Más allá de la Revolución Verde; Henk Hobbelink

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HOBBELINK, Henk (ed.). Más allá de la Revolución Verde. Las nuevas tecnologías genéticas para la
agricultura, ¿Desafío o desastre? Barcelona: Lerna / ICDA, colección paz y conflictos, 1987. 219 p.
Con el proceso conocido como Revolución Verde, consistente en la introducción de nuevas variedades de
cultivos en los países del Tercer Mundo durante la década de los sesenta, se inició una gradual pérdida de
las variedades tradicionales cultivadas en estos países en detrimento de las Variedades de Alto Rendimiento
(las VAR), que han ocasionado una uniformidad de los cultivos en estas zonas. A la par, este hecho ha
comportado un riesgo muy alto de pérdida de las cosechas por enfermedades y plagas. El desarrollo reciente
de la biotecnología ha permitido obtener importantes resultados en cuanto a producción que permitirían
llegar a resolver los problemas del hambre en el mundo. Los países mas desfavorecidos no son muy
optimistas en esto, ya que las grandes multinacionales del sector farmacéutico y agroquímico controlan el
mercado y la investigación en materia biotecnológica y la experiencia previa no invita a la esperanza abierta.
Henk Hobbelink nos muestra en este libro la otra cara de la Revolución Verde, presentada entonces cono la
solución de los problemas del hambre en el mundo pero que, en realidad sólo ha servido para, por un lado,
enriquecer a las grandes empresas multinacionales productoras de herbicidas o fertilizantes químicos y que
han utilizado los nuevos cultivos como una vía rápida para dar salida a stocks de producción y obtener rápidos
beneficios, y también, por otro lado, ha empeorado las condiciones de vida de los agricultores modestos de los
países donde se introdujo, ya que sólo los grandes terratenientes pueden permitirse costear los nuevos
productos necesarios para incrementar la producción con las nuevas variedades.
El libro se estructura en tres grandes bloques. El primero <<Las semillas: la base de la producción alimentaria
del mundo>>, donde encontramos dos capítulos; <<El verde no es color de la revolución>>, donde hay
incluidos ocho artículos y, finalmente, <<Las nuevas biotecnologías para el Tercer Mundo. ¿Nuevas
esperanzas o falsas promesas?>>, divido éste bloque último en nueve capítulos. Encontramos también una
serie de anexos donde, entre otras, se trata una comparación entre la Revolución Verde y la Biotecnología.
La primera parte, <<Las semillas: la base de la producción alimentaria del mundo>>, gira alrededor de la gran
importancia que tienen las semillas, no sólo como se indica en el título, como base de la alimentación humana
sino que también lo son para las empresas dedicadas a la producción de nuevas variedades de cultivo. Desde
la aparición de las primeras civilizaciones, justo en los lugares de origen de la mayoría de cultivos más
importantes actualmente (los llamados Centros de Diversidad), hasta llegar a este siglo, nuestros antepasados
debían encargarse de ir mejorando las diferentes variedades de cultivo, adaptándolos a diferentes condiciones
ecológicas. La situación cambió totalmente cuando hacía la década de los años sesenta se comenzó a
introducir la Revolución Verde en países en vías de desarrollo. Comenzó a haber una substitución de les
variedades tradicionales por nuevas variedades, obtenidas a partir del germoplasma (material genético de las
plantas), proveniente paradójicamente de los mismos países donde ahora se introducen estas nuevas
variedades. La Revolución Verde ha significado para estos países la pérdida de gran parte de sus variedades
tradicionales de cultivo y una uniformidad de los cultivos a causa de la introducción de estas nuevas
variedades (hecho este que afecta de forma global a toda la agricultura mundial). Los únicos beneficiarios han
sido las empresas multinacionales encargadas de producir las nuevas variedades y los grandes terratenientes
de los países donde se introdujo la Revolución Verde, ya que eran ellos los únicos que disponían de
infraestructuras y capital suficiente para poder conseguir y adaptar las nuevas variedades. Se creía que con la
biotecnología los países del norte ya no dispondrían de los recursos genéticos del Tercer Mundo pero, al no
ser esto aún posible, se ha desencadenado una lucha por el intento de controlar política y comercialmente
estos recursos en todo el mundo.
