La evolución de las expresiones anafóricas en los

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La evolución de las expresiones anafóricas en los textos jurídicos españoles
José Antonio González Salgado
(Uría Menéndez)
1. INTRODUCCIÓN
Una de las características más destacadas del lenguaje empleado en los textos jurídicos
españoles es la frecuente aparición de expresiones metalingüísticas «que sirven para
retomar algún enunciado previo y añadirle alguna información nueva» (Fernández
Bernárdez, 2002: 100). En la tradición textual jurídica española, desde la Baja Edad
Media, destaca una de esas unidades anafóricas sobre el resto de procedimientos que se
ponen en práctica para marcar la anáfora: el participio dicho, utilizado frecuentemente
como adjetivo demostrativo.
Durante gran parte de la historia del español, y en especial en los siglos XV y XVI,
los textos jurídicos van a estar redactados de forma similar a como muestra el ejemplo
siguiente:
Por ende dixo que contra el dicho defendimiento del dicho sennor Rey qu'el dicho conçeio e alcalle
e omes buennos de la dicha villa de Segura que non devían nin podían faser repartimiento alguno
de fecho fasta qu'el dicho pleito sea librado por el dicho sennor Rey e sus Alcalles, nin los dichos
sus costituentes non eran tenidos de yr a faser el dicho repartimiento contra el dicho mandamiento
del dicho sennor Rey (CDSeg2-95. Segura, 1402).
El abuso del marcador anafórico dicho se ha confirmado como una tendencia
mantenida en la tradición jurídica hasta la época actual. De hecho, es habitual que
nuestra jurisprudencia se exprese con redacciones como la que copiamos a
continuación:
No es necesario acreditar un daño a dichos sistemas naturales, basta acreditar el riesgo de dicho
desequilibrio grave, pero dicho riesgo concreto ha de acreditarse como elemento del tipo penal
que es y además el más importante (Westlaw. SAP Madrid de 13 de enero de 2012. ARP
2012\196).
En las siguientes páginas repasaremos la lista de marcadores anafóricos más
empleados en los textos jurídicos desde la Edad Media y haremos un seguimiento de su
cronología y, en algunos casos, del contexto sintáctico en que se emplean.
González Salgado, J. A.: “La evolución de las expresiones anafóricas en los textos jurídicos españoles”,
en García Martín, J. M. (ed.): Actas del IX Congreso Internacional de Historia de la Lengua Española,
Madrid / Frankfurt: Iberoamericana / Vervuert, 2015, vol. 2, págs. 2091-2018.
2. DICHO
Los documentos de nuestro corpus corroboran, en líneas generales, las conclusiones
cronológicas de Barra Jover (2007: 39-41; 2008: 136-139), aunque nos permiten realizar
una mínima precisión en las fechas de aparición y consolidación del adjetivo dicho
prenominal acompañado de artículo. Recordemos que, según este autor, «entre finales
del siglo XII y el primer cuarto del XIII, dicho sólo aparece tal cual en contextos en los
que conserva sus características verbales», mientras que «los casos de dicho prenominal
con artículo aparecen en el último tercio del siglo XIII, se imponen a finales de ese siglo
y se hacen omnipresentes a mediados del siglo XIV» (Barra Jover, 2007: 39).
En el caso de dicho prenominal con artículo, teniendo en cuenta los datos que ofrece
la documentación notarial navarra que hemos manejado, es posible adelantar las fechas
al menos en medio siglo, ya que su uso estaba asentado en textos anteriores a mediados
del XIII 1:
E nos por remedio de la nuestra alma e de nuestros parientes, conffirmamos la dita carta al dito
hospital de Sancta María de Ronçasuaylles, e a los ditos prior e freyres del dito logar (CDNav153. Tudela, 1237).
... los dichos omnes de Araynnaz deuen et son tenidos de dar a nos... (CDNav1-145. Abarzuza,
1251).
En los 161 documentos notariales navarros transcritos por Margarita Martín
González (CDNav1) pertenecientes al periodo 1234-1253, dicho (o dito) en posición
prenominal precedido de artículo se utiliza en más de medio centenar de ocasiones, uso
que contrasta con una presencia mínima de dicho posnominal. Además, en las formas
prefijadas (denandicho, devandicho y sobredicho, y sus variantes gráficas y
morfológicas), la posición prenominal con artículo también es la más habitual en este
periodo 2:
... mas que tenga la denandicha heredat en buen estado (CDNav1-38. Tudela, 1236).
... que las sobredichas villas de Mirafuentes e de Ubago non sean vendidas... (CDNav1-34. Estella,
1236).
En cualquier caso, como señala Barra Jover (2008: 137), es a mediados del siglo
XIV cuando el dicho prenominal se hace omnipresente en los textos jurídicos. Para
1
De 1200 a 1250, el CORDE recupera 16 casos del adjetivo dicho prenominal precedido de artículo (no
tengo en cuenta las más de cien apariciones de el dito, cronológicamente dudosas). En el CODEA, los
primeros ejemplos se dan en textos notariales de 1208 y 1227.
2
Otros marcadores anafóricos que aparecen con relativa frecuencia en los textos navarros son sobrescrito
y sobrenombrado, bajo diferentes variantes gráficas.
