INGRESOS PÚBLICOS Y GASTO SOCIAL. ¿Qué y cómo redistribuir? Es necesario analizar el importante papel de los Sistemas Tributarios como fuente de financiación de las políticas sociales, y por lo tanto como fuente de recursos que finalmente se redistribuyan mediante servicios sociales y/o el sistema de seguridad social, en su parte no contributiva. Los sistemas fiscales en América Latina se han caracterizado tradicionalmente por una falta de unificación; desarrollo de impuestos indirectos y arancelarios basados en las exportaciones; escasa imposición directa; gran fraude fiscal. No hay que olvidar que según CEPAL mientras que la media de los ingresos públicos en los países de la OCDE suponen un 36% del PIB, en América Latina están alrededor del 17%. Ello sugiere que existe capacidad para ampliar los recursos fiscales de la región. América Latina y otras regiones: componentes de la carga tributaria (2003) Fuente: CEPAL Características estructurales en AL: En promedio carga tributaria baja...... América Latina y otras regiones: componentes de la carga tributaria (c. 2003) 45 40.6 40 36.3 11.4 35 30 9.3 26.4 25 20 11.7 12.7 6.8 4.6 15 15.0 17.5 0.8 3.0 7.2 10 15.3 16.5 9.7 15.0 5 7.0 4.7 0 OECD (30) UE (15) Carga tributaria directa Fuente: CEPAL (2006) Estados Unidos Sudeste Asiático (6 países) Carga tributaria indirecta América Latina (19 países) Carga seguridad social En el diagrama anterior se compara en grandes cifras, como porcentaje del PIB, la presión fiscal en América Latina con la de países de la OCDE, la Unión Europea, Estados Unidos y Sudeste Asiático; descomponiendo la fuente según sea carga tributaria directa, indirecta, y seguridad social. Las contribuciones a la seguridad social están destinadas a un fin concreto previamente establecido, conforme a unos requisitos de acceso a las prestaciones predefinidos, y que, junto con las fuentes de financiación y el colectivo protegido, definen el Sistema de Seguridad Social vigente en cada país en cada momento. En este sentido, las contribuciones a la Seguridad Social no debieran entenderse como un impuesto genérico pendiente de su adscripticón, vía presupuestos. Pretender basar la competitividad internacional en las bajas tasas vigentes de tributación directa tiene tanta lógica como basarla en bajos salarios reales1; ambas representan ventajas momentáneas, que deberán ser sustituidas por aumentos de productividad originados en progreso técnico y la inversión en capital humano, dando lugar al incremento de los salarios reales y de la carga tributaria directa. En la medida que los mayores ingresos tributarios contribuyan a financiar aumentos de inversión en ‘capital humano’ (educación, capacitación, salud y otros), elevarán la productividad y con ello la rentabilidad del capital, con lo cual pueden compensar la caída de la rentabilidad proveniente de la mayor tributación. Los recursos que el Estado necesite para los fines señalados, directamente ligados con el mejoramiento de los ingresos y su distribución, deberán ser recabados a través del sistema tributario2. Esta vía enfrenta obstáculos políticos que deberán ser superados también por medios políticos, para lo cual se requiere, en primer lugar, una amplia y documentada información que avale la solidez de los argumentos planteados; en segundo término, una concientización profunda de los grupos que tendrán que ceder esa pequeña parte del incremento de sus privilegios, ya que, es aquí probablemente donde se encuentren las mayores resistencias; en tercer lugar, una participación organizada de todos los grupos involucrados, ya que el proceso de ir logrando una mayor equidad social tendrá lugar dentro de un contexto sumamente complejo. El esquema de distribución de los ingresos no es autónomo del esquema de distribución de la 1 El peligro de desalentar la inversión extranjera también es discutible. La fuga de capitales de principios de los años ochenta en la región fue mucho más sensible a la estabilidad macroeconómica y cambiaria los criterios de reglamentación que diferencia las tasas impositivas entre los países. 