SERIE: Educación | La educación en Israel: la singularidad de un

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SERIE: Educación | La educación en Israel: la singularidad de
un éxito con claroscuros
Xavier Bo ltaina Bo sch
Bajo el lema “la educación es la clave”, ROOSTERGNN publica una Serie Especial dedicada exclusivamente a
uno de los temas más importantes hoy en día: Educación. Puede seguir la Serie completa aquí.
ISRAEL. La primera ministra israelí Golda Meir af irmó en su momento que “Moisés nos arrastró durante 40
años por el desierto para traernos al único lugar en todo el Oriente Medio donde no hay petróleo”. Sin
petróleo y en zona desértica, el Estado de Israel, creado en 1948, posee hoy una pujante economía con un
desarrollo en el sector de alta tecnología apabullante, siendo el segundo país del mundo en número de
empresas que cotiza en el Nasdaq norteamericano y con una inversión anual en I+D del 4,5% del PIB, el
porcentaje más elevado del mundo. Pobre en recursos naturales, sin embargo, ha desarrollado un número
elevadísimo de industrias de alta tecnología – se crean al año cerca de 500 compañías de este tipo –
electrónica y biomédica, armamento y explotación de tecnología en la agricultura y es un país puntero en
empresas start up.
Todo ello en un contexto de guerra, una situación muy dif ícil en cuanto al terrorismo y un permanente
conf licto con el pueblo palestino, no resuelto, que ha desviado miles de millones de shekels de su
presupuesto a la compra y desarrollo de armamento y a dotarse de unas f uerzas armadas muy costosas y
altamente ef icaces. ¿Cómo se ha podido compatibilizar ambas situaciones con una educación exitosa y un
resultado económico sorprendente? Veamos las diez claves del sistema educativo israelí, sus luces y
algunas de sus sombras.
1. La vocación innata del pueblo judío
Nada se entiende sin la innata vocación del pueblo judío –especialmente el originario de Europa-, f ruto de
su larga peripecia y muy a menudo dramática historia, en f avor del estudio y la educación como bases del
actual sistema educativo israelí. El 22 % de los galardonados con un Premio Nóbel son judíos, cuando ellos
sólo componen el 0,2 % de la población mundial. Claro está que no todos los judíos son israelíes, sin
embargo Israel posee 11 premios Nóbel desde 1948 hasta el momento presente, cif ra nada despreciable
cuando hoy en día sólo cuenta con 7,5 millones de habitantes, una población similar a la de Cataluña. De
todas f ormas, dado que no existe ningún gen judío ni se dif erencian en nada intelectualmente del resto de
los humanos, la razón debe buscarse en f actores culturales y en los valores de la cultura judía a f avor del
estudio.
2. Un método de sobrevivir
El nuevo Estado no se construyó sobre la nada en el 1948 en cuanto a educación. El pueblo judío residente
en Israel había construido ya una f uerte red educativa bajo la ocupación turca y el mandato británico pero
también en las peores condiciones como f ue durante el Holocausto acaecido en Europa (1940-1945). Dos
ejemplos signif icativos nos lo demuestran. En 1884 ya se propuso crear una universidad judía. Recaudando
f ondos en EEUU, en abril de 1925 abrió sus puertas la Universidad Hebrea de Jerusalén. Albert Einstein,
judío alemán, dictó la clase inaugural, 23 años antes del nacimiento del propio Estado de Israel. Un
segundo ejemplo, este dramático: durante el Holocausto la vida en los guetos judíos era espantosa, con
muerte y miseria constante; pero los judíos organizaron su propio sistema educativo, que aunque
prohibido por los nazis continuó f uncionando en la clandestinidad. Pese a ello, los niños aprendían hebreo
y yiddish, matemáticas y también canto y trabajos manuales. Se organizaban ensayos teatrales y clases de
nutrición. Los judíos mayores de edad podían pasar la prueba de bachillerato. Como los niños desnutridos
tenían dif icultades para atender, las clases no superaban los 20 o 30 minutos, cantando mucho y con
ejercicios sencillos. La comida llegaba después de las lecciones impartidas. Lo sorprendente era que el nivel
educativo siguió siendo muy alto ante la misma antesala de la muerte segura para todos ellos.
El nuevo Estado creado en 1948 no ha sido ajeno a una historia que ha calado prof undamente en la
psicología colectiva que asume la educación como uno de los f undamentos claves del país y su desarrollo.
