LA PLATA, 2 de febrero de 2007. Y VISTOS:

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LA PLATA, 2 de febrero de 2007.
Y VISTOS:
Estos autos caratulados “Sonda Argentina S.A. c/ Fisco de la Provincia de
Buenos Aires s/ Pretensión Anulatoria”, causa nº 906, en trámite por ante el
Juzgado de Primera Instancia en lo Contencioso Administrativo nº 2 de la Plata, a
mi cargo, de los que:
RESULTA:
I) Que el apoderado de la empresa Sonda Argentina S.A., promueve
demanda contenciosa administrativa contra la Provincia de Buenos Aires Ministerio de Economía-, solicitando la anulación de los decretos nºs. 53/03 y
2264/04, mediante los cuales se rechaza el reclamo de “recomposición de precios
por excesiva onerosidad sobreviniente”, correspondiente a la contratación
efectuada por Orden de Compra nº 224/01.
Manifiesta que su mandante, conforme a lo actuado por expediente n°
2300-1.445/00, fue proveedora de los “Servicios de Computación y Alquiler de
Hardware, Soporte y Mantenimiento de Plataforma IBM y Oracle y Mantenimiento
de Impresoras Lexmark”, descriptos en la Orden de Compra n° 224/01, por el
período comprendido entre el 1º de febrero de 2001 al 31 de enero de 2002 –
luego extendido hasta el 31 de agosto de ese año-, con destino a la Dirección de
Sistemas de Información del Ministerio de Economía, mediante contratación
directa nº 846/01, autorizada por decreto n° 2050/01.
Señala que el hardware y el software arrendado y los insumos que se
emplearon en las tareas de mantenimiento son fabricados y diseñados en el
exterior y abonados en dólares estadounidenses.
Expresa que al inicio de la contratación –febrero de 2001- se encontraba
vigente la Ley Nacional de Convertibilidad nº 23.928, que estableció la
equivalencia de un peso igual a un dólar ($ 1= u$s 1) y que como es público y
notorio a fines del año 2001 y fundamentalmente, a principios del año 2002, el
país soportó una crisis económica-financiera que motivó el dictando de normas
tendientes a salvaguardar la vigencia de los contratos públicos y privados.
Señala que dicho principio ha sido receptado por la ley nº 25.561 que
declaró la emergencia económica nacional y autorizó al Poder Ejecutivo Nacional
a renegociar los contratos celebrados por la administración bajo normas de
derecho público y que los decretos nacionales nºs. 1295/02 y 1953/02 y el
provincial nº 2113/02, reconocieron el desequilibrio de las prestaciones de los
contratos del sector público, utilizando la técnica de la “redeterminación de
precios”, a fin de restablecer la ecuación económica financiera de dichos
contratos.
Destaca que al momento de producirse el abandono de la convertibilidad, el
organismo administrativo se hallaba en mora con relación al pago de facturas por
servicios prestados, las que fueron abonadas meses más tarde, cuando la relación
del peso con el dólar era inferior, alegando que tal situación provocó una
alteración en el equilibrio de las prestaciones.
Aduce que debido al alza extraordinaria de la divisa estadounidense, su
prestación se convirtió en excesivamente onerosa, produciéndose un desfasaje
del precio contractual durante los meses de febrero, marzo, abril, mayo, junio, julio
y agosto de 2002, sumándose la demora en los pagos de las facturas emitidas por
la contratista, provocando la pérdida del poder adquisitivo del precio acordado
inicialmente. Afirma que las prestaciones a cargo de la empresa fueron
cumplimentadas entre febrero de 2001 y enero de 2002, efectivizándose recién su
cobro durante los meses de mayo y julio de 2002.
Sostiene que por tal motivo remitió al órgano ministerial cartas documentos
de fechas 6 de febrero y 14 de febrero de 2002 intimando la devolución de los
equipos de informática alquilados, no obteniendo respuesta alguna y que el 18 de
febrero de 2002, el apoderado de la firma, solicita al Director de Contabilidad y
Servicios Auxiliares el retiro de los equipos y ante la falta de respuesta se labra la
escritura nº 23, cuya copia acompaña a fojas 12/14 de autos.
Expresa que con fecha 15 de enero de 2003 solicitó al Ministerio de
Economía la recomposición del precio del contrato, originándose el expediente
administrativo nº 2309-10.688/03 y, como manera de distribuir equitativamente la
carga provocada por la crisis referenciada, limitó su reclamo de pago al 50 % del
quebranto, en tanto y en cuanto, se arribara a un solución extrajudicial. Aclara que
frente a la conducta evasiva de las autoridades, aquella oferta de quita se deja sin
efecto en este acto procesal.
Aduna que el día 3 de febrero de 2003, presentó en las actuaciones
administrativas, un análisis de costos, del cual surge que los componentes
importados alcanzaban al 87 % del precio facturado.
Señala que mediante decreto nº 53/03 se rechazó su reclamo con
fundamento en que la contratación original se encontraba vencida y agotadas las
instancias de pago, ante la renuncia de su poderdante al cobro de intereses e
indexación.
Considera que tales argumentaciones son ilegítimas, ya que entiende que
la contratación no se encontraba vencida al producirse el descalabro económico,
sosteniendo que el vinculo contractual se extendió hasta el 31 de agosto de 2002,
por una prórroga de “facto” dispuesta por el organismo administrativo y aceptada
por la accionante, abonándose los servicios prestados mediante el sistema de
“legítimo abono”. Aduce que, si el vínculo se hubiera extinguido efectivamente en
enero de 2002, los pagos efectuados por la administración carecerían de causa y
resultarían ilegítimos.
Por otra parte sostiene que el decreto impugnado incurre en un error
esencial al señalar que su poderdante renunció a los intereses e indexación, ya
que la renuncia se limitó a los importes retenidos para compensar eventuales
falencias del servicio de mantenimiento de los equipos y que nada tiene que ver
con la emergencia económica. Afirma que no ha existido efecto liberatorio alguno.
Alega el derecho a la recomposición de prestaciones con sustento en la
teoría de la imprevisión, ya que entiende que el proceder del organismo
administrativo no sólo constituye un abuso del derecho y un apartamiento de la
buena fe contractual, vedados por los artículos 1071 y 1198 del Código Civil, sino
que configura una conducta contraria a la letra y al espíritu del artículo 2º del
decreto nacional nº 320/02 que establece que a los efectos del reajuste equitativo
del precio se deberá tener en cuenta el valor de reposición de las cosas, bienes o
prestaciones con componentes importados.
Aduce que al haberse abandonado el régimen de convertibilidad de la
moneda nacional con relación al dólar, se alteró en forma extraordinaria e
imprevista la ecuación económica-financiera del contrato de suministro celebrado,
adquiriendo por ello vigencia la teoría de la imprevisión contemplada en el artículo
1198 del Código Civil.
Esgrime que para el caso de no ser aplicable la teoría de la imprevisión, la
demandada debe pagar el precio justo de la prestación debida por el principio del
enriquecimiento sin causa, cuya proscripción constituye un principio general del
derecho, fundado en normas del Código Civil (arts. 499, 728, 899, 907, 1744,
2297, 2302, 2306, 2567 a 2570, 2582, 2589 y 2594). Sostiene que el
enriquecimiento
de
la
Provincia
de
Buenos
Aires
fue
correlativamente
acompañado por el empobrecimiento de su mandante que debió afrontar costos
con valor dólar y percibir precios “pesificados”.
Añade que la parte demandada se encuentra obligada a pagar los servicios
recibidos en función de su justo precio, invocando para ello la doctrina de la
confianza legítima, pues entiende que al negarse a entregar los equipos cuyo
arrendamiento venció el 31 de enero de 2002 y disponer la prórroga del plazo
hasta agosto de ese año, suscitó en su mandante la certeza –confianza- de que su
crédito iba a ser satisfecho.
En suma, peticiona la nulidad del citado decreto, el pago de los intereses
compensatorios por el atraso en la cancelación de las facturas emitidas por la
administración, requiriendo que a las sumas adeudadas –según la liquidación que
finalmente resulte aprobada- y hasta su efectivo pago, se le adicione la tasa que
percibe el Banco de la Provincia de Buenos Aires en sus operaciones de
descuentos de documentos comerciales a 30 días (tasa activa), todo ello
actualizado, según índices de precios minoristas nivel general que publica el
INDEC.
Solicita la aplicación de costas a la parte demandada por considerar
temeraria la conducta desplegada por los funcionarios públicos intervinientes, en
el marco de la relación contractual habida entre las partes, invocando para ello el
supuesto de excepción contemplado en el artículo 51 del C.C.A.
A fojas 63, el apoderado de la firma Sonda manifiesta que ha sido notificado
del decreto nº 2264/04, dictado por el Poder Ejecutivo provincial mediante el cual
se rechaza el recurso de revocatoria interpuesto contra el decreto nº 53/03, con
fundamento en que la contienda no es subsumida por el decreto n° 2888/02 y ante
la falta de reserva de intereses por parte de la empresa.
Alega que la ausencia de “mecanismos automáticos de variaciones de
precios” en la legislación provincial no alcanza para considerar derogado el
artículo 1198 del Código Civil y estimar borrados del mundo jurídico los principios
generales del derecho invocado por su parte.
Con relación a los intereses moratorios, enfatiza que la eventual falta de
reserva de intereses al percibir el capital no puede oponerse al reclamo especial y
concreto del rubro, efectuado contemporáneamente, mediante los escritos
ingresados en el Ministerio de Economía, por notas del 15 y 24 de enero y 3 de
febrero de 2003.
II) Que conferido el traslado de la demanda (fs. 64), se presenta el
apoderado de Fiscalía de Estado, contesta la misma y solicita su rechazo (fs.
68/86).
Sostiene que los actos administrativos impugnados han sido dictados
conforme la normativa que rige la cuestión en debate, entendiendo que la
demanda debe ser desestimada en todas sus partes.
Señala que las condiciones de dicho contrato se rigieron por la ley nº
23.928, vigente al momento de la contratación, cuya aplicación resultaba
imperativa en virtud de su expreso carácter de orden público (arts. 13, ley 23.928 y
3º, decreto nº 939/91).
Manifiesta que dicha ley prohibió la indexación de precios, la actualización
monetaria, variación de costos, o cualquier otra forma de repotenciación de
deudas, impuestos, precios o tarifas (arts. 7 y 10).
Expresa que dicha normativa fue incorporada a nuestro sistema jurídico
local mediante el decreto nº 939/91, que dejó sin efecto todas las disposiciones
provinciales que establezcan o autoricen mecanismos indexatorios por precios,
actualización monetaria, variación de costos, o cualquier otra forma de
repotenciación de deudas, gravámenes, precios o tarifas (art.2º).
Destaca que tanto la legislación nacional como la provincial, extendieron
sus efectos a las relaciones y situaciones jurídicas existentes, no pudiendo
invocarse ni aplicarse ninguna cláusula legal, reglamentaria, contractual o
convencional de fecha anterior como causa de ajuste, sino hasta la entrada en
vigencia del nuevo régimen que declara aplicable.
