mismo fue trasladado a la sede del Tribunal, como ocurrió cuando se le informó, personalmente, que resultó condenado por la comisión del delito de robo agravado. La ausencia del acusado en la continuación de la audiencia de juicio oral y público en la oportunidad en la que la víctima declaró no vició el acto, por cuanto, como se ha dicho, estuvo representado por su abogado defensor, quien tenía plena facultad para hacerlo, de acuerdo con lo señalado en el artículo 332 del Código Orgánico Procesal Penal. (…omisis…) Por lo tanto, visto que en el caso bajo estudio la Sala N° 8 de la Corte de Apelaciones del Circuito Judicial Penal del Área Metropolitana de Caracas consideró erróneamente que la incomparecencia del acusado a la sede del Tribunal se traducía en un juicio en ausencia y visto, igualmente, que al ordenar que se realice una nueva audiencia de juicio oral, anuló indebidamente la declaración que rindió la víctima en el proceso penal que motivó el amparo, esta Sala considera que dicho juzgado colegiado con su actuar cercenó el derecho al debido proceso del Ministerio Público, en virtud de que aplicó indebidamente el contenido del artículo 332 del Código Orgánico Procesal Penal. (…omisis…) Así pues, si el acusado se encuentra en libertad y éste no quiere presentarse en la Sala de Juicio, sin manifestar alguna excusa valedera, el Juez deberá hacer uso de la fuerza pública, aplicando en forma extensiva el contenido del artículo 357 del Código Orgánico Procesal Penal, para garantizar la presencia del acusado y evitar que se realice un juicio sin dilaciones indebidas. Ahora, si el acusado se encuentra recluido, en virtud de que en su contra se decretó una medida de privación judicial preventiva de libertad, el Juez debe usar, igualmente, la fuerza pública, por cuanto el Estado está obligado a ejercer su ius puniendi y evitar que, por voluntad de la persona que se encuentre detenida, los juicios se paralicen indefinidamente. De modo que, en principio, el Juez de Juicio ordenará que, a través de la fuerza pública, sea trasladado el acusado a la sede del Tribunal, así se encuentre recluido, para lo cual oficiará a los organismos competentes para que el traslado se lleve cabo, respetando la integridad física del [106] REVISTA DEL MINISTERIO PÚBLICO // REVISTA CIENTÍFICA ARBITRADA // V ETAPA Nº 15 acusado; pese a ello, de no ser posible el traslado del detenido, el Juez apreciará la rebeldía del acusado y motivará la actuación procesal que considere pertinente dictar para la efectiva realización de la audiencia, ello de conformidad con los artículos 26 y 257 de la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela. No puede aceptar el Estado, a través del ejercicio del ius puniendi, que quede en manos del acusado la intención de que se inicie o celebre el juicio oral y público. El Estado tiene el deber de que el juicio se celebre, sin dilaciones indebidas, por cuanto está ejecutando, con la celebración de juicio, un control social formal y público que debe existir en toda sociedad. Así se declara: Esta sentencia fijó las bases partiendo de una interpretación constitucional de los derechos al debido proceso contenido en el artículo 49 y del derecho a la tutela judicial efectiva contenida en el artículo 26 ambos de la Carta Política, para definir el estatus jurídico del acusado que niega a comparecer a los actos procesales a pesar de encontrarse restringido de su libertad por medida de coerción personal decretada por la autoridad judicial. Así la jurisprudencia indica que la contumacia en el proceso penal, es la conducta derivada de la rebeldía de todo imputado detenido o en libertad de presentarse o comparecer a la sede de los juzgados en los cuales es procesado, siendo la consecuencia directa de esa contumacia o rebeldía su renuncia tácita al derecho a ser oído en un acto público al cual ha sido llamado por la autoridad competente. La sala arriba a esta conclusión al estimar que la conducta asumida por el contumaz es contraria a lo dispuesto en el artículo 257 de la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela que estable que el proceso es un instrumento para el logro de la justicia, así como el artículo 26 dispone el derecho a la tutela judicial efectiva, específicamente a celebrarse un juicio sin dilaciones indebidas. Estimó la Sala Constitucional, como última interprete de la Carta fundamental que la conducta de un acusado que se niega a comparecer al llamado del Tribunal constituye un obstáculo a la prosecución de la causa, lo cual no puede ser tolerado por el Estado ya que es su obligación garantizar REVISTA DEL MINISTERIO PÚBLICO // REVISTA CIENTÍFICA ARBITRADA // V ETAPA Nº 15 [107] la celebración del juicio, sin dilaciones indebidas, debiendo en consecuencia ejercer un control social formal y público, porque no puede beneficiarse una persona de una actuación contraria a derecho. El nuevo código orgánico procesal penal35 El nuevo Código Orgánico Procesal Penal, en su exposición de motivos expresa entre otras cosas que el artículo 257 de la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela, constituye a la justicia como fin de todo proceso judicial en consecuencia textualmente señala: Tal precepto debe necesariamente implicar un cambio en el modo de pensamiento y de concebir las formas procesales y en general la actividad jurisdiccional del Estado (…omisis…) En consecuencia, si el proceso es un instrumento para la realización de la justicia, éste deberá estar orientado hacia la obtención de aquella, la cual, ni es todo ni se basta a sí misma, sino que se requiere la conjunción de valores, principios y mecanismos de naturaleza fundamental para que se traduzca en términos de convivencia humana digna y feliz. Es precisamente en función de esto que la Constitución concibe a una justicia imparcial, expedita, responsable, equitativa, eficiente pero sobre todo eficaz, la cual no cederá ni se sacrificará en razón de formalidades no esenciales e insubstanciales. Se busca, claro está, con tal caracterización de la justicia, la verificación de la justicia real, que en la práctica sea capaz de “sanar las heridas de la sociedad”, como lo expresara Calamandrei” (…omisis…) Expresa de esta manera el legislador la necesidad de generar cambios en la concepción e interpretación de las instituciones procesales atendiendo a una categoría axiológica para la comprensión de los mismos, hacia el valor de la justicia como fin esencial del proceso, atendiendo en todo momento al mandato que nos impone el texto fundamental. 35. Decreto con rango, valor y fuerza de Ley del Código Orgánico Procesal Penal. Gaceta Oficial N° 6.078 Extraordinaria del 15 de junio de 2012. [108] REVISTA DEL MINISTERIO PÚBLICO // REVISTA CIENTÍFICA ARBITRADA // V ETAPA Nº 15 En la necesidad de garantizar que el proceso penal se oriente en la consecución de la justicia, estimó necesario incluir modificaciones en el proceso que permitan solucionar los problemas que en la práctica impiden un juicio con celeridad y sin dilaciones indebidas. Entre estas modificaciones se incorpora un artículo en relación a la incomparecencia a la audiencia preliminar, en el cual se recoge el tratamiento que debe darse ante cada situación que se pueda presentar en esta etapa procesal, norma que textualmente indica lo siguiente: Artículo 310. Incomparecencia. Corresponderá al Juez o Jueza de Control realizar lo conducente para garantizar que se celebre la audiencia preliminar en el plazo establecido para ello. En caso de incomparecencia de alguno de los citados a la audiencia, se seguirán las siguientes reglas: 1.- La inasistencia de la víctima no impedirá la realización de la audiencia preliminar. 2.- En caso de inasistencia de la defensa privada, se diferirá la audiencia, por una sola vez, salvo solicitud del imputado para que se le designe un defensor público, en cuyo caso se hará la designación de inmediato y se realizará la audiencia en esa misma oportunidad. De no comparecer el defensor privado a la segunda convocatoria, si fuere el caso, se tendrá por abandonada la defensa y se procederá a designar un defensor público de inmediato, y se realizará la audiencia en esa misma oportunidad. 3. Ante la incomparecencia injustificada del imputado o imputada que esté siendo juzgado o juzgada en libertad o bajo una medida cautelar sustitutiva, el Juez o Jueza de Control, de oficio o a solicitud del Ministerio Público, librará la correspondiente orden de aprehensión a los fines de asegurar su comparecencia al acto, sin perjuicio de otorgar una vez realizada la audiencia, si lo estima necesario, una nueva, medida cautelar sustitutiva a la privación judicial preventiva de libertad. En caso que el imputado o imputada que se encuentre privado o privada de libertad en centro de reclusión u otro lugar acordado por el juez o jueza, se niegue a asistir a la audiencia preliminar y así conste en autos, se entenderá que no quiere hacer uso de su derecho a ser oído, ni a acogerse a REVISTA DEL MINISTERIO PÚBLICO // REVISTA CIENTÍFICA ARBITRADA // V ETAPA Nº 15 [109] las fórmulas alternativas a la prosecución del proceso ni al procedimiento por admisión de los hechos, en la oportunidad de la audiencia preliminar, por lo que se procederá a realizar el acto