2/18
hacernos una idea de hasta qué extremo llega el abuso de este marcador anafórico,
obsérvese el siguiente cuadro, que reproduce su número de apariciones (en comparación
con otros usos o posiciones de dicho) en un conjunto de 326 documentos notariales de
los siglos XIV y XV de procedencias geográficas diversas (País Vasco actual, Burgos,
Valladolid, Madrid, etc.) referidos a la villa guipuzcoana de Segura 3:
Tabla 1
prenominal
(el dicho lugar)
con demostrativo
(este dicho lugar)
verbal-participio
(como dicho es)
prenominal sin artículo
(que dicho alcalde)
sustantivado
(los dichos)
en estructura de relativo
(la qual dicha carta)
posnominal
(los escribanos dichos)
Total
Siglo XIV
(CDSeg1)
Primera mitad del siglo
XV
(CDSeg2)
Segunda mitad del
siglo XV
(CDSeg3)
90,55 % (3105/3429)
92,9 % (7272/7827)
91,21 % (5822/6383)
2,39 % (82/3429)
2,47 % (194/7827)
4,1 % (262/6383)
6,15 % (211/3429)
2,97 % (233/7827)
3,11 % (199/6383)
0,11 % (4/3429)
0,24 % (19/7827)
0,15 % (10/6383)
0,02 % (1/3429)
0,07 % (6/7827)
0,01 % (1/6383)
0,75 % (26/3429)
1,3 % (102/7827)
1,34 % (86/6383)
0
0,01 % (1/7827)
0,04 % (3/6383)
100 % (3429/3429)
100 % (7827/7827)
100 % (6383/6383)
Durante los siglos XVI y XVII, la situación es similar: el dicho en posición
prenominal es, con mucho, el marcador anafórico más utilizado, aunque su empleo no
es tan desmedido en los textos jurídicos como lo había sido a lo largo del siglo XV. Es a
finales del siglo XVII cuando el adjetivo dicho en posición prenominal sin artículo
iguala en porcentaje a la estructura precedida de artículo. A partir de principios del siglo
XVIII, dicho sin artículo va a ser la forma predominante para el uso anafórico (en el
siglo XIX la variante con artículo se convierte en un arcaísmo):
Tabla 2
Escritura 1684
Constituciones 1722
Memorial 1725
Processo 1765
Alegación 1790
Reales Decretos 1836
3
el dicho + sustantivo
53 % (172/325)
2,5 % (2/76)
22 % (46/207)
8 % (43/562)
20 % (12/61)
0
dicho + sustantivo
47 % (153/325)
97,5 % (74/76)
78 % (161/207)
92 % (519/562)
80 % (49/61)
100 % (41/41)
Total
100 % (325/325)
100 % (76/76)
100 % (207/207)
100 % (562/562)
100 % (61/61)
100 % (41/41)
CDSeg1: 89 documentos; CDSeg2: 121 documentos; CDSeg3: 116 documentos.
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2.1. La estructura «demostrativo + dicho + sustantivo»
El uso anafórico de los demostrativos, tanto para la anáfora reiterativa como para la
anáfora denominativa, se documenta desde los primeros textos españoles (Barra Jover,
2007: 17). Lo que nos interesa resaltar ahora es la existencia también de adjetivos
demostrativos (fundamentalmente de primera persona) combinados con el adjetivo
dicho (que, en esencia, desempeña los usos anafóricos de los demostrativos). Dejando
de lado los casos en que el demostrativo que se adjunta a dicho presenta valor deíctico,
la estructura ha de interpretarse como una reiteración anafórica 4.
Suplican a V. M. mande que de aquy adelante no se trayga lenna synon comprada, syno fuere para
las cozinas de las personas rreales, e de aquellas a quien está probeydo por ley que se dé, e questa
dicha lenna se dé por çédula del rregimiento del lugar adonde V. M. estoviere (CLeónCastilla4.
Cortes de Madrid de 1528).
Aunque los primeros ejemplos de la estructura «demostrativo + dicho + sustantivo»
se documentan en textos del siglo XIII, no será hasta el siglo XV cuando la secuencia se
haga habitual en la tradición jurídica. En el siglo XVI su uso comienza a decaer, y
desaparece casi totalmente en el primer cuarto del siglo XVIII. Esta redundancia
anafórica, como otras, se origina en los documentos notariales y se extiende a otros
registros (en especial el científico) en el siglo XVI.
Gráfico 1
demostrativo + dicho + sustantivo
(CORDE)
3500
3000
2500
2000
1500
1000
500
0
Siglo XIII
4
Siglo XIV
Siglo XV
Siglo XVI
Siglo XVII Siglo XVIII
Entre el demostrativo y el adjetivo dicho pueden insertarse también un artículo o un adjetivo posesivo,
aunque se trata de estructuras muy poco corrientes. Para más información sobre las posibles
combinaciones sintagmáticas de los demostrativos, véase el imprescindible artículo de Cuadros Muñoz
(2011).