Añade que el Reglamento de Contrataciones (decreto n° 3300/72, t.o.
4104/92), aplicable al caso, establece que los precios en las ofertas y en los
contratos que se formalicen serán invariables (art. 21).
Puntualiza que todas las disposiciones referenciadas se encuentran
vigentes, dado que la ley nº 25.561 mantuvo las previsiones de los artículos 7° y
10° de la ley 23.928, por ello sostiene que es imposible reconocer el reajuste del
precio contractual pretendido por la empresa accionante.
Alega que las normas nacionales y provinciales aludidas por la actora en su
escrito de inicio, tales como los decretos nacionales nº 1295/02 y 1953/02 y
provinciales nº 2113/02 y 2888/02, no derogaron ni modificaron lo establecido en
las leyes nºs. 23.928 y 25.561, en cuanto a la prohibición de actualizar, determinar
variaciones de costos, o cualquier otra forma de repotenciación de deudas.
Agrega que el decreto provincial nº 2113/02, invocado por la accionante, se
refiere en forma excepcional a redeterminar los precios de los contratos de obra
pública -y no de suministro como el de autos-, por lo que resulta irrelevante en el
caso para decidir favorablemente la pretensión articulada. Igualmente, el decreto
nº 2888/02, estableció un régimen excepcional y voluntario de revisión de precios,
pero que en modo alguno –afirma- significó un derecho de reconocimiento directo
de variaciones de costo (arts. 5° inc. “j”, 7° y concs).
Entiende que en el caso no se encuentran configurados los recaudos
legales que tornan aplicable la denominada “teoría de la imprevisión”, invocada
por la contratista, pues no se ha demostrado que haya mediado una situación de
excesiva onerosidad sobreviniente que supere el alea normal del contrato. Afirma
que la simple alegación del aumento de precios señalado por el accionante no
resulta conducente para demostrar la quiebra del equilibrio contractual, toda vez
que los elementos informáticos no fueron vendidos a la administración, sino que
por el contrario, fueron provistos en alquiler por la actora, un año antes de
producida la devaluación.
Sostiene que no existe relación inmediata entre el aumento del valor de los
bienes y el precio del alquiler de los mismos, en virtud de que la determinación de
este último valor se encuentra directamente ligado a variables del mercado interno
que no se vinculan necesariamente con el precio del bien arrendado.
Señala que la accionante no ha acreditado que se haya visto obligada a
adquirir el material informático provisto en alquiler luego del mes de febrero de
2002 sino que los mismos han sido entregados a principios del años 2001, tal
como dan cuenta el decreto n° 2050/01 (fs. 240/243, expte. n° 2300-1445/00) y las
facturas y libramientos de pago que obran agregados en el expediente n° 230910.688/03.
Destaca que los equipos y programas son devueltos a la firma una vez
finalizado el contrato y por ello entiende que si los precios de los mismos
aumentaron, aquella también recibirá insumos que tendrán un mayor valor que el
que originariamente abonó por ellos.
Enfatiza que el aumento de los costos de los bienes alquilados a la
administración producidos a partir de la devaluación del peso en el mes de enero
de 2002 no constituye un elemento que permita tener por demostrado que se
hubiere producido un deterioro grave y esencial que altere la base del negocio
jurídico y que se haya producido un verdadero quebranto para la empresa.
Plantea en subsidio y para el caso que se aplique la teoría de la
imprevisión, que el reajuste del precio pretendido por la accionante no debe
alcanzar a los efectos ya cumplidos del contrato del suministro, conforme lo
establece el artículo 1198 tercer párrafo del Código Civil.
A tal fin, señala que las compensaciones reclamadas por el accionante no
debe comprender el lucro que el actor pudo dejar de percibir, ni abarcar la
totalidad del perjuicio experimentado, ni que este se retrotraiga más allá del
momento en que el actor denunció la existencia de los acontecimiento
desequilibrantes, esto es, el 15 de enero de 2003 (fs. 1/7 expte. adm. 230910.688/03) o, en su caso, desde la data de los hechos que la actora denuncia
como desencadenantes del desequilibrio contractual (6/1/02, art. 8º de la ley
25.561), pues entiende que con anterioridad no se configuró dicho supuesto.
Afirma que el alcance patrimonial del reajuste pretendido no puede abarcar
la totalidad del perjuicio experimentado toda vez que la teoría de la imprevisión
sólo genera una compensación del detrimento que supere el alea propia del
contrato, llevando al contratista una ayuda parcial no cubriendo en toda su
dimensión el quebranto sufrido, por carecer la imprevisión invocada de naturaleza
resarcitoria, ya que esta institución pretende brindar una ayuda al contratista a fin
de posibilitar la terminación del contrato. Afirma que la teoría de la imprevisión
alude a un reajuste equitativo, no del contrato sino de sus efectos, por lo que
ambas partes deben aportar su cuota de sacrificio frente a una circunstancia
imprevisible, que no puede gravar a una sola de ellas (arts. 1198 del Código Civil y
9°, 11° y conc. de la ley 25.561).
Sostiene que tampoco la pretensión de reajuste de precio formulada por la
parte actora puede encontrar sustento en los principios de enriquecimiento sin
causa y de la confianza legítima, por no configurarse los presupuestos que tornan
procedentes los mismos, ya que el primer principio tiene cabida cuando la
actividad desarrollada por la actora resulte alguna ventaja o utilidad para el
demandado, no mediando elementos de juicio en la presente causa que
demuestren los beneficios aludidos, ni se probó que el precio del alquiler de los
equipos y programas de computación no se ajustarán a los existentes en el
mercado nacional.
También niega que se hubiere configurado un supuesto que haya dado
nacimiento a una situación de legítima confianza para la actora, en la medida que
de los términos del contrato de suministro surge que el mismo fue celebrado en
moneda nacional y en un régimen de invariabilidad de precios como el establecido
en el artículo 21 del Reglamento de Contrataciones, y en modo alguno pudo haber
abrigado en la contraria la expectativa de que se le reconozca un mayor precio
que el pactado.
Añade que tampoco la actividad desplegada por la administración provincial
pudo generar en el actor la esperanza que se mantenga determinada paridad
cambiaria, toda vez que la regulación de los aspectos monetarios corresponde a la
órbita nacional (art. 75 inc.11, Const. Nac.).
Con relación a los intereses por el pago fuera de término de las facturas,
sostiene que los mismos deben ser desestimados en razón que el accionante no
formuló reserva en oportunidad de percibir su cobro, por lo que se ha operado el
efecto cancelatorio del pago. Destaca que en el acta notarial aludida por la actora
no se ha hecho reserva de derechos y que tampoco las notas de fecha 15 y 24 de
enero y 3 de febrero de 2003, resultan idóneas a ese efecto, dado que de
conformidad con el artículo 624 del Código Civil, la reserva debe hacerse al
momento del pago y no entre dos y seis meses después de la fecha en que la
administración canceló las facturas.
Solicita que para el caso de reconocerse el pago de los intereses por mora,
respecto de las facturas vinculadas con la Orden de Compra 224/01correspondientes al período febrero de 2001 a enero de 2002-, se tenga en cuenta
la fecha de presentación correcta de la factura respectiva y su pertinente
aceptación por parte de la autoridad pública y el plazo de 60 días con que contaba
la administración para abonar las mismas de acuerdo a lo convenido
contractualmente.
Respecto a los pagos efectuados como legítimo abono –período febrero a
agosto de 2002-, entiende que a los efectos de determinar la mora debe tenerse
en cuenta la fecha del dictado de los actos administrativos que reconocen el pago
respectivo como legítimo abono y el plazo de 30 días establecido en el artículo 21
del Reglamento de Contrataciones para el pago de las facturas. Destaca que con
anterioridad al dictado de tales actos no resultan exigibles los pagos en cuestión,
ya que al no haberse efectuado una contratación con las formalidades exigidas por
el ordenamiento jurídico para perfeccionar un contrato administrativo, existe una
obligación natural (art. 515 inc. 3°, Código Civil).
Peticiona que la tasa de interés que eventualmente se aplique debe ser la
que paga el Banco de la Provincia de Buenos Aires para operaciones a treinta
días de acuerdo a lo establecido en el artículo 21 cuarto párrafo del Reglamento
de Contabilidad.
Solicita se rechace del pedido de actualización monetaria ya que los
artículos 7° y 10 de la ley 23.928, 4º de la ley 25.561 y 5º del decreto 214/02,
prohíben toda indexación o actualización monetaria, aduciendo que dicha
normativa no es violatoria de principio constitucional alguno. Cita doctrina judicial
en apoyo de su postura.
Para el caso de reconocerse al accionante el pago de los intereses
compensatorios, entiende que los mismos deben calcularse de acuerdo a la tasa
de interés que abona el Banco de la Provincia de Buenos Aires para los depósitos
a 30 días (tasa pasiva), en virtud de que la tasa activa tiene incorporado al “precio
del dinero” un plus constituido por el costo financiero propio de las entidades que
se dedican a la intermediación de capitales, actividad que no realiza la parte
actora y tampoco ha acreditado que por el incumplimiento en término se vio en la
necesidad de cubrir el capital ausente en su patrimonio con un préstamo por el
que debió pagar el interés de plaza activa.
Finalmente, señala que no corresponde imponer las costas a su
representada, ya que la autoridad administrativa no ha actuado en este proceso
judicial con “temeridad o malicia”, conductas que deben configurarse en el
proceso, y no por la actividad cumplida por la administración en el marco del
procedimiento administrativo y en uso de facultades propias.
