¿De dónde vinieron y a dónde se fueron los votos en 2ª vuelta?

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Algunas hipótesis
¿De dónde vinieron y a dónde se fueron los
votos en 2ª vuelta?
Obtener más de 3,7 millones de votos no es una tarea sencilla, sobre todo después de ser la
representante presidencial de una coalición que llevaba más de 16 años en el poder. En este último
sentido, investigaremos y examinaremos cuales podrían ser el origen de esos 3,7 millones en términos
electorales, tratando de dar algo de luz a una discusión con menos pasión que la vivida los primeros días
post resultados y que hasta el momento no ha estado exenta de especulaciones.
¿Votos ciudadanos o votos de partidos?
Desde el Plebiscito de 1988 hasta nuestros días se han realizado mas de dieciséis elecciones nacionales,
en las cuales hemos visto aparecer y desaparecer movimientos, partidos pequeños y/o asociados a un
líder local o nacional, pero al contrario, los que no han desaparecido sino más bien consolidado su
posición, son los dos bloques principales y dominantes en la política chilena de los últimos 15 años: La
Alianza y la Concertación.
Las razones de esta consolidación tienen mucho que ver con la historia, la estabilidad de los partidos que
conforman estos bloques, su institucionalidad, seriedad y un sistema binominal que fuerza una
convivencia estratégica. Esto ha transformado a ambos conglomerados políticos en verdaderas marcas
de captación de votación y por que no decirlo también, en dos electorados bastante fidelizados.
La Concertación ha ido construyendo un cúmulo de votantes que se mueve entorno a los 2,9 millones y
por su parte la Alianza tiene un haber en torno a los 2,5 millones. Ambos pueden variar según la
participación general, pero lo que ya empieza a ser estable es que los partidos que viven dentro de cada
bloque, se mueven agregadamente dentro de las cifras antes mencionadas.
Si a la anterior adición se agrega la votación del Pacto Juntos Podemos Más, con resultados que varían
entre los 350 mil y 550 mil votos, llegamos a que casi seis millones de electores votan con cierta
estabilidad por los pactos mayoritarios en nuestro país. O dicho de otro modo, el margen ciudadano que
puede variar, salir o buscar otras alternativas es menor al millón de votos en cada evento electoral,
aunque se puede observar una tendencia más hacia la derecha en las elecciones presidenciales de este
segmento.
Ahora bien, esto último se expresa con el aumento de la participación electoral. Cuando el millón de votos
se estira suele ser la derecha la beneficiada. Solo es cosa de observar las votaciones presidenciales 1999
y 2005 y las otras elecciones no-presidenciales (municipal y parlamentaria) con sus votaciones, para
darse cuenta que la suerte de la derecha esta ligada al número de electores que acuden a las urnas.
Tanto en 1999 y 2005 la Alianza atrajo más 800 mil sufragios extras de lo habitual.
Por otra parte, un punto clave a examinar, y para el cual no tenemos respuesta, fue la relativa “alta”
abstención que se produjo en esta elección. En primera vuelta, los que no llegaron a votar, los que
anularon y lo hicieron en blanco alcanzaron el 16,1% sobre el total de inscritos. En 2ª vuelta esta cifra
disminuyó levemente al 15,6%. No obstante lo anterior, ambas cifras se inscriben como las más altas en
la historia post 88’ de elecciones presidenciales. Sólo en 1993, cuando nadie dudaba del triunfo de
Eduardo Frei, la no-participación se acercó al 14%. Así, resulta interesante saber o conocer, cuales fueron
las causas de esta conducta electoral, por tanto el aumento de los inscritos (por primera vez sobre los 8,2
millones) durante el 2005, presagiaba una participación maciza.
Volviendo al tema de los electorados y su fidelización con ciertos bloques, es preciso aclarar que no
podemos afirmar que sean siempre los mismos electores los que voten por los mismos partidos y pactos
sistemáticamente, lo que si podemos afirmar y comprobar, es que estos pactos y partidos obtienen
resultados estables en una perspectiva agregada. No es imposible hacer un seguimiento mesa a mesa de
quien entra sale individualmente de cada opción política por elección. No obstante, sospechamos que
después de 17 años de democracia se ha producido, a partir de los resultados revisados, una estabilidad
electoral que permite a los partidos hoy en día, examinar con mayor precisión sus prácticas políticas y de
alianzas electorales, ver realmente si con lo que obtienen en cada elección va de acuerdo a las
proyecciones de crecimiento, objetivos de poder y estrategias en general.
