Proyecto de ley: Derechos laborales a las

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Ante-Proyecto de ley: Derechos laborales frente a la violencia de género.
ARTÍCULO 1°: La presente ley tiene por objeto promover y garantizar derechos en
el ámbito laboral para las trabajadoras sobre las cuales se ejerce violencia de
género. A los fines previstos en esta ley, se entiende por “violencia” la definición
contenida en el art. 4° de la Ley 26.485 de “Protección integral para prevenir,
sancionar y erradicar la violencia contra las mujeres en los ámbitos en que
desarrollen sus relaciones interpersonales”, y por “identidad de género”, la
definición contenida en el art. 2° de la Ley 26.743 de “Derecho a la identidad de
género de las personas”.
ARTÍCULO 2°: Quedan comprendidos en esta ley, en sus normas reglamentarias
y complementarias, toda trabajadora que preste un servicio laboral y que como
contraprestación reciba retribución monetaria y/o en especie, que se desempeñen
en el ámbito privado, así como las que se desempeñen en el sector público,
dependiente de cualquiera de los tres poderes del Estado Nacional, cualquiera sea
su régimen de contratación o revista.
Quedan comprendidas las trabajadoras rurales, las trabajadoras de casas
particulares y quienes presten cualquier forma de trabajo en establecimientos
penitenciarios en régimen de privación de libertad.
Se aplicará del mismo modo a las relaciones alcanzadas por el “Sistema de
Pasantías
Educativas”
regidas
por
la
ley
25.165
y
demás
normas
complementarias, becarias, residentes médicos y miembros de las Fuerzas
Armadas y de Seguridad.
ARTÍCULO 3°: La trabajadora que sufriere violencia de género en los ámbitos que
desarrollen sus relaciones interpersonales y deba ausentarse de su lugar de
trabajo por tal motivo, debido a su situación física o psicológica, dichas faltas o
licencias serán consideradas justificadas cuando así lo determinen los servicios
sociales de atención o centros de salud. En igual sentido, serán justificadas las
faltas de puntualidad en el horario de trabajo.
ARTÍCULO 4°: Una vez efectuada la comunicación al empleador, éste procurará
preservar el derecho a la intimidad de la trabajadora que padeciere violencia de
género.
ARTÍCULO 5°: La remuneración que en estos casos corresponda abonar a la
trabajadora se liquidará conforme a lo que perciba al momento de la interrupción
de los servicios, con más los aumentos que durante el período de interrupción
fueren acordados a los de su misma categoría por aplicación de una norma legal,
convención colectiva de trabajo o decisión del empleador.
ARTÍCULO 6°: A opción de la trabajadora, ésta tendrá derecho a la reducción de
la jornada, a la re ordenación de su tiempo de trabajo, a la movilidad geográfica y
a la suspensión de la relación laboral, con la reserva de su puesto de trabajo.
ARTICULO 7°: Ninguna trabajadora podrá ser despedida ni podrán alterársele sus
condiciones de trabajo por haber padecido violencia de género y haber
usufructuado de los derechos laborales que se prevén en la presente ley.
El despido de la trabajadora que comunicare y/o hiciere uso de los derechos que
le confieren los arts. 3° y 6° de la presente dentro de los dos (2) años
subsiguientes de la comunicación realizada al empleador, será indicio suficiente
que presumirá, salvo prueba en contrario, que dicho despido es consecuencia del
mencionado acto realizado por la trabajadora. Si el empleador produjera
igualmente el despido en los lapsos indicados, deberá abonar a la trabajadora una
indemnización equivalente a un año de remuneraciones, la que se acumulará a la
establecida en el artículo 245 de la Ley de Contrato de Trabajo. A solicitud de la
trabajadora, podrá requerir la reinstalación en su puesto de trabajo.
Se presume que las modificaciones en las condiciones de trabajo se originan en la
comunicación prevista en el art. 4°, cuando la víctima deba sufrirlas dentro de los
dos (2) años subsiguientes. La trabajadora tendrá derecho a hacer uso de las
opciones previstas en el artículo 66 de la Ley de Contrato de Trabajo y sus
modificatorias y en la Ley 23.592.
