Masais

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1. INTRODUCCIÓN
Los masai son un pueblo estimado en unos 883000 individuos. Hablan maa, una lengua nilótico oriental. La
mayoría mantienen su religión tradicional, aunque algunos han adoptado alguna forma cristiana. Son pastores
nómadas que viven en las llanuras abiertas del sudeste de Kenia (este de Narok y Namanga) y el noreste de
Tanzania.
Su vida y su cultura giran en torno a su ganado vacuno, su riqueza y se trasladan a dondequiera que las
condiciones sean mejores para sus reses.
2. HISTORIA
A mediados del S. XIX ejercían un importante poder en la zona. Eran temidos, ya que dominaban el resto de
los pueblos del este de África, tenían los mejores pastos y practicaban sin resistencia el rapto y robo de
ganado. Pero los enfrentamientos con las tribus vecinas y las fuertes sequías mermaron esta influencia.
Con la colonización británica de África a principios del S.XX comenzó la presión para que este pueblo
abandonase su tradicional forma de vida, pero los masai mostraron su oposición. El gobierno británico
adquirió enormes superficies de su territorio.
La peste bovina, traída por los ingleses, afectó y causó la muerte del ganado. Más tarde Kenia y Tanzania
intentaron que abandonasen el pastoreo y se integraran en la cultura de sus respectivos países como
agricultores.
En la actualidad siguen ignorando reglamentos, leyes o mandatos oficiales que modifiquen sus costumbres, les
prohíban ser guerreros o les obliguen a pagar impuestos.
3. ALIMENTACIÓN
Está basada en la leche y en la sangre de los bueyes que mezclan en ocasiones con la orina de los animales.
Para extraer la sangre de los bueyes, hinchan la arteria yugular del animal mediante un garrote y luego
disparan un dardo o flecha quemarropa (tiene la punta roma para que no desangre y haga daño al buey).
Extraen en cada ocasión dos litros de sangre, después cierran la herida mediante un empaste con tierra y
estiércol.
Casi nunca comen carne y menos si han bebido leche. Solo lo hacen por motivos festivos en el que se realiza
el sacrificio de algún buey.
Ocasionalmente ingieren vegetales, pero nunca procedentes de tierras o árboles cultivados. Los vegetales que
consumen son semillas o frutos de plantas silvestres. El régimen alimenticio de los guerreros reúne una serie
de privilegios prohibiéndoles beber aguamiel y masticar tabaco.
4. RASGOS MASAIS
Las características físicas de los masais, fundamentalmente de origen sudanés, desfavorecía para la actividad
guerrera, ya que son personas altas, fuertes y muy ágiles. Son concientes de que poseen una gran belleza y
adornan profusamente su cuerpo con elegancia y coquetería, utilizando llamativos collares de cuentas,
brazaletes y pendientes que corresponden con el corte de la oreja del buey o con un dibujo del hierro candente
con que marcan su ganado.
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Cuidan mucho su complicado y decorativo peinado, con trenzas largas a las que dan consistencia untando con
grasa y barro cuyo color tiñe el pelo rojizo. Los guerreros llevan el pelo largo con una trenza que les cae por
delante de la frente y otra que dejan caer sobre la espalda.
Son esbeltos y de facciones finas. Visten con telas de vivos tonos rojizos y azulados.
Las mujeres suele adornarse con multicolores cintas del pelo y con grandes collares de cuentas colocados uno
tras otro. A veces se ciñen los brazos y los tobillos con gruesos filamentos de cobre.
Hombres y mujeres acostumbran a alargarse los lóbulos de las orejas, colgándose pesados pendientes y
ornamentos de cuentas.
También suelen decorar artísticamente sus cuerpos con una mezcla de sebo de vaca y ocre, mineral rojo
triturado hasta convertirlo en polvo fino.
5. SOCIEDAD
ESTRUCTURA SOCIAL
La etnia masai esta compuesta por los amburu, los arbusa, los baraguru y los masai. Estos últimos son el
grupo principal dominando militar y socialmente a los demás.
El pueblo masai se divide en cinco clanes: los il−makesen, il−aiser, il−melelian, il−taarroseno e il−ikumai.
Cada clan se divide en secciones que se distinguen entre las diferentes marcas de sus ganados.
Los herreros son el clan más bajo de la sociedad. Los kraal, poblados de los herreros, tienen muy mala
reputación. Ser su vecino atrae a la muerte y la mujer casada con un herrero, tendrá hijos inválidos y perderá
la razón.