2 Por lo que respecta a Chile, la parte principal de lo que recaba hoy en día el Estado chileno proviene de impuestos indirectos, especialmente el IVA que, por su propia naturaleza, son regresivos. En cambio, los impuestos directos que gravan los ingresos de individuos y empresas, son relativamente bajos en Chile en comparación con otras naciones, y el grado de evasión es importante. Además el fisco gasta anualmente varios cientos de millones de dólares en subsidios de diversa índole a grandes empresas; para el autor, bastaría modificar esta situación para que el Estado pudiese hacer llegar los recursos necesarios para luchar de forma eficiente contra la pobreza y la tan desigual distribución de la renta. (Schatan W, Jacobo. Septiembre 1996). riqueza de la cual dichos ingresos emanan, como tampoco del grado de control que diversos grupos tengan sobre parte del proceso de circulación’. La redistribución debe hacer que los ingresos de los segmentos más pobres crezcan más que proporcionalmente al resto de la economía para que puedan modificarse los patrones de distribución. Diferentes autores3, a la hora de definir los parámetros que un buen sistema fiscal debe tener, hacen uso de los conceptos de eficiencia, equidad, neutralidad y simplificación referidos a los Sistemas Tributarios; - - la suficiencia de un sistema tributario se vincula a la capacidad del mismo para captar un volumen de recursos adecuado a las necesidades de financiación del gasto público; la equidad a una distribución de la carga tributaria que atienda a la capacidad contributiva (horizontal - que pagan todos - y verticalmente - cada uno en función de su capacidad); la neutralidad de aquellas características de los tributos susceptibles producentes de distorsiones significativas que impiden la eficiente asignación de los recursos y, por último, la simplificación al número y complejidad de los tributos que integran aquel sistema. Específicamente, la suficiencia de un sistema tributario está relacionada con: La generalidad del sistema. El nivel y estructura de las alícuotas de manera que éstas en su magnitud tienen efecto sobre los estímulos a la evasión y pueden representar un desánimo sobre la actividad económica formal, por su parte bajas alícuotas pueden suponer dotar al sistema de una insuficiencia endémica si no se acompaña de la adecuada generalidad. Eficacia con que se aplique el sistema: recaudación; fiscalización; cobro de tributos (todo ello relacionado con la capacidad de gestión de la respectiva administración). La eficacia determinará en último término hasta qué punto se identifica el ‘sistema tributario legal’ con el ‘sistema tributario real o efectivo’, en este sentido cabe destacar la íntima relación existente entre la política y la administración tributaria. La acción del administrador tributario se verá favorecida o dificultada en razón de la adecuación que el sistema tributario tenga con las condiciones estructurales y coyunturales del respectivo país. Por países, la presión tributaria, puede observarse, en porcentaje del PIB en el cuadro siguiente, donde destaca la escasa presión impositiva en un país del rango de México, o el importante peso relativo de las contribuciones a la Seguridad Social en Brasil. 3 Pita, Claudino. ‘La Reforma Tributaria en América Latina en la década de los años ochenta’. Documento de Trabajo. Efectos de suficiencia, equidad, neutralidad y simplificación. BID. Serie de Documentos de Trabajo 164. Washington. d.c. Julio/93 La evolución de estas magnitudes aparecen en el cuadro de datos A40 LAC- Presión Tributaria con contribuciones a la Seguridad Social (2005). Fuente: CEPAL ...con esfuerzo fiscal heterogéneo AMÉRICA LATINA Y EL CARIBE: PRESIÓN TRIBUTARIA CON CONTRIBUCIONES PARA SEGURIDAD SOCIAL, 2005 40.0 35.0 30.0 25.0 20.0 15.0 10.0 5. 