III) De las actuaciones administrativas tramitadas por expediente nº 23001445/00, agregadas a la presente, sin acumular (fs. 42), se desprende los
siguientes datos útiles para la resolución de la causa:
a) El Poder Ejecutivo Provincial, mediante decreto nº 2050 de fecha 9 de
agosto de 2001, autorizó y aprobó la contratación directa con la firma Sonda
Computación S.A., para el alquiler de Hardware, Software y de Servicios de
Soporte y Mantenimiento de Plataformas IBM y Oracle, por el término de 12
meses, a partir de día 1-02-2001 hasta el 31-01-2002 ó hasta que se resuelva la
Licitación Pública Local e Internacional para esos mismos fines, si antes ocurriera,
por un monto mensual de $ 368.186, 40 y de $ 10.430 mensuales por el Servicio
de Mantenimiento de Impresoras Lexmark. Asimismo, se estableció que en la
Orden de Compra respectiva, deberá dejarse constancia de la vigencia del decreto
nº 4041/96 y resolución nº 56/00 de la Tesorería General de la Provincia de
Buenos Aires (fs. 240/243).
b) A fojas 266/267, se agrega la Orden de Compra nº 224/00, de fecha 11
de setiembre de 2001, de la cual surge a cargo de Sonda Computación S.A. la
prestación del “Servicio de Computación-Servicio de Alquiler de Hardware,
Software y de Servicios de Soporte y Mantenimiento de Plataformas IBM y Oracle
y Servicio de Mantenimiento de Impresoras Lexmark”, por un monto total de $
4.542.316,80, estableciéndose como plazo máximo para el cumplimiento del
contrato, 365 días, comenzando a regir a partir de 1º de febrero de 2001 al 31 de
enero de 2002. En la citada orden de Compra se establece que el contrato se
regirá por las disposiciones del Reglamento de Contrataciones (decreto nº
3390/72) y decreto 4041/96 y que la facturación será mensual, debiendo
efectuarse el pago a los 60 días de presentada la factura.
c) A fojas 268, el Área de Sistemas de Información de la SS.I.P., hace
constar que con relación a la factura nº 0001-00001318 presentada por la firma
Sonda S.A., correspondiente al mes de abril de 2001, la contratista -durante el
periodo facturado- no cumplió con la incorporación de la unidad de disco 9393T82, ni de las unidades de cartuchos 3490 D32 y F11, no retirando el
equipamiento que quedó fuera de contrato y respecto del mantenimiento de las
impresoras Lexmark, sólo cumplimentó con las conectadas para la red IP. A fojas
269, el organismo citado amplía el informe anterior, señalando que no existe
constancia del cumplimiento de la Asistencia Técnica de personal especializado
en sistemas operativos y programas IBM asociados, con una dedicación de 60
horas mensuales, según consta en el contrato aprobado por decreto nº 2050/01,
Orden de Compra n° 224/01.
d) A fojas 292, la contratista reclama al organismo, mediante nota
presentada el día 7 de enero de 2002, el pago de las facturas nº 1316, 1317,
1318, 1319, 1320, 1321, 1322, todas ellas de fecha 14-09-01; nº 1337 de fecha
01-10-01; nº 1417 de fecha 01-11-01 y nº 1442 de fecha 03-12-01, por el monto
total de $ 3.785.263, 90, sin incluir los intereses que correspondan.
e) A fojas 294/298, la empresa Sonda Argentina S.A. mediante
presentación de fecha 10 de enero de 2002, manifiesta al organismo
administrativo, los servicios cumplidos y los no cumplidos durante los meses de
febrero, marzo, abril, mayo, junio, julio, agosto, septiembre, octubre y noviembre
de 2001. Atento a ello, el Área de Sistema de Información, con fecha 15 de enero
de 2002, enumera los incumplimientos de la contratista correspondientes a las
notas de conformación de los meses febrero a octubre de 2001, determinando los
importes que deben descontarse de las respectivas facturas. Respecto a la factura
del mes de noviembre de 2001, presentada por la empresa no realiza objeción
alguna (fs. 300).
f) El día 18 de enero de 2002, la firma Sonda Argentina acepta el reclamo
del organismo administrativo referente a la falta de instalación del software,
prestando conformidad con el descuento de $ 3.596 por mes, correspondiente a
los meses de febrero a octubre de 2001 (fs. 303).
g) En su intervención, la Asesoría General de Gobierno dictamina que
corresponde el pago de los rubros efectivamente prestados y de acuerdo a la
certificación por funcionario competente y atento a los incumplimientos advertidos,
aconseja aplicar a la firma, las penalidades establecidas en el artículo 71 inc. b)
del Reglamento de Contrataciones (fs. 320).
h) A fojas 325 la empresa Sonda S.A. mediante nota de fecha 6 de marzo
de 2002 presta conformidad a que se abonen las facturas con los descuentos que
correspondan por los ítems cuestionados, mencionados en su carta de fecha 10-12002. Además hace constar que para el caso eventual que se verificara cualquier
incumplimiento en la prestación de servicios y/o prestaciones a cargo de Sonda
Argentina, presta conformidad que por los importes de los rubros cuestionados, se
emitan las notas de créditos correspondientes. También deja constancia que “en el
supuesto eventual que se verifique que los servicios y/o prestaciones
cuestionadas y descontadas de las facturas a abonar hubieran sido correctamente
satisfechas por Sonda Argentina, renuncia a cualquier pretensión de percibir -
sobre el importe correspondiente al precio del servicio y/o prestación que
corresponda- cualquier mecanismo indexatorio y/o percibir intereses de cualquier
índole”.
i) A fojas 330/331, interviene la Contaduría General de la Provincia de
Buenos Aires, dictaminando que corresponde el pago de las facturas por los
servicios prestados en los meses de abril a noviembre de 2001, descontado los
importes consensuados con la firma prestataria.
A fojas 333, en su vista, Fiscalía de Estado manifiesta que teniendo en
cuenta la conformidad prestada por la empresa Sonda Argentina a los pertinentes
descuentos equivalentes a los servicios no brindados, corresponde proceder al
pago de la facturación correspondiente, descontando a los montos facturados, los
correspondientes a los servicios no prestados y los que correspondan en concepto
de sanciones a aplicar en los términos del artículo 71 inc. 3º, ap. b) del
Reglamento de Contrataciones.
j) A fojas 365, 368, 371,374, 377, 380, 382, 385 obran las constancias de
pagos efectuados por la Dirección de Contabilidad y Servicios Auxiliares, de los
servicios correspondientes a los meses abril a noviembre de 2001, aplicándose
una multa del 5 % sobre el total de las notas de créditos presentadas en cada una
de ellas, conforme lo prevé el artículo 71 inciso 3º, apartado c) del Reglamento de
Contrataciones.
k) Con relación a las diferencias existentes entre el organismo
administrativo y la contratista respecto de las facturas de los meses febrero y
marzo de 2001, la Dirección de Contabilidad y Servicios Auxiliares, con fecha 25
de abril de 2002, sugiere se realice una reunión con personal de la empresa (fs.
337). Existiendo conformidad con el monto facturado y la nota de crédito
presentada respecto de la factura del mes de febrero de 2001, se procede a su
pago, con fecha 4 de julio de 2002, aplicándose una multa del 5% sobre el total de
la nota de crédito, conforme lo prevé en el artículo 71 inc. 3°, ap. c) del
Reglamento de Contrataciones (fs. 345/ 346).
Del mismo modo, existiendo conformidad entre lo facturado y la nota de
crédito presentada por la contratista se procede, con fecha 4 de julio de 2002, al
pago de la factura del mes de marzo de 2001, aplicándose también la multa del
5% contemplada en el citado Reglamento (fs. 348, 362).
IV) De las actuaciones administrativas tramitadas por expediente nº 230910.688/03 y su alcance 1º, se desprende los siguientes datos útiles para la
resolución de la causa:
a) El día 15 de enero de 2003, la empresa Sonda S.A., solicita al organismo
ministerial, la recomposición de precios por excesiva onerosidad sobreviniente, de
acuerdo a lo normado en el decreto nº 2.888/02, cuantificando los perjuicios
producidos por atrasos en los pagos, así como la pérdida económica producida
por dejarse sin efecto la ley de convertibilidad, en virtud de la Orden de Compra n°
224/2001 por la contratación de equipos y servicios por el período febrero/2001 a
enero/2002. Solicita en concepto de resarcimiento la suma de $ 5.305.422,24,
correspondiente a un reconocimiento del 50% de la incidencia de la variación del
dólar en los costos que debió afrontar por las demoras en los pagos. Asimismo
peticiona la suma de $ 1.537.920,46, en concepto de intereses compensatorios,
desde la fecha en que cada factura debió pagarse y la fecha del efectivo pago, de
acuerdo a lo estipulado por el artículo 6. letra p), del decreto n° 2.888/02. Además,
solicita el pago de los intereses moratorios devengados, invocando a tal fin el
artículo 6° del citado decreto, tomando para su cálculo la tasa de interés activa
promedio del Banco Central de la República Argentina, aplicándola desde la fecha
en que debió abonarse cada factura hasta la fecha de efectivo pago, reclamando
por este rubro la suma de $ 2.027.715,60 (ver fs. 2/3 y 5/7).
Por otra parte, solicita el pago de los intereses moratorios correspondientes
a la extensión por legítimo abono de la orden de Compra nº 224/00, por lo meses
de febrero de 2002 hasta agosto de 2002, ante los retrasos en el pago de las
facturas correspondientes a los meses de febrero a julio de 2002, estimando los
mismos en la suma de $ 254.350,41 (ver fs. 4 y 8).
Finalmente, reclama la cancelación de la factura nº 1658 por los servicios
prestados en el mes de agosto de 2002 (fs. 4).
b) A fojas 11, la firma manifiesta que con fecha 21 de enero de 2003 ha
recibido el pago de la factura nº 1658 por $ 355.343,45 correspondientes a los
servicios prestados en el mes de agosto de 2002.
c) Con fecha 3 de febrero de 2003, la firma amplía los fundamentos de su
petición, adjuntando anexo con el detalle de la estructura del precio del servicio
prestado, desglosando los componentes importados, manifestando que alcanzan a
un 87% del precio que se rigen por la variable dólar, en tanto que los componentes
locales –mano de obra- alcanza sólo el 13% del precio, solicitando el
reconocimiento del 50 % de la variable dólar, en base a los principios pautados en
el artículo 11° de la ley 25.561 y el decreto n° 2.888/02 (fs. 14/15).
d) A fojas 112, la Tesorería General de la Provincia informa que conforme
surge de los expedientes de pago correspondientes a los servicios prestados en el
período febrero/2002 a agosto/2002, la firma accionante no ha formulado reserva
de intereses, adjuntando fotocopias de los libramientos de pago a fojas 16/109.
