LA NOVEDOSA FIGURA DEL PROGENITOR AFÍN, UN GRAN

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Diario Familia y Sucesiones Nro 50 - 30.10.2015
LA NOVEDOSA FIGURA DEL PROGENITOR AFÍN, UN GRAN ACIERTO DE LA
NUEVA LEGISLACIÓN
Por Nancy M. Dopazo
1
La ley 29664, a partir del 1 de agosto de este 2015, ha traído a la República
Argentina una nueva codificación, cambiando en gran medida, aquel paradigma civilista
que nos enseñara Velez desde 1864. Es en el derecho de familia, sin dudas un cambio
muy profundo, que nos impulsa a quienes operamos el derecho dentro de esta rama, a
desentrañar el espíritu tuitivo de cada norma inserta en este nuevo plexo.
En este artículo de opinión me remitiré exclusivamente a la novedosa figura del
progenitor afín. Por cierto, sí que es novedosa, toda vez que en legislación Velezana, no
había normativa alguna que tratara siquiera una figura parecida, claro que tampoco
existían los nuevo tipos de familia que hoy son usuales.
Comencemos señalando qué es, o qué significa la figura del progenitor afín: Dice
el Art. 672 del Código Civil y Comercial de la Nación: “Se denomina progenitor afín al
cónyuge o conviviente que vive con quien tiene a su cargo el cuidado personal del niño o
adolescente”2, es claro que alude a tal terminología entonces, cuando se refiere a aquel
“tercero en relación al niño” que convive o se casa con el progenitor del mismo, y
obviamente ese niño o adolescente conviva con dicho “tercero”.
Es que dentro de este nuevo paradigma legal, se observa asimismo, la inclusión
de las nuevas formas de familia que la sociedad ha ido creando a lo largo de los tiempos,
una de ellas, y tal vez la más habitual por así decirlo, es la familia ensamblada,
entendiéndose por tal a aquella que se origina en una nueva unión, tras una separación,
divorcio o viudez cuando uno a ambos integrantes de la pareja tienen hijos de un lazo
precedente 3. La realidad social nos muestra cotidianamente la formación a diario de tales
familias, es por ello que la ley se aggiorna, a través de este cuerpo jurídico, a las
necesidades sociales.
Y justamente dentro de esta realidad social aparece, pues, esta nueva figura que
los codificadores, han entendido su inclusión, necesaria e imprescindible, ni más ni
menos que por la proliferación de cuestiones a regular, que estas familias ensambladas
fueron gestando.
De la lectura del nuevo código, en lo referente a este tema, se desprenden
deberes y ejercicios otorgados al progenitor afín…
A fin de poder comprender un poco más la idea del codificador, expondré
brevemente estos derechos y ejercicios, a saber: el Art. 673 del nuevo Código Civil y
Comercial de la Nación dice que el cónyuge o conviviente de un progenitor debe cooperar
en la crianza y educación de los hijos del otro, realizar los actos cotidianos relativos a su
formación en el ámbito doméstico y adoptar decisiones ante situaciones de urgencia…
por otro lado el Art. 674 del mismo cuerpo normativo expone que el progenitor a cargo del
hijo puede delegar a su cónyuge o conviviente el ejercicio de la responsabilidad parental
cuando no estuviera en condiciones de cumplir la función en forma plena por razones de
viaje, enfermedad o incapacidad transitoria, … y siempre que exista imposibilidad para su
desempeño por parte del otro progenitor, o no fuera conveniente que este último asuma
su ejercicio. El Art. 676 nos habla de la obligación alimentaria del cónyuge o conviviente
1
Abogada recibida en la Universidad de Buenos Aires; Especialista en Derecho de Familia de la Universidad Católica
Argentina; Magister en Derecho y Magistratura Judicial de la Universidad Austral; Consejero de Familia del Juzgado de
Familia N° 1 de San Miguel, Provincia de Buenos Aires.