Por ejemplo, queda refrendado que la votación UDI parlamentaria, pasó por completo a Sebastián Piñera
en la segunda vuelta. Aun así, la UDI se da cuenta hoy en día que con toda esa disciplina partidaria, no
alcanza aun para tener un presidente y que es necesario crecer para el centro o con otro tipo de sistema,
que les sea más conveniente. Piñera se dio cuenta antes, que lo que poseía no alcanzaría para derrotar a
Bachelet. De ahí su majadera insistencia en el Humanismo Cristiano.
Por el contrario, la votación de captura de Bachelet desde el pacto Juntos Podemos y de Ricardo Lagos
en 1999 desde el mismo pacto, si dan para tener presidente. Es un problema de fondo electoral a fin con
capacidad de crecimiento.
En otras palabras, dentro de este universo de casi 6 millones de votos, hay una identidad política con el
bloque y cada vez más con los partidos que conforman los referentes. El voto “ciudadano”, ese que
aspiran casi ingenuamente los candidatos y que se mueve en torno al millón, entra y sale de las
votaciones, no se fideliza con nadie y esta en constante cambio.
En conclusión, se ha ido cristalizando el voto partido y el voto pacto, lo cual permite una proyección cada
vez mas fina de los márgenes que puede aspirar cada uno de los candidatos.
Caso a Caso
Sebastián Piñera logró en primera vuelta 1,7 millones de votos. Esta cifra es 800 mil votos más de lo que
obtuvo RN en las parlamentarias. De otra forma dicho, el candidato RN atrajo desde fuera del partido una
gran masa de votos que normalmente no participa en eventos municipales o parlamentarios o toman otras
opciones. De hecho, del voto valido total presidencial, la parlamentarias 2005 fue de 375 mil menos que la
primera., pudiéndose afirmar, con relativa seguridad, que Piñera se llevo esos 375 mil votos enteros él.
El resto de su votación (unos 470 mil votos en total) la obtuvo de los huérfanos de la UCCP, P. del Sur,
abstencionistas, nulos y blancos históricos y por sobre todo, una buena parte de ex votación blanda DC
que ya se había ido con Lavin en 1999.
RN
920 M
N + B Parl. 2005 Ex UCCP-Del Sur, Lavin 99 y
otros
375 M
470 M
Total
1,7 MM
El problema para Piñera estuvo en que la UDI, a nivel parlamentario tuvo 1,45 millones de votos, los
cuales fueron traspasados en 2ª vuelta enteramente al candidato de RN. Lo que no pudo ser traspasada
fue la votación entera y personal de Joaquín Lavin, la cual fue de 1,6 millones. La Diferencia de la
votación UDI y la votación de Lavin fue de alrededor de 125 mil más para el candidato presidencial.
Entonces ¿dónde fueron a parar esos 125 mil votos?
Por los similares niveles de participación, en primera y segunda vuelta del electorado en general, y la
observación de algunos distritos y comunas claves del lavinismo los 125 mil votos fueron a parar tal vez
enteros a Michelle Bachelet o en parte y el resto al nulo o abstención. En otras palabras, el 8% de la
votación de Lavin no fue a Sebastián Piñera y busco otros horizontes.
Votación S. Piñera 2ª vuelta
RN
920 M
N + B Parl.
2005
375 M
Ex UCCP-Del Sur,
Lavin 99 y otros
470 M
100% votación
Parl. UDI 2005
1,450 MM
TOTAL
3,22 MM
Por su parte, Michelle Bachelet logró sumar sólo en la 2ª vuelta más de medio millón de votos a lo que ya
había obtenido en 1ª vuelta. ¿Y de donde vinieron esos 544 mil votos extras? Nunca se sabrá con certeza
los vasos comunicantes que hay entre uno y otro electorado, entre los nulos de la primera y los nulos de
la segunda vuelta, si son los mismos o no. Pero a nivel de grandes números si podemos cuadrar
globalmente la caja electoral de Bachelet en la siguiente perspectiva.
Los aportes partidarios fueron fundamentales a la hora cristalizar el voto en 2ª vuelta. Por eso se hablaba
del error grueso de menospreciar lo político o buscar en lo ciudadano la primera votación de Bachelet
desde su Comando. Pues ese Comando desconfió no solo en la capacidad territorial de sus partidos, sino
también de las votaciones ya históricas que vienen obteniendo cada uno de las cuatro instituciones de la
Concertación. Hace muchas elecciones que la suma del PS, del PPD, el PRSD y la DC esta en torno al
45 o 47%.
