La formación de abogado/as, la justicia y corrupción de jueces y fiscales Análisis de la encuesta nacional-urbana de Ipsos, encargada por la Facultad de Derecho de la PUCP Comisión de profesores para impulsar el debate sobre la reforma de la justicia en el Perú Facultad de Derecho Pontificia Universidad Católica del Perú La Facultad de Derecho de la Pontificia Universidad Católica –a iniciativa de la Comisión especial de profesores que formula estos comentarios1-, le solicitó a la empresa Ipsos, que realice una encuesta nacional urbana para indagar sobre las percepciones de peruanos y peruanas respecto de determinados temas vinculados a la formación de los abogados, la justicia y la corrupción de abogados, jueces y fiscales. Se trata de una encuesta de gran alcance, para la cual se encuestó a 1,208 personas y en cada plaza se hizo una muestra por localidades. La encuesta se realizó entre el 16 y 18 de mayo de 2014, y tiene un margen de error de 2.78%. La encuesta busca visualizar la opinión ciudadana desde perspectivas usadas antes solo parcialmente en esos ámbitos. Creemos que era necesario realizarla por la evidente crisis de institucionalidad en el país que nos obliga a estudiar escenarios no antes recorridos, y también para iniciar una contribución que la Facultad de Derecho de la PUCP deberá en el futuro profundizar para continuar con el liderazgo que ostenta en el país. Asimismo, creemos que sus resultados estarían mostrando una etapa de transición y de cambios sociales, y cuestionando algunas ideas tradicionales. A continuación, presentamos un análisis preliminar de los resultados de la encuesta. Actitud hacia la carrera de derecho: La mayoría no quiere ser abogado/a Lo primero que habría que resaltar es que la mayoría de encuestados (54%) no quiere ser abogado(a), frente a una minoría que si quisiera serlo (35%). Esta es una constante tanto en Lima como en el resto del país. Creemos que es un resultado contrario a una 1 La comisión fue convocada por el señor decano de la Facultad de Derecho de la PUCP, profesor César Landa, para que desde la universidad se formulen propuestas de reforma y mejora del sistema de justicia, a propósito de décimo aniversario de la creación de la Comisión de Reforma Integral de la Administración de Justicia (CERIAJUS). La comisión inició sus labores en diciembre de 2012, presidida por el profesor Baldo Kresalja e integrada por los siguientes docentes: César Fernández Arce, Javier de Belaúnde, Rocío Villanueva, Felipe Villavicencio, Ernesto de la Jara y David Lovatón (secretario técnico). El señor decano César Landa ha participado en muchas de sus sesiones. Además, la secretaría técnica cuenta con la asesoría del abogado César Bazán Seminario, integrante del Instituto de Defensa Legal (IDL). 1 extendida creencia. Sin embargo, la minoría no es deleznable: 1 de cada 3 peruanos ve en la abogacía una opción profesional, lo que explicaría el alto número de estudiantes de derecho y de Facultades de Derecho públicas y privadas actualmente existentes en el país2. El rechazo a ser abogado es mayor en los sectores A y B (altos ingresos o medios altos), que en los otros y una mayoría en Lima como en el interior declara que no le gustaría ser abogado y tampoco que sus hijos lo fueran. Esto revelaría que la profesión de abogado es vista como una oportunidad de ascenso social y económico para los sectores de escasos recursos, en tanto que ya no sería percibida la abogacía – necesariamente- por los sectores altos o medios altos, como una profesión que otorga prestigio social o importantes ingresos económicos. Esta posible percepción de la profesión de abogado como vehículo para el ascenso social y la emancipación económica, también se traduciría en el mayor interés de las mujeres –en relación a los hombres- por querer ser abogadas, según la encuesta bajo comentario. Así, mientras que el 30% de los encuestados respondió que le gustaría ser abogado, un 40% de las encuestadas contestó en similar sentido. Como hemos dicho, el sector social A (de altos ingresos), tiene una posición poco favorable hacia la profesión de abogado, la que tiene mayor apoyo en los sectores B y C (ingresos medios altos y medios). Sorprendentemente, los porcentajes son uniformes en cuanto a edades. De aquellos del sector A a los que les gustaría que sus hijos sean abogados, sólo el 4% considera que es para defender a los que más lo necesiten. En el ámbito femenino y joven el porcentaje aumenta. La profesión no se considera lucrativa, requiere estudios y es larga, y solo un porcentaje pequeño cree que es para defender a las personas. Hay varias formas de leer la opinion del sector A: como son los que "mejor" conocen cómo se maneja la administración de justicia no desean eso para sus hijos, pues las decisiones judiciales se pueden "comprar", pero también porque no es lucrativa. Quizá esto ponga de manifiesto la decadencia en la estimación por lo "público". Esto debería confirmarse con estudios posteriores más específicos. Razones para estudiar Derecho Sobre la razón por la que les gustaría ser abogados –o que sus hijos lo sean- una mayoría del 53% considera “para ayudar o defender a las personas”, aunque se percibe una diferencia entre Lima y el interior del país: mayor confianza en Lima que defiende los derechos de las personas (45%) y menor confianza en el interior (36%), lo que podría explicarse a una menor institucionalidad del sistema de justicia en el interior del país y una corrupción más extendida. 2 Según los resultados que publicó el INEI en el año 2010 habían 70861 estudiantes de Derecho. A la fecha ese número puede haberse incrementado. 