República de Colombia Corte Suprema de Justicia CORTE SUPREMA DE JUSTICIA SALA DE CASACIÓN LABORAL Magistrada Ponente: ISAURA VARGAS DIAZ Radicación No. 31.399 Acta No. 052 Bogotá D.C., veintiséis (26) de agosto de dos mil ocho (2008). Resuelve la Corte el recurso de casación interpuesto por VENEZOLANOS la sociedad S.A., EMPRESA MONOMEROS MULTINACIONAL COLOMBO ANDINA, contra la sentencia dictada el 21 de julio de 2006 por el Tribunal Superior del Distrito Judicial de Barranquilla, en el proceso promovido por JORGE GIROLAMI SABAT. I. ANTECEDENTES JORGE GIROLAMI SABAT instauró demanda ordinaria laboral para que la empresa MONOMEROS COLOMBO VENEZOLANOS S.A.- EMPRESA MULTINACIONAL ANDINA República de Colombia 2 Expediente 31399 Corte Suprema de Justicia (E.M.A.)-, fuera condenada, previa declaratoria de que fue despedido en forma unilateral y sin justa causa, a reintegrarlo al cargo que ocupaba o a uno equivalente o superior, así como al pago de los salarios, prestaciones legales y extralegales, vacaciones, cotizaciones y aportes. Subsidiariamente, para que se le reconozca y pague, de manera indexada, la indemnización por despido injusto establecida en el numeral 5º del artículo 8º del Decreto 2351 de 1965; pensión sanción; cotizaciones por condiciones de alto riesgo; los perjuicios materiales, morales y a la vida de relación; la sanción moratoria; y lo que resulte probado extra y ultra petita. Fundó sus pretensiones en que a la sociedad MONOMEROS COLOMBO VENEZOLANOS S.A.- EMPRESA MULTINACIONAL ANDINA (E.M.A.)- le prestó sus servicios de forma dependiente y subordinada desde el 30 de diciembre de 1976 hasta el 16 de julio de 2001, fecha esta última en que le terminó el contrato de trabajo sin justa causa, cuando ocupaba el cargo de “técnico maestro”, con un salario mensual de $1.440.550.00; que laboró en sitios expuestos a la influencia de sustancias cancerígenas y tóxicas de alto riesgo y nunca le República de Colombia Expediente 31399 3 Corte Suprema de Justicia cotizaron de acuerdo con el nivel que correspondía; que a la terminación del contrato de trabajo la sociedad demanda le retuvo de manera ilegal unas sumas correspondientes a sus acreencias laborales; y que no se le permitió hacer los descargos respectivos violándosele el derecho a la defensa. MONOMEROS COLOMBO VENZOLANOS S.A.EMPRESA MULTINACIONAL ANDINA (E.M.A.)- al contestar la demanda (folios 222 a 225, cuaderno 1) se opuso a la prosperidad de las súplicas y propuso las excepciones de prescripción, pago, compensación, falta de causa para pedir, inexistencia de las obligaciones, indebida pretensiones y “las que favorezcan la causa de la demandada”. Mediante fallo de 2 de diciembre de 2006 (folios 469 a 476, cuaderno 1), el Juzgado Cuarto Laboral del Circuito de Barranquilla absolvió a la empresa demandada y no impuso costas. II. SENTENCIA DEL TRIBUNAL República de Colombia 4 Expediente 31399 Corte Suprema de Justicia La alzada se surtió por apelación de la parte demandante y concluyó con la sentencia impugnada en casación (folios 23 a 45, cuaderno 2) por medio de la cual el Tribunal Superior del Distrito Judicial de Barranquilla revocó la decisión del A quo y, en su lugar, condenó a la sociedad convocada a juicio a reintegrar al actor y pagarle “los salarios y prestaciones que tuviera derecho desde el momento del despido hasta su reintegro, debiendo descontar lo pagado”;costas en las dos instancias a la parte vencida. El Tribunal comenzó su análisis asentando que “estudiada la norma de la convención referida (folio 240 al 241), se observa que en ella se establece un procedimiento en el evento en que se deban imponer sanciones, en tanto que, no siendo esa la situación del impugnante, la demandada no estaba obligada a efectuar procedimiento alguno previo al despido y por tanto no existe la violación al debido proceso y la derecho a la defensa que estima el actor.” Luego sostuvo el juez de apelación que “a pesar de que la demandada señala que el secuenciador de República de Colombia 5 Expediente 31399 Corte Suprema de Justicia eventos del sistema automático de despacho no registró ninguna descarga de ácido nítrico que se haya efectuado el día lunes 9 de julio de 2001 (folio 61), bajo la foliatura 64 se muestra copia del registro de movimientos diarios de tanques en donde se observa un despacho de ácido sulfúrico de 34.370 Kgs del tanque 809, y un movimiento del T-1212 contenedor de ácido nítrico con despacho de 9570 Kgs del producto, es decir la misma cantidad de sustancia química que aparece en la constancia de peso de salida de la carga del carrotanque XKG406 que Química Epsilón el 9 de julio de 2001 (folio 12) despachada desde el mismo tanque”(folio 33, cuaderno 2). Posteriormente indicó el juez colegiado que “como quiera que interesa a esta Sala determinar si efectivamente hubo operación de cargue del carrotanque XKG406 con destino a Química Epsilón, dado que