No tienen jefes, aunque cada sección tiene un Laibon o líder espiritual.
• Clases sociales:
Tienen relación con la edad. Una primera clase es la de los niños, la segunda esta formada por lo guerreros
(desde los 15 hasta los 30) y la tercera esta constituida por los ancianos (responsables del orden político y
religioso). Cada persona pertenece durante toda su vida al mismo grupo de edad con el que participo en los
rituales de circuncisión.
Pasan por siete etapas o grupos de edad de las que cuatro corresponden a situación de guerreros: guerrero
menor, guerrero mayor, superior menor y mayor superior.
Los intervalos entre las clases sociales se establecen en circos de siete años y medio. Cada una de ellas posee
unos derechos y deberes específicos otorgados a través de rituales.
RITOS Y DERECHOS
Los ritos se relacionan con la edad o con los ciclos vitales, pero no con la muerte. En los masai, los niños
vigilan el ganado. Cuando alcanzan los 16 años pasan a otro nivel mediante el rito de iniciación, que convierte
a los muchachos en jóvenes guerreros o moran.
En esta ceremonia son circundados al amanecer y recluidos todos juntos (manyatta) para pasar un periodo de
convalecencia. Se les viste con una túnica negra y les pintan la cara de blanco; normalmente se dedican a
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mendigar.
Cuando la herida esta cicatrizada cazan pájaros con los decorar su cabeza, convenientemente rapada. No se
consideraran guerreros hasta que su pelo crezca y pueda ser recogido en pequeñas trenzas.
El primer acto que deben realizar para consagrarse definitivamente como guerreros y que forma parte de este
ritual, es dar muerte a un león, armados exclusivamente con la lanza y el machete, con la que han de cortar la
melena de la fiera para luego enarbolarla como señal de victoria en las lanzas festivas. Es símbolo de valor y a
partir de este momento serán respetados.
Actualmente las leyes proteccionistas de la fauna en Kenia y Tanzania impiden estas ceremonias, con lo cual
el rito esta extinguiéndose. Pero todavía algunos lo practican clandestinamente.
Los guerreros
Se dedican al pillaje y a la guerra. Los jóvenes guerreros serán alimentados por la madre, se les llevará
prostitutas al poblado y donde habitan y llevaran una vida disciplinada con el objetivo de los buenos
guerreros, ya que de ellos ha difundido la prosperidad de su pueblo a lo largo del tiempo.
Estos jóvenes guerreros desempeñaban continuamente la función de defensa del territorio, pero hoy en día se
ocupan de las tareas más difíciles del pastoreo, de la caza y de las exhibiciones de valor y aunque algunos
regresan a las escuelas tras la circuncisión.
Las armas son su tributo inseparable. Consiste en una lanza de hierro con mango de cuero, un sable o un
cuchillo largo y un escudo, que suele estar que suele estar adornado con dibujos que identifican al clan de
procedencia.
Aprenden las tradiciones y se ejercitan en la fuerza y en el valor.
Llevan esta vida durante quince años. Entonces se celebrará el rito Eunoto, es decir: grupo de edad después de
guerrero para adquirir responsabilidades en la vida social del poblado (familia, hijos y ganado). A partir de
este momento pueden casarse (siempre fuera del clan de al familia y a veces con varias esposas) y vivir con
sus familias, así como fumar.
Para el Eunoto los guerreros, pintan sus rostros con pintura rojiza, símbolo de la ferocidad del guerrero .Dejan
sus lanzas y solo van armados con largos palos. S e sacrifica algún buey en un recinto rodeado de chozas
construidas por las madres de los guerreros y se celebras festivas danzas.
La ceremonia llaga a su momento más importante cuando las madres se disponen a cortar el cabello de sus
hijos.
Este hecho simboliza que abandonan la condición de guerreros y que el vínculo materno se rompe para
comenzar una nueva vida, tras lo cual un anciano les otorgará el primer consejo de adultos:
Ahora que eres un adulto, arroja tus armas y en su lugar emplea la cabeza y la sabiduría
Asumirán las tareas de proteger la casa, velaran por el suministro de agua de la comunidad y defienden el
rebaño de animales salvajes y ladrones.
Los ancianos
A medida que pasan los años irán pesando cada vez más sus opiniones en la sociedad. Este culminará cuando
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el grupo pase a considerarse ancianos, ya que son ellos quienes tomaran todas las decisiones importantes, de
forma igualitaria y reunidos en consejo.