2
RIVERA, Julio, Medina, Graciela,Código Civil y Comercial de la Nación comentado, La Ley, Buenos Aires, 2014, T. II, p.
580
3
Idem
respecto de los hijos del otro, explicando que la misma tiene carácter subsidiaria y
ilustrándonos a su vez, que cesará la misma en los casos de disolución del vínculo
conyugal o ruptura de la convivencia, pero que si tal situación ocasiona un grave daño al
niño o adolescente y el cónyuge o conviviente que asumió durante la vida en común el
sustento del hijo del otro, puede fijarsele una cuota asistencial a su cargo con carácter
transitorio, definiendo dicha duración el juez…
Vemos, de la normativa, que el espíritu de este nuevo paradigma es la protección
enérgica del niño o adolescente, protección que traspasa o trasciende a la familia
nuclear. Hoy como observamos, el padre afín, goza del derecho que se confiere al
progenitor biológico, claro está, que con algunas limitaciones y consideraciones que la
misma normativa, como hemos visto, expresa.
Considero beneficiosa la inclusión de esta nueva figura, ello en virtud de que, y tal
como lo expresara anteriormente, son las familias ensambladas las que predominan en la
conformación familiar actual, y cuando los progenitores biológicos de los niños o
adolescentes se distancian o ante la ruptura de la pareja primigenia, es el hijo, en la gran
mayoría de los casos, el que sufre las consecuencias directas e indirectas de tal
distanciamiento o ruptura.
Una de las consecuencias más gravosas, a mi entender, es la ausencia de la
cuota alimentaria por parte del progenitor biológico, es por ello que el art. 676 del nuevo
código hace efectiva la regla de la solidaridad que deviene insoslayable en las relaciones
familiares, obviamente y tal como surge de la misma norma, este deber alimentario en
cabeza del progenitor afín, tendrá carácter subsidiario.
En relación a dicho deber se ha interpretado que sí y sólo sí podrá imponerse al
progenitor afín, si los progenitores biológicos no puedan asumir esta obligación, como así
tampoco los ascendientes o hermanos bilaterales o unilaterales.
Discrepo, con dicho razonamiento, pues al encontrarnos frente a un derecho
asistencial, como lo son los alimentos, entiendo que a la hora de interpretar la normativa,
dicha interpretación debe flexibilizarse, pues coincido con lo sostenido por el Dr. Mizrahi,
cuando considera que en tanto los alimentos que podría llegar a deber el progenitor afín,
se encuentran contemplados dentro del título de la “Responsabilidad Parental”, no habría
una razón de peso ni de justicia, para entender que es prioritaria la obligación alimentaria
entre parientes, como sería un hermano4.
Ello así, ante la necesidad concreta y el minucioso estudio del caso en su
contexto, entender la normativa dentro de la rigidez comentada, sería sin más,
contradecir una garantía rectora, como lo es el interés superior del niño, contemplado en
el Art. 3 de la Convención de los Derechos del Niño.
Concluyo entonces que estos nuevos vientos que soplan hoy dentro del derecho
de familia, traen especialmente al niño/a o adolescente un sostén, o una apoyatura muy
acertada, cuando la realidad biológica no se evidencia involucrada en la realidad efectiva
y necesidad de éstos, sea por la circunstancia que sea, es por demás importante contar
con la contención, apoyo y resguardo de un otro.
Entiendo al derecho de familia como la conjunción de las necesidades de todo ser
humano, yendo desde lo emocional hasta lo material y económico, por cuanto, considero
que este cuerpo normativo, especialmente esta figura analizada, es un gran soporte no
sólo para el receptor de la misma, el niño, sino para el juez, que cuenta ahora con más
posibilidades para poder garantizar a este sector vulnerado, su derecho.
4
MIZRAHI, Mauricio, Responsabilidad Parental, Astrea, Buenos Aires, 2015, p. 359
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