CUENTA CORRIENTE, FIRMA AUTORIZADA Concepto 2008049985-001 del 1 de agosto de 2008. Síntesis: En una cuenta corriente abierta a favor de una persona pueda ésta a su turno dar autorización por escrito a un tercero para girar cheques contra su cuenta, siempre que el banco reciba aviso de tal autorización y la firma del autorizado quede registrada en las tarjetas de control de firmas de la institución bancaria. No resulta viable la realización de la operación consultada bajo la denominación de “administrador de cuenta corriente” en tanto no corresponde a la naturaleza de esta clase de contrato. «(…) formula una consulta relacionada con la figura del administrador de cuenta corriente y su connotación o consecuencia jurídica. Sobre el particular, sea lo primero recordar que el vínculo que surge entre un establecimiento de crédito y los titulares de sus cuentas corrientes deriva de un negocio jurídico, celebrado en virtud del principio de la autonomía de la voluntad, según el cual los contratantes son libres para fijar los términos y condiciones bajo las cuales se obligan, siempre y cuando éstos al celebrarlos acaten las prescripciones legales, se respete el orden público y las buenas costumbres. Así el contrato legalmente celebrado, se constituye en ley para las partes (Artículo 1602 del Código Civil). Cabe entonces mencionar que el contrato de depósito en cuenta corriente se encuentra regulado por el Capítulo I (Artículos 1382 a 1392) del Código de Comercio, el cual hace parte del Título XVII relacionado con los contratos bancarios. En concordancia con lo anterior, el Estatuto Orgánico del Sistema Financiero -EOSF-, en su artículo 12 5 1, regula lo relacionado con el depósito en cuenta corriente bancaria en los establecimientos bancarios, en especial lo referente con sus condiciones de pago de cheques en descubierto, requisitos para la apertura de cuentas corrientes bancarias oficiales, negociabilidad interbancaria de cheques fiscales y responsabilidad por pago irregular de cheques fiscales. Así mismo, a este contrato le son aplicables las normas de carácter civil en cuanto a su formación, efectos, interpretación, modo de extinguirse, anularse o rescindirse, a menos, que la ley establezca otra cosa (Artículo 822 del Código de Comercio) en armonía con los preceptos ya referidos que sobre el particular prevé tanto el EOSF como el Código de Comercio, disposiciones que constituyen las normas especiales aplicables a esta clase de depósitos. Igualmente, debe recordarse que las normas regulatorias de este tipo de contrato son de orden público y de carácter imperativo, por lo cual en su celebración no puede desconocerse la estructura jurídica que para el mismo está prevista en la ley. 1 La citada norma puede consultarse en nuestra página Web www.superfinanciera.gov.co, ícono “Normativa”. Así, tenemos entonces que de la lectura de dicha normatividad se colige que el contrato de depósito en cuenta corriente bancaria se celebra entre dos partes: un depositante (cliente titular de la cuenta que puede ser cualquier persona natural o jurídica) y un depositario cualificado y profesional habilitado exclusivamente para la realización de esta actividad (banco), sin perder de vista que es viable que exista para la parte depositante el estar conformada de una manera plural de titulares, tal como acontece con las cuentas conjuntas o alternativas, o pueda manejarse la misma a través de apoderados o mandatarios, mediante firma autorizada. En tal sentido, resulta claro que en una cuenta corriente abierta a favor de una persona pueda ésta a su turno darle autorización por escrito a un tercero para girar cheques contra su cuenta, siempre y cuando el banco reciba aviso de tal autorización y la firma del autorizado quede debidamente registrada en las tarjetas de control de firmas que lleva la institución bancaria. Se trata entonces de una persona autorizada para girar contra la cuenta, pero solo existe un titular jurídico de la misma. Lo anterior tiene fundamento en el artículo 640 del Estatuto Mercantil que consagra la posibilidad de suscribir títulos -entre ellos los cheques- por mandatarios o representantes, siempre y cuando, se reitera, dicha situación conste por escrito, el banco reciba la notificación y se registre la firma. Conforme a lo expuesto, es dable concluir que en atención a los parámetros legales que normatizan el contrato de depósito en cuenta corriente no resulta viable la realización de la operación consultada bajo la denominación de “administrador de cuenta corriente” en tanto no corresponde a la naturaleza de esta clase de contrato. (…).»