Con relación al resto de los expedientes señala que no se ha podido verificar tal
reserva pues los mismos se encuentran en el Tribunal de Cuentas.
e) A fojas 113/114, interviene la Dirección de Contabilidad y Servicios
Auxiliares, señalando que no corresponde la recomposición de precios solicitada
en los términos del decreto nº 2888/02, debido a que: 1º) las prestaciones
convenidas entre las partes con relación a la Orden de Compra nº 224/01, se
ejecutaron y fueron íntegramente cumplimentados, habiendo la Administración
abonados los importes pertinentes, constando expresa renuncia de la empresa a
cualquier forma de reajuste, indexación y/o intereses derivados de la contratación
y, 2º) los servicios correspondientes al período 1/02/02 hasta el 31/08/02 también
fueron íntegramente abonados por la Administración, formulando la firma similar
renuncia. Así estima que, siendo que las relaciones contractuales y de hecho
existentes con la firma Sonda se han agotado en lo relativo a los períodos que
conforman el objeto de los reclamos de recomposición materia del presente y,
ante las expresas renuncias formalizadas en oportunidad en que se pagaron los
importes correspondientes a los servicios prestados, no cabe acoger los pedidos
introducidos en el marco del decreto n° 2888/02.
f) A fojas 116, la Asesoría General de Gobierno dictamina que el decreto nº
2888/02 comprende exclusivamente a los proveedores que mantuvieran
obligaciones a su cargo pendientes de cumplimiento a la fecha del presente
decreto (art. 5° inc. h), circunstancia esta que no concurre en la especie, dado que
el balance contractual se encuentra agotado por ambas partes, destacando que el
régimen instituido reconoce como principal fundamento el hecho que la
invariabilidad de los precios, vigente hasta el momento de su dictado, impedía a
los proveedores cumplir las obligaciones pactadas en virtud del deterioro de la
ecuación económico financiera.
g) A fojas 118 y 123, la Contaduría General de la Provincia y Fiscalía de
Estado, se expiden en igual sentido, destacando que el citado decreto delimita su
ámbito de aplicación (art. 5 inc. h.) a los adjudicatarios que mantuvieren
obligaciones a su cargo pendientes de cumplimiento a la fecha de su dictado
(27/11/2002), sin que se verificara tal supuesto en el presente, de lo que se colige
que la invariabilidad de los precios se mantuvo hasta esta último fecha, rigiendo
plenamente el artículo 21 del Reglamento de Contrataciones.
h) A fojas 150, se expide nuevamente Asesoría General de Gobierno, con
motivo de una nueva presentación realizada por la firma (fs. 137/139), reiterando
su dictamen anterior, aconsejando el rechazo del pedido en virtud de lo estatuido
por el artículo 5º inciso h) del decreto nº 2888/02. Destaca que este régimen
constituye una alternativa excepcional en el sistema de los contratos de suministro
que celebra el Estado y que su interpretación además de restrictiva debe
adecuarse a las finalidades perseguidas, sosteniendo que aquellos supuestos
afectados por la variación de las condiciones económicas debían ser objeto de un
salvataje para lograr la consecución de los objetivos previstos al momento de
celebrarse el contrato, y no, según sostiene el reclamante, como un premio para
los proveedores que se encontraran en situación de incumplimiento, pues la mora
justamente, constituye un motivo de rechazo de una pretensión en dichos
términos, tal como lo prevé el artículo 5°, inc. g), apartado 3° del decreto.
A fojas 152 y 154, la Contaduría General de la Provincia de Buenos Aires y
Fiscalía de Estado, ratifican sus informes anteriores.
i) Mediante decreto nº 53/03 se rechaza el reclamo formulado por la
empresa Sonda Argentina S.A. de recomposición de precios por excesiva
onerosidad sobreviniente, en los términos del artículo 11º de la ley nº 25.561 y del
decreto nº 2888/02, correspondiente a la contratación efectuada por Orden de
Compra nº 224/01, por el período comprendido entre el 1º de febrero de 2001 y 31
de enero de 2002, como así también el reclamo de intereses por mora en el pago
de facturas emitidas y de los intereses previstos en el artículo 6º del decreto nº
2888/02 (fs. 159/161), notificándose a la empresa mediante carta documento (fs.
172/174)
j) A fojas 177/178, el apoderado de la firma interpone recurso de revocatoria
contra el citado decreto, fundamentando su pretensión en las teorías de la
imprevisión, enriquecimiento indebido o sin causa y los principios de la buena fe y
confianza legítima.
A fojas 191 interviene Asesoría General de Gobierno, dictaminando que
corresponde rechazar la recomposición de precios peticionado, señalando que en
cuanto a los intereses solicitados y en relación con las facturas amparadas por la
Orden de Compra –si hubiese existido mora en el pago- deviene procedente su
reconocimiento de conformidad con el artículo 21 del Reglamento de
Contrataciones, en cambio, para las facturas sin respaldo contractual, el
reconocimiento de intereses procede desde el vencimiento del plazo de treinta
días contados a partir de la fecha del acto administrativo que reconoce dicho
gasto.
A fojas 194 y 198, la Contaduría General de la Provincia de Buenos Aires y
Fiscalía de Estado, coinciden en propiciar el rechazo del recurso interpuesto,
entendiendo que la recomposición de los precios solicitada por la accionante no
encuadra en el decreto nº 2888/02, haciendo constar además que, de conformidad
a lo informado por la Tesorería General de la Provincia, la firma Sonda Argentina
S.A., no ha formulado reserva de intereses, proporcionándole al pago efectuado el
efecto extintivo y liberatorio previsto por el artículo 624 del Código Civil, en tanto
dispone que el recibo del capital sin reservas por parte del acreedor extingue la
obligación del deudor respecto de estos.
k) A fojas 214, el Tribunal de Cuentas de la Provincia de Buenos Aires,
informa que la firma Sonda Argentina S.A. no efectuó reserva al percibir los
importes de las liquidaciones de pago correspondientes a los servicios de los
meses febrero/2001 a enero/2002, adjuntando fotocopias de las fojas de
“liquidación de pago” (fs. 201/213).
l) A fojas 216/218, obra el decreto n° 2264/04, por el cual el Poder Ejecutivo
rechaza el recurso de revocatoria interpuesto por la firma accionante,
notificándose el recurrente a fojas 220.
V) Que previamente citadas, comparecieron las partes a la audiencia
prevista por el artículo 41 del Código Contencioso Administrativo, procediéndose a
fijar los hechos conducentes a la decisión del proceso y a declarar las pruebas
procedentes a tales fines (fs. 90).
VI) Que producida la prueba pericial ofrecida por la parte actora, glosados
los respectivos alegatos (fs.118/119 y 122) y cumplimentada la medida para mejor
proveer requerida a fojas
(art. 46, C.C.A.), la causa quedo en estado de
pronunciar sentencia (arts. 48, 49 y concs., C.C.A.); y
CONSIDERANDO:
1º) Liminarmente, cabe dejar sentado que conforme a los términos en que
ha quedado trabada la litis, las partes coinciden en señalar que por Orden de
Compra n° 224/01 se adjudicó a la actora la locación del servicio de hardware,
software y de servicio de soporte y mantenimiento de plataformas IBM y Oracle,
servicio de mantenimiento de impresoras Lexmark, por el período comprendido
entre el 1° de febrero de 2001 hasta el 31 de enero de 2002, por un monto
mensual de $ 378.526, 40, con destino a la Dirección de Sistemas de Información
del Ministerio de Economía, estableciéndose que el contrato se regirá por las
disposiciones del Reglamento de Contrataciones (decretos n°s. 3390/72 y
4041/96), con facturación mensual, debiendo abonarse la misma dentro de los 60
días de presentada la factura por la contratista. Tampoco existe controversia en
cuanto a que, vencido el plazo contractual, la contratista continúo prestando el
servicio durante el período comprendido entre el 1° de febrero de 2002 hasta el 31
de agosto de 2002.
Así, el caso de autos debe resolverse conforme a lo acordado entre las
partes y en el marco del régimen jurídico al cual se sujetaron, ya que es principio
recibido que las convenciones hechas en los contratos forman para las partes una
regla a la cual deben someterse como a ley misma (art. 1197 del Código Civil) y
que los mismos se celebran para ser cumplidos en las condiciones pactadas pacta sunt servanda-, habiendo señalado la Corte Suprema de Justicia de la
Nación que aún tratándose de contratos administrativos, el principio es siempre el
cumplimiento de los convenido (C.S.J.N., Fallos: 301:525, “Intercar”; Fallos:
313:376, “Dulcamara”; Fallos: 314:491, “Necon”).
Sentado ello, el litigio sub judice se circunscribe en resolver las cuestiones
atinentes a la legitimidad de los decretos n°s. 53/03 y 2264/04 y, en su caso,
decidir si resulta procedente la aplicación de la teoría de la imprevisión invocada
por la actora alegando el enriquecimiento sin causa de la administración y el
quebrantamiento de la doctrina de la confianza legítima. Finalmente procede
ponderar el reclamo de intereses por pago fuera de término de diversas facturas
articulado por esa parte.
2°) Corresponde entonces, abordar en primer término, la “recomposición de
precios por excesiva onerosidad sobreviniente”, reclamada por la contratista con
fecha 15 de enero de 2003, conforme al decreto n° 2888/02, alegando la alteración
de la ecuación económica financiera del contrato producida por la derogación de la
ley de convertibilidad (ver fs. 2/4, expte. n° 2309-10.688/03), petición rechazada
mediante los decretos impugnados en el sub judice.
Al respecto, cabe poner de resalto que el artículo 21 del Reglamento de
Contrataciones (decreto n° 3300/72, texto según decreto n° 4.104/92) dispone
“que los precios en las ofertas que se presenten y en los contratos que se
formalicen en la administración provincial serán invariables...”
A su vez, la ley nacional nº 23.928 -incorporada al derecho público local
mediante el decreto nº 939/91- vigente al momento de suscribirse la Orden de
Compra n° 224/00 prohibió la indexación de precios, la actualización monetaria,
variación de costos o repotenciación de deudas, cualquiera fuere su causa, haya o
no mora del deudor, derogando, con efecto a partir del 1° del mes de abril de
1991, todas las normas legales o reglamentarias que contemplen tales supuestos
(arts. 7° y 10°).
Posteriormente se dicta en el orden nacional, la ley nº 25.561 (B.O. del
07/01/2002), mediante la cual se declara la emergencia pública en materia social,
económica, administrativa, financiera y cambiaria, derogándose el régimen de
convertibilidad y manteniendo la abrogación de todas las normas legales o
reglamentarias que establecen o autorizan la indexación por precios, actualización
monetaria, variación de costos o cualquier otra forma de repotenciación de las
deudas, impuestos, precios o tarifas de los bienes, obras o servicios. Aclarando
que esta derogación se aplicará aun a los efectos de las relaciones y situaciones
jurídicas existentes, no pudiendo aplicarse ni esgrimirse ninguna cláusula legal,
reglamentaria, contractual o convencional –inclusive convenios colectivos de
trabajo- de fecha anterior, como causa de ajuste en las sumas de pesos que
corresponda pagar (art. 4°, ley 25.561).
Considerando la declaración de emergencia pública en materia social,
económica, administrativa, financiera y cambiaria operada mediante la ley 25.561,
con fecha 27 de noviembre de 2002, el Gobernador de la Provincia de Buenos
Aires, en Acuerdo General de Ministros, emite el decreto n° 2888/02, con el
propósito de sincerar ese proceso y “...con la única finalidad de preservar el
normal desenvolvimiento de los servicios a su cargo y lograr el adecuado
abastecimiento de las reparticiones estatales, a través de medidas que tiendan a
superar las dificultades que surjan en el curso del reacomodamiento de la
economía nacional y provincial, sin que ello implique reconocer o fijar mecanismos
automáticos de variaciones de precios...” (considerando 11°).