fijado con su defensor o defensora, si asiste, o en su defecto con un defensor o defensora pública que se le designará a tal efecto. En caso de pluralidad de imputados o imputadas, se celebrará la audiencia con el o los imputados comparecientes; y con la defensa privada de quien no haya comparecido, o la defensa pública, según sea el caso. 4. Ante la incomparecencia injustificada, a la audiencia preliminar, del representante de la Defensa Pública Penal o del Fiscal del Ministerio Público, debidamente citados o citadas, el Juez o Jueza de Control notificará al Coordinador o Coordinadora de la Defensa Pública Penal del respectivo Circuito Judicial Penal o al Fiscal Superior correspondiente, según sea el caso, a los fines de garantizar su presencia en la nueva fecha fijada. De no realizarse la audiencia dentro del plazo establecido, las partes podrán intentar las acciones disciplinarias a que haya lugar contra aquél por cuya responsabilidad no se realizó dicha audiencia”. (Subrayado y negrillas del autor). La solución que advierte el legislador en esta norma en relación a la incomparecencia a la audiencia preliminar por parte del imputado contumaz o rebelde, resulta necesario analizarla desde los conceptos con los cuales se inicia la disertación a los fines de verificar si se autoriza en este artículo el juzgamiento en ausencia. Se ha señalado en principio que en materia civil, el ausente es la persona que no se encuentre en su domicilio y se desconozca su paradero, mientras que el no presente no se encuentra en su domicilio pero se conoce que se encuentra fuera del país, en ambas situaciones, el legislador no permite de ninguna manera el juzgamiento, ni la celebración de la audiencia preliminar en relación a esta persona, por el contrario se ordena que le sea librada una orden de aprehensión, para que una vez que la misma se materialice se garantice la celebración de la audiencia preliminar, no obstante, una vez finalizada pudiera el Tribunal de Control sustituirla por una medida menos gravosa. [110] REVISTA DEL MINISTERIO PÚBLICO // REVISTA CIENTÍFICA ARBITRADA // V ETAPA Nº 15 En el caso del no presente, es decir, aquella persona que no puede defenderse pero que se conoce que se encuentra en el extranjero, siempre que se encuentren, llenos los extremos legales, una vez emitida la orden de aprehensión se puede requerir su extradición activa, dentro de los parámetros de ley. Ahora bien, en el caso que el imputado o imputada se encuentre privado o privada de libertad o bajo medida de arresto domiciliario se negare a comparecer será considerado contumaz o rebelde y en consecuencia la audiencia se celebrará respetando su derecho a autodeterminarse negándose a acudir al llamado a la autoridad, entendiéndose que la audiencia se celebrará con defensor quien le representará en la misma. Acoge el legislador en esta norma la interpretación que sobre los artículo 49 y 26 realizó la Sala Constitucional en la sentencia referida ut supra, en el sentido de entender que la negativa del imputado o imputada a acudir a la audiencia preliminar constituye su manifestación de no querer hacer uso de su derecho a ser oído, ni acogerse a las alternativas a la prosecución del proceso, ni al procedimiento especial por admisión de los hechos, tal como lo expresó la Sala Constitucional. Esta regulación no autoriza de ninguna manera el juzgamiento en ausencia, ni en relación a la concepción que se ha señalado, tiene el estado de ausencia y no presencia en materia civil, ni en la concepción que ha tenido en nuestro derecho penal en normas derogadas sobre juzgamiento en ausencia, por ello no es cierto que en esta norma se permita el juzgamiento en ausencia. En otra norma de este nuevo texto adjetivo penal, en la cual se hace referencia a la situación del contumaz, relativa a la apertura del juicio oral y público dispuso el legislador lo siguiente: Artículo 327. Apertura En el día y hora fijados, el Juez o Jueza se constituirá en el lugar señalado para la audiencia. Después de verificar la presencia de las partes, expertos o expertas, intérpretes o testigos que deban intervenir, el Juez o jueza declarará abierto el debate, advirtiendo al acusado o acusada y al público sobre la importancia y significado del acto. REVISTA DEL MINISTERIO PÚBLICO // REVISTA CIENTÍFICA ARBITRADA // V ETAPA Nº 15 [111] En caso que el acusado o acusada en estado contumaz se niegue a asistir al debate, se entenderá que no quiere hacer uso de su derecho a ser oído en el proceso, por lo que se procederá a realizar el debate fijado con su defensor o defensora, si asiste, o en su defecto con un defensor o