ADQUISICION DE ARBOLES FRUTALES

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MADRID
NUMERO
16-51
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AGOSTO 1951
ADQUISICION DE ARBOLES
FRUTALES
Por J. M[GUEL ORTEGA NIETO
[ngeniPro Agrónomo.
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Vamos ,a suponer qwQ el ,agricultor que piensa re^alizar una planta+ción de frutal^s, s^e^a con fin^s ^comercialas o para su propia consumo, tl^ene estudi;ades lus
factores que han de lograr el m,ayor éxito de Ita misma,; es decir, el clima y^el terreno pn primer lugar
y, c^omu cons^ecuencia, fijadas las especies y v.ari^edades más ad^aptables. P,ero, desde luego, ^el fact^ur más
importante y decisivo es ^el árbol; es decir, que siendo de }^a v;ariedad elegida, tenga el vigor y sanid^.d
normal, ,para que a^dquiena el de^sarrullo y fructificación conveniente.
Interesa, por tanto, puntualizar las condicionEa
que deben reunir los plantones de frutales, tanto
en los fundamentales aspectos indicados como en la
disposición de ramaje y raíces, embalaje y transporte, etc.
ADQUISICION DE ARBOLES FRUTALES
Al tratar de acíquirir plantone^ cuu destinc^ <il cultivo trtttal es preciso tener Inuv en cuenta las característica; p^-incipales de los arbolitos (eclad, vigor, ^-arie^clad, etc.), qne ir;fluirán posteriormente en la buena ^-enetación y producti^-idad ^le la plantación que se proyecta realiz^tr.
Es también indispensable conocer todas aqtiellas circu»^tancias quc, como el etiquetadu, embalaje, medio de transporte, etc., puedan ser motivo de perjtiici^^s, cle diferente n^ituraleza, desde el m^^mento en yue se ha convenido ^el precicr
del árbol hasta 'su recepción y acondicionamiento en la finca.
Va.riabilidad ^ de lc^s ^lanta^nes.
JMPORTANCIA ^^DI:L YORTAINJERTO.
Los árboles frutales son propagados actualmente en gran
escala por m^edio del injerto, que fija la variedad o casta.
pero empleando patrones due no tienen la uniformidad que
dicho injerto, pues se obtienen por semilla, con toda la variabilidad 'a ^^que da lu^ar la ^herencia de los híbrido^s. El Ciruelo iVlyrobolano, Albaricoqtie, Cerezo,de Santa Lucía, NIelocotonero, Peral, Manzano, Kalci, dau lugar a una gran
variabilidad en los in^dividtlos, mayor o menor, por stt tamaño, forma de ,las I^ ojas, ^etc., y ^además por su afinicíad con
el injerto. Este conjunto de circunstancias se traduce en tma
^^ariabilidad grande de los árboles obtenidos, como tamaño.
±rttctificación, etc. Estas son, pues, variaciones inherentes a
la manera de obtener los plaiitones. Hoy se va a la producción
de patrones uniformes, obtenidos ^in semilla (es decír, por
estaca, acodo, etc.), estudiando después la afinidad.
INFLL'ENCIA ,DI;L SUI_LO, CLI:VIA 1 Ci"ID:IDOS 1^^ I^L. ^'[V'ER(1.
Además de ]a causa, que poclríainos decir iiiterna, cle ^-^iriabilidad en el: árbol, inflttyen también en el vigor y sanidacl
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los cuidados que se le proporcionan al árbol joven y el clima
y suelo donde vegetan; son tres, cuatro o cinco años, desde
que se siembra la semilla hasta que se arranca el plantón,
que influyen mucho en su posterior vitalidad, especialme^^te
cuando se crían con poco ^espacio disponible y se son^eten a
Fig. i.-Peral joven con tumores o aáallas del cuello (cáncer vegetal). Estos
tumores, de tamaiio muy variable y blandos al principio, después se endurecen,
ocasionando el debilitamiento y muerte del árbol.
prácticas irracionales, que conducen a un crecimiento ^leficiente.
Por lo anterior conviene aclquirir los árboles de viveristas de gran crédito, debiendo visitarse los viveros y conocer el viaor y; sanidad de los árboles, que debe ser adecuaclo
a su edacl, dentro de su especie y variedacl.
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Edad y vigor ^de los plantnnes.