Por ello, se considera al sistema educativo israelí como uno de los mejor valorados del planeta y sólo se
entiende ello porque para la ciudadanía y los sucesivos gobiernos (de izquierdas, centro o derecha), la
educación es la continuidad de un legado histórico pero también la clave para el f uturo y desarrollo del
país, especialmente en el campo científ ico y técnico. La educación es el enlace entre el pasado, el presente
y el f uturo. Como ha af irmado el Dr. Shuki Gleitman, uno de los mayores expertos en la industria
tecnológica israelí, “el origen de esta capacidad es debido al carácter nacional. Aquí la improvisación es algo
positivo, las discusiones son constantes, los israelíes son inconf ormistas y son curiosos”. Y añadía en
2010: “hay un chiste muy descriptivo sobre la dif erencia entre un ingeniero estadounidense y uno israelí. El
primero se lee las instrucciones por completo antes de encender la máquina, mientras que el israelí
directamente enciende la máquina y sólo si algo f alla se lee el manual”.
3. Multicultural por naturaleza
En el Israel actual la escuela obligatoria es de 6 a 16 años y gratuita hasta los 18. No obstante la
educación primaria se inicia ya a la temprana edad de 1 año y sigue hasta los 6. Israel es, sin embargo, una
sociedad multicultural, a dif erencia de otros países exitosos en educación como Finlandia o Corea del Sur,
prácticamente unif ormes en cuanto a sus ciudadanos. Este f actor es a su vez una debilidad y una
f ortaleza pues su gestión no es nada sencilla.
La escuela israelí está dividida en cuatro grupos: la escuela estatal, mayoritaria, la escuela estatal religiosa,
dirigida a los estudios judíos y la religión, las escuelas árabes y drusas, con enseñanza en árabe y con
énf asis en el estudio de la historia, cultura y religión árabe y drusa y las escuelas privadas. Ello es una
f ortaleza innegable, pero también comporta f laquezas, por la enorme dif icultad de compartir culturas y
tradiciones de judíos de más de 100 orígenes dif erentes y la minoría árabe-israelí que supone el 20% de la
ciudadanía.
4. Casi la mitad de israelíes es inscrita en una de sus nueve universidades públicas
El papel de la enseñanza superior es clave en el desarrollo del país. El sistema universitario goza de
libertad académica y también administrativa. Con 7,5 millones de habitantes, Israel cuenta con 9
Universidades: la Hebrea de Jerusalén –la más antigua-, el Tejnión-Instituto Tecnológico-, la de Tel-Aviv, la
de Bar-Ilán, la de Haif a, la Ben-Gurión, en pleno desierto del Néguev y el Instituto Weizmann, a la que se
une la Open Universitiy a distancia. Debemos destacar que la mayoría de los estudiantes que se inician en
la Universidad tienen ya una edad muy madura, a partir de 21 años por lo general, debido a los tres años de
servicio militar que deben cumplir los hombres y los dos años que sirven las mujeres. Aún así, el 45 % de la
población israelí cuenta con estudios universitarios.
5. Israel se encuentra entre los mejores en educación del mundo
Pese a ser un país casi siempre en guerra o en conf licto latente, el gasto público en educación es muy
elevado. Una característica similar a Corea del Sur y con resultado igualmente exitoso. Desde 1999 se sitúa
en casi el 8 % del PIB. No obstante, se observa un cierto retroceso f ruto de la política neoliberal vigente.
Sin embargo, según la OCDE el 45 % de la población tiene un nivel altamente educado (esto es, posee una
educación superior a la secundaria), tras Canadá con un 50%. Israel supera a EEUU, Corea del Sur,
Noruega, Reino Unido, Australia, Finlandia y Nueva Z elanda, que completan los diez primeros lugares. El
92% de la población ha superado la graduación en secundaria –superior a la media de la OCDE-. A ello se
une una amplia f ormación en idiomas, al f inalizar la f ormación secundaria: conocimiento pleno del hebreo –
y en mucha menor medida del árabe-, del inglés y del idioma originario del país de origen del israelí o de su
f amilia (el español es ampliamente hablado –entre 100 y 200 mil ciudadanos y cerca de un millón que
conocen el ruso). Tres idiomas aprendidos de f orma “natural” a los cuales se une algún otro a lo largo de
la vida académica, como el árabe, el f rancés, el alemán o alguno de los países emergentes.