0 0.0 Ingresos tributarios Contribuciones sociales Diagrama y cuadro A-40 Cuadro A-40 AMÉRICA LATINA Y EL CARIBE: PRESIÓN TRIBUTARIA INCLUIDAS LAS CONTRIBUCIONES A LA SEGURIDAD SOCIAL (En porcentajes del producto interno bruto) 1998 1999 2000 2001 2002 2003 2004 2005 2006 a/ América Latina y el Caribe Argentina Bolivia Brasil Chile Colombia Costa Rica Ecuador El Salvador Guatemala Haití Honduras México Nicaragua Panamá Paraguay Perú República Dominicana Uruguay 14,3 12,9 14,8 19,5 17,6 14,4 12,6 10,5 12,8 10,0 8,3 17,2 12,0 17,2 16,2 12,6 15,6 11,9 24,1 14,4 12,9 14,0 20,7 17,0 14,2 11,9 10,3 12,8 10,7 8,8 18,3 12,9 17,1 16,6 11,8 14,3 12,8 24,1 14,2 13,1 14,0 21,5 17,7 14,1 12,3 11,6 13,0 10,9 7,9 17,0 12,1 17,5 16,0 12,0 13,9 12,7 23,6 14,5 13,2 13,6 22,1 18,1 16,0 13,2 13,3 12,3 11,1 7,4 16,9 12,9 16,6 15,0 12,0 14,2 13,9 23,6 14,6 12,8 13,9 23,4 18,0 16,0 13,2 14,1 13,0 12,2 8,2 17,1 13,2 16,8 14,8 11,2 13,6 13,8 22,8 14,8 14,8 14,1 22,9 17,3 16,2 13,3 12,9 13,3 11,9 8,9 17,6 12,6 18,6 14,6 11,3 14,5 12,4 23,0 15,3 16,6 16,5 23,5 17,0 17,0 13,3 12,8 13,2 11,8 8,9 18,2 11,5 19,3 14,4 12,9 14,7 13,0 24,4 16,1 17,1 22,8 24,4 18,2 17,5 13,6 13,3 14,2 11,5 9,7 18,3 11,0 20,4 14,2 13,0 15,2 14,1 25,4 16,9 17,5 25,6 24,1 18,5 20,6 13,7 14,2 15,0 12,1 9,9 19,2 11,0 21,2 14,7 13,5 16,5 14,1 23,6 Venezuela (República Bolivariana de) 11,6 11,6 9,4 9,6 10,3 10,4 11,5 12,2 16,0 Fuente: Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), sobre la base de cifras oficiales. a/ cifras preliminares. Del cuadro se deduce que ha habido un modesto avance en la presión fiscal en casi todos los países de la Región, en un rango de crecimiento notorio (últimos 5 años) en Argentina, Bolivia y Colombia, en los que se proyecta una tendencia progresiva por incrementar los recursos del Estado en función al PIB. México vuelve a ser destacable por su escasa voluntad de profundizar su sistema impositivo, y Uruguay demuestra en la serie temporal elegida, su tradicional sensibilidad a la hora de dotar al Estado de recursos suficientes. La composición de los ingresos tributarios la tenemos el cuadro siguiente: Carga y composición de los ingresos tributarios, cuadro A-41 Cuadro A-41 AMÉRICA LATINA Y EL CARIBE: CARGA Y COMPOSICIÓN DE LOS INGRESOS TRIBUTARIOS (En porcentajes del producto interno bruto) América Latina y el Caribe Argentina Bolivia Brasil Chile Colombia Costa Rica Ecuador El Salvador Guatemala Haití Honduras México Nicaragua Panamá Paraguay Perú República Dominicana Uruguay Venezuela (República Bolivariana de) Impuesto sobre las rentas y gananci as de capital 2005 2006 a/ 3,8 4,2 3,7 3,6 3,1 3,5 6,2 5,9 5,1 5,2 6,1 7,5 3,4 3,5 2,6 2,6 3,9 4,2 3,2 3,6 2,3 3,0 4,5 5,3 4,6 4,9 4,8 5,1 3,6 4,3 2,0 1,9 4,3 6,0 2,8 3,1 3,0 3,1 2,4 4,1 Impuestos sobre Impuestos la propiedad 2005 0,7 1,7 3,3 0,3 0,7 1,2 0,5 0,2 0,1 0,0 0,4 0,2 0,0 0,7 0,0 0,3 1,8 0,9 2006 a/ 0,6 1,6 2,7 0,3 0,6 1,3 0,6 0,2 0,1 0,0 ...... 0,2 0,2 0,0 0,7 0,0 ...... 0,6 1,6 0,1 generales sobre Impuestos específicos sobre Impuestos sobre el comercio y bienes y servicios bienes y servicios las transacciones internacionales 2005 5,5 3,5 6,9 7,9 6,1 4,9 5,4 6,5 5,2 2,4 7,0 3,8 6,9 0,9 5,4 5,4 3,9 10,4 6,4 2006 a/ 6,0 3,7 7,2 ..... 7,3 . 7,4 5,3 5,4 7,0 5,4 2,9 7,5 4,2 7,3 1,9 5,5 5,5 4,3 10,7 8,7 2005 2,0 2,0 6,4 1,2 1,9 0,4 3,3 0,6 0,6 0,8 0,7 3,7 0,7 4,0 0,9 2,1 1,6 3,2 3,0 0,6 2006 a/ 2,1 1,9 9,3 1,2 1,6 0,4 3,0 0,6 0,5 1,3 0,6 3,5 0,0 4,0 0,8 2,2 1,4 3,6 3,0 0,8 2005 1,5 2,7 1,1 0,4 0,4 1,0 1,1 1,5 1,1 1,9 2,6 1,4 0,3 1,1 2,3 1,9 1,2 3,5 1,4 1,2 2006 a/ 1,3 2,8 0,9 0,4 0,4 1,3 1,2 1,5 1,1 1,2 3,1 1,3 0,3 1,0 1,6 1,8 0,9 2,1 0,1 1,7 (continúa) cuadro A-41 (conclusión) Contribuciones a la s egu ri dad s oc i al 2005 2006 a/ América Latina y el Caribe Argentina Bolivia Brasil Chile Colombia Costa Rica Ecuador El Salvador Guatemala Haití Honduras México Nicaragua Panamá Paraguay Perú República Dominicana Uruguay Venezuela (República Bolivariana de) 2,7 3,3 2,0 13,9 1,4 2,7 0,3 3,0 1,7 0,3 2,7 3,8 2,0 14,0 1,4 2,7 0,3 3,8 1,6 0,3 1,4 1,3 3,6 5,3 1,2 1,5 0,0 5,8 1,3 1,3 3,8 4,8 1,1 1,6 0,1 5,0 0,6 0,6 Otros impuestos di r ec to s 2005 2006 a/ ...... ...... 