Lima, dos de Julio del dos mil nueve. LA SALA CIVIL

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 Lima, dos de Julio del dos mil nueve. LA SALA CIVIL PERMANENTE A DE LA CORTE SUPREMA DE JUSTICIA DE LA REPUBLICA; vista la causa número veintisiete dos mil nueve; oído el informe oral; en audiencia pública de la fecha, y producida la votación con arreglo a ley, emite la siguiente sentencia: MATERIA DEL RECURSO: Se trata del recurso de casación interpuesto por el ejecutado LEOPOLDO AROSEMENA CEVASCO, mediante escrito de fojas setecientos seis contra la sentencia de vista de fojas seiscientos ochenta y nueve que confirma la apelada de fojas trescientos noventa y siete, fechada el seis de abril del dos mil cuatro, mediante la cual se declara infundadas las contradicciones formuladas por los ejecutados y fundada la demanda de fojas treinta y seis, ordenando llevar adelante la ejecución por la suma puesta a cobro; en los que le sigue Carlos Suárez Ferreyros, sobre obligación de dar suma de dinero. FUNDAMENTOS POR LOS CUALES SE DECLARÓ PROCEDENTE EL RECURSO: Esta Sala Suprema mediante resolución de fecha tres de abril del año en curso, corriente a fojas veintiocho del cuadernillo casación, ha declarado procedente el recurso por las causales siguientes: A) La inaplicación de las siguientes normas de derecho material: a) Artículo 1233 del Código Civil, al sostener que habiéndose acordado la cancelación de la obligación con la aceptación y entrega de títulos valores, esta modalidad de cancelación se rige legalmente por los alcances de dicho artículo, el mismo que indica “que la entrega de títulos valores que constituyen órdenes o promesas de pago, sólo extinguirá la obligación primitiva cuando hubiesen sido pagados o cuando por culpa del acreedor se hubiesen perjudicado, salvo pacto en contrario. En tanto la acción derivada de la obligación primitiva quedará en suspenso” consecuentemente, la cancelación de la obligación mediante la entrega de títulos valores, produce en forma inexorable la extinción de la obligación primitiva por haberlo así pactado las partes o no la extingue, pero la acción que deriva de ella queda en suspenso, en tanto mantenga vigencia el título que la representa, en cualquiera de los dos casos la obligación es inexigible, señalando que nuestro ordenamiento sustantivo no admite otra posibilidad, pues de ser así el deudor duplicaría su obligación de pago, toda vez que por un lado sería exigible la obligación primitiva (que consta en la escritura pública) y además la obligación incorporada en las letras de cambio, por lo que, refiere la Sala convalida una situación absurda y contraria a derecho al exponer a los demandados al doble pago de la misma obligación; b) artículo 1 de la Ley 27287, porque según lo que norma dicho dispositivo, la Sala no reconoce en la práctica la condición de título valor a las letras de cambio emitidas para cancelar la obligación, a las que no les reconoce ningún efecto legal, pese a que su emisión obedece a una disposición contractual expresa, válida y dotada de todas las formalidades exigidas por la ley para la constitución de títulos y valores; y, c) Artículos 12, 16 y 18 de la Ley de Títulos y Valores citada, que otorgan a quien resulte ser el tenedor legítimo de un título valor, el derecho de exigir las prestaciones que en él se expresen, accionando para ello en una vía preferencial al gozar de mérito ejecutivo, y la inaplicación de dichos dispositivos, determinan que los derechos incorporados en los títulos valores, permanezcan intactos, pudiendo ser exigidos por quien sea su legítimo tenedor, sin que pueda oponer ninguna defensa contra dicho cobro, con lo cual en razón a la autonomía y destino circulatorio de los títulos valores, se condena a los accionantes a su pago, duplicando de esta manera su obligación; y, B) La contravención de normas que garantizan el derecho a un debido proceso, indicando como agravios: i) que por ejecutoria suprema de fecha veintiocho de Setiembre del dos mil siete, expedida por la Sala Civil Permanente de la Corte Suprema, se dispuso que la Sala Superior debía pronunciarse acerca de la situación de hecho generada por la apelada, que situaba a los demandados frente al peligro de ser compelidos a realizar un doble pago de una misma obligación, sin embargo, dicho mandato no ha sido cumplido, al no haberse pronunciado por la situación legal ni el destino de las letras de cambio emitidas en representación de la obligación demandada que no han sido presentadas al proceso, y que por su naturaleza pueden ser exigidas por quién sea su tenedor, convalidando con dicho fallo la existencia de dos obligaciones a cargo de los demandados; ii) se afecta el principio de congruencia, toda vez que se efectúa una interpretación contraria respecto de la emisión de letras de cambio en