2 Existen varias interpretaciones posibles sobre los datos obtenidos en cuanto a las razones para estudiar Derecho. Un importante porcentaje opina que lo hace con fines loables y no porque piensen que se trata de una carrera ligada al lucro y al éxito. Pero, de otro lado, es muy significativo que se considere como bajísima la demanda laboral, lo que contradice el alto número de estudiantes. Con mayor finura, habría que conocer si lo hacen por razones distintas a conseguir un puesto de trabajo estable y no para cumplir una extendida práctica social (tramitadores, portapliegos, allegados al poder, informalidad, entre otros). Por otra parte, se acepta nacionalmente que Derecho es una carrera que requiere esfuerzo y que es larga. Hay también la percepción, aunque minoritaria, que es una profesión vinculada a la corrupción (10%). Curiosamente, se relaciona a la corrupción primero con los jueces y fiscales y en un segundo plano con los abogados. Esto corroboraría la hipótesis de que los ciudadanos achacan menos responsabilidad a los abogados respecto de la corrupción del sistema jurídico, en comparación con la responsabilidad que se endilga a jueces, fiscales, policías y funcionarios en general. ¿A qué se debería esta percepción ciudadana distorsionada sobre la profesión de abogado, en el sentido que no se le consideraría tan vinculada a la corrupción según esta encuesta? La mayoría de los encuestados considera que la función principal de la abogacía es “la protección/defensa de los derechos/personas” (21%), con lo cual podría interpretarse que un sector de la ciudadanía percibe que lo más importante es defender o restituir los derechos de nuestros patrocinados más que trasgredir o no la ley. En otras palabras, a un sector de ciudadanos le interesaría muy poco la vigencia del “rule of law” (Estado de Derecho), sino la defensa de sus intereses y derechos. ¿Qué sabe o qué ha escuchado sobre la carrera de Derecho? Si bien la asociación que se hace de la carrera de Derecho con la corrupción es solo del 10%, este dato es alto solo en relación a los otros factores vistos individualmente (la carrera es prestigiosa: 3%). Es sorprendente que la mayoría opte por decir que no ha escuchado nada o que prefiere no precisar (19%) y que sumando los que no han escuchado nada, no precisa y otros, el porcentaje llegue a 24%. Estos hallazgos exploratorios requieren en el futuro una investigación a profundidad. Más facultades de Derecho: ¿del crecimiento desordenado a la mano invisible del mercado? Respecto a la gran cantidad de nuevas universidades es alto el porcentaje que considera que el mercado se encargara de garantizar la calidad de estos centros (41%); sin embargo, una ligera mayoría (47%) opina que la calidad de los abogados empeorará con tantas facultades sin control. 3 Hay que remarcar que el Sector A es el más crítico frente a la proliferación de universidades (71%) y el más escéptico frente a su regulación por el mercado (solo el 24% respalda esta alternativa). La percepción a favor del mercado sube en provincias. También es importante destacar que en el sur está el peor concepto del crecimiento sin control de la oferta universitaria del derecho (57%). Estas respuestas requerirán ampliar la investigación en el futuro para corroborar su pertinencia y precisión, entre otras cosas, para saber qué es lo que se entiende por “mercado”. Justicia y corrupción: la imagen de jueces y fiscales en el Perú En relación a la pregunta sobre si los jueces y fiscales defienden la justicia, ellos salen mucho mejor a lo que suele ocurrir en otras las encuestas, ya que se pronuncian a su favor el 42%, y sólo 54% en contra. Lo que nos lleva a pensar que existen caminos para que el sistema de justicia recupere parte de la popularidad perdida a través de una estrategia de comunicaciones, pero sobre todo mediante acciones concretas que reafirmen que los jueces y fiscales defienden la justicia. Sin embargo, es consistente a nivel nacional el porcentaje de encuestados que considera que al menos la mitad de los jueces y fiscales son corruptos (49% en total, 51% en Lima y 48% en el resto del país). Y además es pareja a lo largo del territorio la opinión de que todos los jueces y fiscales son corruptos (21%) o pocos corruptos (26%). Consistentemente con lo anterior y agravado en la región oriente, la opinión es que "son pocos los jueces y fiscales que defienden la justicia" (48% a nivel nacional). Esta es una calificación muy contundente y descorazonadora. La razón puede estar en la extendida infiltración del narcotráfico y crimen organizado (trata de personas, explotación sexual, contrabando, tala ilegal, minería ilegal) en el Poder Judicial y Ministerio Público de regiones amazónicas. ¿En cuánto influyen los medios de comunicación de masas en que ello sea así? ¿Qué incidencia tienen las faltas y delitos menores en esta afirmación? Consideramos que como reacción a la encuesta, en una facultad como la de la PUCP debería haber un incremento sustantivo de los aspectos éticos vinculados a la profesión y mostrarlos en clase, como ya se ha hecho en otros países y en otras profesiones como en la enseñanza de la administración y gestión de negocios, mediante "casos" ideados o formulados para tal efecto. Tal es el caso del nuevo plan de estudios de la facultad de Derecho de la PUCP, que tiene como fin formar profesionales que respeten el marco ético de la abogacía y el propósito de mejorar el ejercicio profesional con altos estándares de exigencia académica y ética. Lima, junio de 2014 4