6. Financiar la educación no presenta problemas, por ahora
La f inanciación no es un elemento menor en la educación israelí. Todos los gobiernos han apostado por
ella. En el 2009, se invirtió el 7,2 % del PIB –inf erior al casi 8% del 1999-. Sin embargo, el porcentaje sigue
siendo muy elevado. La ref orma del sistema educativo denominada Ofek Hadash (Nuevo Horizonte) supuso
una mejora de la remuneración de los maestros y prof esores, y por consiguiente, en la calidad de la
educación de los jóvenes no universitarios. Entre 2005 y 2010, los salarios de los maestros de primaria se
incrementaron un 32 % mientras que en la secundaria f ue sólo de un 8 %. Y aunque la dif erencia parezca
importante, el promedio en la OCDE en el mismo periodo f ue un incremento del 5% y 4%, respectivamente.
En todo caso, la f inanciación pública desciende y ello se ha acelerado con los gobiernos conservadores de
Ehud Olmert y Netanyahu. Así, en el indicador de la UNESCO entre 1973 y 2010, el valor medio de Israel se
situó en el 6,86 % del PIB, con un mínimo del 5,15 % en 1988 y un máximo del 9 % en 1985. Israel ha optado
también por un sistema semipúblico, con f uerte participación privada, que no se ha desvelado
especialmente negativa ni discriminatoria. En EEUU, el 28 % de la f inanciación educativa es privada, que
alcanza al 40 % en Corea del Sur . Australia el 33%. En el 2011 Israel se situaba en el 21%.
Esta parte privada –esto es, el pago por parte del alumno o su f amilia- va in crescendo. Puede ser
peligroso para el f uturo del sistema. Sin embargo, hasta el momento, los estudiantes israelíes invierten
también personalmente o sus f amilias en la educación y los resultados son notables y el coste no
desalienta a los estudiantes, quizá debido al f uerte crecimiento económico del país y a la baja tasa de
desempleo (5,6 % en 2011) y de desempleo juvenil (16-26 años, que no supera el 15% cuando en España
alcanza casi el 60 %), que permite situar a la economía israelí entre las mas en progreso del mundo; el
crecimiento económico israelí f ue del 3,5% del PIB, más del doble que la media de los países de la OCDE. El
Fondo Monetario Internacional prevé un 3,8% para el 2013 y un 3,3% para el 2014. Sin embargo, no puede
negarse que los inf ormes más recientes acreditan que el mayor nivel de preparación académica se
concentra en los segmentos de población con mayor potencialidad económica para el gasto educativo
privado.
7. Emigración y inmigración: bendiciones y retos
El papel trascendental de la inmigración hacia Israel por parte de ciudadanos con altos niveles de educación
ha sido una pieza básica de su desarrollo a partir del 1990. La Aliá es el término hebreo para def inir los
inmigrantes judíos que se asientan en Israel. La primera Aliá data de principios del siglo XX, pero en cuanto
a las últimas décadas, debemos destacar los 500.000 nuevos ciudadanos llegados desde 1968 y 1988, y el
más de 1 millón entre 1989 –caída del Muro de Berlín- y el 2000. Ello ha supuesto que con la inmensa
cantidad de ingenieros y científ icos originarios de la antigua Unión Soviética que se han asentado en Israel,
el país posea entre sus f ilas a 145 ciudadanos con este perf il por cada 10.000 habitantes, superando a
EEUU que ostenta la cif ra –excepcional- de 85.
Gracias a la emigración desde el bloque soviético, Israel ha alcanzado las más altas cotas de desarrollo en
matemáticas, f ísica, electrónica y f ue la base de la revolución tecnológica del país, acreditada también en
otros ámbitos, como la música, f uertemente enraizada en la cultura de la antigua Unión Soviética y que se
ha trasladado a Israel. La inmigración, en este ámbito, ha sido altamente positiva para la capacidad
educativa y de desarrollo de Israel, si bien deben destacarse algunos claroscuros signif icativos, como es la
inmigración de judíos af ricanos.
La inmigración de judíos f alashas de Etiopía f ue orquestada por el Estado (las operaciones “Moisés” y
“Salomón”), pero en los últimos años, la inmigración ilegal de ciudadanos con origen en Sudán o Eritrea, no
judíos, ha supuesto un revulsivo en la sociedad que no siempre ha reaccionado con generosidad, cuando
no con rechazo. Esta actitud se deriva en gran medida por la dif icultad de integración de colectivos con
origen en países con escasa o nula tradición educativa pública y con enormes dif erencias culturales de
dif ícil encaje en la muy competitiva sociedad israelí. El caso de los judíos etíopes f alashas ha sido
paradigmático, por su enorme dif icultad de integración social, pese a los esf uerzos educativos ef ectuados
a f avor de ello.