Los Establecimientos dedicados a la producción de ár^ o]es venden éstos clasificados por su f^^e^r,^^a- en tres o más r^3tegorías, segítn el grosor del tronco, expre ^a•do por la lono itud de su circunferencia. Se debe, pues, al estipular el preci^,
del árbol, consignar los. límites entre los que oscilará el grueso de los 'troncos ; así, para un Manzano de seis-ocho centímetros, ^clasificado como de ,primera, indica que los árboles
tendrán un grosor de tronco entre seis y ocho centímetros
c'.e longitud de circunferencia, a una altura cle 60-8o centímetros del suelo. Pero esto no basta, pues, como decíamos.
aquel grosor debe ser ^proporcionaclo a la edad, debiénd^^se
conocer ésta; así, ^el grosor ^antes indicado debe correspon^
der a^un '^;árbol de dos ^años del ^injerto y ttn iaño ^del patrón :
tres años ^en total.
I^l color de la corteza debe ser el natural de ]a varieclad
^^ de su edad. Debe ^estar provisto de un buen sistema radicular : árbol que no tiene `buenas y numerosas raíces para
su edad, debe sospecharse de él ; ha tenidn un crecimiento
frenado, o ha siclo mal arrancaclo.
l,a edad ^puede determinarse con bastante s^e^^^uridad por
las cicatrices dejadas por las hojas pró^imas a la }^ema terminal, tanto del 'tronco como de las ramas laterales.
No debe creerse que, para adelantar la fructificación,
conviene plantar árboles muy ^-randes o muy ^^iejos, Pues,
aparte de ^que ^el árbol joven sufre niucho menos e] trasPlante, por perder nlenos raíces prdporcionalmente ^lue ^I ^^iejo.
el desequilibrio hroducido ^en éste hace que el joven de uno
o dos años alcance muchas veces al de tres o cuatro.
No hay que escatimar ^astos en la adquisición de plantones, eomo tamhoco adquirir árboles de desecho, envejecidos ó débiles por tener men^or precio; en una plantación c^ue
ha de durar ^^einte o más años es absurdo tratar cle ahorr ^r
tuias pesetas por^árbol.
Sanidad.
Un aspecto importante es el de la sanida^d de los arbolitos, que deben estar limpios de enfermedades }^ plagas due
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"Cumnrc: produ^-idos t^nr el "pulg^ín lauía^ero" en la raíz de un
Plantón dc n^anzano.
1'í^^ico "chancro" en una rarna de manran^^.
Figs. 2 ^ 3.-1?1 "pulgón lanígero" es una glaga de los iuanranus yue se h;i c^m^iarado por sus datios con la filoxera de 1a vid: inverna en las raíces, y emigra
^lespués a las ramas, en las que se instalan para chupar la savia, protegiéndose con
i^.na borra de aspecto algodonoso. :^demás de debilitar al árbol por la gétrdida de
savia, favorecem m^ sus picaduras la formación de "chancros".
^^^udieran comproin^eter el porvetiir de la hlantación, e iiicluso
la ^^ida ^ de los ^rboles.
Entre las más importantes figuran : el "lnilgón lanígeru''
y el "chancro" del manzano; la "gomosis" de raíces y tronco en trutales de hueso, principalmente albarico^quero y cerezo; los '"taladros" de ^^tronco y ramas, y algunas "cochiriillas".
1'or esto debe ser cuidado preferente del ^-i^-crista el tratamiento contra enferine^dades y^lagas, c^ue nn c^lo debilitau al arbolado, sino que causan bajas eu el uízni^ro dr l^lantones^utilizables e incltiso pueden propagar l^arásit^^s ^xli^r^^sos, con el periuicio^ y descrédito consi^uientes.
Garantía de l;a ^^3ri^^dad.
I)ebe exigirse la ^^ariedad due se ha clebidu cuinu cunsertiencia de los estu^lios d^el suelo ( r)_v clima, n^ aut^rizanri^ ^
<<1 vi^•erisfa al cambio de variedad sin ^^re^^i^^ a^-isu. Los 1^1<lntones ^leben venir eti^uetados, indican^lr^ cst^ecie, varied^:d,
^níimerc^ de árboles y vivero de qtte pr<,rt^<len. ^^o_^^ día ]a
lc^^islación protege al agricultor de cst^^; can^bius _^• otrw
1>crjtticicis dtte se le hued^en ^^casi^nrtr, en ^^irtucl de la ^)r^clen del 1l^Iinisterio ^le Ag^rieultura cle i6 ^^le n3arzo de Ic^^.G ( Bol^^tí^n Ofi-ci^a1 del mism^ día).