el operador del despacho era el demandante, se hace necesario señalar que a pesar de que la demandada indica que la carga del ácido sulfúrico a la empresa referida se hizo desde el T-846 el día 9 de julio de 2001, según los registros de movimientos que aparecen a folios 64 a 67 que datan del 7 al 10 de julio de República de Colombia 6 Expediente 31399 Corte Suprema de Justicia 2001, se observa que en el interregno de estas fechas, este tanque ha mantenido el mismo nivel de 2,00 mts, por lo cual queda sin sustento lo afirmado por la empresa encartada, pues al no hacer movimiento de cargue del producto contenido en este tanque no puede aseverarse que el actor hubiere despachado ácido sulfúrico desde el mismo. El único registro de esta sustancia que aparece en la constancia de movimientos de tanques es el del T-809 desde el cual, como lo indica la demandada (folio 62), se despachó ácido sulfúrico a la empresa Sulfoquímica” (folio 34, cuaderno 2). Para el Tribunal “el actor es vehemente en sostener que si en realidad se hubiere despachado una sustancia equivocada a la empresa compradora del producto, es decir Química Epsilón, lo lógico sería que ésta hubiera hecho reclamo de lo verdaderamente querido o la devolución del producto obtenido erróneamente o que al menos de parte de la empresa Monómeros hubiera habido un reclamo o ajuste de precio, toda vez, que, como lo dice la misma demandada, una sustancia es de mayor valor que la otra” (folio 34, cuaderno 2). República de Colombia 7 Expediente 31399 Corte Suprema de Justicia Acotó el juez plural que “en el plenario no aparece ninguna prueba de que el cliente Química Epsilón hubiere recibido una sustancia diferente de la pretendida, y el demandado frente a ello solo solo (sic) se limitó a decir que la empresa no puede responder por el destino que hubiere tomado el producto despachado, ni lo que hubiera sucedido una vez salido de sus instalaciones (…) es evidente que este argumento no genera certeza frente a la conducta que se endilga al actor y el hecho de que se declare que no se conoce lo que ocurrió con el producto despachado no quiere decir en ningún modo que el demandante lo hubiere provocado” (folios 34 y 35, cuaderno 2). Mas adelante, el fallador explicó que “todo lo anterior nos lleva concluir que no existen argumentos jurídicos suficientes para entender que el despido hubiere sido ajustado a derecho, pues a pesar de que la demandada, quien sobre este aspecto tenía la carga de la prueba, trajo al proceso algunos documentos con los que pretendía sustentar su posición, los mismos sirvieron pero para sostener el derecho del actor. Siendo así, deberá declararse que el despido fue injusto” (folio 35, cuaderno 2). República de Colombia Expediente 31399 8 Corte Suprema de Justicia Después de copiar el numeral 5º del artículo 8 del Decreto 2351 de 1965 y de manifestar que éste fue modificado por el 6º de la Ley 50 de 1990, el juez de segundo grado asentó que “Por tanto, teniendo en cuenta que el actor, a la entrada de la vigencia de la ley 50/90, tenía mas de 10 años de servicios a la demandada, por haber ingresado desde el 30 de diciembre de 1976 (folio 5), se accederá al reintegro en el cargo de Técnico Maestro el cual desempeñaba al momento del despido, en las mismas condiciones de que gozaba, o uno de igual o superior categoría y remuneración(…) El reintegro lógicamente también cobija el pago de cotizaciones que por seguridad social deba efectuar la demandada al ente recaudador durante todo el tiempo en que el señor Girolami Sabat estuvo desvinculado de Monómeros Colombo Venezolanos.” (Folio 36 y 37, cuaderno 2) En cuanto a la condena por pensión sanción dijo el juez de segunda instancia que no procedía toda vez que el actor estuvo afiliado al sistema general de pensiones. República de Colombia 9 Expediente 31399 Corte Suprema de Justicia De otro lado en lo que atañe con el pago de las cotizaciones especiales por haber laborado en actividades de alto riesgo, sostuvo el Tribunal que no se acreditó que al actor estuvo expuesto a sustancias cancerígenas III. RECURSO DE CASACIÓN En la demanda con la que sustenta el recurso (folios 26 a 45, cuaderno 3), que fue objeto de réplica (folios 6 a 13 y 52 y 53, cuaderno 3), la sociedad recurrente le pide a la Corte que case totalmente el fallo de segundo grado para que, en sede de instancia, confirme el del A quo; proveyendo en costas como en derecho corresponda (folio 28, cuaderno 3). Para tal propósito le formula tres cargos de los cuales serán estudiados conjuntamente el segundo con el tercero, puesto que a pesar de que están dirigidos por senderos diferentes, existe identidad en las normas denunciadas y en su finalidad. República de Colombia Expediente 31399 10 Corte Suprema de Justicia PRIMER CARGO Acusa la sentencia de violar la ley por vía indirecta, en la modalidad de aplicación indebida, de los artículos “7 y 8 del decreto 2351 de 1965 y 6 de la ley 50 de 1990, en relación con los artículos 58 y 60 del C.S.T.” (folio 28, cuaderno 3). Afirma que la infracción legal ocurrió como consecuencia de los siguientes errores de hecho manifiestos: “1. Dar por demostrado, sin estarlo, que el señor JORGE GIROLAMI SABAT no despachó ácido sulfúrico de la empresa MONÓMEROS COLOMBO VENEZOLANOS S.A. el día 9 de julio de 2001. 