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2.2. La estructura «relativo compuesto + dicho + sustantivo»
Otra estructura que supone una redundancia anafórica es la que se construye
combinando el relativo compuesto el cual (y sus variantes gráficas y morfológicas) con
el adjetivo dicho antes del sustantivo que reproduce el antecedente anafórico 5:
Este es treslado del registro de un testimonio signado que por mí el escrivano de yuso escripto
pasó, el tenor del qual dicho registro es esto que se sigue (CDSeg2-91. Villafranca, 1401).
... deys e pagueys a la dicha cibdad de Santa Marta o a la persona o personas que por ella los
oviere de aver, mili e quatrocientos pesos de oro, de que yo les hago merced para que se gasten en
las obras públicas de la dicha cibdad, e no en otra cosa alguna. La qual dicha merced les hago
siendo pagado el mayordomo del hospital de la dicha cibdad... (Cedulario. Ávila, 1531)
Lola Pons (2007) ha estudiado detenidamente los tipos de sintagmas que se
introducen con el cual + antecedente adjunto, y entre ellos destaca la fórmula que
incorpora dicho, adjetivo que funciona como «refuerzo de la misión anafórica que tiene
encomendada la estructura relativa» (Pons 2007: 282). Además, «relativo compuesto +
dicho + sustantivo» es, de una u otra forma, una estructura típicamente jurídica:
Pero no sólo se trata de que haya un procedimiento —el empleo de cual con antecedente adjunto
modificado por dicho— que resulte preferido por un tipo de tradición; la cuestión más interesante
es que se observa que en otros muchos casos, la suma de dicho como refuerzo anafórico a la
estructura con cual aparece en textos no jurídicos, no administrativos pero dentro de secuencias
que sí invocan a ese mundo de la reglamentación legal (Pons 2007: 282).
Más interesante aún creemos que resulta el hecho de que en los documentos
notariales y en otros textos jurídicos de los siglos XV y XVI «casi» se considera
obligatorio añadir dicho a la repetición del antecedente en la estructura con el cual. Lo
normal en este tipo de textos durante esa época será encontrar el qual dicho benefiçio o
la qual dicha sentençia, en lugar de el qual benefiçio o la qual sentençia:
Tabla 3
Primera mitad del
siglo XV (CDSeg2)
Segunda mitad del
siglo XV (CDSeg3)
Primera mitad del
siglo XVI (Cedulario)
Segunda mitad del
siglo XVI (Provisiones)
5
Relativo compuesto +
antecedente adjunto
Relativo compuesto +
dicho + antecedente
adjunto
Total
27 % (36/131)
73 % (95/131)
100 % (131/131)
14 % (15/111)
86 % (96/111)
100 % (111/111)
9 % (2/22)
91 % (20/22)
100 % (22/22)
32 % (11/34)
68 % (23/34)
100 % (34/34)
En algún caso podemos encontrar la variante prefijada sobredicho en lugar de dicho, aunque se trata de
excepciones a la regla general: A los quales sobre dichos omes les damos e otorgamos todo nuestro
poder (CDSeg2-102. Segura, 1405).
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Los primeros ejemplos de esta estructura proceden de mediados del siglo XIII, pero
no será hasta los siglos XV y XVI cuando adquiera una presencia notable en los textos.
Desaparece a partir de la primera mitad del siglo XVII:
Gráfico 2
[preposición] + relativo compuesto + dicho +
antecedente (CORDE)
1400
1200
1000
800
600
400
200
0
Siglo XIII
Siglo XIV
Siglo XV
Siglo XVI
Primera mitad
del siglo XVII
2.3. Otras redundancias anafóricas
Durante el siglo XV (también en otras épocas, pero en mucho menor grado) se
documentan con relativa frecuencia expresiones en las que se emplean varios
marcadores anafóricos con el mismo antecedente:
... que annadimos et declaramos e interpretadas las dichas tres clásulas sobre dichas en esta
manera et por los términos que adelante se siguen (CDSeg2-101. Segura, 1404).
... e con los dichos testigos de suso nonbrados... (CDSeg2-185. Zalduondo, 1448).
Los quales dichos bienes suso declarados vos vendemos e damos... (CDSeg3-213. Segura, 1451).
El dicho testigo sobre dicho, jurado e preguntado por el dicho alcalde... (CDSeg3-281. Salvatierra
de Álava, 1481).
Las redundancias anafóricas de este tipo, así como las que se observan en las
estructuras «demostrativo + dicho + sustantivo» y «relativo compuesto + dicho +
sustantivo», son pruebas de la existencia de una especie de regla para los textos
jurídicos que se podría formular del siguiente modo: todo sustantivo que ya ha sido
referido anteriormente exige que vaya acompañado del adjetivo dicho, y esto ocurre con
independencia de que se arbitren otros procedimientos para marcar la anáfora. Esta
regla, claro está, tiene consecuencias directas en la interpretación que ha de darse al
abuso de marcadores anafóricos en los textos jurídicos, como se verá en el apartado
dedicado a las conclusiones.
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3. AVANDICHO, DENANDICHO Y DEVANDICHO
Los tres adjetivos se forman con la unión de prefijos (en esencia, adverbios) que no
tienen vigencia en el español actual (avan-, denan- y devan-) 6.
