- 128 — SOBRE PROCEDENCIA DEL EMBARGO CRÉDITOS, DERECHOS GENÉRICO DE Y ACCIONES No es procedente la traba de em bargo general sobre los créditos, de rechos y acciones del deudor. (') Sentencia de Primera Instancia de Primera Instancia Juzgado Letrado en lo Civil de Primer Turno Montevideo, Setiembre VISTOS: Los recursos interpuestos a 24 de 1936'. fs. 197, contra el auto de fs. 196. que el proveyente, repetidas veces, no ha hecho lugar al pe dido de embargo de bienes cuya existencia se ignora, por constituir ello una Atento a ley, reproducirá los fundamentos en que siguientes : negativa, y ^que CONSIDERANDO : El pedido del actor se funda en el error de creef que los términos "embargo" e "interdicción" son sinónimos, cuando ellos expresan ideas jurídicas distintas, como fácilmente se demostrará. El embargo es una medida ejecutiva : "El acto de apoderarse judicialmente de los bienes del deudor, para venderlos y pagar con su importe una deuda" "Embargo, embargar, poner miaño en una cosa, secuestrar" (Ver López Moreno, Proc- Civil y Comercial. T. 2, pág. 424). El embargo trae por consecuencia, ya el secuestro, c[ue es lo que suce de generalmente con los muebles, o ya una anotación en un Registro^ Pú blico, si se trata de inmuebles. Tanto^ la inscripción, como el secuestro', im piden que el deudor pueda disponer válidamente de la cosa embargada y constituyen el medio de hacer saber a los terceros la existencia de la pro hibición judicial. Después de anotado el embargo, es decir, cuando se ha hecho público, toda enajenación y gravamen de la cosa,, embargada hecha en perjuicio del que solicita el embargo, es nula, (art. 901 del Código 'de Proc. Civil y 685 del Civil). De acá deduce que el embargo recae sobre las cosas, no sobre la capacidad del deudor, y que estas cosas deben estar deter minadas para que sea posible jurídicamente el secuestro. (El secuestro es el depósito de una cosa., art. 2285 del Código Civil, o la inscripción) (El interdicción Se no autorizada por la basa dicha son los " " estas sentencias ha sido resuelta en diversos sen REVISTA DE LA ASO'CIACION DE ESCRIBA NOS DEL URUGUAY. Tomo XVI, págs. 32 y 292; tomo XVIII, pág. ISI, 159 y 219; (1) La misma fallos en tomo XIX, pág. 39; y cuestión tratada estudios tidos, tomo publicados en en XXII, pág. 344. (Nota de Redacción). — de de ordenarse que el go, - Embargos ha sido creado para los inmuebles) ; además, para el judicialmente la enajenación de la cosa embargada para deudor pueda cobrar su crédito, que es precisamente el fin del embar Registro caso 129 es cuanto necesario que el objeto de ese contrato esté determinado a lo menos en al género. De lo contrario el contrato sería inexistente (art. 1261 y Civil). Finalmente existiría gran peligro para la contratación, al embargo sobre lo indeterminado, esto es, en la hipótesis de que jurídicamente fuera posible tal medida, pues se prestaría a fraudes y con mayor razón entre nosotros donde los escribanos no tienen la obligación de tener certificados en que conste que el contratante tiene la libre disposición de sus bienes. La interdicción no es una medida ejecutiva, sino preventiva. No se refiere a un bien determinado y va contra la capacidad del interdicto. En nuestra legislación sólo ha sido admitida para los incapaces mayores de edad y para los concursados y fallidos y en cuyos casos la ley exige una publi cidad y una anotación en un registro especial. En la legislación argentina, hay, con el, nombre de inhibición, una in terdicción contra los deudores que no presenten bienes a embargo o no se le conozcan. Así el art. 474 del Código de P. de la Capital dispone : "No conociéndole bienes al deudor, podrá solicitarse con él (obsérvese, no contra sus bienes), inhibición general de vender o gravar sus bienes,' la que quedará sin efecto tan luego como presente bienes a embargo o diera caución bastante" Este artículo está incluido dentro del título "De las ejecuciones"; y en el "De los embargos preventivos" se encuentra idéntica disposición. En el Código de P. de la Provincia de Buenos Aires, después de refor mado en 1906, se estableció una sanción sobre inhibiciones (art. 472 a 476) disponiendo "que en todos los casos en que decretado el embargo y libradO' el mandamiento respectivo, éste no puede hacerse