La segunda parte, << El verde no es el color de la revolución >>, se centra en las consecuencias que ha tenido
la Revolución Verde en las diferentes áreas del mundo donde fue introducida. A partir de una serie de
artículos del mismo Henk Hobbelink y otros de diversos autores, donde encontramos la opinión de
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agricultores, de organizaciones como la Sahabat Alam Malaysia (SAM) o la Rural Advancement Fund
International (RAFI) e incluso del responsable del Programa de Recursos Genéticos del Gobierno de
Nicaragua, se presentan algunos ejemplos concretos de países asiáticos como Malasia, Filipinas, Bangladesh e
India, de África (Etiopía) y de América (Nicaragua y Perú), que demuestran, de manera evidente, las graves
consecuencias de carácter social, económico y medio ambiental ocasionadas por la Revolución Verde. Las
nuevas semillas que se introdujeron se caracterizan por la necesidad de grandes cantidades de agua y
fertilizantes químicos, lo que ha supuesto un aumento de los gastos en proyectos de irrigación y una
dependencia de estos países respecto a los países industrializados en los suministros (inputs) de estos
productos químicos de la agricultura con la circunstancia agravante de que los precios de estos productos han
ido aumentando progresivamente con el paso del tiempo. Ecológicamente hablando, las nuevas variedades de
cultivo han acelerado el agotamiento de la tierra a causa de su uso intensivo (hasta cuatro cosechas anuales),
han contaminado los suelos por el uso excesivo de fertilizantes químicos o herbicidas y han sufrido de forma
muy acusada los efectos de plagas y enfermedades a causa de la uniformidad genética. Ante esta situación, la
mayoría de pequeños agricultores se organizó, creando incluso pequeñas organizaciones que fomentaban los
métodos tradicionales de agricultura, utilizando las variedades tradicionales, más resistentes a las plagas i con
menos costes de producción.
En la tercera parte, << Las nuevas biotecnologías para el Tercer Mundo. ¿ Nuevas esperanzas o falsas
promesas? >> se intentan responder una serie de interrogantes que plantea la biotecnología (¿en qué consiste
la biotecnología?, ¿Qué comportará su utilización? ¿quién y cómo la controla? o ¿qué puede significar para el
Tercer Mundo? ), una nueva tecnología aplicada a la producción de alimentos. La biotecnología consiste en
exponer una materia a microorganismos que transformarán la materia en el producto que se quiera obtener.
Esto se puede conseguir mediante dos técnicas: el cultivo de tejidos y los recombinados del ADN. Los
resultados que, en principio, debería comportar la biotecnología en cuanto a aumento de la producción (no
sólo de productos agrícolas, también de otros como la leche) y resistencia contra las plagas, deberían ser
espectaculares. Detrás de esta nueva tecnología encontramos las grandes multinacionales de los sectores
químico y farmacéutico que son las que controlan el mercado y la investigación de la biotecnología. Si
tenemos en cuenta que lo que se produce es material genético idéntico, la uniformidad genética de los cultivos
los hace más vulnerables a las plagas, por tanto, el uso de pesticidas es indispensable y al crecer el mercado de
estos productos las grandes beneficiadas serán precisamente las empresas que investigan en biotecnología.
Los países del Tercer Mundo, en principio, quedarían al margen de esta nueva tecnología, pero tarde o
temprano esta acabará llegando. Un aspecto preocupante es el hecho de que con la biotecnología la
intercambiabilidad de les materias primas utilizadas para los productos acabados aumentará y el precio de las
materias primas en el mercado mundial disminuirá, viéndose afectada, por tanto, la posición en el mercado de
los países del Tercer Mundo, principales suministradores de estas materias primas. Probablemente, la
capacidad que tengan los países subdesarrollados de adaptar la biotecnología a sus necesidades determinará en
que medida contribuirá a solucionar sus problemas. Esto y el papel que juegan y pueden jugar en un futuro las
ONG's (organizaciones no gubernamentales) como asesores de los gobiernos de estos países en estas
cuestiones, pueden ser muy importantes para conseguir buenos resultados.
Para finalizar, al final del libro, encontramos un apartado donde se recogen dos anexos y un índice alfabético
de términos importantes relacionados con la temática tratada, que han ido apareciendo en la obra. El primero
de los anexos indica las ventajas e inconvenientes de la utilización del cultivo de tejidos y el segundo hace una
comparación, de manera muy sintética, de la Revolución Verde y la biotecnología que muestra claramente
como los impactos de la biotecnología pueden llegar a ser mucho más importantes que los que se consiguieron
con la Revolución Verde.
Hay que destacar como elementos que ayudan a la lectura y compresión de esta obra, el sencillo lenguaje y la
abundancia de ejemplos, que facilitan una mejor asimilación de lo que se nos dice en ella y mantienen la
atención del lector. Precisamente, gracias a estas características, el libro puede llegar a capas más amplias de
lectores que no han de tener necesariamente grandes conocimientos previos de la temática tratada. Hay que
criticar, si embargo, la reiteración de ciertos temas y la impresión de repetitividad de algunas partes del libro.
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Faltaría también la opinión de las multinacionales, ya que es un punto de vista más sobre el tema que nos
ayudaría a tener una visión más objetiva y global del mismo. Sin embargo, la opinión que merece la obra en
su conjunto es buena, siendo recomendable para sensibilizar sobre los verdaderos orígenes de muchos de los
actuales problemas de alimentación en el Tercer Mundo.
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