2. No dar por demostrado, estándolo, que el señor JORGE GIROLAMI SABAT sin autorización de su empleador MONÓMEROS COLOMBO VENEZOLANOS S.A. despachó el día 9 de julio de 2001 de propiedad de la empresa, ácido sulfúrico. 3. Dar por demostrado, sin estarlo, que el despido del señor JORGE GIROLAMI SABAT por parte de la empresa MONÓMEROS COLOMBO VENEZOLANOS S.A. fue injusto. República de Colombia Expediente 31399 11 Corte Suprema de Justicia 4. No dar por demostrado, estándolo que la empresa MONÓMEROS COLOMBO VENEZOLANOS S.A. despidió por justa causa comprobada al señor JORGE GIROLAMI SABAT el día 16 de julio de 2001.” Como prueba dejada de apreciar relaciona el informe sobre reporte del secuenciador de eventos AIMAX, terminal de ácidos del día 9 de julio de 2001. Y como contempladas erróneamente la carta de terminación del contrato de trabajo del 16 de julio de 2001 (folio 2 a 4), memorando interno del auditor general de MONÓMEROS COLOMBO VENEZOLANOS S.A., Héctor Iglesias Sojo , de fecha 13 de julio de 2001 (folios 58 a 59), informe jefe sección 8 firmado por los ingenieros Ricardo Rodríguez, Dagoberto Ahumada y Roberto Jacobs, de fecha 13 de julio de 2001, orden de carga para productos líquidos o a granel, de fecha de 9 de julio de 2001 y suscrita por el señor JORGE GIROLAMI SABAT (folio 70), registro de despacho de productos especiales de los días 7, 9, 10 y 11 de julio de 2001 (folio 69), registro de movimientos diarios de tanques (folios 64 a 67), contestación de la demanda (folios 222 a 225) y el interrogatorio de parte República de Colombia 12 Expediente 31399 Corte Suprema de Justicia del representante legal de MONÓMEROS COLOMBO VENEZOLANOS S.A. (folios 422 a 424 y 442 a 443). Aduce la censura que “la razón por la cual el reporte del secuenciador de eventos AIMAX es de primordial valía para el presente proceso, estriba en su veracidad, ya que no admite dicho informe error alguno, por cuanto al ser automático, registró que el día 9 de julio de 2001 se despachó ácido sulfúrico en el turno en el cual era responsable el demandante” (folio 31, cuaderno 3). Asevera la recurrente que “las pruebas que apreció indebidamente el Tribunal registran el envío de ácido nítrico el 9 de julio de 2001 y en ningún momento se refieren al despacho de H2SO4, pero la razón de ello radica en que aquellos documentos reflejan la voluntad disfrazada del demandante quien a folio 70 en la orden de carga para productos Líquidos o a Granel asentó que el día 9 de julio de 2001 se despachó a Química Epsilón ácido nítrico, orden de carga que recibió el conductor Rodrigo Andrade Suárez, cuando la realidad probatoria conduce a demostrar fehacientemente República de Colombia 13 Expediente 31399 Corte Suprema de Justicia que la sustancia despachada fue ácido sulfúrico” (folio 32, cuaderno 3). Afirma que el Tribunal “estudió el registro de despachos de productos especiales de los días 7, 9, 10 y 11 de julio de 2001 y el Registro de movimientos diarios de tanques que constituyeron nuevamente un factor de distracción a la verdad real ya que solo registró despachos de ácido nítrico. Lo cierto de todo esto es que el Tribunal en virtud de la más elemental sana crítica debió observar y no ignorar el registro del sistema automático AIMAX ya que, se reitera, éste refleja de modo fidedigno y sin lugar a duda alguna al despacho de ácido sulfúrico el día 9 de julio de 2001, como acertadamente lo hizo el juzgador de primer grado como soporte esencial de la absolución. Mi procurada por ser una empresa que le suministra a diferentes laboratorios, sustancias que requieren alto grado de manejo y para prevenir y evitar contraindicaciones legales, posee el llamado sistema automático AIMAX, como medida técnica efectiva para controlar todos los despachos de la empresa. De tal forma que cualquier sustancia que salga de la misma es registrada y el margen de error es inferior al que República de Colombia 14 Expediente 31399 Corte Suprema de Justicia puede presentarse con un informe hecho por el demandante, en donde claramente existe un índice de equivocación más elevado” (folio 32, cuaderno 3). Sostiene que “fue indudablemente apreciado por el Tribunal el Informe de la sección 8 firmado por los ingenieros(…) ya que se limitó a mencionarlo pero sin concluir lo que surge de la simple lectura del mismo, esto es, la responsabilidad del demandante en la conducta endilgada, dado que en dicho informe se especificó el despacho de ácido sulfúrico que detectó el sistema Aimax, pero que el Ad quem