“El preso tipo es un varón, sin trabajo fijo o de escasa cualificación y relativamente joven Publicado en Periódico Diagonal (https://www.diagonalperiodico.net) “El preso tipo es un varón, sin trabajo fijo o de escasa cualificación y relativamente joven” Enviado por Alvar Chalmeta el Mar, 10/19/2010 - 12:07 Antetítulo (dentro): entrevista completa a José Luis Segovia Bernabé Sección principal: Global Cuerpo: José Luis Segovia Bernabé es coautor de Andar 1 Km en línea recta, el estudio reciente más ambiciosos sobre el ámbito penitenciario, desde la perspectiva de las personas presas. Se presenta a sí mismo como “miembro de la Asociación Apoyo de Madrid que acompaña y aprende de personas en situación de exclusión social. Abogado en cuestiones penales durante años, actualmente es profesor de Ética social y política en la Universidad Pontificia de Salamanca y ejerce de cura en una parroquia católica de Vallecas (Madrid)”. DIAGONAL: ¿Cómo surgió la idea de realizar esta investigación? ¿Cómo se llevó a la práctica? JOSÉ LUIS SEGOVIA: Casi diez años después de la primera investigación dirigida por Julián Ríos y Pedro Cabrera, Mil voces presas -también realizada en base a cuestionarios rellenados por presos-, vimos la importancia de detectar los posibles cambios producidos en los últimos años en el mundo penitenciario, sobre todo después del endurecimiento generalizado que afectó al sistema penal español a raíz de las reformas de 2003. En esta ocasión no hubo obstáculos por parte de la Dirección General, que se brindó a colaborar en la distribución de las encuestas. Los 1700 cuestionarios contestados, más del 50% de las enviadas, constituyen una muestra muy representativa y fiable de las personas presas. Lo más significativo es que con este estudio se trata de dar la voz a un colectivo humano bastante silenciado y desconocido. D.: ¿Qué cambios destacarías respecto a la situación descrita en 1997 en la encuesta Mil voces presas a la que te has referido antes? J. L. S.: Un primer cambio es la elevación de la población reclusa. Sobre todo porque no hay correlación en absoluto con la evolución de la delincuencia, sino todo lo contrario. España es primer país de la UE en presos y, sin embargo, permanece bastante por debajo de la media en la cifra de criminalidad. Un cambio positivo es la actitud más pro-tratamental del actual equipo directivo. Se objetiva en la disminución de primeros grados (régimen cerrado) y en un cierto incremento de permisos y terceros grados (régimen abierto), así como en la ampliación de la oferta tratamental y de actividades o la mejora en la atención sanitaria. Sin embargo, todos estos cambios son todavía insuficientes y se ven muy complicados por el hacinamiento carcelario y la falta de una mínima atención individualizada de la que estamos a años luz. En otro orden se detecta un endurecimiento del régimen. Probablemente la “cuestión seguridad” funciona como legitimador de cambios negativos. En la actual encuesta aparecen datos preocupantes como las serias dificultades que tienen para personalizar la celda (algunos refieren problemas para conservar fotos personales y muchos más para contar con posters), como el Página 1 de 5 “El preso tipo es un varón, sin trabajo fijo o de escasa cualificación y relativamente joven Publicado en Periódico Diagonal (https://www.diagonalperiodico.net) 94% de personas son desnudadas íntegramente sin facilitarles la preceptiva bata, la sistemática falta de confianza en la prosperabilidad de sus denuncias contra abusos. D.: En varias ocasiones explicáis que este trabajo tiene como objetivo de dar a conocer la realidad de las cárceles ¿es un mundo, el carcelario, que se mantiene opaco o es que la sociedad prefiere no hablar de él o no conocerlo? J. L. S.: Hay una tendencia natural del sistema a invisibilizar la pobreza y, en general, todo lo que molesta e interpela. Por su parte, para complicar más las cosas, la sociedad no esté en sus mejores momentos de práctica de valores como la solidaridad, la hospitalidad, el anhelo de justicia, la compasión, la indignación... Creo que ha olvidado la vieja máxima de Kant “atrévete a saber” y mucho más la de “ten la audacia de dejarte afectar por el sufrimiento del otro”. Si a eso se suma la connatural opacidad de los sistemas sociales cerrados, como la cárcel o, aún peor, el CIE (centro de internamiento de extranjeros) se comprende el desconocimiento y los estereotipos que funcionan en relación con la prisión. D.: En Andar 1 Km. en línea recta incorporáis una mini investigación con la visión de abogados y jueces ¿Estos profesionales tienen una visión muy deformada de la cárcel? J. L. S.: En general, creo que la cárcel es una gran desconocida también para los operadores jurídicos. Los profesionales del Derecho se han ocupado mucho de formular la dogmática jurídica, una teoría de la pena, etc… pero desconocen bastante del Derecho penal en sus consecuencias reales. No saben nada de la cárcel y de sus consecuencias en las personas. Llama poderosamente la atención la falta de preocupación del Derecho por el sufrimiento evitable que produce su aplicación (tanto a la víctima como al infractor) Una visita esporádica a la cárcel no aporta demasiado. Me preocupa