2,4 . . . . . . ........ . 0,0 ... 0,3 ... . . . . . . . . . . . . . . . . . . 2,2 .. .. .. .. .. .. 0,0 ...... ...... 0,3 ...... ...... ...... ...... ... Otros impuestos indirectos 2005 0,6 0,2 ........ . .3,5 .. 0,8 0,0 0,0 0,0 0,4 0,2 1,6 0,1 0,0 0,2 0,5 1,1 0,3 0,0 ... 2006 a/ 0,6 0,2 3,5 2,0 0,0 0,0 0,0 0,4 0,2 0,3 ...... 0,1 0,1 0,3 1,0 1,1 0,3 0,0 ... Total 2005 16,1 17,1 22,8 24,4 18,2 17,5 13,6 13,3 14,2 11,5 9,7 18,3 11,0 20,4 14,2 13,0 15,2 14,1 25,4 2006 a/ 16,9 17,5 25,6 24,1 18,5 20,6 13,7 14,2 15,0 12,1 9,9 19,2 11,0 21,2 14,7 13,5 16,5 14,1 23,6 12,2 16,0 Fuente: Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL) sobre la base de cifras oficiales a/cifras preliminares Actividad: Comentar y reflexionar colectivamente la distribución de la carga tributaria en algunos de los países del cuadro precedente, con especial atención al Cono Sur. Por su parte, por lo que respecta al Gasto Social no resulta fácil definir el concepto de gasto social, por lo que en la mayoría de los trabajos los autores se abstienen de hacerlo y sencillamente operan con una definición del gasto social que consiste en la enumeración - con la restricción que supone la limitada disponibilidad de información - de los sectores estimados sociales. Tradicionalmente, las funciones consideradas parte del ámbito social han sido: salud, educación, seguridad social y vivienda. No obstante, es bastante común que el Estado materialice una parte de la política social en subsidios implícitos, entre los que destacan el transporte público y la distribución de electricidad (tarifas subsidiadas); a productos básicos como el trigo y la gasolina; a la tasa de interés en el caso de préstamos para la vivienda y de créditos universitarios; por último, también se presentan como franquicias tributarias a grupos específicos de la población4. De acuerdo con la CEPAL, los recursos que los gobiernos destinan a los sectores sociales pueden corresponder a dos categorías: los que buscan compensar, temporal o permanentemente, determinados cambios en los niveles de ingreso de la población5, y los que representan una inversión a mediano y largo plazo en capital humano, en la medida en que favorecen el desarrollo intelectual y físico de los individuos y, por lo tanto, su potencial productivo. Dentro de esta categoría son de especial importancia los recursos empleados para satisfacer necesidades básicas, como nutrición, salud y vivienda, entre otras. Aunque resulta difícil identificar con absoluta precisión los componentes que deberían considerarse como inversión en capital humano, en una primera aproximación suelen considerarse como tales, parte o el total de los gastos en educación y salud. Así, por ejemplo, en varios estudios se califica de ‘gasto en desarrollo humano’ las inversiones en salud básica y educación primaria. En cualquier caso, se ha de concluir con la idea de que la equidad de la tributación y la equidad del gasto público han de considerarse en conjunto6. 4 Por ejemplo, a los constructores de viviendas, pequeños empresarios y agricultores, entre otros. 5 Como consecuencia de las reformas de las pensiones emprendidas en algunos países en la década de los noventa, una de cuyas características predominantes es la de asumir pasivos a futuro (bonos de reconocimiento) en tanto que la recaudación se reduce progresivamente (tránsito del ‘reparto’ a la ‘capitalización’), las exigencias de financiamiento para este sector se verán agudizadas según maduren los nuevos sistemas. 6 ‘Equidad y transformación productiva: un enfoque integrado’ - Capítulo IV - Fortalecimiento de las Finanzas Públicas -. CEPAL; Santiago de Chile, 1992 (Edición de Febrero de 1996).