CRÉDITOS, DERECHOS Y ACCIONES la inscripción) (El

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—
SOBRE PROCEDENCIA DEL EMBARGO
CRÉDITOS, DERECHOS
GENÉRICO
DE
Y ACCIONES
No es procedente la traba de em
bargo general sobre los créditos, de
rechos y acciones del deudor. (')
Sentencia de Primera Instancia
de Primera Instancia
Juzgado Letrado
en
lo Civil de Primer Turno
Montevideo, Setiembre
VISTOS: Los
recursos
interpuestos
a
24 de
1936'.
fs. 197, contra el auto de fs.
196.
que el proveyente, repetidas veces, no ha hecho lugar al pe
dido de embargo de bienes cuya existencia se ignora, por constituir ello una
Atento
a
ley, reproducirá los fundamentos en que
siguientes :
negativa, y ^que
CONSIDERANDO : El pedido del actor se funda en el error de creef
que los términos "embargo" e "interdicción" son sinónimos, cuando ellos
expresan ideas jurídicas distintas, como fácilmente se demostrará.
El embargo es una medida ejecutiva : "El acto de apoderarse judicialmente de los bienes del deudor, para venderlos y pagar con su importe una
deuda" "Embargo, embargar, poner miaño en una cosa, secuestrar" (Ver
López Moreno, Proc- Civil y Comercial. T. 2, pág. 424).
El embargo trae por consecuencia, ya el secuestro, c[ue es lo que suce
de generalmente con los muebles, o ya una anotación en un Registro^ Pú
blico, si se trata de inmuebles. Tanto^ la inscripción, como el secuestro', im
piden que el deudor pueda disponer válidamente de la cosa embargada y
constituyen el medio de hacer saber a los terceros la existencia de la pro
hibición judicial. Después de anotado el embargo, es decir, cuando se ha
hecho público, toda enajenación y gravamen de la cosa,, embargada hecha
en perjuicio del que solicita el embargo, es nula,
(art. 901 del Código 'de
Proc. Civil y 685 del Civil). De acá deduce que el embargo recae sobre las
cosas, no sobre la capacidad del deudor, y que estas cosas deben estar deter
minadas para que sea posible jurídicamente el secuestro. (El secuestro es el
depósito de una cosa., art. 2285 del Código Civil, o la inscripción) (El
interdicción
Se
no
autorizada por la
basa dicha
son
los
"
"
estas sentencias ha sido resuelta en diversos sen
REVISTA DE LA ASO'CIACION DE ESCRIBA
NOS DEL URUGUAY. Tomo XVI, págs. 32 y 292; tomo XVIII, pág. ISI, 159 y 219;
(1)
La
misma
fallos
en
tomo
XIX, pág. 39;
y
cuestión tratada
estudios
tidos,
tomo
publicados
en
en
XXII, pág. 344. (Nota
de
Redacción).
—
de
de ordenarse
que el
go,
-
Embargos ha sido creado para los inmuebles) ; además, para el
judicialmente la enajenación de la cosa embargada para
deudor pueda cobrar su crédito, que es precisamente el fin del embar
Registro
caso
129
es
cuanto
necesario que el objeto de ese contrato esté determinado a lo menos en
al género. De lo contrario el contrato sería inexistente (art. 1261 y
Civil). Finalmente existiría gran peligro para la contratación, al
embargo sobre lo indeterminado, esto es, en la hipótesis de que
jurídicamente fuera posible tal medida, pues se prestaría a fraudes y con
mayor razón entre nosotros donde los escribanos no tienen la obligación de
tener certificados en que conste que el contratante tiene la libre disposición
de sus bienes. La interdicción no es una medida ejecutiva, sino preventiva.
No se refiere a un bien determinado y va contra la capacidad del interdicto.
En nuestra legislación sólo ha sido admitida para los incapaces mayores de
edad y para los concursados y fallidos y en cuyos casos la ley exige una publi
cidad y una anotación en un registro especial.
En la legislación argentina, hay, con el, nombre de inhibición, una in
terdicción contra los deudores que no presenten bienes a embargo o no se le
conozcan. Así el art. 474 del Código de P. de la Capital dispone : "No conociéndole bienes al deudor, podrá solicitarse con él (obsérvese, no contra
sus bienes), inhibición general de vender o gravar sus bienes,' la que quedará sin efecto tan luego como presente bienes a embargo o diera caución bastante" Este artículo está incluido dentro del título "De las ejecuciones";
y en el "De los embargos preventivos" se encuentra idéntica disposición.