la falta de sensibilidad humana y de competencia profesional de algunos malos profesionales que abdican de su código deontológico y “como son chorizos”, “como son extranjeros” o “como me pagan poco” no ponen toda la carne en el asador. “Las conformidades” judiciales (se pacta la sentencia en Sala) son a veces un auténtico “mercadeo” en las que no se utilizan todos los medios de defensa. Los juicios express (más que rápidos) son también ocasión de condena a inocentes y de desconcierto para las víctimas. La justicia no puede ser tediosamente lenta, pero tampoco debe ser ligera y precipitada. D.: Sigue habiendo muchas personas presas por delitos relacionados con las drogas, ¿ha cambiado el panorama al respecto en los últimos años? J. L. S.: Todavía es muy significativo el número de personas en prisión que padecen drogodependencia. Lo que sí ha ocurrido es que se va dando un cambio de perfil. Hoy no es la heroína la droga reina como hace años. Pero sigue siendo verdad que, de otra forma, las sustancias tóxicas están detrás de muchas personas encarceladas; pensemos incluso en los cerca de 1000 condenados por delitos contra la seguridad del tráfico vial… Se ha avanzado en lo tratamental, pero todavía son claramente insuficientes los programas integrales de atención al drogodependiente. No se puede reducir todo a darle la dosis de metadona diaria. No menos importante en materia de drogodependencias (y en todo) es la insuficiente coordinación con recursos terapéuticos y sociales externos, sobre todo –como ocurre con la mayoría de los penados- cuando se cumple la pena “a pulso” y sin haber tenido oportunidad de conectar con dispositivos asistenciales (en Página 2 de 5 “El preso tipo es un varón, sin trabajo fijo o de escasa cualificación y relativamente joven Publicado en Periódico Diagonal (https://www.diagonalperiodico.net) permisos, régimen abierto…). D.: ¿Cómo resumirías la visión que, en general, tienen las personas presas de la cárcel? J. L. S.: Lógicamente de una estancia “involuntaria” no cabe esperar una valoración muy positiva acerca de su hábitat. Sin embargo, sorprende la capacidad de objetivar que tiene buena parte de los que responden. Eso da una credibilidad objetiva a los resultados de la encuesta importante. Su valoración del sistema penal no es positiva pero no tanto por haber sido objeto de una sanción sino por haberse sentido cosificados. En algún caso, después de escuchar la sentencia condenatoria, el reo ha dado las gracias al Tribunal por “haberme tratado como a un ser humano”. Eso es lo que la mayoría echan en falta. La falta de reconocimiento. Curiosamente un porcentaje importante se muestra con capacidad de empatía, son capaces de ponerse en el lugar de la víctima y lamentan lo sucedido. En este sentido, urge poner en marcha de manera generalizada mecanismos de Justicia Restaurativa (como la mediación penal) que permitan satisfacer de la mejor manera las necesidades reales de las víctimas, de los infractores y de la propia comunidad a la que ambos pertenecen. El modelo vigente de justicia retributiva atiende necesidades ficticias y simbólicas pero no satisface las reales. De ahí su crisis de legitimidad y la falta de confianza de la ciudadanía en general. D.: ¿Cuál sería el perfil medio de la persona presa? J. L. S.: La radiografía del preso español nos mostraría a un varón (90%), relativamente joven (36,81 años de edad media), sin trabajo fijo o con trabajo de muy escasa cualificación, hijo a su vez de trabajador poco cualificado, con bajo nivel educativo y procedente de familia numerosa. Algo muy significativo que revela la reproducción social de los dinamismos de exclusión social: casi una tercera parte tiene o ha tenido familiares en prisión. Es preocupante el incremento de personas con serios trastornos mentales no detectados ni tratados con anterioridad junto con el de otros colectivos especialmente vulnerables (ancianos, discapacitados, personas con necesidades especiales…) para los que desde luego la prisión no está pensada ni en absoluto preparada. La cárcel no es su sitio. D.: Respecto a la cada vez más creciente presencia de personas presas extranjeras, ¿cómo está cambiando la realidad carcelaria? ¿Cómo perciben la cárcel estos presos? J. L. S.: Según el estudio, cerca de un 35% de las personas privadas de libertad son extranjeras. La mitad de ellas se encontraba en situación regular y la otra carecía de papeles. La prisión les afecta por partida doble: la condición de extranjero, sobre todo si no conoce el castellano y carece de apoyo familiar, constituye un elemento de desarraigo y vulnerabilidad de primer orden. Aunque debiera regir el principio de no discriminación, en la práctica encuentran muchas más dificultades para que les sean concedidos los permisos o la progresión de grado a pesar de que el estudio revela que se fugan menos los extranjeros que los nacionales. Al final, además de la condena penal les aguarda la expulsión. Por otra parte, la falta de comunicación con sus familias, especialmente cuando viven lejos, es un auténtico tormento para muchas personas presas. No quiero dejar de señalar al colectivo de mujeres extranjeras que aun careciendo de antecedentes y con muy escasa