La edad de jubilación de los masai son los sesenta y cinco años, a partir de ese momento se dedican a
descansar, beber y jugar a un juego similar al de las damas, llamado eskeshui.
También existen ceremonias de inicialización o ritos para las mujeres como podremos ver en el siguiente
apartado.
Las mujeres y el matrimonio
Llevan la cabeza rapada y pasan muchas horas charlando y confeccionando collares de abalorios.
Las mujeres están sometidas al dominio del hombre dentro de una sociedad patriarcal fuerte. Para convertirse
en mujeres aptas para el matrimonio y la procreación, hay un rito de iniciación (al entrar en al pubertad) sufra
la extirpación del clítoris y luego les enseñas la vida del ganado. Antes del momento de casarse viven
mantenidas en el clan del padre, pudiendo relacionarse con los jóvenes guerreros que deseen. En la sociedad
masai no esta mal vista la promiscuidad masculina y femenina.
Su matrimonio generalmente es decidido por el padre en su infancia o a veces antes del nacimiento, pero
cuando esto no es así, se celebra feria de matrimonios donde los jóvenes buscan esposa. Por lo general, el
elegido es mucho mayor que ella y tiene ya varias esposas.
Las mujeres se casarán con un hombre de otro clan para evitar los problemas de consanguinidad, aunque
suelen tener un hijo antes del matrimonio.
La fase de comienzo de relaciones entre los jóvenes o el enamoramiento adquiere un carácter muy
materialista, dando mucha importancia a la atención por la belleza física.
Para comunicar a las mujeres sus intenciones matrimoniales, el hombre hace sonar unas campanillas tantas
veces como ganados tiene su padre. La dote del matrimonio se compone de tres vacas, un buey y dos ovejas.
Después de la boda, la mujer pasa a ser bien personal del hombre, formando parte de su patrimonio hasta el
punto que es ofrecida en señal de hospitalidad pudiendo ser poseída por cualquier amigo guerrero del marido
que este de paso por el poblado.
Abandonan la casa familiar para acompañar a su marido y construirá su nueva casa, utilizando barro y ramas
cubiertas de excrementos de vacas, con la ayuda de las mujeres de su familia política. El marido puede tener
más de una mujer, todas con el mismo status. También las mujeres, aún casadas y con conocimiento de su
marido, pueden tener relaciones con otro hombre del mismo grupo de edad que su esposo. Entre sus derechos
de esposa. Entre sus derechos de esposa se incluyen la exclusividad del ordeño de algunos animales y la
asignación de las cabezas de ganado familiar a sus hijos.
Es bueno traer descendencia inmediatamente después de la boda, por lo que la mujer queda embarazada.
Desde ese momento los masai no vuelven a mantener relaciones sexuales en el matrimonio hasta que los hijos
hayan nacido. Después del nacimiento se celebra una fiesta en la que se sacrifican dos bueyes de la luz en su
propia cabaña, a la que el marido no podía entrar hasta diez años después del parto. Tampoco pueden comer
en casa hasta que su hijo haya dado los primeros pasos.
Un anciano bendecirá al niño escupiendo en su cabeza o pecho.
POLÍTICA
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El sistema político masai esta descentralizado, se realizan reuniones de ancianos y discusiones públicas para
decidir sobre los asuntos más generales. Lo más importante para ellos es el ganado.
6. VIDA
Viven en asentamientos llamados bomas, círculos de chozas hechas de ramitas y rodeadas por empalizadas
para encerrar el ganado. Su vida cultural está llena de celebraciones, iniciándose con el nacimiento.
Cuando un masai cae enfermo, ha sufrido una circuncisión o está agotado, se le da de beber sangre de buey.
Para obtenerla, agarran el animal y le atan una correa de cuero alrededor del cuello; luego retuercen la correa
de modo que la vena yugular se abulte. Entonces clavan en la vena una flecha que lleva en la punta un
pequeño trozo de madera para evitar que penetre demasiado y recogen la sangre en una calabaza. Una vez
extraído un litro, ponen un poco de estiércol en la herida para hacer que la sangre coagule y sueltan al animal.
Los masai vivían en grupos familiares cuyas casas rodean a los rediles de ganado.
Luchan por sobrevivir manteniendo sus rasgos culturales propios, aislándose de las zonas más invadidas por la
industria del turismo. Sienten desprecio por la agricultura, la consideran indigna e impura. Rechazan también
los productos de la tierra cultivados como fuente alimenticia.