En el Código de P. de la Provincia de Buenos Aires, después de refor
mado en 1906, se estableció una sanción sobre inhibiciones (art. 472 a 476)
disponiendo "que en todos los casos en que decretado el embargo y libradO' el
mandamiento respectivo, éste no puede hacerse efectivo porque no' se ofrezcan o no se conozcan bienes al deudor, podrá solicitarse su inhibición", y
■determina las reglas para la anotación de aquella en el registro correspon
diente y la caducidad de la inscripción a los diez años de anotada. Además
los escribanos argentinos, bajo sanciones severas, no pueden autorizar con
trato alguno sin tener a la vista un certificado del Registro de la Propiedad,
Embargos e Inhibiciones, y en el que conste que el contratante que va a dis
1283
del C.
trabar
un
"
"
"
"
"
"
poner de
un
de
sus
bienes
no
está inhibido.
De lo expuesto, se deduce en forma evidente, que la interdicción no es
embargo sobre bienes indeterminados, sino una limitación a la capacidad
disponer,
son
a
la libertad de contratar.
^
lAhora bien, como las incapacidades sólo las
de interpretación estricta, mientras no exista
de la
ley
que autorice
contratar de
sus
a
los acreedores
deudores,
no es
a
posible
crear el legislador y
manifestación expresa
limitar la facultad de disponer y de
puede
una
decretar la medida
solicitada, bajo la
denominación inadmisible de embargo sobre cosas indeterminadas.
El Doctor Vázquez Acevedo, en sus "Concordancias y Anotaciones",
130
-
—
número
38, estudia el punto que motiva esta resolución y llega también a re
negativamente, diciendo que "en el Código no hay disposición algu
na
que permita imponer a los deudores una medida de tanta gravedad"
CONSIDERANDO : El artículo 882 del citado Código establece que la
designación de bienes debe hacerla el acreedor y a falta de esta designación
la deberá hacer el deudor; y "designar" es "señalar" o indicar una persona o
solverla
cosa
para determinado fin."
Esto demuestra
una vez más, la imposibilidad de decretar un embargo
desconocido, y que el mandamiento no puede librarse, mientras a la
justicia no se le designen bienes; y
CONSIDERANDO : Que para demostrar una vez más que la tesis soste
sobre lo
nida por el Juzgado es la jurídica,
Mayo de 1877 y 12 de febrero de
bargos,
e
es
suficiente leer los
1879,
que
legislan
decretos-leyes de 22 de
Registro de Em
sobre el
Interdicciones.
Por el art. 1° del decreto del año
1877, se dispone que el Registro^ es pa
diligencias de embargos sobre bienes raíces o
naves situadas en la República. Y por otras disposiciones siempre se refie
re a esta clase de bienes exigiendo la individualización de las propiedades, de
biendo indicarse hasta si es posible los linderos.
La solución contraria aceptada por muchos jueces, ha traído como con
secuencia una verdadera anarquía que se nota cuando algún interesado solicita
certificados al Registrador. En. virtud de esas interdicciones ilegales, el pe
ticionante encuentra trabas, pues el Registro, ya por existencia de homóni
mos
y a veces guiado por apellidos c[ue fonéticamente son semejantes, no
expide certificado libre, obligando al solicitante a hacer diversas diligen
cias, co,n lo que se ocasiona gastos y se traba la contratación. Si los Regis
tros fueran llevados en la forma ordenada por aquellos decretos no ocurri
rían estos inconvenientes, pues e! Registrador se concretaría a informar so
bre el bien determinado que se le pide y por el nombre que como propietario fi
gura en la diligencia de embargo.
El Tribunal de Apelaciones de 3er. turno, compartiendo la tesis susten
tada por el Juzgado en la resolución que se deja transcripta, confirmó una
análoga en los autos seguidos por J. G. contra R. C, incidente sobre ho
ra
tomar razón de
todas las
norarios de L. P.
Por todo
ello,
se
resuelve
NO HACER LUGAR
a
:
la
reposición
solicitada y
se
concede la
apela
ción para ante el Tribunal c[ue corresponda, a quien se elevarán los autos
en la forma de estilo; emplazándose a las partes para que comparezcan ante
él dentro del tercero día.
Bco. Jardi Abella
131
-
—
Sentencia de Segunda Instancia
{Tribunal
de
Apelaciones
de
primer turno)
VISTOS para interlocutoria de segunda instancia, los presentes autos
seguidos entre J. C. D. y otros con E. A^ F., en mérito a la apelación que
fué
otorgada
a
fs.
