CUÁL SERÁ LA INFLUENCIA DEL ARTÍCULO 31bis DEL CÓDIGO PENAL EN LA PREVENCIÓN DE RIESGOS LABORALES El artículo 316 del Código Penal establece que “Los que con infracción de las normas de prevención de riesgos laborales y estando legalmente obligados, no faciliten los medios necesarios para que los trabajadores desempeñen su actividad con las medidas de seguridad e higiene adecuadas, de forma que pongan así en peligro grave su vida, salud o integridad física, serán castigados con las penas de prisión de seis meses a tres años y multa de seis a doce meses”, definiendo el artículo 317 que “Cuando el delito a que se refiere el artículo anterior se cometa por imprudencia grave, será castigado con la pena inferior en grado.”, indicando el artículo 318 “ Cuando los hechos previstos en los artículos de este título se atribuyeran a personas jurídicas, se impondrá la pena señalada a los administradores o encargados del servicio que hayan sido responsables de los mismos y a quienes, conociéndolos y pudiendo remediarlo, no hubieran adoptado medidas para ello. En estos supuestos la autoridad judicial podrá decretar, además, alguna o algunas de las medidas previstas en el artículo 129 de este Código. La Ley Orgánica 01/2015 que modifica el Código Penal introduce en un cambio en el artículo 129 que queda “En caso de delitos cometidos en el seno, con la colaboración, a través o por medio de empresas, organizaciones, grupos o cualquier otra clase de entidades o agrupaciones de personas que, por carecer de personalidad jurídica, no estén comprendidas en el artículo 31 bis, el juez o tribunal podrá imponer motivadamente a dichas empresas, organizaciones, grupos, entidades o agrupaciones una o varias consecuencias accesorias a la pena que corresponda al autor del delito, con el contenido previsto en las letras c) a g) del apartado 7 del artículo 33. Podrá también acordar la prohibición definitiva de llevar a cabo cualquier actividad, aunque sea lícita.” Que para entenderla debemos leer el nuevo artículo 31 bis, también introducido por Ley Orgánica 01/2015. Es el artículo 31 bis el que introduce la “responsabilidad penal de las personas jurídicas” por primera vez en el Código Penal Español que hace responsables penales a las empresas en dos supuestos: • De los delitos cometidos en nombre o por cuenta de las mismas, y en su beneficio directo o indirecto, por sus representantes legales o por aquellos que actuando individualmente o como integrantes de un órgano de la persona jurídica, están autorizados para tomar decisiones en nombre de la persona jurídica u ostentan facultades de organización y control dentro de la misma. • De los delitos cometidos, en el ejercicio de actividades sociales y por cuenta y en beneficio directo o indirecto de las mismas, por quienes, estando sometidos a la autoridad de las personas físicas mencionadas en el párrafo anterior, han podido realizar los hechos por haberse incumplido gravemente por aquéllos los deberes de supervisión, vigilancia y control de su actividad atendidas las concretas circunstancias del caso. Cómo vemos en el primer caso hablamos de los administradores y todos aquellos que están autorizados para tomar decisiones y en el segundo caso, de todos aquellos delitos cometidos por los integrantes de la empresa por falta de supervisión y control de la misma. Dado que la Ley de Prevención establece el deber de invigilando queda claro que la responsabilidad jurídica de la empresa, a través del artículo 31 bis del Código Penal, está asociada a la responsabilidad estamos hablando tanto de los directivos de la empresa de sus directivos y administradores, así como, las personas autorizadas para el control y supervisión. Desde el punto de vista del técnico de prevención, tendríamos que analizar si se ve afectado por el concepto de supervisión y control o no lo está ya que, si bien es cierto que el técnico realiza controles y supervisiones, ¿Hasta qué punto es el responsable de la supervisión y control? Además, debemos tener en cuenta qué el propio artículo 31bis establece elementos de exención o atenuación de la responsabilidad entre los que están: 1. el órgano de administración ha adoptado y ejecutado con eficacia, antes de la comisión del delito, modelos de organización y gestión que incluyen las medidas de vigilancia y control idóneas para prevenir delitos de la misma naturaleza o para reducir de forma significativa el riesgo de su comisión. Que podemos entender como una adecuada implantación del Plan de Prevención en la empresa o la implantación de un sistema de gestión normalizado como OHSAS 18001. 