8. El papel prominente del ejército
El papel del Ejército en el sistema educativo ha sido de una importancia capital. Sorprendente en extremo a
nuestros ojos.
En primer lugar, se conf orma como lugar de integración para los nuevos inmigrantes jóvenes, procedentes
de más de cien países, por lo que se ha constituido en un elemento de enseñanza para aquellos que
carecen de f ormación y en especial, para nuclear a los recién llegados en torno a los valores del Estado de
Israel y en la enseñanza del idioma común, el hebreo.
El Ejército f omenta la educación de los reclutas con niveles más bajos e impulsa la f ormación universitaria
de los of iciales. A lo largo de su historia también ha desempeñado un papel social, incluido en el ámbito
educativo, en cuanto a la población civil, aspecto este que se ha ido diluyendo conf orme el nuevo Estado
nacido en el 1948 se ha consolidado. El Ejército, f oco permanente del conf licto que mantiene Israel con los
países árabes y con el pueblo palestino, goza sin embargo de un especial prestigio entre la ciudadanía
israelí, lo que le ha permitido mantener ese papel f undamental social y de soporte educativo, que no han
ostentado otros Ejércitos europeos occidentales.
“¿Cuál e s la c lave d e las Fue rz as Armad as e n la fo rmac ió n p e rs o nal y ac ad é mic a d e lo s jó ve ne s ?” | Imag e n: Is rae l
De fe ns e Fo rc e s
¿Cuál es la clave de las Fuerzas Armadas en la f ormación personal y académica de los jóvenes? Más allá
del compromiso personal patriótico de la sociedad israelí que –con mayores o menores razones- se siente
f uertemente amenazada por los países del entorno, durante el largísimo servicio militar (3 años los
hombres, casi 2 las mujeres), no sólo se f orma a los ciudadanos en tácticas militares sino que se incide en
gran medida en la educación no militar. El ejército israelí no desea soldados obedientes, sino que pretende
f omentar la creatividad, haciendo visible el lema judío de “donde haya dos judíos, habrá tres opiniones”. En
el libro Start-Up Nation –editado en España por Aleph- se indica que hay un colapso de solicitudes para
ingresar voluntariamente en las f uerzas de élite tecnológicas de las IDF (Israel Def ence Forces), como son
la unidad 8200, de donde los soldados han acabando creando grandes compañías como Checkpoint o ICQ.
No es nada extraño que los f undadores de las miles de start up israelíes que se crean se hayan conocido
en el Ejército.
A ello se suma que tras f inalizar el servicio militar y con la paga ahorrada, es práctica habitual de los y las
jóvenes israelíes tomarse un año sabático para viajar por el mundo y luego iniciar su vida universitaria.
Finalizada esta, no es extraño que en la entrevista de selección a la que concurran a una empresa haya
tres preguntas claves: ¿qué y dónde has estudiado?; ¿En qué unidad militar serviste? y ¿te tomaste un
año sabático para viajar, dónde f uiste y con qué medios económicos? Un servicio militar y un viaje personal
individual que f ortalecen el carácter ya de por si correoso y expeditivo de los ciudadanos israelíes y que se
une a una educación universitaria de élite.
9. Mientras el gobierno se retira, los negocios invierten
La excelencia en educación se ha traslado por consiguiente al crecimiento económico del país, a pesar del
contexto muy dif ícil en que debe moverse Israel. La Universidad ha debido adaptarse a los cambios y
reinvertarse para continuar creciendo. Es un buen ejemplo la respuesta dada por el Weizmann Institute,
considerado la 12ª institución académica del mundo y la primera f uera de los EEUU en cuanto a
transf erencia tecnológica; quien era su director de transf erencia, af irmó en 2013 que “el Estado hace años
nos avisó que iba a disminuir su aportación gradualmente en la institución”, pasando del “70% inicial a algo
menos del 40%”. Resultado: “esta estrategia f ue muy positiva para nosotros, que nos incentivó a
incrementar la cooperación con las empresas, la venta de patentes o la búsqueda de mecenas…y a centrar
los gastos en lo realmente importante”.
Por lo demás, la Universidad está plenamente conectada con el mundo de la empresa y el gobierno apoya
la internacionalización de estas empresas creadas o ya existentes. Esta colaboración es muy f luida. Por
ello, casi todas las grandes empresas tecnológicas mundiales como Microsof t o Motorola mantienen
importantes laboratorios y centros de desarrollo en Israel. IBM, por ejemplo, tiene su mayor laboratorio
f uera de EEUU en territorio israelí.