Hace tan solo pocos meses, esos cuatro partidos obtuvieron sendos triunfos en las municipales 2004. Por
lo cual aparece incomprensible que el Comando de Bachelet haya apostado por lo “ciudadano”, es decir
haya apostado en primer lugar al millón de votos y en segundo lugar a los 2,9 millones como construcción
de triunfo.
Normalmente en los sistemas con ballotage, las candidaturas se construyen o levantan desde las
votaciones más fieles o duras a las más externas o volátiles. El riesgo que tomo Bachelet fue enorme,
pues su votación de piso y partidaria, servía sólo en un escenario con una participación de total de
electores similar a la primera vuelta 2005. Si la participación electoral se hubiese incrementado
medianamente a niveles habituales de concurrencia en elecciones Presidenciales, es decir con un voto
valido de 7,3 millones, la brecha entre ambas candidaturas habría sido menor y/o tal vez muy tenue.
Por otra parte, la votación blanda DC, esa que ya había partido en 1997 al nulo o blanco y que luego en
1999 había votado por Lavín, volvió esta vez en con un voto cruzado a parlamentarios DC y a Piñera o
Lavin en presidencial. De ahí la diferencia de voto valido de la Concertación en parlamentarias (3,37
millones) versus los 3,17 de Bachelet en primera vuelta. Es decir más de 200 mil electores a lo menos,
votaron cruzado.
Votación M. Bachelet 2ª vuelta
Partidos de la Entre 90 y 100%
Concertación Juntos Podemos (*)
3,17 MM
350 M
8% de la
Alianza
125 M
TOTAL
3,7 MM
(*) Tal vez Bachelet compensó con la disminución del Nulo y Blanco entre 1ª y 2ª vuelta una traspaso integro del Juntos Podemos.
El famoso voto de género
Las proporciones del voto valido entre la 1ª y 2ª vuelta se mantuvieron casi intactas entre hombres y
mujeres con respecto al padrón de electores. Es decir, del 47,5% que representan los hombres en los
votantes, llegaron a votar validamente en 1ª vuelta 46,6% y en 2ª vuelta 46,7%. En resumen un poco
menos con el 0,9% y 0,7% de diferencia con respecto al padrón.
En las mujeres como ya es habitual, su participación fue levemente superior a la cuota que representan
en el padrón. Las mujeres son 52,5% y llegaron a votar validamente 53,4% y 53,3% respectivamente
entre ambas vueltas. Al revés de los hombres, ella aumentan 0,9 y 0,8% en diferencia entre inscritas y
validas.
¿Hubo diferencias de genero a lo hora de votar? Leves en la primera vuelta e inexistentes en la segunda
vuelta.
Vamos por parte, Lagos en la 2ª vuelta de 1999 tuvo una diferencia entre el voto de hombres y de mujeres
de 5,6% a favor de los primeros (54,26% varones y 48,65% en mujeres) Lavín sólo logro en hombres un
45,74%.
Esta diferencia fue la que “salvo” a Lagos de no perder la elección, dado que Lavin en mujeres logró
sobre un 51,35% versus el 48,65% del primer mandatario. La brecha lograda por el voto masculino fue
tal,(8.5 puntos) que se hizo para Lavin irremontable y para Lagos la carta de triunfo.
En la primera vuelta del 2005, las variaciones de género fueron leves en comparación con 1999. Piñera
obtuvo un 2,78% más en hombres al igual que Hirsch, con un 2,91%. Es decir, en ambos casos votaron
porcentualmente más hombres por estos candidatos.
Primera Vuelta 2005
Vot. en Vot. en
Candidatos
hombres mujeres
Joaquín Lavin 21,4% 24,9%
Michelle
Bachelet
44,8% 47,0%
Sebastián
Piñera
26,9% 24,1%
Tomas Hirsch
7,0%
4,0%
% sobre el
Dif. %
3,48%
Dif del %
en votos
abs.
225.521
2,22%
286.347
9,0%
2,78%
20.600
1,2%
2,91%
75.309
20,2%
Total de votos
14,1%
Al revés, Bachelet obtuvo un 2,22% y Lavin un 3,48% de votación mayor en mujeres en 1ª vuelta con
respecto a sus votaciones masculinas.