pago de obligaciones llegando a un conclusión que no guarda relación con su propio análisis, al sostenerse que el giro de las letras de cambio tiene por objeto representar la obligación o extinguirla, al indicarse que su emisión es en representación de la obligación pactada, si ello es así, de que manera podrían no haber sido presentadas para exigir el cumplimiento de una obligación en ellas representadas. CONSIDERANDO PRIMERO: Existiendo denuncias por vicios in iudicando e in procedendo, corresponde verificar primero si se ha configurado o no esta última causal, pues en caso de ser estimada, se dispondría el reenvío de la causa al estadío procesal correspondiente, impidiendo que sea factible el análisis de las normas materiales en las que se sustenta o debió sustentarse la resolución recurrida. SEGUNDO: El primer agravio por el cual se admite el error in procedendo, es el referido a que la resolución recurrida no habría dado cumplimiento a lo dispuesto por esta Sala Suprema en la ejecutoria de fecha veintiocho de Setiembre del dos mil siete, razón por la que, corresponde verificar si dicha situación se ha producido, para lo cual resulta necesario analizar la citada ejecutoria, corriente a fojas seiscientos cuarentiseis, de la cual fluye que este Supremo Colegiado amparó el recurso de casación interpuesto por esta misma parte por la causal in procedendo, sustentado en los siguientes aspectos: i) La emisión de una motivación aparente en el fallo de la Sala Civil (sentencia de fojas quinientos noventa y siete del primero de agosto del dos mil cinco) por considerar que el Colegiado se había pronunciado sobre argumentos formales de la inexigibilidad de la obligación, sin pronunciarse sobre los argumentos de la apelación y contradicción respecto a la supuesta extinción o novación de la obligación que se habría generado el cual debía ser objeto de examen; y ii) Asimismo, que en los recursos de apelación de los ejecutados éstos alegaron que la falta de presentación de las letras de cambio, podían conllevar a un doble pago de la obligación, situación invocada en su escrito de alegatos de fojas seiscientos seis, en la que informaron que dos de los integrantes del Colegiado en el expediente número mil cuatrocientos ochentiseis –dos mil seis señalaron que se debía presentar al acuerdo transaccional los títulos y valores, no habiendo señalado su variación de criterio al respecto. TERCERO: Del examen de la resolución recurrida fluye, que la Sala Civil ha confirmado el fallo del juez amparando la demanda ejecutiva planteada, sustancialmente en los siguientes argumentos: 1) que de los términos de la Escritura Pública del dos de junio del dos mil tres aparejada a la demanda, en mérito de la cual se promueve la demanda, las partes han celebrado un “Convenio Privado” donde la ejecutada Hotelera del Pilar Sociedad Anónima Cerrada reconoce a favor del ejecutante Carlos Suarez Ferreyros una deuda ascendente a un millón trescientos veintiún mil dólares americanos, en el cual se acuerda la forma de pago del saldo en la suma de cuatrocientos dieciséis mil dólares americanos, a pagarse con la aceptación de cuarentitres letras de cambio ; pactando igualmente que el ejecutante daría p or vencidas las letras de cambio pendientes de pago y proceder a su cobro íntegro y la ejecución simultánea o no a su elección en los casos que la entidad ejecutada incumpla cualquiera de las obligaciones del referido contrato, y si no cumple con pagar las letras de cambios señaladas en la cláusula sétima subpárrafo siete punto cuatro ; 2) Asimismo, se concluye del análisis integral y sistemático de los pactos que integran el título ejecutivo, que las letras de cambio fueron aceptadas en representación de la obligación existente entre las partes, por tanto su sola emisión no importa la extinción de la obligación, por lo que el mecanismo de la extinción señalado por los ejecutados carece de sustento; 3) que la ejecución se promueve en mérito al testimonio de Escritura Pública del dos de junio del dos mil tres, siendo que las letras de cambio, son referenciales, y al no ser materia de ejecución éstas resultan innecesarias adjuntarlas, puesto que no constituyen título de ejecución para el presente proceso y de haberse cumplido con su pago el ejecutado puede oponer válidamente su pago, debiendo para tal efecto adjuntar los medios destinados a acreditar dicho pago. CUARTO: De las consideraciones antes expuestas, se advierte que el Colegiado en los considerandos Undécimo, Duodécimo, Décimo Tercero y Décimo Cuarto del fallo, sostiene que nuestro sistema jurídico reconoce y posibilita que en los documentos constitutivos de obligación (causales) las partes para facilitar el tráfico comercial y viabilizar el pago de sus obligaciones pacten la emisión de letras de cambio, que generalmente es