A tal efecto, el referido decreto, en su artículo 5°, habilitó a los funcionarios
de las reparticiones de la Administración General de la Provincia, “autorizados
para aprobar las contrataciones regidas por las normas de la Ley de Contabilidad
(decreto-ley 7.761/71), a convenir la ´Recomposición de Precios por Excesiva
Onerosidad Sobreviniente´, tendiente a reconocer diferencias de precios sobre la
base de una debida justificación de la variación ocurrida en la ecuación económica
de las ofertas formuladas o de los contratos, conforme al régimen que
seguidamente se instituye...”, estableciendo el inciso h) que “Los proponentes,
preadjudicatarios o adjudicatarios que mantuvieren obligaciones a su cargo
pendientes de cumplimiento a la fecha del presente Decreto, según
corresponda, deberán presentar ante la Repartición encargada del trámite de
contratación, una solicitud de ´Recomposición de Precios por Excesiva
Onerosidad´, en la que expondrán las circunstancias que le impiden cumplir con
los compromisos asumidos, adjuntando a la misma todos los elementos de prueba
que justifiquen o avalen su requerimiento, proponiendo además las condiciones
bajo las cuales podría lograrse el cumplimiento de las obligaciones a su cargo...”
(el destacado me pertenece).
Del texto transcripto se desprende que el régimen de recomposición de
precios contemplado en el citado decreto comprende solamente a los
proponentes, preadjudicatarios o adjudicatarios que mantuvieren obligaciones a su
cargo pendientes de cumplimiento a la fecha de su publicación (B.O. del 19 de
diciembre de 2002), ya que la finalidad pública que inspiró su dictado se centró en
“lograr el adecuado abastecimiento de las reparticiones estatales”, considerando –
como no podía ser de otra forma- a las obligaciones que debían cumplirse con
posterioridad a la sanción de la ley 25.561.
Resulta entonces indubitable que la firma accionante no se encuentra
comprendida en el régimen de recomposición de precios por excesiva onerosidad
sobreviniente previsto en el decreto n° 2888/02, ya que tal como ha quedado
acreditado el plazo contractual feneció el 31 de enero de 2002 y los servicios
reconocidos conforme al sistema de “legítimo abono”, finalizaron el día 30 de
agosto de 2002.
Si bien la precedente conclusión impone, también y sin más, el rechazo de
la pretensión relativa al reclamo de intereses compensatorios, cabe resaltar –a
mayor abundamiento- que el artículo 6° del referido decreto reconoce tales
accesorios “a los adjudicatarios que hubieren cumplido las obligaciones a su
cargo en forma satisfactoria y no hubiesen percibido el precio pactado a la
fecha del presente decreto...”.
Así, conforme se desprende de las actuaciones administrativas, las facturas
emitidas por la empresa, correspondientes a los servicios de los meses de febrero
de 2001 a enero de 2002 y febrero de 2002 a julio de 2002, fueron abonadas con
anterioridad a la fecha de entrada en vigor del decreto nº 2888/02 (ver. fs.
113/114, expte. adm. n° 2309-10688/03 y 96 vta. de autos).
Al respecto, cabe recordar que la Suprema Corte de Justicia de la Provincia
de Buenos Aires, al resolver respecto del alcance de un decreto análogo al sub
examine, señaló que “en tanto el decreto nº 2123/89 previó la recomposición de
precios únicamente en aquellas contrataciones que ya cumplimentadas no se
hubiese percibido el precio pactado a la fecha del presente decreto, debe excluirse
su aplicación cuando el monto ya fue abonado”
(S.C.B.A., causa B. 54.087
“Srecha”, sent. del 12-IX-2001).
En el marco de tales lineamientos, se concluye que la firma actora se
encuentra excluida del reconocimiento de intereses compensatorios contemplados
en el artículo 6° inc. p) del decreto nº 2888/02, respecto de la facturación de los
servicios prestados en el período febrero/2001 a enero/2002 y febrero/2002 a
julio/2002, pues dichos pagos se efectivizaron con anterioridad a la fecha de
entrada en vigencia del citado acto normativo.
3°) Que la facturación de los servicios correspondientes al mes de agosto
de 2002, merece puntual consideración, toda vez que se consigna como fecha de
pago el día 21 de enero de 2003, es decir, cuando ya regía el decreto n° 2888/02.
Del expediente de pago nº 2309-9392/02, surge que la factura
correspondiente a ese mes, fue presentada a su cobro por la firma Sonda, con
fecha 3 de septiembre de 2002, al igual que las notas de créditos por descuentos
sobre la factura citada (fs. 2/7). Dicha documentación es observada por la
Dirección de Sistemas de Información, quien considera que debería descontarse
además la suma de $ 12.842,95, en concepto del equipamiento que describe, por
constatarse el incumplimiento en la prestación del servicio durante el período
en cuestión (ver fs. 9), circunstancia que motivó la presentación de una nueva nota
de crédito, de fecha 25 de septiembre de 2002 (fs. 13). Previa intervención de la
Dirección de Contabilidad y Servicios Auxiliares (fs. 22), Asesoría General de
Gobierno (fs. 23), Dirección de Contabilidad y Servicios Auxiliares (fs. 26),
Contaduría General de la Provincia (fs. 27), Dirección Provincial de Informática (fs.
28), Contaduría General de la Provincia (fs. 30 y 31), Fiscalía de Estado (fs. 33), el
señor Ministro de Economía de la Provincia dicta la resolución nº 8, fechada el día
9 de enero de 2003, mediante la cual se aprueba el gasto y se autoriza el pago de
la factura correspondiente al mes de agosto de 2002, bajo la figura de legítimo
abono, descontándose los servicios no prestados en ese mes (fs. 37) y cuyo
importe fue percibido de conformidad por la firma, el día 21 de enero de 2003
(fs. 44 vta.).
Teniendo en consideración que dicha factura fue emitida en concepto de
servicios prestados bajo la forma de legítimo abono –cuyo trámite requiere la
previa intervención de los organismos de control-, se advierte, del cotejo entre la
fecha del acto que aprueba el gasto y autoriza el pago (09/01/2003) y la fecha de
su cancelación (21/01/2003), que la misma fue abonada dentro de un plazo
razonable (12 días), a la luz del plazo legal de 30 días, previsto en el artículo 21
del Reglamento de Contrataciones (conf. doct. S.C.B.A., causa B. 58.764,
“Comarcom S.A.I.C.I.F.”, sent. 3-XII-2003; B. 56.764 y 56.990, “La Jirafa Azul”,
ambas sent. del 19-VII-2006).
Es
así
que
las
actuaciones
administrativas
reseñadas
acreditan
incumplimientos del servicio en el período analizado –reconocidos por la firma
prestataria-, circunstancia que sumada a su expresa conformidad con el pago
efectuado por la administración, impone desestimar el reclamo de intereses
compensatorios respecto de la facturación de los servicios del mes de agosto de
2002, formulado con fundamento en el artículo 6° inc. p) del decreto n° 2888/02.
4º) Además, la accionante tanto en sede administrativa –al momento de
interponer el
recurso de revocatoria contra el decreto 53/03-, como en esta
instancia judicial, solicita la aplicación de la teoría de la imprevisión contemplada
en el artículo 1.198 del Código Civil, con el fin de recomponer el precio contractual.
Preliminarmente, deviene pertinente recordar que en todo contrato
administrativo corresponde distinguir entre el álea o riesgo normal que asume el
cocontratante y el álea anormal. Durante la ejecución del contrato y dentro del álea
anormal, la ruptura del equilibrio económico financiero del contrato, puede
producirse por diversas causas, entre ellas, los trastornos que se originan fuera de
la administración, fundamentalmente por el juego de las leyes económicas y
factores de este tipo, incontrolables por ella, que al incidir en su cumplimiento, lo
hacen extremadamente más oneroso de lo que razonablemente pudo ser previsto.
Se trata del álea económica, donde domina la “teoría de la imprevisión”, que
otorga derecho al cocontratante para obtener de la Administración una
modificación razonable del contrato que cubra parcialmente su quebranto o en
caso negativo su rescisión (conf. Marienhoff, Miguel S., Tratado de derecho
administrativo, Abeledo-Perrot, Bs. As., 1978, t. III-A, ps. 519 y ss.; Escola, Héctor
J., Tratado integral de los contratos administrativos, Bs. As., 1970, t. I, pág. 473;
Bercaitz; Miguel Angel, Teoría General de los Contratos Administrativos, Depalma,
Bs. As., 1980, ps. 386 y ss.).
La teoría de la imprevisión opera ante circunstancias extraordinarias o
anormales e imprevisibles, posteriores a la celebración de un contrato
administrativo, pero temporarias o transitorias, que alteran su ecuación
económica–financiera en perjuicio del cocontratante, pudiendo éste requerir ayuda
pecuniaria del Estado para obviar esa crítica situación y poder cumplir o seguir
cumpliendo sus obligaciones (conf. Marienhoff, Miguel S., ob. cit., t. III-A, pág.
470).
Ahora bien, en cuanto a las condiciones de aplicación de la teoría de la
imprevisión es necesario que se trate de un contrato administrativo en curso de
ejecución y que el acontecimiento imprevisible, ajeno a la voluntad de las partes
altere la economía del contrato, haciendo excepcionalmente onerosa la ejecución
del contrato, provocando una pérdida verdadera que exceda el álea normal y
previsible (conf. Bercaitz, Teoría General..., ob. cit., pág. 452).
Es decir, que uno de los presupuestos que condiciona su aplicación alude a
la temporaneidad del hecho imprevisto que se vincula a los contratos en curso de
ejecución, cuando la prestación es de tracto sucesivo –o con posterioridad al acto
de apertura de ofertas y previo al momento de la entrega de la provisión en los
contratos de suministro de ejecución inmediata-, pues justamente mediante este
instituto se procura auxiliar a la parte para quien la ejecución del contrato se torna
excesivamente onerosa. Es así que, tanto el acaecimiento del hecho perturbador,
como la denuncia del hecho sobreviniente que altera la economía del contrato,
deben suceder antes de que el contrato se halla ejecutado, a fin de que la otra
parte pueda optar entre la rescisión del contrato o la recomposición del precio.
Debe ponerse de resalto que la denuncia del hecho generador de la
imprevisión adquiere especial relevancia, ya que es a partir de ese momento que
opera -de prosperar su aplicación- el instituto de marras (conf. Cam. Nac.
Contenciosoadministrativo, Sala II, autos “Marle Construcciones”, sent. del 10-VII84 y “Otonello-Santoro S.A.C”, sent. del 28-V-85). Es en esta oportunidad que la
administración podrá evaluar –ponderando el interés público en juego- si es
conveniente brindar una ayuda económica al proveedor colaborador, o bien,
rescindir el contrato por oportunidad, mérito o conveniencia.
Este recaudo liminar –contratación en curso de ejecución- no luce
cumplimentado en el sub judice, toda vez que el plazo del contrato adjudicado
mediante Orden de Compra n° 224/01, feneció el día 31 de enero de 2002 y su
prórroga finalizó el 31 de agosto de ese año, en tanto que la aplicación de la
“teoría de la imprevisión” fue solicitada por la actora el día 11 de febrero de 2004,
en el escrito de interposición del recurso de revocatoria contra el decreto n° 53/03,
es decir, estando ya concluida –largamente- la relación jurídica que la vinculó con
la administración (ver fs. 177/182, expte. adm. n° 2309-10.688/03).