Viven arraigados a su ganado. En el idioma Maa, hombres y bueyes se designan de la misma manera. Para
ellos, el ganado es el símbolo más representativo de riqueza y poder. Cuando entraban en relación con otras
culturas las consideraban inferiores, llegando a la convicción absoluta de que ellos constituían una raza
superior.
La carne de las reses provee a los masai de alimento y la leche y sangre de bebida. En un hábitat sin agua, la
leche en forma de grasa se usa como medio de aseo.
En la comunidad masai, la importancia y posición social de un hombre se mide por la cantidad de animales e
hijos que posee. De hecho, a un hombre que cuente con menos de 50 cabezas de ganado se le considera pobre.
Con la ayuda de sus numerosos hijos y esposas, el masai espera llegar a alcanzar los 1000 ejemplares.
Los masai se agrupan para danzar, distribuyéndose en círculo, comienza a moverse cadenciosamente. Al
intensificarse el ritmo, los pesados collares de cuentas de las muchachas golpean sus hombros al compás de la
danza. Entonces uno a uno, los guerreros masai se sitúan en el centro, y dan unos espectaculares saltos
verticales, los cuerpos rígidamente rectos, las manos pegadas a los costados, las rodillas juntas y un puñado de
hierba fresca apretada bajo los sobacos. Pueden seguir bailando hasta que todos se hallan exhaustos.
Los jóvenes masai dedican horas a trenzar el pelo de los guerreros, signo de fortaleza. Las niñas también
pasan por una ceremonia de iniciación que incluye la circunsición femenina. Su futuro matrimonio está
pactado por sus padres desde pequeñas, pero como se ha dicho antes, desde el rito de iniciación se les permite
relacionarse con los jóvenes guerreros que desean.
−Los niños masai: temprano en la mañana, el poblado retoma el bullicio. Los niños, cuya indumentaria se
limita a cinturillas y collares de cuentas, juegan a pesar del frío. Su risa constituye un agradable sonido para
los masai, quienes aman a sus hijos.
La crianza de los hijos es una labor comunitaria; cualquier persona mayor puede disciplinar y castigar a un
niño desobediente. A los pequeños se les enseña a respetar a sus ancianos y a seguir las demás costumbres
familiares, que no tardan en aprender. Pasan una infancia despreocupada, pero pasando el tiempo, las
muchachas aprenderán a atender las tareas domésticas, y los muchachos a cuidar y proteger el ganado.
Asimismo, los padres transmiten a sus hijos el conocimiento de las medicinas tradicionales y les enseñan los
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rituales.
7. RELIGIÓN
Estos pueblos se consideran como pueblos escogidos de Dios y creen que éste les enviará un Mesías. Además
de esta coincidencia con las creencias Hamíticas también comparten la misma costumbre de abstenerse de
beber leche al comer carne, así como las prácticas de la circunsición y clitoridectómia, el sistema de grupos de
edad, el afeitado de las cabezas de las mujeres, la extracción de los dos dientes delanteros de la mandíbula
inferior, la posición sentada conocida como posición de la garza y el uso constante de los interminables
saludos y bendiciones.
Engai es el Dios Supremo. Hay dos aspectos diferentes en Ngai; Engai Narok, el Dios negro, el Dios bueno y
benévolo; y Engai Na−nyokie, el rojo o vengativo.
En su familia diaria es fácil escuchar expresiones y oraciones que muestran su fe religiosa en la vida
cotidiana.
Pueden reclamar las reses a cualquier otro pueblo y obligarles a entregar todo el rebaño. Son guiados por un
sacerdote supremo, el Laibon, que se ocupa de ser el médico, adivino, consejero espiritual y experto en
rituales. Tanta influencia con el Laibon, ha causado la creencia de los masai en que son la tribu perdida de
Judá.
Para los masai no existe el más allá, por lo tanto no tiene sentido rezar o honrar a los muertos.
Practican la eutanasia con los enfermos; el sistema consiste en que los enfermos son llevados a la selva, donde
quedan abandonados hasta que les sobreviene la muerte. Los masai suelen olvidar a los muertos y no practican
ningún sistema de enterramiento, sólo los magos dejan señal de haber pasado por la vida dejando un pequeño
túmulo allí donde mueren.
La hierba es sagrada y en la circunsición de las mujeres se esparce hierba sobre su cabeza.
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