peligrosidad, sin embargo cuentan con condenas muy desproporcionadas y son tratadas con un rigor desmedido. Página 3 de 5 “El preso tipo es un varón, sin trabajo fijo o de escasa cualificación y relativamente joven Publicado en Periódico Diagonal (https://www.diagonalperiodico.net) Junto con el desnudo integral se refieren casos de malos tratos y utilización abusiva de los llamados medios coercitivos D.: Uno de los aspectos más duros de la cárcel es el Primer grado y el aislamiento ¿cómo lo describen los presos? J. L. S.: En 2002 los dos compañeros Julián Ríos y Pedro Cabrera nos presentaron un retrato vivo y duro de esté régimen tan poco compatible con la dignidad de la persona. Su título lo decía todo: Mirando al abismo. La cárcel dentro de la cárcel. En el presente estudio dedicamos todo un capítulo a esta realidad sangrante. Los presos refieren perder la noción del tiempo, tener frecuentes ideas de suicidio y un sentimiento continuo de odio, soledad e impotencia. Aunque ha disminuido el número de personas en este régimen y se ha tratado de humanizarlo, considero que lo más grosero es el hecho mismo de su existencia. Es contrario a la dignidad humana que la legislación permita el sometimiento por tiempo indefinido (que podría coincidir con la totalidad de una condena de muchos años) de una persona a este régimen tan despersonalizador y violento. Si se trata a un ser humano como a una bestia rabiosa durante años no debería extrañar el tipo de respuesta que cabe esperar. El régimen disciplinario (como sanción) impide imponer más de 42 días consecutivos de aislamiento. Sin embargo, “por el bien del preso” puede estar por años indefinidos… La inexistencia de un límite concreto temporal permite jugar con la falacia de que son razones “tratamentales” las que lo imponen Una barbaridad y un fraude de etiquetas que no parece querer corregirse en la reforma del Reglamento en curso, impuesta por la sentencia del Tribunal Supremo que anulaba varios puntos relativos al FIES (Fichero de Internos de especial seguimiento) tras la denuncia de la Coordinadora de Barrios y de otras entidades sociales. D.: ¿Cuáles son ‘las malas prácticas’ de los funcionarios y del sistema que más denuncian las personas presas? J. L. S.: Junto con el desnudo integral se refieren casos de malos tratos y utilización abusiva de los llamados medios coercitivos (porras, sprays). Sin embargo lo que más llama la atención es que buena parte de estos comportamientos se atribuyen (doblan las respuestas) a las fuerzas y cuerpos de policía durante la detención. Con todo, algunos señalan explícitamente “me introdujeron una defensa “goma” en mi parte trasera”, “me reventaron a palos”, “engrilletamiento de pies y manos a la cama”. Sin embargo la falta de fe en la prosperabilidad de la denuncia hace que sólo uno de cada cuatro la lleve a cabo. Es imprescindible una mayor transparencia institucional en estos temas y la eliminación de resabios corporativistas que llevan a encubrir hechos intolerables que desprestigian a todos. Nos llama la atención la ausencia de un papel más activo por parte de la Fiscalía en la defensa de los derechos fundamentales. Lamentablemente, la percepción que se tiene del Ministerio público es la del que llega siempre tarde y se opone a todo lo humanizador. D.: ¿De lo que dicen los presos qué propuestas de transformación del mundo carcelario y penitenciario se puede extraer? J. L. S.: Uno de los problemas del sistema penal (y del mismo Derecho penal) es su autismo. Interactúa muy poco con otros sistemas y disciplinas, y no tiene en cuenta en absoluto a los actores principales. Si el sistema no tiene considera a la víctima (la avasalla, no atiende sus necesidades y, en ocasiones, la obliga a actuar contra ellas), no extraña que no dé la palabra a los presos. Este estudio trata de obviar Página 4 de 5 “El preso tipo es un varón, sin trabajo fijo o de escasa cualificación y relativamente joven Publicado en Periódico Diagonal (https://www.diagonalperiodico.net) este ninguneo. Existen múltiples críticas y denuncias de cuestiones de política criminal, derechos humanos, régimen y tratamiento que deben ser atendidas. Sus respuestas evidencian la importancia de vincular políticas sociales niveladoras de asimetrías a la política penal, la necesidad de asegurar el acceso a la cultura, a la sanidad (tercermundista en materia de salud mental), a la vivienda, el apoyo a las familias precarizadas, etc. Quizá lo más sugerente es el mundo de posibilidades que apuntan, sin llamarla por su nombre, relativas a la Justicia Restaurativa. La disposición de muchos presos y presas al diálogo sincero, a la petición de disculpas a las víctimas y la reparación del daño causado constituye una valiosa crítica al sistema vigente que ha sustituido el diálogo por el interrogatorio y la verdad de lo sucedido por presunciones formales, para culminar en una suerte de violencia institucionalizada y tarifada que no satisface absolutamente a nadie. Temáticos: Drogas Fronteras CIE Control social Entrevista Nombres propios: Salud Mental Edición impresa: Licencia: CC-by-SA Posición Media: Columna derecha Compartir: Tipo Artículo: Normal Info de la autoria: Madrid Autoría: Alvar Chalmeta Página 5 de 5