Avandicho es palabra incluida en el Diccionario de la RAE, pese a que nunca ha
sido muy productiva en textos escritos en español. Solo la encontramos en documentos
relacionados con el ámbito jurídico y, aunque no de forma exclusiva, en textos navarroaragoneses de mediados del siglo XIII. En la base de datos del CODEA se localiza, bajo
las formas avandicho, avantdicho, avandito y avantdito (o sus variantes morfológicas)
en diez textos distintos entre 1225 y 1290, la mayoría de ellos de la provincia de
Huesca.
La variante denandicho, -a (o denandito, -a) solo aparece en documentos jurídicos
navarros de la primera mitad del siglo XIII, aunque el único texto que recupera el
CODEA con este marcador está datado en 1282. En nuestro corpus, ninguno de los 48
casos encontrados es posterior a 1252:
E nos queriendo amellorar la nuestra población denendicha, damos et otorgamos a todos aquellos
qui uerran poblar la nuestra población denandicha, el término de Çoçaoç, como la muga d’ Elcoaz
talla por l’agoa dreitament ata Giretolaç (CDNav1-55. Puente la Reina, 1237).
Aunque existen algunas excepciones, denandicho aparece en dos posiciones en
función del tipo de sustantivo al que acompaña: pospuesto, cuando se trata de un
nombre común (las uillas denanditas, la casa denandita, el castiello denandito...), y
antepuesto, cuando se trata de un nombre propio (el denant dito don Gil, la denandita
dona Garssend, la denant dita dona Blanqua...).
En cuanto a devandicho, en nuestro corpus solo lo encontramos en documentos
navarros del siglo XIII 7. Lo habitual es que preceda al sustantivo (los devanditos
herederos, las devanditas villas, el devant dito don Arnalt...), aunque en algún caso
puede aparecer pospuesto (los morauedís deuant ditos, los conseilleros deuantdichos...).
Sin artículo se muestra en un buen número de construcciones vocativas y en
aposiciones.
6
Se trata de adverbios de marcado carácter regional. Así, por ejemplo, devan(t) se empleó durante el siglo
XIII en La Rioja, Aragón y León (Martín González, 1998: 348). Véanse también, entre otros, Sánchez
Lancis (1988: 594), Pérez-Salazar Resano (1993: 161) y Martínez Ezquerro (2000: 88).
7
Santiago Lacuesta (1977: 243) incluye devandicho entre los orientalismos presentes en los documentos
notariales alaveses de la Edad Media.
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Devandicho también se recoge en el DRAE actual, con la marca de anticuado y el
significado de ‘susodicho’. En el CODEA se advierte en 13 documentos de la segunda
mitad del siglo XIII (de 1242 a 1305), en una zona geográfica más amplia que la de
avandicho: Palencia, Valladolid, León, Logroño, Navarra, etc.
Pese a las restricciones geográficas que hemos señalado, Sánchez González de
Herrero (2005: 43) localiza avandicho y devandicho en escritos que no pertenecen a la
zona oriental, lo que hace suponer que estos marcadores anafóricos tuvieron una
localización más amplia de la que pensamos: «Avandicho (menos frecuente) y
devandicho alternan con dicho, sobredicho en los documentos dirigidos a todas las
zonas, lo que indica que no son variantes circunscritas a Aragón en estas fechas».
4. PREDICHO Y SUPRADICHO
En documentos redactados en latín es habitual la aparición durante la Edad Media de las
variantes predicto y supradicto como marcadores anafóricos:
Et ego predicta Damisela Maior dono uobis domino meo regi Nauarre prenominato fidanciam de
omnibus supradictis conuenienciis tenere et attendere, scilicet Johanes Doeli, iusticia Tutele
(CDNav2-39. Tudela, 1236).
Sin embargo, ni predicho ni supradicho existen en los textos medievales castellanos
(salvo en raras excepciones). En el caso de predicho, el CORDE solo recupera 37
ejemplos en textos anteriores a 1850, y casi todos en documentos que no pertenecen a la
tradición jurídica; en el de supradicho —fuera de una aparición en un documento de
1575 y de ejemplos aislados de los siglos XVII y XVIII— los casos que recupera el
corpus académico pertenecen al siglo XIX 8.
Desde finales del siglo XIX, el uso de predicho y supradicho ha ido creciendo en los
documentos jurídicos, aunque su empleo es minoritario. En textos actuales, ambos
marcadores anafóricos se observan casi exclusivamente en la jurisprudencia 9:
... y es merced a un objeto de juicio planteado en los predichos términos que aparecen viables el
alcanzar el fondo del recurso... (Westlaw. STS de 19 de junio de 1985. RJ 1985\6656).
Es cierto que en el supradicho artículo 22 de la Orden Ministerial de 13 febrero 1967, que se
reputa infringido, se advierte un trato desigual... (Westlaw. STS de 24 de febrero de 1995. RJ
1995\2557).
8
En sentencias actuales, el prefijo supra- se une también a otros adjetivos metalingüísticos (supracitado,
supramencionado, supraescrito, etc.).
9
También podemos encontrar en documentos legales actuales ―probablemente por influencia del
inglés― el adverbio latino supra unido a adjetivos metalingüísticos: citado supra, referido supra, etc.