efectivo porque no' se ofrezcan o no se conozcan bienes al deudor, podrá solicitarse su inhibición", y ■determina las reglas para la anotación de aquella en el registro correspon diente y la caducidad de la inscripción a los diez años de anotada. Además los escribanos argentinos, bajo sanciones severas, no pueden autorizar con trato alguno sin tener a la vista un certificado del Registro de la Propiedad, Embargos e Inhibiciones, y en el que conste que el contratante que va a dis 1283 del C. trabar un " " " " " " poner de un de sus bienes no está inhibido. De lo expuesto, se deduce en forma evidente, que la interdicción no es embargo sobre bienes indeterminados, sino una limitación a la capacidad disponer, son a la libertad de contratar. ^ lAhora bien, como las incapacidades sólo las de interpretación estricta, mientras no exista de la ley que autorice contratar de sus a los acreedores deudores, no es a posible crear el legislador y manifestación expresa limitar la facultad de disponer y de puede una decretar la medida solicitada, bajo la denominación inadmisible de embargo sobre cosas indeterminadas. El Doctor Vázquez Acevedo, en sus "Concordancias y Anotaciones", 130 - — número 38, estudia el punto que motiva esta resolución y llega también a re negativamente, diciendo que "en el Código no hay disposición algu na que permita imponer a los deudores una medida de tanta gravedad" CONSIDERANDO : El artículo 882 del citado Código establece que la designación de bienes debe hacerla el acreedor y a falta de esta designación la deberá hacer el deudor; y "designar" es "señalar" o indicar una persona o solverla cosa para determinado fin." Esto demuestra una vez más, la imposibilidad de decretar un embargo desconocido, y que el mandamiento no puede librarse, mientras a la justicia no se le designen bienes; y CONSIDERANDO : Que para demostrar una vez más que la tesis soste sobre lo nida por el Juzgado es la jurídica, Mayo de 1877 y 12 de febrero de bargos, e es suficiente leer los 1879, que legislan decretos-leyes de 22 de Registro de Em sobre el Interdicciones. Por el art. 1° del decreto del año 1877, se dispone que el Registro^ es pa diligencias de embargos sobre bienes raíces o naves situadas en la República. Y por otras disposiciones siempre se refie re a esta clase de bienes exigiendo la individualización de las propiedades, de biendo indicarse hasta si es posible los linderos. La solución contraria aceptada por muchos jueces, ha traído como con secuencia una verdadera anarquía que se nota cuando algún interesado solicita certificados al Registrador. En. virtud de esas interdicciones ilegales, el pe ticionante encuentra trabas, pues el Registro, ya por existencia de homóni mos y a veces guiado por apellidos c[ue fonéticamente son semejantes, no expide certificado libre, obligando al solicitante a hacer diversas diligen cias, co,n lo que se ocasiona gastos y se traba la contratación. Si los Regis tros fueran llevados en la forma ordenada por aquellos decretos no ocurri rían estos inconvenientes, pues e! Registrador se concretaría a informar so bre el bien determinado que se le pide y por el nombre que como propietario fi gura en la diligencia de embargo. El Tribunal de Apelaciones de 3er. turno, compartiendo la tesis susten tada por el Juzgado en la resolución que se deja transcripta, confirmó una análoga en los autos seguidos por J. G. contra R. C, incidente sobre ho ra tomar razón de todas las norarios de L. P. Por todo ello, se resuelve NO HACER LUGAR a : la reposición solicitada y se concede la apela ción para ante el Tribunal c[ue corresponda, a quien se elevarán los autos en la forma de estilo; emplazándose a las partes para que comparezcan ante él dentro del tercero día. Bco. Jardi Abella 131 - — Sentencia de Segunda Instancia {Tribunal de Apelaciones de primer turno) VISTOS para interlocutoria de segunda instancia, los presentes autos seguidos entre J. C. D. y otros con E. A^ F., en mérito a la apelación que fué otorgada a fs. 196 en cuanto no se hizo lugar al embargo genérico- de bienes solicitado por el recurrente; CONSIDERANDO que los sentenciantes nión del Sr. gos, se como Juez ya se recurrido sobre la ha sustentado " " " " " " " " " " " " " " " " " " " " " " " " " " opi otros asuntos y por los