infortunadamente basó la exculpación del demandante en los registros manuales hechos por él mismo para edificar su defensa” (folio 32, cuaderno 3). Dice la impugnante que el hecho de que la empresa Química Epilsón no devolviera el envió o presentara reclamación “simplemente es una especulación que no enerva la justa causa aducida por la empresa” (ibídem). LA REPLICA República de Colombia 15 Expediente 31399 Corte Suprema de Justicia Confuta los cargos arguyendo, en suma: (i) que no existió indebida acumulación de pretensiones (folios 6 a 12, cuaderno 3); y (ii) que “la sociedad Química Epsilom Ltda., compradora de äcido Nítrico, pagó por esta mercancía a la demandada(…), sin objeción alguna por parte de ésta última; la cual aceptó el pago realizado sin la menor protesta, a pesar de que supuestamente- tenía la convicción de que la mercancía entregada no era ácido Nítrico sino Ácido Sulfúrico y de que esta última sustancia era de restringida venta y –en esencia- no correspondía al objeto del contrato de compraventa. Así aparece en la Factura o Constancia de Compraventa de ácido nítrico (remisión BAS-1780), que opera en el proceso” (folio 52, cuaderno 3). IV. CONSIDERACIONES DE LA CORTE Como quedó dicho cuando se hizo el historial del proceso, el Tribunal para revocar la absolución dispuesta por el juez de primer grado y, en su lugar, condenar a la sociedad convocada a la litis a reintegrar al actor, asentó, en esencia, que: (i) “a pesar de que la demandada señala que el República de Colombia 16 Expediente 31399 Corte Suprema de Justicia secuenciador de eventos del sistema automático de despacho no registró ninguna descarga de ácido nítrico que se haya efectuado el día lunes 9 de julio de 2001 (folio 61), bajo la foliatura 64 se muestra copia del registro de movimientos diarios de tanques en donde se observa un despacho de ácido sulfúrico de 34.370 Kgs del tanque 809, y un movimiento del T1212 contenedor de ácido nítrico con despacho de 9570 Kgs del producto, es decir la misma cantidad de sustancia química que aparece en la constancia de peso de salida de la carga del carrotanque XKG406 que Química Epsilón el 9 de julio de 2001 (folio 12) despachada desde el mismo tanque”(folio 33, cuaderno 2); y (ii) que “como quiera que interesa a esta Sala determinar si efectivamente hubo operación de cargue del carrotanque XKG-406 con destino a Química Epsilón, dado que el operador del despacho era el demandante, se hace necesario señalar que a pesar de que la demandada indica que la carga del ácido sulfúrico a la empresa referida se hizo desde el T-846 el día 9 de julio de 2001, según los registros de movimientos que aparecen a folios 64 a 67 que datan del 7 al 10 de julio de 2001, se observa que en el interregno de estas fechas, este tanque ha mantenido el mismo nivel de 2,00 mts, por lo cual República de Colombia 17 Expediente 31399 Corte Suprema de Justicia queda sin sustento lo afirmado por la empresa encartada, pues al no hacer movimiento de cargue del producto contenido en este tanque no puede aseverarse que el actor hubiere despachado ácido sulfúrico desde el mismo. El único registro de esta sustancia que aparece en la constancia de movimientos de tanques es el del T-809 desde el cual, como lo indica la demandada (folio 62), se despachó ácido sulfúrico a la empresa Sulfoquímica” (folio 34, cuaderno 2). En tanto para la recurrente “el Tribunal no apreció la prueba más importante de la justa causa de despido invocada por la demandada: el <secuenciador de eventos automáticos de despacho>. Extraña, que a pesar de que el Ad quem observó la carta de terminación, en ningún aparte de la sentencia analizó el informe sobre el reporte de secuenciador de eventos de AIMAX Terminal de ácidos del día 9 de julio de 2001 (fls. 76 a 79) que se mencionó en más de una ocasión en la carta y fue el sustento principal de terminación del contrato de trabajo por parte de la empresa. De tal forma que la prueba que determinó la grave negligencia cometida por el extrabajador fue menospreciada o más exactamente dejada de estimar por el República de Colombia 18 Expediente 31399 Corte Suprema de Justicia Tribunal. La razón por la cual el reporte del secuenciador de eventos AIMAX es de primordial valía para el presente proceso, estriba en su veracidad, ya que no admite dicho informe error alguno, por cuanto al ser automático, registró que el día 9 de julio de 2001 se despachó ácido sulfúrico en el turno en el cual era responsable el demandante” (folio 31, cuaderno 3). En sentir de la Corte el ataque gravita en que el juez de alzada no paró mientes en lo establecido en el secuenciador de eventos – AIMAX. Procede, entonces, la Sala al examen de las pruebas singularizadas por el censor como mal apreciadas o inestimadas por el Ad quem, señalándose como aquellas que han dado lugar a los errores evidentes de hecho denunciados en la demanda de casación, así: Delantercinente debe señalarse que el ad quem no valoró erradamente la comunicación de despido, porque su texto lo insertó íntegramente para de allí derivar dos República de Colombia 19 Expediente 31399 Corte Suprema de Justicia conclusiones: a) que dada la justa causa invocada no se requería trámite previo convencional por diferenciarse tal medida de la sanción disciplinaria; y b) que la esencia de la controversia radicaba en dilucidar si la conducta invocada por la demandada como justa causa se había dado al incurrir --en error el demandante-- por “despachar una sustancia química y reportar otra” . Cuestión primera pacífica y por corresponder la segunda al punto neurálgico de la controversia. Pues bien, siendo lo precedente así el Tribunal no incurrió en los yerros fácticos que le achaca la censura, por lo menos con la suficiente vocación de desquiciar el fallo, porque en verdad el juez colegiado sí apreció el mencionado secuenciador, puesto que claramente estableció que “a pesar de que la demandada señala que el secuenciador de eventos del sistema automático de despacho no registró ninguna descarga de ácido nítrico que se hay efectuado el día lunes 9 de julio de 2001 (folio 61)” y ello es precisamente lo que consignan tanto el documento de folio 61 (memorando interno número 6223 de 13 de julio de 2001, suscrito por el jefe de la sección 8, el ingeniero del Grupo de Ingeniería Química y el gerente de Productos República de Colombia 20 Expediente 31399 Corte Suprema de Justicia Químicos Industriales), como el “informe sobre reporte del secuenciador de eventos AIMAX- Terminal de Acidos, día 9 de julio de 2001” (folios 76 a 79, cuaderno principal), habida cuenta que textualmente dicen “el secuenciador de eventos del sistema de despacho de ácido de MONOMEROS NO registró ningún despacho de ácido nítrico realizado el día lunes 9 de julio de 2001”. Lo que salta a la vista es que para el juez de apelación tuvo mayor grado de persuasión el contenido del documento obrante a folios 64 a 67 -MOVIMIENTO DIARIO DE TANQUES- del cual dedujo que “según los registros de movimientos que aparecen a folios 64 a 67 que datan del 7 al 10 de julio de 2001, se observa que en el interregno de estas fechas, este tanque ha mantenido el mismo nivel de 2,00 mts, por lo cual queda sin sustento lo afirmado por la empresa encartada, pues al no hacer movimiento de cargue del producto contenido en este tanque no puede aseverarse que el actor hubiere despachado ácido sulfúrico desde el mismo. El único registro de esta sustancia que aparece en la constancia de movimientos de tanques es el del T-809 desde el cual, como lo República de Colombia Expediente 31399 21 Corte Suprema de Justicia indica la demandada (folio 62), se despachó ácido sulfúrico a la empresa Sulfoquímica” (folio 34, cuaderno 2)”, y esto es lo que a las claras enseña el documento, lo que hace descartar de plano un error protuberante en su contemplación. Repárese en que dicho elemento demostrativo no fue tachado de falso, objetado o controvertido por la demandada, e incluso nótese que fue la sociedad recurrente quien lo aportó al proceso como prueba al contestar la demanda, luego no es de recibo para la Corte las aserciones en torno a que el Tribunal “estudió el registro de despachos de productos especiales de los días 7, 9, 10 y 11 de julio de 2001 y el Registro de movimientos diarios de tanques que constituyeron nuevamente un factor de distracción a la verdad real ya que solo registró despachos de ácido nítrico”, que “las pruebas que apreció indebidamente el Tribunal registran el envío de ácido nítrico el 9 de julio de 2001 y en ningún momento se refieren al despacho de H2SO4, pero la razón de ello radica en que aquellos documentos reflejan la voluntad disfrazada del demandante quien a folio 70 en la orden de carga para productos Líquidos o a Granel asentó que el día 9 de julio República de Colombia 22 Expediente 31399 Corte Suprema de Justicia de 2001 se despachó a Química Epsilón ácido nítrico, orden de carga que recibió el conductor Rodrigo Andrade Suárez, cuando la realidad probatoria conduce a demostrar fehacientemente que la sustancia despachada fue ácido sulfúrico” (folio 32, cuaderno 3) y que “el ad quem infortunadamente basó la exculpación del demandante en los registros manuales hachos por él mismo para edificar su defensa”; más aún cuando no está acreditado dentro del plenario que quien suscribió dichas planillas fuera el promotor del litigio, sino que por el contrario, aparecen firmados por los supervisores de apellidos Palma (reportes del 7, 8, y 10 de julio de 2001) y Rojas (reporte del 9 de julio de 2001). Incluso, la Sala no avizora desaguisado alguno alrededor de la conclusión a la que arribó el juez plural en el sentido de que “como quiera que interesa a esta Sala determinar si efectivamente hubo operación de cargue del carrotanque XKG-406 con destino a Química Epsilón, dado