8/18
5. ANTEDICHO
Pese a tener entrada en el Diccionario de la Academia desde la edición de 1770, la
forma antedicho es muy poco usada como marcador anafórico en los textos 10. En el
corpus de textos medievales que hemos empleado para este estudio, únicamente
localizamos antedicho en documentos navarros del siglo XIII, aunque se emplea
también en textos castellanos, como demuestran los resultados de las bases de datos 11.
Antedicho puede aparecer en posición prenominal o posnominal —esta última, más
frecuente— y también en estructuras de relativo en las que conserva su carácter verbal:
Et nos todo el conceio antedicto somos fiadores et deudores... (CDNav1-151. Concejo de Peralta,
1251).
Et por mayor firmeza de esto otorgamos todo lo que antedito es, et damos a los buenos omnes
deuanditos esta carta con nuestro sigieyllo sayellada... (CDNav2-9. Sangüesa, 1254).
Et es ferme desta antedita partición por ambas las partidas, dona Frontina, infançona et uezina de
la uilla de Muruçaual. (CDNav2-58. Pamplona, 1266).
Según los datos que arroja el CORDE, antedicho ha ido rebajando su uso como
marcador anafórico en los textos desde el siglo XIII 12 hasta casi desaparecer durante los
siglos XVII y XVIII. Resurge en el último cuarto del siglo XIX, en la misma época en
que aparecen otros marcadores (predicho y supradicho) y se extiende el empleo de
citado, referido, meritado, etc., que, aunque existían en tiempos anteriores, es a finales
del XIX cuando se consolidan para la marcación anafórica en los textos jurídicos.
En la actualidad, a partir de los datos que ofrece la base de datos de Westlaw, se
puede afirmar que antedicho es un marcador anafórico con poco rendimiento en la
jurisprudencia en comparación con dicho, citado, aludido, mencionado o referido, y con
un rendimiento casi nulo en los textos legislativos.
6. SOBREDICHO
Sobredicho es un marcador anafórico característico (y en ocasiones casi exclusivo) de la
prosa jurídica, en especial durante los siglos XIII, XIV y XV. A partir de los datos que
10
El verbo antedecir ha figurado en el DRAE desde 1770 hasta 1992; en la edición actual se ha
eliminado.
11
Ejemplo claro de uno de los problemas más importantes que plantean los corpus: «Una conclusión
obtenida a partir de un conjunto de n textos no garantiza en ningún caso las predicciones que puedan
hacerse sobre lo que ocurre en un n + 1 texto» (Barra Jover, 2001: 185).
12
A lo largo del siglo XIII, antedicho conserva casi siempre su carácter verbal (assí como es ante dicho,
assi como ante dicho es, etc.).
9/18
ofrece el CORDE, podemos establecer el índice de empleo en los distintos tipos
textuales 13:
Tabla 4
Siglo XIII
Siglo XIV
Siglo XV
Siglo XVI
Siglo XVII
Prosa
jurídica
92,36 %
91,84 %
68,46 %
27,19 %
14,66 %
Prosa
histórica
3,71 %
7,43 %
11,71 %
24,26 %
56 %
Prosa
científica
3,13 %
5,40 %
13,38 %
4%
Prosa
religiosa
0,39 %
0,23 %
1,80 %
18,82 %
1,33 %
Prosa
didáctica
0,19 %
9,90 %
2,09 %
8%
Otros
0,22 %
0,50 %
2,73 %
14,26 %
16,01 %
Es interesante observar lo que ocurre en las posiciones. Durante el siglo XIV y en la
primera mitad del XV predomina como adjetivo pospuesto al sustantivo (escrivano
público sobre dicho, el vendedor sobre dicho...) 14, mientras que en la segunda mitad del
XV manifiesta mayor uso como adjetivo antepuesto (los sobre dichos pleitos, la sobre
dicha sentençia...).
Tabla 5
Siglo XIV
(CDSeg1)
Primera
mitad del
siglo XV
(CDSeg2)
Segunda
mitad del
siglo XV
(CDSeg3)
Adjetivo en
posición
posnominal
39 %
(105/266)
Adjetivo en
posición
prenominal
Verbo
Sustantivaciones
masculinas y
femeninas
Sustantivaciones
con lo
31 % (82/266)
8%
(21/266)
18 % (47/266)
4 % (11/266)
46 %
(183/398)
14 % (57/398)
9%
(35/398)
11 % (44/398)
20 % (79/398)
24 % (39/164)
33 % (54/164)
20 %
(33/164)
13 % (22/164)
10 % (16/164)
El siglo XV es la época de máximo apogeo de sobredicho en todas las posiciones.
En el siglo XVI, cede su lugar a susodicho y su presencia desciende drásticamente en
los textos. En el siglo XVIII, sobredicho prácticamente desaparece de los textos
españoles. En la jurisprudencia actual es posible encontrarlo como marcador anafórico,
aunque es muy poco empleado (casi siempre ocupa una posición antepuesta al
sustantivo).
13
La tabla refleja los índices de frecuencia de el sobredicho, es decir, del adjetivo antepuesto al sustantivo
y de las sustantivaciones con artículo masculino, pero los resultados son similares a los que se extraen
de otras posibles posiciones y usos.