fundamentos que el embargo de créditos y acciones en la f orapelante pedido, no es en realidad, un embargo que tenga por objeto secuestrar un bien determinado, ya sea desapO'd erando de él al embargado, ya inscribiéndolo en determinado Registro si se trata de bienes inmuebles, impidiendo de ese modo que el deudor pueda disponer válidamente de la cosa embargada y haciendo saber al mismo tiempo a los terceros la existencia de la prohibición judicial de enajenar. El embargo general de bienes y acciones, más que embargo, tiene todos los caracteres de una interdicción general de bienes y en nuestro Código no hay disposición que permita imponer a los deudores una medida de tanta gravedad. Considerando, además, que dentro del procedimiento que el Código establece, no tiene cabida la interdicción general, pues todo el procedimiento tiene por base única el embargo de determinados bienes para realizar con el producto de su venta el pago de la deuda. La interdicción no' es una medida ejecutiva sino, más bien preventiva y no se refiere a un bien determinado, sino a la capacidad del interdicto- Así por ejemplo en nuestra legislación, es admitida contra los fallidos y concursados; considerando' que aunque se admitiera y diera curso al petitorio de embargo 'de créditos y acciones, se trataría de una medida ineficaz, ya que no existiendo en nuestro país organizado un Registro para anotarlos, los terceros que adquieren esos créditos y acciones indeterminados, no podrían tener conocimiento ele la prohibición de enajenarlos. Hace poco tiempo fué publicada en los diarios una nota del encargado del Registro de Embargos pidiendo autorización para no aceptar esa clase de interdicciones, o de lo contrario organizar un Reigistro especial para ellas; considerando' que es significativa la circunstancia de q.ue el Código de Procedimiento Civil haya omitido ocuparse de la interdicción de enajenar bienes cuando no se le conozcan al ejecutado, porque ese instituto figuraba cuando se redactó nuestro Código en los proyectos argentinos que fueron, en otros momenma " la embar transcriben: CONSIDERANDO " en mayoría comparten improcendencia de esas clases de en en que el : "que lo ha - tos, fuentes de cindió de " " " " " " " " " " " " " " " " para nuestro legislador, y sin embargo se pres para atenerse a la ley de Enjuiciamiento Civil Es pañola ; considerando que el art. 88o del Código de P. Civil dispone que el embargo se trabará en bienes suficientes para cubrir la cantidad recla mada, sus intereses, costas y costos y embargándose derechos y acciones, no será nunca posible saberse si ellos alcanzan o si son excesivos para ese tratarse de bienes indeterminados y desconocidos cuya avaluación fin, por lio será posible efectuar. Además, el embargo que el Código autoriza es para realizar bienes y satisfacer así la deuda reclamada, lo que no podrá llevarse puede a cabo tratándose de derechos y acciones desde que, en realidad incorporados al patrimonio del deudor; considerando' que no bienes no son " — inspiración modelo, ese 132 general de bienes en el art. 88i del citado, por cuanto en los artículos se ha- fundamentarse la interdicción Código de Procedimiento antes bla de los créditos, derechos y acciones del deudor determinados y conocidos, como así resulta de su redacción pero no podrán embargársele derechos y acciones abstractos y desconocidos que enajenarse para satisfacer la deuda reclamada; no podrían avaluarse ni considerando, finalmente que es de oportunidad invocar la opinión coincidente, en el sentido de la sentencia apelada, de la mayoría de nuestros magistrados, expuesta en numerosos fallos, así como la de reputados maestros como Vázquez Acevedo, José A. de Ereitas, Alejandro Lagarmilla y Eduardo Brito del Pino, que integrando una Comisión Revisora del Código, propuso incorporar a la legislación procesal el instituto de la Interdicción General de enajenar y gravar los bienes del deudor, reconociendo, de ese modo, que sin la expresada reforma, no cabía, entre nosotros, tal interdicción. "Por estos fundamentos : Se confirma la sentencia apelada y devuél- vase" En mérito .a lución de fs. 199 Se confirma lo expuesto y a los fundamentos que se aducen en la : con costas, el auto apelado, y devuélvase. Del Castillo. — JJovet. — Minelli. reso