ARTÍCULO 8°: Comuníquese al Poder Ejecutivo.
FUNDAMENTOS
La violencia de género no es un problema que afecte al ámbito privado. Al
contrario, se manifiesta como el símbolo más brutal de la desigualdad existente en
nuestra sociedad. Se trata de una violencia que se dirige hacia las mujeres por el
sólo hecho mismo de serlo, por ser consideradas, por sus agresores, carentes de
los derechos mínimos de libertad, respeto y capacidad de decisión.
Nuestra Constitución Nacional establece los derechos de libertad e igualdad para
todas las personas sin distinción alguna, e incorpora, a través de las normas
internacionales de Derechos Humanos que ostentan jerarquía constitucional (art.
75 inc. 22 de la Constitución Nacional) Tratados y Convenios Internacionales que
atienden de forma particular la situación de discriminación y desigualdad en que
se coloca a las mujeres en la vida política, social, económica y cultural
(Convención sobre la eliminación de todas las formas de discriminación contra la
Mujer, Convención Interamericana para prevenir, sancionar y erradicar la violencia
contra la Mujer “Convención de Belem Do Pará). Entendemos que la violencia de
género, constituye la máxima expresión en la violación de los derechos humanos a
las mujeres e impide su realización y reconocimiento como persona.
El presente proyecto de ley tiene por objeto establecer instancias que promuevan
la igualdad de oportunidades en los ámbitos laborales donde se desempeñan las
trabajadoras víctimas de violencia de género, evitando la profundización de la
desigualdad que el hecho mismo de la violencia genera.
Con la instauración de derechos laborales a las mujeres víctimas de violencia de
género,
también
se
pretende
generar
instancias
de
políticas
públicas,
observatorios de estadísticas oficiales e índices de femicidios, para el correcto
diseño de políticas públicas integrales, indispensables para poder prevenir y asistir
a las víctimas de violencia de género, posibilitando la atención psíquica, física y
legal de cada trabajadora víctima de violencia.
Dicha modificación apunta a reconocer que la violencia de género no es una
enfermedad ni un asunto particular sino que es una manifestación cultural,
estructural, creciente, de desigualdad y poder en la que aún el Estado tiene
profundos vacíos legales para dar respuesta.
Si bien hubo avances en la legislación nacional y en las legislaciones provinciales
tendientes a erradicar la violencia, como ser la sanción de la Ley Nacional N°
26.485 de “Protección Integral para Prevenir, Sancionar y Erradicar la violencia
contra las mujeres en los ámbitos en que desarrollen sus relaciones
interpersonales”, la incorporación del tipo penal de Femicidio en el Código Penal,
la promulgación de leyes provinciales referidas a violencia familiar; aún quedan
pendientes reglamentaciones de sus articulados, cumplimiento efectivo de su
contenido, diseño e implementación de políticas públicas que acompañen dichas
normativas, como así también impulsar la transversalización de políticas de
género y la necesaria articulación en los diferentes ministerios y organismos del
estado a fin de promover la igualdad de derechos y oportunidades en los ámbitos
estatales, así como un abordaje integral de esta gravísima problemática que
afecta principalmente a las mujeres.
Vale mencionar que las recientes declaraciones de Emergencia Social en
Violencia de Género en la Provincia de Santa Fe, en las ciudades de Rosario y de
San Lorenzo son también producto de la lucha llevada a cabo por las
organizaciones sociales, sindicales, políticas.
Nos valemos de lo dicho, en virtud de la información pública que nos otorga la
Corte Suprema de Justicia de la Nación, a través de la Oficina de Violencia
Familiar, que asevera un claro aumento en las denuncias recibidas y en donde se
pueden evidenciar con claridad la procedencia vincular, el origen, y el género
denunciado.
También existen organizaciones que se encargan de desarrollar investigaciones y
estudios a través de denuncias que aún se encuentran solapadas en el ámbito de
lo público, como por ejemplo el Observatorio de Femicidios en la Argentina
“Adriana Marisel Zambrano” que según Informe de Investigación de Femicidios en
Argentina -1° de Enero al 31 de Diciembre del 2012- detalla que se registraron en
ese año “255 Femicidios y 24 Femicidios "Vinculados" de hombres y niños.