14
Evidentemente, en muchos de los casos en que aparece pospuesto al sustantivo conserva su carácter
verbal como auténtico participio.
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... proponiendo el sobredicho dictamen diferentes fórmulas para remediar dicha deficiencia de
técnica legislativa observada... (Westlaw. SAN de 22 de marzo de 2011. JUR2011\94696).
... los acertados razonamientos contenidos al respecto en el sobredicho fundamento de derecho
tercero... (Westlaw. SAP Murcia de 6 de septiembre de 2007. JUR 2008\16077).
7. SUSODICHO
Según los datos que revelan los documentos notariales, susodicho comienza a
generalizarse a partir de mediados del siglo XV. Antes de esa época, conserva su
carácter verbal en frases como segund suso dicho es, todo lo que suso dicho es y
similares. Desde comienzos del siglo XV, ya lo vemos en posición posnominal y en
sustantivaciones con lo, y desde 1450 lo encontramos, además, como adjetivo
sustantivado masculino o femenino (los susodichos, las susodichas) y en posición
prenominal (las suso dichas emendaduras).
Como sucede con sobredicho, susodicho es marcador anafórico característico del
lenguaje legal. Los primeros ejemplos de susodicho que recupera el CODEA pertenecen
a la segunda mitad del siglo XIII. En esos ejemplos, dicho mantiene normalmente su
carácter verbal, como participio del verbo decir:
... que todo omne que esta herdade que es desuso dicha demandar que él lo arriedre... (CODEA,
Salamanca, 1256).
... e porque todo esto que de susodicho es en esta carta sea más firme e más estable e non venga en
dubda... (CODEA, Palencia, 1275).
Los textos del siglo XIV del CODEA no son muy profusos en este marcador
anafórico y mantienen la tendencia del carácter verbal de dicho (el adverbio [de] suso
puede aparecer antepuesto o pospuesto al participio). En el siglo XV los ejemplos se
disparan y encontramos, ya desde inicios de siglo, casos de sustantivaciones con artículo
neutro:
E yo el dicho prior otorgo so obligación de los bienes del dicho monesterio que vós los
sobredichos cumpliendo e guardando lo susodicho que yo, nin los priores nin provisores que
sucedieren en el dicho monesterio que vos non podamos tirar nin tornar lo sobredicho nin parte
d'ello... (CODEA, Santander, 1408).
Durante el siglo XVI se acrecienta el uso de susodicho, y desciende de manera clara
a lo largo del XVII.
Hoy, la base de datos Westlaw recupera miles de documentos jurídicos en los que se
emplea este marcador anafórico, especialmente en la jurisprudencia. En la mayoría de
las ocasiones (más del 90 % de los casos) se usa como adjetivo antepuesto.
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8. SUSTANTIVACIONES CON LO + ADJETIVO DEVERBAL METALINGÜÍSTICO
También resulta de interés lo que ocurre en las estructuras anafóricas sustantivas
precedidas del artículo neutro lo, ya que no será hasta el siglo XVI cuando el adjetivo
dicho admita su presencia en ellas. Antes de esa fecha, solo las formas prefijadas
sobredicho y susodicho tienen capacidad para recoger una secuencia completa del
discurso mencionada antes:
Tabla 6
Siglo XIV (CDSeg1)
Primera mitad del siglo XV (CDSeg2)
Segunda mitad del siglo XV (CDSeg3)
lo dicho
0
0
0
lo sobredicho
100 % (11/11)
85 % (79/93)
17 % (16/92)
lo susodicho
0
15 % (14/93)
83 % (76/92)
Total
100 % (11/11)
100 % (93/93)
100 % (92/92)
El avance de lo dicho en el siglo XVI coincide con el inicio del declive de lo
susodicho y lo sobredicho, que decaen definitivamente a lo largo del siglo XVII (en
especial lo sobredicho) y son casi desconocidos en los textos del XVIII. En el siguiente
cuadro, construido a partir de los datos del CORDE para todos los tipos textuales,
reproducimos los índices de frecuencia de las tres formas:
Tabla 7
Siglo XV
Siglo XVI
Siglo XVII
Siglo XVIII
Siglo XIX
lo dicho
8 % (246/3035)
45 % (2243/5008)
72 % (1084/1515)
93 % (508/549)
92 % (827/903)
lo sobredicho
24 % (740/3035)
11 % (581/ 5008)
6 % (95/1515)
1 % (6/549)
1 % (11/903)
lo susodicho
68 % (2049/3035)
44 % (2184/5008)
22 % (336/1515)
6 % (35/549)
7 % (65/903)
Total
100 % (3035/3035)
100 % (5008/5008)
100 % (1515/1515)
100 % (549/549)
100 % (903/903)
En contraste con lo que ocurre en la estructura «lo + adjetivo deverbal
metalingüístico», encontramos lo que sucede en la construcción de relativo «lo que +
verbo», en la que el verbo decir, sin prefijación, siempre ha sido la forma más usada:
Tabla 8
Siglo XIV
(CDSeg1)
Primera mitad
del siglo XV
(CDSeg2)
Segunda mitad
del siglo XV
(CDSeg3)
lo que dicho es
lo que sobredicho es
lo que susodicho
es
Total
69 % (36/52)
31 % (16/52)
0
100 % (52/52)
70 % (77/110)
29 % (32/110)
1 % (1/110)
100 %
(110/110)
58 % (60/104)
31 % (32/104)
11 % (12/104)
100 %
(104/104)
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9. TAL Y ATAL
Aunque existen ejemplos anteriores al siglo XIV de tal anafórico, no será hasta la
primera mitad de ese siglo cuando se convierta realmente en un anafórico más. Durante
el siglo XV ―al igual que ocurre con dicho―, tal se emplea normalmente precedido de
artículo: las tales çibdades e villas, las tales cartas, la tal petiçión, los tales
corregimientos, etc. Pese a que nunca llega a los índices de frecuencia de dicho, en el
siglo XV podemos encontrar ejemplos en los que ocupa el lugar de ese adjetivo en la
anáfora nominal.