2. La supervisión del funcionamiento y del cumplimiento del modelo de prevención implantado ha sido confiada a un órgano de la persona jurídica con poderes autónomos de iniciativa y de control o que tenga encomendada legalmente la función de supervisar la eficacia de los controles internos de la persona jurídica. Estamos hablando de autonomía de iniciativa y control, lo cual lo podríamos relacionar con la existencia de un Servicio de Prevención o trabajador designado con la suficiente independencia y, añadiría autoridad para la toma de decisiones, para realizar la supervisión y control lo cual debe quedar claro en el plan de formación, las funciones y responsabilidades asignadas al Servicio de Prevención. También tendríamos que tener en cuenta en este aparatado las funciones de los recursos preventivos y los coordinadores de obra. 3. los autores individuales han cometido el delito eludiendo fraudulentamente los modelos de organización y de prevención, es decir, existe un incumplimiento de lo establecido en el plan de Prevención por los autores del delito, tal y como no cumplir las labores de supervisión y o control el Servicio de Prevención o trabajador designado. 4. no se ha producido una omisión o un ejercicio insuficiente de sus funciones de supervisión, vigilancia y control por parte del órgano al que se refiere la condición 2.ª, es decir, la función de supervisión y vigilancia se ha desarrollado adecuadamente, entendiendo que dicha función ha quedado claramente reflejada en el Plan de Prevención. En los casos en los que las anteriores circunstancias solamente puedan ser objeto de acreditación parcial, esta circunstancia será valorada a los efectos de atenuación de la pena. Por otra parte, cuando el delito es generado por una persona sometida a la supervisión y control para la persona jurídica quedará exenta de responsabilidad si, antes de la comisión del delito, ha adoptado y ejecutado eficazmente un modelo de organización y gestión que resulte adecuado para prevenir delitos de la naturaleza del que fue cometido o para reducir de forma significativa el riesgo de su comisión. Es el propio artículo 31 bis el que especifica lo que deben cumplir los modelos de organización y gestión para que sean considerados como eximentes o atenuantes: 1. identificarán las actividades en cuyo ámbito puedan ser cometidos los delitos que deben ser prevenidos. 2. Establecerán los protocolos o procedimientos que concreten el proceso de formación de la voluntad de la persona jurídica, de adopción de decisiones y de ejecución de las mismas con relación a aquéllos. 3. Dispondrán de modelos de gestión de los recursos financieros adecuados para impedir la comisión de los delitos que deben ser prevenidos. 4. Impondrán la obligación de informar de posibles riesgos e incumplimientos al organismo encargado de vigilar el funcionamiento y observancia del modelo de prevención. 5. Establecerán un sistema disciplinario que sancione adecuadamente el incumplimiento de las medidas que establezca el modelo. 6. Realizarán una verificación periódica del modelo y de su eventual modificación cuando se pongan de manifiesto infracciones relevantes de sus disposiciones, o cuando se produzcan cambios en la organización, en la estructura de control o en la actividad desarrollada que los hagan necesarios. Que aplicado a prevención, entendemos que implica que el sistema de prevención identifique o establezca: • los posibles incumplimientos, en materia de prevención, que puedan ser realizados por la organización y las personas. • claramente las funciones y responsabilidades de cada uno de los miembros de la empresa y, en particular, los de los Servicios de Prevención y trabajadores designados. • el cauce para la denuncia de incumplimientos por parte de la organización que, deberán ser dirigidas a través del Servicio de Prevención o trabajador designado. • un sistema disciplinario ante los posibles incumplimientos. • verificaciones de forma periódica para ver su adecuación. Desde el punto de vista de los sistemas normalizados la auditoría y la revisión por parte de la dirección pasan a ser un elemento clave en cuanto a las responsabilidades Todo esto, debemos, cómo técnicos de prevención tenerlo en cuenta en el desarrollo de nuestra actividad pues aparece una compleja relación de responsabilidades que, como todos sabemos, siempre se rompe por el más débil, por ello, un aspecto clave en el diseño de los sistemas preventivos será la definición de funciones y responsabilidades dejando clara hasta dónde llega la independencia del Servicio de Prevención o trabajador designado en la realización de la supervisión y el control, así como, los elementos de supervisión y control. La modificación del Código Penal, nos genera una serie de dudas de cómo va a aplicarse a la prevención de riesgos. Tendremos que esperar a que aparezca jurisprudencia en relación con el desarrollo profesional de los técnicos de prevención, administradores y directivos de las empresas, si bien, en mi opinión, este cambio puede hacer que, en general, las empresas por su responsabilidad como persona jurídica y, en particular, los directivos y administradores se tomen más en serio la prevención de riesgos. Así como, hacer que el plan de prevención o sistema de gestión de prevención sea analizado y tenido en cuenta por las empresas de una forma más cuidadosa y deje de ser un mero documento en el estante. Tras 20 años de la Ley de prevención, nos encontramos ante un posible nuevo escenario de responsabilidades, que el tiempo nos dirá que nos depara. Sirva la reflexión realizada en este artículo para que nos planteemos un análisis adecuado y no nos sorprendamos por lo que implica delante de un juez. Juan Carlos Bajo Albarracín Director de Ampell