Elartistaylaviuda Esenciacatalana

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CR Í TI C A D E T EA T R O
CR Í TI CA DE CAN CI Ó N
El artista y la viuda
La Sorra i l'Acadèmia
Autor: Joan Brossa
Director: Jordi Faura y Abel Coll
Intérpretes: Manel Barceló,
Maria Molins y Abel Coll
Lugar y fecha: Espai Escènic
Brossa (26/I/2008)
JOAN-ANTON BENACH
En su décimo aniversario, el Espai Brossa no podía eludir la exhumación de uno de los textos de
su ilustre patrono, La Sorra i
l'Acadèmia, voces y personajes
yacentes durante medio siglo en
el cementerio de papel que el
país ha dispuesto para sus heterodoxos. Se trata, en efecto, de un
texto de 1952 que nunca accedió
a un escenario, insólita anomalía
que ya no puede sorprendernos.
Si ni siquiera después de Or i sal
(1961) y Calç i rajoles (1963) –las
piezas que dieron a Brossa cierta
proyección– la poesía escénica
del autor alcanzó difusión más
allá de un pequeño círculo de devotos, ¿qué destino podían tener
las propuestas que formuló en la
década de los cincuenta?
Este 2008, cuando se cumplen
diez años de la muerte de Brossa,
dos jóvenes creadores, Faura y
Coll, la han rescatado sin ningún
complejo arqueológico y con la
CR Í TI C A D E R OCK
Munición
Maika Makovski
Intérpretes: Maika Makovski (voz,
guitarra); Juan Carlos Luque
(bajo); David Martínez (batería)
Lugar y fecha: La 2 (25/I/2008)
DONAT PUTX
Maika Makovski presentó a orillas del Paral·lel su segundo disco, Kraj So Kóferot, editado por
la independiente Wild Punk Records. Luciendo pantalón negro
hasta las costillas, tirantes y diadema, trajo a la sala un rock cuero fiero mediante canciones nuevas, como You eat me well o
Dread, amén de recuerdos no tan
lejanos en el tiempo como Killing
bluebird.
Hija de compositor macedonio, y con casa aquí y allá, Maika
Makovski tiene muchos tiros pegados en materia musical, pues
siendo todavía una adolescente
cosechó sus primeros éxitos baleares. Afincada ahora en Barcelona, de donde son los músicos que
la acompañan desde el 2003,
Maika Makovski practica un rock
que mira lo suyo a la narrativa de
la Costa Este estadounidense, y
también a los Stooges. Es una cantante de voz timbrada y viva, con
sus apalanques a la manera de
P.J. Harvey, sus arranques por
Patti Smith y una cierta vis sardónica que muestra cuando es menester.
Está por ver si Maika Makovski es esa “nueva musa del undergound” que proclaman algunas
voces, pero a fe que posee munición para intentarlo.c
LA VANGUARDIA 41
CULTURA
LUNES, 28 ENERO 2008
convicción de estar manejando
una obra plenamente actual. Con
un airado sentido de la anticipación, el autor clamaba ante la ruina de tanto electrodoméstico abocado al desguace, metáfora de la
enfermedad del sistema. La escena aparece inundada por un lío
de cables que, amén de haber dado energía a gran número de aparatos, alimentan a unos televisores, enloquecidos mensajeros de
infinitos reclamos.
El artista, protagonista imaginado y castigado por la mordaz
ironía del poeta, no puede habitar ese mundo repleto de estímulos y por ello intenta huir a un plácido e incontaminado refugio desde el que crear su obra, supuestamente maravillosa. De regreso a
casa, la hallará convertida en un
bar, se sentirá más ausente que
nunca y tendrá serios problemas
para recuperar a su amada.
Pensando que tal vez La Sorra
i l'Acadèmia era un menú demasiado frugal para llenar un velada
escénica, y que el monólogo de
Estació de Calinòpia (1968), en el
que una viuda refiere la desaparición prodigiosa de su marido, sería un buen cierre, Faura y Coll lo
usaron, partido en dos, como
principio y fin de su propuesta.
Dejando a un lado esa maniobra gratuita, el trabajo de los realizadores es de gran interés y de
absoluta dignidad. Espléndida la
escenografía, el vestuario y excelente las interpretaciones de
Abel Coll, de una sorprendente y
expresiva Molins y del gran Barceló, sobrio y seguro, como siempre, y con el regalo de un ejercicio transformista impecable.c
Esencia catalana
Marina Rossell
Lugar y fecha: Luz de Gas
(26/I/2008)
RAMON SÚRIO
Marina Rossell aprovechó el Festival BarnaSants para estrenar su
disco Clàssics catalans..., que termina en puntos suspensivos como dando a entender que su revisión del acervo popular puede tener continuidad. Flanqueada por
sus habituales, Maurici Villavecchia y Eduard Iniesta, el recital
tuvo un preludio en forma de recuperación de Màrmara, una apasionada canción de amor. Otro tema propio, Dies, idees i amor, dio
paso a una de las melodías más
logradas, Mare de Déu del Món,
perfumada de aires griegos.
La más pura esencia catalana
empezó a destilarse con Pel teu
amor (Rosó), la solemne versión
de L'emigrant y la sardana Llevantina. Con la canción de cuna a
capella No-ni-nó retomó el hilo,
antes de rendir un tributo a Salvador Espriu con la versión de la
Barca del temps. La introducción
a la Pregaria de la Verge del Remei de Lluís Millet, serviría para
reivindicar a los hombres de la
Renaixença, en el momento culminante de una velada en la que
no faltó el Virolai, ni Els segadors,
ni un guiño al Cant del ocells en
forma de la canción tradicional,
Els contrabandistes.c
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