De interés resulta la diversificación de usos que existe entre tal y atal cuando
funcionan como anafóricos, ya que parece que no son intercambiables en los mismos
contextos 15. Así, atal, desde mediados del siglo XIII a finales del XV, suele aparecer
acompañado de demostrativo, mientras que son casi inexistentes los ejemplos en que se
combina con artículo (contexto para el que se reserva tal) 16. Durante el siglo XVI, atal
es sustituido por tal en la estructura con demostrativo, estructura que ya es rara en el
siglo XVII. Es decir, lo normal es que encontremos durante los siglos XIV y XV casos
como los que muestran los siguientes ejemplos 17:
... e porque estos atales demandados non pueden demosstrar la paga... (CLeónCastilla2. Cortes de
Valladolid, 1351).
... et que ordenasse e mandasse que las tales albaquias non sean rreçibidas... (CLeónCastilla2.
Cortes de Valladolid, 1351).
10. MERITADO
El adjetivo meritado, con el significado de ‘mencionado’, es común en los textos
jurisprudenciales desde finales del siglo XIX. Este adjetivo, participio del verbo
meritar, en realidad no procede de ese verbo ―que nunca ha tenido el sentido de
‘mencionar’― sino, más propiamente, de la locución hacer mérito, que se viene
utilizando en el lenguaje legal desde el primer cuarto del siglo XIX (el primer ejemplo
15
La historia de tal está por hacerse, por lo que esta afirmación sobre los contextos de uso ha de tomarse
como algo provisional.
16
La estructura «demostrativo + atal + sustantivo» es especialmente productiva durante el siglo XV,
época de mayor uso de todas las redundancias anafóricas.
17
Atales puede aparecer también en posición final de la estructura: «... muchos destos escriuanos atales
que non son pertenesçientes para el offiçio...» (CLeónCastilla2. Cortes de Valladolid, 1351). Muy
numerosos son los casos en que el sustantivo está elidido: «... que estas atales non trayan faldas
rrastrando en las ropas...» (CLeónCastilla3. Cortes de Madrigal, 1438).
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que recupera el CORDE es de 1820) 18. La extensión de su uso a lo largo de ese siglo
explica que hacer mérito fuera incluida como frase figurada con el significado de ‘hacer
mención’ en las ediciones del DRAE desde 1925. Hoy, tanto la expresión hacer mérito
como el adjetivo meritado son relativamente frecuentes en la jurisprudencia. El
adjetivo, además, suele aparecer en posición prenominal (a menudo sin artículo) y no
admite la sustantivación:
... y en la que se mantuvo la postura contraria a que la meritada difusión, a través de receptores de
televisión, diese lugar a indemnizar a los titulares de derechos de propiedad intelectual... (Westlaw.
STS de 6 de julio de 2007. RJ 2007\4677).
Se da la circunstancia de que en dicho plazo meritados acusados vinieron a intuir el hecho de ser
vigilados... (Westlaw. STS de 18 de octubre de 2006. RJ 2006\8033).
11. CITADO, REFERIDO, ALUDIDO, MENCIONADO Y REFERENCIADO
El empleo de todos estos adjetivos deverbales se generaliza a partir del último cuarto del
siglo XIX, si bien existen ejemplos aislados de algunos de ellos en fechas anteriores. El
más moderno parece ser referenciado, que aparece por primera vez en la jurisprudencia
en el siglo XX. De todos ellos, citado es hoy el adjetivo deverbal anafórico más
utilizado en los textos jurídicos españoles, solo superado en frecuencia por dicho.
12. CONCLUSIONES
La anáfora es un mecanismo de cohesión de los enunciados. Esta afirmación, que
traduce un hecho incuestionable de la teoría lingüística, ha de reinterpretarse (o, al
menos, puntualizarse) para atender convenientemente a lo que ocurre en los textos
jurídicos. Lo que parece indicar la presencia desmesurada de marcadores anafóricos en
los documentos notariales del siglo XV —en una tendencia que se ha mantenido,
mutatis mutandis, hasta la época actual— es que estos marcadores —en especial,
dicho— están más relacionados con un intento de individualizar el texto notarial
(jurídico, en general) con respecto al resto de tradiciones textuales que con la cohesión
textual en sí 19. Dicho se convierte en los textos notariales del siglo XV en un mero
18
Hasta en diecisiete ocasiones se emplea la locución hacer mérito con el significado de ‘hacer mención’
en las Ordenanzas de 1857: «Aun cuando los consignatarios no expresen en sus declaraciones todas las
circunstancias de que se ha hecho mérito, serán admitidas»; «Para el asiento de las facturas y
declaraciones de que se ha hecho mérito, se llevará un libro», etc.