defensora pública que se le designará a tal efecto; de igual manera se procederá en caso que el acusado o acusada que esté siendo juzgado o juzgada en libertad o bajo una medida cautelar sustitutiva, no asista al debate injustificadamente, pudiendo el Juez o Jueza, de oficio o a solicitud del Ministerio Público, revocar la medida cautelar. Seguidamente, en forma sucinta, el o la Fiscal y el o la querellante expondrán sus acusaciones y el defensor o defensora su defensa. En relación a esta norma, resulta forzoso señalar que efectivamente el legislador regula la situación del contumaz siguiendo la interpretación que hiciera la Sala Constitucional del Tribunal Supremo de Justicia, en relación a la persona que sometida a un proceso penal se niegue a acudir al llamado del Tribunal y esta se encuentre privada de libertad o sometida a una medida cautelar de arresto domiciliario, siendo la situación del ausente y del no presente similar a la regulada en la audiencia preliminar, es decir, la revocatoria de la medida cautelar, y en consecuencia librar la orden de aprehensión de oficio o a solicitud del Ministerio Público. Ahora bien, la contumacia debe ser debidamente constatada por el órgano jurisdiccional, ya que debe quedar patente que efectivamente se trata de la negativa del imputado o imputada de acudir al llamado del Tribunal, por lo tanto, debe acreditarse que efectivamente esta persona se encuentra a acudir al llamado del Tribunal, para la cual deberá existir una constancia por parte de la autoridad responsable del traslado del detenido o detenida, arrestado o arrestada en relación a la negativa del mismo de acudir al Tribunal, o bien mediante una constancia expresa del mismo de no querer acudir al llamado del Tribunal, que en caso de actos procesales que se cumplan en audiencias sucesivas, dicha negativa deberá constatarse en cada una de las oportunidades en que se celebraran las audiencias, ya que la negativa a comparecer puede ser parcial, es decir, para momentos específicos. [112] REVISTA DEL MINISTERIO PÚBLICO // REVISTA CIENTÍFICA ARBITRADA // V ETAPA Nº 15 Sobre la posibilidad de limitar derechos fundamentales36 El derecho a ser oído, el derecho a estar presente en las audiencias para juzgamiento como se indicó ut supra, forma parte del bloque de constitucionales, por lo tanto tiene rango Constitucional, y constituye un derecho fundamental, no obstante, ello no implica que no sea susceptible de ser limitado, ya sean estos límites derivados del sistema jurídico en general, o del subsistema de los derechos fundamentales, internos del derecho mismo, o derivados de un caso concreto. Por tanto puede ser limitado desde el mismo sistema jurídico, mediante la formación y creación de normas sin que las mismas se alejen de la moralidad básica en que se fundamenta la norma, ya que lo contrario le restaría su condición de derecho fundamental; también al momento de limitarlo debe tomarse en consideración el bien constitucional y valorarlo en conjunto con los demás bienes constitucionales, acudiendo a una correcta ponderación de los mismos tomando en consideración el sistema relacional de los derechos, haciendo especial énfasis el límite del derecho ajeno. En relación a los límites que puede fijar el subsistema de derechos fundamentales, se pueden encontrar limitaciones específicas que rigen a los derechos fundamentales, entre ellas, las habilitaciones legislativas, o habilitaciones judiciales que se presentan desde el derecho que tienen todas las personas a una tutela judicial efectiva, en protección. Dentro de estos límites también se pueden observar, el abuso de derecho o el uso excesivo de un derecho con daño para terceros, y sin beneficio propio, así como también se presenta como limitación al ejercicio de un derecho, la buena fe en el ejercicio del mismo. Existiendo la posibilidad de estas limitaciones el legislador debe tomar en consideración como en efecto lo hizo, la obligación de respetar 36. Argumentos esgrimidos también por Peña (2012) en el artículo “La exención de declarar la víctima en el procedimiento de Violencia de Género”. I Jornada Nacional en materia de Defensa Integral para la Mujer. Ministerio Público. Junio 2012. Caracas. REVISTA DEL MINISTERIO PÚBLICO // REVISTA CIENTÍFICA ARBITRADA // V ETAPA Nº 15 [113] los valores superiores, así como la sala constitucional tiene la obligación de interpretar y preservar los derechos fundamentales, para ello debe utilizar los principios de interpretación propios del subsistema de los derechos fundamentales, ponderar los derechos en conflicto y los bienes constitucionales y los jueces tienen