Al respecto, cabe recordar que la Casación Bonaerense tiene sentado que
si bien, tratándose de un contrato de suministro, el particular tiene derecho a que
se mantenga el equilibrio o ecuación económico financiera (B. 47.460, “Domafer”,
29-III-77; B. 51.120; “Laboratorios Armstrong”, sent. 30-XI-1993; B. 49.936,
“Novotermic”, sent 16-VI-87; B. 52.880, “Sisteco”, sent. del 2-III-1999), la
posibilidad de reajustar los precios de un contrato administrativo por aplicación de
la teoría de la imprevisión se acuerda al particular precisamente para preservar el
contrato –y no en miras de su interés especial- y con ello asegurar su
cumplimiento, ajustando equitativamente el equilibrio de las prestaciones
recíprocas. Se exige entonces a su vez que aquél, pese a los inconvenientes
que le provoque una mayor onerosidad de la prestación a su cargo, no se
libere de ésta (S.C.B.A., B. 47.544, “Cabrera”, sent. 9-IX-80; “Laboratorio
Armstrong S.A.C.E. y F.”, cit; el destacado me pertenece).
Por otra parte, y tal como lo señala el Alto Tribunal provincial, la
procedencia de reajustes destinados a paliar la onerosidad sobreviniente de un
contrato de suministro depende, inexcusablemente, de que se alegue y pruebe en
forma concluyente que el quebranto o trastorno causado por un alza de precios,
razonablemente imprevisible, haya superado el “alea normal” de los negocios
(conf. causas B. 47.383, D.J.B.A. T. 117, pág. 171; B. 47.481, D.J.B.A., T.118, pág
101; B. 49.042, “Maquinarias Ensenada”, 14-XII-84; B. 52.880, “Sisteco”, sent. del
2-III-1999), ya que el concepto de situación imprevisible no responde a una noción
fija o rígida, debiendo valorarse de acuerdo a las circunstancias del caso
(S.C.B.A., B. 49.630, “Emaco”, sent. 27-XII-96; B. 55.786, “Tidelco”, sent. 15-IX1998; B. 53.417, “Cantarelli y Moguiliansky , sent. 28-IX-1999).
Así, en el marco de tal hermenéutica jurisprudencial, es el contratista quien
debe demostrar fehacientemente la incidencia del hecho imprevisible en su
estructura de costos.
Bajo tales premisas, corresponde determinar sí, efectivamente, de la
probanza producida en autos, surge acreditado el quebranto de la ecuación
económica de la contratación tal como lo alega la actora, debiendo valorarse a
tales fines el dictamen pericial obrante a fojas 96/98, dejando sentado que si bien
el mismo no es obligatorio para el juzgador, debe acordársele valor probatorio
cuando es suficientemente fundado y uniforme en sus conclusiones, ya que las
reglas de la sana crítica aconsejan seguirlo cuando no se opone a ello argumentos
científicos legalmente bien fundados (arts. 77 inc. 1º, C.C.A.; 474 y concs.,
C.P.C.C.).
Con relación al punto cuarto de la pericia ofrecida por la accionante, “señale
si el alza del costo-costo aludido en el punto de pericia precedente agravó en
forma significativa la prestación a cargo de la empresa demandante”, la perito
contadora dictamina que: ”...si bien el grado de riesgo cambiario de los costos era
alto (87%), debe tenerse presente que los mismos fueron abonados por la actora
al tipo de cambio $1= u$s 1, según surge de los recibos y las condiciones de pago
pactadas entre la actora y sus proveedores. Es decir que la ecuación
económica de la empresa, medida en pesos y considerando los costos
efectivamente pagados y los ingresos efectivamente percibidos no arroja
quebranto” (el destacado me pertenece).
Ante el pedido de explicaciones formulado por la parte actora respecto al
aludido punto 4º de la pericia (fs. 106/107), la experta señala que: “...reitero mis
dichos respecto a que, al trasladar la incidencia cambiaria sobre el precio, se está
dolarizando la totalidad de los costos (tanto los influenciados por el tipo de cambio
como los que no lo están), el componente impositivo y la utilidad. Tal como
esgrime la actora, es lógico considerar y mantener a salvo la utilidad esperada, la
que la motivó a desarrollar este emprendimiento. Pero reitero que es sólo la
esperada al momento de la evaluación del proyecto y de fijación del precio; y es la
que resulta del hipotético caso de mantener la paridad 1 a 1. Si se recalcula la
utilidad atendiendo a las diferencias de cambio, se obtendría una ganancia que no
se condice con la esperada originariamente al efectuar la oferta” (ver fs. 109 vta.).
Respecto al punto tercero de la pericia ofrecida por la actora, referido a la
incidencia unitaria y porcentual de los componentes importados en el costo de los
bienes y servicios prestados, la perito dictamina que “...el hardware no tiene valor
de recupero para la empresa una vez finalizado el contrato, razón por la cual el
mismo representa en su totalidad un costo del servicio (se amortiza en su
totalidad). Similar criterio se emplea para las erogaciones en software, ello debido
a que el monto abonado, es por la licencia durante el período del contrato...” (ver
fs. 97 vta.).
Atento a ello no se advierte acreditado el alegado quebrantamiento de la
ecuación económica-financiera del contrato, ya que como indica la experta: ”Los
cálculos deben realizarse sobre los costos y no sobre el precio tal como lo ha
realizado la actora en sus presentaciones, ya que al trasladar la incidencia
cambiaria sobre el precio está dolarizando la utilidad esperada además de sus
costos” (fs. 98 vta.).
En tal sentido, resulta pertinente recordar las reflexiones formuladas por el
maestro Marienhoff en torno al contrato de suministro, estimando que el hecho
mismo de tener el producto en su poder impide que el contratante invoque a su
favor la teoría de la imprevisión, pues en tales condiciones las alteraciones que
pueda sufrir el precio de aquél no producen una lesión resarcible de acuerdo a esa
teoría (conf. ob. cit., t. III-A, pág. 525).
Tal como se resaltara, la aplicación de la teoría de la imprevisión requiere la
alegación y prueba de que el quebranto o trastorno ocasionado por el alza de
precios haya superado el álea normal del negocio, en tanto la lesión sobreviniente,
producto del hecho extraordinario e imprevisible, que hace aplicable la cláusula
rebus sic stantibus implícita en todo contrato por aplicación del artículo 1998 del
Código Civil -aún en los administrativos- exige un grave desequilibrio de las
contraprestaciones, pues está claro que no puede aceptarse que el Estado se
convierta en garante de un determinado nivel de renta del contratista (S.C.B.A., B.
52.402, “Inmar S.A.”, sent. 20-XII-2000).
En ese marco hermenéutico, el Alto Tribunal Federal ha declarado que la
teoría de la imprevisión no puede hacerse jugar para corregir agravaciones no
sustanciales de las obligaciones contractuales; el principio sigue siendo siempre el
cumplimiento estricto de lo pactado a costa de sacrificios: pacta sunt servanda.
Sólo cuando se ha alterado la base del negocio jurídico y de ello deriva un
perjuicio grave y esencial, esta doctrina propugna la intervención de los jueces
para impedir que se consume una injusticia (C.S.J.N., Fallos: 266:70; Fallos
319:1681;
“Dulcamara”;
Fallos:
316:729,
“Tecnobra”;
Fallos:
319:1681,
“J.J.Chediak”; Fallos: 319:2037, “Calderas Salcor Caren”).
En suma, si el contratista invoca a su favor la teoría de la imprevisión, la
prueba de tal quebranto económico debe ser aportada por él, recaudo éste que no
se verifica cumplimentado en la especie.
No resulta baladí recordar que en el proceso administrativo es al accionante
a quien incumbe acreditar los hechos que invoca como fundamento de su
pretensión porque no actúa en simple instancia recursiva sino en un proceso de
conocimiento y, de tal modo, debe cumplir con la carga probatoria que impone el
onus probandi (S.C.B.A., “Acuerdos y Sentencias”, 1990.IV-466; entre muchas
otras).
Lo expuesto, sella la suerte adversa del reclamo indemnizatorio formulado
por la actora con sustento en la teoría de la imprevisión.
5º) Que atinente al quebrantamiento del principio de la buena fe contractual
invocado por la actora, es pertinente destacar que la Casación Bonaerense tiene
sentado que la pauta rectora que emerge del artículo 1198 del Código Civil, en el
sentido de que los contratos deben celebrarse, interpretarse y ejecutarse de buena
fe y de acuerdo a lo verosímilmente las partes entendieron o pudieron entender
obrando con cuidado y previsión, es aplicable también a los contratos
administrativos (art. 16, Código Civil y 171, Const. pcial.; B. 49.817, “Odisa”, sent.
del 6-IX-88; B. 53.435, “Empresa Hípica Argentina S.A.”, sent. del 15-IX-98).
Pero no puede obviarse, tal como lo señala el Alto Tribunal, que la
determinación o calificación de la buena fe o mala fe del contratante es una
cuestión de hecho y, consecuentemente, si se impugna de ilegítima la actividad de
la autoridad administrativa, debe el actor, tal como ocurre en el derecho privado
asumir la carga de probar sus dichos (causa B. 49.817, cit.), extremo que no se
advierte acreditado en el sub judice.
6°) Que tampoco es procedente la pretensión de reajuste del precio
contractual articulada por la actora en base a las teorías de enriquecimiento sin
causa y confianza legítima.
En efecto, en cuanto al enriquecimiento ilícito alegado por la accionante,
cabe resaltar que ésta no ha ofrecido ni ha producido prueba alguna del
empobrecimento como condición de existencia de su derecho a repetir (conf.
doctr. C.S.J.N., Fallos: 292:97; 323:3924; S.C.B.A., B. 58.764, “Comarcom
S.A.I.C.I.F. y A.”, sent. 3-XII-2003).
Por el contrario, el dictamen pericial producido en autos, constituye una
prueba a todas luces contundente para tener por inexistente la causa que legitima
el derecho de repetir con fundamento en este principio, esto es, el indispensable
empobrecimiento en cabeza de la actora.
Asimismo, no se advierten configurados los presupuestos que tornan
procedente la teoría de la confianza legítima, toda vez que las partes, mediante el
contrato formalizado por Orden de Compra nº 224/01, acordaron con claridad y
precisión los alcances, la modalidad de pago y el régimen jurídico aplicable, no
surgiendo
de
ese
marco,
expectativas
o
esperanzas
de
un
eventual
reconocimiento a la contratista de un precio mayor al pactado.