7'ambiéu es necesario asegurarse cle la cla^e de ^xn-tainjerto; en el peral, por eje,n^pl^, ^^aría much^^ de que sea
sobre membrillero ^o sobre, franco (esto es, ^cle semilla cle l^e^ral); en el albaricoqttero, ctue sea cirtielc^ mir^^b^^lan^> ^^ <Lll^aricodt^e; en el cerezo, sea Santa Lucía (P^^^i-^^^^t^^rrs ^I^I^zl^u^leh)
^^ cerez^^ de m^nte (Pr^ra^ri^rrs^^z^i^rtr^r), etc. (^).
Embala^e y tnanstrorte.
Los árboles deben ser bi^en emhalad^^s, l^ara e^^itar que
^ufran raíces y ramas por golpes o por desecación.
:A1 llegar a su destino se re^=isarán los bultos ^^ estad^ ^
(i) Terrerr^os rcs^oruados Jra^r•a fr^ut^alcs, por J. NI. Ox1^r:c:^ ^^^iN^ru (Hu^.^s P^rt;t.c:^[roxns, nwm. i3-Sa, `^'fá^lrid. julio i95o).
(2) Véase el follzto ]i^jcr(m^cián. dc á^r(wles fr^uh^^l^^s, _T.ur 1osF uF Pic.tz^,
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del embalaje, haciéndose cargo de la mercancia euando estemos ciertos de estos cxtremos.
Disp^osición del ramaje: Copas ,alta y baja.
\ o hem^s indicado nada respecto a la ma^lera de estar
armado el árbol; es decir, ^a las dimensiones respectivas del:
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COPA AL TA MAL FORMAOA.
Fig. 4.
tronco y copa, así como la manera de estar formada ésta, lo
que tiene gran importancia en el f.uturo del árbol.
Por regla general, los árboles de 'dos y más años se venden en España con co;pa ,alt^a, a i'8o metros, imitando las_
viejas costumbres francesas, y en parte también porqtte,.
asociándose casi siempre el frutal a otros cultivos ;herbáceos,
se cjttiere cjtte no obstacttlice a las, labores, a5í c^;n^o a las
plantas asociadas. Creenios ^lue esto es una eaa^eracir',n, c„n
^ra^-es incon^^enientes; pero, además, las copas formadas lo
están n.•u}T irracionalmente, teniendo sus arranques o in^er^iones a la misn^a altttra, lo clue da poca fuerza a la^ ramas,
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COPA ALTA CON LAS RiJMAS ESPAC/ADAS Y FUERTES ARl^ANQuES.
Fig. 5.
clesgajánclose con relativa faciliclad; se procluce ttna espesttra de la copa, que obliga a aclareos ; el tronco se solea n^tt^ho, y cuando jóvenes se carbouizan las cortezas, y al efectuar las labores con frecttencia se lesionan los troncos por
los aperos d^e lab^ranza.
La costttmbre de armar las copas altas va desapareciendo, incluso en países de poca insolación, como In^laterra y
I^ rancia, l^ues se admite clue la c^^^a^7 arniada h^r j.iz. da má^ ^ italidad a las ramas, frttctifica mejor el árbol, proporciona,
una resistencia mecánica mayor, y^los ^-ientos y el sol castigan ni,enos al árbol. Estas copas se empiezan a armar a
l^s E^o-8o centímetros del suelo, con cuatr^, cinco ^ seis ra-
^
r... - ^
D/SPOS/C/C^/!/ RAC/ON,9L OE LAS fTAMAS EN
.4 RBOL AR.YJADO EN BA ✓O.
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llla5 tSl)aCladaS ^' re^artldas, hara CjUf: n0 SC SOTllbr.`'ell, ^' Srrl
eje central al final; ^es decir, en torma de vaso abierto en sus
dos o tr^es ramas últimas. Apenas tiene inconvenientes este
modo de armar, pues las ramas s^e exticnden, en virtud de
su vitalidad, menos ^horizontales en stts arranques, lo que na
molesta a las yuntas en sus lahores, y sombrean el tronco ;
si ^alguna rama es lastimada, no tiene la im^portancia que la
^nisrna lesión en,el tronco, o es más fácil su sustitución; la
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recolección y los ^tratamientos de plagas y enfermedacles se
facilitan, etc., etc.