que el operador del despacho era el demandante, se hace necesario señalar que a pesar de que la demandada indica que la carga del ácido sulfúrico a la empresa referida se hizo desde el T-846 República de Colombia Expediente 31399 23 Corte Suprema de Justicia el día 9 de julio de 2001, según los registros de movimientos que aparecen a folios 64 a 67 que datan del 7 al 10 de julio de 2001, se observa que en el interregno de estas fechas, este tanque ha mantenido el mismo nivel de 2,00 mts, por lo cual queda sin sustento lo afirmado por la empresa encartada, pues al no hacer movimiento de cargue del producto contenido en este tanque no puede aseverarse que el actor hubiere despachado ácido sulfúrico desde el mismo. El único registro de esta sustancia que aparece en la constancia de movimientos de tanques es el del T-809 desde el cual, como lo indica la demandada (folio 62), se despachó ácido sulfúrico a la empresa Sulfoquímica” (folio 34, cuaderno 2), ya que ello es lo que en realidad aflora de dichos medios probatorios, es decir, que entre el 7 y el 10 de julio de 2001 el tanque identificado con el número 846 aparece con la descripción “sin movimiento”, con idéntica medida (2.000) y volumen (124.256), lo cual refleja que de allí no se tomó la sustancia química predicada como equivocada. Lo anotado, sin mayores consideraciones permite descartar los errores de hecho que con carácter de República de Colombia 24 Expediente 31399 Corte Suprema de Justicia ostensibles le son atribuidos por la recurrente a la sentencia, por ser sabido que en virtud de lo dispuesto por el artículo 61 del Código Procesal Laboral, en los juicios del trabajo los jueces gozan de libertad para apreciar las pruebas, por lo que si bien el artículo 60 ibídem les impone la obligación de analizar todas las allegadas en tiempo, están facultados para darle preferencia a cualquiera de ellas sin sujeción a tarifa legal alguna, salvo cuando la ley exija determinada solemnidad ad sustantiam actus, pues en tal caso “no se podrá admitir su prueba por otro medio”, tal y como expresamente lo establece la primera de las citadas normas. Por lo dicho, resulta pertinente traer a colación lo afirmado en sentencia de 27 de abril de 1977, que fue ratificado por la Sala en sentencia de 5 de noviembre de 1998 (Radicación 11.111). "El artículo 61 del Código de Procedimiento Laboral les concede a los falladores de instancia la potestad de apreciar libremente las pruebas aducidas al juicio, para formar su convencimiento acerca de los hechos República de Colombia 25 Expediente 31399 Corte Suprema de Justicia debatidos con base en aquellas que los persuadan mejor sobre cuál es la verdad real y no simplemente formal que resulte del proceso. Todo ello, claro está, sin dejar de lado los principios científicos relativos a la crítica de la prueba, las circunstancias relevantes del litigio y el examen de la conducta de las partes durante su desarrollo. "Pueden, pues, los jueces de las instancias al evaluar las pruebas fundar su decisión en lo que resulte de algunas de ellas en forma prevalente o excluyente de lo que surja de otras, sin que el simple hecho de esa escogencia permita predicar en contra de lo resuelto así la existencia de errores por falta de apreciación probatoria y, menos aún, con la vehemencia necesaria para que esos errores tengan eficacia en el recurso extraordinario de casación como fuente del quebranto indirecto que conduzca a dejar sin efecto la decisión que así estuviera viciada. "La eficiencia de tales errores en la evaluación probatoria para que lleven a la necesidad jurídica de casar un fallo no depende pues simplemente de que se le haya concedido mayor fuerza de persuasión a República de Colombia Expediente 31399 26 Corte Suprema de Justicia unas pruebas con respecto de otras sino de que, aun de las mismas pruebas acogidas por el sentenciador o de otras que no tuvo en cuenta, surja con evidencia incontrastable que la verdad real del proceso es radicalmente distinta de la que creyó establecer dicho sentenciador, con extravío en su criterio acerca del verdadero e inequívoco contenido de las pruebas que evaluó o dejó de analizar por defectuosa persuasión que sea configurante de lo que la ley llama el error de hecho". Siendo consecuentes con lo discurrido el cargo no tiene vocación de triunfar. SEGUNDO CARGO Aduce que la sentencia acusada viola directamente, por aplicación indebida, los artículos 7 y 8 del Decreto 2351 de 1965 y 6 de la Ley 50 de 1990, en relación con los artículos 58 y 60 del Código Sustantivo del Trabajo. República de Colombia 27 Expediente 31399 Corte Suprema de Justicia Sostiene la censura, en síntesis, que “condenó en forma automática el Tribunal a la demandada al reintegro y demás derechos consecuenciales del demandante con base en las normas incluidas en la proposición jurídica de esta acusación, esto es, sin estudiar si el mismo resulta