la obligación de garantizar los derechos fundamentales en el marco del diseño constitucional, en el mantenimiento de los límites de los derechos. [114] REVISTA DEL MINISTERIO PÚBLICO // REVISTA CIENTÍFICA ARBITRADA // V ETAPA Nº 15 Conclusiones El estado de ausencia en la legislación de la República Bolivariana de Venezuela, lejos de constituir la intención de vulnerar derechos fundamentales a las personas, busca proteger los intereses por una parte de quien ante la ausencia no puede defenderse por lo que se definen mecanismos para garantizar que sus derechos puedan ser defendidos, y por otra parte no se vean menoscabados los derechos de las demás personas por la ausencia de otra. En materia penal resulta claro que aún cuando este estado de ausencia fue receptado en materia penal para autorizar el juzgamiento de personas incursas en delitos que lesionaban o ponían en riesgo la cosa pública, fue expresamente prohibido posteriormente por la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela (1999), en el bloque de constitucionalidad, y por lo tanto ninguna disposición legal puede autorizar el juzgamiento penal en ausencia de una persona natural. El nuevo Código Orgánico Procesal Penal recoge lo que interpretó la Sala Constitucional del Tribunal Supremo de Justicia en relación al debido proceso contenido en el artículo 49 y el derecho a la tutela judicial efectiva contenido en el artículo 26 del texto fundamental, a los fines de garantizar estos derechos frente a la acción de obstaculización de la justicia por parte de los procesados en situación de contumacia. Esta regulación procesal que define la situación de contumacia y las consecuencias jurídicas de la misma, si bien pudiera considerarse una limitación a los derechos fundamentales, resulta absolutamente válida desde la teoría de los derechos fundamentales, habilitada legislativamente por el abuso del derecho de una persona con perjuicio a terceros, actuando el legislador con especial atención y respeto a los derechos fundamentales y a la dignidad humana, acercando de esta manera el proceso penal al valor fundamental de la justicia. Se hace un llamado a todos los que pertenecen al Sistema de Justicia, y en particular a los juristas, a repensar en las instituciones jurídicas, y avanzar desde la concepción liberal del estado de derecho hacia el estado de Justicia que propone nuestra carta fundamental, pero entenREVISTA DEL MINISTERIO PÚBLICO // REVISTA CIENTÍFICA ARBITRADA // V ETAPA Nº 15 [115] diendo que ese concepto de justicia está referido a uno material y no solo formal, lo que implica la preminencia de la persona humana frente a la ley. [116] REVISTA DEL MINISTERIO PÚBLICO // REVISTA CIENTÍFICA ARBITRADA // V ETAPA Nº 15 REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS Bloch, E. (1991) Derecho natural y dignidad humana. Madrid: Dykinson. Cabanellas, G. (2005). Diccionario jurídico elemental. Buenos Aires: Heliasta. Código Orgánico Procesal Penal. Gaceta Oficial de la República de Venezuela, Nº 5.208 (Extraordinaria), 23 de enero de 1998. Ley de Reforma parcial del Código Orgánico Procesal Penal. Gaceta Oficial de la República de Venezuela, Nº 5.558 (Extraordinaria), 14 de noviembre de 2001. Ley de Reforma parcial del Código Orgánico Procesal Penal. Gaceta Oficial de la República de Venezuela, Nº 5.930 (Extraordinaria), 04 de septiembre de 2009. Constitución de la República Bolivariana de Venezuela. (1999). Gaceta Oficial de la República Bolivariana de Venezuela, Nº 5.453 (Extraordinaria), marzo 24 de 2000. Convención Americana sobre Derechos Humanos o Pacto de San José, OEA. Costa Rica (1969) Decreto con rango, valor y fuerza de Ley del Código Orgánico Procesal Penal. Gaceta Oficial de la República Bolivariana de Venezuela, Nº 5.930 (Extraordinaria), septiembre de 2009. Linares, G. (1998) Leer La Constitución, Un ensayo de interpretación constitucional, Universidad Central de Venezuela, Caracas: Editorial Jurídica Venezolana. REVISTA DEL MINISTERIO PÚBLICO // REVISTA CIENTÍFICA ARBITRADA // V ETAPA Nº 15 [117] Tribunal Supremo de Justicia. Sala Constitucional. Sentencias. Recuperado de http://www.tsj.gov.ve/decisiones/scon/Diciembre/3744-221203-021809.htm http://www.tsj.gov.ve/decisiones/scp/Abril/177-090402-010803.htm http://www.tsj.gov.ve/decisiones/scon/Abril/730-250407-05-2287.htm http://www.tsj.gov.ve/decisiones/scp/Junio/301-18609-2009-A09125.html http://www.tsj.gov.ve/decisiones/scon/Diciembre/2357-181207-052299.htm http://www.tsj.gov.ve/decisiones/scp/Junio/295-17609-2009-C09126.html [118] REVISTA DEL MINISTERIO PÚBLICO // REVISTA CIENTÍFICA ARBITRADA // V ETAPA Nº 15