19
«Cohesion occurs where the interpretation of some element in the discourse is dependent on that of
another. The one presupposes the other, in the sense that it cannot be effectively decoded except by
recourse to it. When it happens, a relation of cohesion is set up, and the two elements, the presupposing
14/18
añadido al sustantivo cuando ese sustantivo ya ha aparecido antes. Se trata, por tanto, de
un elemento de relleno que hay que poner en relación con el discurso reiterativo de los
documentos notariales más que con mecanismos de cohesión del discurso. Algunos
autores han hecho interesantes reflexiones sobre este fenómeno de reiteración anafórica
que podrían vincularse con esta explicación. Así, Barra Jover (2008:137), que lo califica
de «rasgo identitario aparentemente imprescindible», dice:
A partir del segundo cuarto del siglo XIV el dicho no solo domina en la anáfora reiterativa sino
que se convierte en algo así como la música (por no decir murga) de fondo de cualquier texto
notarial.
Y en una línea similar se expresa Puche Lorenzo (2003: 83):
La presencia de artículo anafórico se advierte, sobre todo, si va acompañado de dicho/a y
dichos/as, partículas que se podrían suprimir al no ser relevantes, pero que, sin embargo, se
utilizan abundantemente en toda la documentación. De hecho, podríamos decir que se trata de un
rasgo característico de la lengua jurídica.
La cohesión que permiten estas anáforas, puesto que se trata de elementos
innecesarios para descifrar el texto, es, en consecuencia, una cohesión ficticia. Es más,
las redundancias que hemos señalado más arriba del tipo las dichas tres cláusulas sobre
dichas, los dichos bienes de suso nonbrados o la dicha acusaçión suso dicha, junto con
las estructuras también redundantes «demostrativo + dicho + sustantivo» y «relativo
compuesto + dicho + sustantivo», reafirman el carácter obligatorio del elemento
anafórico unido al sustantivo, porque, en esos casos, los elementos que permiten la
cohesión (los auténticos marcadores anafóricos, podríamos decir) son los adjetivos o
participios que se colocan detrás del sustantivo, en los primeros ejemplos, y el
demostrativo o el relativo compuesto, en las estructuras redundantes. El adjetivo dicho
no es refuerzo, por tanto, ni del demostrativo ni del relativo compuesto, sino un
elemento que debe acompañar obligatoriamente al sustantivo.
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Ulloa, 1790.
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La cursiva es mía).
15/18
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dinastía de Champaña. San Sebastián: Eusko Ikaskuntza, 3 vols.
CDSeg: DÍEZ
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SALAZAR FERNÁNDEZ, Luis Miguel (1985-2006): Colección
diplomática del Concejo de Segura (Guipúzcoa) (1290-1521). Donostia: Eusko
Ikaskuntza.
CLeónCastilla: REAL ACADEMIA DE
LA
HISTORIA (1861-1882): Cortes de los antiguos
reinos de León y de Castilla. Madrid: Rivadeneyra, 4 vols.
CODEA: GRUPO
Corpus
DE
de
INVESTIGACIÓN
documentos
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TEXTOS
españoles
PARA LA
anteriores
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DEL
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ESPAÑOL:
(CODEA).
<http://demos.bitext.com/codea/> [consulta: abril-agosto de 2012].
Constituciones: Constituciones del Colegio de Sancti Spiritus... Compostela: Imprenta
de Antonio de Aldemunde, 1722.
CORDE:
REAL
ACADEMIA
ESPAÑOLA:
Corpus
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español.
<http://www.rae.es> [consulta: abril-agosto de 2012].
Escritura: Escritura de concordia celebrada en 10 de octubre de 1684... [Madrid: s.n.],
1684.
Memorial: Memorial ajustado, hecho con citación de las partes, de el pleyto que don
Juan de Logares y Barco... [s.l.: s.n., 1725?].
Ordenanzas: Ordenanzas generales de la renta de aduanas aprobadas por real orden
de 10 de septiembre de 1857. Madrid: Imprenta Real, 1857.
Processo: Processo formado por orden del Rey N. Señor por la Junta de Generales que
S. M. se ha dignado nombrar a este fin sobre la conducta... Madrid: Imprenta de
Juan de San Martín, 1663-1664.
Provisiones: Provisiones, cédulas, instrucciones de Su Magestad, ordenanzas de
difuntos y audiencia para la buena expedición de los negocios y administración
de justicia y gobernación de esta Nueva España y para el buen tratamiento y
conservación de los indios, México: Casa de Pedro Ocharte, 1563.
Reales Decretos: Reales Decretos, Órdenes, Instrucciones, Reglamentos y Aclaraciones
relativos a la incorporación y venta de los bienes nacionales, Madrid: Imprenta
de D. Miguel de Burgos, 1836.
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