o no desaconsejable. Dicho en otras palabras, cercenó el ad quem los efectos jurídicos del inciso 5 del artículo 8 del decreto 2351 de 1965, en armonía con el parágrafo del artículo 6 de la ley 50 de 1990, porque si bien los trabajadores que como el demandante, al primero de enero de 1990, tenían más de 10 años de servicios a una empresa, conservan teóricamente la posibilidad de ser reintegrados en caso de ser despedidos sin justa causa, dicha determinación no la puede imponer ad limitum ningún juez, sino que es menester que analice las circunstancias fácticas que aparezcan demostradas en el proceso, de suerte que si de ellas aparece que hay incompatibilidades anteriores al despido, concomitantes o posteriores, no puede ordenar el reintegro sino el pago de la indemnización. Al disponer en forma ciega el reintegro, y por ende aplicar automáticamente la norma, sin parar mientes en las eventuales incompatibilidades, cercenó el Tribunal los República de Colombia Expediente 31399 28 Corte Suprema de Justicia efectos de la disposición pertinente que le exigían estudiar dichas circunstancias que hipotéticamente hiciesen desaconsejable la reincorporación” (folios 36 y 37, cuaderno 3). TERCER CARGO Acusa la sentencia de violar indirectamente, por aplicación indebida, los artículos 7 y 8 del Decreto 2351 de 1965 y 6º de la Ley 50 de 1990, en relación con los artículos 58 y 60 del Código Sustantivo del Trabajo. Aduce que los produjeron como quebrantos normativos se consecuencia de los siguientes errores de hecho manifiestos: 1. No dar por demostrado, estándolo, que la empresa demandada tenía poderosas razones para creer que estaba en presencia de una justa causa de despido. República de Colombia 29 Expediente 31399 Corte Suprema de Justicia 2. No dar por demostrado, estándolo, que la empresa demandada ha perdido toda confianza en el señor JORGE GIROLAMI SABAT. 3. No dar por demostrado, estándolo, que el reintegro del señor JORGE GIROLAMI SABAT no era aconsejable. Como pruebas dejadas de valorar relaciona el informe sobre el reporte del secuenciador de eventos AIMAX terminal de ácidos, del 9 de julio de 2001 (fls. 76 a 79). Y como pruebas indebidamente apreciadas la carta de terminación del contrato de trabajo del 16 de julio de 2001 (fl. 2 a 4), el memorando interno del auditor general de MONÓMEROS SOLOMBO VENEZOLANOS S.A. Héctor Iglesias Sojo , de fecha 13 de julio de 2001 (fls. 58 a 59), el informe jefe sección 8 firmado por los ingenieros Ricardo Rodríguez, Dagoberto Ahumada y Roberto Jacobs, de fecha 13 de julio de 2001, la orden de carga para productos líquidos o a granel, de fecha de 9 de julio de 2001 y suscrita por el señor JORGE GIROLAMI SABAT. (fl. 70), el registro de despacho de productos especiales de los días 7, 9, 10 y 11 de julio de 2001.(fl 69), el registro de movimientos diarios de tanques (fls. 64 a 67). República de Colombia Expediente 31399 30 Corte Suprema de Justicia En un discurso similar al presentado en el cargo primero, la censura argüye, en síntesis, que “independientemente si probó o no la justa causa, es palmario en el proceso que la empresa tenía pruebas suficientemente poderosas para creer que en el turno desempeñado por el demandante y teniendo éste la responsabilidad de los despachos, se hicieron envíos de ácido sulfúrico sin autorización del empleador, lo que ha ocasionado la pérdida de confianza por parte de la empleadora hacia su Extrabajador porque se trata de despachos de sustancias sumamente delicadas, de elevado costo, de alta peligrosidad, por su potencial de utilización ilícita, sujetas al control riguroso de la Dirección de Estupefacientes, para lo cual las empresas que la manipulan deben informar a dicho organismo y obtener autorizaciones para su comercialización. No se escapa al ilustrado criterio de la Sala el gran peligro que para mi representada regreso a sus funciones del demandante. En esas circunstancias el reintegro ordenado por el Tribunal resulta francamente desaconsejable, ilegal e injusto, por las delicadas funciones inherentes al cargo y la explicable desconfianza por parte de la demandada hacia el promotor del juicio, respaldadas en pruebas técnicas e informes República de Colombia Expediente 31399 31 Corte Suprema de Justicia que en forma fundada dan cuenta del despacho de ácido sulfúrico en el terreno en que laboraba el demandante. Es claro, entonces, que sí el Tribunal no hubiese cometido los yerros fácticos enrostrados, no habría aplicado indebidamente las disposiciones enlistadas en la proposición jurídica ”(folios 44 a 45, cuaderno 3). V. CONSIDERACIONES DE LA CORTE De entrada observa la Corte que efectivamente, como se afirma y demuestra en los cargos, el Tribunal incurrió en el yerro jurídico que le enrostra la censura, puesto que de antaño esta Corporación tiene adoctrinado que para decidir entre el reintegro o la indemnización, el juez está obligado a estimar