Ello pues, como lo tiene sentado el Alto Tribunal Federal “la recomposición
contractual debe valorarse con sujeción integral a sus previsiones expresas. No
resulta procedente la posterior actitud unilateral de modificar las reglas
acordadas”, recordando que el principio según el cual los contratos deben
celebrarse, interpretarse y ejecutarse de buena fe y de acuerdo con lo que
verosímilmente las partes entendieron o pudieron entender, obrando con cuidado
y previsión (art. 1198, Cód. Civ.), resulta aplicable al ámbito de los contratos
administrativos, por lo que es exigible un comportamiento coherente, ajeno a los
cambios de conductas perjudiciales, debiendo desestimarse toda actuación que
implique un obrar incompatible con la confianza que –merced a sus actos
anteriores- se ha suscitado en la otra parte (C.S.J.N., Fallos: 305:1011; 315:890; in
re “Sebastián Maronese e Hijos S.A., c/ Instituto Provincial de la Vivienda”, sent.
del 16-XI-2004).
7º) Finalmente, corresponde determinar si resulta procedente el reclamo de
los intereses moratorios formulados por la parte actora, respecto de la totalidad de
las facturas abonadas en el marco de la relación habida entre las partes.
En principio, cabe puntualizar que los intereses moratorios son los debidos
en concepto de indemnización por la mora del deudor en el pago de una
obligación dineraria, esto es, buscan resarcir el perjuicio que le ocasiona al actor el
incumplimiento oportuno de la deuda.
Tienen su origen en fuente convencional o legal. Los intereses moratorios
convencionales son pactados expresamente por las partes para el caso de retardo
en el cumplimiento de la obligación, en tanto que los intereses moratorios legales
están determinados expresamente en las leyes (conf. Cazeaux-Trigo Represas,
Derecho de las Obligaciones, t. 1, ps. 806 y ss.).
Ahora bien, frente a la petición de reconocimiento de intereses moratorios
formulada por la accionante, la Fiscalía considera que dicho reclamo es
improcedente en virtud de que la empresa accionante no formuló reserva al
percibir el capital, atribuyendo a los pagos efectuados efectos liberatorios, en
virtud de lo normado en el artículo 624 del Código Civil.
Al respecto, el artículo 22 del Reglamento de Contrataciones (texto según
decreto n° 4.104/92) prescribe que “Los precios en las ofertas que se presenten y
en los contratos que se formalicen en la administración provincial serán invariables
y el pago por las contrataciones deberá efectuarse dentro de los 30 días de la
fecha de presentación de la respectiva factura...Si la administración incurriera en
mora, por la misma se pagarán intereses que se liquidarán desde el día siguiente
al vencimiento –según primer párrafo- hasta la puesta a disposición de los fondos,
sobre los montos netos libres de descuentos por penalidades de conformidad con
el artículo 71 del presente Reglamento, u otros que correspondieren. La tasa de
interés a aplicar será la que paga el Banco de la Provincia para operaciones a 30
días. De producirse variaciones en la misma, se tomarán los valores de los
distintos tramos computándose como última tasa la del tercer día anterior a la
puesta a disposición de los fondos. Los intereses por mora serán liquidados y
abonados conjuntamente con el pago de la factura, por la Tesorería General de la
Provincia o Tesorerías Sectoriales...”.
En tal sentido, la Suprema Corte de Justicia de la Provincia de Buenos
Aires ha expresado que actualmente el criterio jurisprudencial en materia de
intereses moratorios en los contratos de suministros tiene base preceptiva de
naturaleza administrativa ya que el Reglamento de Contrataciones –decreto
3300/72, ha sido modificado por los decretos nºs. 1.953/91 y 4.104/92-, y en la
nueva redacción consagrada para el artículo 22, se regla específicamente la
situación de la mora en los pagos y la liquidación de intereses en dicho concepto
(S.C.B.A. B. 55.360, “Comarcomás”, sent. del 30-VIII-1996; B. 53.459, “Geijo”,
sent. del 25-III-1997; B. 54.472 “Albarracín”, sent. del 16-II-1999; B. 56.991, “La
Jirafa Azul”, sent. del 7-IX-2005).
Sentado ello, corresponde discriminar en el pertinente examen, las facturas
correspondientes al período febrero/2001 a enero/2002 –plazo contractual
estipulado en la Orden de Compra nº 224-, y las facturas reconocidas por el
sistema de legítimo abono por los servicios de los meses de febrero a agosto de
2002.
7.1. Cabe recordar que la Orden de Compra nº 224, estableció que la
facturación será mensual, debiendo abonarse la misma dentro de los 60 días de
presentada la factura por el contratista.
En ese marco contractual procede analizar los expedientes de pago de las
facturas emitidas por la firma accionante.
Del expediente administrativo nº 2309-5922/01, relativo al pago de la
factura B nº 0001-5922-00001316 correspondiente al mes de febrero de 2001,
surge que la misma fue presentada a su cobro el día 21 de setiembre de 2001
(fs.2), siendo la misma observada (ver fs. 30/32 y 62), lo cual motivó la
presentación de la nota de crédito nº 0001-00001570, de fecha 24 de junio de
2002, en concepto de acreditación por descuento sobre la factura del mes citado
(fs.112), efectivizándose el pago del servicio con fecha 25 de julio de 2002 (fs.135
vta.).
Del expediente administrativo nº 2309-5923/01, respecto al pago de la
factura B nº 0001- 00001317 del mes de marzo de 2001, surge que la misma fue
presentada a su cobro con fecha el día 21 de septiembre de 2001 (fs.2), siendo la
misma observada (fs. 31/33, 62), lo que motivó la presentación de fecha 24 de
junio de 2002 de la nota de crédito nº 0001-00001517 por acreditación por
descuento sobre la factura citada (fs.114), efectuándose su pago el día 25 de julio
de 2002 (fs.135 vta.)
Del expediente administrativo nº 2309-5925/01, referente al pago de la
factura B nº 0001-00001318 correspondiente al mes de abril de 2001, surge que la
misma se presento a su pago con fecha 21 de setiembre de 2001 (fs.2), siendo la
misma observada (fs.30/32 y 62), lo que motivó la presentación con fecha 10 de
abril de 2002 de la nota de crédito nº 0001-00001530 por acreditación por
descuento sobre la factura del mes citado y que su pago se realizó el día 18 de
junio de 2002 (fs.109 vta.).
Del expediente administrativo nº 2309-5919/01, relativo al pago de la
factura B nº 0001-00001319 correspondiente al mes de mayo de 2001, surge que
la misma fue presentada con fecha 21 de septiembre de 2001 (fs.2), la que fue
observada (fs.30/32 y 62), lo que motivó la presentación con fecha 10 de abril de
2002 de la nota de crédito nº 00001-00001531 por acreditación por descuento de
la factura citada (fs.81), efectivizándose el pago el día 7 de junio de 2002 (fs.90
vta.).
Del expediente administrativo nº 2309-5924/01, correspondiente a la factura
B 0001-00001320 del mes de junio de 2001, fue presentada a su cobro con fecha
21 de septiembre de 2001, siendo observada (fs.30/32 y 62), lo que motivó la
presentación -con fecha 10 de abril de 2002- de la nota de crédito nº 000100001532 por acreditación por descuento sobre la factura del mes citada (fs.81),
efectuándose el pago del servicio con fecha 24 de mayo de 2002 (fs.91 vta.).
Del expediente administrativo nº 2309-5921/01, surge que la factura B
0001-00001321 del mes de julio de 2001, fue presentada a su cobro con fecha 21
de septiembre de 2001, siendo observada (fs.30/32 y 62), lo que motivó la
presentación de la nota de crédito nº 0001-00001533 de fecha 10 de abril de 2002
(fs.81), efectivizándose el pago con fecha 18 de junio de 2002 (fs.90 vta.).
Del expediente administrativo nº 2309-5920/01, correspondiente al mes de
agosto de 2001, surge que la factura fue presentado a su cobro con fecha 21 de
septiembre de 2001, siendo la misma observada (fs.30/32 y 62), lo que motivó la
presentación de la nota de crédito nº 0001-00001534 de fecha 10 de abril de 2002,
por acreditación por descuento sobre la factura referente al mes de servicio citada
(fs. 83), abonándose con fecha 30 de mayo de 2002 (fs.90 vta.).
Del expediente administrativo nº 2309-6163/01, surge que con fecha 17 de
octubre de 2001 es presentada a su cobro la factura nº 0001-00001337
correspondiente al mes de setiembre de 2001 (fs.2), siendo la misma observada
(fs. 23/24 y 54), lo que motivó la presentación de una nota de crédito nº 0010001535 de fecha 10 de abril de 2002 (fs.73), efectivizándose el pago con fecha
14 de mayo de 2002 (fs.85 vta.).
Del expediente administrativo nº 2309-6390/01, referente al pago de la
factura correspondiente al mes de octubre de 2001, surge que la misma fue
presentada para su cobro el día 9 de noviembre de 2001 (fs.2), siendo la misma
observada (fs.23/24 y 54), lo que motivó la presentación de la nota de crédito nº
001-0001536 de fecha 10 de abril de 2002, por acreditación por descuento sobre
la factura citada (fs.80) y que su pago se efectivizó con fecha 17 de mayo de 2002
(fs.85 vta.).
Del expediente administrativo nº 2309-6777/01, referente al pago de la
factura B 0001-00001442 del mes de noviembre de 2001, la misma fue presentada
al cobro con fecha 17 de diciembre de 2001 (fs.2), la que fue observada (fs.
23/32), lo que motivó la presentación de la nota de crédito nº 001-0001537 con
fecha 16 de abril de 2002, por acreditación por descuento sobre la factura citada
(fs. 60), abonándose el día 13 de junio de 2002 (fs.68 vta.).
Del expediente administrativo nº 2309-7141/01, surge que la factura
correspondiente al mes de diciembre de 2001, fue presentada al cobro con fecha
22 de enero de 2002, siendo la misma pagada con fecha 15 de mayo de 2002
(fs.38).
Del expediente administrativo nº 2309-7379/02, con relación al pago de la
factura B 001-00001493 del mes de enero de 2002, la misma fue presentada al
cobro con fecha 12 de febrero de 2002, siendo la misma abonada con fecha 8 de
mayo de 2002 (fs.35 vta.).
A tenor de las constancias que surgen de los expedientes administrativos
de pago se desprende que los servicios facturados correspondientes a los meses
de febrero a noviembre de 2001, fueron observados por la repartición
administrativa por causas imputables a la contratista (art. 71 inc. 3°, ap. “c” del
Reglamento de Contrataciones), por lo que el plazo de pago de la obligación
comienza a correr con la presentación de las nuevas facturas que acreditan el
respectivo descuento, ya que el incumplimiento del proveedor interrumpe el plazo
previsto para conformar la factura originaria, conforme lo prescriben los artículos
67 y 68 del citado reglamento (conf. doct. S.C.B.A., B. 58.764, “Comarcom”, sent.
del 3-XII-2003).
Sentado ello, se advierte que los servicios prestados en los meses de
febrero, marzo, mayo, junio, agosto, setiembre, octubre y noviembre de 2001, han
sido abonados dentro del plazo contractual pactado en la Orden de Compra n°
224/01, no configurándose mora alguna por parte de la administración, motivo por
el cual el reclamo de intereses moratorios por la facturación de esos meses
deviene a todas luces improcedente.