en representación de la obligación pactada, la entrega de títulos valores no es un pago pro‐soluto (en pago), concluyendo que las letras de cambio fueron aceptadas en representación de la obligación, puesto que al ser títulos autónomos serían exigibles a partir de su vencimiento, y su sola emisión no importa la extinción; sin embargo, no se ha pronunciado si con la emisión de las letras de cambio, se ha producido una novación, al sostener los ejecutados que con dicha emisión se ha creado una obligación de pago en las letras de cambio, por lo que es evidente que se ha incumplido con los términos expuestos en la aludida ejecutoria suprema. Asimismo, aún cuando el Colegiado arriba a la conclusión de que la letras de cambio han sido emitidas en representación de la obligación pactada en el contrato y por ende considera que resulta innecesarias adjuntarlas al proceso, no es menos cierto, que tampoco se ha pronunciado sobre el extremo ordenado en la ejecutoria suprema, referido a la situación invocada en la contradicción del ejecutado, que la falta de presentación de las letras de cambio, podían conllevar un doble pago de la obligación; con lo cual es evidente que se ha incumplido con el mandato ordenado por este Tribunal, al que se encuentran obligados todas las personas conforme lo dispone el artículo 4 de la Ley Orgánica del Poder Judicial, resultando atendible el agravio que se expone en el apartado i) de la causal in procedendo. QUINTO: Respecto al segundo agravio, se alude a la afectación del principio de congruencia, debiendo señalar al respecto que la congruencia de las sentencias se mide por la adecuación entre la parte dispositiva y los términos en que las partes han formulado sus peticiones, de manera tal, que no puede la sentencia otorgar más de lo que se hubiere pedido en la demanda o en el recurso correspondiente, ni menos de lo que hubiera admitido el demandado, ni otorgar una cosa diferente que no hubiera sido pretendida. Cuando ocurre alguna de estas circunstancias entraña una vulneración al principio de contradicción y, por ende, del fundamental derecho de defensa, pues la sentencia ha de ser dictada luego del debate y de una contradicción y sólo en tales términos es justo el proceso y justa la decisión que se tome. SEXTO: De lo anterior se colige, que el principio de congruencia procesal es aquel principio rector de la acti vidad procesal por el cual en toda resolución judicial debe existir conformidad o concordancia entre el pedido formulado por cualquiera de las partes y la decisión que el Juez tome sobre él; en tal virtud, se exige que el Juez no omita, altere o exceda las peticiones contenidas en el proceso, pues de lo contrario se afecta el principio de congruencia. SETIMO: Por tanto, el argumento de la incongruencia en el fallo, resulta cierto desde que cómo se expuso en los considerandos precedentes, la Sala no se pronunció sobre el destino de las letras de cambio como ordenó esta Sala Suprema, debiendo acotarse que conforme a lo previsto en el artículo 1 de la Ley de Títulos y Valores 27287, dichos instrumentos contienen derechos patrimoniales incorporados, pudiendo ser exigidos por cualquier tenedor que los tenga en su poder, en virtud a la naturaleza circulante de dichos instrumentos, lo que no ha sido analizado en el caso de autos, razón por la que el agravio expuesto en el punto ii) de la causal procesal, resulta también amparable. OCTAVO: En este orden de ideas, es evidente que se han contravenido las normas que garantizan el derecho a un debido proceso, debiendo la Sala emitir nuevo pronunciamiento en los términos ya expuestos precedentemente. 4.‐ DECISION.‐ Por estas consideraciones, y en aplicación del numeral 2.1 del inciso 2° del artículo 396 del Código Procesal Civil: Declararon: FUNDADO el recurso de casación de fojas setecientos seis interpuesto por don Leopoldo Arosemena Cevasco; en consecuencia NULA la resolución de vista de fojas seiscientos ochenta y nueve; DISPUSIERON que se expida nueva resolución con arreglo a ley y lo resuelto por este Supremo Tribunal; LLAMARON la atención a los jueces superiores señores: RIVERA QUISPE; MARTINEZ ASURZA y ESPINOZA CORDOVA, por lo expuesto en el cuarto considerando; en los seguidos por don Carlos Suárez Ferreyros con don Leopoldo Arosemena Cevasco y otra sobre obligación de dar suma de dinero. DISPUSIERON la publicación de la presente resolución en el diario oficial "El Peruano", bajo responsabilidad; interviniendo como Juez Ponente el Señor Castañeda Serrano; y los devolvieron. SS. TAVARA CORDOVA SOLIS ESPINOZA PALOMINO GARCIA CASTAÑEDA SERRANO IDROGO DELGADO sg Cláusula 7.4.1. de la E.P. del 2.6.2003 Cláusulas 10.1 y 10.2 de la Cláusula 10 del referido contrato. SENTENCIA CAS. NRO. 27‐2009. LIMA PAGE PAGE 1 
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