todas las circunstancias que aparezcan en el juicio y de las cuales pueda resultar que la reincorporación no es aconsejable en razón de las incompatibilidades que se han creado, sin que necesariamente se confundan esas circunstancias con los hechos invocados como justa causa para el despido, ni tampoco queden excluidos aquellos hechos posteriores a la terminación que puedan presentarse y que República de Colombia 32 Expediente 31399 Corte Suprema de Justicia generen una desarmonía tal que impida la subsistencia del contrato de trabajo. Y en el caso bajo escrutinio el fallador se limitó a ordenar el reintegro de manera maquinal sin hacer el menor estudio de la aconsejabilidad o no de la decisión. Pero, no obstante que el sentenciador incurrió en el error que le imputa la censura, la sentencia recurrida no será casada, toda vez que tales inadvertencias del juez de segunda instancia, aunque notorias, no son trascendentes, es decir, carecen de la virtualidad de variar el sentido de su decisión, por las siguientes razones: El numeral 5º del artículo 8º del Decreto 2351 de 1965, modificado por el 6º de la Ley 50 de 1990, consagra como regla general el reintegro para aquellos trabajadores que a 1º de enero de 1991 tuvieran 10 o más años de servicios y que sean despedidos sin que medie una justa causa, como una expresión palpable de la protección a la estabilidad laboral, por tanto primeramente es deber del juez echar mano de esta garantía que el legislador instituyó en favor de los empleados. República de Colombia Expediente 31399 33 Corte Suprema de Justicia Empero, ha enseñado de vetusta esta Corporación que a pesar de la existencia de dicha regla general, pueden concurrir circunstancias anteriores, concomitantes o posteriores al fenecimiento del vínculo laboral con la suficiente identidad de afectar la armonía propia de las relaciones laborales entre el trabajador y el empleador, situación que necesariamente debe conducir al director del proceso a ordenar el reconocimiento de la indemnización como manera de reparar los perjuicios ocasionados con la determinación de la patronal, decisión ésta que sólo debe adoptar el juez, rigurosamente como excepción a la regla general, la cual, se itera, es el reintegro. Por manera que siendo la excepción el pago de la indemnización, es deber del juez analizar cuidadosa y objetivamente las circunstancias que hacen inconveniente o incompatible el reintegro, hechos que, desde luego, se acreditan con los diferentes elementos demostrativos que regular y oportunamente se allegaron al proceso. República de Colombia Expediente 31399 34 Corte Suprema de Justicia Así las cosas, si bien la causa imputada para el despido de haberse ejecutado contendría repercusiones notables en su uso, observa la Corte que dentro del proceso, en verdad, no obra probanza alguna que apunte a que la reincorporación del actor a la demandada puede afectar la convivencia jurídica en la comunidad laboral, ya que de ningún elemento de juicio se puede inferir o deducir que el demandante hubiera admitido o incurrido en un gravísimo descuido o negligencia grave en el cumplimiento de sus obligaciones laborales que culminó en su despido, ni la existencia de incompatibilidad para el restablecimiento del contrato. No hay que soslayar que las dichas incompatibilidades son circunstancias que indican al juzgador que no es aconsejable restablecer el nexo laboral, y deben aparecer demostradas por medios diferentes a la sola manifestación o dicho del empleador. Aunado a lo anterior, se impone a la Sala advertir que al contestar el libelo demandatorio y señalar los hechos en que fundamentó su defensa, la sociedad demandada guardó mutismo en relación con la presencia de motivos que República de Colombia 35 Expediente 31399 Corte Suprema de Justicia tornaban en inconveniente el reintegro pretendido por el demandante. La convocada a la litis tan sólo en la esfera casacional arguye razones que, según ella, no lo hace aconsejable. En armonía con lo discurrido los cargos no salen avente. En mérito de lo expuesto, la Corte Suprema de Justicia, Sala de Casación Laboral, administrando justicia en nombre de la República de Colombia y por autoridad de la ley, NO CASA la sentencia dictada el 21 de julio de 2006 por el Tribunal Superior del Distrito Judicial de Barranquilla, en el proceso promovido por JORGE GIROLAMI SABAT contra la sociedad MONOMEROS COLOMBO VENEZOLANOS EMPRESA MULTINACIONAL ANDINA. Sin costas en el recurso extraordinario. S.A. República de Colombia Expediente 31399 36 Corte Suprema de Justicia Cópiese, notifíquese, publíquese y devuélvase al Tribunal de origen. ISAURA VARGAS DÍAZ ELSY DEL PILAR CUELLO CALDERON GUSTAVO JOSE GNECCO MENDOZA EDUARDO LOPEZ VILLEGAS LUIS JAVIER OSORIO LOPEZ FRANCISCO JAVIER RICAURTE GOMEZ CAMILO TARQUINO GALLEGO MARIA ISMENIA GARCIA MENDOZA Secretaria
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