Tampoco se puede ignorar que hay 357 hijas e hijos que quedaron sin madre y
que representan las víctimas colaterales del femicidio. En 2 años (2011 y 2012)
703 hijos e hijas fueron víctimas colaterales. De ellos/as 460 son menores de
edad” 1
La violencia de género es un problema cultural que requiere de intervenciones
múltiples, desde la atención inmediata de las víctimas hasta la transformación de
los estereotipos culturales que las perpetúan. Para efectivizar estos abordajes, se
debe contar con buenas legislaciones y con mejores políticas públicas.
Los diferentes tipos de violencias hacia las mujeres llevan siglos de práctica y
perfeccionamiento en las sociedades patriarcales y son una expresión brutal de
los estereotipos fijos y las discriminaciones con las que son concebidas las
mujeres. La sanción a este tipo de conductas, en cambio, tiene apenas décadas y
aún no está afianzada culturalmente, en gran medida porque además de las
normas son imprescindibles transformaciones profundas del imaginario colectivo y
los mandatos culturales. “La violencia contra las mujeres constituye un dispositivo
eficaz y disciplinador de las mujeres en su rol subordinado y es por tanto un
componente fundamental en el sistema de dominación, no un mero acto de abuso
individual”2.
1
En http://www.lacasadelencuentro.org/femicidios.html
2
En
http://americalatinagenera.org/es/index.php?option=com_content&view=article&id=2144&Itemid=60
5, informe Estudio de la información sobre la violencia contra la mujer en América latina y el Caribe,
Pueden mencionarse diferentes antecedentes en los cuales la legislación regula
las licencias en el ámbito laboral incorporando la “licencia por violencia de género”,
de modo tal que las trabajadores pueden hacer uso de un derecho legítimo, al
mismo tiempo que se visibiliza la problemática y la realidad padecida por dichas
víctimas.
En España, la Ley Orgánica 1/2004 de 28 de Diciembre de Medidas de Protección
Integral contra la Violencia de Género aborda, con una visión integral y
multidisciplinar, el gravísimo problema de la violencia ejercida contra las mujeres,
abarcando aspectos preventivos, educativos, sociales, asistenciales, laborales,
sanitarios, penales y procesales, adoptando medidas tanto de carácter preventivo
como de sensibilización e intervención. Así, la ley establece la justificación de las
faltas laborales motivadas en situaciones de violencia de género, el derecho a la
reducción o a la reordenación del tiempo de trabajo, así como el derecho a la
movilidad geográfica, entre otros derechos.
El Departamento de Estado de Washington, en el año 2008, promulgó la “Ley de
Permiso de Ausencia por Violencia Domestica”3, para víctimas y miembros de su
familia.
En el Estado de Kansas -E.E.U.U- existe la “Licencia Laboral para atender asuntos
relacionados con Violencia Domestica y Sexual”, establecida la misma bajo la
administración de la gobernadora Kathleen Sebelius.
La organización The Legal Aid Society, de California, también se encarga de
promover el cumplimiento de los derechos laborales para las supuestas
“minorías”, en función que los mismos no sean vulnerados en términos de
igualdad ante la Ley.4
realizado en 2010 por Lorena Fríes y Victoria Hurtado para la Comisión Económica para América
Latina y el caribe (CEPAL).
3
Para ampliar ver: www.lni.wa.gov
4
Para ampliar ver: www.las-elc.org
En nuestro país, recientemente en la provincia de Chubut se logró mediante el
ejercicio del derecho de negociación colectiva el reconocimiento de una Licencia
específica de violencia de género impulsada por la lucha de las y los docentes de
esas provincias.
En virtud de lo expuesto, entendemos que la violencia de género es inherente al
sistema social, cultural, económico, político, y jurídico vigente, y que nos afecta en
todos los ámbitos cotidianos de nuestra vida, de modo que también en el ámbito
laboral esta problemática real y acuciante debe ser tenida en cuenta como otro
aspecto sobre el cual incidir para mejorar la calidad de vida de las trabajadores,
siendo éste el objetivo principal del presente proyecto de ley.
Por ello, es que instamos la aprobación del presente proyecto.
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