10. Los claroscuros del sistema exitoso
¿Cuáles son los claroscuros de todo este sistema exitoso? Sin duda los hay y no son menores. Citaremos
tres, pero podrían ser más.
El primero: Israel no es homogéneo, y ello puede ser reconducido o aliviado en cuanto al pueblo judío,
cristiano o no creyente, pero con ellos comparten ciudadanía un 20% de población árabe de nacionalidad
israelí –no se incluye en el porcentaje a los palestinos de Gaza y Cisjordania-.
Son, por tanto, ciudadanos israelíes (“árabes de Israel” o “árabes israelíes”, como términos más usuales)
de lengua materna árabe y de religión mayoritariamente musulmana. Suponen 1,4 millones de habitantes y
van en aumento. Su crecimiento general crea no poca inquietud entre los israelíes, pues pone en cuestión
la condición del Estado judío con que se def ine Israel y sus propios valores democráticos. Algunas voces
radicales proponen literalmente su expulsión del país.
Las dif erencias de oportunidades, también en el ámbito educativo, son evidentes. El 70% de la población
árabe israelí es pobre, el desempleo asciende al 25% y sólo el 17% de las mujeres trabaja, f rente al 52% de
las israelíes que sí desempeñan un of icio o prof esión. Árabes no judíos y judíos –practicantes o no- e
israelíes viven separados y si comparten ciudad, no viven “revueltos”. Pocos israelíes conocen el idioma
árabe y los árabes israelíes en cambio sí deben conocerlo y muy bien para acceder a las universidades
públicas. Su no presencia en el servicio militar –justif icable en términos de def ensa- supone que no pueden
los jóvenes árabes-israelíes benef iciarse de créditos, becas, prestaciones o trabajos públicos. Insistimos:
el Ejército es la institución básica del Estado, en torno a la cual se rige la vida de todos los judíos israelíes,
creyentes o no, y también los no judíos no árabes, por lo que su exclusión supone un punto débil en el
sistema de educación en Israel.
El segundo gran déf icit es que en Israel continúa teniendo una f uerte presencia de la religión judía en la
vida social, pública y en el Estado. Es un tema no resuelto y ello supone que quien opta por no tener una
educación tradicional judía religiosa, queda f uera del sistema en un país altamente competitivo y que ha
apostado por el desarrollo científ ico y tecnológico, lo que obliga al Estado a subsidiar un colectivo nada
despreciable numéricamente de judíos ultraortodoxos.
Destacan entre ellos los jaredíes. Viven al margen de la sociedad laica o judía moderada que los rodea.
Cuentan con barrios propios e incluso ciudades, con partidos políticos, comercios y sus propias escuelas,
y la media de hijos es de 7 por pareja. Sus relaciones con los demás judíos (al menos los laicos o no
creyentes) son muy dif íciles. Un f uerte debate se ha dado en los últimos años, pues también han estado
excluidos de la obligación del servicio militar.
Educativamente, su objetivo f undamental es el estudio de los textos religiosos en una Yeshiva (centro de
estudios de la Torá y el Talmud), donde se f orman los hombres. Literalmente, los varones jaredíes no
quieren desperdigar esf uerzos y por ello se centran en el estudio de la religión y sólo si no puede
mantenerse, compatibilizará trabajo con estudio. Los estudios laicos son poco valorados. Son “una pérdida
de tiempo”, pues les resta tiempo para el estudio de la religión. Por ello, no hay –o son muy escasosmédicos, abogados, ingenieros o incluso trabajadores manuales como un f ontanero o mecánico entre los
jaredíes en Israel. Un grave problema al cual hacer f rente: se calcula que para el 2020 serán un 1 millón de
habitantes y el 17% de la ciudadanía.
Sin duda, estos ámbitos son los f ocos negros del éxito del sistema educativo en Israel y que f orzará
obligatoriamente en el f uturo al poder público a adoptar medidas que no pasan sólo por el sistema
educativo, sino también por el social, la conf iguración del Estado y el mismo f uturo de Israel como nación.
Casi el 70% de ciudadanos en un país en marcha y con altas cualif icaciones académicas y más de un 30%
que por motivos religiosos o de minoría árabe que quedan f uera del imparable ascenso económico del país
supone un desequilibrio peligroso. Pero existe una tercera nube en el horizonte, comprensible. Israel debe
hacer f rente al reto de la “f uga de cerebros”. Con un nivel educativo muy alto, muchos licenciados
completan su f ormación en el exterior, especialmente en EEUU. Allí estudian, luego trabajan y, a menudo, no
retornan más a su país de origen.
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