^
Aconsejamos, pues, que, si los ^lrbules son jóvenes y no
vienen bien tormadas las copas, se corten los troncos a la
zltura a que se deseen aquéllas, armándulas como decimos.
Primer^as cuid^dos en l,s plant^^_icín.
Desembalados inmediatam.ente, se colocarán los árbo:es
en una zanja, con las raíces en tierra fina y híni^eda, algo
ap^eln^azacla, antes ^le regar, y así se espera hasta que llegue
el moniento de la plantación, no debiendo clemorarse mucho
ésta, pues las raíces comienzan a crecer aun con ten^peraturas algo bajas en el suelo.
1✓ n el arreglo de las raíces, al plantar el árbol, se debe
ser parco, suprimiendo sólo las dislaceradas y rotas (i). Por
tíltimo, en el primer año no conviene podar ninguna rama,
para que ^el , árbol reconstituya la mayor cantidad posible de
raíces, pinzando ^el ^eYtremo de las ramas que tomen mucha
fuerza y ^estén más colocadas.
Conviene indicar también que el ^trbol no ^clebe ponerse^
proftmdo^ ^en ^el hoyo, sino a la misma altura .a que s^e ha
criado en el vivero; los ^rboles plantados hondos vegeta^r
rnal y lentamente hasta que disponen cle raíces más superficiales, atribuyéndose mttchas veces a falta de vitalidad del
plantón este retardo en el crecim^iento.
Epmc,a, :de compra.
5ienclo la época normal de plantaeión en primeros de cliciembre a primeros de marzo, debe hacerse el pedido en firme de los plantones con la anticipación suficiente para asegurarse el ^contar ^a tiempo con los árboles de la clase y variedad deseada, por ser frecuente que a fines de temporada
los viveristas no cuenten con algunas de ellas y en la "fuerza" o clase requerida.
I^?o se debe tampoco subordinar el momento de la com^(i) T_os plantones a que se 'ha recortado las raíces conviene dejarlos dos ®
tres días, en local fresco, para dar tiempo a que cicatricen los cortes.
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pra a tener los hoyos abiertos con bastante antelación, cotno
se oye con frecuencia, a pretexto ^ie que se meteorice la tierra, ya que aquéllos se deben siempre rellenar con tierra de
ia superficie, que reúne las condiciones necesarias para la
l^uena veqetación del árbol.
I31I3LlUGI:AI^l^i
Gomsideramos de utilidad ,para ^^los ^1ec^tores de esta Ho^e facilitarles una
hreve información bibliográfira refzrente a la Arboricuiltura frutal.
Sobre la plal^tación y^cultivo de ár'bole^s ^frutales interesa oansulta'r, rs.tre
otros, los libros y folletos siguientes :
flrb!oricultura j?rztital, p^or Jos>'; nr: Prcn^zn. a" ^ed!ición, r^3 ,^x^gi^nas,, 3i3 figuras y
9 láminas. Bilbao, r947•
C^<ltiwo de los fr^utades. ^p^or Josí: nr: P^c'AZ.4. ^2.^' adición, ^z6q ,lTá^giuas, ^g figuras.
Vladrid, rq4'r
('la^n^^tación de frut^cGe,,, por :^[.>:7ns^uxo Ac>:Rr~rr:. rqo ,pá^ginas, ^o ^figuras. ^"laragoza, 1949i^rí^a. !de frutales, por ;-ALr_^ax^^uo AcFxFr>^. 3:yr ,páginas, 49 iiguras. ^Laragoza, rgqq.
Iray',erCanióia de ¢rboles j=r^a#a.les. ,por Jos^ nm: Prc.a^zT. 3.° ecíiciín^, revisada. (Nolleto de rq;2 p"aginas, ^on 66 f^guras.) Publicación clel Ministerio de Agricultura. Madrid, r95o.
r'od^ de frattoles, por JosÉ ur: Prcnzn. 2.' e^ctición en ,prensa. Publicacióu del
Minisberio ^de A^g-ricultura.
.
Culttiuo del nur9az^aazo, ipor Ja^sf: nr: Picn,zn. Un falleto de z72 ipáginas, can Fr
figuras. Ma^drid, r918. Publicación ^lel Ministerio de Agricultura.
GKAPIf,AS UGU^^Itiq-AAEa.ENDrZ VALD4^.5,
%-M1^1,ADRiD
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