Como se observa en el cuadro, Hirsch fue el candidato con mayor brecha de generó, pues su 2,91% de
diferencia en hombres, constituyó el 20,2% de su votación total (75 mil votos aproximadamente).
Le sigue Lavin con una diferencia relativa de 3,48% de mujeres sobre hombres, lo que significa un 14,1%
en su votación (más de 225 mil votos)
A continuación la brecha de Michelle Bachelet en 2,22%, llevado al global de su votación se convierte en
un 9,0% de votos más de mujeres en 1ª vuelta (286 mil votos).
Por ultimo Sebastián Piñera con un 2,78% equivalentes a 1,2% (algo mas de 20 mil votos más en
hombres).
Para mayor facilidad de todo lo anterior, ver cuadro arriba.
Por otra parte, si observamos en el siguiente cuadro, los resultados finales con detención, Bachelet
obtuvo levemente mas porcentaje de votos de hombres que de mujeres (53,7% hombres y 53,3% en
mujeres), ¿cómo se llega entonces a esto? Veamos, Bachelet calcó el padrón en su votación en 2ª vuelta.
Por ella votaron 3,7 millones en una proporción casi idéntica de 47% hombres (1.743.765 votos) y 53%
(1.969.137) siendo el padrón de 52,5 %y 47,5% respectivamente.
2ª vuelta 2005
Vot. en Vot. en
Candidatos
hombres mujeres
Joaquín Lavin 21,4% 24,9%
Michelle
Bachelet
44,8% 47,0%
Sebastián
26,9% 24,1%
Piñera
Tomas Hirsch
7,0%
4,0%
% sobre el
Dif. %
3,48%
Dif del %
en votos
abs.
225.521
2,22%
286.347
9,0%
2,78%
20.600
1,2%
2,91%
75.309
20,2%
Total de votos
14,1%
¿Entonces el misterio del equilibrio de genero de dónde vino en Bachelet? Esencialmente de Hirsch y
también votos de equilibrados de la Alianza.
Bachelet aumento entre la 1ª y 2ª vuelta 544 mil votos. De estos 302 mil fueron de hombres y 242 mil de
mujeres. Por lo tanto, podemos afirmar que el aporte masculino fue clave para que Michelle Bachelet
ganara las elecciones.
Hirsch tenía de la 1ª vuelta 224 mil votos en hombres, supongamos que le pasó el 100% a Bachelet, el
resto sale indefectiblemente de la Alianza, nulos y blancos, con un generoso aporte de 78 mil votos a lo
más a la actual presidenta.
Hipoteticemos que Hirsch le pasó también el 100% de su votación femenina a Bachelet, haciendo un
aporte de 149 mil votos. Pero las mujeres aportaron 242 mil sufragios en total en la 2ª vuelta, por lo cual
hay una contribución máxima de 93 mil votos entre la Alianza, nulos y blancos.
En resumen, el aporte sobre el total de validos en la elección desde la Alianza (por no llamarlo de Lavín) a
Bachelet fue de 1% en hombres y 1% en mujeres, (alrededor de 130 mil votos o un poco más).
En Sebastián Piñera tampoco opero el factor género en la 2ª vuelta, pues al igual que Bachelet compensó
con la votación de la UDI el factor faltante de mujeres de la 1ª vuelta. De los 1.475.792 votos que aumenta
Piñera entre la 1ª y 2ª vuelta, un 56,7% es de mujeres y la diferencia (43,3%) viene del mundo masculino.
RESUMEN
Bachelet gana por que:
• Los partidos de la Concertación han logrado un nivel alto de fidelización con sus electorados y por que
también esta opera a nivel del pacto
• Logra penetrar en los votos de su adversario directo (Alianza) en 2ª vuelta.
• En el pacto Juntos Podemos primó la lógica del traspaso electoral y no del voto nulo en general.
• Logra crecer y reflejar proporcionalmente a hombres y mujeres en su segunda votación.
• La cantidad de electores que llega a votar en segunda vuelta es casi la misma que la 1ª votación.
Piñera pierde por que:
• Su pacto no operó macizamente.
• Lavin no traspasa su votación personal, sólo su votación política.
• No logra penetrar la votación política de Bachelet (los humanistas cristianos se habían ido hace años)
• No capta la disminución del nulo y blanco.
• No logra hacer crecer suficientemente la participación electoral, trayendo votos nuevos a sus arcas (los
800 mil no alcanzaron a su meta)
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