Con relación a los servicios correspondientes a los meses de abril, julio y
diciembre de 2001, si bien de las actuaciones administrativas se desprende que
fueron abonados vencido el plazo contractual, también resulta acreditado que sus
pagos fueron receptados por la contratista “de conformidad”, sin efectuar
reserva alguna de intereses (ver fs. 6/17, expte. n° 5300-774/06 e informe del
Tribunal de Cuentas obrante a fojas 25, expte. cit.), reclamo recién articulado ante
la Dirección de Administración del Ministerio de Economía, el día 15 de enero de
2003 (ver fs. 2/8, expte. n° 2309-10.688/03), esto es, después de haber
transcurrido más de siete meses desde la fecha en que se efectivizaron tales
pagos, circunstancia que torna improcedente la pretensión sub examine, habida
cuenta el efecto cancelatorio de los pagos realizados por la administración frente a
la omisión de la contratista de formular reserva por los accesorios (arts. 624 y
concs., Código Civil).
Ello pues, tal como lo tiene sentado la Casación Bonaerense en forma
invariable, en materia de contratos de suministros, “la circunstancia de no haberse
formulado reserva al tiempo de cobrar implica atribuirle al pago del capital efecto
cancelatorio (art. 624, Código Civil)” (S.C.B.A., causas B. 47.351, “Argañaráz de
Guerrini”, sent. del 4-XI-80, D.J.B.A. t. 119, 29-XII-1980; B. 49.699, “Ecla” y B.
49.700, “Ecla”, ambas del 10-XI-87; B. 51.886, “Napal”, sent. del 2-VII-1991; B.
53.111, “Sierra Chica”, sent. del 22-IV-1997).
7.2. Con relación al período facturado entre los meses de febrero a agosto
de 2002, cabe examinar los respectivos expedientes de pago, teniendo en
consideración que el contrato administrativo que vinculaba a las partes se
encontraba extinguido y, por lo tanto, “ninguna resolución de la autoridad
administrativa, dictada con posterioridad al vencimiento del término contractual,
puede configurar vulneración de los derechos del contratista, cuyo vínculo
negocial previo había fenecido” (conf. doct. S.C.B.A., causas B. 48.437, “Coop.
Ltda. de Consumo Eléctrico y Servicios Anexos de Olavarría“, sent. del 25-V-1990;
B. 56.990, “La Jirafa Azul S.A.”, sent. del 19-VII-2006).
Del expediente administrativo nº 2309-9102/02, surge que la factura nº
0001-00001612 correspondiente al mes de febrero de 2002, fue presentada a su
cobro con fecha 8 de agosto de 2002, conjuntamente con la nota de crédito nº
0001-00001613, siendo la misma observada (fs.6) lo que motivó la presentación
de una nueva nota de crédito nº 0001-00001639 con fecha 29 de agosto de 2002
por descuento de la factura citada (fs.10). Mediante resolución nº 255 de fecha 1º
de octubre de 2002, se aprobó y autorizó el gasto en concepto de servicio durante
el mes de febrero de 2002 (fs.29). El pago del mes de servicio fue realizada con
fecha 24 de octubre de 2002 (fs. 35 vta.).
Del expediente administrativo nº 2309-9103-02, surge que la factura nº
0001- 00001614 correspondiente al mes de marzo de 2002, fue presentada la
cobro con fecha 8 de agosto de 2002, conjuntamente con una nota de crédito nº
0001-00001615 (fs.3), siendo las mismas observadas (fs.6), lo que motivó la
presentación de una nueva nota de crédito nº 0001-00001645 con fecha 29 de
agosto de 2002 (fs.10). Mediante resolución nº 252 de fecha 1º de octubre de
2002, se aprobó el gasto y autorizó el pago de la factura en cuestión, siendo
abonada el día 24 de octubre de 2002 (fs. 34 vta.).
Del expediente administrativo nº 2309-9104/02, surge que la factura nº
0001-00001616 correspondiente al mes de abril de 2002, fue presentada al cobro
con fecha 8 de agosto de 2002, conjuntamente con la nota de crédito nº 0001-
0001617 siendo las mismas observadas (fs.6), lo que motivó la presentación de
una nueva nota de crédito nº 0001-00001646 con fecha 29 de agosto de 2002, por
reconocimiento de equipamiento fuera de servicio durante el mes citado (fs.11).
Mediante resolución nº 253 de fecha 1º de octubre de 2002, se aprobó el gasto y
autorizo el pago de la factura en cuestión, el que se efectivizó el día 1º de
noviembre de 2002 (fs. 34 vta.).
Del expediente administrativo nº 2309-9105/02, surge que la factura nº
0001- 00001618 correspondiente al mes de mayo de 2002, fue presentada al
cobro con fecha 8 de agosto de 2002, conjuntamente con la nota de crédito nº
0001-00001619, siendo las mismas observadas (fs.6), lo que motivó la
presentación de una nueva la nota de credito nº 0001-00001642 con fecha 29 de
agosto de 2002 (fs.10). Que con fecha 1º de octubre de 2002, por resolución nº
254, se aprobó el gasto y autorizó el pago de la factura en cuestión, abonándose
el día 1º de noviembre de 2002 (fs. 34 vta.).
Del expediente administrativo nº 2309-9106/02, surge que la factura B nº
0001-00001620 correspondiente al mes de junio de 2002, se presentó al cobro
con fecha 8 de agosto de 2002, conjuntamente con la nota de crédito B nº 000100001621 siendo las mismas observadas (fs.6), lo que motivó la presentación de
la nota de crédito B nº 0001-00001643, con fecha 29 de agosto de 2002 (fs.12).
Mediante resolución nº 251, de fecha 1º de octubre de 2002 se aprobó el gasto y
autorizó el pago de la citada factura, efectivizándose el mismo el día 8 de
noviembre de 2002 (34 vta.).
Del expediente administrativo nº 2309-9107/02, surge que la factura B nº
0001-00001622 correspondiente al mes de julio de 2002, fue presentada al cobro
con fecha 8 de agosto de 2002, conjuntamente con la nota de crédito B nº 000100001623 siendo observadas (fs.6), lo que motivó la presentación de la nota de
créditos B nº 0001-00001644, con fecha 29 de agosto de 2002 por reconocimiento
por equipamiento fuera de servicio durante el mes citado y por descuentos (fs.10 y
11). Mediante resolución nº 256, de fecha 1º de octubre de 2002 se aprobó el
gasto y autorizó el pago en concepto de servicios prestados en ese mes,
abonándose el día 8 de noviembre de 2002 (fs.34 vta.).
Del expediente administrativo nº 2309-9392/02, surge que la factura B nº
0001-00001658 correspondiente al mes de agosto de 2002, fue presentada a su
cobro con fecha 3 de septiembre de 2002, al igual que las notas de créditos B nº
0001-00001659 por descuentos sobre la factura citada (fs.2/7), siendo observadas
(fs.9), lo que motivó la presentación de una nueva nota de crédito B nº 00100001702, con fecha 25 de septiembre de 2002 (fs.13). Mediante resolución nº 8
de fecha 9 de enero de 2003, se aprobó el gasto y autorizó el pago en concepto
de los servicios en cuestión (fs.37), cuyo pago se efectivizó el día 21 de enero de
2003 (fs. 44 vta).
Finalmente, cabe hacer constar que los pagos efectuados en tales
expedientes, fueron recepcionados por la firma accionante “de conformidad”, sin
formular reserva alguna de intereses (ver fs. 18/25, expte. adm. n° 5.300-774/06),
circunstancia ésta que sin más torna improcedente la pretensión de cobro de
intereses moratorios, atento el efecto cancelatorio de tales pagos, conforme a los
fundamentos explicitados en el acápite precedente, a los me remito brevitatis
causa (art. 624, Código Civil y doctrina judicial citada).
No obstante ello, cabe adunar que de las constancias administrativas
reseñadas se desprende que desde el dictado de las resoluciones que declaran de
legítimo abono las facturas presentadas al cobro –fecha a partir de la cual se torna
exigible el pago, pues tal declaración es asimilable a la conformación de la factura,
cuando existe contrato entre las partes (conf. doct. S.C.B.A., causas B. 56.990 y
B. 56.764, “La Jirafa Azul S.A.”, ambas de fecha 19-VII-2006)-, hasta la fecha en
que los respectivos pagos fueron efectivizados por la Tesorería, transcurrieron 24
días (facturas 1612 y 1614), 30 días (facturas 1616 y 1618), 38 días (facturas 1620
y 1622) y 12 días (factura 1658).
Así, cabe concluir que tales plazos no lucen irrazonables, teniendo en
cuenta que las respectivas facturas presentadas por la actora debieron someterse
al trámite del legítimo abono, a los fines de acreditar “la prestación del servicio o la
entrega del bien y, de establecerse su necesidad pública, a la autorización del
pago por la prestación recibida, con previa intervención de los organismos de
control y asesoramiento provincial a los fines de expedirse sobre la viabilidad del
´legítimo abono´, para que la Tesorería General disponga el correspondiente pago
(conf. doctr. S.C.B.A., causas B. 66.693, “Recovering”, sent. del 6-VII-2005; B.
55.399, sent. del 14-XII-2005; B. 56.764 y 56.990, ambas del 19-VII-2006, todas
ellas autos “La Jirafa Azul S.A.”).
8°) Que a tenor de los fundamentos expuestos, corresponde desestimar la
pretensión deducida en el sub judice e imponer las costas en el orden causado
(arts. 12 incs. 1° y 2°, 51 y concs., C.C.A., ley 12.008, texto según ley 13.101).
Por ello,
FALLO:
1º) Desestimar la pretensión deducida por la firma Sonda Argentina S.A., a
mérito de los fundamentos expuestos ut supra e imponer las costas en el orden
causado (arts. 12 incs. 1° y 2°, 51 y concs., C.C.A., ley 12.008, texto según ley
13.101).
2º) Intimar a la actora a integrar la tasa de justicia y su contribución,
conforme al monto reclamado en el sub judice (ver fs. 32 de autos y Anexos I, II, III
y IV, obrantes a fojas 5/8 del expediente administrativo n° 2309-10.688/03) (arts.
292, 293, 294, 295 y concs. del Código Fiscal).
3°) Diferir la regulación de honorarios para su oportunidad (art. 51, decretoley n° 8904/77).
4°) Remítanse en devolución al Honorable Tribunal de Cuentas de la
Provincia los expedientes de pago requeridos a fojas 128 de autos, a tenor de lo
solicitado por ese organismo de la Constitución a fojas 25 del expediente n° 5.300774/06. Ofíciese.
Regístrese y notifíquese.
Registro Nº .............
ANA CRISTINA LOGAR
Juez
en lo Contencioso Administrativo nº 2
Dpto. Judicial La Plata
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