196
en
cuanto
no
se
hizo
lugar
al
embargo genérico-
de
bienes solicitado por el recurrente;
CONSIDERANDO que los sentenciantes
nión del Sr.
gos,
se
como
Juez
ya
se
recurrido sobre la
ha sustentado
"
"
"
"
"
"
"
"
"
"
"
"
"
"
"
"
"
"
"
"
"
"
"
"
"
"
opi
otros asuntos y por los fundamentos que
el
embargo de créditos y acciones en la f orapelante
pedido, no es en realidad, un embargo que
tenga por objeto secuestrar un bien determinado, ya sea desapO'd erando de
él al embargado, ya inscribiéndolo en determinado Registro si se trata de
bienes inmuebles, impidiendo de ese modo que el deudor pueda disponer
válidamente de la cosa embargada y haciendo saber al mismo tiempo a los
terceros la existencia de la prohibición judicial de enajenar. El embargo
general de bienes y acciones, más que embargo, tiene todos los caracteres
de una interdicción general de bienes y en nuestro Código no hay disposición que permita imponer a los deudores una medida de tanta gravedad.
Considerando, además, que dentro del procedimiento que el Código establece, no tiene cabida la interdicción general, pues todo el procedimiento
tiene por base única el embargo de determinados bienes para realizar con
el producto de su venta el pago de la deuda. La interdicción no' es una medida ejecutiva sino, más bien preventiva y no se refiere a un bien determinado, sino a la capacidad del interdicto- Así por ejemplo en nuestra legislación, es admitida contra los fallidos y concursados; considerando' que
aunque se admitiera y diera curso al petitorio de embargo 'de créditos y
acciones, se trataría de una medida ineficaz, ya que no existiendo en
nuestro país organizado un Registro para anotarlos, los terceros que adquieren esos créditos y acciones indeterminados, no podrían tener conocimiento ele la prohibición de enajenarlos. Hace poco tiempo fué publicada
en los diarios una nota del encargado del Registro de Embargos pidiendo autorización para no aceptar esa clase de interdicciones, o de lo contrario organizar un Reigistro especial para ellas; considerando' que es
significativa la circunstancia de q.ue el Código de Procedimiento Civil haya omitido ocuparse de la interdicción de enajenar bienes cuando no se
le conozcan al ejecutado, porque ese instituto figuraba cuando se redactó
nuestro Código en los proyectos argentinos que fueron, en otros momenma
"
la
embar
transcriben:
CONSIDERANDO
"
en
mayoría comparten
improcendencia de esas clases de
en
en
que el
:
"que
lo ha
-
tos, fuentes de
cindió de
"
"
"
"
"
"
"
"
"
"
"
"
"
"
"
"
para nuestro legislador, y sin embargo se pres
para atenerse a la ley de Enjuiciamiento Civil Es
pañola ; considerando que el art. 88o del Código de P. Civil dispone que el
embargo se trabará en bienes suficientes para cubrir la cantidad recla
mada, sus intereses, costas y costos y embargándose derechos y acciones,
no será nunca
posible saberse si ellos alcanzan o si son excesivos para ese
tratarse
de bienes indeterminados y desconocidos cuya avaluación
fin, por
lio será posible efectuar. Además, el embargo que el
Código autoriza es
para realizar bienes y satisfacer así la deuda reclamada, lo que no podrá
llevarse
puede
a
cabo tratándose de derechos y acciones desde que, en realidad
incorporados al patrimonio del deudor; considerando' que no
bienes
no son
"
—
inspiración
modelo,
ese
132
general de bienes en el art. 88i del
citado, por cuanto en los artículos se ha-
fundamentarse la interdicción
Código
de Procedimiento antes
bla de los créditos, derechos y acciones del deudor determinados y conocidos, como así resulta de su redacción pero no podrán embargársele derechos y acciones abstractos y desconocidos que
enajenarse para satisfacer la deuda reclamada;
no podrían avaluarse ni
considerando, finalmente
que es de oportunidad invocar la opinión coincidente, en el sentido de la
sentencia apelada, de la mayoría de nuestros magistrados, expuesta en
numerosos fallos, así como la de reputados maestros como Vázquez Acevedo, José A. de Ereitas, Alejandro Lagarmilla y Eduardo Brito del Pino,
que integrando una Comisión Revisora del Código, propuso incorporar a
la legislación procesal el instituto de la Interdicción General de enajenar y
gravar los bienes del deudor, reconociendo, de ese modo, que sin la expresada reforma, no cabía, entre nosotros, tal interdicción.
"Por estos fundamentos : Se confirma la sentencia apelada y devuél-
vase"
En mérito
.a
lución de fs. 199
Se confirma
lo expuesto y
a
los fundamentos que
se
aducen
en
la
:
con
costas, el auto
apelado,
y
devuélvase.
Del Castillo.
—
JJovet.
—
Minelli.
reso
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