XXXV (1739) Al-Barâ` relató: "Había un hombre recitando la

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XXXV
EL DESCENSO DEL SOSIEGO AL RECITAR EL CORÁN
(1739) Al-Barâ' relató: "Había un hombre recitando la surah de La Caverna y
con él estaba un caballo atado con dos cuerdas. Una nube le dio sombra y comenzó
a acercarse más y más y (entonces) el caballo (se asustó) y trató de huir de ella.
Cuando amaneció fue al Profeta (BP) y le contó esto, entonces dijo: «Eso era el
sosiego (53) que descendió al recitar el Corán»."
(1740) Abû lshâq relató: "Escuché a Al-Barâ' decir: 'Un hombre recitó La
Caverna mientras que en su casa había un animal que se asustó. Entonces miró y
vio una nube que le daba sombra, le mencionó esto al Profeta (BP) que dijo:
«¡Recita, fulano! Es la tranquilidad que desciende con la recitación del Corán, o por
la recitación del Corán»."
(1741) Este hadiz ha sido narrado bajo la autoridad de AI-Barâ' con una ligera
modificación de palabras.
(1742) Abû Sa’îd AI-Judri relató que Usayd ibn Judayr estaba una noche
recitando el Corán en su corral cuando su caballo comenzó a saltar. Siguió
recitando y saltó otra vez. Recitó de nuevo y también saltó. Usayd dijo: "Temí que
pisase a (mi hijo) Yahia. Entonces me paré cerca (del caballo) y vi sobre mi cabeza
como un dosel, que tenía como lámparas, que se elevaba en el aire hasta que no lo
vi más. Al día siguiente fui a lo del Mensajero de Allah (BP) y dije: '¡Mensajero de
Allah! Ayer durante la noche mientras yo recitaba el Corán en mi corral mi caballo
comenzó a saltar. Entonces el Mensajero de Allah (BP) dijo: «¡Debiste seguir
recitando, ibn Judayr!», dijo: Y seguí recitando, pero saltó nuevamente, entonces el
Mensajero de Allah (BP) dijo: «¡Debiste seguir recitando, ibn Judayr!». Dije: Y seguí
recitando, pero saltó nuevamente. Entonces el Mensajero de Allah (BP) dijo:
«¡Debiste seguir recitando, ibn Judayr!». Dije: 'Me detuve porque Yahia estaba
cerca de él y temí que lo pisase, entonces vi como un dosel, que tenía como
lámparas, que se elevaba en el aire hasta que no lo vi más.' Y el Mensajero de Allah
(BP) dijo: «Eran los ángeles que estaban escuchándote y si hubieras seguido
recitando la gente los hubiera visto al amanecer ya que no se hubieran ocultado de
ellos».
(53) En árabe As-sakînah, que se puede traducir como sosiego, tranquilidad o calma, pero en este
caso tiene el artículo por lo tanto significa algo preciso. Según el Imâm Nawâwi esta calma va
acompañada de la presencia de los ángeles y esto es lo que asustó al caballo.
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